Como demuestra lógicamente Sartori, un embrión no es un individuo o persona
humanos. Un embrión es… un embrión (“principio no desarrollado de algo”, según la cuarta acepción de la Real Academia Española). Que represente vida no significa que sea en sí y por sí mismo un ser humano, una vida humana como equivalente de persona. Es vida en relación con lo humano, que es diferente. Vida y ser humano, persona y vida biológica no son lo mismo, y no hay que olvidarlo. Si lo fueran, también un árbol sería un humano. ¿El embrión lo será? No necesariamente, por más que sea embrión de humano. Lo será si no ocurre un aborto. Y hay abortos naturales, abortos en los que el feminismo y el progresismo no tienen intervención alguna. ¿Qué sentido tendría decir que, en esos casos, la Naturaleza o Dios asesinaron a alguien? Entonces: un embrión puede ser una persona, es decir, puede llegar a ser o terminar por ser un individuo humano. Si no hay aborto. Si no ocurre algún tipo de aborto. ¿Esa posibilidad hace verdadera e intrínsecamente “malo” y punible al aborto no natural? No. Y, sobre todo, no hace criminal a la mujer que decide bajo ciertas condiciones (cuya decisión se da bajo condiciones personales y contextuales específicas). ¿Esa posibilidad de un ser humano es lo mismo que dicho ser? No, es una posibilidad. Posibilidad hacia. No hay ser humano sin esa posibilidad, pero esa posibilidad no es el ser humano. El embrión es un punto de partida de la vida humana y más precisamente el inicio de una vida potencialmente humana. Potencia y ser no son una y la misma cosa. Tienen relaciones importantes y dignas de recordar, pero no son iguales –además, son relaciones asimétricas: si hay ser hubo potencia, algo es porque fue posible, pero si hay potencia no hay ser, no el ser sobre el cual la potencia es lo que es. No son identidad. Cancelar la potencia de un embrión no es ni puede ser asesinar a una persona. El crimen es otro: cancelar la libertad de una mujer por un falso asesinato: encarcelarla por abortar un embrión. No es que obligatoriamente se le deba abortar, y menos sin condiciones adecuadas, sino que abortarlo no puede ser real y verdadero homicidio. Por lo mismo, cualquier mujer debe poder abortar legalmente ese producto de la fecundación (la concepción) que no deja de serlo (embrión) hasta el cuarto mes de embarazo.