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Las 10 cosas que necesitarás como médico

y que no aprenderás en la Facultad


La carrera de Medicina tiene dos características, contradictorias entre sí, que la distinguen
de las demás. Por una parte, es la carrera más larga de todas con una duración de 6 años
académicos. Por otra, es la carrera en la que menos preparado se sale para ejercer en su
campo.

Pensemos que un ingeniero químico sale de la Universidad y ya está listo para desempeñar
su trabajo. Ciertamente tendrá que familiarizarse con cuestiones menores, pero es
perfectamente capaz de hacer las tareas propias de su profesión. Lo mismo ocurre con
arquitectos, abogados, profesores, biólogos…Están listos para empezar a trabajar.

Con los médicos no. Todos tenemos claro que un Doctor en Medicina no es un médico. Es
necesario meterlo a hacer la residencia para que aprenda lo que le falta, olvide la parte de
cosas inútiles que aprendió y en uno o dos años ya podremos empezar a hablar.

Resulta ridículo que en 6 años no haya tiempo para enseñar las cosas básicas. Y es que no
hablamos de profundizar en la neuroanatomía o aprenderse todas las técnicas quirúrgicas.
Hablamos de cosas como poner un vendaje o hacer una simple sutura.

Así pues, aconsejamos a los profesores que tomen nota de los siguientes 10 puntos, que
resumen las deficiencias más importantes del plan de estudio y que por nuestro propio bien
deberían solucionarse cuanto antes.

LAS 10 CARENCIAS DE LA CARRERA DE MEDICINA

1. Quirófano
Si preguntásemos cuántas veces se ha lavado en el quirófano en promedio un alumno de
medicina, nos bastaría una sola mano. Y eso que hemos pasado semanas en los quirófanos.
¿Haciendo qué? De mirones, en una esquina y con suerte mirando en las pantallas para ver
algo. A algunos afortunados les tocaba algún cirujano que se interesaba y les explicaba
unas cuantas cosas.
La cuestión es que no tenemos una base consistente sobre el funcionamiento de un
quirófano. En Fundamentos de Cirugía aprendemos las bases teóricas, pero otra cosa es
llevarlo a la práctica. Es totalmente distinto empollarlo a estar en mitad de un quirófano y
saber las cuestiones básicas: Personas que intervienen, funciones, protocolos de
anestesia, de lavado, complicaciones… Cosas tan básicas como lo del verde claro y verde
oscuro, para que no obligues al cirujano a mitad de operación a cambiarse de pijama; o
contar el número de gasas e instrumentos para que no se quede nada dentro. Son carencias
que pueden hacer que la fastidiemos a base de bien.
2. Traumatología
Recuerdo en los apuntes las descripciones interminables sobre las maniobras diagnósticas y
terapéuticas, que nos memorizábamos como fuera, sin entenderlas, para ponerlo en el
examen y listo. Pero, ¿y practicarlas? ¿Y verlas en directo?
Un médico necesita saber hacer reducciones, recolocar hombros y codos, saber si los
huesos y articulaciones están rotos. Es algo vital, que no sólo se ve en el hospital, sino que
en cualquier momento una persona se puede caer en la calle y hacerse un esguince de
tobillo. Y quien dice la calle dice el campo o la montaña.
No basta sólo con empollar docenas de técnicas y maniobras, tenemos que verlas y
hacerlas.
3. Imagen
Las técnicas de imagen son una parte muy importante del diagnóstico, y cada vez más, pero
¿acaso sabemos usarlas? Damos en 3º una asignatura donde se ven las cosas básicas, dos
semanas de prácticas en 6º y con eso se supone que ya sabemos todo lo necesario.
Necesitamos saber diagnosticar las radiografías, los escáneres y las resonancias. El 90% de
los que vemos en la carrera salen con una lesión enorme y un pie de página explicando,
pero en la práctica tenemos el estudio de imagen y debemos saber leerlas y dar nuestro
diagnóstico.
El caso más extremo es la ecografía. Siempre salen en todos los apuntes como “operador-
dependiente“. ¡Y la anamnesis también es operador-dependiente! ¡Y las exploraciones! Y
no por eso se dejan de lado, sino que se enseñan.
Un médico debería ser capaz de saber hacer radiografías y ecografías, y de utilizar las
principales técnicas de imagen.
4. Cardiología
La cardiología tiene 2 herramientas diagnósticas muy sencillas y útiles, que son el
fonendoscopio y el electrocardiograma. Pero ambas tienen también el inconveniente de
tener que saber usarlas.
Un estudiante que acabe de aprobar cardiología apenas sabrá defenderse con el ECG y no
oirá nada con el fonendoscopio. Aunque sepa lo que tiene que ver y lo que tiene que
escuchar, no verá ni oirá. Porque no les enseñan. Y en un país donde las enfermedades
cardiovasculares son la primera causa de muerte, es importante que un médico sepa
manejar ambas herramientas.
5. Farmacología
Pregúntale a un estudiante de medicina sobre los betabloqueantes, y te contará vida y
milagros. Pero dile luego que se los paute a un paciente. Que elija el tipo, la vía, la dosis…
Que le diga al paciente “Se va a tomar 3 de estas cada día, una antes de cada comida“.
¿Por qué no se ve nunca el aspecto práctico? La farmacología no es sólo química orgánica
que se ve en una pizarra, son pastillas que se toma una persona. Y no sabemos prescribirlas.
Por supuesto está la cuestión de los antibióticos. El mayor problema en cuanto a
resistencias es que los médicos no saben usarlos, porque nadie les ha enseñado la manera
correcta.
¿Y qué hay del tema de las marcas y los genéricos? Salvo opiniones y quejas, nadie nos ha
explicado la cuestión en profundidad.
Al final tendremos como residentes que ir viendo a nuestros tutores lo que van recetando e
imitarles. Tanto en lo bueno como en lo malo, y así los errores se perpetúan.
6. Urgencias
Sabemos 25 tipos de polineuropatías, y sabemos los defectos genéticos que dan mal
pronóstico en los distintos síndromes linfoproliferativos, ¿pero sabemos qué hacer cuando
un paciente ha tenido un accidente de tráfico?
Un médico debe saber actuar en los casos de urgencia: las quemaduras, los sangrados, las
convulsiones…cualquier cosa que pueda pasar.
Un médico debe estar preparado para lo inesperado. Y no, no lo estamos. Salimos de
Medicina como lo que somos, gente que hemos pasado media vida en la biblioteca
empollando, y jamás nos hemos manchado la bata o hemos corrido con ella puesta.
Todos conocemos la típica escena de “¿hay un médico en la sala?“, pero lo cierto es que no
estamos preparados para afrontar algo así.
7. Heridas y lesiones menores
Ya no hablamos de accidentes de tráfico ni de muertes por infartos. Hablamos de algo tan
simple como una herida que necesite un par de puntos.
¿Por qué no se nos enseña a suturar? Nos hablan en Fundamentos de Cirugía de los tipos
de puntos y las clases de hilos y sus materiales, pero en ningún momento nos enseñan lo
verdaderamente importante. Bastaría con comprar un plátano por persona, darnos hilo y
aguja y dedicarnos un par de horas a enseñarnos algo que nos servirá toda la vida.
Y no es sólo las suturas. Hablamos de los vendajes, entablillados, de poner esparadrapo.
Cosas simples que nuestras propias madres saben hacer mejor que nosotros mismos.
8. Pinchar
Un licenciado de Medicina no ha pinchado a un paciente en su vida. Y lo que es peor,
hay residentes e incluso médicos que jamás lo han hecho. “Trabajo de enfermeras“, dicen
algunos.
El pinchar a un paciente es algo tan básico en medicina que es escandaloso que no se dé.
¿Para qué está la Facultad entonces? ¿Qué nos están enseñando en 6 años si no sabemos ni
sacar sangre? Eso sí, demos asignaturas tan útiles como evolución y adaptación al medio
ambiente, que nos servirán de mucho cuando un paciente tenga un shock anafiláctico y no
sepamos inyectarle la adrenalina.
9. Paciente
Y es que gran parte de las carencias que venimos nombrando tienen que ver con una
confusión de conceptos que criticamos del pasado y sin embargo nosotros seguimos
cometiendo sus errores.
La medicina no es el estudio de las enfermedades, sino del enfermo. No nos interesa el
cáncer de pulmón porque sí, nos interesa porque mata a la gente. Nuestra labor como
médicos es mantener a las personas lo más sanas posibles, y por tanto ellas son nuestro
objeto de atención.
En la carrera parece que se olvidan de eso completamente. 50 asignaturas sobre
enfermedades, patologías, lesiones… ¿y qué pasa con el paciente?
Es el paciente con el que nos vamos a ver las caras, no con la enfermedad. Es al que
hay que tratar, aconsejar, explorar, apoyar, comprender, diagnosticar…y la triste realidad es
que no tenemos ni idea de cómo hacerlo.
Sabemos lo que es la diabetes, pero no sabemos cómo decirle al paciente que tiene diabetes.
Sabemos todo lo que hay que saber de la depresión, y sabemos cómo se debe tratar un
paciente deprimido, pero no sabemos cómo reaccionar delante de él. Sabemos las causas
etiológicas que pueden causar un ataque de ira, ¿pero de qué nos sirve eso si un paciente se
encara con nosotros?
Es de vital importancia cambiar ese enfoque en la carrera. Reflejarlo en los temarios de las
asignaturas, o crear una asignatura expresa para ello, o hacer prácticas, pero hay que
solucionarlo. Por nosotros y por el propio paciente.
10. Ética
Si tuviera que elegir la carencia más grave, creedme que sería ésta. Porque un médico
puede saber todo lo anterior, que si le falta la ética seguiremos en las mismas.
La ética no se reduce al aborto y a la eutanasia. Es parte intrínseca de toda la medicina y
de nosotros mismos. No podemos ir recetando o actuando sin pensar en si consideramos
que es correcto o no lo que estamos haciendo. Eso es una perversión del ser humano. Lo
que nos caracteriza es nuestra moral, nuestro sistema de valores, y peor que tener un mal
sistema es no tenerlo.
Y sí, uno puede tener una idea general de lo que cree bueno y lo que no: no matar, no robar,
etc. Pero en la medicina hay demasiadas cosas grises y dudosas, y es importante que desde
la facultad nos hablen de ella, las debatamos, las comentemos, que tengamos un juicio del
tema.
¿Y qué es lo que hace la Facultad? Una asignatura cuatrimestral que se da en primer
curso, cuando el estudiante apenas sabe la diferencia entre plano coronal y plano sagital.
Esa es toda la ética que se nos enseña.
En resumen, la mayoría de estas carencias se irán solucionando con el paso de los años en
la residencia, o por la inquietud personal de cada uno, y en muchos casos quedarán
importantes lagunas que tendremos que ir arrastrando. Pero bueno, supongo para alguien
será un consuelo saber que mientras podía haber estado aprendiendo a ser médico, que es
lo que quería, me dedicaba a pasar el día en la biblioteca aprendiendo cosas tan útiles
como técnicas en desuso y enfermedades históricas.

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