SE MANTIENE EL DESFALCO A LA NACIÓN POR CUENTA DE LOS PUERTOS DE COLOMBIA.

A la fecha siguen destinándose recursos del

Estado para el pago de “megapensiones”
reconocidas de manera irregular.
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Panorámica del puerto de Buenaentura. Foto: Colprensa.

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A la fecha, el proceso penal que investiga al Exdirector del Fondo Pensional aún no
termina, tras estar más de 8 años los expedientes en los estrados judiciales.
Colombia, un país situado al norte
de Suramérica, bañado por dos
mares, pero también por ríos de
corrupción, sufrió durante la última
década del siglo pasado de un
desfalco que hasta el día de hoy
tiene repercusiones sobre las arcas
del Estado, y lo desangra
lentamente.
Al estar situada entre dos océanos,
esta Nación, tuvo la oportunidad de
generar empleo y desarrollo, esto a
raíz de la construcción de los
Puertos que sirven de enlace entre
el exterior y el interior del país, y
por el cual se maneja gran parte de
la economía, puesto que son pieza
fundamental para exportar e
importar productos; estas
terminales marítimas han sido
desde sus inicios grandes obras de
construcción, como lo es el caso
del Puerto de Buenaventura el cual
ocupa un lugar entre los 10 más
importantes de América Latina, o
la Terminal Marítima de Santa
Marta que cuenta con la
certificación Ecoport como aliado
de la preservación del medio
ambiente; sin embargo han sido
manchados a través de la historia
por estar vinculados al lamentable
hecho de corrupción que tuvo sus
inicios en los años 1996, 1997 y
finales del siglo XX.
Estamos hablando del caso de las
“Megapensiones” reconocidas en
virtud de negociaciones sindicales
que se celebraron entre los
extrabajadores de Puertos de
Colombia con diferentes Gerentes
y Directores de dicha Entidad
estatal como lo son el señor Diego
Velandia, Víctor Perea y Miguel
Zuleta, los dos primeros
condenados por los delitos de
Peculado, con fallos penales
judiciales en firme, y este último
aún en proceso.
En virtud de las negociaciones
realizadas, se celebraron Actas de
Conciliación en las cuales se
determinaban maneras únicas para
que los trabajadores cumplido un
tiempo de servicio y una edad
determinada accedieran al pago de
unas pensiones que se liquidaban
sobre factores de salario
sumamente elevados a los reales,
situación que llevó a que por
ejemplo, un funcionario con cargo
de Celador, o de Estibador (esto es:
quien carga y descarga mercancías
en la embarcación) a la fecha
reciba una pensión de Once
millones de pesos, viéndose así
beneficiados los trabajadores como
los Directores y Gerentes de dicha
Institución al recibir parte del
dinero que se ordenaba pagar.
A la fecha, el proceso adelantado
contra el señor Miguel Zuleta se
encuentra en etapa de apelación, y
por tanto las pensiones reconocidas
con su visto bueno se mantienen
vigentes y surtiendo efectos,
causando un agravio al erario,
porque mensualmente se tienen
que destinar miles de millones de
pesos para su pago, cuando muchas
personas que logran pensionarse
conforme a la Ley y sin acuerdos,
cuentan con una mesada pensional
de un salario mínimo, causando
más desigualdad de la que ya hay.

Por: Daniela Paz Paiba| 18/08/2020