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Tomo VIII
Ergonomía y psicosociología aplicada
Tomo VIII
María Soria Oliver
Ergonomía y
psicosociología aplicada
Tomo VIII
Reservados todos los derechos. Está prohibido, bajo las sanciones
penales y el resarcimiento civil previstos en las leyes, reproducir,
registrar o transmitir esta publicación, íntegra o parcialmente, por
cualquier sistema de recuperación y por cualquier medio, sea
mecánico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o por
cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de UNIR.
1. Los trabajadores que superen las 4 horas diarias o 20 semanales de trabajo efectivo
con pantallas de visualización de datos.
2. Quedan excluidos los que tengan un uso inferior a 2 horas diarias 0 10 semanales.
3. Bajo ciertas condiciones, los que tengan un uso de entre 2-4 horas diarias o 10-20
semanales. En este caso puede ser considerado, definitivamente, “trabajador”
usuario si cumple, al menos, 5 de los requisitos siguientes:
a) Dependen del equipo para la realización de su trabajo, no pudiendo encontrar
con facilidad herramientas alternativas que permitan lograr los mismos
resultados.
b) No tener posibilidad de decidir de modo voluntario si se usa o no la Pantalla de
Visualización de Datos.
c) Requerir de una experiencia o formación específicas para el uso del equipo que
son requeridas por la empresa donde se trabaja.
d) Uso habitual de la pantalla durante periodos de una hora o más.
e) Uso diario o casi diario del modo descrito en el apartado anterior.
f) El hecho de que la obtención de información con rapidez sea un requisito
importante del puesto de trabajo.
g) Que la tarea requiera una elevada atención por parte del trabajador, ya que las
consecuencias que de ello se derive puedan ser críticas.
1 Sebastián Herranz, M.; Noya Arnáiz, R. (2009) Adaptación de puestos de trabajo. Madrid: Ceapat.
También en cuanto a su origen merecen especial atención los trastornos oculares y que
están relacionados con la carga visual. Sus principales causas son:
Los deslumbramientos.
Defectos de nitidez y contraste.
Necesidad de acomodación a diferentes intensidades luminosas y distancias.
Centelleos de las pantallas y de los caracteres.
2 Sanz J.A. (1995). Manual de normas técnicas para el diseño ergonómico de puestos con pantallas
de visualización. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Madrid.
Riesgos posturales en la oficina
Malas posturas
Originada por
Se originan por
Originada por
Poca movilidad Me sa pequeña. Falta de espacio para moverse
En nuestro marco normativo contamos con una regulación específica sobre el trabajo
con pantallas de visualización de datos. Nos referimos al Real Decreto 488/1997, de 14
de abril, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas al trabajo
con equipos que incluyen pantallas de visualización.
En cuanto al puesto de trabajo que requiere del uso de una PVD, es «el constituido por
un equipo con pantalla de visualización provisto, en su caso, de un teclado o dispositivo
de adquisición de datos, de un programa para la interconexión persona/máquina, de
accesorios ofimáticos y de un asiento y mesa o superficie de trabajo, así como el
entorno laboral inmediato». Esta definición incluye tanto las pantallas de tubo de rayos
catódicos como las pantallas planas (de plasma, cristal líquido, LED, etc.), así como las
pantallas de visualización no basadas en la tecnología electrónica (por ejemplo, las
Igualmente, quedan excluidos del ámbito de aplicación del Real Decreto 488/1997:
Esta normativa indica que el empresariado debe adoptar las medidas necesarias para
eliminar o minimizar los riesgos para la salud y seguridad del personal derivados de la
utilización de pantallas de visualización de datos. Con carácter general, lo
recomendable es que la pantalla se sitúe a una distancia superior a 40 cm con respecto
a los ojos del trabajador. En cuanto a la altura, y para evitar posturas forzadas del
cuello, el área de la pantalla debe quedar comprendida entre la línea de visión
horizontal y la trazada a 60º bajo la horizontal.
Pantalla
Como hemos visto, reviste una gran importancia el control de los reflejos, que se puede
conseguir por medio de:
Evitando que la luz se refleje en las pantallas, acondicionando a tal fin el puesto de
trabajo.
Utilizando filtros adecuados en las pantallas.
Principales recomendaciones
En cuanto a este último punto, cabe destacar que el uso de vidrio en la mayoría de las
pantallas es la causa de que se generen reflejos. Para evitarlos o minimizar sus efectos
molestos podemos orientar las pantallas de tal forma que evitemos que las fuentes de
luz se reflejen en ellas y/o cambiarlas por un modelo con tratamiento antirreflejos o
incorporar filtros antirreflejos.
Conceptos Legislación
RD 488/1997, de 14 de abril, Pantallas de visualización, Art. 3 Obligaciones generales
del empresario.
2. […] el empresario deberá evaluar los riesgos para la seguridad y salud de los
trabajadores, teniendo en cuenta en particular los posibles riesgos para la vista y los
problemas físicos y de carga mental, así como el posible efecto añadido combinado de
los mismos.
La evaluación se realizará tomando en consideración las características propias del
puesto de trabajo y las exigencias de la tarea y entre estas, especialmente, las siguientes:
Evaluación El tiempo promedio de utilización diaria del equipo.
del riesgo El tiempo máximo de atención continua a la pantalla requerido por la tarea habitual.
El grado de atención que exija dicha tarea.
3. Si la evaluación pone de manifiesto que la utilización por los trabajadores de equipos
con pantallas de visualización supone o puede suponer un riesgo para su seguridad o
salud, el empresario adoptará las medidas técnicas u organizativas necesarias para
eliminar o reducir el riesgo al mínimo posible. En particular, deberá reducir la duración
máxima del trabajo continuado en pantalla, organizando la actividad diaria de forma
que esta tarea se alterne con otras o estableciendo las pausas necesarias cuando la
alternancia de tareas no sea posible o no baste para disminuir el riesgo suficientemente.
RD 488/1997, de 14 de abril, Art 4. Vigilancia de la salud
Vigilancia 1. El empresario garantizará el derecho de los trabajadores a una vigilancia adecuada
de la salud de su salud, teniendo en cuenta en particular los riesgos para la vista y los problemas
físicos y de carga mental, el posible efecto añadido o combinado de los mismos, y la
eventual patología acompañante.
RD 488/1997, de 14 de abril, Art 4. Vigilancia de la salud
Protección 3. El empresario proporcionará gratuitamente a los trabajadores dispositivos correctores
de la vista especiales para la protección de la vista adecuados al trabajo con el equipo de que se trate,
si los resultados de la vigilancia de la salud a que se refieren los apartados anteriores
demuestran su necesidad y no pueden utilizarse dispositivos correctores normales.
Como vemos, el RD 488/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud
relativas a trabajos con equipos que incluyen pantallas de visualización, se ocupa de los
riesgos que estos sistemas conllevan para la salud. A tal fin, impone al empresario una
relación de actuaciones de obligado cumplimiento. Las podemos resumir en:
Obligación de evaluar los riesgos de quienes trabajan con PVD con especial atención
a las dolencias relativas a la vista, afecciones físicas, fatiga mental y psicológica,
trastornos posturales. Todo ello, teniendo en consideración tanto el tiempo
promedio de utilización como la atención que se debe prestar con arreglo al
contenido de la información.
Es recomendable alternar trabajos que requieren del uso de pantalla con otros que
no, así como establecer paradas.
El empresario, tras evaluar las posibles consecuencias negativas, deberá destinar los
recursos necesarios para reducir los posibles riesgos.
Además, el empresario deberá facilitar a los empleados mecanismos correctores,
como filtros, para la protección de la vista.
Por último, el empresario deberá vigilar la salud de los empleados en lo relativo a las
posibles patologías derivadas de los riegos.
Teclado
Uno de los principales inconvenientes que presentan los teclados son los brillos, que
tienen su origen en las fuentes luz que se proyectan sobre su superficie. Lo correcto es
que las luminarias no se encuentren en su vertical. También favorece la legibilidad los
caracteres oscuros sobre fondo blanco. En cuanto a su posición, debe encontrase a la
misma altura que los brazos, para que no deban inclinarse hacia abajo ni hacia arriba.
Esta ubicación permite mantener las muñecas en postura recta.
Asiento de trabajo
Los reposapiés son sobre todo recomendables cuando la mesa no sea regulable
en altura. Su grado de inclinación debe oscilar entre los 0 y los 15º sobre el
plano horizontal. Estarán dotados de una superficie antideslizante y sus
dimensiones mínimas serán de 35 centímetros de profundidad por 45 de anchura.
Las acciones o medidas correctoras que se deben implementar para corregir las
deficiencias que son el origen de molestias y/o lesiones a los trabajadores que emplean
pantallas de visualización se pueden clasificar en los siguientes grupos:
Las dirigidas a garantizar que todos los elementos materiales constitutivos del
puesto satisfagan los requisitos de diseño ergonómico (por ejemplo, el empleo de
monitores de pantalla de buena calidad con tratamiento antirreflejo, sin
parpadeos…).
Las dirigidas a garantizar formas correctas de organización del trabajo (por ejemplo,
las pausas de trabajo…).
Las dirigidas a garantizar la Vigilancia de la Salud. Esta vigilancia de la salud debe
ser realizada por una entidad acreditada (Servicio de Prevención Ajeno o Propio en
los casos en los que sea menester) constituido por personal sanitario con
competencia técnica, formación y capacidad acreditada, como señala el art. 22.6 de
la Ley 31/1995 4, que aplica los protocolos sanitarios correspondientes, editados por
el Ministerio de Sanidad y Consumo, en este caso concreto el referido a «Pantallas
de visualización de datos». Dicha vigilancia deberá ofrecerse a los trabajadores
en las siguientes ocasiones:
a) Antes de comenzar a trabajar en un puesto de trabajo equipado con pantallas de
visualización.
b) Posteriormente, con una periodicidad ajustada al nivel de riesgo a juicio del
médico responsable.
c) Cuando aparezcan trastornos que pudieran deberse al trabajo con pantallas de
visualización.
Las dirigidas a garantizar la formación e información de los trabajadores
usuarios como señala el art.19 de la Ley 31/1995.
A ser posible, se debe lograr el equilibrio entre el volumen de trabajo asignado a cada
trabajador con relación a los descansos o pausas que pueda establecer a su criterio.
En relación a las pausas planificadas se puede ofrecer una relación de
recomendaciones6:
4 Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales. Boletín Oficial del Estado, núm.
269 de 10 de noviembre de 1995.
5 NTP 916. El descanso en el trabajo (I): pausas. INSST.
6 Rabanal Carbajo, P. (2006). Aspectos de interés sobre la distribución del tiempo de trabajo.
Actualidad Laboral. Edit. La Ley-Actualidad.
Las pausas se deben realizar con carácter previo a que sobrevenga la fatiga.
Las pausas cortas y frecuentes son más eficaces que las largas y escasas.
A ser posible, los descansos se deben realizar a una distancia razonable de la
pantalla. También deben estar concebidos para que el trabajador pueda cambiar de
postura, caminar, relajar la vista, etc.
En cuanto a su duración, se recomienda que las pausas sean de unos 10 o 15 minutos
por cada hora y media de trabajo ante la pantalla. Otra alternativa consiste en
reducir la frecuencia de los descansos con arreglo al esfuerzo y atención que requiera
el trabajo asignado.
Si por cualquier motivo no es posible realizar pausas, una alternativa válida consiste
en alternar el trabajo ante la pantalla de visualización con otras tareas que requieran
otro tipo de esfuerzos.
En el diseño de los locales de trabajo es habitual que se opte por planificar un sistema
de iluminación general uniforme debido a que en la fase de proyecto se desconoce la
disposición definitiva7 que tendrán los puestos en general y los específicos que
requieren PVD, en particular.
7Ezquerro, G., Gandolfo, M. , Ramos, A. y Urraca, J.I.: Comité Español de Iluminación (2001).
Guía Técnica de Eficiencia Energética en Iluminación Madrid: Ministerio de Ciencia y
Tecnología
se recomienda que los puestos con PVD se sitúen lo más lejos posible de las
ventanas, en especial si las pantallas son de polaridad negativa.
Aprovechar la luz natural, para lo que lo más adecuado es disponer las luminarias en
filas longitudinales paralelas a las ventanas.
Eliminar el parpadeo de las lámparas fluorescentes conectándolas a las tres fases de
la red y alimentándolas con balastros de alta frecuencia.
Además de las causas relacionadas con el diseño de los puestos de trabajo, estos
problemas de salud pueden tener también su origen en el propio sujeto (alteraciones
visuales).
¿Cuál debe ser el nivel de potencia de los sistemas de iluminación? El adecuado. A hora
bien, ¿qué es un nivel adecuado? Con carácter general podemos decir que es aquel que
permite realizar todas las acciones de trabajo, pero sin llegar a alcanzar los valores que
rebajen el contraste de la pantalla por debajo de lo tolerable. Por tanto, en esta materia
tendremos que contemplar dos variables; la iluminación general y la de la pantalla de
visualización. Cabe destacar que a día de hoy son mayoría los modelos de pantalla que
están dotadas de un sistema antirreflejo y de óptimos rangos de regulación del
contraste. Estas pantallas permiten que el nivel de iluminación de la sala sea de 500 lux
(mínimo aconsejable para poder trabajar con documentos en papel sin tener que forzar
la vista).
Existen otros consejos muy útiles para minimizar los efectos negativos de unas
defectuosas condiciones de iluminación:
Como ya hemos indicado, son muchos los locales que no reúnen las
características idóneas para el desarrollo de trabajos que requieren de la
utilización de PVD. Para evitar consecuencias no deseadas como la fatiga visual y
postural, el RD 488/1997 regula las condiciones que deben cumplir estos espacios.
Como hemos visto, el RD 488/1997 detalla las características del lugar de trabajo en el
que se desarrollan tareas que requieren de la utilización de PVD. Los aspectos
que concreta tienen por objeto prevenir dolencias como el estrés, la fatiga visual etc.
Dichas condiciones se resumen:
El espacio de trabajo debe ser amplio, estar ordenado y permitir que las personas
adopten las posturas y movimientos más adecuados.
La iluminación general y la especial (localizada) garantizarán niveles adecuados de
iluminación en relación con la pantalla, mesa, accesorios, etc.
Se deben evitar los deslumbramientos y reflejos molestos que tengan su origen en
las pantallas y demás elementos del equipo.
Las fuentes de luz natural no deben ser el origen de deslumbramientos directos.
Se deben tener en cuenta los ruidos procedentes del resto de equipos (fax,
impresoras, teléfonos, etc.).
Se procurará un ambiente térmico confortable evitando fuentes de calor adicionales
que puedan ocasionar molestias a los trabajadores.
La radiación se deberá reducir a niveles insignificantes.
Deberá crearse y mantenerse una humedad aceptable.
Las sensaciones cromáticas que recibe el cerebro tienen su origen en los estímulos que
produce en la retina la luz que percibe el ojo 8. La capacidad de percibir colores facilita
el reconocimiento del mundo exterior, creando efectos psicofísicos que configuran lo
que se ha venido en denominar ambiente cromático.
Aunque podamos tener la sensación de que es un todo uniforme, la luz está compuesta
de múltiples radiaciones electromagnéticas con diferentes longitudes de onda. Cada
color se corresponde con una de esas longitudes de onda.
Haciendo un esfuerzo de analogía, podemos decir que los tonos son al sonido lo que los
colores son a la luz. En concreto, lo que conocemos como luz blanca no es sino una
combinación de rayos de luz (ultravioleta, infrarrojos etc.). Como hemos indicado, cada
uno de estos rayos posee su propia longitud de onda, de tal forma que será la variación
8 Meyer, J-J, A Bousquet, JC Schira, L Zoganas, P Rey (1986). Light sensitivity and visual strain
when driving at night. En Vision in Vehicles, dirigido por AG Gale. Amsterdam: Elsevier Science
Publisher.
9 Skoog, Douglas A.; Holler, F. James; Nieman, Timothy A. (2001). Introducción a los métodos
espectrométricos. Principios de Análisis instrumental. 5ª Edición. Madrid: McGraw-Hill.
de esta longitud de onda el factor que hace posible obtener todos los colores. De forma
gráfica, el arco iris no es sino la descomposición por efecto de las gotas de agua de la luz
blanca procedente del sol. Las gotas actúan a modo de prisma.
Un objeto de color rojo lo es por efecto de la luz con que se ilumina y de la capacidad
del mismo para reflejar el color. Por tanto, las diferentes tonalidades también
son consecuencia de que todos los objetos no reflejan por igual la luz. A esta relación
entre la luz exterior y la capacidad del objeto de reflejar la misma se les
denomina, respectivamente, flujo luminoso incidente y flujo luminoso reflejado 10.
Cualidad térmica. Los colores tienen capacidad para ofrecer una impresión subjetiva
de temperatura. Por este motivo denominamos colores cálidos al espectro que va
10 Peñahora García Sanz, M. (2012) Iluminación en el puesto de trabajo. Criterios para su evaluación
y acondicionamiento. Madrid: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo
11 Fernández, L.C.; De lanza, J.(1992) Técnica de aplicaciones de la iluminación. Madrid: MCGraw-Hill
12 Heller, E. (2004) Psicología del color. Madrid: Gustavo Gili
desde el rojo hasta el amarillo. Tienen capacidad de producir reacciones como la
elevación de la presión sanguínea, o la aceleración del pulso. Por su parte, los colores
fríos son los que integran la horquilla verde al azul. Sus efectos o reacciones que
producen son las contrarias a los cálidos.
Cualidad cinética. Es la referida a la capacidad de los colores para dar la sensación
de avanzar o retroceder.
Cualidad ambiental. También pueden ofrecer una sensación de confort o de
incomodidad.
La gran variedad de factores (ambiente, clima, gustos personales, etc.) que intervienen
en la elección de un color o de un grupo de colores condiciona que no exista una regla
universal para seleccionar los colores más adecuados para cada ambiente. No obstante
lo anterior, sí se pueden concretar unos criterios generales que puedan servir de guía:
Los colores oscuros en las paredes y claros en el techo dan la sensación de altura.
Los colores claros en las paredes y techo y suelo oscuros dan la sensación de menor
altura.
Techos con colores cálidos y oscuros ofrecen sensación de seriedad.
Los colores claros y cálidos tienen los siguientes efectos: estimulantes en las paredes
laterales; acogedores en los suelos.
Techos con colores oscuros y fríos dan la sensación de amenaza.
Paredes con colores oscuros y fríos dan sensación de frialdad. En los suelos estos
colores se perciben como monótonos.
Los colores claros y fríos en los techos dan sensación de luminosidad y en las
paredes de curvatura.
La temperatura de color intermedia es la fuente de luz más recomendable para
ambientes variables o indefinidos.
La luz cálida o fría tiene la capacidad de contrarrestar ambientes fríos o cálidos,
respectivamente.
Los objetos de colores cálidos resultan más agradables con luces de tonos cálidos
que fríos.
Color Sensación distancia Temperatura Efectos psíquicos
De igual forma, se tendrá que tener en cuenta el factor de la reflexión de la luz sobre las
superficies. En este sentido, se recomienda el color blanco para los techos. En cuanto al
resto de las superficies, y en contra de lo que se puede pensar, el blanco no es siempre
el color más indicado. Así, las paredes y suelos blancos pueden ser deslumbrantes si la
luz es demasiado fuerte. En concreto, los techos deben tener un factor de reflexión de al
menos el 75%, mientras el factor de reflexión de las paredes debe oscila entre el 50 y el
75% (40% si las paredes reciben una luz muy intensa por estar cerca de ventanas).
Por último, los suelos deben presentar un factor de reflexión que oscile como
mucho entre el 20 y el 25% ya que los colores en exceso claros pueden ser el
origen de deslumbramientos originados por efecto de la reflexión de las luminarias.
13 http://www.uhu.es/servicio.prevencion/menuservicio/info/ergonomia/eva_riesgos_ergonomicos.pdf
22
Ca p ítulo 2
Calidad de ambiente físico
en el trabajo
Capítulo 2: Calidad de ambiente físico en el trabajo
2.1. Iluminación
La percepción visual
Para lograr estos objetivos se requiere en primer lugar conocer la dinámica de la luz,
que puede proceder de una fuente primaria (bombilla) o de una fuente secundaria por
efecto del reflejo (un espejo). Unas y otras fuentes son percibidas por el ojo humano por
medio de un complicado proceso. Sus partes principales son:
Aunque todas las partes tienen una gran importancia, cabe destacar el papel de la
retina, que se ubica como hemos dicho en la zona más interna de globo ocular y que se
configura como la parte vital del sistema. Está formada por células nerviosas, por lo que
se configura como una prolongación del cerebro hacia las partes más externas del
organismo. Su cometido es recibir los haces de luz.
Los brillos y reflejos pueden también alterar la acomodación del ojo. De hecho,
constituyen la principal causa de fatiga e incomodidad prematura en los trabajos de
oficina.
La agudeza visual. Entendemos por agudeza visual la facultad del ojo para
distinguir los objetos más pequeños o si se encuentran muy cerca uno de otros. La
agudeza visual se ve influencia por numerosos factores. Entre otros, podemos
destacar:
o La edad. La agudeza visual disminuye con la edad.
o La luminancia. La agudeza visual aumenta con la luminancia de adaptación.
o El contraste. La agudeza visual se acrecienta con el contraste.
o El color de la luz. Si en la luz predomina el amarillo-verde aumenta la agudeza,
que disminuye cuando el color dominante es el azul. Por tanto, también depende
de la composición espectral de la luz.
Entendemos por luminotécnica la ciencia que estudia tanto las distintas formas de
producción de luz, como su control y aplicación 4. Está compuesta por una serie de
magnitudes. Son las siguientes:
Nivel de iluminación. Mide el flujo luminoso que recibe una unidad de superficie.
Su unidad de medida es el lux, que equivale al nivel de iluminación por metro
cuadrado al recibir el flujo luminoso de un lumen.
Magnitud Unidad
La dirección de la luz.
Nivel de iluminación.
El deslumbramiento.
La estabilidad del flujo luminoso.
La distribución de luminancias.
La reproducción del color.
A modo de ejemplo podemos indicar que el nivel de iluminación deberá ser mayor o
menor en función de: el tamaño de los objetos, su color (más o menos oscuro) y el
contraste. También se ha de tener en cuenta otros factores como la distancia desde el
ojo al objeto, las características físicas del trabajador, etc.
Para calibrar el nivel de iluminación optimo para cada puesto existen unas tablas que
reflejan los niveles de iluminación mínimos necesarios, tal y como recoge el Anexo IV
RD 486/1997 de 14 de abril sobre lugares de trabajo.
Zona o parte del lugar de trabajo Nivel mínimo de iluminación (lux)
El deslumbramiento
5 Fernández Salazar, L.C: ; De Landa Amezua, J.(1993). Técnicas y aplicaciones de la iluminación. 1ª ed.
McGraw-Hill/ Iberdrola/ Ente Vasco de la Energía: Serie McGraw-Hill de Electrotecnologías.
6 Ramírez Vázquez, J. (1990). Luminotecnia. Enciclopedia CEAC de electricidad. 7ª ed. Ediciones CEAC.
Se recomienda el apantallamiento para las lámparas que puedan ser percibidas por
el ojo en un ángulo inferior a los 45º con relación a la línea de visión horizontal.
Distribución de luminancias
Las luminancias deben distribuirse en equilibrio con respecto al campo visual del
operador. En concreto, cuando la luminancia del campo visual del trabajador es similar
a la iluminación de la tarea se obtiene el mayor rendimiento visual 7. A medida que
ambos parámetros difieren, aumenta el deslumbramiento.
También reviste gran importancia la tonalidad o color aparente que ofrece una
lámpara, que se puede expresar por medio de la temperatura de color (Tc), en ºK
(grados kelvin). Podemos distinguir tres grupos de color:
La direccionalidad de la luz
Este factor reviste gran importancia cuando la tarea requiere apreciar objetos en tres
dimensiones. A tal efecto, para el acondicionamiento de la iluminación se busca una
combinación de luz difusa y de luz direccional, con lo que se obtiene un equilibrio de
luz y sombra que facilita percibir el relieve de los objetos9.
Fuente:
https://www.insst.es/documents/94886/96076/Iluminacion+en+el+puesto+de+trabajo/9f9299b8-
ec3c- 449e-81Af-2f178848fd0a
Las fluctuaciones de la luz
Las lámparas de alimentación eléctrica, sobre todo las de corriente alterna llevan
aparejada una fluctuación de su flujo luminoso 10. Dicha fluctuación es más acusada en
las lámparas fluorescentes. Para corregir este efecto (denominado estroboscópico), que
puede provocar errores en la sensación de movimiento de los objetos, se emplean
montajes compensados. En esencia, consiste en conectar las lámparas a las tres fases de
la red eléctrica, si bien este efecto se puede corregir también en la actualidad utilizando
balastros electrónicos, que convierten la corriente de 50 Hz en corriente de varios miles
de Hz.
Sistemas de iluminación
En la actualidad se tiende a diseñar espacios de trabajo en los que la luz natural sea la
principal fuente de iluminación. A tal efecto los espacios cuentan con grandes
ventanales y, en su caso, lucernarios. Sin embargo, este recurso no es siempre posible,
bien sea por el horario de desarrollo de la tarea o por las limitaciones físicas del
espacio. Así, en muchas ocasiones no queda más remedio que combinar la luz natural
con la luz artificial.
El primer criterio que debemos considerar son las exigencias visuales de la tarea,
seguido de las características de la estancia. En este sentido, los sistemas
de iluminación más comunes son11:
10 Bohren C.F.; Huffman. D. (1983). Absortion and Scattering of Light by Small Particles. New York:
John Wiley and Sons.
11 Zumtobel, S. (1998). Sistemas luminotécnicos para la iluminación profesional. Madrid:
Lledó Iluminación SA.
Sistemas que combinan la iluminación localizada con la iluminación
general. Los focos luminosos se ubican cerca de los planos de trabajo. Es la opción
más acertada cuando existen puestos de trabajo con exigencias visuales superiores al
resto.
En cuanto a la distancia entre luminarias, esta no debe ser superior a una determinada
fracción de la altura a la que está colocada con respecto al plano de trabajo.
Tipos de lámparas y su empleo
Ambiente cromático
El tratamiento cromático del ambiente y de las áreas de trabajo reviste una gran
importancia. Su finalidad es mejorar la función estética del efecto visual, así como
incrementar el rendimiento y la eficacia de los sistemas de iluminación. Por tanto, en el
diseño de los puestos de trabajo se deben tener en consideración factores tales como la
calidad y cantidad de luz, el clima y el color.
Los locales alargados parecen más cortos si la pared del fondo es oscura; de la
misma manera que parecerán más alargados si se pinta la pared del fondo de color
claro.
Un local parecerá más alto cuando las paredes son de color oscuro y el techo es de
color claro.
Un local parecerá más bajo de techo si sus paredes son de color claro y su techo y
suelo de color oscuro.
Los colores cálidos y oscuros producen en los techos sensación se seriedad; en los
lados de limitación y en los suelos aparecen como seguros y resistentes.
Los colores cálidos y claros actúan en los techos como estimulantes; en las paredes
laterales como acogedores o íntimos y en los suelos como ligeros e ingrávidos.
Los colores fríos u oscuros, en los techos son amenazadores; en los lados provocan
sensaciones de frialdad y tristeza y en los suelos resultan pesados y monótonos.
Los colores fríos y claros, en los techos resultan luminosos y originan distensión; en
los lados producen sensación de curvatura y en lo suelos se perciben como lisos y
deslizantes.
Los objetos de colores cálidos son más agradables a la vista con una luz de color
cálido que con una luz de color frío.
Los ambientes físicamente fríos o calientes pueden ser contrarrestados mediante luz
cálida o fría, respectivamente.
Lograr un ambiente térmico confortable debe ser un objetivo prioritario por sus
repercusiones positivas no solo en la productividad, sino sobre todo en la salud,
seguridad y grado de satisfacción de los trabajadores 12. El ambiente térmico favorable
es sinónimo del denominado ambiente neutro.
12 Astrand P., Rodahl K. (1985). Fisiología del trabajo físico (2ª edición). Madrid: Ed. Panamericana.
13 Desoille H. Marti Mercadal J.A., Scherrer J., Truhaut R. (1990). Medicina del Trabajo. Madrid: Masson.
medio del aumento de la sudoración, cediendo calor al ambiente o aumentando el
ritmo cardíaco.
Ev = Mt+Rd+Cd+Cv+Rs
Donde:
Ev: representa el calor que se pierde por medio de la sudoración. Transfiere calor al
ambiente; no a la inversa.
Mt: se refiere al calor generado por medio del metabolismo del cuerpo. La cantidad no puede
ser nunca negativa.
Rd: representa el calor ganado o perdido a través de radiación
Cd: es el calor que se gana o pierde por medio de la conducción; por ejemplo mediante el
contacto de una parte del cuerpo con una superficie más fría o más caliente que el
cuerpo.
Cv: es el calor ganado o perdido por convección (gradiente de temperatura entre la piel y el
ambiente).
Rs: se refiere al calor que pierde el cuerpo por medio de la respiración. Con carácter general
(salvo climas de calor extremos) la temperatura del aire inspirado es menor que la del
aire espirado.
o Radiación térmica. Todos los cuerpos, tanto los seres humanos como las
máquinas y el mobiliario, son emisores y receptores de calor por medio de
radiaciones electromagnéticas. La temperatura radiante media (trm) también se
puede medir por medio de un termómetro cuyo bulbo se encuentra en el centro
de una esfera de cobre pintada de negro mate.
o Humedad del aire. Es el agua que contiene el aire, que se puede medir por
medio de un aparato denominado psicrómetro, compuesto por dos termómetros
y un ventilador enfocado hacia ellos.
o Velocidad del aire. Se expresa en metros por segundo. Se mide por medio del
anemómetro.
Anemómetro
Condiciones individuales (aislamiento de la ropa y consumo metabólico).
Criterios de evaluación
Como hemos indicado, no es posible dar con unas condiciones térmicas que
resulten confortables para todos los sujetos. Así lo demostró en 1973 el profesor
Fanger, autor de un interesante estudio sobre el confort térmico. Este profesor de
la Universidad Técnica de Dinamarca aportó un criterio objetivo que permite calcular
el porcentaje de sujetos insatisfechos por el frío el calor. De su utilidad da buena
muestra que haya sido aceptado y adoptado por la Norma ISO 7730:2006.
En concreto, este criterio aporta el Índice de Valoración Medio (IVM) para calcular la
sensación térmica que experimentan la mayoría de los seres humanos cuando son
expuestos a unas mismas condiciones 15. La escala psicofísica es la siguiente:
+3 Muy caluroso
+2 Caluroso
+1 Ligeramente caluroso
0 Neutro
-1 Ligeramente fresco
-2 Fresco
-3 Frío
15 Galindez I., Malchaire J. (1991). Evaluación de las condiciones de trabajo en ambiente caluroso. Salud
y Trabajo, nº 83- 1991/1, 28-35.
El porcentaje de personas insatisfechas con arreglo al IVM al que se someten se refleja
en la siguiente tabla:
Porcentaje de insatisfechos
IVM
Por calor Por frío
+2 75 % 0%
+1 25 % 0%
0 5% 5%
-1 0% 25 %
-2 0% 75 %
Por último, el cálculo del índice IVM se obtiene a partir de una relación de factores:
¿Qué índice IVM se puede considerar acorde con una situación satisfactoria de confort
térmico? Con carácter general se acepta que dicho índice debe estar comprendido entre
-0,5 y +0,5, que se corresponde con un 10 % de sujetos insatisfechos.
16 Frye A. J., Kamon E. (1983). Sweating efficiency in acclimated men and women exercising in humid
and dry heat. J. Appl. Physiol.: Respirat. Environ. Exercise physiol: 54, 4, 972-977.
17 NTP 74: Confort térmico - Método de Fanger para su evaluación.
No superar en 3º la diferencia de temperatura del aire entre el nivel de los pies del
trabajador y el de su cabeza.
Que sea menor de 5º la diferencia de temperatura radiante entre el techo y el suelo.
Que la diferencia de temperatura radiante entre las superficies verticales del puesto
de trabajo sea inferior a 10º.
Que la temperatura del suelo no sea inferior a 19º ni superior a 26.
5. En los lugares de trabajo al aire libre y en los locales de trabajo que, por la actividad
desarrollada, no puedan quedar cerrados, deberán tomarse medidas para que los
trabajadores puedan protegerse, en la medida de lo posible, de las inclemencias del tiempo.
6. Las condiciones ambientales de los locales de descanso, de los locales para el personal
de guardia, de los servicios higiénicos, de los comedores y de los locales de primeros
auxilios deberán responder al uso específico de estos locales y ajustarse, en todo caso, a lo
dispuesto en el apartado 3.
También se produce intercambio de calor por radiación (contacto de la piel con otras
superficies). Para el cálculo del intercambio de calor por radiación se parte de una
temperatura media, que sería la que tendrían las paredes de una estancia imaginaria
18 Bethea D., Parsons K. (2003). The development of a practical heat stress assessment methodology
for the UK industry. London: Health &Safety executive.
donde la temperatura se mantuviera uniforme y donde los intercambios de calor por
radiación fueran iguales a los intercambios de calor por radiación en el ambiente real.
Uno de los mecanismos más eficaces del organismo para eliminar calor es la
evaporación de agua por medio de la sudoración, que se verá dificultada a medida que
la concentración de agua en el aire sea más elevada, ya que este factor dificulta la
evaporación. Ese es el motivo por el que en estos ambientes húmedos aumenta la
sensación de calor.
2.3. Ruido
El ruido es uno de los riesgos laborales más habituales a que están expuestos los
trabajadores. Sin embargo, es un factor al que no se presta mucha atención. El motivo
tal vez radique en que los accidentes físicos son más espectaculares e inmediatos,
mientras que los perjuicios para la salud física y psicológica generados por el ruido
suelen tener una evolución más progresiva.
Podemos definir el ruido como «un sonido molesto o no deseado» 19. De hecho, es uno
de los contaminantes más frecuentes en los entornos laborales.
Dificulta la comunicación.
Incrementa la probabilidad de que se produzcan errores y por tanto accidentes.
Genera estrés.
Posibilidad de contribuir a la aparición de problemas circulatorios, digestivos y nerviosos.
19 Kjellberg, A. & Landström, U. (1994). Noise in the office: Part I. Guidelines for the practitioner Int. J.
Ind. Ergonomics, Vol. 14, no 12
20 Gómez Cano, M. (1994). Aspectos ergonómicos del ruido. Salud y Trabajo, Vol. 102
Ruido cíclico. Propio por ejemplo de la maquinaria programada para trabajar
en fases.
Ruido aleatorio. Su variación es impredecible (ej.: operarios de una obra que utilizan
taladros, sierras eléctricas, maquinaria pesada… sin una programación previa).
Ruido impulsivo o de impacto. De corta duración y alto nivel (explosión de
dinamita en una cantera).
Los distintos tipos de ruido conllevan que no exista un único método de medición. Así,
un ruido «estable» puede ser calculado con una simple media aritmética de los datos
arrojados por un sonómetro. Si el ruido es cíclico la cuestión se complica: el nivel
promedio del ciclo es igual que el promedio de varios ciclos. Si el ruido es discontinuo
el promedio se obtiene de medir el ruido durante un tiempo representativo.
Las curvas NR (Noise Rating) se utilizan para calcular a modo de estimación el nivel de
molestia que genera el ruido de una actividad determinada.
Talleres 60-70
Oficinas mecanizadas 50-55
Gimnasios, salas de deporte, piscinas 40-50
Restaurantes, bares y cafeterías 35-45
Despachos, bibliotecas, salas de justicia 30-40
Cines, hospitales, iglesias, pequeñas salas de conferencias 25-35
Aulas, estudios de televisión, grandes salas de conferencias 20-30
Salas de conciertos, teatros 20-25
Clínicas, recintos para audiometrías 10-20
35 7,5 15
40 4,2 8,4
45 2,3 4,6
50 1,3 2,6
55 0,75 1,5
60 0,42 0,85
65 0,25 0,50
70 0,13 0,26
Sobre el origen:
- Diseño de máquinas y procesos menos ruidosos.
- Modificación de piezas o herramientas.
- Reducción de la concentración de máquinas.
- Disminución ritmo de producción.
- Mantenimiento correcto.
- Otros métodos de trabajo que reduzcan la necesidad de exponerse al ruido.
- Elección de equipos de trabajo adecuados, que generen el menor nivel posible de ruido.
- Concepción y disposición de los lugares y puestos de trabajo.
Sobre la transmisión:
- Aislamiento de la fuente de ruido (cerramientos).
- Aumentar la distancia entre la fuente y el trabajador.
- Silenciadores.
- Tratamientos fonoabsorbentes.
- Elementos antivibratorios.
Sobre el trabajador:
- Evitar exposición innecesaria.
- Cabinas insonorizadas.
- Reducción del tiempo de exposición.
- Rotación de puestos de trabajo.
- Protección personal.
51
Ca p ítulo 3
Carga física
Capítulo 3: Carga física
1 Kilbom, A., Messing, K. (1998). Work-related musculoskeletal disorders. En: Women's health at
work. Stockholm: National Institute for Working Life.
Con arreglo a lo anterior, se han visto afectados muchos elementos anatómicos, tales
como nervios, tendones, músculos, etc., dando lugar a dolencias específicas como el
síndrome de Quervain, el síndrome de túnel carpiano o la epicondilitis.
Cuello y cuello/hombros
x
Repetitividad
Posturas inadecuadas x
2 Moreno N; Boix P. (2000). Vigilancia de la salud de los trabajadores/as. Guía sindical de salud
laboral. Madrid: ISTAS.
Parte del cuerpo
Fuerte relación Clara relación Débil relación
Factor de riesgo
Fuerza x
Hombros
x
Repetitividad
Posturas inadecuadas x
Fuerza x
Codos
x
Repetitividad
Posturas inadecuadas x
Fuerza x
Combinación x
Manos/muñecas
Síndrome del túnel carpiano x
Repetitividad
Posturas inadecuadas x
Fuerza x
Combinación x
Tendinitis
x
Repetitividad
Posturas inadecuadas x
Fuerza x
Combinación x
Espalda
x
Posturas inadecuadas
Levantamiento y fuerza x
Identificar los factores de riesgo relacionados con los TME resulta una tarea
compleja debido a que, generalmente, en un mismo entorno de trabajo, están
presentes múltiples factores de riesgo. Dichos factores pueden actuar sobre el
trabajador de forma aislada, o incluso, simultánea. En consecuencia, los TME
pueden estar causados por un determinado factor de riesgo, por la acumulación de la
exposición a varios factores, o por el efecto de combinación de estos. Dicha
circunstancia supone una dificultad añadida para los técnicos en prevención a la
hora de decidir sobre qué factor o factores se debería actuar para lograr acciones
efectivas en la prevención de los TME.
En materia de prevención es fundamental conocer la etiología de los trastornos. A
modo de resumen, los factores de riesgo musculoesquelético son los siguientes:
Como podemos ver en la siguiente figura, entre los factores físicos enumerados, los
trabajadores se exponen con mayor frecuencia a movimientos repetitivos y posturas
forzadas.
Los movimientos repetitivos son un factor de riesgo asociado a los TME de los
miembros superiores muy presente en el ámbito industrial. Ello se debe a que
actualmente son muchos los sistemas de producción en los que el trabajo se diseña a
partir de estudios de métodos y tiempo, cuyo objetivo se centra en optimizar la
producción, sin considerar los aspectos ergonómicos de las tareas.
Los movimientos repetitivos son un factor que incrementa el riesgo de que se produzca
una lesión osteomuscular. Por su incidencia cabe destacar las lesiones en brazos en
trabajadores de procesos en cadena. En la mayoría de los casos se pueden catalogar
como microtraumatismos repetitivos (MTR o CDT por sus siglas en inglés). Su
aparición es fruto de un proceso que evoluciona en varias fases (fatiga y molestias
moderadas; limitación del movimiento de las articulaciones a causa del dolor; fase
crónica que imposibilita el desarrollo de la tarea e incapacidad o absentismo laboral).
Pulimentación.
Trabajo de montaje.
Repetidas extensiones y flexiones de la Teclear.
muñeca. Cajeras.
Rotaciones rápidas de muñeca. Instrumentos musicales.
Síndrome del Desviaciones radiales y cubitales. Cirugía.
túnel carpiano Movimientos de la muñeca con fuerza Empaquetado. Trabajos domésticos.
y desviación. Cocinar.
Presión con la palma. Albañilería.
Pinza. Carnicería.
Fregar y lavar a mano.
Martillear.
Atornillar.
Pronación radial de la muñeca.
Montaje de pequeñas partes.
Extensión de la muñeca.
Martillear.
Epicondilitis Repetidas pronaciones y supinaciones.
Cortar carne.
Extensión de la muñeca con fuerza y
Instrumentos musicales.
con pronación del antebrazo.
Jugar a tenis y bolos.
Montaje en cadena.
Posturas estáticas prolongadas del
Síndrome cuello, hombro y brazo. Teclear.
de tensión Transporte manual de cargas de forma Montaje de pequeñas partes.
de la prolongada sobre el hombro o en la Empaquetar.
cervical mano.
Transporte al hombro o en la mano.
Síndrome del Rápida pronación del antebrazo. Soldadura.
pronador
redondo Pronación con fuerza. Pulimentación.
Frecuencia de movimientos
Trabajo estático muscular
Rapid Upper
Cuerpo entero Fuerza
Limb
Assessment, RULA (1993) Posturas de trabajo
Tiempo de trabajo sin una pausa
Métodos de registro
Miembros superiores Posturas
Armstrong (1982)
Estrés físico
Fuerza
Posturas
Test de Michigan (1996) Miembros superiores
Repetitividad
Distribución o equipamiento del puesto y
herramientas de trabajo
Intensidad de esfuerzo
Duración del esfuerzo
Esfuerzos por minuto
Índice de esfuerzo (1995) Miembros superiores
Postura
Velocidad de trabajo
Duración de la tarea por día
Posturas forzadas
Movimientos repetitivos
PLIBEL (1995) Cuerpo entero Diseño deficiente de herramientas y de
puestos de trabajo
Condiciones medioambientales y
organizacionales estresantes
Instituto de Biomecánica
de Valencia (IBV) Posturas
Comisiones Obreras
(CCOO) Cuerpo entero Duración de la tarea
Unión de mutuas Repetitividad
(UM) (1995)
Posturas de brazos
Movimientos de la muñeca y del codo
Opel España automóviles, Manipulación manual de cargas
Cuerpo entero
S.A. (1997) Tipos de sujeción con las manos
Movimientos de rodillas, cuello y
tronco
Método Zonas corporales Factores de riesgo
Posturas inadecuadas
Fuerzas utilizadas
Método de J.
Miembros superiores Repetitividad
Malchaire (1998)
Molestias mecánicas solicitadas
Otros factores
Fatiga visual
Posturas de cuello, hombro, tronco,
An Ergonomic muñeca
Job Measurement Cuerpo entero
Movimientos de mano/dedos
System, EJMS (2001)
Acción de empujar/tirar
Postura estática
Tensión muscular general
Armonía postural y cinética
Actividad muscular
Actividad motriz brusca
Gestos aleatorios
INRS (2001) Cuerpo entero
Margen de maniobra motriz
Ruptura de la actividad
intra/interciclo de trabajo
Margen de maniobra perceptiva
Ritmo de trabajo
5 NTP 629. Movimientos repetitivos: métodos de evaluación Método OCRA: actualización. Madrid: INSST.
Asimismo, uno de los métodos más empleados en diversos sectores industriales y
lugares de trabajo es el método OCRA. Dicho método es aplicable a puestos de trabajo
en la industria manufacturera y el sector de servicios que presenten movimientos y/o
esfuerzos repetitivos de los miembros superiores (fabricación de componentes
mecánicos, automoción, textiles y ropa, cárnicas, envasado y procesamiento de
alimentos, etc.).
En concreto, permite evaluar el nivel de riesgo presente en una tarea, o varias tareas,
para ambos lados del cuerpo, causado por la exposición del trabajador a la repetividad
de movimientos, considerando distintos factores de riesgo, tales como: la frecuencia de
movimientos, la fuerza requerida, las posturas forzadas, la duración de las tareas, los
periodos de recuperación y pausas, y otros factores adicionales. El método obtiene un
valor cuantitativo, denominado Índice OCRA.
Cuando se evalúa una única tarea repetitiva en un turno, el índice OCRA viene dado por
la siguiente ecuación (para cada lado del cuerpo):
6 https://www.insst.es/metodologia-de-evaluacion.-trabajos-repetitivos
At: es el número total de acciones técnicas actuales que se llevan a cabo durante un
turno.
Ar: número de acciones técnicas recomendadas para llevar a cabo durante un turno.
El número total de acciones técnicas actuales (At) que realmente se realizan para una
tarea repetitiva en un turno, se calcula como:
At= FF * D
La frecuencia de acciones técnicas por minuto (FF) se calcula como el cociente entre el
número de acciones técnicas realizadas en el ciclo y la duración previsible del tiempo
del ciclo:
FF= NTC*60/FCT
Por otro lado, la fórmula general para determinar el número de acciones técnicas
recomendadas viene dada por:
Donde:
o CF: constante de la frecuencia de las acciones por minuto. Es la variable que más
caracteriza la exposición. Para aplicar el método en ambientes industriales y
basándose en la literatura específica, se ha definido la constante de la frecuencia
de acciones como 30 acciones por minuto.
o Ff: factor de fuerza. Relaciona el esfuerzo requerido para llevar a cabo una serie
de acciones técnicas. Los datos que vinculan la frecuencia de las acciones y la
fuerza media necesaria para las acciones técnicas que así lo demandan están
basados en el Comité Europeo de Normalización (CEN). Cuando se escoge un
nivel del factor de fuerza, la referencia debe ser siempre de fuerza media con
respecto a la duración del ciclo y utilizando la escala de Borg.
Para una correcta evaluación y descripción de las posturas, esta debe realizarse en
un ciclo representativo de cada tarea repetitiva analizada. A tal fin, se utilizará la
descripción de la frecuencia y duración de las posiciones o movimientos de los
cuatro segmentos anatómicos principales (tanto para la extremidad derecha
como para la izquierda). La evaluación de este factor contempla:
- Postura y movimientos del brazo respecto al hombro: flexión, extensión y
abducción.
- Movimientos del codo: flexo-extensión y prono-supinación del antebrazo.
- Posturas y movimientos de la muñeca: flexo-extensión y desviaciones radio-
ulnares.
- Posturas y movimientos de la mano (en general respecto al tipo de agarre):
grip —la forma en que se sujeta o empuña un objeto—, pinch —con los dedos
en forma de pinza—, presa palmar y presa en gancho.
o Fa: factor de elementos adicionales. Junto con los factores de riesgo para las
extremidades superiores, OCRA considera otros elementos —siempre de
naturaleza laboral— que deben ser tomados en cuenta en el proceso de evaluación
de la exposición. Se definen como complementarios o adicionales, no porque su
importancia sea secundaria, sino porque no siempre están presentes en el puesto
de trabajo.
Dicho método permite realizar evaluaciones preliminares del riesgo por repetitividad
con mayor rapidez, si bien obtiene resultados no concluyentes o prediagnósticos. Como
consecuencia, tras la aplicación del método Check List OCRA, en caso de detectarse la
presencia de riesgo, esto requeriría un estudio más profundo mediante la aplicación del
método OCRA descrito anteriormente.
Puedes encontrar la explicación detallada del método OCRA y del Check List OCRA, en la
web de «Ergonautas» de la Universidad Politécnica de Valencia en el siguiente enlace:
http://www.ergonautas.upv.es
Se han realizado diversos estudios con los que se ha establecido un nivel de riesgo
específico para cada uno de los métodos OCRA que se apliquen. Los resultados de
OCRA Check List y OCRA analítico se detallan en la tabla adjunta.
Existen una serie de recomendaciones para evitar las consecuencias nocivas de los
movimientos repetitivos. Su implementación requiere que prestemos especial atención
a evitar:
Pasemos ahora a detallar las medidas concretas para contrarrestar estos efectos
negativos:
RULA es uno de los métodos desarrollados en 1993 por los doctores McAtamney
y Corlett, del Institute for Occupational Ergonomics (Universidad de Nottingham) 7,
con objeto de evaluar la exposición de los trabajadores a factores de riesgo que
pueden ocasionar TME en los miembros superiores del cuerpo, tales como las
posturas adoptadas, la repetitividad de movimientos, la fuerza aplicada o la actividad
estática del sistema musculoesquelético. Cabe señalar que, aunque el método
considera la repetividad de los movimientos, no proporciona suficiente
información sobre dicho factor de riesgo como para permitir un análisis detallado
del mismo (en la práctica
7 McAtamney, L.; Corlett, E. N. (1993). RULA: A survey method for the investigation of work-related
upper limb disorders. Applied Ergonomics, 24, 91-99.
suele emplearse para evaluar el riesgo por exposición a posturas forzadas, junto con el
OWAS que veremos al final de este apartado).
Aplicación de RULA
La mayor virtud del método RULA es su capacidad para evaluar posturas concretas. De
esta forma, permite analizar aquellas posturas que conllevan una carga postural más
elevada. El primer paso es la observación del trabajador durante el desempeño de su
tarea en varios ciclos de trabajo. Dicha observación permite concretar cuáles son las
tareas y posturas más relevantes en función de factores tales como su duración o por
conllevar una mayor carga postural. Una vez determinadas, estas serán las únicas
posturas que serán objeto de evaluación. No obstante y para supuestos de ciclos de
trabajo prolongados en el tiempo, cabe la posibilidad de realizar evaluaciones sucesivas
en intervalos de tiempo regulares. En estos supuestos se deberá tener en cuenta,
además, el tiempo que el trabajador permanece en cada postura.
Un correcto uso del método requiere que sea aplicado al lado derecho y al izquierdo de
forma separada, si bien un evaluador experto puede obtener datos fidedignos
analizando un único lado.
RULA divide en dos grupos el cuerpo. En concreto, el grupo A agrupa los miembros
superiores (brazos, antebrazos y muñecas), mientras que el grupo B, agrupa las piernas,
el tronco y el cuello. A cada zona corporal (piernas, muñecas, brazos, tronco...) se le
asigna una puntuación con arreglo a las tablas del método, para, con arreglo a dichas
puntuaciones, asignar valores globales a cada uno de los grupos A y B.
La medición de los ángulos que forman las diferentes partes del cuerpo del operario
permite la asignación de puntuaciones a los miembros. Además, RULA concreta la
forma de medición del ángulo de cada miembro.
Una vez obtenidas estas puntuaciones (de A y B) se modifican con arreglo al tipo de
actividad desarrollada (estática, repetitiva o dinámica). También se tiene en cuenta la
fuerza requerida en el desempeño de la tarea. Dichos valores globales modificados
permiten obtener la puntuación final.
Por otra parte, RULA distribuye por niveles de actuación las puntuaciones
finales, lo que permite al evaluador implementar las medidas oportunas. En concreto
fija cuatro niveles (del 1 al 4). El último advierte de la necesidad de cambios
inminentes en la tarea.
Puedes encontrar la explicación detallada del método RULA, elaborado por José
Antonio Diego-Más y Sabina Asensio Cuesta, en la web de «Ergonautas» de la
Universidad Politécnica de Valencia en el siguiente enlace:
http://www.ergonautas.upv.es/metodos/rula/rula-ayuda.php
3.3. Levantamiento de cargas
Respecto a la manipulación manual de cargas (es decir, las actividades en las que los
trabajadores tienen que levantar, empujar, arrastrar o transportar objetos o personas
mediante su esfuerzo físico, podemos afirmar que es una de las causas que mayor
número de accidentes de trabajo y de lesiones musculo-esqueléticas provoca, no solo en
la espalda (materializadas en forma de lumbalgias y hernias discales), sino también en
brazos y manos.
Los métodos de evaluación ergonómica más utilizados en este campo son la ecuación
NIOSH, para tareas simples y múltiples, la Guía técnica del INSST para cargas de más
de 3 kg de peso, en postura de pie y tarea simples (ambos para tareas de levantamiento
de cargas), y las tablas de Snook y Ciriello (1991) para tareas de empuje y arrastre.
Método NIOSH
Criterios
Básicamente, son tres los criterios empleados para definir los componentes de la
ecuación:
8 http://www.cdc.gov/niosh/
Criterio biomecánico. El manejo de una carga pesada o el manejo incorrecto de
cualquier carga conlleva la aparición en la zona de la columna vertebral de
unos momentos mecánicos (en concreto en la unión de los segmentos vertebrales
L5/S1). La consecuencia es la aparición de un acusado estrés lumbar. De las
fuerzas de compresión, torsión y cizalladura que aparecen, se considera la de
compresión del disco L5/S1 como principal causa de riesgo de lumbalgia. A
través de modelos biomecánicos, y usando datos recogidos en estudios sobre la
resistencia de dichas vértebras, se llegó a considerar una fuerza de 3,4 kN
como fuerza límite de compresión para la aparición de riesgo de lumbalgia.
Criterio fisiológico. A pesar de que contamos con pocos datos empíricos que
certifiquen que la fatiga es un factor que incrementa el riesgo de daños
musculoesqueléticos, se ha reconocido que las tareas con levantamientos repetitivos
pueden fácilmente exceder las capacidades normales de energía del trabajador,
provocando una prematura disminución de su resistencia, con el consiguiente
aumento de la probabilidad de sufrir una lesión.
Con arreglo a estos tres criterios se determina el límite de peso recomendado (LPR) a
partir del producto de los siguientes coeficientes:
LPR = LC x HM x VM x DM x AM x FM x CM
carga levantada
Índice de
levantamiento= límite de peso recomendado
A partir de aquí NIOSH tiene en consideración tres zonas o niveles de riesgo con
arreglo a los valores que tome el índice de levantamiento:
Antes de comenzar a definir los factores de la ecuación, debe aclararse qué se entiende
por localización estándar de levantamiento. Se trata de una referencia en el espacio
tridimensional para evaluar la postura de levantamiento.
Este factor, HM (en cm), como se puede ver en la figura anterior, se define como la
distancia horizontal entre la proyección sobre el suelo del punto medio entre los
agarres de la carga y la proyección del punto medio entre los tobillos.
Penaliza los levantamientos en los que la carga se levanta alejada del cuerpo. Para
calcularlo se emplea la siguiente fórmula:
9 NTP 477. Levantamiento manual de cargas: ecuación del NIOSH. Madrid: INSST. En esta Nota Técnica
de Prevención se puede consultar un ejemplo práctico de aplicación de este método.
HM = 25 /H
Si V ≥ 25 cm H = 20 + w/2
Si V < 25 cm H = 25 + w/2
Se determina:
VM = (1 - 0,003 [V-75])
donde V es la distancia vertical del punto de agarre al suelo. Si V > 175 cm,
tomaremos VM = 0.
Cuando D < 25 cm, tendremos DM = 1, valor que irá disminuyendo a medida que
aumente la distancia de desplazamiento, cuyo valor máximo aceptable se considera
175 cm.
Se establece: AM = 1-(0,0032A)
Duración
Frecuencia
Corta duración Duración media Larga duración
elev/min
V<75 V ≥75 V<75 V≥75 V<75 V≥75
V< 75 cm V ≥75 cm
Hay que tener en cuenta que la ecuación NIOSH ha sido diseñada para la evaluación
del riesgo asociado al levantamiento de cargas en unas condiciones determinadas. Por
tanto, lleva implícitas una serie de limitaciones que deben ser tenidas en cuenta para un
correcto uso de NIOSH:
Por último, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones relativas al diseño del
puesto de trabajo:
Evitar que el trabajador tenga que realizar alcances superiores a los 38 cm ya que
obligan a realizar una flexión hacia adelante del tronco.
La orientación de las superficies de trabajo deben diseñarse de tal forma que los
movimientos del sujeto se realicen en un ángulo del 90º.
La altura de la superficie de trabajo debe estar próxima a la altura del codo, medida
desde el suelo al codo cuando se encuentra de pie, y del asiento al codo si se
encuentra sentado.
El INSST tiene encomendada la tarea de elaborar una guía técnica para la evaluación y
prevención de los riesgos relativos a la manipulación manual de cargas. Dicha tarea le
ha sido encomendada por el RD 487/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas
de seguridad y salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañe riesgos,
en particular dorsolumbares, para los trabajadores.
En concreto, la guía técnica debe considerar unos valores teóricos máximos de peso de
la carga que sirvan de referencia para una manipulación manual en condiciones
adecuadas de seguridad y salud.
1. Factores de análisis.
Recoge los factores que se deben considerar para evaluar el riesgo por la
manipulación manual de cargas en una tarea. Además, propone una relación de
indicaciones sobre cómo puede influir cada uno de ellos, y ofrece consejos sobre las
medidas preventivas a implementar.
Se divide en cinco fases que tienen por objeto el análisis del puesto a efectos de
detectar los posibles riesgos.
1. El peso de la carga. Es sin duda uno de los principales factores que se deben tener
en cuenta al evaluar el riesgo de manipulación manual. Con carácter general, se
considera que conllevan riesgo todos los objetos que pesen más de 3 kg, mientras
que el peso máximo (en condiciones ideales de manipulación 10) no debe ser superior
a los 25 kg (15 kg en el supuesto de que el trabajador sea mujer, joven o mayor).
En general 25 kg 1 85%
Mayor protección 15 kg 0,6 95%
Trabajadores entrenados
40kg 1,6 Datos no disponibles
(situaciones aisladas)
10Se entiende como condiciones ideales de manipulación manual a las que incluyen una postura ideal
para el manejo (carga cerca del cuerpo, espalda derecha, sin giros ni inclinaciones), una sujeción firme del
objeto con una posición neutral de la muñeca, levantamientos suaves y espaciados y condiciones
ambientales favorables.
11 Guía Técnica para la evaluación y prevención de riesgos relativos a la manipulación manual
de cargas. RD 487/1997 de 14 de abril (2003). Madrid: INSST
Cabe apuntar que la tabla hace referencia a los valores máximos de peso en
condiciones ideales. Siempre que se sobrepasen se deben adoptar medidas
correctivas y preventivas tales como:
o Uso de ayudas mecánicas.
o Levantamiento de la carga entre dos personas.
o Reducción de los pesos de las cargas manipuladas en posible combinación con la
reducción de la frecuencia, etc.
2. Posición de la carga con respecto al cuerpo. Además del peso, otro factor de
gran importancia es que este se encuentre combinado con otros como la postura o la
posición de la carga a los efectos de obtener un rango admisible y evitar riesgos para
la salud.
Por otra parte, el peso recomendado que se puede manejar con arreglo a la posición
de la carga, está contemplado en la siguiente figura:
Fuente: Guía técnica RD 487/1997
En aras de buscar una mayor protección (de hasta el 95% de la población), el peso
máximo teórico de levantamiento no debiera exceder de los 15 kg (hasta 40 kg en el
supuesto de trabajadores sanos y entrenados). Así un trabajador que sepa manipular
una carga ubicada en una mesa para colocarla en un estante, el peso teórico
recomendado sería de 7 kg. Esto se debe a que la zona de manipulación más
desfavorable es la comprendida entre la altura de la cabeza y la altura del hombro y
separada del cuerpo:
No obstante, cuando el peso real de la carga sea superior a este peso teórico
recomendado, se deben implementar acciones correctoras tales como:
o Uso de ayudas mecánicas.
o Reducción del peso de la carga.
o Levantamiento en equipo.
o Rediseño de las tareas de forma que sea posible manejar la carga pegada al
cuerpo, entre la altura de los codos y la altura de los nudillos.
o Utilización de mesas elevadoras que permitan manejar la carga a la altura ya
recomendada, etc.
Hasta 25 cm 1
Hasta 50 cm 0,91
Hasta 100 cm 0,87
Hasta 175 cm 0,84
Más de 175 cm 0
4. Giros del tronco. Para calcular el giro del tronco, se debe determinar el ángulo
formado por la línea que une ambos talones con la línea de los hombros, como se
aprecia en la siguiente figura para un ejemplo de giro de 30º.
Hay que tener en cuenta que los giros del tronco incrementan las fuerzas
compresivas de la zona lumbar.
o Agarre bueno. Las asas deben tener una forma y tamaño que permitan un agarre
confortable con toda la mano y con la muñeca en posición neutral (sin
desviaciones).
Agarre bueno 1
Agarre regular 0,95
Agarre malo 0,9
Duración de la manipulación
Frecuencia de
<1h/día >1h y < 2h > 2h y≤ 8h
manipulación
Factor de corrección
Hasta 10 m 10.000 kg
Más de 10 m 6.000 kg
La postura correcta al manejar una carga es con la espalda derecha, ya que al estar
inclinada aumentan mucho las fuerzas compresivas en la zona lumbar. Se evitará
manipular cargas en lugares donde el espacio vertical sea insuficiente.
9. Las fuerzas de empuje y de tracción. Si se empuja o tracciona una carga con las
manos por debajo de la «altura de los nudillos», o por encima del «nivel de los
hombros», la fuerza no se aplicará nunca de forma correcta con independencia de la
intensidad de esta. Por otra parte, aumenta el riesgo de lesión si el apoyo de los pies
no es firme.
Para finalizar, debemos considerar las posturas forzadas, uno de los factores de
riesgo más importantes en la génesis de los trastornos musculoesqueléticos.
Las molestias causadas por posiciones del cuerpo, de sus segmentos o de sus articulaciones
que no están en posición natural o neutra, hablamos de extensiones, flexiones o rotaciones,
son de aparición lenta, y en apariencia de carácter inofensivo, por lo que se suele ignorar el
síntoma hasta que se hace crónico y entonces aparece el daño de forma permanente.
También, dentro de este campo, deberemos atender a las posturas estáticas, es decir,
aquellas posturas que deben mantenerse durante largos períodos de tiempo (más de 4
segundos como mínimo), como es el caso del trabajo con PVD.
La causa principal que provoca la adopción de posturas inadecuadas suele ser el mal
diseño del puesto de trabajo, por lo que se debe prestar la máxima atención a adquirir
el hábito de mantener una postura correcta. A este respecto, deberemos evitar ciertas
posturas, como las estáticas prolongadas (caso de las PVD), desviaciones de la muñeca,
uno o ambos brazos por encima del nivel del hombro, giros de la cabeza, espalda
inclinada o girada y rodillas flexionadas y trabajo de rodillas.
Método OWAS
Estos autores obtuvieron conclusiones del estudio de los trabajos del sector de acero de
Finlandia. Dichas conclusiones fueron extrapoladas y reflejadas en OWAS.
A modo de introducción cabe destacar por último que los programs informáticos
basados en los cálculos de OWAS se han constituido en la base del denominado
«método de carga postural por excelencia».
Espalda (4 posiciones).
Brazos (3 posiciones).
Piernas (7 posiciones).
Carga levantada (3 intervalos).
El método parte de una toma de datos y posiciones que pueden ser registradas por
medio de la simple observación del trabajador o la visualización de fotografías o vídeos.
Cada postura recibe un código identificativo, de tal forma que se da una relación
unívoca postura-código, que recibe la denominación común de código de postura.
12 Karhu, O.; Kansi, P.; Kuorinka, I. (1977). Correcting working postures in industry: A practical method
for analysis. Applied Ergonomics, 8(4), 199-201.
riesgo. Además, el método plantea una propuesta de acción para cada categoría, en la que
establece la necesidad o no de rediseñar la postura y la premura con que debe hacerse.
Por último, con arreglo al análisis del cálculo de las categorías de riesgo para las
posturas observadas será posible describir las posturas más inadecuadas y formular las
acciones correctivas que se deben acometer para mejorar el puesto de trabajo.
OWAS comienza recopilando por medio de la observación, las posturas que adopta el
sujeto en su puesto de trabajo. A mayor número de posturas observadas, menor riesgo
de error. A modo de guía, 400 observaciones reducen a la mitad el riesgo de error (5%)
con respecto a 100 observaciones (10%). A continuación se asigna a cada postura
(espalda, brazos y piernas) cuatro dígitos, lo que configura su código identificativo o de
postura. Cuando la observación se divide en fases, OWAS añade un quinto dígito
(«fase») para concretar la fase en que se ha observado la postura codificada.
Posiciones de los brazos (segundo dígito del código de postura). Los dos brazos bajos
(valor 1); un brazo bajo y otro elevado (valor 2); los dos brazos elevados (valor 3).
Posiciones de las piernas (tercer dígito del código de postura). La tabla ofrece el
valor del dígito relativo a las piernas en siete posiciones diferentes.
Fuente: http://campus.ibv.org/file.php/1/PDF_SABER_MAS/Fund-ErgoIBV-Post_OWAS_.pdf
Cargas y fuerzas soportadas (cuarto dígito del código de postura). Consiste en concretar
a qué rango de cargas (de las tres planteadas por OWAS) corresponde la que el sujeto
levanta cuando adopta la postura. Se determina con arreglo a la siguiente tabla:
Menos de 10 g 1
Entre 10 y 20 kg 2
Más de 20 kg 3
Codificación de fase (quinto dígito del código de postura). Solo se debe contemplar
cuando el evaluador decide dividir la tarea objeto de estudio en más de una fase
(evaluaciones multifase). Como el método original no concreta los valores concretos para
el dígito de la fase, dichos valores vendrán determinados por el criterio del evaluador:
Categorías de riesgo
OWAS clasifica en cuatro niveles (o categorías) de riesgo los distintos códigos. A su vez,
cada categoría de riesgo indica cuál es el posible efecto de cada postura en el sistema
muscloesquelético.
4 Postura con efectos muy dañinos sobre el Se deben adoptar acciones correctivas
sistema músculo-esquelético de modo inmediato
Una vez codificadas las posturas y conocidas las posibles categorías, a cada código de
postura se debe asignar la categoría de riesgo que le corresponda con arreglo a las
posibles combinaciones expuestas en siguiente tabla:
Tabla de clasificación de las Categorías de Riesgo de los «Códigos de postura».
Fuente: José Antonio Diego-Más y Sabina Asensio Cuesta en:
http://www.ergonautas.upv.es/metodos/owas/owas-
ayuda.php
Tabla de clasificación de las Categorías de Riesgo de las posiciones del cuerpo según su frecuencia relativa.
Fuente: José Antonio Diego-Más y Sabina Asensio Cuesta en:
http://www.ergonautas.upv.es/metodos/owas/owas-
ayuda.php
98
Capítulo 4
Cargamental:definición,
características y factores
principales
Capítulo 4: Carga mental: definición, características y factores principales
Aproximación al concepto
Todo trabajo conlleva una carga que requiere tanto exigencias físicas como
mentales, razón por la que diferenciamos la carga física de la carga mental. Los
métodos actuales de producción requieren una mayor carga mental debido a que
cada vez es menos necesario un contacto directo con los materiales y su
transformación 1.
Dicho de otra forma, no podemos encontrar ningún trabajo que sea puramente físico ni
puramente mental, ya que en cualquier tarea ambos aspectos van a estar presentes,
pero con mayor o menor peso. Por tanto, diferenciamos el trabajo físico del mental en
función del tipo de actividad que predomine. Por tanto, hablaremos de carga física de
trabajo cuando la actividad desarrollada sea fundamentalmente física, y de carga
mental de trabajo cuando la actividad conlleve un mayor esfuerzo intelectual.
Trabajo
Individuo
Grado de movilización
1 Hanckok, P.A; Meshkati, N. (1998). Human mental workload. Amsterdam: North Holland.
2 Drenth, P. J. et al. (1983). Handbook of Work and Organizational Psychology (Vol. 1). New York:
John Wiley and Sons.
Efectos facilitadores
Efectos perjudiciales
Por tanto, podremos hablar de carga de trabajo inadecuada cuando las exigencias de la
tarea no se correspondan con las capacidades del trabajador. En ese supuesto podemos
hablar de incapacidad para dar respuesta al trabajo encomendado.
En este sentido cabe apuntar que la tecnología, si bien libera del trabajo físico, conlleva
un incremento del volumen de información que el trabajador debe interpretar.
La carga mental está condicionada por varios factores, entre los que destaca el tiempo
que el sujeto debe dedicar a elaborar en su memoria las respuestas a la información
recibida. Así, la carga mental aparece cuando el proceso requiere de un esfuerzo
elevado que se realiza de forma consciente y con continuidad.
Dicho proceso requiere por tanto, de un alto grado de atención (capacidad para
permanecer en estado de alerta) y de concentración (capacidad del sujeto de
mantener la atención para realizar una o varias tareas).
Carga psíquica. Hace referencia a factores relacionados con el trabajo como tareas
que requieren de altos niveles de tensión o conllevan un riesgo elevado. Genera
tensión e incertidumbre en la toma de decisiones.
Carga cognitiva. Es propia de aquellas tareas que requieren de una organización
compleja o de la realización de varias tareas de forma simultánea.
Atención Concentración
Carga mental
Carga psíquica Carga cognitiva
Tensión e incertidumbre
La carga mental puede ser analizada desde otras dos dimensiones; la sobrecarga o
trabajo excesivo y la infracarga o escasa actividad. Tanto una como la otra pueden tener
efectos negativos.
La complejidad del concepto carga mental de trabajo viene determinada por los
numerosos conceptos y factores que lo definen y que es necesario tener en cuenta. Los
principales son4:
4 Mondelo, P.R., Gregori, E., Barrau, P. Carga Mental, Fundamentos de Ergonomía. Madrid: Mutua
Universal y Ediciones UPC.
Cabe mencionar, por último, el efecto de las denominadas fatigas periféricas, que
vienen determinadas por la información que el sujeto procesa del entorno, que se
suman a las procedentes de los requeridos para realizar la tarea concreta. La fatiga
periférica exige un esfuerzo extra al cerebro ya que tiene que procesar otros estímulos
como los ruidos, conversaciones del espacio de trabajo, etc. También constituye un
factor de fatiga periférica el estado de ánimo del sujeto 5 ya que influye en su capacidad
de respuesta.
Las exigencias de la tarea y la capacidad de respuesta del trabajo son, como hemos
dicho, los factores que intervienen en la carga que representa una tarea concreta.
Condiciones extralaborales
Condiciones del puesto de trabajo
5 Abe, J. A.; Izard, C. E. (1999). The developmental functions of emotions: An analysis in terms of
Differential Emotions Theory. Cognition and Emotion, 13, 523-549.
Demandas de la tarea
1. Contenido de la tarea
Nos referimos en este apartado a las exigencias que guardan relación con la carga
mental del trabajo, es decir, las referidas a tareas que exigen sobre todo de un esfuerzo
mental. Se abordan los requerimientos de la tarea que están su vez condicionados por
la información que recibe el trabajador para su desempeño. Dicha información se
materializa a través de estímulos que son recibidos por el cerebro, responsable a su vez
de su procesamiento. El procesamiento de la información requiere por tanto de una
actividad cognitiva que se desarrolla en varias fases:
Detección de la información. Para que este proceso culmine con éxito, en primer
lugar es necesario que el sujeto perciba e interprete correctamente las señales.
Decodificación de la misma. Al interpretar las señales un operario sabe por ejemplo
que una máquina no funciona bien si emite un ruido extraño.
Identificación e interpretación de la información.
Diseño de las respuestas posibles.
Selección de la respuesta más acorde.
Emisión de la respuesta, que precede al acto mismo de ejecución de la acción.
Detectar la información
Identificarla, decodificarla,
interpretarla
Emitir la respuesta
Forma en que se
Rapidez de respuesta
recibe la información
Tratamiento de la información
Dos tareas similares desarrolladas en centros de trabajo distintos no tienen por qué
coincidir en la carga que implican, ya que las condiciones ambientales afectan a la
misma. Así, factores como el ruido, la temperatura o la iluminación también
determinan la carga mental de trabajo. Dichos factores no solo inciden en el bienestar
del trabajador, sino que tienen repercusión en la probabilidad de sufrir accidentes y de
padecer determinado tipo de enfermedades.
3. Aspectos del entorno psicosocial y de la organización
Otros factores que determinan a su vez las exigencias mentales de una tarea son los
relacionados con el ambiente físico. Nos referimos a factores como la adaptación del
espacio físico y del mobiliario, que condicionan el nivel de comodidad.
No obstante, los factores físicos que más influyen en la carga mental son aquellos
relacionados con las fuentes de emisión de la información que el trabajador debe
manejar. En los trabajos que requieren del manejo de ordenadores intervienen factores
como la definición de las pantallas o la complejidad de los programas.
Capacidad de respuesta
Con carácter general podemos decir que los seres humanos tenemos una capacidad
limitada de respuesta, si bien esta varía en función de unos y otros sujetos. Se
encuentra condicionada por factores como la personalidad (carácter introvertido o
extrovertido), nivel de inteligencia, estado de salud, edad, formación, etc. A estos
factores se deben añadir otros como las circunstancias personales del trabajador, que se
puede encontrar condicionado por su situación, familiar, laboral e incluso social6.
6 Rubio Valdehita, S.; Díaz Ramiro, E. (1999). La medida de la carga mental de trabajo II: Procedimientos
subjetivos. Boletín Digital de Factores Humanos, nº21.
A modo de resumen podemos indicar que el rendimiento del sujeto en su puesto se
encuentra relacionado con la interacción de varios factores como los relativos a las
exigencias del trabajo (exigencias mentales de la tarea) y a su capacidad de respuesta
(características individuales y extralaborales).7
A la hora de diseñar un puesto de trabajo se deben identificar con carácter previo los
factores que intervienen en la carga mental de trabajo. Dichos factores se pueden
agrupar en cuatro grandes grupos:
7 Welford, A.T. (1977). La charge mentale de travail comme fonction des exigences de la capacité,
de la stratégie et de l´habilité. Le travail humain, 1977, Vol. 40, nº2.
8 Pérez Morral, F. (1986). Evaluación de las Condiciones de Trabajo: el método L.E.S.T. Madrid: INSST.
3. Condiciones de iluminación. La iluminación debe ser la óptima para la tarea
concreta. En este sentido hay que evitar efectos nocivos como los
deslumbramientos.
4. Calidad del aire. Se requiere de una adecuada renovación del aire para evitar
malos olores, humos, vapores que pueden incidir de forma negativa en la
realización de la tarea.
5. Factores sociales y de organización. Entre ellos podemos citar los trabajos a
turnos, relaciones con los clientes, tipo de organización laboral, cohesión de los
grupos o la jerarquía de mando.
La carga mental puede acarrear diversas consecuencias para el trabajador, entre las que
destaca la fatiga mental, que hace acto de presencia cuando la capacidad de respuesta
del sujeto es inferior al esfuerzo que se le exige. En este sentido podemos definir
la fatiga mental 10 como la «dificultad para mantener la atención y para concentrarse y,
en general, la falta de rendimiento del pensamiento, tras realizar un esfuerzo mental,
que suele acompañarse de una disminución de la eficacia para realizar las tareas».
Conlleva
9 Rubia Valdehita, S.; Díaz Ramiro, E. (1999). La medida de la carga mental de trabajo I: indices basados
en el rendimiento. Boletín Digital de Factores Humanos, nº 20.
10 Arquer, M.I. (1997). Carga mental de trabajo: fatiga. Madrid: INSST.
por tanto una disminución de la capacidad física y mental del trabajador tras haber
realizado una tarea durante un tiempo determinado.
Una vez vista su definición, interesa conocer cuáles son las consecuencias de la fatiga
mental. En líneas generales afecta a todo el organismo originando una serie de
disfunciones tanto físicas como psíquicas que generan una disminución del
rendimiento. Se presenta en dos vertientes:
Depresión
Cansancio
Insomnio
Movimientos torpes
Fatiga Fatiga
normal crónica Irritabilidad
Sueño
Falta de motivación
Descenso del nivel de atención
Consecuencias familiares y laborales
La diferencia entre ambas estriba en que la fatiga es una consecuencia normal del
trabajo por lo que no representa un problema cuando se enmarca dentro de unos
parámetros.
Sin embargo, la fatiga se puede tornar crónica cuando las exigencias mentales de
la tarea son excesivas para la capacidad del trabajador encargado de su ejecución.
La fatiga hace acto de presencia como una señal de alarma mediante la que el
organismo advierte de la necesidad de un descanso. Se trata por tanto de
una reacción homeostática del cuerpo en su intento de recuperar el equilibrio.
Sus síntomas más habituales son11:
Cansancio.
Movimientos torpes.
Sueño.
Descenso del nivel de atención.
Como hemos dicho, el estrés afecta a la toma de decisiones 12, algo que en materia de
seguridad puede resultar fatal (flexibilizar las exigencias en materia de prevención para
cumplir unos plazos). Además, la fatiga por una excesiva exigencia de atención durante
largos periodos de tiempo puede conllevar que se produzcan lapsus que pueden ser el
origen de graves fallos.
Por otra parte, la fatiga está también relacionada con la motivación 13, que tiende
a disminuir conforme el trabajador se siente más fatigado. En sentido contrario,
un trabajo que carezca de motivación hace que los síntomas de la fatiga aparezcan
antes. Por tanto, cuando la motivación es elevada lo normal es que los síntomas de la
fatiga no hagan acto de presencia hasta que esta sea muy elevada. La fatiga normal se
recupera con facilidad por medio del descanso, que se logra introduciendo pausas o
descanso o mediante la alternancia entre varias tareas.
Cuando no obedecemos a las señales de alerta de fatiga que nos envía el organismo, es
cuando la fatiga deja de ser normal y reversible para tornarse en fatiga crónica. Para
evitar este efecto se deben modificar las exigencias del trabajo para acomodarlas a las
características del trabajador. En caso contrario se mantendrá el desequilibrio entre la
capacidad del organismo y el esfuerzo que se requiere para cumplir con las exigencias
de la tarea. Por tanto, la fatiga crónica es la consecuencia de una tarea que exige una
concentración y esfuerzo a las que el trabajador no puede adaptarse.
Como se puede advertir, las consecuencias para el trabajador de la fatiga crónica son
mucho más graves que las de la fatiga normal y pueden ser de carácter orgánico, físico o
psicosomático (depresión, falta de motivación, insomnio, irritabilidad…) Se
caracterizan además porque sus efectos no se manifiestan solo durante el trabajo, sino
que pueden acompañan al trabajador las 24 horas del día. En paralelo, conllevan
consecuencias para la organización, entre las que cabe destacar las bajas
laborales, y para la familia del afectado que tiende a trasladar su situación
laboral al ámbito familiar. Como se dice de modo habitual, «se lleva los problemas a
casa».
114
Ca p ítulo 5
Evaluación y prevención
de la carga mental
Capítulo 5: Evaluación y prevención de la carga mental
Como en la actualidad no existe una única medida que nos ofrezca datos objetivos de la
carga mental, se suelen utilizar algunos de los diversos métodos que existen para llegar
a una evaluación global de las condiciones de trabajo y que suelen incluir un apartado
relativo a la carga mental.
1 Tsang, P.S. y Velázquez, V.L. (1996). Diagnosticy and multidimensional subjective workload ratings.
Ergonomics, 39,3,358-381.
2 Dalmau, I.; Nogareda, S. (2010). Evaluación de las condiciones de trabajo: métodos generales.
Madrid INSST.
Hoy en día contamos, además de los métodos globales citados, con escalas diseñadas
con carácter específico para medir la carga mental. Su nivel de fiabilidad es muy alto 3,
tal y como se ha demostrado de forma empírica. Su fundamentación se asienta en la
formulación de una batería de preguntas-filtro mediante las que cada respuesta es la que
condiciona el contenido de la pregunta siguiente. A tal fin presentan la forma de un árbol
lógico al objeto de que la secuencia de preguntas y respuestas arrojen conclusiones que se
ajusten a la realidad.
Métodos generales
De modo más concreto respecto a los métodos propuestos en los párrafos precedentes,
cabe apuntar que los diferentes métodos de evaluación han usado indicadores de carga
mental con arreglo de las reacciones del sujeto ante situaciones de exceso de carga que
conllevan diversas alteraciones de tipo comportamental y fisiológico. Por regla general,
se suelen utilizar varios de estos métodos a la vez ya que los resultados más fiables son
los obtenidos de la media de los mismos.
3
Mondelo, P.R., Gregori, E., Barrau, P. Carga Mental, Fundamentos de Ergonomía. Madrid:
Mutua Universal y Ediciones UPC
1. Método R.N.U.R. o Método del perfil del puesto.
Este método, al igual que otros similares, es de aplicación para evaluar la carga
mental en puestos de trabajo de ciclo corto o repetitivos, como es el caso de una
cadena de montaje. No obstante, por analogía pueden ser de aplicación para el
estudio de la carga mental (o carga nerviosa) en otro tipo de tareas.
Método RNUR
Renault
Carga nerviosa carga
mental Carga nerviosa dos
factores:
- Operaciones mentales
Evaluación de factores del individuo
- Niveles de atención
(métodos generales) Método de evaluación del INSHT de
factores psicosociales (FPSICO)
Como hemos visto, la mayoría de los métodos expuestos hasta ahora abordan la carga
mental como una más de las variables que analizan. No obstante, existen algunos
métodos que se centran en la carga mental, para lo que han desarrollado escalas
específicas.
1. Escala de Cooper-Harper
Fuente: INSST
4 http://ntrs.nasa.gov/archive/nasa/casi.ntrs.nasa.gov/19940008836.pdf
2. Escala de Bedford
A diferencia de las anteriores, evalúa la carga mental con arreglo a una escala de 0 a
100 a través de intervalos de 5 unidades. Fue planteada por Vidulich y Tsang
en 1987 7.
Para evaluar la carga mental, parte de que esta se encuentra condicionada por
tres variables (tiempo, estrés y esfuerzo mental). Esta escala fue desarrollada por el
grupo de investigación Reid y col., entre 1981 y 1982. Destaca por su capacidad de
medir las variaciones de la carga mental de distintas tareas (mentales, manuales,
etc.)8.
5 Connor and Wierwille, 1983; Wierwille and Connor, 1983; Wierwille, 1983; Wierwille, Rahimi,
and Casali, 1985; Skipper, Rieger, and Wierwille, 1986; Wierwille and Eggemeier, 1993) Evaluation of a
variety of mental workload estimation techniques using graded tasks as independent variables.
Virginia Tech Transportation Institute en www.wierwille.us/. Última consulta, 15/09/2012
6 Rubio Valdehita, Susana; Díaz Ramiro, Eva M. (1999). Las Medidas de la Carga Mental de
Trabajo I: índices basados en el rendimiento. Boletín Digital FH 20. Baergo.
7 Gillet B. (1987). La psychologie en ergonomie: Traité de psychologie ergonomique. Issy-les-
Moulineaux: EAP.
8 Reid, G. B.; Nygren, T. E. (1988). The subjective workload assessment technique: a scaling procedure
for measuring mental workload. In P. A. Hancock and N. Meshkati (eds), Human Mental
Workload. Amsterdam: North-Holland. pp. 185 -218.
9 Hart, S. G.; Staveland, L. E. 1988, Development of NASA-TLX (Task Load Index): results of empirical
and theoretical research. In P. A. Hancock and N. Meshkati (eds), Human Mental Workload
(Amsterdam: North-Holland),139± 183.
10 Tsang, P.S., & Velazquez, V.L. (1996). Diagnosticity and multidimensional subjective workload ratings.
Ergonomics, 39(3), 358–381.
Escala de Cooper-Harper
Origen: medir la carga en sistemas de control manual.
Árbol lógico por medio de la formulación de preguntas-filtro que
determinan la siguiente respuesta.
Escala de Bedford
Trabajador valoración propia sobre la carga mental que le supone
una actividad concreta, así como sobre el espacio libre o residual que
le queda a su finalización.
Actividad ocular
Actividad cortical
Alteraciones en el trabajador
Medidas de alteraciones psicológicas Objetivos
Subjetivos
Indicadores de rendimiento
Evaluación del comportamiento
Estudio de métodos operacionales
La carga mental de trabajo genera una serie de reacciones fisiológicas en el sujeto que
se pueden medir con arreglo a las reacciones del organismo. Las principales reacciones
se han agrupado en indicadores:
Para detectar las alteraciones psicológicas que tienen su origen en la carga mental se
utilizan métodos objetivos y subjetivos.
La fatiga tiene una relación directa con las alteraciones en el comportamiento del sujeto
que influye a su vez en el desempeño de su trabajo. Se puede medir mediante una serie
de indicadores:
La carga o fatiga mental constituye un problema de primer orden frente al que se deben
adoptar medidas para, cuando menos, minimizar sus efectos. Dichas medidas han de
tener en consideración todos los factores que intervienen, tales como las condiciones
del puesto, el esfuerzo que requiere o las características y circunstancias personales del
sujeto.
Con respecto a las condiciones del puesto, la prevención en esta materia debe pasar por
la mejora de distintos factores:
Aunque ya la hemos citado, una de las medidas más eficaces para prevenir la carga
mental es introducir pausas. Se ha demostrado que es un antídoto eficaz contra la
fatiga, siempre y cuando se diseñen de forma que permitan desconectar de la tarea.
Aunque no siempre es posible los más adecuado es las pausas se pudieran realizar
cuando aparezcan los primeros síntomas de fatiga. En caso contrario, cuando menos se
debe establecer una regulación equilibrada de los descansos. Por otro lado, no todos los
sujetos responden de igual forma a las pausas. Así, mientras que para unos ayudan a
mejorar su rendimiento, para otros, con mayor capacidad de concentración, pueden
interpretarlas como un interrupción molesta cuando le son impuestas. Para su
12 Piqueras, J.A., Ramos, V., Martínez, A.E. y Oblitas, L.A. (2009). Emociones negativas y su impacto en
la salud mental y física. Suma Psicológica, 16, 2, 85-112.
organización, tanto en tiempo como en duración, se debe tener en consideración las
características propias del trabajo (nivel de dificultad, etc.) y capacidad de resistencia
del trabajador. Esto es debido a que cada persona presenta un nivel distinto de
resistencia ante la fatiga que viene determinado por factores como la edad, su estado
físico y emocional, etc.
Aproximación a la materia
La primera parte de la norma ofrece una visión global de la carga mental para lo que
define los aspectos más importantes relativos a la misma. Además, se marca el objetivo
de unificar una terminología de uso común para los expertos en la materia. Entre otros,
define conceptos como estrés (stress/presión mental) y tensión mental (strain). Así:
Presión mental. «Es el total de todas las influencias valorables que inciden en un ser
humano», factores externos también definidos como exigencias mentales.
Tensión mental (mental strain): es el «efecto inmediato de la presión mental en el
individuo (no el efecto a largo plazo), que depende de sus condiciones previas
habituales y actuales, incluidos los estilos individuales de afrontamiento (coping)».
Desde un punto de vista semántico, la tensión mental es lo mismo que la carga y la
fatiga mental.
La presión mental, como hemos dicho inherente a toda tarea, conlleva un aumento o
una disminución de la tensión mental.
Tiene por objeto una concepción correcta del trabajo y una utilización adecuada de las
capacidades humanas, con el fin de asegurar las condiciones de trabajo óptimas sobre
el plano de la salud y la seguridad, del bienestar, del rendimiento y de la eficacia. Para
lo cual y como hemos indicado, ofrece las recomendaciones de diseño de los sistemas
de trabajo.
Podemos añadir que la Norma ISO 10075 (2º parte) «principios de concepción»
considera que junto a los aspectos cuantitativos, hay que tener en cuenta las diferencias
cualitativas de la carga de trabajo mental, por ejemplo, distinguir las tareas perceptivo-
motoras de aquellas que necesitan una memorización importante.
Contenido de trabajo
Hace referencia a las exigencias del trabajo, que se concreta por medio del tipo y
cantidad de información que el sujeto recibe. La tarea no es sino la respuesta a dicha
información.
Condiciones ambientales
La carga mental de trabajo está también relacionada con las condiciones ambientales,
razón por la que la Norma ISO 10075 aboga por un diseño adecuado de dichas
condiciones y optimizar la percepción y el tratamiento de la información.
La Norma señala la necesidad de que los puestos de trabajo se diseñen con arreglo a un
óptimo acondicionamiento físico como la adaptación del mobiliario o las formas y
soportes en que se presenta la información.
Como hemos visto, en esta materia es fundamental el correcto diseño del puesto de
trabajo, motivo por el que lo más adecuado es contar con el trabajo de ergónomos en la
concepción del mismo. Si, además, el centro de trabajo se encuentra en fase de
proyecto, se debe implicar también a los arquitectos e ingenieros. En los casos en que se
deban modificar puestos de trabajo ya existentes, lo ideal es que el trabajador se
involucre también en su restructuración ya que su experiencia y formación pueden
resultar de gran ayuda.
La carga de trabajo mental puede verse influida por una diversidad de factores, tales
como el equipamiento técnico, el ambiente o la estructura de la organización. Además,
intervienen factores personales (motivación, rendimiento, formación…) Por tanto, se
requiere contemplar todos estos factores en la fase de diseño del puesto.
Como hemos visto, la Norma ISO 10075 plantea una relación de medidas que se deben
contemplar en el diseño de los puestos de trabajo a los efectos de
prevenir consecuencias negativas sobre el trabajador, entre las que se encuentra la
carga mental.
Entre otras medidas cabe destacar las de ajustar la duración de las jornadas y la
introducción de pausas. No obstante, siempre hay que tener presente que la carga
mental se debe reducir hasta un nivel óptimo, ya que por debajo de este (subcarga)
también pueden aparecer efectos negativos. Se trata en definitiva de facilitar los
estímulos necesarios para que el trabajador no caiga en la monotonía y en el
aburrimiento.
En este sentido, la ISO 10075 denomina dichas situaciones como estados similares a la
fatiga, entre los que cita la monotonía, la hipovigilancia y la saturación mental. A modo
de antídoto o mejor dicho, de medicina preventiva, la Norma plantea una serie
de consejos para prevenir su aparición:
Rotación de tareas.
Ampliación de tareas.
Enriquecimiento de las tareas.
Mecanización o automatización de las funciones repetitivas con exigencias de
trabajo muy restringidas.
En el caso concreto de la monotonía, son varios los factores que pueden contribuir a
acrecentarla:
Trabajar en solitario.
Ambientales (exceso de calor, frío, humedad…)
La ausencia de pausas.
Falta de motivación ante la imposibilidad o dificultad de cambiar de puesto o
ascender.
Falta de actividad física.
Jornadas vespertinas o nocturnas (son más sensibles a generar monotonía).
Por último se debe tener en cuenta las características de cada sujeto a la hora
de percibir una posible situación de carga mental. A tal fin la ISO 10075 establece
que se ha de considerar a los trabajadores en el diseño de las tareas y tener en
cuenta sus características individuales.
La Norma ofrece la siguiente tabla con propuestas para prevenir los principales efectos
negativos de la carga mental:
Esta norma establece los principios ergonómicos que se deben tener en cuenta durante
el proceso de diseño de las máquinas (equipos de trabajo). Parte de la premisa de que
las máquinas que son diseñadas con arreglo a principios ergonómicos no solo son más
seguras, sino también más eficaces. Por tanto, a la hora de adquirir una máquina puede
ser muy útil conocer si está diseñada con arreglo a dicha Norma, enfocada además a la
prevención de la fatiga mental.
1. La operación del equipo de trabajo debe estar por debajo, o cuando menos no
sobrecargar, la capacidad mental de los trabajadores.
2. En cuanto a la información, debe presentarse de tal forma que sea inteligible para
cualquier trabajador.
3. Además toda la información debe ser de fácil acceso para los trabajadores.
4. En los sistemas interactivos habrá de mantenerse la coherencia entre los distintos
iconos y comandos.
Esta Norma se centra en la fase de proyecto de las condiciones de trabajo, a los efectos
de tener presentes los factores que se han de considerar para garantizar el bienestar y
seguridad del trabajador. Dicho proyecto contemplará también la eficiencia tanto
económica como tecnológica.
A tal fin, plantea una relación de medidas que se deberán considerar para mejorar la
calidad del proceso de trabajo:
1. Establecimiento de pausas.
2. Enriquecer el puesto de trabajo programando para un mismo sujeto operaciones
sucesivas que se correspondan con actividades diferentes.
3. En línea con la anterior, realizar operaciones sucesivas dentro de la misma actividad.
4. Rotación voluntaria entre distintos puestos de trabajo.
Además de las citadas medidas, se deberá tener en cuenta:
Como hemos podido advertir, la figura clave es la del empresario en tanto en cuanto
es quien tiene la responsabilidad de implementar las medidas que garanticen la
seguridad y la salud de los trabajadores en el desarrollo de sus tareas.
Por tanto, la evaluación de los riesgos 1 será el proceso que permita al empresario
(entendido por tal el cuadro directivo de la organización) implementar las
medidas pertinentes para garantizar la salud de los trabajadores.
Una vez realizada la evaluación, en el caso de que se detecten potenciales peligros para
la salud de los trabajadores, se deberán implementar las medidas correctoras
y preventivas oportunas por medio de un programa de mejora que, tras su
puesta en práctica, debe ser controlado en su ejecución. 2
Sin olvidar la importancia de las medidas correctoras y preventivas, en este tema nos
centraremos en la fase de evaluación de las condiciones en que se desarrolla la tarea
desde una perspectiva psicosocial. Esto es debido a que a menudo las evaluaciones de
riesgos laborales se centran en exclusiva en los potenciales riesgos físicos y tienden a
1 C.E. Directrices para la evaluación de riesgos en el lugar de trabajo (1996). Luxemburgo: Oficina
de Publicaciones de las Comunidades Europeas.
2 Sánchez Iglesias, M. et al. (2005). Manual de Gestión de Prevención de Riesgos Laborales.
Madrid: Fremap.
3 Andersen, I., Borritz, M., Christensen, K.B. & Diderichsen, F. (2010). Changing job-related burnout
after intervention. A quasi-experimental study in six human service organizations. Journal of
Occupational & Environmental Medicine, 52, 318-323.
4 Bakker, A. B., Demerouti, E., de Boer, E. & Schaufeli, W. B. (2003). Job demands and job resources
as predictors of absence duration and frequency. Journal of Vocational Behavior, 62.
» A raíz de una evaluación general de los riesgos laborales con el objeto de analizar
con mayor detalle actividades concretas, determinados grupos de trabajo, etc.
» En todo proceso de comprobación de que las medidas de prevención implementadas
son las más adecuadas y, con carácter general, con motivo de una evaluación general
de riesgos.
Antes de pasar a analizar cómo realizar una evaluación o estudio psicosocial, conviene
detenerse en lo que se entiende por factores psicosociales y los riesgos asociados a los mismos.
Relación trabajo-familia
Gestión de los RRHH
Política y filosofía de la organización
Responsabilidad social
Estrategia empresarial
Tipo de contrato
Condiciones de empleo Salario
Diseño de carreras
Rotación de puestos
Diseño del puesto
Trabajo grupal
Demandas laborales
Autonomía y control
Calidad en el trabajo Apoyo social
Horas de trabajo
Seguridad física
Basado en: Moreno, B. y Báez, C. (2011). Factores y riesgos psicosociales, formas, consecuencias,
medidas y buenas prácticas. Madrid: INSST. Recuperado de:
https://www.insst.es/documents/94886/96076/Factores+y+riesgos+psicosociales%2C+formas
%2C+cons ecuencias%2C+medidas+y+buenas+pr%C3%A1cticas/c4cde3ce-a4b6-45e9-9907-cb4d693c19cf
Relaciones Aislamiento físico o social, escasas relaciones con los superiores, falta
interpersonales de apoyo social.
Baja participación en la toma de decisiones, falta de control sobre la
Control
carga de trabajo.
Con carácter general, las tres primeras fases configuran una unidad o etapa que
podemos definir como de análisis de los factores de riesgo psicosociales
(dimensión cognitiva de la evaluación). Dicha etapa inicial, en unión con la cuarta fase
(de análisis de los resultados) configura la dimensión evaluativa. Llegados a este punto,
las conclusiones del análisis deben incorporar juicios de valor sobre la idoneidad o no
de las condiciones de trabajo en su dimensión psicosocial, seguida de una concreción
de las prioridades de intervención. Con carácter general, al conjunto de estas fases se le
denomina gestión de los riesgos.
En cualquier caso, este proceso debe contar con la implicación de todas las personas
implicadas en aras de garantizar su validez y viabilidad, con especial hincapié en los
mandos directivos. En líneas generales, los cuadros de mando deben asumir su
responsabilidad y el conjunto de la plantilla debe ser tenida en cuenta en la
planificación, valoración y toma de decisiones, así como en la fase de aplicación. Estas
sinergias deben superar la barrea inicial que supone que dirección y empleados suelen
tener intereses y motivaciones diferentes.
5 Piotet, F., Mabile, F. (1991). Condiciones de Trabajo: Instrucciones de uso. Barcelona: INSST.
Por tanto, se impone lograr la implicación de todos los grupos implicados a fin de
superar las diferencias de intereses6.
Dicha implicación conjunta toma más relevancia si cabe en la evaluación de los riesgos
psicosociales en tanto en cuanto no existe una regulación normativa específica y unos
criterios técnicos aceptados. Por tanto, lo más eficaz en este ámbito son las
conclusiones obtenidas del acuerdo específico entre los implicados.
Aplicación metodología
Diseño metodológico
Análisis de resultados
Ge stión de los rie sgos Participación de todos
Seguimiento
En caso contrario, será muy difícil llegar a identificar y aislar las causas reales que
generan dichos problemas y determinar la estrategia adecuada para afrontarlos.
6 Bakker, A. B., Van der Zee, K. I., Lewig, K. A., & , L. K. A. (2006). The relationship between the Big
Five personality factors and burnout: a study among volunteer counselors. Journal of Social Psychology,
146, 31-50.
7 Benach, J., Amable, M., Muntaner, C., & Benavides, F. G. (2002). The consequences of flexible work
for health: are we looking at the right place? Journal Epidemiology Community Health, 56, 405-406.
Al hilo con lo anterior, hay que tener en cuenta la dificultad que conlleva definir una
situación de trabajo concreta y categorizarla por separado como potencialmente nociva
para la salud. Así, Laurent Vogel8 afirma, en relación con la definición de los problemas
relacionados con la salud mental, que «es, más bien, la capacidad de los colectivos y de los
individuos para afrontar de modo satisfactorio las exigencias múltiples y frecuentemente
contradictorias del trabajo, lo que será determinante sin que ninguna de estas exigencias
tomada aisladamente pueda ser identificada como un factor unívoco de riesgo».
Con carácter previo a realizar la evaluación, debemos compilar toda la información que
nos sea posible, para lo que es preciso acudir a determinadas fuentes. Entre las más
importantes cabe citar:
Debido a que los encontramos aún en una primera fase de evaluación del problema, es
conveniente que los métodos que apliquemos sean poco complejos. No obstante, debemos
8 Vogel, L. (2002). La organización del trabajo un ámbito decisivo en la lucha contra los
sufrimientos psicológicos. Lan harremanak: Revista de relaciones laborales, extra 1, 93-102.
Una vez centrada la cuestión, y con arreglo a los datos obtenidos, debemos concretar
qué ámbitos o departamentos vamos a evaluar, el siguiente paso consiste en determinar
los puestos de trabajo y los colectivos de trabajadores que van a componer nuestro
estudio. A tal fin debemos contemplar una variable importante; analizar un puesto de
trabajo desde una dimensión psicosocial suele por lo general exceder el ámbito propio
de cada puesto. Dicho de otro modo, la incidencia de la salud en el trabajador excede de
la mera unidad del puesto concreto.
Esta fase en la que nos encontramos tiene por objeto concretar tanto las técnicas como
el método que vamos a usar, elección que vendrá determinada por el problema
concreto que queremos evaluar. Con arreglo al Reglamento de Servicios de Prevención
(art. 3.2), el procedimiento de evaluación a utilizar debe proporcionar confianza sobre
su resultado, para lo que con carácter previo deberá ser consultado tanto a los
trabajadores como a sus representantes.
Advertimos por tanto dos dimensiones. Por un lado, un nivel práctico en virtud del cual
las técnicas de investigación se configuran como métodos para la recopilación, análisis
y tratamiento de la información. Por el otro, un nivel teórico, relativo al conjunto del
proceso de evaluación.
A tal fin y en virtud del problema concreto que deseemos analizar, podemos acudir
tanto a métodos cuantitativos o distributivos, o a métodos cualitativos o estructurales.
¿Cuándo se debe acudir a unos o a los otros?
A modo de ejemplo, las entrevistas o los grupos de discusión, instrumentos del método
cualitativo, facilitan concretar las relaciones más relevantes del problema que se quiere
analizar, lo que a su vez es muy útil para elegir las variables para el cuestionario de una
encuesta (método cuantitativo).
También en esta fase se debe proceder a combinar los métodos cuantitativos (población
expuesta, gravedad de los daños sufridos, etc.) con los cualitativos (demandas y
expectativas de la plantilla). Del éxito de dicha combinación dependerá el éxito o no de
la evaluación de riesgo.
Al hilo con lo anterior, todo programa de medidas debe contemplar medidas de control
y evaluación con el objeto de constatar que están resultando eficaces. Además, la
eficacia no suele ser lineal ya que por lo general tiende a decrecer con el tiempo, lo que
puede conllevar la necesidad de una nueva intervención12.
Por tanto, la evaluación de una actividad no debe darse nunca por terminada. Bien al
contrario, ha de ser concebida como algo vivo y cambiante que requiere de la máxima
atención para que produzca los efectos deseados. Debe ser, en síntesis, un proceso
continuo y sistemático.
Técnicas inespecíficas
Grupos de
Encuestas Entrevistas Observación Escalas
discusión
Las encuestas
13 Bies, R. J. & Tripp, T. M. (2004). The Study of Revenge in the Workplace: Conceptual, Ideological,
and Empirical Issues. In S.Fox & P. E. Spector (eds.). Counterproductive Work Behavior:
Investigations of Actors and Targets. Washington DC: APA Press.
El cuestionario permite evaluar tanto hechos relativos a las personas encuestadas o a
grupos como opiniones que, a diferencia de los hechos, conllevan una carga subjetiva.
Una clasificación comúnmente aceptada de los cuestionarios es la que diferencia los
descriptivos de los explicativos.
Descriptivos. Concretan la situación del hecho objeto de estudio (edad, sexo, nivel de
formación, etc.)
Explicativos. Concretan los motivos o razones que dan lugar al hecho o fenómeno
analizado. En concreto, dan respuesta a preguntas del tipo: ¿por qué lo que
investigamos es así?
Las entrevistas
A diferencia de las encuestas, en las entrevistas 14, las dos partes (entrevistador y
entrevistado) pueden influirse de forma mutua, bien de un modo consciente
o inconsciente. La entrevista es una conversación directa planificada con carácter
previo de forma metódica, mediante la que el entrevistado trata de obtener la
máxima información posible del entrevistado.
Además, las entrevistas pueden ser muy estructuradas, en las que las preguntas están
tasadas con carácter previo e incluso se limitan a un cuestionario, o poco estructuradas
(libres), en las que solo existe un guion.
14 Brun, E. & Milczarek, M. (2008). Expert forecast on emerging psychosocial risks related
to occupational safety and health. European Agency for Safety and Health at Work.
Requisitos para la realización de una entrevista:
La entrevista es una herramienta muy utilizada que, como todas, tiene sus ventajas y
desventajas.
La observación 15
Tipos de observación:
15 Carayon, P., Haims, M. C., & Yang, C. L. (2001). Psychosocial work factors and work organization.
In W.Karwowski (ed.). The International Encyclopedia of Ergonomics and Human Factors (pp. 111-
121). London: Taylor y Francis.
Según la participación del observador. En función de dicho criterio, la observación
podrá ser participante o no participante, es decir, si el observador guarda o no
relación con el hecho analizado.
Según el número de observadores. La observación en equipo posibilita superar los
condicionantes propios de la subjetividad individual.
Según el lugar donde se realiza. Si se realiza en el lugar de trabajo se denominará
trabajo de campo, mientras que si tiene lugar en un laboratorio se deberán
reproducir en él las situaciones objeto de análisis.
Al igual que hemos indicado para la entrevista, la observación también tiene ventajas y
desventajas.
Permite obtener cierta información sin necesidad de contar con la actitud activa de
las personas observadas. Por tanto, se elude el filtro que en el proceso de captación
de la información constituye la participación de intermediarios.
La experiencia en este tipo de procesos nos dice que no todos los fenómenos son
observables. Además, la subjetividad del observador puede afectar a las
conclusiones.
En ocasiones es necesario que una persona interprete los hechos y ayude a
diferenciar lo accesorio de lo esencial.
Grupos de discusión
También es importante la figura del moderador, que debe estar presente en todo grupo.
Si bien su presencia no garantiza el éxito, sí desempeña un papel muy relevante. Para
elegir al moderador se puede acudir tanto a una figura externa a la organización o a un
miembro cualificado de la misma.
Con carácter general, su número no será inferior a siete miembros ni superior a diez.
Una cifra inferior dificulta el contraste de opiniones y una cifra superior conlleva
riesgo de fragmentación de los temas.
La convocatoria se debe realizar con suficiente antelación y advirtiendo siempre de
la actividad que se va a desarrollar.
En cuanto a su duración, nunca debe exceder de las dos horas.
Los participantes se colocarán de forma circular para evitar el efecto presidencia y
posibilitar el correcto contacto visual entre todos.
Aunque se puede levantar un acta de la reunión, lo más adecuado es grabarla para su
posterior interpretación.
Las escalas 17
17 Tamayo y Tamayo, Mario (1995). Metodología Formal de la Investigación Científica. México: Limusa.
Tipos de escalas
Además, y en virtud del tipo de respuesta, las escalas pueden consistir en una mera
relación de proposiciones sobre las que el trabajador debe pronunciarse.
Totalmente de Totalmente en
De acuerdo Indiferente En desacuerdo
acuerdo desacuerdo
O bien en otras se solicita al trabajador que asigne un valor con arreglo a unos valores
determinados.
de autonomía que tiene usted para organizarse en el trabajo a su criterio. Indique su opinión sobre ello puntuando con un número entre 1 (ni
1 2 3 4 5
La primera regla que se debe observar a la hora de construir una escala es incluir en ella
proposiciones que sean representativas de lo que se quiera medir. A continuación, cada
una de dichas proposiciones ha de ser probada para confirmar que representa de forma
adecuada dicho factor. Por último, se debe diseñar un método de valoración de la escala
y comprobar su eficacia.
Cabe apuntar que para cada caso no existe un método concreto, motivo por el que se ha
de hilar muy fino a la hora de escoger el más adecuado a los efectos de garantizar la
validez de los resultados.
Debemos señalar que, aunque muchas de estas técnicas son de sencilla aplicación para
interpretar los resultados se requiere de la intervención de un experto en la materia.
Además, los reconocimientos médicos pueden ser muy útiles para valorar los síntomas
relacionados con situaciones de estrés. Para este fin también se utilizan los
cuestionarios autoaplicados. Su validez estriba en la dificultad de contar con
información objetiva por otros medios y en que permiten contrastar los datos con su
potencial repercusión en la salud de los trabajadores.
Factores a considerar en la evaluación de riesgos psicosociales
Condiciones de trabajo.
Sintomatología asociada: consecuencias en la organización
Estresores
Apoyo social
Fuente: Basado en Fidalgo Vega et al. INSST 18
De igual forma, también puede ser muy útil otro tipo de información para advertir de
problemas psicosociales en un entorno concreto. La más relevante es la configurada
por los datos administrativos (permisos otorgados, bajas por motivos de salud,
ratios de producción, absentismo, etc.). Así podremos contrastar por ejemplo si un
departamento que presenta unas puntuaciones más altas, presenta unos índices de
bajas laborales por motivos de salud más elevados. El objetivo como se ve es buscar
indicios comunes y ver por ejemplo si en una época determinada los picos de
absentismo son más bajos que en otras 19.
Ante la, como hemos visto, gran diversidad de modelos a nuestro alcance, debemos
hacer una tarea previa de elección entre todos ellos. En cualquier caso, el método más
utilizado parte de la aplicación de un cuestionario o escala autoadministrada.
No obstante, y desde nuestra realidad, el principal problema con el que nos podemos
topar es que existen muy pocos métodos adaptados a las características sociales de
España, motivo por el que la mayoría carecen de la fiabilidad necesaria.
21 Siegrist, J. (1998). Adverse health effects of effort-reward imbalance at work: theory, empirical
support and implications for prevention. En: Cooper , C.(Ed.) Theories of Organizational Stress (pp.
190-204). Oxford: Oxford University Press.
22 Hackman, J.R.; Oldham, G.R. (1980). Work Redesign. Reading, Mass.: Addison-Wesley.
Métodos globales de evaluación de condiciones de trabajo que incluyen los
factores psicosociales
Permite su aplicación a todos los escalafones y puestos de trabajo y está diseñado de tal
forma que los sujetos objeto de estudio intervengan en la totalidad de las fases de
evaluación.
Cabe destacar una importante limitación: solo puede ser aplicado a puestos fijos del
sector industrial en el los que se desarrollen trabajos continuos.
23 NTP 626: Método LEST (I): aplicación a una empresa de empaquetado. Madrid: INSST.
Aspectos psicosociales Método LEST
Iniciativa
Posibilidad de organizar el operario su trabajo
Posibilidad de controlar el ritmo (autocontrol)
Posibilidad de retocar piezas
Posibilidad de regular la máquina
Status social
Duración del aprendizaje
Nivel de formación requerido para el puesto
Comunicaciones
Posibilidad de hablar con los compañeros
Posibilidad de desplazarse
Número de personas cercanas
Cooperación
Tipos de relaciones de trabajo (cooperativas, funcionales, jerárquicas)
Frecuencia de las relaciones
Identificación del producto
Situación del trabajador en el proceso productivo
Importancia de la transformación efectuada en la pieza o producto
Otro método es el método de los perfiles de puestos, que fue desarrollado por la
Régie Nationale d’ Usines Renault. (RNUR) 24.
Dicho método se basa en reducir la carga de trabajo (tanto física como psicológica),
mejorar las condiciones de salud y rebajar la presión inherente al trabajo en cadena.
El método RNUR posibilita evaluar las principales penosidades del entorno laboral,
concepto planteado por sus autores. La finalidad es poder escoger la solución más
adecuada con arreglo a los objetivos de las condiciones de trabajo.
Como hemos indicado, este método es de aplicación a tareas repetitivas y de ciclo corto.
A tal fin implementa una escala evaluativa de 1 a 5, en la que 1 equivale a una situación
muy satisfactoria y 5 a una situación que conlleva un gran peligro.
24 INSST. Los perfiles de puestos. Método RNUR o RENAULT. Traducción de «Les profils de
postes, méthode d’analyse des conditions de travail. RNUR».
Además, incluye cuatro factores de naturaleza psicosocial evaluados por medio de ocho
variables.
De manera más concreta, cabe destacar cinco posibles aplicaciones del método de
factores psicosociales:
Presentación de resultados
Tiempo de trabajo
Desviación
Rango Media Mediana
típica
0-37 17,24 9,43 19,00
Muy
Adecuado Moderado Elevado
elevado
14 12 0 3
Doble presencia Son las exigencias sincrónicas, simultáneas del ámbito laboral y del
ámbito doméstico-familiar.
Exigencias Son las exigencias psicológicas derivadas de la cantidad de trabajo.
Son altas cuando tenemos más trabajo del que podemos realizar en
cuantitativas
el tiempo asignado.
Exigencias de Son las exigencias para mantener una apariencia neutral
independientemente del comportamiento de usuarios o clientes,
esconder emociones
compañeros, superiores, proveedores u otras personas.
Son las exigencias para no involucrarnos en la situación emocional
derivada de las relaciones interpersonales que implica el trabajo,
Exigencias especialmente en ocupaciones de atención a las personas en las que
emocionales se pretende inducir cambios en ellas (por ejemplo, que sigan un
tratamiento médico, que adquieran una habilidad…), y que pueden
comportar la transferencia de sentimientos y emociones.
Es el margen de decisión que tiene la persona que realiza el trabajo
Influencia en el día a día de su actividad, en concreto, en relación a las tareas a
realizar y cómo realizarlas.
Inseguridad sobre el
Es la preocupación por el futuro en relación a la ocupación.
empleo
Inseguridad sobre las Es la preocupación por el futuro en relación a los cambios no
condiciones de trabajo deseados de condiciones de trabajo fundamentales.
Sentimiento de grupo Es el sentimiento de formar parte del colectivo humano con el que
trabajamos cada día.
Tabla 3. Dimensiones del COPSOQ.
Además, está concebido para evaluar cualquier tipo de empleo y en cualquier sector de
actividad económica, y puede ser utilizado para evaluar todos los puestos de trabajo de
una misma organización, ya sea administración pública o empresa privada.
En consonancia con lo señalado a lo largo de este capítulo, focaliza la identificación de
las condiciones de trabajo relacionadas con la organización del trabajo que pueden ser
nocivas para la salud y no de las características individuales o de personalidad,
de acuerdo con la LPRL. En este contexto, permite estimar la magnitud de los
riesgos (a través de puntuaciones) y el porcentaje de trabajadores/as expuestos
(prevalencia de la exposición), arts. 3.1 y 8 del RSP, utilizando un cuestionario
estandarizado, el método epidemiológico y valores de referencia que han sido
obtenidos a partir de una encuesta representativa de la población asalariada en
España.
Con carácter general podemos definir el síndrome de burnout como una respuesta del
individuo al interactuar con una relación de condiciones psicosociales nocivas de
trabajo que no han sido corregidas con carácter previo 1.
Este síndrome fue descrito por primera vez en 1974 por el psicólogo
Herbert Freudenberg (EEUU), quien lo visualizó como un cuadro clínico que podía
explicar el proceso de deterioro en la atención profesional. En palabras de
Freudenberg, dicho síndrome se caracteriza por un «deterioro y cansancio excesivo
progresivo unido a una reducción drástica de energía [...] acompañado a menudo de
una pérdida de motivación [...] que a lo largo del tiempo afecta las actitudes,
modales y el comportamiento general». Añadía que es «una sensación de fracaso
y una experiencia agotadora que resulta de una sobrecarga por exigencias de
energía, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador».
Tal y como hemos indicado, el burnout debe ser tenido muy en cuenta tanto por las
organizaciones empresariales como por las Administraciones Públicas. No en vano, a
1 Freudenberger, H.; Richelson, G. (1980). The High Cost of High Achievement. New York
Paperback- Bantam Books.
Numerosos trabajos han hecho especial hincapié en el peso que las variables personales
tienen en el burnout. En concreto, se ha demostrado que variables como la competencia
percibida o la autoeficacia representan un importante rol mediador en el proceso. Por su
parte, otras investigaciones han otorgado mayor relevancia a las variables de carácter
organizacional (ambigüedad de rol, conflictos, trato con el cliente, etc.).
Si bien es cierto que en las últimas décadas (en el ámbito de la psicología del trabajo) se
han incrementado de manera notable las investigaciones acerca del burnout, también
lo es que los actuales modelos explicativos ofrecen una evidencia empírica muy
limitada en un doble sentido. Por un lado, desde una perspectiva conceptual la mayor
parte de las definiciones propuestas han resultado ser poco operativas. Por el otro y
desde un ámbito más metodológico, a día de hoy la evaluación precisa del burnout
sigue siendo una asignatura pendiente. Cabe señalar que en la actualidad el equipo
WoNT de la Universitat Jaume I de Castellón está avanzando en el desarrollo de
medidas del burnout que ofrezcan fiabilidad. De su éxito depende en gran media que
podamos entender y plantear posibles soluciones para un síndrome que reviste una
gran importancia.
2 Leiter, M. P., & Maslach, C. (2009). Nurse turnover: The mediating role of burnout. Journal of
Nursing Management, 17, 331-339.
3 Maslach, C., Schaufeli, W. B., Leiter, M. P. (2001). Job burnout. In S. T. Fiske, D. L. Schacter, & C.
Zahn- Waxler (Eds.), Annual Review of Psychology (Vol. 52, pp. 397-422)
determinado a partir de las dimensiones conocidas como agotamiento, cinismo e
ineficacia profesional». Como podemos apreciar, en dicha definición queda patente el
carácter tridimensional del síndrome de burnout. Así, el agotamiento hace referencia a
la sensación de no poder ir más allá en el plano emocional. En cuanto al nivel social, la
referencia al cinismo representa una actitud distante hacia la tarea profesional y hacia
los compañeros de trabajo. En tercer lugar, en el ámbito o nivel profesional, la
ineficacia profesional equivale a la sensación de realizar las tareas de manera
inadecuada y a la sensación de incompetencia.
El burnout encaja en los parámetros de lo que autores como Jablonski entienden por
síndrome4, —aún siendo este un concepto en permanente evolución— en tanto en
cuanto se configura como un cuadro o conjunto sintomático, es decir, una relación de
síntomas y de signos que se producen a un tiempo y que definen un estado
determinado desde un planteamiento clínico.
Con arreglo a estos criterios y siguiendo a Maslach y Goldberg podemos hacer un nuevo
acercamiento al síndrome de quemarse por el trabajo con la siguiente definición: «una
4 Jablonski S. (1991). Dictionary of syndromes and eponymic diseases. 2d ed. Malabar, FL: Krieger.
5 Maslach, C. (2003). Job burnout: New directions in research and intervention. Current Directions
in Psychological Science, 12, 189-192.
No obstante, también cabe señalar que las investigaciones recientes acerca de las tres
dimensiones del burnout (agotamiento, cinismo e ineficacia profesional)
han evidenciado la tendencia a ampliar el tradicional estudio del concepto a todo
tipo de profesiones. A modo de ejemplo, existe un ámbito de estudio del denominado
burnout académico, referido a estudiantes universitarios. Esta extensión conlleva
extender el concepto de profesional a otros ámbitos de tal forma que los estudiantes
también son considerados a efectos de estudio como trabajadores. En esta línea, la
publicación del MBI-SS (Maslach Burnout Inventory-Student Survey), de
Schaufeli, Salanova, González-Romá y Bakker (2002) 7 ha permitido la medición del
burnout al margen del ámbito ocupacional debido a que define sus dimensiones en
referencia al «estudio». Así, y por medio de la investigación empírica se ha
corroborado que los estudiantes también se queman por sus estudios. En
concreto, se ha observado que presentan niveles no solo de agotamiento, sino
también de cinismo e ineficacia respecto a sus obligaciones de índole académico.
Con carácter general, se considera que los modelos derivados de la teoría de las
organizaciones son los más adecuados para explicar el síndrome de quemarse por el
trabajo8. Esto es debido a que dichos modelos hacen hincapié en la importancia de los
estresores del contexto de la organización, así como en las estrategias desarrolladas
para afrontar la experiencia de quemarse.
Por tanto, en el origen del burnout influyen la estructura de la organización, así como
su clima organizativo y cultura. Dichas premisas pueden derivar en la aparición de un
estrés crónico que en una segunda fase puede desembocar en el síndrome de burnout
que lleva aparejado perjuicios para la salud del trabajador.
6 Maslach, C., & Goldberg, J. (1998). Prevention of burnout: New perspectives. Applied and
Preventive Psychology, 7, 63-74.
7 Schaufeli, W., Salanova, M., González-Romà, V., & Bakker, A. (2002). The measurement of Engagement
and Burnout: A two sample confirmatory factor analytic approach. Journal of Happiness Studies, 1(3), 71-
92.
8 Gil-Monte, P.R. (2005). El síndrome de quemarse por el trabajo: una enfermedad laboral en la
sociedad del bienestar. Madrid: Pirámide.
Estructura de la organización B
Clima organizativo
Sobrecarga de trabajo
Cultura
U Dinámicas de grupo negativas
Falta de recompensa laboral
R Déficit de información en la organización
- Estrés crónico N
Llegamos así al concepto de trabajo emocional 9, que puede definirse como «la
exigencia de expresar emociones socialmente deseables durante la transacción en los
servicios» Se configura como un elemento clave en el síndrome de estar quemado por el
trabajo (SQT). Se impone por tanto la necesidad de un conocimiento en profundidad
del SQT, requisito que ha venido acompañado por un aumento del interés en el estudio
de los procesos que dan lugar a estrés laboral. Así, cada vez son más las organizaciones
que están manifestado interés en este ámbito. El motivo no estriba solo en una mayor
concienciación, sino en el hecho objetivo de que la calidad de vida en el trabajo
incrementa los índices de competitividad y eficacia. En caso contrario (una mala
calidad de vida en el trabajo) la consecuencia es un incremento de las bajas laborales,
absentismo y disminución de la calidad y productividad. Además, no se debe pasar por
alto las consecuencias para la sociedad tanto desde un punto de vista humano como
económico (incremento de los costes de atención sociosanitaria).
10 Shaufeli, R. B., & Bakker, A. (2001). On the clinical validity of the maslach burnout inventory and the
burnout measure. Psychology and Health. Vol 16, pp. 565-582.
7.2. Burnout y otros constructos
ESTRÉS
ESTRÉS BURNOUT
Fuente: NTP 705. Síndrome de estar quemado por el trabajo o burnout. INSST.
Como hemos visto, el burnout es fruto de la interacción del trabajador con el entorno o
ambiente laboral, pero también viene determinado por las relaciones interpersonales
entre los integrantes del colectivo laboral. Por tanto, su desarrollo estará condicionado
por tres tipos de variables: individuales, sociales y organizacionales:
12 Maslach, C., ; Leiter, M. P. (2008). Early predictors of job burnout and engagement. Journal of
Applied Psychology, 93, 498-512.
quienes tienen el control sobre el orden que rige el mundo—) son potenciales
afectados por burnout.
13 Soto, E. (2008). Comportamiento emocional: Impacto de las emociones. Madrid: Thomson Aranzadi
7.3. Impacto del burnout
Dicho efecto no debe llevarnos a la falsa creencia de que los daños son consecuencia de
la sensibilidad individual del sujeto. Bien al contrario se producen por efecto de
las condiciones de trabajo a las que está expuesto 14. Sin embargo, es posible
proteger al trabajador de la exposición a los factores de riesgo del burnout
por medio de mecanismos de afrontamiento y de apoyo social. Por tanto,
burnout no se configura tanto como un problema de adaptación, sino más
bien como consecuencia del incumplimiento de empresarios del marco legal, en
concreto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales 15.
Como ya hemos indicado, el burnout o síndrome de estar quemado por el trabajo (SQT)
se configura como un mecanismo para afrontar y autoprotegerse del estrés generado
por relaciones como profesional/cliente y profesional /organización. Como
consecuencia de su evolución genera en el trabajador un deterioro cognitivo
(frustración y desencanto profesional), afectivo (desgaste emocional y, en algunos
casos, culpa) y actitudinal (cinismo, indolencia e indiferencia frente a clientes o frente a
la organización).
Deterioro cognitivo
(frustración y
desencanto)
Deterioro afectivo
(desgaste emocional y
culpa)
Deterioro actitudinal
(cinismo e indiferencia)
14 Maslach, C. (2011). Engagement research: Some thoughts from a burnout perspective. European
Journal of Work and Organizational Psychology, 20, 47-52.
15 Ramos, F. (2001). El síndrome de burnout: estrés y salud. Madrid: Klinic.
En cuanto a los síntomas relacionados con el SQT, se han descrito más de un centenar
en el ámbito individual. Dichos síntomas afectan a los afectos, las emociones, las
actitudes, e incluso al sistema fisiológico. Si no se corrigen, estos síntomas pueden
evolucionar hacia procesos más graves.
Considerado como una respuesta, el SQT hace acto de aparición si no funcionan las
estrategias de afrontamiento de los profesionales. La consecuencia es una sensación de
fracaso tanto profesional como social con los usuarios. Además, esta respuesta presenta
tintes de sentimientos de baja realización personal en el trabajo y síntomas de
agotamiento emocional. Como consecuencia de todo ello, el sujeto desarrolla
mecanismos de despersonalización para afrontar la situación. Si se prolonga en el
tiempo, el SQT conllevará consecuencias nocivas para la salud del trabajador (jaquecas,
úlceras, insomnio, vértigos, mareos, etc.) y para la organización (bajas laborales,
absentismo, rotaciones no deseadas, etc.).
Cabe destacar por último que, desde una perspectiva clínica, el SQT deviene en una
enfermedad incapacitante cuando se manifiesta en toda su plenitud.
En el siguiente cuadro, se describen gráficamente los procesos que generan el impacto
en la salud psicofísica de la persona que sufre SQT y los niveles en que esta queda
afectada, así como el correlato de consecuencias que supone para la persona y la
organización en que trabaja.
Fuente: NTP 705. Proceso y consecuencias del SQT. Gil - Monte 2005.
Para el trabajador:
Para la organización:
Con carácter general debemos adelantar que carecemos de datos concretos sobre
la prevalencia del SQT, con respecto a la población en general, de los grupos
que presentan un mayor riesgo. No obstante, sí podemos adelantar algunos
aspectos significativos 1:
8.2. Fases
Fases de aparición. Fidalgo Vega 2 describe varias fases concatenadas y circulares para
diferentes actividades y puestos de trabajo:
1. Fase inicial. Existe un entusiasmo por la actividad, se inicia esta con energía.
2. Fase de estancamiento.
o No se cumplen las expectativas.
1 Moreno-Jiménez, B., Gálvez, M., Garrosa, E., & Mingote, J.C. (2006). Nuevos planteamientos en
la evaluación del burnout. Atención Primaria, 38(10), 544-549.
2 Fidalgo, M. (2008). Síndrome de estar quemado por el trabajo o burnout. Madrid: INSST.
Fase de quemado
Estresores crónicos
8.3. Evaluación
Los criterios de evaluación del síndrome tienen su origen en la publicación en 1981 del
Maslach Burnout Inventory por Maslach y Jackson. A partir de este momento se
generaliza el uso de una herramienta estandarizada de medida para evaluar el SQT, si
bien desde entonces el estudio del burnout ha atravesado diferentes etapas.
Así, en una primera etapa solo que consideraba a los profesionales de empleos de
contacto (docentes, profesionales de la salud, etc.) como potenciales afectados por el
burnout. Sin embargo, en la actualidad se ha constatado que el SQT puede afectar a
otros profesionales que trabajan des otros sectores más relacionados con la producción
(operarios).
Agotamiento
MBI-General Survey. (Schaufeli, Todo tipo de
1986 Cinismo
Leiter, Maslach y Jackson, 1996) profesionales
Ineficacia profesional
Agotamiento MBI-Student Survey. (Schaufeli,
Estudiantes
2002 Cinismo Salanova, González-Romá y Bakker,
universitarios
Ineficacia 2002)
Sin embargo, y como ya hemos adelantado, otros autores (Aronson, Leiter, Schaufeli o
Pines) defienden que el burnout también puede presentarse en otros trabajadores
de ámbitos distintos al asistencial o al docente, con arreglo a lo cual se han
desarrollado otros instrumentos para la medida del burnout en función de la clase de
trabajo que se desempeña. Uno de los más destacados es el conocido como MBI-GS
(General Survey) publicado por Schaufeli, Leiter, Maslach y Jackson en 1996. Este
instrumento sirve para medir burnout en todo tipo de trabajos con independencia
de las tareas que se realicen. La Revista de Psicología del Trabajo y de las
Organizaciones (ver Salanova, Schaufeli, Llorens, Grau y Peiró, 2000) publicó la
versión española del mismo.
Otros cuestionarios
0 1 2 3 4 5 6
Nunca / Casi nunca/ Algunas Veces Regularmente / Bastantes Casi siempre / Siempre /
Ninguna vez Pocas veces al / Una vez al Pocas veces al Veces / Una Pocas veces Todos los días
año mes o menos mes vez por por semana
semana
Agotamiento = (A)/5
Cinismo = (C)/4
Eficacia profesional = (E)/6
3 Salanova, M.; Schaufeli, W.B., Llorens, S.; Peiró, J.M.; Grau, R. (2000). Desde el burnout al engagement:
¿una nueva perspectiva? Revista del Psicología del Trabajo y las Organizaciones, 16 (2), 117-134.
8.4. Medidas a adoptar
Nivel organizativo
Nivel interpersonal
Prevención del burnout
Se promueven las interacciones
Medidas a adoptar desde que se dan dentro de la empresa
la organización entre quienes la conforman.
Nivel individual
Entrando en detalles sobre las posibles medidas a adoptar en cada nivel, podemos
considerar varias acciones que deben integrarse entre sí para conformar una
intervención preventiva global que sea verdaderamente eficaz.
Nivel organizativo
Identificar y evaluar los posibles riesgos psicosociales, modificando los aspectos que
pueden ser origen de la aparición del SQT.
Implementar programas para acoger a los nuevos empleados que contemplen el
ajuste entre los objetivos de la organización y los percibidos por el individuo.
Crear mecanismos de retroalimentación (feedback) o retroinformación del resultado
del trabajo.
Potenciar el trabajo en equipo.
Apostar por la formación continua.
Descentralizar la toma de decisiones incrementando el grado de autonomía y control
del trabajo.
Definir los puestos de trabajo, evitando duplicar competencias y tareas (conflictos de
roles). Fijar objetivos claros para el desarrollo de la tarea.
Concretar líneas claras tanto de autoridad como de responsabilidad.
Definir tanto las competencias como las responsabilidades. Se debe concretar una
óptima organización de las funciones y responsabilidades en la ejecución de la tarea
para reducir el estrés de la misma.
Adecuar las demandas a la carga de trabajo.
Mejorar comunicación interna y potenciar la participación.
No fomentar la competitividad.
Favorecer la flexibilidad horaria.
Establecer programas de promoción transparentes e informar de los mismos.
Crear grupos de soporte para evitar la ansiedad y la angustia.
Apostar como organización por la seguridad en el empleo.
Ofrecer asistencia con personal especializado e informar a los trabajadores de los
recursos que en esta materia oferta la Administración.
Poner a disposición de la plantilla los recursos adecuados para conseguir los
objetivos planteados.
Nivel interpersonal
Una vez analizadas las causas, consecuencias y las medidas a adoptar para prevenir el
burnout, queda ahora centrarse en qué hacer cuando el riesgo se ha materializado y el
SQT se ha hecho presente. En primer lugar cabe apuntar que quienes primero se
percatan de su aparición es el círculo cercano al trabajador, quien además no suele ser
consciente del problema.
Por tanto, los responsables de una organización en la que el burnout ha hecho acto de
presencia, deben afrontarlo por medio de medidas tales como fortalecer los vínculos
entre la plantilla, fomentando la participación, consolidando la dinámica grupal. Estas
medidas, que en principio se implementan como correctoras, son a su vez preventivas.
A pesar de lo dicho, la realidad es que no existe ninguna fórmula sencilla con capacidad
para afrontar de manera efectiva el SQT, por lo que lo habitual es utilizar un modelo de
intervención con componentes que actúan de forma complementaria. Con carácter
general podemos afirmar que cualquier técnica adecuada para el tratamiento del estrés
puede ser también eficaz con el burnout, si bien, como ya hemos indicador, estrés y
burnout presentan características distintas.
Al hilo con lo anterior, es habitual que ese tipo de relaciones secundarias, sean el
origen de problemas en el funcionamiento de dicha organización social que van más
allá de meras discrepancias o problemas de tipo personal. Este tipo de problemas
conllevan consecuencias y disfunciones muy amplias que tendrán consecuencias
negativas tanto sobre los trabajadores (desmotivación, insatisfacción, mal clima
laboral) como sobre el funcionamiento mismo de la empresa (aumento de la
accidentalidad, bajas laborales absentismo, disminución de la productividad, etc.).3
Debemos advertir con carácter previo que no existe un consenso social, ni mucho
menos científico, sobre el fenómeno del acoso moral 4, a pesar de que contamos con
abundante literatura que ha aventurado definiciones sobre el mismo desde ámbitos tan
diversos como el Derecho, la Psicología o la Medicina. De esta forma, contamos con
concepciones del acoso que contemplan el mismo como una situación que le sucede a
un sujeto (una resolución judicial, un diagnóstico médico…), como lo que le ocurre a
una organización (riesgo psicosocial, organizaciones tóxicas) o las que entienden por
acoso un fenómeno relacional (estructura de las relaciones personales, clases de
liderazgo…). Por otra parte, tampoco existe unanimidad en la manera de afrontar este
problema ya que, puede ser considerado como un ilícito laboral, como una agresión o
como un estresor. Desde otras perspectivas también se interpreta el acoso como un
precipitado de nuestro origen animal en incluso como una suerte de enfermedad.
El término mobbing5 se considera como una forma característica del estrés laboral y se
define como una situación en la que una persona o grupo de personas ejercen una
presión psicológica extrema, de forma sistemática (al menos una vez por
semana) durante un tiempo prolongado (más de seis meses) sobre otra persona en el
lugar de trabajo. También se conoce con los nombres de hostigamiento o psicoterror. A
tal fin Leymann6 —el autor más destacado en el estudio del mobbing— describió un
total de 45 formas o comportamientos en su Leymann Inventory of Psychological
Terrorization (LITP).
5 Ausfelder TR. (2002). Mobbing. El acoso moral en el trabajo. Madrid: Océano Difusión Editorial.
6 Westhues, K. (s. f.). Heinz Leymann Memorial Website. En http://www.mobbingportal.com/leymannmain.html
Además y siguiendo a Leymann, el mobbing parte de una relación asimétrica en la que
se produce una situación de conflicto entre ambas partes. En concreto, el sujeto
acosador o sujeto activo materializa el citado conflicto hacia la víctima (o sujeto pasivo)
por medio de conductas de violencia psicológica. De lo anterior se deduce que el sujeto
cuenta con elementos de poder a su favor tales como su posición jerárquica,
antigüedad, alianzas con otros miembros de la organización, etc.
Algunas conductas concretas de mobbing clasificadas por factores (Zapf, Knorz y Kulla,
1996) 8:
6. Riesgo para la salud: por último, el mobbing puede constituir un riesgo para la
salud al igual que cualquier otra exposición a riesgos en el ámbito laboral. Además,
conlleva otros peligros añadidos, algunos de los cuales afectan a la propia viabilidad
de la empresa, tales como la degeneración del ambiente laboral. Cabe apuntar, sin
embargo, que no siempre una situación de mobbing lleva aparejada un daño para la
salud debido a la fortaleza física y mental del acosado, a sus mecanismos de defensa
o a un limitado tiempo de exposición.
Son numerosas las instituciones que han hecho suyas estas definiciones. De ellas, cabe
destacar:
El Parlamento europeo.
La Organización Internacional del Trabajo (PIT).
La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo.
La Fundación Europea para la Mejora de la Condiciones de Vida y de Trabajo.
La Inspección de Trabajo y Seguridad Social del MNTIN.
La jurisprudencia en la materia.
En concreto, en 2001, la Comisión Europea hizo suya la propuesta del grupo de estudio
Violencia en el Trabajo. En concreto, definió el mobbing (Acoso Psicológico en el
Trabajo) como «comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores e
inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataques
sistemáticos durante mucho tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de
una o más personas, con el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío».
Por su parte, la Carta Social Europea de 3 de mayo de 1996 aboga por: «promover la
sensibilización, información y prevención en materia de actos condenados
explícitamente hostiles u ofensivos dirigidos de un modo repetido contra
todo asalariado en el lugar de trabajo y adoptar las medidas apropiadas para proteger
a los trabajadores contra tales comportamientos».
Otro alto organismo internacional que ha prestado atención a este fenómeno es
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, en su documento «sensibilización
sobre el acoso psicológico» de 2004, establece que el mobbing en el ambiente de
trabajo indica «el comportamiento agresivo y amenazador de uno o más
miembros de un grupo, el acosador, hacia un individuo u ocasionalmente hacia un
grupo, denominado objetivo o víctima».
Conceptos afines
Estrés
Acoso sexual
Burnout
Violencia física laboral
Otros términos que se han asimilado a la esfera conceptual del mobbing y que guardan
aspectos comunes con él son10:
Como hemos indicado, uno de los rasgos que caracteriza al mobbing es que la acción se
desarrolla a lo largo de un periodo prolongado. Con arreglo a lo anterior, se
puede deducir que es fruto de un proceso en el que se dan distintas fases de
desarrollo 11, tal y como se puede apreciar en el cuadro adjunto:
Fases de desarrollo
Exclusión de la
Conflicto Mobbing Intervención
vida laboral
Alteraciones emocionales:
o Ansiedad. Es un tipo de estrés crónico. Se genera ansiedad como afrontamiento.
o Despersonalización. Conlleva a la aparición de falta de autoestima, frustración y
sentimiento de fracaso.
Alteraciones de la conducta:
o Alteraciones en el sueño: calidad y cantidad. El trabajador no es capaz de realizar
un reposo efectivo (se levantan cansados, incapacidad de conciliar el sueño…).
o Aumento de consumo de medicamentos. Desde antidepresivos hasta inductores
del sueño.
Alteraciones orgánicas:
o Sistema nervioso: aparecen cefaleas. Preferentemente las tensionales.
o Aparato digestivo: disfunciones. Disquinesias biliares, ulceras de estómago y
duodeno.
Alteraciones sociales:
o Hipersensibilidad a la crítica.
o Marginación. Tanto la marginación de los compañeros de trabajo (mobbing
horizontal), como el aislamiento propio.
o Alteraciones a nivel familiar.
o Incapacidades laborales: en especial cuadros psicosomáticos.
Tipo Likert de 0 a 4.
Identifica:
Gonzalez de la
60 (LIPT-60) Castellano NEAP: Estrategias acoso
Rivera
IGAP: Indice global acoso
IMAP Indice medio acoso
Escala Cisneros Likert de 0 a 6
Cisneros
45 preguntas Clasifica como el Leymann 60
Muy amplio cuestionario de tipo
Psicoanalítico.
Hirigoyen MF Cuestionario de acoso
Tiene en cuenta la cultura donde se
emplea
Davenport y
Checklist de alarma Pocas preguntas
cols
Evalúa la persona, el lugar de trabajo y la
Sebastián
Sistema triangular SATA organización. Además de las relaciones
Cárdenas ML
entre ellos
Cuestionario de Cuestionario específico.
Idoate VM identificación del
ciberacoso Avilés 2010
Leymann Inventory of Psychologycal Terrorization (LIPT)
Los criterios de evaluación se agrupan en torno a los tres elementos del sistema
(organización, afectado y acosador). Por medio de este esquema triangular es factible
advertir la vulnerabilidad de la organización, lo que permite implementar acciones
correctoras.
14 Sebastián Cárdenas, M.L. (2005). Sistema de Análisis Triangular del Acoso (SATA). NTP 823.
Madrid: INSST.
Elementos de SATA:
En concreto, SATA concibe el acoso como una suerte de sistema en el que tres
elementos que lo forman interactúan entre sí para constituir una estructura triangular.
En concreto y tal como se aprecia en la figura adjunta, el triángulo está formado en sus
vértices por las figuras del acosador y del afectado y por el marco organizacional. Las
relaciones que se producen entre todos ellos son de carácter dinámico.
Dicho esquema facilita la labor a la hora de ordenar los indicios y los factores que
intervienen en el acoso. En concreto, advierte de la presencia o no de circunstancias
que pueden ser el origen de una situación de acoso o que ya se han materializado en
dicha situación.
c) La línea que concreta las relaciones entre los potenciales acosadores y los
potenciales acosados también se subdivide en dos: la primera determina las formas
de interacción que los acosadores y acosados establecen entre sí, mientras que la
segunda concreta los modos de interacción que se producen entre afectados y
acosadores y si dichos modos pueden ser detectados o modificados.
Con carácter general, la evaluación de una organización con arreglo a estos criterios
solo puede ser concebida desde una perspectiva global. Esto se debe a que no existe una
relación causa-efecto entre la existencia de uno o varios de estos criterios con una
potencial situación de acoso psicológico. El ejemplo paradigmático es que la existencia
9.5. Intervención
Uno de los mecanismos de respuesta del afectado por acoso es la búsqueda de apoyo
social, bien en un compañero de trabajo o en los responsables médicos de la
organización. Estas personas acostumbran a dar apoyo emocional, psicológico y
profesional en el caso de los servicios médicos (tranquilizantes, antidepresivos, etc.), si
bien donde más se tratan este tipo de problemas es en el ámbito extralaboral.
Esto es debido en gran parte a que, incluso las organizaciones más complejas y
organizadas no tienen implementados mecanismos de prevención y resolución de estas
situaciones. De hecho, la mayoría incurre en el error de pensar que el acoso es algo
puramente circunstancial y en absoluto habitual.
En cuanto a los medios con los que sería conveniente contar, destaca en primer término
una correcta planificación y diseño de las relaciones sociales en el entorno
laboral 15. Dicho diseño debe atender no solo a las relaciones que se producen en el
desempeño concreto del trabajo, sino también a las relaciones personales
independientes del trabajo. En este sentido han demostrado su eficacia las acciones
de entrenamiento de relaciones interpersonales entre los trabajadores o la
implementación de sistemas de regulación y corrección de conflictos.
También es conveniente contar con procedimientos de acogida de los nuevos
empleados y poner en práctica en los procesos de selección los criterios de cultura de la
empresa.
También es eficaz contar con servicios internos de psicología, si bien esta medida no
suele ser factible en organizaciones de pequeño tamaño. Dicho servicio psicológico
debe centrar su labor en el tratamiento de problemas de carácter personal y de apoyo
psicológico a los empleados. También debe desarrollar acciones preventivas
encaminadas a prevenir episodios de problemática psicosocial. Además es conveniente
que estos servicios tengan carácter permanente al objeto de poder realizar un
Conflicto
Acoso Consecuencias