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Cada vez que el cliente es saludado, recibido o atendido por un representante de nuestra
empresa, vive un momento de la verdad. Un momento de la verdad, es el contacto entre la
compañía y el cliente, durante el cual, éste se forma una imagen de la empresa y decide si la
organización da un buen servicio al cliente o no.
No existe un momento de verdad cuando, por ejemplo, el colaborador de un hotel lava las
toallas y las dobla de forma agradable a la vista. Esta es una actividad que ayudará al resto al
equipo de la organización, para que el servicio y la estadía del cliente sea más placentera, pero
esta actividad no involucra la presencia del cliente.
El momento de la verdad es importante, pues, es la única forma en que el cliente puede juzgar
nuestra organización. Ese contacto, en lugar de ser prolongado y continuo, tiende a ser rápido y
esporádico. Una vez que pasa ese momento, nuestra oportunidad de enmendar errores o
incrementar la satisfacción se ve dificultada.
A continuación se presenta un video en el cual conoceremos un poco más el efecto de estos
momentos de la verdad.
Si nos fijamos con detalle el guarda fue cordial y la vendedora no solo le asistió en la compra
sino que, además, excedió sus expectativas acompañándola hasta la caja. Sin embargo, la
cliente recibió un trato indiferente, automatizado y hasta un poco descortés, por parte de la
cajera. Únicamente por este contacto la cliente pasó de percibir el cómo excelente a considerarlo
como aceptable.
Para hacer un momento efectivo de cada momento de la verdad deben considerarse 3 aspectos
fundamentales:
Usted debe mostrar interés y preocupación. Haga sentir al cliente
que usted lo valora y que su visita es importante para usted.
Usted acaba de observar la forma acertada en la que esta cajera aplicó los principios de interés,
espontaneidad y rectificación de errores para cerrar la cadena de momentos de la verdad con un
broche de oro.
ATENDIENDO LAS NECESIDADES DE LOS
CLIENTES
Cuando los clientes acuden a su establecimiento. ¿Qué piensa usted que están buscando?
Definitivamente cuando un cliente nos visita está buscando un producto o servicio, sentirse
importantes, cómodos, bien recibidos, ser comprendidos, y aún más. Él busca satisfacer un
conjunto de necesidades que le motivan a visitarnos y que debemos cumplir para lograr
diferenciarnos de nuestra competencia y que debemos alcanzar para lograr para que nos
prefiera siempre.
Para poder brindar un buen servicio, mantener una cadena de valor irrompible y exceder las
expectativas del cliente, es necesario que conozcamos cuáles son sus necesidades. Aunque
estas necesidades son diversas. Podemos identificarlas bajo 4 categorías básicas. Le invitamos
a conocer más sobre cada una de ellas.
La necesidad de sentirse
importante: Con la forma con que otros lo perciben. El ego y la
autoestima son poderosas necesidades. Cualquier acción que tome
para que el cliente se sienta especial será un paso en la dirección
correcta. Procure llamar el cliente por su nombre y procure
memorizarlo para la próxima vez que nos visite.
Ahora que conoce más sobre las necesidades del cliente, observe y escuche como Lourdes, una
agente de viajes, aplica estos principios en el trato con sus clientes.
Como pudo observar, Lourdes, inició por hacer que la cliente se sintiera cómoda, a pesar de
que no la podía atender en ese preciso momento. Luego, le dio una cordial bienvenida, se
desconectó del cliente con quien estaba hablando y le brindó toda la atención a quien tenía
frente a ella. Esto hizo que la cliente sintiera que su visita, realmente le importaba a Lourdes.
Además, con mucho tacto, le preguntó el nombre a la cliente y a partir de ese momento, lo
utilizó para darle un trato personalizado. Finalmente, en lugar de hablar y hablar sobre
posibilidades, Lourdes prefirió escuchar y conocer más sobre las necesidades de la cliente, la
comprendió y con base en ello, dio una recomendación muy acertada. Esto además, ganó la
confianza de la cliente y le interesó en la solución.
Por esto, procure siempre tomar en cuenta las necesidades de las personas a quienes brinda
servicio. Ellos lo verán como todo un profesional en asesoría, no importa cual sea su puesto y
opcupación dentro de la empresa.
Podemos satisfacer todas las necesidades de los clientes. Saludarlos, brindarles toda nuestra
devota atención y comprensión, pero recuerde que todo entra por la vista. La primera impresión
es fundamental en el servicio.
¿No lo cree? Pues bueno, avance y podrá experimentar un poco más sobre este tema y
recuerde: las personas comienzan hacerse una fuerte impresión de usted, en los
primeros 7 segundos de conocerlo. Esa impresi{on es el reflejo de su apariencia, de su
presentación personal.
Una primera impresión es el juicio que nos formamos la primera vez que visitamos un lugar o
conocemos a una persona. De acuerdo a la impresión que causemos así será la imagen que el
cliente se formará de nuestra organización. Con frecuencia, el cliente se sentirá a gusto y
confiará en aquellas personas que tengan una buena apariencia y se sentirá incómodo con
aquellas personas que no la tengan. La primera impresión es decisiva, porque talvez no haya
otra oportunidad para dar una segunda impresión. Por eso cuide su presentación personal, su
actitud, su servicio y su trato, serán los que determinen el concepto que el cliente se lleve de la
organización. Recuerde que usted es la imagen de la empresa.
El cliente nos va a percibir como personas agradables o desagradables usando sus sentidos
físicos. Le invitamos a explorar cada uno de ellos para que en todo momento pueda causar una
primera impresión impactante.
Recuerde que todo nos entra por la vista. Por eso cuide la forma en
que usted se viste. Procure que sea adecuada para el tipo de trabajo
que usted tiene. Cuide también su forma de caminar, su postura y los
accesorios que lleve en su ropa. Todos ellos van a ser su empaque
para llamar la atención del cliente y hacer que, él, lo prefiera.
Una de las asociaciones más fuertes que hacemos con los objetos y
situaciones ue nos rodean la logramos por medio del olfato. Él nos permite
hacer la diferencia entre un platillo apetitoso y uno con mal sabor. Cuando
esté con el cliente, piense, en la colonia o perfume que usted usa, en su
olor natural y en su aliento bucal.
El lenguaje corporal, son toda la serie de gestos que realizamos con nuestro cuerpo. Las
expresiones de nuestro rostro, nuestra postura, la forma en que colocamos los brazos y las
manos pueden una actitud positiva, llena de energía y dispuesta a servir. Para lograr esto, tome
en cuenta las siguientes recomendaciones:
Todos tenemos un espacio a nuestro alrededor donde usualmente solo dejamos entrar a las
personas más allegadas: nuestros padres, hijos, esposos o novios. Si usted invade ese espacio,
el cliente lo percibirá como confianzudo e irrespetuoso. Mejor, mantenga un espacio considerable
con el cliente, así le proyectará su buena educación y profesionalismo.
Cuando servimos a un cliente, existen varios aspectos en los que él se fija y que le permiten
formar la imagen de nosotros y de nuestra empresa. El cliente percibe todos los mensajes que
usted envía a través del cuerpo, incluyendo su postura y sus gestos.
El cliente se sentirá a gusto con una persona que proyecte una buena apariencia. Su cara y su
estilo de vestir, tienen mucho que ver en la percepción del cliente. Un maquillaje moderado para
las damas. O bien, un bigote bien recortado, en el caso de los caballeros. Son detalles que al
cliente nunca se le escapan. Toda esta imagen se completa con el lugar de trabajo en el que nos
desenvolvemos. Proyecte lo que usted es. Mantenga su lugar de trabajo ordenado, limpio y en
buen estado.
No piense que no es su tarea o su deber. Sea proactivo. Si observa algo desacomodado tome la
iniciativa de arreglarlo.
Hemos perfeccionado nuestra técnica para hablar al cliente, pero sabía usted que de todo el
tiempo que estamos frente a la persona, solamente un 20% debe utilizarse en hablarle, el otro
80% debemos utilizarlo en escucharle. Aprender a escuchar a nuestros clientes es parte
fundamental de una buena comunicación.
Si usted fuera Raúl, basándose en lo que dijo el cliente, a ¿Cuál de los tres departamentos
dirigiría al cliente? No tema equivocarse, aprender a escuchar será una habilidad que
perfeccionará con la práctica.
La opción del departamento de artículos para el hogar no es la más adecuada, el cliente indicó
que desea unos ganchos que sean funcionales y posiblemente no le interesen los adornos que se
encuentran en el área de cocina.
La opción de ferretería no es la más adecuada. Pues en ella se encuentran los ganchos de metal
que sirven para colgar cosas pesadas. Y si escuchamos con atención, el cliente lo que necesita
es colgar limpiadores y agarradores de cocina que son poco pesados.
La mejor alternativa es dirigirlo al departamento de pinturas. El cliente nos indicó que necesita
un gancho más funcional que de bonita apariencia. Los va a utilizar para colgar artículos poco
pesados como lo son limpiadores y agarradores de cocina. El gancho en el área de pintura es lo
que mejor se adapta a sus necesidades. Escuche atentamente todo lo que el cliente le diga, esto
le ayudará a ofrecer una mejor orientación y recomendación. Observe ahora.
El broche de oro para terminar nuestro servicio profesional es la despedida. Cuando el cliente
esté finalizando su visita, despídalo con amabilidad. Agradézcale por utilizar los servicios de
nuestra empresa. Y finalmente, invítelo a regresar.
El trato profesional con los clientes significa ser tan agradable en el teléfono como en persona.
Es muy importante ser hábil a la hora de atender una llamada telefónica. Porque solo se cuenta
con la voz. No se puede usar un mensaje corporal, mensajes escritos ni imágenes visuales.
Cuando usted está hablando por teléfono con un cliente usted es el único representante de su
empresa, en otras palabras, usted es la empresa.
Por esto, a continuación aprenderemos algunos aspectos que no spermitirán tener un mayor
cuidado con los cleintes vía telefónica. Escuche con detalle esta llamada telefónica de un cliente
a una organización.
¿Cuáles errores considera que cometió la persona que atendió el teléfono en esta organización?
Correcto. La atención, empezó a fallar desde el momento que la colaboradora dejo timbrar el
teléfono tres veces. Ella no puede sentirlo, pero para el cliente, esto puede ser una eternidad.
Una vez que contestó, no saludó al cliente, sino que esperó que él le indicara cuál era el
propósito de su llamada. Tampoco se puso al servicio del cliente. En otras palabras, nunca le
ofreció su ayuda. Lo que hizo que el cliente percibiera que era poco importante para ella. La
colaboradora dio el nombre de la empresa, pero lo hizo de forma poco favorable. Ese mismo
tono mecánico, rápido y despreocupado lo mantuvo en el transcurso de la conversación e hizo
sentir al cliente que él era un número más. A pesar de que tomó la iniciativa para contestar
otras llamadas y no hacerlas esperar, interrumpió al cliente de una forma descortés. Finalmente,
la colaboradora orientó un poco más al cliente pero nunca terminó de darle el servicio y la ayuda
que él estaba esperando.
Al igual que una visita personal, cuando nos despedimos
de un cliente, vía telefónica, debemos considerar
algunos aspectos importantes para garantizar el servicio
de excelencia. Procure hacer un resumen de lo acordado
o de las acciones a seguir. Por ejemplo, si anotó un
mensaje para alguien, lea el mensaje para que el cliente
confirme que está correcto. Recuerde darle las gracias
por haber llamado y, si aplica, invítelo a volver a llamar.
Por último, en todo momento, Marta mantuvo la tranquilidad, mostró un tono de voz que mostró
preocupación y eficiencia. Además, usó frases que hicieron sentir al cleinte que el problema era
algo especial y no lo común en el negocio. todo esto junto, permtió que el cliente recuperara la
confianza en al empresa.
Tome el ejemplo de Marta y haga todo lo que sea necesario para que el cliente confíe en usted y
la visite nuevamente. Cuide los detalles para exceder las expectativas, de un trato
personalizado, haga sugerencias o recomendaciones y ferifique si el cleinte necesita algún
servicio adicional. ¡Vaya más allá!
MANEJO DE LAS OBJECIONES
Usted busca la aceptación de sus clientes y si bien el rechazo nunca es una respuesta deseada,
es posible manejarlo de manera positiva. En realidad, el problema no es el rechazo, sino la
manera en que usted lo interpreta.
Si usted deja de verlo como una temida pesadilla y toma al rechazo, como una parte necesaria
de un proceso exitoso de venta, su reacción será más positiva y tendrá nuevas alternativas para
mantener el liderazgo de la comunicación y lograr que su cliente diga un “SI”.
Realmente no es lógico escuchar las mismas objeciones una y otra vez y no saber como
responderlas y superarlas. No hay razones para no estar preparado. Luego de algunos meses en
cualquier ramo de la industria un vendedor ha escuchado ya la mayoría de las objeciones que
escuchará una y otra vez por el resto de sus días.
Sin objeciones, los vendedores se quedarían sin trabajo. En lugar de una fuerza de ventas, las
empresas tendrían una persona o una computadora recibiendo pedidos de compradores
convencidos.
Algunas objeciones son sólo respuestas automáticas reflejas o simplemente actitudes que los
clientes han sido condicionados o programados para decir a los vendedores.
Cosas como “Sólo estoy mirando” ó “¿Qué descuento me puede hacer?” ó ¿Cuál es su mejor
precio? (cuando aun ni siquiera han analizado seriamente el producto ni su propuesta) ó “No
quiero que usted pierda su tiempo, porque sencillamente no voy a comprar nada hoy”.
La experiencia nos demuestra que normalmente estas objeciones, son simplemente fantasmas y
no son realmente ciertas. En ocasiones son verdaderos intentos para sacárselo a usted de
encima.
Recuerde – porque usted también es un consumidor, ¿no? – que la mayoría de los clientes han
sido tratados de manera desconsiderada por otros vendedores y piensan que deben protegerse
de cualquier vendedor que se les acerque.
Algunas objeciones son directamente mentiras, como: “Necesito hablarlo primero con mi esposa”
ó “No puedo tomar ninguna decisión hasta que ocurra “X”, ó “Usted no tiene el color que estoy
buscando”. Tenemos que recordar que éstas, no son mentiras maliciosas, cuya intención sea
perjudicarnos, sino mentiras autodefensivas que no debemos tomar como algo personal, sino
comprenderlas y desbaratarlas.
Muchas veces el cliente está listo para comprar y simplemente siente temor ante la alternativa
de tomar una decisión inmediata. En la mayoría de los casos, si los temores de su cliente fueran
eliminados, compraría en el acto.
Otras objeciones no significan necesariamente “No”. Simplemente significan “no todavía”. Son
simplemente pedidos de mayor información.
A menudo las objeciones que se expresan no representan en verdad las dudas y temores que
subyacen en la mente de los clientes. En algunos casos, los mismos clientes no están seguros
acerca de la naturaleza de sus objeciones, o tal vez, simplemente no han podido expresar
verbalmente sus dudas y temores de manera que el vendedor pudiera comprenderlas
plenamente.
También es posible que el cliente sienta temor de formularle su verdadera objeción, ya sea por
pudor, o por sentir que podría ser descortés con usted, por lo que produce un filtro ante lo que
en realidad piensa y lo que dice. Algunos ejemplos de objeciones encubiertas podrían ser: Usted
le cae mal al cliente, el cliente no confía en su empresa, el cliente es un deudor moroso que no
dispone de crédito, etc.
El vendedor debe contar con la mayor certeza posible de que la objeción a la que esta
respondiendo, es de hecho, la objeción real del cliente. De otra manera las respuestas del
vendedor no tendrán el efecto positivo alguno y se habrá perdido la oportunidad de aprender,
que es lo que realmente esta molestando al cliente.
Si usted no descubre el problema real, mas tarde, cuando su cliente diga no, usted no sabrá
porqué. Usted debe cancelar todas las objeciones o reducirlas a solo una, antes de empezar su
presentación de ventas.
Usted debería dejar de intentar vender mientras su cliente le esté formulando objeciones o si le
está ofreciendo señales de compra. Si usted percibe un lenguaje no verbal negativo, usted tal
vez necesite comenzar a preguntar mas preguntas, o bien, pactar un nuevo encuentro.
A veces su cliente le presentará más de una objeción o inquietud. Si ante cada una, usted se va
a poner a responder, a hacer preguntas y a aplicar distintas técnicas, se puede pasar la vida
tratando de convencerlo y convertirse en un verdadero pesado. La experiencia lo ayudará a
distinguir entras las objeciones que hay que responder inmediatamente y aquellas que
simplemente se pueden dejar pasar.
Una queja, indica que el receptor del bien o servicio no encuentra que sus expectativas sobre el
mismo, estén satisfechas con la calidad esperada. Este cliente, insatisfecho, nos hace un
inmenso favor al señalar su inconformidad y nos permite verificar nuestros procedimientos para
mejorar o rectificar nuestra entrega.
Cuando nuestra organización entra en contacto con el cliente, le escucha con atención y
soluciona en forma positiva los problemas que plantea. En caso contrario, este cliente buscará
otro proveedor que le satisfaga sus requerimientos. Recordemos que ninguna organización
puede perder un cliente, todos, absolutamente todos, son importantes.
Algunos funcionarios en los bancos toman actitudes extrañas como: ¿hoy no recibimos el pago
de servicios, a nadie, ni siquiera a los que tienen cuenta corriente en este banco?, o bien ¿yo no
inventé nada: cumplo las órdenes que me dan y punto?
Por fortuna ahora existen tantos bancos que usted puede caminar una cuadra y cambiar de
proveedor de servicios: desde luego no se molestará en quejarse en su antiguo banco. Sabe que
no le contestarán y que no le harán el más mínimo caso.
Conseguir clientes, en estos días, cualquiera que sea su negocio, es difícil, por lo tanto, se deben
buscar todos los mecanismos posibles para conseguir que permanezca con nosotros por siempre.
Cuando un cliente se siente bien atendido y experimenta pequeñas o grandes molestias con
nuestros productos o servicios, no vacilará en hacérnoslo saber. Él espera que le demos una
respuesta y resolvamos la situación en forma rápida y oportuna. En algunas oportunidades, es
posible que no tenga razón: esto es lo de menos; nos brinda la oportunidad de enfatizar en las
bondades de nuestro buen servicio y de paso, podemos identificar nuevas oportunidades de
negocios.
No intente refutar a su cliente con razones poco claras. Su cliente se queja en forma legítima y
debe ser atendido: Los competidores estarán deseosos de trabajar con ellos y brindarles todos
los productos y servicios que usted está desdeñando.