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Jaime Romero

ENSAYO LITERARIO
AMOR Y HEREJÍA

Lo que en algún momento de la historia fue castigado ahora es aceptado. A Giordano Bruno

lo quemaron por ser librepensador y contradecir las creencias religiosas de su época. Ahora,

un grupo de intelectuales de la colonia Roma, asegura que el amor romántico es teñido con

el esmalte de la cursilería. No se puede amar con profundidad a una persona, aseguran,

porque lo más importante no es la persona, sino el amor a esa persona. Sublime

pensamiento que ningún platón podrá desmentir. En ese sentido el acto de mandar flores,

cartas o escribir en una pared algún mensaje de amor, digamos, por ejemplo: "te amo Rosa,

soy tú Fermín", es visto como un acto de vulgar cursilería. En un sentido tienen razón, si

nos apegamos al mundo de las telenovelas. En la pantalla el amor ha sido desgastado hasta

los huesos. Pero en la "vida real", esa niebla que nos pasa a todos; donde las noticias hablan

de muerte violenta, de odios incomprensibles y demás asuntos que siembran el miedo y la

desconfianza entre pobladores; supongo, enamorarse románticamente es un acto de herejía.

El modus vivendi de la sociedad contemporanea es la desconfianza y el miedo al otro. Un

beso, un mensaje de amor en la pared, un "sí, yo también te amo" son actividades que se
oponen a ese modus vivendi. Amar románticamente es ser hereje en la iglesia de algunos de

esos intelectuales. No todos. No importa ser cursis. En el futuro, ser cursis y románticos

será un acto de transgresión.

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