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La autopsia como un procedimiento anticuado y fundamental.

La importancia de la autopsia se ve reflejada en que es considerada por muchos expertos de


la materia, como la última posibilidad de consulta médica, ya que este proceso ha permitido
el conocer las bases anatómicas de los síntomas y signos.

Esta práctica nació con objetivos muy específicos, el conocer la anatomía y la historia natural
de la enfermedad, hoy en día se conservan esos mismos propósitos, sin embargo, con el
paso del tiempo se han diferenciado en objetivos inmediatos y mediatos. Básicamente, los
objetivos inmediatos han servido para beneficiar el conocimiento del médico por el deseo de
saber la causa de la muerte. En cambio, los mediatos sirven y están para brindar el apoyo a
la familia, la sociedad, la práctica médica e incluso para la preparación de un estudiante de
medicina.

Desde un punto de vista objetivo, la autopsia es un proceso que ha dejado más beneficios
que perjuicios, es por esto que la medicina se ha impulsado bastante desde que se empezó
a realizar. La autopsia es el presente y futuro en conocimiento de las enfermedades
ocupacionales y ambientales, de manera que garantiza los diagnósticos clínicos y las
atenciones hospitalarias.

En contraste con lo antes mencionado, en los últimos años, la idea de que la autopsia es un
procedimiento pasado de moda se ha hecho más fuerte, ya que el diagnóstico clínico ha
sufrido una gran mejoría. Esto surge a raíz de que en 1912 se realizaron 3 mil autopsias, en
las cuales notaron que unas enfermedades eran más difíciles de diagnosticar que otras.
Mostrando que en ciertos casos este procedimiento es inferior al actual diagnóstico clínico a
la hora de diagnosticar una enfermedad. Es por esto que la medicina y todos sus
profesionales se pueden llegar a preguntar ¿La autopsia sigue siendo necesaria?

Así como se planteó en el texto anterior, es claro que en ciertos casos el diagnóstico clínico
tiene ventaja sobre la autopsia, sin embargo, con el paso del tiempo llegaron las
discrepancias entre estos dos procedimientos. Se pudo observar que muchos expertos
consideran que el factor más relevante entre el diagnóstico pre y postmortem es el médico
tratante, ya que la falta de conocimiento o concentración mental de este es la causa más
común de error en un diagnóstico.
Las discrepancias que se han generado son bastantes, pero sin duda, es totalmente
comprobable que el diagnóstico clínico y la autopsia tienen pros y contras, por el motivo de
que hay muchos factores que pueden influenciar un diagnóstico, tal es el caso de los
pacientes de edad avanzada, ya que con frecuencia estos mueren con más de una
enfermedad. Esto genera que algunas manifestaciones clínicas de algunas enfermedades se
presenten y puedan ser vistas de forma errónea, añadiéndole una mayor dificultad, en estos
casos las autopsias son consideradas totalmente necesarias.

Las enfermedades que comúnmente se clasificaban como discordantes por ser


diagnosticadas pre y postmortem, han cambiado con el tiempo. Este cambio genera que el
médico pueda aprender de los errores que se logran identificar en la autopsia.

De estos aspectos que se resaltaron, solo forman una pequeña parte de todos los factores
influyentes a la hora de considerar si es necesario realizar una autopsia o si solo basta con el
diagnóstico clínico en vida. A pesar de que es notorio que en muchos casos ya no resulta
beneficioso realizarlo, en muchos otros objetivos ya mencionados, solo pueden lograrse con
la autopsia, lo que mantiene vigente a este procedimiento a fines de este siglo

Hoy por hoy, hay suficientes razones para seguirla realizando, ya que ratifica y devuelve la
confianza perdida y resguarda la verdad, al mostrarla y generar la capacidad de
autocriticarla.

Bibliografía

L Rodríguez-Moguel, MR Sánchez-Mena, G Medina-Escobedo y col. La autopsia: la consulta


final. Revista Biomédica. 1997; 8: 171-196. Disponible en:
http://docs.wixstatic.com/ugd/595017_398780b62b244f6f87e9e1f3836f9d54.pdf. 20 de enero
del 2019.

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