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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

Enrique Guzmán y Valle


Alma Máter del Magisterio Nacional
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
DEPARTAMENTO ACADÉMICO

INFORME
“Análisis del origen de la vida: Oparin”

PRESENTADO POR:
ALANYA BELITO, Angélica

DOCENTE:
POSSO ROJAS, Mario

ESPECIALIDAD:
Inglés –Español como Lengua Extranjera
III Ciclo
Lima – Perú
2020
1. La lucha del materialismo contra el idealismo y la religión en torno al
apasionante y discutido problema del origen de la vida.

El libro comienza con una simple pregunta ¿Qué es la vida? Desde esta interrogante el
autor plantea que el origen de la vida en su primer capítulo es un problema que ha venido
desde tiempos inmemorables en el cual se discuten dos campos filosóficos, los cuales son
la ideología y el materialismo. En cierta parte estos son parte de lo que se le denomina
un problema para el origen de la vida.

Como sabemos, es común que todos los hombres de cualquier nivel que sean su
desarrollo, se plantean estas preguntas y, mal o bien se inclinan hacia una postura, ya sea
idealista o materialista.

El problema del origen de la vida viene preocupando el pensamiento humano, desde


épocas anteriores y en los diferentes grados del desarrollo cultural, a este problema se le
daban diversas soluciones, pero siempre existía una lucha ideológica entre los dos
campos filosóficos irreconciliables: el materialismo y el idealismo.

Según Alexander el concepto que tienen los idealistas acerca de la vida es afirmar que un
ser supremo proporciono un alma viva a la carne inanimada, y precisamente esa partícula
eterna del ser divino es lo vivo, lo que mueve y mantiene a los seres vivos; es la razón por
el cual el hombre no puede conocer la esencia de la vida ni, mucho menos, aprender a
regularla.

Puedo acotar en esta parte mencionada por el autor; uno de los atributos de Dios es la
soberanía, pues él tiene el control de todo, no obstante, vivimos en unos días en los que
incluso los más “ortodoxos”, parecen temer el admitir la verdadera divinidad de Dios.
Dicen que reconocer la soberanía de Dios significa excluir la responsabilidad humana;
cuando la verdad es que la responsabilidad humana se basa en la soberanía divina, y es
el resultado de la misma. “Y nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho”
(Sal. 115: 3). Quizá esta sea la razón por el cual el autor decía: “el hombre no puede
conocer la esencia de la vida ni, mucho menos, aprender a regularla”.
Según las ideas de Platón, la materia vegetal y animal por sí sola, carece de vida y solo
puede vivificarse cuando el alma inmortal le “psique”, se aloja en ella. En cambio
Aristóteles se dedicó a describir un sin número de animales que según él surgía
espontáneamente, además de que dio a este fenómeno una base teórica. Todas las
escuelas romanas y griegas de filosofía compartieron esta idea de Aristóteles. Entre los
neoplatónicos, Plotino, jefe de esta escuela filosófica, enseñaba que los seres vivos
habían surgido en el pasado y surgían aun cuando la materia estaba llena de un “espíritu
vivificador” (alma). Las autoridades de la teología llamados padres de la Iglesia, fundieron
las leyendas de la Biblia con las doctrinas de los neoplatónicos. El obispo Basilio de
Cesárea decía que por voluntad divina la Tierra había engendrado de su propio seno a
todas las plantas y animales. El “beato” Agustín, una de las autoridades más importantes
de la iglesia católica consideraba que la generación espontánea de los seres vivos era una
manifestación del arbitro divino; estos son algunos representantes que defendían la
postura idealista de la creación de la vida.

Pero por otra parte el problema de la esencia de la vida, es abordada totalmente distinta
por el materialismo, según el cual la vida es de naturaleza material y no necesita para su
explicación el reconocimiento de ningún principio espiritual sobrenatural.

Sin embargo, al profundizar en el estudio de la naturaleza viva, los hombres de ciencia


han llegado a demostrar que esa generación espontánea y repentina de seres vivos no
surge en ninguna parte del mundo que nos rodea.

También se apoyaron en el estudio de los restos fósiles de los animales y las plantas que
poblaron la tierra hace millones de años, podemos entender que en aquellos tiempos la
población viva de la tierra era distinta a la actual, durante esas épocas surgían
transformaciones y supervivencia.

Surgen también otras teorías del origen de la vida, como de Devillers en Francia y
Alexander en Norteamérica que eran simplistas; según ellos la molécula del gene aparece
en forma puramente casual, gracias a una “operante” y feliz conjunción de átomos de
carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y fósforo, los cuales se conjugan “solos”, para
constituir una molécula excepcionalmente compleja de esta sustancia especial, que
contiene desde el primer momento todas las propiedades de la vida.
Pero en conclusión Alexander dice que el origen claramente de la vida solo puede surgir
a consecuencia de la voluntad creadora de Dios. Pero la contraparte afirma que es algo
absurdo y totalmente faso, y que se puede refutar fácilmente si abordamos al problema
que nos ocupa manteniendo el punto de vista de la única filosofía acertada y científica:
el materialismo dialectico, que otorga que la vida es de naturaleza material, que la materia
nunca permanece en reposo, sino que se mueve constantemente, se desarrolla y en su
expansión se eleva a planos cada vez más altos, tomando formas de movimiento cada vez
más complejas y más perfectas.

Se menciona también otra teoría científica es la teoría bioquímica del origen de la vida
que se refiere a las etapas sucesivas de la evaluación general de la materia, de esa
compilación creciente de la larga seria de compuestos carbonados del nitrógeno.

Es de esta manera que Oparin, nos explica en este libro sobre el tema del origen de la
vida, pues en esos tiempos parece un duelo persistente a la inteligencia humana; y trata
de darnos una explicación científica y lógica a esa incógnita.

En opinión personal creo que si nos referimos a ambas posturas; ambos tienen en si un
misterio, algo inexplicable e inconclusa, por más que una diga que es científica. Uno dice
que la vida se dio puramente casual, que fue la naturaleza que evoluciono. Y mientras
que la otra postura es que todos los seres vivos son creados originalmente por Dios.

Frente a la postura que tiene el autor, discrepo en ello y me apego a la creación divina de
Dios, que creo fidedignamente; no puedo pensar que algo tan maravilloso y complejo
como es toda la creación pueda ser algo casual de la misma naturaleza, definitivamente
tuvo que ser alguien supremo, y ese es Dios; Dios es omnisciente, lo conoce todo: todo
lo posible, todo lo real, todos los acontecimientos y todas las criaturas del pasado,
presente y futuro. Conoce perfectamente todo detalle en la vida de todos los seres que
están en el cielo, en la tierra y en el infierno (Dan. 2: 22). “Conoce lo que hay en las
tinieblas”.

2. Origen primitivo de las sustancias orgánicas más simples: los


hidrocarburos y sus derivados.

La etapa inicial del origen de la vida debió ser la formación de las plantas y animales, lo
primero que los distingue es que en su composición entra el carbono como elemento
principal. En las substancias orgánicas el carbono está combinado con otros elementos
como él: hidrógeno, el oxígeno, nitrógeno, azufre y fósforo.

Las sustancias orgánicas más simples son los hidrocarburos. ¿Cómo han podido formarse
estas sustancias en nuestro planeta? La respuesta más lógica podría ser que al momento
de formarse el Sol la nube gaseopulverolenta diera origen a los planetas y a la vida
primitiva, ya que en esta nube se encontraron restos de hidrocarburos y agua, todo lo
necesario para crear las primeras sustancias orgánicas primitivas. A consecuencia de las
reacciones de los hidrocarburos y sus derivados oxigenados se formaron cuerpos cuyas
moléculas contenían distintas combinaciones entre: carbono, hidrógeno, oxígeno y
nitrógeno. Así fue como aparecieron las numerosas sales amoniacas como las amidas y
aminas.

Suena muy interesante, lo que plantea en esta parte el autor, de que el origen de la vida
tiene como principio estas primeras sustancias que son los hidrocarburos, que gracias a
ello se formó la vida primitiva. Pero nos preguntamos ¿de donde salieron esas sustancias
orgánicas?, ya la respuesta según el libro es que podría ser que al formarse el sol, esta
podría dejar estas sustancias. Pero siempre queda como podría, son hipótesis que dan
respuestas al origen de la vida, pero nada concreto, y aún sigue sonando como algo
misterioso.

3. Origen de las proteínas primitivas.

Las proteínas desempeñan un papel muy importante en la formación de la “sustancia


viva”, así que por medio de numerosas investigaciones se llegó a la conclusión de que al
combinarse entre sí, las moléculas de las sustancias orgánicas llegaron a formar
moléculas de proteínas las sustancias más complejas, pero también las más importantes
para la vida.

Estas moléculas contienen muchas decenas de miles de átomos, que están ordenados en
riguroso orden, formando largas cadenas con numerosas ramificaciones laterales. Sin
embargo debemos tener presente que las moléculas de aminoácidos que forman la
cadena proteínica, no están unidas entre sí de cualquier modo, al azar, sino en un orden
riguroso, propio y exclusivo de esa proteína.
Tal estructura hace posible la existencia de una variedad infinita de proteínas. Por
consiguiente es posible pensar que en una época remota en la Tierra en su capa acuosa
pudieron y debieron formarse sustancias proteinoides, esas “proteínas primitivas” no
podían sé exactamente iguales a las proteínas que conocemos en la actualidad.

En sus moléculas los aminoácidos estaban unidos por los mismos enlaces que las
proteínas modernas, la única diferencia consistía en que la disposición de las cadenas
proteínicas era menos ordenada. Las sustancias orgánicas se encontraban simplemente
disueltas en las aguas del océano, con sus moléculas dispersas en ellas sin orden ni
concierto. Faltaba aún la estructura, la organización que distingue a todos los seres vivos.

Como se dice al principio, las moléculas de las substancias orgánicas estaban formadas
por un número reducido de átomos de carbono, hidrogeno, oxígeno y nitrógeno. Pero en
las aguad del océano primitivo estas moléculas se fueron combinando poco a poco entre
si y formaron moléculas más grandes y más complejas de distintas substancias.

De estos puntos de vista, el origen primitivo de las proteínas parecía enigmático y hasta
se consideraba poco probable que tal origen hubiese tenido lugar.

Esta es otra hipótesis del origen de la vida, como explica el autor en el libro, ahí se
encontraban las sustancias disueltas en el océano, todas dispersas, sin ningún orden,
ninguna estructura. Que casi era imposible la creación de los seres vivos, como ya
sabemos el ser vivo tiene una estructura muy compleja. Y esta teoría aun no decía nada
y no se acercaba para explicar el fenómeno de la vida de los seres vivos.

4. Origen de las primitivas formaciones coloidales.

Las sustancias orgánicas de bajo peso molecular, como, por ejemplo, los alcoholes o los
azúcares, al ser disueltas en el agua se desmenuzan en grado muy considerable y se
distribuyen uniformemente por toda la solución en forma de moléculas sueltas que
permanecen más o menos independientes una de la otra. Por eso, sus propiedades
dependen fundamentalmente tan solo de la estructura de las propias moléculas, de la
disposición que adoptan en ellas los átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, etc.
Pero a medida que va aumentando el tamaño de las moléculas, a estas leyes sencillas de
la química orgánica vienen a añadirse otras nuevas, y más complicadas, cuyo estudio es
objeto de la química de los coloides.

Las soluciones más o menos diluidas de bajo peso molecular son sistemas perfectamente
estables en los que el grado de fraccionamiento de la sustancia y la uniformidad de su
distribución en el universo no se alteran por sí solos.

Por el contrario, las partículas de los cuerpos de alto peso molecular dan soluciones
coloidales que se distinguen por su inestabilidad. Bajo la influencia de diversos factores,
estas partículas tienen la tendencia a combinarse entre sí y a formar verdaderos
enjambres, a los que se les da el nombre de agregados o complejos.

Ocurre con frecuencia que este proceso de unión de partículas es tan intenso que la
sustancia coloidal se separa de la solución formando un sedimento. Este proceso es lo
que llamamos coagulación.

Esta misma propiedad la tiene el protoplasma de los organismos vivos. Esta adaptación a
las condiciones del medio ambiente no puede ser el resultado de simples leyes físicas o
químicas. Tampoco bastan para explicarla las leyes de la química coloidal. Por eso al
originarse los seres primitivos, debieron aparecer, en el proceso evolutivo de la materia,
nuevas leyes, que tenían ya un carácter biológico.

Podemos mencionar que esta teoría esta enlazada con el capítulo anterior, ya que se
habla del proceso de evolución de la tierra, que se formó debidamente en las aguas del
océano primitivo substancias orgánicas.

Y también se explica que gracias a las mezclas de distintos coloides, y en primer término,
la mezcla de cuerpos proteinoides primitivos en las aguas de la tierra debió dar origen a
la formación de coacervados, etapa sumamente importante en la evolución de la
substancia orgánica primitiva y en el proceso que dio origen a la vida.

Como menciona el autor. ¿Podemos afirmar, basándonos en esto, que los coacervados
sean seres vivos? Naturalmente que no, entonces nuevamente llegamos al punto de
inicio de que aún no hay algo fidedigno en esta teoría, sobre el origen de la vida.
5. Organización del protoplasma vivo

Con el estudio concreto del protoplasma se determinó que no hay ninguna estructura
que recuerde a una máquina, ni siquiera a las de máxima precisión. La masa fundamental
del protoplasma es líquida; es un coacervado complejo, integrado por gran número de
sustancias orgánicas de elevado peso molecular, entre las que figuran: las proteínas y
lipoides.

En esa sustancia coacervática fundamental flotan libremente partículas filamentosas


coloidales, tal vez gigantescas moléculas proteínicas sueltas, y más probablemente,
verdaderos conglomerados de esas moléculas. Las partículas son todavía tan pequeñas
que no se les puede ver ni siquiera con ayuda de los microscopios modernos más
perfectos.

Pero al mismo tiempo, en el protoplasma existen elementos visibles. Al unirse entre sí


para formar grandes enjambres o montones, las moléculas proteínicas y de otras
sustancias pueden destacarse de la masa protoplasmática en forma de gotas pequeñas,
pero visibles ya al microscopio, o constituyendo una especie de coágulos, con una
estructura determinada a los que se da el nombre de elementos morfológicos: el núcleo,
las pastidulas, las mitocondrias, etc.

Desde un punto de vista puramente químico, el recambio de sustancias o metabolismo


es un conjunto de innumerables reacciones, relativamente sencillas, de oxidación,
reducción, hidrólisis, condensación, etc. Lo que distingue en forma específica al
protoplasma es que en él están distintas reacciones están organizadas en el tiempo de
determinado modo, combinándose para formar un sistema único e integral.

Estas reacciones no se producen al azar, caóticamente, sino en sucesión rigurosa, en


determinado orden armónico. Tan solo la unidad dialéctica del organismo y el medio, que
únicamente pudo surgir sobre la base de la formación de sistemas individuales de orden
plurimolecular, fue la que determino la aparición de la vida y todo su desarrollo ulterior
en nuestro planeta.

Ahora bien, el orden citado sigue una determinada dirección, tiende a un determinado
fin, y esta circunstancia, propia de la vida, tiene gran importancia, pues establece una
diferencia de principio entre los organismos vivos y todos los sistemas del mundo
inorgánico. Los centenares de miles de reacciones químicas que se producen el
protoplasma vivo, no sólo están rigurosamente coordinados en el tiempo, no sólo se
combinan armónicamente en un orden único, sino que todo este orden tiende a un
mismo fin: a la autorrenovación, a la autoconservación de todo el sistema vivo en su
conjunto, en consonancia con las condiciones del medio ambiente.

Pero el conocimiento de las leyes citadas y el estudio del protoplasma en su aspecto


actual no nos permitirán jamás, por sí solos, responder a la pregunta de por qué todo
este orden vital es como es, por qué es tan “armónico”, por qué está tan en consonancia
con las condiciones del medio ambiente. Para responder a estas preguntas es preciso
estudiar la materia en su desarrollo histórico. La vida ha surgido durante este desarrollo,
como una forma nueva y más compleja de organización de la materia, sometida a leyes
de orden superior a las que imperan en la naturaleza inorgánica.

Tan sólo la unidad dialéctica del organismo y el medio, que únicamente pudo surgir sobre
la base de la formación de sistemas individuales de orden plurimolecular, fue lo que
determinó la aparición de la vida y todo su desarrollo ulterior en nuestro planeta.

6. Origen de los organismos primitivos.

Los coacervados que aparecieron por primera vez en las aguas de los mares y océanos
aún no tenían vida. Sin embargo ya desde su aparición llevaban latente la posibilidad de
dar origen, en determinadas condiciones del desarrollo, a la formación de sistemas vivos
primarios.

Las proteínas dotadas de una determinada estructura, propias de cada sistema coloidal,
ya no se combinan entre sí al azar, sino con estricta regularidad. En fin de cuentas
apareció otra forma nueva de materia. Así fue como se produjo ese “salto” dialéctico que
significo la aparición de los seres vivos más simples en la superficie de nuestro planeta.

La estructura de esos sencillísimos organismos primitivos era ya mucho más perfecta que
la de los coacervados. Fueron pasando los años, la estructura de los seres vivos se iban
adaptando más y más a las condiciones en que se desarrollaba la vida.
Hace más de quinientos millones de años la vida se hallaba concentrada aún en los mares
y océanos. En el período silúrico aparecen las primeras plantas terrestres. Hace 350
millones de años aparecieron peces auténticos y otros parecidos a los tiburones actuales.

Pasan otros 100 millones de años, llega el período carbonífero y aparecen en la Tierra
espesos bosques en los que crecen gigantescos helechos, la cola de caballo y el licopodio.
Hace 225 millones de años comenzó el reino de los reptiles.

Hace 35 millones de años comenzó el reino de las aves y de las fieras. En el curso de la
segunda mitad del período terciario, los mamíferos se van pareciendo cada vez más a los
actuales. Hace un millón de años aparecieron en la Tierra los pitecántropos, monos
hombres que forman el eslabón intermedio entre el mono y el hombre.

Durante el cuaternario, en los duros tiempos del último período glacial, en el siglo del
mamut y del reno boreal, ya vivían en la Tierra hombres auténticos, que por la
constitución de su cuerpo no se distinguían de los actuales.

En el curso de segunda mitad del período terciario, los mamíferos se van pareciendo cada
vez más a los actuales. A finales de este período existen ya verdaderos renos, toros,
caballos, rinocerontes, elefantes y diversas fieras. A comienzos de la segunda mitad del
período terciario aparecen los monos; primero los cinocéfalos o monos inferiores,
posteriormente los antropoides o monos superiores.

Conclusión:

Hemos pasado revista al largo camino seguido por el desarrollo de la materia y que
condujo a la aparición de la vida en la Tierra. Al principio, vimos al carbono disperso en
átomos sueltos por la atmósfera incandescente de las estrellas.

A todo lo estudiado y mencionado por el autor, ya sea de diferentes teorías que se


mencionó en todos los capítulos, ya sea con el enigma del idealismo y el materialismo,
también están el origen primitivo de las substancias orgánicas simples; que dicen que
este podría ser el paso a descubrir el origen de los seres vivos, pero se menciona también
al origen de las proteínas primitivas, la formación coloidales, organización protoplasma y
por ultimo origen de los organismos, lo particular de todas estas posturas es que son
inexplicables, misteriosas e inconclusas, siempre dejando al origen de la vida aun en
disputa de ¿Cómo se originó la vida?.

Los adelantos de las Ciencias Naturales modernas, que han logrado descubrir las leyes
que presidieron el origen y el desarrollo de la vida, asestan golpes cada vez más
contundentes al idealismo y a la metafísica, a toda la ideología reaccionaria del
imperialismo.
Al ver estudiado con todo detalle la organización interna de los seres vivos, quizá hay
razones más que fundadas para considerar que, más tarde o más temprano, se pueda
lograr reproducir artificialmente esa organización y demostrar así directamente que la
vida no es sino una forma especial de existencia de la materia. Pero tal vez dentro de todo
este bosquejo de investigación, al final la verdad sea que fuimos creados por un ser divino
llamado Dios. Así de sencillas pueden ser los resultados ya sea a favor del materialismo o
el idealismo. Porque sabemos que los seres vivos tienen un sistema muy complejo y tan
solo poder estudiar cada detalle, es algo increíble y difícil de creer que esto se creó de la
naturaleza misma.

Hay dos grandes posturas muy grandes frente a una sola verdad, nosotros estamos
siempre buscando la verdad, queremos encontrar la verdad, “pero creo que nosotros no
podremos encontrar la verdad, es la verdad quien nos encontrara a nosotros”.

Referencias bibliográficas:
Oparin, A. (1923). El origen de la vida. Recuperado de
https://www.murciaeduca.es/iesricardoortega/sitio/upload/el_origen_de_la_vida.pdf

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