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FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA / SECRETARÍA DE INVESTIGACIONES / ANUARIO DE INVESTIGACIONES / VOLUMEN XXIII

QUEER STUDIES Y PSICOANÁLISIS: TENSIONES EN TORNO A


LOS MOVIMIENTOS REIVINDICADORES DE LAS IDENTIDADES
SEXO-GENERIZADAS
QUEER STUDIES AND PSYCHOANALYSIS: TENSIONS AROUND SEXUAL AND GENDER
IDENTITY MOVEMENTS
Peidro, Santiago1

RESUMEN ABSTRACT
El presente trabajo se inscribe en el marco de la beca This paper is submitted in the framework of a CONICET
CONICET postdoctoral del autor así como en un proyecto postdoctoral Grant and an SECYT-UNC investigation
de investigación de SECYT-UNC. project.
El escrito pretende dar cuenta de uno de los irreductibles The aim of this article is to address the tensions between
principales entre los Queer Studies y el psicoanálisis, Queer Studies and Psychoanalysis, Also, within the exis-
analizando también las tensiones existentes entre el psi- ting tautness between Butler’s Queer Theory tradition and
coanálisis y la Queer Theory por un lado, y los movimien- Sexual Identity movements, this work will examine to what
tos que reivindican determinadas identidades sexo-gene- extent the assumption or social acceptance of a sex-
rizadas por el otro. A su vez, se examina en qué medida gendered identity dissimilar regarding the hegemonic
la asunción o aceptación social de una identidad sexo- identity reinforces precisely heteronormativity, thereby
generizada disímil respecto de la hegemónica refuerza posing a dispute of identities in the same matrix of cultural
precisamente la heteronorma, planteando de ese modo intelligibility proposed by heteronormativity.
una disputa de identidades en la misma matriz de inteligi-
bilidad cultural propuesta por la heteronormatividad. Key words:
Queer Theory - Psychoanalysis - Sexual identities - LGTT-
Palabras clave: BIQ movements
Teoría Queer - Psicoanálisis - Identidades sexuales - Mo-
vimientos LGTTBIQ

Doctor en Psicología, UBA. Psicoanalista. Becario Postdoctoral CONICET. Licenciado en Psicología, UBA. Egresado de la Universidad del
1

Cine. Diplomado del Instituto Clínico de Buenos Aires (Icdeba). Docente en Nuevas presencias de la sexualidad, Facultad de Psicología,
UBA. E-mail: santiagopeidro@gmail.com

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QUEER STUDIES Y PSICOANÁLISIS: TENSIONES EN TORNO A LOS MOVIMIENTOS REIVINDICADORES DE LAS IDENTIDADES SEXO-GENERIZADAS
QUEER STUDIES AND PSYCHOANALYSIS: TENSIONS AROUND SEXUAL AND GENDER IDENTITY MOVEMENTS
Peidro, Santiago

Psicoanálisis y Queer Studies: tensiones irreductibles. nocimiento sistemático y obstinado del descubrimiento
El mayor problema entre los Queer Studies y el psicoa- freudiano. (Barros, 2007, p. 119)
nálisis que resaltan autores como Jean Allouch (1999),
Javier Sáez (2004), Ritheé Cevasco (2010) o Marcelo Pero el universo queer es amplio y no todas las posiciones
Barros (2007) revela que mientras unos abordan la dife- son similares. Muchas de ellas se acercan al psicoanáli-
rencia sexual desde una dimensión sociocultural, el sis. De este modo, Judith Butler sostiene que fijarse o
psicoanálisis no puede evitar considerar la variable que perpetuarse en una determinada identidad implica correr
incluye las marcas de goce a lo largo de la vida, la reali- el riesgo de volverse contra la sexualidad que esa misma
dad sexual del inconsciente y la dimensión sintomática categoría identitaria pretende describir (Butler, 1989). En
resultante de la forma en que se vivencia la diferencia esa misma línea, el filósofo Ignacio Castro advierte sobre
entre los sexos, así como el modo singular con que cada el riesgo de que el debate existencial y político finalice en
ser hablante debe de arreglárselas con su existencia el tema de los derechos civiles (Castro, 2002). Del mismo
soportada sobre un asiento de goce pulsional. El “no hay modo, Teresa De Lauretis proclamaba que los discursos
proporción sexual” descrito por Lacan en el texto El Ato- de la identidad de género fueron obturando las investiga-
londradicho (1972) supone un fundamento universal ciones sobre sexualidad, propias del campo abierto por el
para todo ser humano que no es contingente. Se trata de psicoanálisis freudiano (De Lauretis. 2014). Más allá de
una imposibilidad que se opone a cualquier clase de algunas excepciones, podemos resumir, con Sáez, que
relativismo cultural. Todo lo que resulte de las relaciones “mientras el discurso queer denuncia la construcción del
entre los sexos será sintomático en tanto será respuesta sexo en sus facetas imaginarias (imágenes) y discursivas
a esa imposibilidad. Y esto no es un invento de Lacan, (simbólicamente), Lacan sitúa el sexo del lado de lo real,
sino que ya está en Freud. más allá de los dispositivos de imagen y de enunciación”
¿Puede decirse que Freud formula propiamente la imposi- (Sáez, 2004, p. 169).2
bilidad de la relación sexual? No la formula como tal. Si yo El psicoanálisis así, distante tanto del cinismo contemporá-
lo hago, es tan solo porque resulta muy fácil decirlo. Está neo como de la religión del sentido, encuentra su apoyo serio
escrito a lo largo y a lo ancho. Está escrito en lo que Freud en lo real del síntoma: ese que escribe nombres singulares
escribe. Basta leerlo. (Lacan, 1971, p. 91) en nudos que pueden seriarse. (Schejtman, 2007, p. 30)

La divergencia teórica entre las posturas queer y el psi- La tradición butleriana de la Queer Theory, si bien es crítica
coanálisis tiene cierto correlato con la confrontación entre de aquellos discursos que defienden una identidad, no
Adler y Freud. Los fundamentos sociopolíticos para pen- propone una causalidad ni una explicación teórica de las
sar la diferencia sexual se condicen parcialmente con las elecciones sexuales; denuncia sí el heterocentrismo, la
ideas adlerianas, quien hacia 1910, en una conferencia matriz de inteligibilidad heterosexual y la heteronormativi-
sobre el hermafroditismo psíquico, afirmaba que para los dad patente en las sociedades contemporáneas (y en
neuróticos, lo femenino era lo inferior, pasivo y débil; cierto psicoanálisis), acompañando el proceso de decons-
mientras lo masculino implicaba fuerza, agresión y con- trucción de género, lo cual no significa que produzca allí
trol. Freud lo criticó reprochándole que utilizara la diferen- una etiología de las opciones sexuales, como sí hace el
cia de los sexos en un sentido estrictamente social.1 psicoanálisis, que se ha ocupado de analizar de qué modo
Las críticas que recibe el psicoanálisis en la época actual se configuran las posiciones sexuadas. Para Lacan, no hay
provienen principalmente de dos fuentes, tal como su- masculino ni femenino, homosexual ni heterosexual en el
giere Barros. plano inconsciente. “Lo que está planteando Lacan con ese
Desde la derecha, se alza la objeción que debemos llamar desencuentro radical entre lenguaje y sexualidad es algo
`cientificista´ -y no científica-, sostenida por la psiquiatría que va más allá del adoctrinamiento cultural, la presión
organicista y las terapias cognitivo-conductuales, que es- social o la educación” (Sáez, 2004, p. 173).
grimen una pretendida cientificidad y una igualmente pre- Ahora bien, en una determinada época rige un determina-
tendida eficiencia (…) En el frente izquierdo encontramos la do lenguaje, prevalecen significantes específicos en de-
objeción `progresista´ encarnada por los llamados estudios trimentos de otros, existen prácticas permitidas y otras
culturales, los gay-lesbians studies los grupos queer y so- prohibidas. Al sujeto lo preexiste un decir hegemónico que
bre todo los gender studies. Inspirados en Foucault y De- favorece ciertas configuraciones significantes, usos y
leuze descalifican a la teoría analítica bajo el reproche de costumbres. El sujeto constituye sus modalidades de
`esencialismo´ (…) Su accionar supuestamente progresista goce en función de lo que tiene a disposición en el campo
es funcional al establishment en tanto sostienen un desco- del Otro, que es variable, muta y se transforma con la
historia. El hecho de que se goce, eso no es una variable.
1
En una carta de Freud a Ferenczi, éste le decía que “en cuanto a De eso no se puede escapar. De este modo,
las conferencias de Adler sobre hermafroditismo psicológico, está sólo la mala fe y la feroz ignorancia con las que se siguen
llena de malentendidos anagramáticos y fuegos fatuos; la génesis leyendo a Freud (incluso entre los psicoanalistas, hay que
de las neurosis la entiende así: el niño sufre por su inferioridad, decirlo) pueden vincular la hipótesis de la etiología sexual
que concibe como femenina; esto le provoca una inseguridad so-
bre su rol genérico que constituye la causa originaria de todas las
dudas posteriores (...) ¡una especulación infame!” (Freud y Feren- Este asunto ha sido desarrollado más acabadamente por Joan
2

czi, 1910: 25/02/10) Copjec (1994).

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de las neurosis con orientaciones organicistas, naturalistas, podemos referirnos a los S1 como significantes amo,
`esencialistas´ o sexológicas. (Barros, 2007, p. 121) siendo aquellos que permiten que el sujeto se dé un nom-
bre, siendo algo, alguien, para el otro. Los significantes
En esta línea, podemos sostener que “cada época carac- amo, a su vez, son quienes organizan los demás signifi-
teriza y desarrolla un tipo particular de discurso que atra- cantes en el discurso, los S2. Es decir, el significante amo
viesa y construye la subjetividad de quienes la viven. A es “aquello en función de lo cual el sujeto se representa
esto remite la categoría `subjetividad de la época´” (Assef, como poseyendo un valor en el discurso universal, y por
2013, p. 15). Jorge Assef realiza un detallado estudio donde otra, aquello que ordena, encuadra el conjunto de signifi-
define la idea de “subjetividad de la época” retomando las cantes” (Assef, 2013, p. 35). Entonces bien, la operación
nociones de hegemonía de Antonio Gramsci y Marc Ange- constitutiva del sujeto se realiza en relación a un conjunto
not. El argentino indica que las características que consti- de significantes que lo preexisten. Esta identificación,
tuyen la subjetividad de determinada época no son fijas e propia del discurso del amo, toma al sujeto como presa
inmutables, sino que se trata de una construcción variable de ciertas operaciones que son sostenidas con el signifi-
y dinámica. El autor concluye que el concepto de hegemo- cante amo entregando al sujeto a los ideales. Como bien
nía comprende al de “subjetividad de una época”. Es decir, subraya Assef, “cuando hablamos de identificación a los
determinadas prácticas significantes forman un todo orgá- ideales, a los significantes-amos que el Otro ofrece, no
nico y son cointeligibles, pero no solo porque en ese todo queremos decir que esa operación sea exacta y automá-
se producen e imponen temas recurrentes, se cristaliza el tica, el sujeto debe consentir a ellos” (Assef, 2013, p. 35).
sentido común, las ideas de moda, los lugares comparti- Identificaciones, ideales, significantes amo, campo del
dos; sino también Otro. Todos esos conceptos están principalmente vincu-
“porque de una manera más disimulada, el investigador lados al registro Simbólico.
podría reconstruir las reglas generales de lo decible y lo No obstante, la subjetividad se da también en los registros
escribible, una tópica, una gnoseología que determina sis- Imaginario y Real. Esa marca que produce el lenguaje en
témicamente lo que es aceptable en el discurso de una el sujeto tiene todo su peso, no solamente a nivel Simbó-
época” (Assef, 2013, p. 36). lico. Esas inscripciones y huellas generan también goce,
puesto que al advenir el sujeto, tras ser “bañado” por el
Pero para pensar la subjetividad de una época desde el lenguaje, se produce una pérdida. El ser vivo es toda
psicoanálisis debemos recurrir al discurso que precede al sustancia gozante ya que “no sabemos qué es estar vivo
sujeto del inconsciente, siendo que el psicoanálisis pos- a no ser por esto, que un cuerpo es algo que se goza”
tula la existencia de un discurso anterior denominado el (Lacan, 1972-73, p. 32). Y este es marcado por el lengua-
campo del Otro. Tal como indica Jacques Alain Miller, “a je ingresando al mundo de los seres hablantes.
nuestra clínica llegan los significantes que el discurso Esa pérdida de ese goce mítico, total, es provocada por
social selecciona para identificar a los sujetos […] Y la el ingreso al mundo del lenguaje y es denominada por
pareja `clínica y sociedad´ se nos impone en la medida en Lacan como objeto a. En 1968 la llamará también plus de
que no hacemos de la clínica un término intemporal” (Mi- gozar, puesto que implica una ganancia de goce produci-
ller, 2005, p. 9). Butler dirá que “las normas surgen, se da luego de dicha pérdida. Los subrogados de ese objeto
transforman y persisten de acuerdo con una temporalidad a serán aquellos a través de los cuales el sujeto intentará
que no es la de mi vida y en ciertos aspectos también recuperar algo de ese goce que míticamente ha perdido.
sostienen esa vida en su inteligibilidad (Butler, 2005, p. Ese circuito por el cual un sujeto intenta recuperar algo de
54). Miller se preguntará en otro texto “¿Qué es la socie- goce, y que en sí mismo constituye una satisfacción incons-
dad?” y su respuesta será “lo Simbólico” (Miller, 2003, ciente, lo llamaremos modalidad de goce, es la particular
s.p.), precisamente porque el lazo social es significante. forma de vivir de cada quien y está más vinculado con el
Ubicar la sociedad como lo simbólico, implica la supera- hacer que con el decir e implica toda la vida del sujeto: sus
ción del estadio del espejo, siendo que para el filósofo y identificaciones, sus actos, su biografía, etcétera. (Assef,
psicoanalista francés hay lazo social desde el momento 2013, p. 20)
en que se supera la relación dual.
“Es una definición de la sociedad perfectamente válida, que Entonces, desde el psicoanálisis, no es suficiente con
comporta pensar lo simbólico como el principio que otorga definir la subjetividad desde el campo Simbólico, sino que
a cada uno su lugar, en la medida que este lugar es compa- necesariamente se debe incluir la variable del goce. Iden-
tible con otros” (Miller, 2003, s.p.). tificaciones y modos de gozar, de satisfacción, de vivir la
pulsión, representan dos aristas fundamentales para en-
Entonces bien, podemos considerar que para constituir- tender la subjetividad en términos psicoanalíticos. Aquello
se, el sujeto necesita atravesar por ciertas identificacio- que excede lo Simbólico es a su vez el epicentro de la
nes, siendo las primeras de ellas las del lenguaje. El su- clínica psicoanalítica, sobre todo, en la última enseñanza
jeto es marcado por el lenguaje que lo nombra desde su de Lacan. En definitiva,
origen al tiempo que lo inscribe en un género y sexo de- comprender el discurso de una época, conocer los signifi-
terminado. Existen algunos significantes privilegiados del cantes-amo que rigen el lenguaje de un tiempo, es estable-
lenguaje, a los cuales desde el psicoanálisis lacaniano se cer las nociones de un decir hegemónico que organiza
los denomina S1. Estos capturan, fijan al sujeto. También ciertas prácticas de los sujetos que comparten un tiempo y

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un espacio; por lo tanto comprender una modalidad de go- te y la puesta en tensión entre el psicoanálisis y las Queer
zar predominante propuesta por el discurso. Esto -goce y Theories.
discurso- es lo que constituye la subjetividad de una época. Por último, a pesar de este irreductible entre los Queer
(Assef, 2013, p. 42) Studies y el psicoanálisis freudiano-lacaniano, merece la
pena subrayar que Butler, en un texto poco citado por
La teoría psicoanalítica que Lacan releyó en Freud no con- psicoanalistas, insiste en la idea de la insuficiencia de un
sidera, por consiguiente a los significantes hombre y mujer yo o de un ser para dar cuenta de uno mismo, señalando
como esenciales y/o naturales, son los significantes de los su opacidad, su limitación. Indica así que
que los sujetos se sirvieron en el momento de introducirse las historias no capturan el cuerpo al cual refieren. Ni siquie-
en el lenguaje. Es desde allí que trabaja el psicoanálisis ra la historia de ese cuerpo es plenamente narrable (…) hay
clínicamente. Pero nada impide que esos significantes una historia de mi cuerpo de la que no puedo tener recuer-
muten con el tiempo. La Queer Theory opera precisamen- dos. (Butler, 2005, p. 59)
te en el terreno de la deconstrucción de los pilares cultura-
les que sostienen una lógica hétero(cis)normativa. Pero no Seguidamente dirá que existen “relaciones primarias, irre-
es ese el objeto de estudio del psicoanálisis. cuperables, que forman impresiones duraderas y recurren-
Así las cosas, el psicoanálisis freudiano-lacaniano al que tes en la historia de mi vida” (Butler, 2005, p. 59). Es notable
hacemos referencia, a diferencia de la Queer Theory, se cómo en este punto es posible hacer un paralelismo entre
pregunta por el síntoma y el goce, tal como hemos esbo- la lectura de Butler y el concepto de goce (marcas de goce)
zado ya. Interrogantes que carecen de sentido desde de Lacan, del que ella no se ocupa de mencionar. Butler
esta última. Si hay síntoma, desde una lógica queer, este discute mayoritariamente con un psicoanálisis que intenta
se produce por el malestar social, por la represión simbó- fortalecer el yo y al que ella acusa de normativizante. Pode-
lica que obtura la posibilidad de una sexualidad menos mos afirmar que la norteamericana, en este texto, se acer-
disciplinada. Desde el psicoanálisis, la pregunta por el caría bastante a un psicoanálisis freudiano-lacaniano sin
síntoma, la etiología sexual de las neurosis tal como Freud referirlo. Sus críticas a la posibilidad del yo para narrar una
la indicara, es la brújula que ordena la clínica. Así las historia psicoevolutiva, su incapacidad para dar cuenta del
cosas, en lo que al lugar del psicoanálisis respecta dentro sujeto y para narrar las fijaciones de goce en el cuerpo no
del campo social, Fabián Fajnwaks sostiene que pueden sino remitir a la política del psicoanálisis que Lacan
la única política del psicoanálisis es la política del síntoma, lee en Freud y que profundizó desde la lógica del parlêtre.
la de intervenir a nivel de lo que no va, lo que no anda para De esta manera, es posible encontrar valiosos puntos en
un sujeto, sea este homo, hétero o hijo de un matrimonio común entre esta tesis butleriana y la ética del psicoanálisis
hétero u homosexual (...) No es seguro que haya como freudiano-lacaniano, a pesar de las diferencias menciona-
psicoanalistas que tomar posición en este debate, ya que la das previamente. Sin embargo, nos volvemos a encoramos
cuestión se plantea en un `para todos´ generalizante, que con el punto que divide al psicoanálisis de las tesis butleria-
niega lo que la clínica nos enseña: el respeto absoluto a la nas. La norteamericana sostiene que la autoridad del yo
singularidad de cada caso. Pero en todo caso, ninguna cede espacio a un conjunto de normas que impugnan la
lectura de la enseñanza de Jacques Lacan autoriza a tal singularidad de quien relata su propia historia. El relato de
tipo de posición normativizante. (Fajnwaks, 8-11-2013, s.p.) la propia vida de uno pierde el rumbo a causa de lo que no
le pertenece, de lo que no le es propio, a causa de las nor-
No obstante, esto no significa que los síntomas no se mas que nos preexisten. Pero desde el psicoanálisis, aque-
moldeen con los avatares y significantes presentes en llo que excede al yo, aquello que impugna la autoridad de
cada época,3 De ahí que se torna imprescindible el deba- un yo que cree poder relatar su historia vital, no son las
3
Como indica Miller, “lo que pasa en el campo del Otro incide en normas sociales, lo cual no significa que el marco normativo
las condiciones de goce pulsional” (Miller, 2005, p. 388). Pero esto en el que advenga un ser hablante sea desestimable. Pero
no significa que el goce deje de ser del Uno. Es decir, el goce no la discusión se posiciona entre los polos del síntoma en el
es compartido. Desde la lógica de la “ultimísima” enseñanza de sentido analítico del término, y el síntoma social.
Lacan, “a pesar de contar con ese universal que es la subjetivi- Finalmente, si en la época contemporánea los semblantes
dad de la época, la modalidad de satisfacción sintomática de cada
sujeto no deja de ser lo más singular de cada uno y allí, en esa
son menos firmes que hace un siglo, eso no supone, des-
singularidad, es donde el psicoanálisis encuentra su verdadero ob- de una lógica psicoanalítica, que haya habido cambios en
jeto de estudio.” (Assef, 2013, p. 42). De aquí se desprende que la sexuación, sino en los marcadores sociales. Que el
hay infinitas modalidades de “ser homosexual”. La identificación parlêtre goce, es para el psicoanálisis un hecho de estruc-
político-cultural no impide el acceso de cada sujeto a su fantasma, tura. Pero cada ser hablante tendrá un modo de goce
a su goce singular o a sus síntomas propios. El significante “gay”,
como lo pudo haber sido el de “homosexual” en el siglo pasado, o
singular e irrepetible. El hecho de gozar es lo que desde
el de “ergi’ entre los vikingos, no dice de la singularidad de nadie el psicoanálisis lacaniano se considera universal. El cómo
ni representa modos de goce sexuales definidos singularmente. se goza dependerá de variables que harán que cada ser
Que desde cierto discurso psicoanalítico-disciplinario se reproduz- hablante lo haga de modo único.
can ideas vinculadas a especificidades de gays, lesbianas, tranas,
trav, inter... es por lo menos paradójico, ya que no hay, desde
nuestra lectura del psicoanálisis freudiano-lacaniano, identidad o
unidad que conciba pensarse a un sujeto o ser hablante en esos “heterosexual”, haciéndolo solo a un nivel holístico impropio del
términos. Como tampoco describe singularidades el significante psicoanálisis.

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La disputa de las identidades. implica que cualquier otra forma de goce resulte inadmisi-
Si la lucha de los movimientos que reivindican el recono- ble. La intolerancia que en algunos enciende la presencia
cimiento de determinadas identidades permite cuestionar legitimada de un goce Otro supone una “amenaza a sus
los significantes amos, prácticas, códigos, discursos, privilegios” (Bersani, 1995, p. 101), “a la forma en que una
usos y costumbres que generan seres abyectos de la comunidad organiza su goce” (Žižek, 1993 p. 206). Duran-
norma esperable en una época determinada, logrando en te el debate de la modificación de la Ley de Matrimonio
ciertas ocasiones la modificación de leyes, esta no llega argentina del 2010, los medios de comunicación se refe-
sin consecuencias. Las mismas tienen relación con uno rían a ella como Ley de “matrimonio homosexual”, “gay “o
de los postulados centrales del psicoanálisis, que en pa- “igualitario”, apelando en este último caso a un epíteto que
labras de Barros se resume en que en su afán progresista resaltaba una cualidad que daba
hay algo en el sujeto que permanece refractario a la educa- cuenta de una equidad entre dos tipos de matrimonio,
ción, al aprendizaje, a la acción política y a todo programa cuando justamente se trataba, a partir de esa ley, de borrar
deliberado de manipulación. El deseo [y el goce, podemos esa dualidad. La necesidad de calificar cualitativamente
agregar] escapa a las pretensiones del poder político, y no dicha ley ratifica la dificultad de hacer inconsistir un ele-
hay por qué no ver las corrientes progresistas otra cosa que mento diferenciador en los asuntos públicos. La ley era la
una pretensión de poder... (Barros, 2007, p. 124). misma, solamente se estaba modificando.
En los últimos años, los cambios en las leyes matrimonia-
Por ende, si bien la visibilidad y ampliación de derechos les y de adopción en algunos países junto con las nuevas
civiles favorece la inclusión de aquellos seres “infrahuma- técnicas de fertilidad y la legitimación de diversos tipos de
nos”, esa inclusión no está exenta de consecuencias. “Se familia supondrían la progresiva desaparición de lo gay-
instaura entonces una retórica descafeinada”, como plan- lésbico como universo escindido del heterosexual.5 Esto
teamos previamente, “que sustituye negro por afroameri- se tornaría inadmisible para quienes, conscientemente o
cano, o impone leyes de cupos” (Barros, 2007, p. 125). no, doblegan su esfuerzo por imponer normas culturales
Pero, y hete aquí la cuestión: es factible que la diferencia que materialicen la diferencia conservando un lazo de
suprimida retorne a través de los fenómenos de violencia dominación que no amenace su subjetividad. Por otro
manifiesta o solapada. lado, cuando ser “políticamente correcto” se vuelve nece-
Antes de la despatologización de la homosexualidad, an- sario a riesgo de ser sancionado, el horror es trasmutado
tes de legitimación social de las parejas del mismo sexo- hacia otro lugar, y entonces si se aceptan las uniones de
género y antes de la modificación de la Ley de Matrimonio personas del mismo sexo-género, el peligro es trasladado
argentina, la violencia y burlas hacia las sexualidades a la reproducción, volviéndose los niños un escuadrón de
contra-culturales era un asunto corriente y admitido por defensa privilegiado para ciertos sectores conservadores
casi toda la sociedad.4 Ahora, cuando el repudio a las se- en su lucha contra de la subrogación materna, la adopción
xualidades contra hegemónicas deja de ser legitimada por por parte de parejas no heteronormativas y demás formas
el grueso de la comunidad, cuando hacerlo se transforma novedosas de filiación (sin obviar las distinciones que
en “políticamente incorrecto” es que aflora un nuevo pro- existen entre cada una de ellas). Si desde los lugares
blema. Si bien puede considerarse necesario desde cierta hegemónicos se aceptan o “toleran” parejas de dos inte-
perspectiva el hecho de visibilizar las sexualidades disi- grantes del mismo sexo-género, el riesgo es colocado
dentes a fin de hacer un mundo más habitable para todos, posteriormente en los modos de reproducción de estos y
eso no quita que la violencia que antes era explícita, pue- la pregunta se traslada a la salud de los niños.6 Y debe-
da adoptar otras formas, más solapadas a veces, pero no mos mencionar que esto ocurre, también, desde cierto
menos brutales ni segregativas. “Del sueño de la prescin- psicoanálisis. Sirven aquí las palabras de La Tessa, quien
dencia del padre y del desengaño de lo real valdría la pena sostiene que
despertarse del modo que conviene... o atenerse al con- es curioso ver como muchos psicoanalistas [no solamente
tragolpe de su retorno -violento a veces: segregación, ra- psicoanalistas, agregamos] terminan defendiendo lo que
cismo, fanatismos de moda-...” (Schejtman, 2007, p. 30). Foucault llamó los aparatos disciplinarios; horrorizados por
Para algunos, la idealización del propio modo de gozar las consecuencias que tendrá para los niños ser adoptados
en una relación monoparental, ser adoptados por una pare-
4
Basta pensar en todas las películas argentinas sobre el tema ja de gays o lesbianas y ni que decir por travestis o transe-
carcelario de mujeres o en aquellos films donde se ridiculiza o xuales. En muchos casos se argumenta que el futuro de
sanciona la homosexualidad en sus diversas formas, como en La esos niños será un desastre, que no ingresarán al orden
edad del amor (Julio Saraceni, 1954), Favela (Armando Bó, 1961), simbólico, que implicará la disolución del Nombre del padre,
Quinto año Nacional (Rodolfo Blasco, 1961), El rufián (Daniel Ti-
etc. (…) Tanto Freud como Lacan, cada uno a su manera y
nayre, 1961), Psexoanálisis (Héctor Olivera, 1973), Los neuróticos
(Héctor Olivera, 1971), La tregua (Sergio Renán, 1974), Señora de por qué no decirlo, a la manera de su tiempo, defendieron
nadie (María Luisa Bemberg, 1983), El desquite (Juan Carlos Des-
anzo, 1983), El juguete rabioso (José María Paolantonio, 1984), 5
Es notorio como en la Ciudad de Buenos Aires, desde la modifi-
El juguete rabioso (Javier Torre, 1998). Estos son solo algunos cación de la ley de matrimonio han desaparecido los espacios so-
ejemplos donde la diversidad sexual se muestra o bien ridiculizada ciales denominados “gay friendly”, dado que ese término volvería
o bien patologizada. En algunos casos donde ninguna de esas discriminador al espacio en cuestión.
cosas sucede, el personaje homosexual encuentra la muerte al 6
Precisamente este problema fue el eje de discusión en Francia en
final del relato. torno al “matrimonio para todos”

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al psicoanálisis de la ideología “familiarista” y también de la construcción de los lugares de pertenencia. Sin la institu-
religiosa. (La Tessa, 2012, s.p.) ción de matrimonio ya no cabría el debate entre matrimo-
nio para todos o para algunos. Huelga agregar, de todas
En este punto, merece la pena subrayarse que los movi- maneras, que no todos los gays, lesbianas, trans, trav...
mientos que reivindican la visibilidad y legitimidad de se- pueden pensarse como sexualidades disidentes. Existen
xualidades no hegemónicas plantean su batalla en las también quienes buscan formar parte de las instituciones
mismas coordenadas propuestas por la matriz de inteligi- vigentes y bregan por la integración.8
bilidad cultural heteronormativa, validando determinadas Ante esto, podemos plantear por lo menos dos posicio-
identidades, haciéndolas consistir. Es decir, muchos de nes. Por un lado, aquellos movimientos que luchan por la
los movimientos que luchan por la reivindicación y visibi- reivindicación de determinadas identidades sexo-generi-
lidad de determinadas identidades sexo-generizadas, zadas, ya sea para que sean incluidas dentro de las insti-
persiguen la transformación de la matriz hétero(cis)nor- tuciones existentes o para que no lo sean, pero librando
mativa que ubica a ciertas identidades en lugares abyec- su batalla en las mismas coordenadas que la matriz de
tos. Pero paradójicamente, su planteo, su batalla, se inteligibilidad cultural binaria y heteronormativa ofrece,
produce en las mismas coordenadas ofrecidas por la puesto que si disienten es porque están asociadas a la
heteronormatividad. En otras palabras, la búsqueda por matriz mediante la cual se forman los sujetos y se deter-
deconstruir la mencionada matriz se produce en la misma minan posiciones constrictivas respecto del género y la
matriz, reforzando las identidades que las sexualidades sexualidad. Por otro lado, la posición de la Queer Theory
heteronormativa necesitan para constituirse. Esto no sig- de tradición butleriana, junto con la de autores como Da-
nifica que todos los grupos que luchan en pos de la visi- vid Halperin e incluso Teresa de Lauretis, que propone
bilización de determinadas identidades busquen ser in- también la deconstrucción de la mencionada matriz que
cluidos en las instituciones pre-existentes. Pero respecto opera en términos heteronormativos, pero busca hacerlo
de los que luchan por la inclusión, como indica Leo Ber- sin reforzar ninguna clase de identidad. En esta tensión
sani (1995), cuando ciertos grupos minoritarios comien- de posiciones, no es fácil desestimar la primera con livian-
zan a ser reconocidos dentro de los parámetros de la dad. Debemos mencionar que si bien la postura de Butler,
“normalidad”, permitiendo el matrimonio entre personas Halperin y De Lauretis es por demás interesante, habría
del mismo sexo-género por ejemplo, forjando así una que considerar su factibilidad sin la presencia de las iden-
“desgayzación” de la sociedad, se tiende a que todos los tidades contra culturales en el terreno político. Como in-
seres humanos deban encuadrarse en las instituciones y dica Sabsay,
cánones establecidos para la hétero(cis)normatividad lo queer encuentra una resistencia muy fuerte en ciertos
renunciando a las especificidades “homos”. Se trata allí movimientos cuyas reivindicaciones centrales tienen que
de la institucionalización de un discurso que favorece ver con la visibilización y con la reivindicación de una iden-
políticas antidiscriminatorias y opera en pos de la toleran- tidad, los cuales son muy fuertes en el contexto latinoame-
cia, sin antes cuestionar las bases heterosexistas que lo ricano. Estos grupos critican lo queer porque lo entienden
sustentan. La búsqueda de una “desgayzación” social va como `la policía de la identidad´ (...) En este caso, el recha-
en la misma línea. Es decir, la lucha de los “homos” por zo de lo queer (…) tiene que ver con (…) el hecho de que
formar parte de las mismas instituciones que los “héteros” cuestionaría toda política de identidad posible. (Viteri &
y de ser reconocidos como iguales frente al Estado, bo- Castellanos, 2013, p. 117)
rraría la diferencia entre gays y no gays, diluyéndose así
el límite que separa a unos de otros en el entramado so-
cial. De este modo la especificidad de lo “homo” se des-
8
Por tal motivo, si acordamos que el acceso a la seguridad social de
hijos y parejas se da, hasta el día de hoy en la Argentina por lo me-
vanecería. Así, nos, a través de la institución del matrimonio; igualar derechos no
`desgayzar´ la `gaycidad´ sólo puede fortalecer la opresión significa que los “homosexuales” quieran o deban casarse. Lo que
homofóbica y la aparición de modos de violencia inéditos confunden aquellos que formulan esa inquietud, es que quienes
para restituir esa división; esa actitud realiza, a su modo de han militado en pos de la modificación de esa ley buscando el reco-
ver, la principal aspiración de la homofobia: la eliminación nocimiento del Estado para aquellas parejas conformadas por dos
personas asignadas a un mismo sexo, no han luchado para que
de los gays. La consecuencia de la autoborradura es... la
gays y lesbianas contraigan obligatoriamente matrimonio. Gays,
autoborradura (Bersani, 1995, p.18). trans, lesbianas tendrán ahora la posibilidad de elegir no casarse,
si así lo desean. Con la modificación de la Ley de Matrimonio, es
Sin embargo, si bien podemos coincidir con que la borra- decir, con la “normalización” de la homosexualidad en términos ins-
dura simbólica de los lugares “de excepción” propios de titucionales, habrá quienes quieran casarse, y quienes no. Lo que
no habrá más, es la prohibición de acceso igualitario a la seguridad
los “homos” podría traer aparejadas consecuencias de
social en tanto el matrimonio sea la única forma de lazo admitida
ribetes violentos,7 tampoco la preservación de lugares “de legalmente para los fines antes mencionados. Cabe resaltar que la
excepción” garantiza vidas “más vivibles”. En tal caso, modificación de la Ley de Matrimonio argentina no ha llegado libre
entre los polos de pertenencia o exclusión, la solución de críticas. Desde distintos sectores de militancia trans, travesti e
más interesante podría plantearse en términos de de- intersex se ha cuestionado que solo puedan contraer matrimonio
aquellas personas que se cataloguen como hombres o mujeres,
dejando excluidas a todas aquellas que no se encuentran repre-
7
Más detalles sobre este tema pueden encontrarse en Peirdo, S. sentadas por ninguno de los dos términos o que inclusive tienen
(2014) relaciones múltiples que el matrimonio no contempla.

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Ilustrativamente, el problema puede plantearse en otros ley positiva.9 Habrá que evaluar si ese paso fue necesario
términos: ¿la modificación de la Ley de Matrimonio argen- para que en algún momento sea posible hacer deconstruir
tina, por seguir con el ejemplo, no favorece precisamente las identidades sexo-generizadas, tanto las hegemónicas
la regulación y catalogación de cuerpos e identidades? como las disidentes, tal como propone la Queer Theory,
¿Sería factible una sociedad sin matrimonio, donde la o si haber avanzado en esa línea habrá ido en detrimento
seguridad social y el patrimonio se preservaran a través del desmantelamiento de la matriz heteronormativa y la
de otros modos? Butler se pregunta “quienes podrían perpetuación de la segregación y la homofobia. Asimis-
desear el deseo del Estado” (Butler, 2004, p. 161). ¿Qué mo, no todos aquellos que luchan en pos de los recono-
deseo debe ser legitimado por el Estado? Con la modifi- cimientos civiles y sociales persiguen una política de
cación de las leyes de matrimonio, universalización normalizante. Si desde el discurso hete-
[e]l Estado se convierte en el medio a través del cual una ronormativo, las sexualidades no hegemónicas son per-
fantasía se convierte en realidad: el deseo y la sexualidad sistentemente silenciadas o censuradas (y acá se debe
se ratifican, se justifican, se dan a conocer, públicamente subrayar que las lesbianas, intersex y trans son bastante
se clasifican en rangos, se imaginan como algo permanen- más omitidos que los gays), la presencia militante de di-
te, duradero. Y, en ese preciso momento, el deseo y la se- versos colectivos de “minorías” sexuales no debe tradu-
xualidad son desposeídos y desplazados, de manera que cirse equivocadamente como una simple exigencia de
lo que uno `es´ y lo que `es´ la relación que uno tiene dejan reconocimiento igualador de las identidades en cuestión,
de ser cuestiones privadas. De hecho, se podría decir iró- sino que entendemos que se trata más bien de hacer lugar
nicamente que a través del matrimonio, el deseo personal a las diferencias de cada quién, en un “acto que les per-
adquiere un cierto anonimato y se hace intercambiable (…) mita inscribirse de un modo digno en el lazo social” (Assef,
se media públicamente y (…) se torna un tipo de sexo públi- 2013b, p. 379). ¿Pero sería posible hacer lugar a las dife-
co legitimado. Pero aún más que esto, el matrimonio fuerza, rencias sin un uso “bullicioso” de las identidades omiti-
al menos lógicamente, el reconocimiento universal (…) to- das? ¿O acaso esa lucha por la visibilidad va en detrimen-
dos considerarán tu relación como si estuviera elevada a la to de una profunda liberación y desregulación de la
eternidad. De esta forma, el deseo de reconocimiento uni- normativa social vigente?
versal es un deseo de ser universal (…) de desalojar la so-
litaria particularidad de la relación no ratificada (…) Y nos Ni Queer ni psicoanálisis: movimientos reivindicado-
preguntamos qué le pasa a la sexualidad cuando corre a res de la identidad sexual.
través de este particular circuito (…) ¿se alivia de su culpa, Ahora bien, la relación entre la Queer Theory en su sentido
de su desviación, de su discontinuidad, de su asocialidad académico y los movimientos LGTTBIQ en su vertiente
(...)? Y si se alivia de todo eso, ¿a dónde van a parar estas política no puede definirse con precisión. Los vínculos
negatividades exactamente? ¿Tienden a ser proyectadas entre ambos son fluidos, a veces contradictorios, y siempre
sobre aquellos que no han entrado o no entrarán en este complejos. Ambos están en continuo movimiento, por lo
dominio santificado? ¿O tal vez esta proyección toma la que resulta difícil precisar a uno y a otros. Dicho esto, ve-
forma de un juicio moral sobre los otros, de una abyección remos a continuación el riesgo que existe (desde la pers-
social y, por lo tanto, se convierte en la ocasión para instruir pectiva psicoanalítica) cuando las políticas de identidad de
una nueva jerarquía de acuerdos legítimos e ilegítimos? género eliminan la variable del goce, crucial desde la ópti-
(Butler, 2004, pp. 161/162) ca lacaniana, como indicamos en el apartado anterior.
Asimismo, debemos ubicar la crítica que desde la tradición
Desde la perspectiva que ofrece Butler, ratificar modos de butleriana se efectúa a la lucha sexual en términos de la
parentesco propios de la matriz heteronormativa conlleva configuración de políticas de identidad que cristalizan y
a reproducir la dicotomía entre los deseable y lo indesea- jerarquizan las identidades sexo-generizadas.
ble, lo legítimo y lo ilegítimo. La norteamericana presenta Para pensar sobre, resulta valioso referirnos a la confe-
un dilema que puede resumirse de la siguiente manera: rencia que dictó en Buenos Aires Teresa De Lauretis
por una parte, vivir sin las normas de reconocimiento con- (2014), teórica que acuñara el término Queer Theory en
lleva un considerable sufrimiento y una forma de privación los años noventa. De acuerdo con la italiana, la potencia-
de derechos que confunde las distinciones entre las con- lidad de la sexualidad infantil propuesta por Freud, junto
secuencias psíquicas, culturales y materiales. Por otra con la noción de pulsión de muerte y la concepción de las
parte, la exigencia de reconocimiento, que es una deman- zonas erógenas de las pulsiones parciales, fue desplaza-
da política muy poderosa, puede conducir a nuevas e in- da por las políticas de identidad de algunos movimientos
gratas formas de jerarquía social (…) [A]l buscar el reco- LGTTBIQ que perdieron la posibilidad de permitir el des-
nocimiento del Estado, restringimos la competencia de lo pliegue de la compleja sexualidad inconsciente freudiana.
que será reconocible como un acuerdo social legítimo. De todas maneras, como señala Butler, la tarea de los
(Butler, 2004, p. 167) diferentes movimientos que agrupan sexualidades no he-

En resumidas cuentas, gracias a la existencia de las iden-


9
Es importante resaltar que la única finalidad de la militancia de los
diversos movimientos por los derechos de las sexualidades contra
tidades gays y lesbianas en el terreno político fue posible
culturales no se agota en la modificación de las leyes positivas. No
la modificación de una Ley como la del matrimonio, así obstante, la transformación de estas leyes facilita la legitimación
como modificaciones culturales y sociales más allá de la social.

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QUEER STUDIES Y PSICOANÁLISIS: TENSIONES EN TORNO A LOS MOVIMIENTOS REIVINDICADORES DE LAS IDENTIDADES SEXO-GENERIZADAS
QUEER STUDIES AND PSYCHOANALYSIS: TENSIONS AROUND SEXUAL AND GENDER IDENTITY MOVEMENTS
Peidro, Santiago

teronormativas “consiste en distinguir entre las normas y da identidad, eso no significa, desde una perspectiva
convenciones que permiten a la gente respirar, desear, psicoanalítica, que en el nivel del derecho el problema de
amar y vivir, y aquellas normas y convenciones que res- la identidad este resuelto. No obstante, si la ley positiva
tringen o coartan las condiciones de vida” (Butler, 2004, p. logra reducir el padecimiento de aquellos que no se iden-
23). De este modo, no se trata de desmerecer los logros tifican con un género determinado, desde el psicoanálisis
alcanzados por los distintos movimientos LGTTBIQ en no se trata de objetar la ficción que la ley ofrece, sino de
materia de derechos civiles, de conformación de redes advertir que con ello no se resuelve lo indecible de la se-
solidarias, de visibilización social y de luchas en pos de xualidad en el ser hablante. Si el nominalismo de género
transformaciones culturales, sino de pensar qué queda logra otorgar un sentido al malentendido estructural, ese
velado cuando se da preferencia a las políticas de las sentido alcanzado, sea para los transexuales como para
identidades de género por sobre lo que, en términos laca- los cisexuales, no garantiza que el goce cese de agitar los
nianos, se denomina goce. cuerpos de modos inquietantes a lo largo de toda la vida.
Es indudable que La ley de Identidad de Género argentina
sancionada en 2013, por tomar otro ejemplo, garantiza Reflexiones finales.
derechos civiles y permite a cualquiera que se siente se- Podríamos afirmar que la Queer Theory, en su movimien-
gregado por un Otro social por no vivir conforme a la to de deconstrucción de la matriz hétero(cis)normativa
“verdad” de lo que hay entre sus piernas, habitar el mundo que ordena nuestra sociedad, permite que la solución
de un modo menos cruento. Sin embargo, en otro nivel de singular sintomática que cualquiera pueda encontrar ten-
análisis, desde la invención del psicoanálisis y con la ga la posibilidad de ser sostenida en un marco que no
conceptualización del inconsciente, sabemos que el yo condene social ni legalmente a aquella sexualidad, modo
consciente no sabe lo que dice. El psicoanalista francés de lazo o parentesco que se distancie del tradicional. De
Jean Laplanche sostiene que la sexualidad viene del Otro esta manera, psicoanálisis y Queer Theory se ocupan de
y se implanta en el recién nacido como un mensaje enig- objetos distintos. El primero no lucha ni se interesa espe-
mático imbuido de las fantasías sexuales de los progeni- cialmente por las coordenadas de inteligibilidad, de lo que
tores que operarán como una astilla en la piel, como un sí se ocupa es del deseo y el goce, de los síntomas del
virus silencioso que adoptará diversas formas en la pu- ser hablante. Pero sin dudas estos, evidentemente, exis-
bertad y la adultez. “La narración siempre será insuficien- ten en un contexto determinado con marcadores sociales
te en relación al enigma. Siempre dará lugar a un resto. específicos. Pero las divergencias entre psicoanálisis y
Felizmente ninguna narración será esa narración perfec- Queer Theory no evitan que sea posible encontrar otros
ta que justamente llegue a reducir el enigma” (Danon & puntos de conexión que alejen al primero de un supuesto
Didieu, 2005, p. 3). Algo similar plantea Lacan cuando lugar de regulador de un orden social determinado. Es
sostiene que “un mensaje descifrado puede seguir siendo posible, siguiendo esta línea, plantear puntos en común
un enigma” (Lacan, 1973, p. 579). Es decir, aquello que se entre ambos, siendo que los dos se posicionan como
pueda afirmar desde la manifestación consciente del yo, anti-identidarios. Es decir, ninguno propone un reforza-
o de una identidad de género, poca luz arroja sobre el miento de las identidades sexo-generizadas. Para el psi-
enigma de la sexualidad. Ni siquiera el inconsciente o el coanálisis, no existe identidad del sujeto del inconsciente.
fantasma bastan para interpretarlo todo. Persiste lo inin- Desde lugares distintos, ambos rechazan el reforzamien-
terpretable, lo real que no se deja identificar y que no to de las identidades sexuales. Sin lugar a dudas, el modo
puede atraparse por la vía del sentido ni de los sentimien- de lectura que se realice de los textos freudianos y laca-
tos, que siempre engañan. Las palabras y las identidades nianos y la práctica psicoanalítica que se ejerza, será
no son suficientes para nombrar la cosa sexual, eso que clave para pensar las críticas que la Queer Theory le es-
Lacan llamó goce y se impone como un real innombrable grime al psicoanálisis.
ausente de ley. Finalmente, en lo que a las categorías de identidad sexo-
Es imposible, por lo tanto, legislar sobre aquello que generizada respecto, el mayor escollo que hemos encon-
irrumpe e insiste sin responder ni acatar ninguna ley. Ese trado en este asunto es de qué manera sería posible lograr
es tal vez el punto más álgido que existe entre el psicoa- una deconstrucción de las identidades sexo-generizadas
nálisis y, no la Queer Theory en sí, si no entre el psicoa- sin dejar de visibilizar el modo en que algunas vidas no son
nálisis y las ideas que se desprenden de los movimientos tenidas en cuenta o son excluidas de lo pensable y lo
cuyas reivindicaciones se asocian a la visibilización y enunciable. Es decir, ¿en qué momento la reivindicación
manifestación de determinadas identidades. Esas postu- identitaria aprisiona y cuando puede transformarse en una
ras, parecerían inmunes a la idea de la imposición de un instancia de liberación? Los movimientos reivindicadores
real sexual que no deja de cuestionar sobre qué es un de las identidades sexuales han sido fundamentales para
hombre y qué una mujer. Porque si desde la Queer Theory visibilizar ciertas sexualidades abyectas, pero no debe
de tradición butleriana hay un intento por deconstruir el yo olvidarse que al día de hoy, aún son imprescindibles en
y dar cuenta de lo inacabado e imaginario que es este, las contextos donde los hombres y las mujeres son encarce-
políticas que subrayan la existencia de identidades sexo- lados, perseguidos o asesinados por sus prácticas sexua-
generizadas operan en dirección opuesta. Si bien las le- les contra hegemónicas. De esta manera, es notorio que
yes asumen la ficción de la existencia de individuos con actualmente en determinados lugares sea importante
cierta estabilidad y capacidad para asumir una determina- sostener y promover una identidad específica (sea esta

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA / SECRETARÍA DE INVESTIGACIONES / ANUARIO DE INVESTIGACIONES / VOLUMEN XXIII

gay, lésbica, trans, etc.,) que visibilice ciertas vidas para REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
que no solo no sean castigadas, sino que eventualmente Allouch, J., (1999). Acoger los gay and lesbian studies. Revista
sean también protegidas. No obstante, hemos puesto en Litoral. (27), pp. 171-183.
tensión precisamente dos posturas contrapuestas. Por un Assef, J., (2013). La subjetividad hipermoderna, Buenos Aires,
lado, la necesidad de las identidades sexo-generizadas Argentina: Grama.
contra hegemónicas para alcanzar no sólo derechos civi- Assef, J., (2013b). ¿De qué sexuación puede uno fiarse? La iden-
les, sino visibilidad social, habitabilidad y conformación de tidad de género a partir de dos modelos de cine contemporá-
lazos solidarios y redes comunitarias de protección frente neo. En M. Torres, G. Schnitzer, A. Antuña & S. Peidro (Eds.),
a la homofobia. Por el otro, el peligro que podría implicar Transformaciones, Buenos Aires, Argentina: Grama.
para estas mismas identidades la disputa contra la hete- Barros, M., (2007). Adversus sinistri. Revista Ancla. (1), pp. 119-130.
ronormatividad dentro de las mismas coordenadas que la Bersani, L., (1995). Homos, Buenos Aires, Argentina: Manantial.
lógica heteronormativa propone, sin desentenderse, de Butler, J., (1989). Imitación e insubordinación de género. En R.
esta manera, de la clasificación identitaria. Desde nuestra Giordano y G. Graham (Eds.),Grafías de Eros, Buenos Aires,
perspectiva, para alcanzar un profundo desmantelamiento Argentina: Edelp.
de la matriz de inteligibilidad heteronormativa, la decons- Butler, J., (2004). Undoing gender, New York, USA: Routledge [tr.
trucción de las identidades sexo-generizadas, no solo de Esp. Deshacer el género, Buenos Aires, Argentina: Paidós].
las hegemónicas, sino también de las contra culturales Butler, J., (2005). Giving Account of Onself, New York, USA: For-
merece, tal como leemos en la tradición butleriana y tal dham University Press [tr. Esp. Dar cuenta de sí mismo, Bue-
nos Aires, Argentina: Amorrortu].
como se postula desde nuestra lectura del psicoanálisis,
ser considerada seriamente. Sin el reforzamiento de códi- Castro, I., (2002). Crítica de la razón sexual, Barcelona, España:
Del Serbal.
gos, normativas y prácticas de ninguna clase de identidad
sexo-generizada, la categoría pierde potencial. A través Cevasco, R., (2010). La discordancia de los sexos, Buenos Aires,
Argentina: Psicolibro.
del profundo cuestionamiento de las normas hegemónicas
es posible abrir el camino a nuevas e inéditas pautas de Copjec, J., (1994). El sexo y la eutanasia de la razón: ensayos so-
bre el amor y la diferencia, Buenos Aires, Argentina: Paidós.
inteligibilidad cultural. Soportar el goce del Otro resulta
distinto a otorgarle un lugar especial para tolerarlo en las Danon, G. & Didier, L., (2005). Entretien avec Jean Laplanche.
Enfances & PSY. (17), pp. 9-16.
coordenadas propuestas por el amo. Sostener lo inclasifi-
cable, lo inaprensible y lo incierto implicaría un genuino De Lauretis, T., (29 de abril de 2014). Género y teoría Queer. En
Conferencia llevada a cabo en el Centro Cultural de la Coope-
desmantelamiento de la matriz heteronormativa, siendo
ración, Buenos Aires, Argentina.
que ningún ser humano se esforzaría por participar de
Fajnwaks, F., (8 de noviembre de 2013). Lacan y los gender Stu-
códigos, convenciones y prácticas que fortalezcan la exis-
dies. En Conferencia llevada a cabo en la Universidad del
tencia de las distintas identidades sexuales. En ese punto, Claustro de Sor Juana, México DF, México.
Queer Theory y psicoanálisis lacaniano, más allá de sus
Freud, S & Ferenczi, S. (1910). Correspondencia completa. 1908-
diferencias, tienen mucho más en común de lo que podría 1911. Madrid, España: Síntesis.
suponerse. No obstante, esta posición no pretende ser
Lacan, J., (1971) Le Séminaire de Jacques Lacan, Livre XVIII: D
ingenua. Es claro que no es factible solamente a fuerza de ‘un discours qui ne serait pas du semblant, Paris, Éditions du
voluntad individual decidir participar o no del universo de Seuil [tr. Esp. El Seminario Libro 18: De un discurso que no
las clasificaciones sociales. El poder no funciona de esa fuera del semblante, Buenos Aires, Paidós, 2009].
manera y hay otros actores sociales en juego. El refuerzo Lacan, J., (1972-73). Le Séminaire de Jacques Lacan, Livre XX:
de las identidades no se produce sin una estructura social Encore, Paris, France: Éditions du Seuil [tr. Esp. El Seminario
que privilegie y repudie unas en detrimento de otras. De Libro 20: Aun, Barcelona, España: Paidós].
todas formas, existe la posibilidad de consentir o no con Lacan, J., (1973). Introduction à l’édition allemande d’un premier
esa lógica, de disputar o no en las coordenadas que la volume des `Ecrits´. En Autres écrits, Paris, France: Éditions
matriz heteronormativa ofrece. du Seuil. [tr. Esp. Introducción a la edición alemana de un pri-
Por último, alejados de los postulados butlerianos y tam- mer volumen de los Escritos. En Otros escritos, Buenos Aires,
Argentina: Paidós, 2012].
bién de los psicoanalíticos, la militancia por los movimien-
tos LGTTBIQ... continúa agregando cada vez más signifi- Lacan, J., (1974-75). El Seminario. Libro 22. Inédito.
cantes a la sigla en un intento de contemplar a todas las Lacan, J., (1976-77). El Seminario. Libro 24. Inédito.
diferencias y subjetividades. Pero el modo de hacer lugar La Tessa, M., (2012). La Construcción y la Diferencia: Psicoanáli-
a las singularidades desde el psicoanálisis es otro, opera sis y Género”, Intersecciones Psi. (2). Recuperado de http://
por la reducción de sentido y no por la ampliación. “Si intersecciones.psi.uba.ar/index.php?option=com_content&
view=article&id=43:la-construccion-y-la-diferencia-psicoa-
ustedes son psicoanalistas, verán que es el forzamiento
nalisis-y-genero&catid=9:perspectivas&Itemid=1
por donde un psicoanalista puede hacer sonar otra cosa
Miller, J-A., (2003). Psicoanálisis y sociedad, Revista Freudiana.
que el sentido. El sentido es lo que resuena con la ayuda (43/44), pp. 7-30.
del significante. Pero lo que resuena, eso no llega lejos,
Miller, J-A., (2005). El Otro que no existe y sus comités de ética,
es más bien flojo. El sentido, eso tapona…” (Lacan, 1976- Buenos Aires, Argentina: Paidós.
77, clase del 15/3/77, s.p.).

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QUEER STUDIES Y PSICOANÁLISIS: TENSIONES EN TORNO A LOS MOVIMIENTOS REIVINDICADORES DE LAS IDENTIDADES SEXO-GENERIZADAS
QUEER STUDIES AND PSYCHOANALYSIS: TENSIONS AROUND SEXUAL AND GENDER IDENTITY MOVEMENTS
Peidro, Santiago

Peidro, S. (2014) El acto violento como restaurador del semblante Viteri, M.A., & Castellanos, S., (2013). Dilemas queer contempo-
viril: deseo homoerótico amenazante en el film La León, Journal ráneos: ciudadanías sexuales, orientalismo y subjetividades
Ética y cine, V. 4 (3), Buenos Aires, ISSN 2250-5415 online. liberales. Un diálogo con Leticia Sabsay, Íconos. Revista de
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Síntesis. Zizek, S., (1993). Tarrying with the Negative: Kant, Hegel and the
Schejtman, F., (2007). La liquidación de las perversiones. Ancla. Critique of Ideology. Durham, USA: Duke University Press.
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Fecha de recepción: 31 de mayo de 2016
Fecha de aceptación: 18 de octubre de 2016

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