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El panorama mundial
Por otra parte, las bajas tasas de interés originadas en esa política impulsaron un
endeudamiento masivo a nivel mundial en la última década. Los países
emergentes representan el 60% del aumento de la deuda no financiera posterior a
la crisis y China por sí sola representa casi el 40%. El comercio mundial muestra
una dinámica similar a la del producto. En 2017 el volumen del comercio mundial
de bienes creció un 4,7%, cifra que representa el doble del ritmo medio de
expansión registrado entre 2012 y 2016. Sin embargo, en 2018 se ha producido
una desaceleración, y las proyecciones de crecimiento para ese año y 2019 se
han revisado a la baja.
La bonanza de los precios de los productos básicos que se produjo entre 2003 y
2012 permitió a los países con una especialización exportadora primaria —entre
ellos, varios de América Latina y el Caribe— aliviar temporalmente su restricción
externa. Tras la finalización del superciclo de precios altos, varios de esos países
lograron mantener su crecimiento en parte gracias al bajo costo del financiamiento
externo. Sin embargo, el cambio de ciclo de la política monetaria de los Estados
Unidos en 2018 ha encarecido el acceso a dicho financiamiento, obligando a los
países a recortar sus importaciones y contraer su demanda y crecimiento.
Otro factor que está frenando el dinamismo del comercio mundial son las
crecientes tensiones comerciales, relacionadas con los persistentes desequilibrios
entre los saldos en cuenta corriente de las principales economías. Los Estados
Unidos son el principal país deficitario, mientras que Alemania, China y la
República de Corea son los principales países superavitarios. Gran parte de los
desequilibrios globales se concentra en el comercio entre los Estados Unidos y los
países ya mencionados, a los que se suman el Japón y México.
El panorama regional
La CEPAL proyectaba un aumento del orden del 10% del valor de las
exportaciones regionales de bienes en el 2018 y 2019. Este incremento se
descompone en un alza de los precios del 7,6% y una expansión del volumen del
2,1%. Con ello, la región acumula dos años de recuperación del valor de sus
envíos, tras el marcado descenso registrado entre 2012 y 2016. No obstante, el
volumen de las exportaciones regionales crecería menos de la mitad del de los
envíos del conjunto de las economías en desarrollo, que, según las proyecciones
de la OMC, se expandiría un 4,6%.
En los últimos años pareciera que los cambios en la economía mundial son cada
vez más acelerados. Asistimos a la reordenación de la economía mundial, en la
que la potencia hegemónica surgida en el siglo XX ve peligrar su posición y
modifica sustancialmente su estrategia de inserción internacional. En los últimos
meses, las tensiones en torno a las relaciones comerciales se han extendido a lo
largo de una multitud de países, que están teniendo su último episodio en el
aumento arancelario de los Estados Unidos hacia China.
Estas tensiones comerciales, que se unen a las que previamente afectaron a las
relaciones de Estados Unidos con China, la Unión Europea, Rusia y otros países
emergentes, son sintomáticas del deterioro del poder de los Estados Unidos y de
los cambios en la correlación de fuerzas global. A menudo, se nos intenta dar una
visión de que la nueva estrategia estadounidense es resultado del carácter
convulso de su actual dirigente; sin embargo, la actual estrategia no es resultado
de que Donald Trump esté en el poder, sino que Trump está en el poder debido a
la necesidad de enfrentar los nuevos desafíos ante los que se encuentra la
hegemonía estadounidense.
Así pues, la posmodernización afecta de dos formas a la clase media con una
escasa capacitación: por un lado, la productividad creciente permite que las
empresas reemplacen mano de obra por capital, lo que da lugar a una producción
relativamente constante de bienes manufacturados al tiempo que la participación
de la fuerza de trabajo en la industria se ha desplomado, y, por otro, esos
trabajadores solo pueden acceder a empleos con una remuneración baja en el
sector de los servicios. Además, dado que los empleos en dicho sector, tanto los
de alta como de baja cualificación, tienen requisitos mínimos de fuerza bruta, las
mujeres tienen cada vez más la capacidad de competir por ellos en igualdad de
condiciones con los hombres (Iversen y Rosenbluth, 2010). Por un lado, esto ha
contenido el aumento de la desigualdad en el seno familiar, ya que el hogar con
dos ingresos se ha convertido cada vez más en la norma; pero, por otro, los
hombres se han encontrado en unos mercados laborales mucho más
competitivos. Por último, tanto si hablamos de cualificación elevada como baja, el
mercado laboral posmoderno también se caracteriza por una incertidumbre
considerable (Brown et al., 2006).
Perspectiva política-económica
El estudio de la OCDE presenta una serie de escenarios sobre los cuales varían
ligeramente los resultados, en función de la realización, o no, de ciertas reformas.
Sin embargo, en lo que coinciden los diferentes escenarios es en el
desplazamiento del comercio mundial y de los países que atesoran un mayor
poder económico hacia los países asiáticos.
Los BRIICS (Brasil, Rusia, India, Indonesia, China y Sudáfrica) serían los que
impulsarán con mayor fuerza el crecimiento económico mundial, acercándose su
nivel de vida al de los países desarrollados. Sin embargo, éstos también sufrirán
una desaceleración en su crecimiento y pasarán del 6% anual logrado en la última
década, hasta poco más del 2% para el año 2060. Hasta la década del 2030, será
China el país que más contribuya a la expansión de la economía mundial. En ese
momento China alcanzará su peso máximo en la economía global, representando
cerca del 27% de ésta. Sin embargo, a partir de esa década, la posta en el
liderazgo del crecimiento económico la recogerá la India que pasará, de esta
forma, a ser el país que contribuya a una mayor proporción del crecimiento
económico mundial.
Para el año 2060, China e India representarán, cada una de ellas, entre el 20% y
25% de la economía global, mientras que los países de la OCDE, en conjunto,
representarán poco más del 40%. De este modo, ambos países se alzarían como
la primera y la segunda economía del mundo, respectivamente, quedando EEUU
en tercer lugar. En cuarto lugar irrumpiría otra economía asiática: Indonesia.
En cuanto a los cambios en el “bienestar”, medido en base al PIB per cápita, los
estándares de vida continúan creciendo en todo el mundo hacia 2060. Sin
embargo, la velocidad de crecimiento de éstos será cada vez menor: el
crecimiento del PIB per cápita pasará de cerca del 4% anual en 2020 a poco más
del 2% en el año 2060. La velocidad de crecimiento del PIB per cápita será cada
vez mayor en países de la OCDE y la zona euro, mientras que disminuirá
notoriamente para los BRIICS.
Universidad de San Carlos de Guatemala
Facultad de Ciencias Económicas
Escuela de Estudios de Postgrado
Maestría: ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
Curso: ECONOMÍA GERENCIAL
Cátedra: Lic. MSc. Víctor Arango Arroyo
En contraste con las estimaciones en cuanto al crecimiento del PIB per cápita en
los países en desarrollo, las proyecciones realizadas por la OCDE en este estudio
consideran que los niveles de convergencia para los países centro y
suramericanos con los EE.UU. serán muy leves.
Para los países de la OCDE también estima mayores beneficios en este segundo
escenario a partir de ciertas reformas estructurales que serían diferentes, debido a
“los ya elevados niveles de gobernanza y de educación de estos países”. Según
las proyecciones para este segundo escenario, cierta liberalización en el mercado
de bienes podría tener efectos positivos acumulados de hasta cerca del 9% en el
crecimiento del PIB per cápita real. Este efecto se sentiría, sobre todo, en países
donde el entorno actual no es tan favorable para la competencia.
En este sentido, las relaciones con China han ido construyéndose durante las dos
décadas precedentes, siendo hoy día China el mayor socio comercial (principal
destino de exportaciones) de 4 países de la región (Argentina, Brasil, Chile y Perú)
y el segundo mayor socio de otros 2 países (Cuba y Venezuela). El año pasado,
América Latina y el Caribe exportaron más de 102 mil millones de dólares en
bienes a China, e importaron cerca de 130 mil millones del país asiático. Sin
embargo, las relaciones con India y con Indonesia (la doble I de los BRIICS) aún
se encuentran mucho menos desarrolladas.
Pese a la creciente presencia de la India en los mercados globales, cerca del 50%
de su comercio aún se concentra en el mismo continente asiático, y sus relaciones
comerciales con América Latina y el Caribe (ALC) son aún de una magnitud
bastante pequeña. En el año 2017, solamente el 4% de sus exportaciones fueron
hacia nuestra región, mientras que el 5,3% de sus importaciones tenían como
origen América Latina y el Caribe. Pese a este bajo nivel de interacción, los flujos
comerciales entre América Latina y el Caribe y la India han crecido
sostenidamente en los últimos años. La región exporta hacia la India productos
primarios: soya, oro, petróleo crudo, cobre y otros minerales, e importa productos
con mayor valor agregado: vehículos y partes de vehículos, medicamentos,
compuestos químicos, textiles, entre otros.
Pero, además, hay similitud en cuanto a los ingresos per cápita y preferencias de
los consumidores, lo que haría pensar que hay una sólida demanda de bienes
menos sofisticados y más accesibles que los que se comercian en países
desarrollados. La distancia, que en principio podría plantearse como un factor
contrario al comercio entre ambas partes, no ha supuesto una barrera
infranqueable para el comercio entre ALC y China, por lo que podría no
representar tampoco un obstáculo insalvable para las relaciones con otros socios
asiáticos.
Actualmente, Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo y cuenta con
una importante riqueza en materias primas: petróleo, gas, minerales, aceite de
palma, entre otros. A 2016, el sector servicios representaba el 46,5% del PIB, la
industria el 40% y la agricultura el 13,5%
En cuanto a las relaciones comerciales entre Indonesia y ALC, son aún muy
escasas. Las mercancías provenientes de América Latina y el Caribe
representaron, el último año, el 2,5% del total de importaciones de Indonesia.
Mientras que del total de importaciones de América Latina y el Caribe en 2017,
apenas el 0,3% provino de Indonesia.
Reflexiones
El proceso de ascenso de los países asiáticos es radicalmente diferente según el
enfoque propuesto por Arrighi y el de la OCDE. Para el primero es resultado de la
crisis de hegemonía estadounidense, la finalización del ciclo de acumulación y la
consecuente situación de caos sistémico. Por su parte, la OCDE omite en su
escenario base la posibilidad de conflictos a gran escala motivados por la crisis de
hegemonía, y considera que el crecimiento económico seguirá siendo importante
en las próximas décadas en un clima de estabilidad entre las potencias.
Es necesario que ALC comience a plantear una relación estratégica con estos
países, bien el marco de la política exterior de cada uno de los países de la región,
o bien en el marco abierto por procesos como los foros impulsados por la
Comunidad Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para las relaciones
bilaterales con otros grandes actores globales, como China o la Unión Europea.
En conclusión, es necesario el diseño de una estrategia regional a largo plazo
para una mejor inserción de América Latina y el Caribe en la economía mundial.
Globalización
Cuando los socios comerciales usan más de su tiempo y recursos en producir las
cosas que hacen mejor, son capaces de lograr una mayor producción conjunta, lo
cual brinda una fuente de ganancia mutua.
Universidad de San Carlos de Guatemala
Facultad de Ciencias Económicas
Escuela de Estudios de Postgrado
Maestría: ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
Curso: ECONOMÍA GERENCIAL
Cátedra: Lic. MSc. Víctor Arango Arroyo
No sólo las economías abiertas tienen más competencia, sino que también tienen
más rotación de empresas. Estar expuesto a la competencia de todo el mundo
puede resultar en fabricantes nacionales con altos costos que salen del mercado.
Pero también el comercio internacional puede proporcionar estabilidad para los
productores locales, por ejemplo, para un fabricante con sede en EEUU, que
vende sus productos en Alemania, de componentes electrónicos procedentes de
Nueva Zelanda, con un alto valor agregado en el mismo EEUU pero de ensamble
final en la misma Alemania, con partes embarcadas de Estados Unidos, Francia y
el Reino Unido. De manera que, al comprar partes y componentes a nivel mundial,
se crea una especie de resistencia contra los proveedores locales por aumentar
los precios de los mismos insumos.
También los economistas, por lo general, han encontrado que las tasas de
crecimiento económico están muy relacionadas con la apertura al comercio, la
educación y la infraestructura de comunicaciones. Por ejemplo, los países que
abren sus economías al comercio internacional tienden a beneficiarse de nuevas
tecnologías y otras fuentes de crecimiento económico. Existe cierta evidencia de
una relación inversa entre el nivel de barreras comerciales y el crecimiento
económico de los países. Es decir, las naciones que mantienen altas barreras
comerciales tienden a tener un nivel bajo de crecimiento económico.
Por otro lado, el rápido crecimiento en países como China e India ha ayudado a
aumentar la demanda por productos como petróleo crudo, cobre y acero. Por
tanto, los consumidores y las empresas estadounidenses pagan precios más altos
por productos como la gasolina.
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También los sindicatos mantienen que el comercio sin restricciones permite una
competencia injusta de los países que carecen de normas laborales. Más aún, los
activistas de los derechos humanos afirman que el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional respaldan a los gobiernos que permiten lugares de trabajo
explotadores y esclavizantes y persiguen políticas que sacan de apuros a
funcionarios públicos a costa de las economías locales.
El Comercio Internacional
La producción más cuantiosa hará posible que los brasileños ganen al usar
ingresos de sus ventas de café para comprar el trigo estadounidense. Al mismo
tiempo, los estadounidenses ganan al hacer lo contrario, utilizan los ingresos de
sus ventas de trigo para comprar el café brasileño. A su vez, la producción
conjunta más grande brinda la base para las ganancias mutuas alcanzadas por
ambos. Por definición, si los países se especializan en lo que comparativamente
son mejores en producir, deben importar productos y servicios que otros países
producen mejor.
La noción de que las importaciones son malas mientras que las exportaciones son
buenas (lo que es popular entre los políticos y los medios), la idea de que los
aranceles, impuestos y otras restricciones a las importaciones salvarán empleos y
promoverán un nivel de empleo más alto, o de que las importaciones reducen el
empleo y actúan como un lastre en la economía, mientras que las exportaciones
promueven el crecimiento y el empleo, son incompletas e incorrectas. Estas ideas
erróneas se derivas al considerar el vínculo entre las importaciones y las
exportaciones desde una perspectiva muy reducida.
Aunque esa movilidad de factores entre las industrias puede ocurrir a largo plazo,
muchos factores son inmovibles a corto plazo. El capital físico (como fábricas y
maquinaria) por ejemplo, generalmente se utiliza para propósitos específicos; una
máquina diseñada para producción de computadoras de pronto no puede utilizarse
para fabricar aviones. En forma similar, los trabajadores con frecuencia adquieren
habilidades apropiadas para ocupaciones específicas y no pueden ser asignados
de inmediato a otras ocupaciones.
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Maestría: ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
Curso: ECONOMÍA GERENCIAL
Cátedra: Lic. MSc. Víctor Arango Arroyo
Para entender los efectos que tienen los factores específicos y el comercio,
considere la producción de acero en Estados Unidos. Suponga que el capital es
específico para producir acero, el trabajo es móvil entre la industria de acero y
otras industrias y el capital no es sustituible del trabajo en la producción de acero.
También suponga que Estados Unidos tiene una desventaja comparativa en
acero. Con el comercio, la producción disminuye en la industria de competencia en
importaciones. Conforme disminuye el precio relativo del acero, el trabajo se
mueve afuera de la industria del acero para tomar empleo en las industrias de
exportación que tienen una ventaja comparativa. Esto ocasiona que las
existencias fijas de capital se vuelvan menos productivas para las compañías de
acero de Estados Unidos.
Conforme declina la producción por máquina, los rendimientos del capital invertido
en la industria de acero disminuyen. Al mismo tiempo, conforme aumenta la
producción en las industrias de exportación, el trabajo se mueve hacia estas
industrias y comienza a trabajar. Por tanto, la producción por máquina aumenta en
las industrias de exportación y aumenta el rendimiento de capital. Puesto en forma
simple, la teoría de los factores específicos concluye que los recursos que son
específicos de las industrias de competencia de importaciones tienden a perder
como resultado del comercio, mientras que los recursos específicos de las
industrias de exportación tienden a ganar como resultado del comercio. Este
análisis ayuda a explicar por qué compañías estadounidenses de acero, desde la
década de los sesenta, han cabildeado por restricciones a las importaciones para
proteger sus factores específicos que sufren por la competencia extranjera.
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