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Avance Progresivo PDF
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Agradecimientos
Al Staff Excomulgado: Excopic por la
Traducción, a Kiti08 por la Corrección,
Diagramación y Lectura Final de este Libro para
el Club de Las Excomulgadas…
Gracias!!!
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El Club de las Excomulgadas
Argumento
Han pasado ocho meses desde que Melanie Smith conoció al quarterback
de los Wildcats, Derek Fox. Compartieron una noche que nunca olvidó, pero pensó
que eso sería todo entre ellos.
¿Será que él quiere sólo otra noche salvaje con su mayor fan? ¿O será que
invitó a Melanie porque tiene algo más permanente en mente?
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… Melanie se dio la vuelta, con una sonrisa tan amplia que pensó que se la
partiría la cara. Derek ya había tirado el casco a un lado y se sacaba las
almohadillas, y el pelo empapado de sudor se cernía sobre su frente. También
estaba sonriendo. Radiante, de hecho. Nunca había visto una sonrisa como la suya.
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Melanie Smith ha sido una ávida fan del fútbol desde sus primeros
recuerdos. Ha estado en tantos partidos como pudo pagarse – cierto glorioso año
había ganado abonos para la temporada – y casi había diezmado su parca
economía para poder comprar una entrada para el Campeonato y ver a su adorado
Bueno, no sabía por qué estaba allí. Había intercambiado algunos e-mails y
cartas con Derek Fox, después de su noche juntos en el último enero. Había sido
más que emocionante recibir un e-mail de Derek Fox, aunque apenas la pusiese al
día de cómo estaba yendo el entrenamiento de campo. A medida que entraron en la
pre-temporada, los mensajes fueron disminuyendo de ocasionales a ninguno.
Melanie no se había perturbado con eso, al contrario estuvo sorprendida de que
hubiese estado interesado en mantener el contacto con ella.
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Una semana antes de la apertura de la temporada, recibió un mensaje de
texto de él. Hola. ¿Tienes planes para el próximo domingo? Por supuesto, ella dijo que
no. Incluso si los hubiese tenido, habría dicho que no. Pensó que tal vez él fuera a
hacer algún guiño para saludarla en la entrevista post-partido, o tal vez le dijese que
planeaba dedicarle su primer touchdown. Ambas opciones eran emocionantes, y un
poco infantiles, pero le daban escalofríos pensar que pudiese estar pensando en ella
durante todo el partido. Nunca había esperado una invitación para ver el primer
partido desde el palco. Melanie no se lo pensó dos veces antes de subirse a un avión
y volar por todo el país hasta California.
Melanie negó con la cabeza. Estaba colocando el carro frente a los bueyes.
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Peor que eso, estaba saliéndose de la realidad y visitando la tierra de
fantasía. Nunca iba a ser la novia de Derek, o su esposa. Aquella no era el tipo de
relación que tenían. Principalmente porque no tenían una relación. Habían pasado
una noche juntos, e intercambiaron algunos e-mails. Probablemente pasarían dos
noches juntos. Tal vez no. Necesitaba dejar de pensar en ello.
No lograba dejar de pensar en ello. Las horas que había pasado con Derek
habían sido completamente increíbles. Más que un sueño hecho realidad, porque
nunca había soñado con algo así en su vida. Derek había estado deprimido con la
derrota en el Campeonato. Ambos lo estaban. Una vida de sueños había sido
aplastada con la pérdida de un único balón. Había sido una dolorosa forma de
terminar una temporada mágica.
La primera jugada del partido fue casi suficiente para hacerla cambiar de
opinión. Derek envió su primer lanzamiento a la línea de veinticinco yardas, se
echó hacia atrás, a continuación, tiró un pase perfecto. La espiral fue hermosa.
Flotó en el aire, en lo que pareció una eternidad, y después cayó tan suavemente
como era posible, en las manos extendidas del receptor. No había un defensa
alrededor en varios metros, y él estuvo corriendo incluso antes de tener la pelota
segura debajo del brazo. Era apenas un borrón en blanco y azul mientras corría
junto a la línea lateral de las treinta, las veinte, las diez...
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“Vamos. ¡Corre! ¡Corre! ¡Joder! No pares. No pares... No...” Melanie se
puso en pie, sacudiendo los puños en el aire, y gritando emocionada.
“¡¡¡TOUCHDOWN!!! ¡Sí! ¡Joder, eso ha sido impresionante!”
“¿Disculpe?”
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“¿Me preguntaba si usted es Melanie Smith?”
“Lo soy”
Mantén la calma. A él le gustas porque no eres una loca. Por tanto, cálmate y haz
como si fueses a la línea de juego de los partidos profesionales todo el tiempo.
“Así que... ¿él hace este tipo de cosas a menudo?” Preguntó Melanie.
“¿Señora?”
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“Ya sabes, ¿Derek normalmente invita mujeres a verlo jugar y después las
lleva a la línea de juego?”
Muy bien. Esperaba que ella fuese un poco especial para él, entonces.
No, decidió que probablemente no lo conocería. Ella solo era una aventura
de Derek. No la chica que presentas a tu entrenador. Decidió seguir las
instrucciones de Tony al pie de la letra. Se sentaría donde le dijese que se sentase, y
mantendría la boca cerrada y los ojos en el partido de fútbol. Las oportunidades de
que nadie la molestase eran buenas, e iba a hacer su mejor intento para no molestar
a ninguno de los jugadores. Este era su trabajo. Estaban trabajando.
Salir del oscuro túnel hacia la luz del final de la tarde le robó el aliento. El
campo que había visto tantas veces por televisión parecía completamente diferente
en persona. Era más grande, más alto, y hermoso. Deslumbrante. Los sonidos del
partido y de la multitud, el olor de la hierba, a sudor, a palomitas de maíz, y los
colores. Colores brillantes que estaban por todas partes. Los fans tenían los rostros
pintados con banderas y símbolos. Los jugadores con sus cascos y hombreras
estaban pasando a poca distancia de ella. En comparación con la visión y los
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vibrantes sonidos, el palco había sido como una tumba. Melanie deseaba no volver
allí nunca más.
“Es increíble”
Tony sonrió e hizo un gesto para que lo siguiese. La llevó lejos del
banquillo de los jugadores hacia un grupo de personas que parecían una mezcla de
periodistas y de amigos y familiares regulares. Estaban conversando todos
alegremente unos con otros, pero sus palabras eran interrumpidas con jadeos,
“Derek dijo que debía esperar aquí hasta después del partido. Él vendrá a
buscarla”
El sol de California era cálido y dulce en su piel, y tan cerca del campo,
podía decir que el césped era real, y recién cortado. Se abrió paso hacia lo más
cerca del campo que se atrevió, sonriendo y disculpándose mientras lo hacía, pero
no parecía importarle a nadie. Derek estaba en el campo de nuevo, y en cierta
forma, parecía más cerca y más lejos de ella de lo que había estado antes. Le picaba
todo por tocarlo. Por sentir los dedos ásperos y los músculos tonificados por debajo
de su tensa piel. Quería calmar los hematomas en los muslos y en las costillas,
sentir el olor de la tierra y la hierba en su piel, y el sabor de sus labios. La noche que
habían compartido parecía otra vida. O algo que había sucedido en un sueño.
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ventaja – o la aumentasen – Melanie no tenía dudas de que ganarían. Mentalmente
les gritó una jugada los jugadores, estremeciéndose cuando Derek les gritó a los
jugadores exactamente la misma jugada una décima de segundo más tarde. Melanie
estaba en la línea de veinte yardas, y no podía estar segura, pero por un momento
pensó que Derek le había sonreído mientras caminaba hacia la línea de golpeo en la
línea de quince yardas. Todo dentro de ella se derretía. Él le ponía las piernas
débiles.
Tony había dicho que se quedase esperando hasta que Derek pudiese
buscarla después del partido. Pero fue difícil quedarse en su sitio. La multitud se
precipitó hacia el campo para felicitar a los jugadores, para entrevistar a los
entrenadores, para unirse a los círculos de oración de los jugadores que salpicaban
el césped, y para participar en la celebración que ya estaba en erupción. Esto
parecía bien. Melanie no lo podía negar. Se sentía condenadamente bien.
Unos dedos fuertes la agarraron por el codo y luego una voz profunda y
familiar le dijo, “¿Buscas a alguien?”
Melanie se dio la vuelta, con una sonrisa tan amplia que pensó que se la
partiría la cara. Derek ya había tirado el casco a un lado y se sacaba las
almohadillas, y el pelo empapado de sudor se cernía sobre su frente. También
estaba sonriendo. Radiante, de hecho. Nunca había visto una sonrisa como la suya.
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“¿Dónde más podría estar?”
“Dios, Mel...” Una gran mano sujetó un lado de su cara, sus grandes dedos
empujaron el pelo fuera de su mejilla. “No conozco a nadie que me haga sentir así”
“¿Cómo?”
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“Si... sí, creo que conozco un sitio...” Él apretó su boca contra la suya otra
vez, besándola el tiempo suficiente para hacerla temblar. “¿Quieres que me duche
primero?”
“No”
“¿Estás segura?”
“Bueno, ¿quién soy yo para negarle nada a una señora?” Su mano envolvió
completamente la suya. “Vamos. Creo que conozco un buen sitio”
¿Qué pasará después? ¿Sólo vas a follar con él hoy, regresar a casa por la mañana, y
mantenerlo todo en un tono casual? Melanie decidió que no valía la pena considerar
esas preguntas. El hecho era que Derek nunca actuó como si quisiese algo más que
una aventura rápida y, al fin de cuentas, estaba bien para ella. Ambos tenían cosas
más importantes de que preocuparse que las relaciones en ese momento. ¿Por qué
no deberían disfrutar uno del otro, mientras tenían la oportunidad? Su cuerpo
ciertamente no parecía tener problemas con eso. Sus pezones ya estaban erectos,
sus braguitas estaban más que húmedas, y no podía dejar de revivir el beso una y
otra y otra vez. Si no fuese besada nunca más, podría vivir con ello, mientras
tuviese el recuerdo de aquel beso.
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“¿A dónde vamos?” Preguntó Melanie, cuando estuvieron fuera del campo
y en el largo túnel que llevaba a los vestuarios.
“Es la cosa más segura en los alrededores. Nuestra otra opción es esperar
y...”
“No”
“¿Estás segura?”
Su color era aun intenso, pero sus ojos estaban más suaves. “Puedes pensar
así. Pero... no. Definitivamente me haces sentir mejor”
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suspensorios. Derek cerró rápidamente y atrancó la puerta tras ella, y después no
hubo nada que hacer excepto quedarse allí y estudiar al otro en silencio.
“Definitivamente”
Melanie llevaba vaqueros, pero cuando lucho por conseguir abrir el botón
y la cremallera, deseó haber tenido la precaución de haberse puesto una falda.
Habría sido mucho más simple deslizar simplemente el material hacia arriba,
enrollar sus piernas alrededor de él, y montarlo, pues era todo lo que deseaba.
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Tendría que recordarlo para la próxima vez. Ahora no parecía haber razón para
reprenderse. Habría seguramente una próxima vez, tarde o temprano.
“Dios, sabes tan bien. Y hueles tan bien. Podría hacer esto durante horas”
“¿Si?”
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“Si. Ahora mismo. No puedo...” Gimió mientras él chupaba su oreja entre
los labios. “No puedo esperar. En serio”
“Espera un segundo...”
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que se movían juntos, más chispas estallaban detrás de sus ojos cerrados. La gente
buscaría a Derek en breve. La gente intentaría entrar en el almacén en breve. No
tenían tiempo que perder, pero Derek no daba señales de parar, y ella ciertamente
no se iba a alejar.
Melanie gimió. Estaba cerca. Estaba tan, tan cerca. Pero tan bueno como
cada toque parecía, lo que realmente deseaba era su gruesa polla deslizándose en su
cuerpo, estirándola hasta que finalmente se enfundara por completo. Quería sentir
su carne palpitando contra sus paredes contraídas. Quería su áspero bello raspando
su sensible clítoris, volviéndola loca con cada fuerte impulso.
Nuevos destellos de luz explotaron tras sus ojos. Colocó el brazo alrededor
de su cuello, sujetándolo firmemente mientras gritaba contra su piel. El placer
cortaba a través de ella, fuerte y sorprendente. Pero no completamente satisfactorio.
En todo caso, aumentó su hambre por Derek, como un aperitivo podría saciar su
hambre de una excelente comida gourmet. Sus dedos se abrían y cerraban,
flexionándose con cada latido de deseo. Su coño se contraía y relajaba
rápidamente, y sintió la humedad fresca escurrir por sus braguitas y la parte interior
de sus muslos.
“Eso es” Susurró Derek. “Eso lo que yo quería. Dios, que bien hueles,
Melanie” Se apartó de ella y llevó sus dedos hasta la nariz. Sus fosas nasales se
inflamaron, y ella no consiguió dejar de mirar como su lengua se deslizó hacia
afuera para probar los jugos que revestían sus dedos. “Sabes tan bien como
recordaba”
“No puedo creer que aun pienses en mi” Consiguió decir ella.
“No puedo creer que creyeras que podría olvidarte. Dios, estoy a punto de
explotar”
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Melanie abrió el bolso, buscando a través del caos hasta encontrar la
pequeña caja de preservativos. Tomó uno y en silencio se lo ofreció, observando, a
continuación, con mucha atención como rápidamente retiraba sus pantalones y
suspensorio. Siguió su ejemplo, quitándose los vaqueros, y enviando una breve
oración de agradecimiento al cerrojo, porque sabía que se hubiese quedado tal y
como vino al mundo, independientemente de la presencia de la cerradura.
Melanie asintió en silencio. ¿Qué otra respuesta podría dar? Nunca había
estado más preparada para cualquier otra cosa en su vida. Él sonrió y entonces la
levantó del suelo con un gran brazo. Colocó sus piernas alrededor de él, deslizando
los labios de su coño a lo largo de su eje, mojando el preservativo. Ambos se
estremecieron con el contacto, y ella se balanceó hacia atrás y hacia adelante,
provocándolo con su calor. Su clítoris se contraía cada vez que raspaba en su
longitud, y el placer golpeaba más y más a través de su cuerpo.
“Más... Derek...”
Derek presionó sus caderas hacia adelante, deslizándose dentro de ella con
un preciso golpe. Un grito rasgó su garganta antes de que siquiera pudiese pensar
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en detenerlo. Fue mejor de lo que esperaba – de lo que podría incluso podría haber
esperado. Su cuerpo se estiró para acomodarlo, y podía sentir su latido, sentir su
respiración, sus increíbles músculos flexionándose y moviéndose en su contra.
Estaba laxa. No era nada, excepto carne en combustión y sangre vibrando. Estaba
inconsciente y dolorida. Lo sujetó tan firmemente como pudo, gritando cada vez
que se echaba hacia atrás y luego la volvía a llenar de nuevo.
No pares, no pares, no pares, no pares. “No pares. Joder, no pares. Por favor,
no pares” Melanie no estaba segura cuando su monólogo interior se volvió un
discurso real, pero no hizo nada para intentar detener las palabras y llamarlas de
regreso. Incluso cuando las palabras cesaron, fue porque, él cambió de ángulo y
comenzó a golpear en su punto G. No hubo tiempo para emitir sonidos. No había
tiempo para respirar, tampoco. No podía gritar. No podía ni gemir. Su boca se
Nada en Derek fue amable. Estaba muy colmado de adrenalina del partido
y la victoria, pero Melanie se encontró con él, golpe a golpe. Le encantaba el poder
que sentía en su cuerpo. Le encantaba la fuerza que sentía. Como si él estuviese a
segundos de romperse por completo, y perder el control de sí mismo. Sin previo
aviso, sus dientes se hundieron en la parte carnosa de su hombro, y la súbita
presión fue suficiente para enviarla por encima del borde por segunda vez. Su
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cuerpo se sacudió por el vigor del éxtasis, y una vez que comenzó a temblar, ya no
pudo parar.
Su mano se coló entre sus cuerpos, y ella supo lo que iba a hacer. De
alguna forma, tenía la consciencia suficiente para entender su plan, pero cuando él
realmente tocó su clítoris palpitante, la sorprendió con otro grito de su garganta. El
mundo se volvió borroso, y después se desvaneció hacia el negro mientras otro
poderoso orgasmo explotaba a través de ella. Pensó que sentía su pene estremecerse
en reacción, pero su ritmo fuerte nunca se desaceleró. Él ni siquiera vaciló. Quería
protestar otra vez. Quería hacerle entender que realmente no podía tener otro
golpe, otro segundo, otro momento de esos. Tenía la sensación de que estaba a
punto de descubrir si era o no posible tener demasiado de algo bueno.
“Me siento tan bien. Mel... me haces sentir tan bien... joder... joder...
joder...”
Melanie alisó su mano por su espalda, los dedos rozando nuevos cortes y
cicatrices antiguas. Le encantaba su piel. Le encantaba la forma como contaba la
historia de un centenar de partidos de fútbol, de toda su vida. Le encantaba que
fuese perfecto por sus imperfecciones. Le encantaba que cada caricia de sus dedos
trajese una nueva exclamación de él, sobre cuanto la deseaba, cuanto le gustaba que
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lo tocase, cuan cerca estaba. Si ellos estuviesen en una habitación, Melanie no le
dejaría correrse en el condón. Se dejaría caer en sus rodillas, tiraría el preservativo,
y le bombearía hasta que explotase sobre su pecho y rostro. Porque le encantaba
cuando él hacía esto, y porque le encantaba sentir su semen contra su piel antes de
que él lo lamiese.
“Si, si, si, si, si...” Ella respiró hondo, y, de repente, reclamó su boca en un
beso que era cada vez más exigente y duro, como ningún otro que él jamás le
hubiese concedido. Sus labios y los dientes se enfrentaron, las lenguas se
enroscaron con fuerza sorprendente.
“Jesús Cristo...”
“Lo sé”
“Yo... tengo que descubrir como volver a andar. Y luego tengo que tomar
ducharme e ir a la reunión post-partido. Sin embargo me gustaría no ir”
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Melanie alejó el pelo de su rostro. “Me parece bien. Realmente has estado
increíble”
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“Mira... Sé que esto puede parecer extraño, y no quiero imponerme a ti o
cualquier otra cosa, pero...”
“Me gustó mucho saber que me estabas viendo durante el partido. Sentí
como... Sentí como si jugase mejor, sabiendo que estabas allí”
“Esperaba que dijeses eso. Podría arreglarlo para que pudieses estar allí en
cada partido”
“Si”
“Derek... me gustaría. Quiero decir, eso es todo lo que siempre quise hacer.
Pero tengo un trabajo y obligaciones familiares, y... no puedo simplemente dejarlo
todo y salir cada fin de semana”
Derek suspiró y miró hacia abajo. “Tenía miedo de que dijeses eso”
“Si... creo que sí. Quiero decir, obviamente el enero pasado no fue sólo una
casualidad. Tú y yo... estamos muy bien juntos”
“Lo estamos”
“Y te gusto. Creo que podría haber algo entre nosotros además de sexo y
fútbol”
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Melanie se lamió los labios secos. Quería tocarlo. Sentada allí, mirándolo,
intentando mantener una conversación con él, y lo único que quería era tocarlo.
“¿En serio?”
“Si, me parece recordar a alguien comiendo todo lo que tenía en casa hace
algunos meses”
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jugador de fútbol lo sabía. Sus empleos, la distancia física entre ellos, y sus horarios
conflictivos eran obstáculos, pero nada que no pudiesen vencer. Tenían el tiempo
de su lado, y cada metro que ganaban juntos contaba como un avance progresivo.
FIN
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Serie Wildcats
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