Una de las cuestiones que diferencia a unos productos de otro es su diseño, el modo en el que se presenta al mundo. El diseño de los productos se ha convertido en la materia para el análisis y estudio, pero también para premios, reflexiones y casos de éxito que explican cómo unas marcas lograron posicionarse en situaciones muy distintas a las que estaban cierto tiempo atrás. Se puede entender al diseño de producto como es el proceso de crear nuevos productos para ser vendidos por una empresa, es decir la generación y desarrollo de una idea en un producto funcional e innovador con el fin de satisfacer las necesidades del consumidor.
En la formulación de los nuevos productos del mercado, el diseño ha trazado unos
paradigmas centrales que buscan por sobre todo el bienestar consigo mismo, con los demás, con el medio ambiente entre otros. Estas expectativas que modelan el sinnúmero de objetos que nos rodean a diario, tienen como finalidad agregar a las personas y crear nuevas formas de comunidad. El diseño es mucho más que un producto bonito, impacta directamente sobre el costo del mismo, sobre los procesos de fabricación y además mejora la imagen y posicionamiento de la empresa.
El diseño de procesos consiste en la elección de la secuencia de transformaciones
físicas y/o químicas de un material con el fin de obtener otro de mayor valor o utilidad. Se centra en definir lo que la organización hará para lograr sus otros objetivos, Puede comenzar con el análisis del proceso; mejores prácticas organizaciones similares; modelos de referencia de procesos de los estándares de la industria organizaciones o consultores de terceros, ideas junto con la experiencia y las ideas del equipo de diseño de procesos.
El diseño es una herramienta que estimula la innovación y permite desarrollar
nuevos procesos productivos y tecnológicos para la ejecución de productos diferenciados, fuerte elemento de competitividad empresarial, siendo de fundamental importancia para la creación de una identidad y valor del producto nacional.