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PRIMERA UNIDAD

ESTRUCTURA DE LA MATERIA

1.1 CLASIFICACIÓN DE LA MATERIA


El mundo que nos rodea contiene objetos tales como libros, montañas, etc. que
denominamos cuerpos. Estos cuerpos sufren cambios, transformaciones, que son
estudiados por las ciencias naturales como la Química, la Física y la Biología.
Las explicaciones dadas por estas ciencias son verificables; se basan en hechos
comprobables; son ciencias experimentales.
El componente común a todos los cuerpos es la materia. Todo ente material ocupa un
lugar en el espacio (tiene volumen) y posee masa.

Existen distintos tipos de materiales que forman los cuerpos. Un anillo de plata y una
pulsera de plata son cuerpos diferentes formados por el mismo material. Un anillo de
oro y un anillo de plata son cuerpos iguales formados por distintos materiales. La
Química se ocupa principalmente de la composición, propiedades y transformaciones de
los materiales.
El químico no se preocupa por la forma de los cuerpos sino por su composición; le
interesa por ejemplo el metal que forma un cuchillo, independientemente de la forma o
el tamaño de éste. Las propiedades características del metal seguirán siendo las mismas
aunque el cuchillo se rompa en varios fragmentos o aunque con dicho metal se fabrique
un tenedor.

En el universo no sólo encontramos materia sino también energía. Esta última adopta
diferentes formas y sufre continuos cambios (por ejemplo, la energía cinética de un
cuerpo arrojado verticalmente hacia arriba se transforma gradualmente en energía
potencial y en energía calórica debido al rozamiento con el aire). La Química también se
ocupa de los cambios energéticos que se verifican cuando se producen transformaciones
en los materiales.

La materia pueden presentarse, fundamentalmente, en tres estados físicos diferentes


(estados de agregación de la materia): sólido, líquido y gaseoso.1

Los tres estados se diferencian por propiedades físicas muy concretas. Los gases llenan
completamente cualquier espacio en que se encuentren y son fácilmente compresibles
(disminuyen o aumentan su volumen fácilmente, frente a una compresión o una
descompresión). Los líquidos, a semejanza de los gases, adoptan la forma del recipiente
que los contiene.
Sin embargo, mientras que un gas no tiene superficie limite, un líquido tiene una
superficie que limita la extensión del espacio (volumen) que puede ocupar. Además, los
líquidos son prácticamente incompresibles. Los sólidos son incompresibles y poseen
volumen y forma definidos. Los sólidos son rígidos, los líquidos y los gases pueden fluir.

Los materiales pueden pasar de un estado a otro (cambios de estado) mediante procesos
físicos, es decir, transformaciones que no modifican su identidad. Estos cambios de
estado reciben diferentes nombres. Un esquema nos permitirá recordarlos con mayor
facilidad.
1
Los físicos han encontrado últimamente un cuarto estado, el plasma, pero la
discusión de este punto excede los límites del presente texto.

Sublimación progresiva

Fusión Vaporización
sólido líquido gaseoso
Solidificación Condensación

Sublimación regresiva

No existe un criterio único respecto de los nombres asignados a los diferentes cambios
de estado. Debido a ello, encontraremos que algunos autores denominan condensación
a los procesos por los cuales un material en estado gaseoso puede pasar a un estado
condensado (sólido o líquido).

Un material en estado gaseoso que puede estar en contacto con uno de sus estados
condensados recibe el nombre de vapor. Por ejemplo, a temperatura ambiente y presión
normal pueden coexistir agua en estado líquido y en estado gaseoso, por eso decimos
que en el aire hay vapor de agua. A temperatura ambiente y presión normal no pueden
el oxígeno líquido y gaseoso, por eso decimos que el aire contiene gas oxígeno.
Algunos autores utilizan el término vaporización para referirse a los procesos por los
cuales un material en estado condensado (líquido o sólido) pasa al estado gaseoso.

Respecto del termino sublimación, algunos autores lo utilizan tanto para el pasaje del
estado sólido al gaseoso como para el pasaje del estado gaseoso al sólido. Nosotros
adoptaremos los vocablos indicados en el esquema.

Respecto del cambio del estado gaseoso al estado líquido, denominamos licuación al
proceso por el cual un material en estado gaseoso pasa al estado líquido debido a un
aumento de la presión (generalmente acompañado por una disminución de la
temperatura). Denominamos condensación al proceso por el cual una sustancia en
estado gaseoso pasa al estado líquido debido exclusivamente a una disminución de la
temperatura.
Cabe aclarar también que el proceso de vaporización de un líquido puede verificarse a
través de la superficie libre (evaporación) o puede tener lugar en toda la masa del liquido
(ebullición).

Propiedades y clasificación de los sistemas materiales


Para llevar a cabo estudios químicos nos resulta útil definir la porción del universo que
será objeto de dichos estudios. Esta porción constituye un sistema material, que
independizamos del resto del universo en forma real o imaginaria.

Un sistema material puede interactuar con el medio o entorno, existiendo la posibilidad


de que intercambie con éste, materia y/o energía.
Si intercambia materia y energía lo denominamos sistema abierto; será cerrado cuando
no puede intercambiar materia pero si puede intercambiar energía, y aislado cuando no
intercambia ni materia ni energía.

Un sistema puede contener uno o más tipos de materia. Además, un sistema puede
estar formado por uno o varios componentes (o sustancias). Si en un sistema existe más
de un componente, decimos que dicho sistema es una mezcla.
Son ejemplos de sistemas formados por un componente: agua, trozos de cobre. Son
mezclas, por ejemplo: agua salada, suspensión de talco en agua.

La materia posee propiedades, entendiéndose como tales las cualidades que impresionan
nuestros sentidos (sabor, olor) o instrumentos de medición (masa, dureza), así como
también la forma en que reaccionan (combustibilidad, por ejemplo).

Algunas propiedades dependen de la cantidad de materia del sistema en estudio y las


denominamos propiedades extensivas. Ejemplos: volumen, peso.

A las propiedades que no dependen de la cantidad sino del tipo de materia, las
denominamos propiedades intensivas. Ejemplo: dureza.
Si tenemos un sistema formado por agua a 4ºC y extraemos del sistema dos muestras,
una de 2 g y otra de 8 g. ¿Tendrán ambas muestras el mismo volumen? ¿Por qué?.
No, porque el volumen es directamente proporcional a la masa. El volumen es una
propiedad de la cantidad de materia considerada. ¿Tendrán ambas muestras la misma
densidad? ¿Por qué? Si, porque la densidad a una determinada temperatura es la
constante de proporcionalidad entre la masa y el volumen.
m = d x V o, lo que es lo mismo: d = m/V

La densidad del agua a 4ºC es de 1g/L. La densidad es una propiedad intensiva,


característica o específica. Es una propiedad del material considerado. Cualquiera sea la
cantidad de agua que consideremos, su densidad a 4ºC es de 1g/L

La materia se caracteriza por sus propiedades intensivas. Si al analizar estas


propiedades en un sistema encontramos que tienen valores constantes en cualquier zona
de éste, decimos que se trata de un sistema homogéneo. Ejemplo: agua salada, alcohol.

Si, en cambio, encontramos variación en los valores de las propiedades intensivas en


por lo menos dos zonas del sistema, decimos que este es heterogéneo. Ejemplos: agua
con hielo, aceite con vinagre.

En este último tipo de sistema encontramos distintas porciones en las cuales los valores
de las propiedades intensivas son constantes; se trata de las distintas fases del sistema
heterogéneo. Por ejemplo, un sistema formado por agua y hierro en polvo está formado
por 2 fases; en una botella con soda (abierta, sin tapa, y llena hasta el tope), se
diferencian 3 fases: la sólida del vidrio de la botella, la líquida de la soda y la gaseosa
de las burbujas del dióxido de carbono. Las fases tienen límites claros, que pueden
distinguirse a simple vista o mediante instrumentos ópticos adecuados (lupa,
microscopio). A estos limites o superficies de discontinuidad los llamamos interfases.

Un sistema puede ser homogéneo o heterogéneo según la forma de


observación empleada y según el tamaño de la muestra utilizada. Por ejemplo, un
sistema formado por una suspensión de talco en agua (agua turbia) nos puede parecer
homogénea a simple vista, pero, si lo observáramos al microscopio, apreciaríamos su
heterogeneidad.

Esto parece restar precisión a la noción de homogeneidad; para evitarlo se fijó un criterio
general para decidir si un sistema es homogéneo o no.
Se definen como sistemas homogéneos a aquellos que aparecen como
tales aun observados con el ultramicroscopio (microscopio en el cual la luz
incide en forma lateral, es decir, perpendicular a la dirección en que se observa).
Sistemas como la leche, la sangre, son heterogéneos aunque a simple vista nos parezcan
homogéneos. Al observar leche con el microscopio se aprecian pequeñas partículas de
grasa dispersas en el medio acuoso.

En una mezcla homogénea, tal como el caso del agua azucarada, las
partículas de azúcar disueltas en el agua no son visibles ni aun con el ultramicroscopio.

En una mezcla heterogénea, tal como la suspensión de polvo de carbón en agua, las
partículas de carbón son visibles a simple vista o por medio del microscopio.
Entre estos dos casos tenemos por ejemplo, el de la mezcla de almidón
y agua. En ésta, las partículas de almidón no son visibles con el microscopio común
pero sí con el microscopio electrónico. Se trata de una dispersión coloidal. Los sistemas
coloidales tienen algunas propiedades semejantes a las de los sistemas heterogéneos y
otras a las de los sistemas homogéneos. Las propiedades especiales de las dispersiones
coloidales pueden ser atribuidas a la gran relación entre la superficie y el volumen de
las partículas dispersas cuyos diámetros oscilan, aproximadamente, entre 10-4 cm y 10-
7
cm.
Un sistema coloidal es un sistema heterogéneo cuya fase dispersa posee un alto grado
de subdivisión, por lo cual no puede ser observada en el microscopio común, pero si es
visible utilizando el microscopio electrónico. Las partículas dispersas se aprecian como
puntos luminosos debido a la luz que dispersan, dando origen al llamado "efecto
Tyndall".

Las partículas dispersas de un sistema coloidal atraviesan los filtros comunes pero no
dializan, es decir, no atraviesan membranas como el pergamino, celofán, etc. Tienen
gran poder adsorbente debido a su gran relación superficie/volumen. Son ejemplos de
sistemas coloidales la gelatina, las nubes, el protoplasma celular.
Un conocimiento amplio de la química de los sistemas coloidales permite enfrentar
muchos problemas en diferentes campos, como por ejemplo en el teñido de tejidos, en
la fabricación de jaleas comestibles, en el curtido de pieles, en la fabricación de
materiales plásticos.
SISTEMA HOMOGÉNEO SISTEMA HETEROGÉNEO

 Los valores de las propiedades  Los valores de las propiedades


intensivas no dependen de la zona intensivas dependen de la zona del
del sistema donde se los determine. sistema donde se los mida.

 Número de fases = 1  Número de fases = 2 o más

 No presenta interfase.  Presenta interfase.

Conviene recordar la necesidad de establecer claramente, para el sistema en estudio,


sus límites, ya que de esto depende la clasificación del mismo. Por ejemplo, si el sistema
es el gas contenido dentro de un cilindro, el sistema es homogéneo; si el sistema es el
cilindro lleno de gas, se trata de un sistema heterogéneo formado por 2 fases (el gas y
el sólido metálico del cual está hecho el cilindro).
Podemos sintetizar los dos criterios usados para clasificar sistemas materiales en el
siguiente cuadro, según número de fases y según número de componentes

SUSTANCIA MEZCLA

(un componente) (varios componentes)

SISTEMA HOMOGÉNEO Ej: hierro, agua, Ej: solución de sal en


(una fase) nitrógeno agua, aire

Ej: agua con trozos


SISTEMA HETEROGÉNEO Ej: granito, hierro y agua,
de hielo, oro en
(varias fases) aceite y vinagre
fusión

Además, podemos mencionar algunas diferencias entre las propiedades de las mezclas
heterogéneas y las mezclas homogéneas.
En una mezcla heterogénea cada componente conserva su identidad y manifiesta sus
propiedades características. En una mezcla homogénea (solución química), las
propiedades de ésta pueden ser muy diferentes a las de sus componentes; por ejemplo,
ni el agua ni la sal común (en estado sólido) son conductores de la corriente eléctrica,
mientras que el agua salada sí lo es.

Los componentes de una mezcla heterogénea pueden estar en cualquier proporción,


mientras que la composición de las soluciones, en general, sólo puede variar dentro de
ciertos límites. Por ejemplo, a 20°C no se disuelven más de 36 g de sal común en 100 g
de agua.
Por otra parte, al comparar las soluciones con las sustancias encontramos una diferencia
notoria: las propiedades intensivas de una solución (por ejemplo, su densidad, su
conductividad eléctrica, etc.) varían al modificar su composición, mientras que las de
una sustancia son constantes, ya que su composición es invariable.

Separación de los componentes de una mezcla

Podemos utilizar las diferencias en las propiedades de los sistemas materiales para lograr
la separación de sus componentes.
Así, las distintas fases que forman un sistema heterogéneo pueden separarse,
aprovechando sus diferentes propiedades, por métodos mecánicos (decantación,
filtración, tamización, etcétera).
Cada una de las fases separadas puede estar formada por uno o varios
componentes. En este segundo caso, la aplicación de métodos de fraccionamiento
(destilación, cristalización) permitirá separar cada uno de ellos.

Analicemos en un ejemplo de la vida diaria el uso de métodos de separación. Al preparar


café, utilizamos agua caliente para disolver algunas de las sustancias presentes en el
café molido (no instantáneo), que se separan así de las que son insolubles. Luego
filtramos, para separar la fase sólida (la borra) de la solución (el café).

El químico se encuentra continuamente con sistemas materiales a los


que debe aplicar métodos de separación de fases o métodos de fraccionamiento, algunos
de los cuales son tan comunes como los que se acaban de mencionar. Por ejemplo,
decantación, centrifugación, destilación, cristalización, etc. Pero en determinados casos,
la utilización de estos métodos no es suficiente, y entonces debe recurrir a otros más
complicados, como por ejemplo la cristalización fraccionada, la destilación fraccionada o
la cromatografía.

Una descripción detallada de los diferentes métodos de separación puede encontrarse


en otros libros de texto.

Una sustancia en un determinado estado de agregación constituye un sistema material


homogéneo, no fraccionable, identificable por sus propiedades intensivas. Una sustancia
está caracterizada por un conjunto de propiedades intensivas cuyos valores son
constantes, siempre que se los determine en iguales condiciones experimentales. Por
ejemplo, para el agua:
 temperatura de ebullición: 100ºC a 1 atm

 densidad: 1,0 g /mL a 1 atm y 4°C

 temperatura de fusión: 0°C a 1 atm


 color: incolora

Compuestos y sustancias simples


Una vez aplicados ciertos métodos de separación a un determinado
sistema, llegaremos a obtener las sustancias que lo componían inicialmente. ¿Será
posible separar cada una de estas sustancias en otras? Es decir, ¿será posible obtener
un cierto número de sustancias a partir de las cuales se pueden formar el resto de las
sustancias conocidas? La respuesta a estas preguntas puede obtenerse mediante
diversas experiencias: al calentar sustancias como el clorato de potasio o el óxido de
sodio, se observa que se descomponen y dan lugar a otras sustancias; al hacer pasar
corriente
eléctrica por agua acidulada, se obtienen dos sustancias gaseosas. Por otra
parte, si se recogen los gases producidos en la descomposición del agua en
un recipiente en el que se hace saltar una chispa eléctrica, se forma de nuevo agua; si
se ponen en contacto las sustancias cloro y cinc se forma una nueva sustancia (cloruro
de cinc), con propiedades totalmente distintas de las iniciales. En estas dos últimas
experiencias se ha sintetizado una sustancia a partir de otras. Podemos diferenciar
entonces dos tipos de sustancias: aquellas que pueden ser descompuestas en otras se
denominan compuestos o sustancias compuestas, mientras que aquellas que no pueden
ser descompuestas se denominan sustancias simples o sustancias elementales.

Además, podemos decir que un compuesto es una sustancia que puede sintetizarse a
partir de otras; las sustancias simples, en cambio, no pueden sintetizarse a partir de
otras sustancias.
Son ejemplos de compuestos sustancias tales como el óxido de calcio (cal), el agua, el
propano, etc. Por su parte, el oro, el azufre, el calcio, el nitrógeno, el hierro son
sustancias simples.
Esta clasificación operacional de sustancias, basada en la posibilidad o no de
descomponerlas, será transformada en una definición conceptual al tratar el tema Teoría
atómico-molecular.
Algunas sustancias simples pueden originar otras sustancias simples, diferentes de ellas.
Decimos que son variedades alotrópicas o sustancias alótropas entre sí. Por ejemplo, el
oxigeno y el ozono.
Elementos

Se denomina elemento al constituyente común a una sustancia simple, a sus variedades


alotrópicas y a todas aquellas sustancias compuestas que por descomposición pueden
originar dicha sustancia simple.

Esta definición de elemento será ampliada al tratar el tema Estructura atómica.


El elemento oxígeno forma las sustancias simples oxígeno y ozono (ambas gaseosas a
temperatura ambiente); también está presente en sustancias compuestas tales como
dióxido de silicio y agua.

Decimos que las sustancias simples oxigeno y ozono están formadas por el elemento
oxígeno. El dióxido de silicio está formado por los elementos silicio y oxigeno. Por
descomposición total del dióxido de silicio se obtienen las sustancias simples
constituyentes, oxígeno y silicio. El agua está formada por los elementos hidrógeno y
oxígeno, su descomposición produce dichos elementos y, a partir de sus elementos
puede sintetizarse
El elemento carbono está presente en dos sustancias simples, el grafito y el diamante,
y en una enorme cantidad de compuestos, muchos de ellos biológicamente importantes,
como los glúcidos, las proteínas, etcétera.
Existen 109 elementos conocidos que se agrupan en la denominada Tabla Periódica. No
todos los elementos forman sustancias simples estables, algunos de ellos tienen
existencia muy corta, constituyendo los llamados elementos radiactivos.
La mayoría de los elementos son metales como el sodio, oro, mercurio, etc. Solamente
22 elementos son no metálicos, como por ejemplo, el nitrógeno, bromo, azufre, oxígeno,
carbono.
Símbolos

A todos los elementos se les ha asignado un símbolo químico constituido


por 1 o 2 letras, que permite su uso e identificación internacional. El símbolo proviene
en la mayoría de los casos de la primera y segunda letra de su nombre en latín, como
por ejemplo Ag: plata (argentum), K: potasio (kalium), etc. Los últimos elementos
descubiertos llevan nombres en honor a científicos ilustres o a lugares geográficos. Así,
el fermio (Fm) proviene del nombre del físico italiano Enrico Fermi, el einstenio (Es) de
Albert Einstein, el californio (Cf) de California, etc. Obsérvese que la segunda letra se
escribe siempre en minúscula (cursiva o de imprenta) y la primera letra se debe escribir
en mayúscula (de imprenta).

1.2 ÁTOMOS, MOLÉCULAS E IONES

Las bases del atomismo.


Demócrito y Leucipo, filosofos griego, fueron probablemente los primeros en creer que
la materia estaba constituida por partículas que denominaron átomos, palabra que
significa "sin división", ya que consideraban el átomo como único e indivisible. Se
basaba, no en pruebas experimentales, sino en un razonamiento que puede sintetizarse
así: un trozo de metal puede cortarse en 2 pedazos y cada uno de éstos en dos pedazos
más...; estos pueden dividirse sucesivamente hasta llegar a un momento en que se
obtenga una partícula que ya no sea posible dividirla: el átomo. Pensaban que los átomos
tendrían formas y tamaños distintos: esféricos, cilíndricos, irregulares...

Empédocles, otro filósofo griego, no creía en tal teoría y postulaba la idea de que la
materia estaba constituida por 4 elementos que se combinaban entre sí. Según él, la
vida sólo era posible donde había humedad: una flor sin agua se muere; luego el primer
elemento era el agua. Pero el agua no es sólida, se escapa de las manos. Una montaña
no puede estar formada de agua y necesita, por tanto, otro elemento que le dé
consistencia, solidez. La tierra fue el segundo elemento de que habló Empédocles, pues,
a su juicio, daba consistencia al agua. Sin embargo, el barro que resultaba de esta
mezcla era muy blando. Creyó entonces que quien le daba dureza era un tercer
elemento, el aire, pues seca o evapora el agua que contienen las cosas. Por último,
Empédocles consideró el fuego como cuarto elemento.
Posteriormente transcurre un largo período en la historia de la Química, la Alquimia,
donde la preocupación primordial es tratar de convertir los metales conocidos en oro.

Teoría atómica de Dalton

Introduce la idea de la discontinuidad de la materia, es decir, esta es la primera teoría


científica que considera que la materia está dividida en átomos (dejando aparte a
precursores de la Antigüedad como Demócrito y Leucipo, cuyas afirmaciones no se
apoyaban en ningún experimento riguroso).

Los postulados básicos de esta teoría atómica son:


1. La materia está dividida en unas partículas indivisibles e inalterables, que se
denominan átomos.

Actualmente, se sabe que los átomos sí pueden dividirse y alterarse.


2. Todos los átomos de un mismo elemento son idénticos entre sí (presentan igual masa
e iguales propiedades).

Actualmente, es necesario introducir el concepto de isótopos: átomos de un mismo


elemento, que tienen distinta masa, y esa es justamente la característica que los
diferencia entre sí.

3. Los átomos de distintos elementos tienen distinta masa y distintas propiedades.


4. Los compuestos se forman cuando los átomos se unen entre sí, en una relación
constante y sencilla.

Los rayos catódicos

J.J. Thomson realizó experimentos sobre descarga eléctrica


a través de gases a baja presión. Usó tubos de descarga, en
los cuales si la presión de un gas en el interior del tubo se
mantenía aproximadamente a 10-5 atmósfera y se aplica un
voltaje entre dos electrodos del tubo, se observa una
emanación conocida con el nombre de “rayos catódicos”.

Los rayos catódicos emergían del electrodo negativo (cátodo)


y producían fluorescencia cuando incidían sobre ciertas
sustancias.

Los rayos catódicos son un haz de electrones que se propagan desde el cátodo al ánodo
en un tubo de descarga.

El haz de electrones era desviado por campos electromagnéticos y, por la magnitud de


la desviación se pudo deducir la relación carga/masa (e/m) para el electrón.
El valor de la relación e/m para el electrón resultó ser de 1,76x108 culombios/g, un valor
constante e independiente de la clase de gas encerrado en el tubo.
En 1909, R. A. Millikan obtuvo información sobre la carga del electrón en un
experimento que se concentra en el movimiento de gotas de aceite cargadas. A partir
de estos datos determinó la carga del electrón, 1,6x10-19 culombios, lo que permitió
conocer su masa.
Los rayos canales.
En los tubos de descarga, se encontró que también se
formaban rayos positivos. Se observó que si se usaba un
tubo con un cátodo perforado, se obtenía una radiación
que se repetía fuera de la región entre los electrodos. El
comportamiento de estos rayos en un campo eléctrico
confirmo su naturaleza de partícula de electricidad con
carga positiva.

Al determinar el valor de la razón carga/masa de los


rayos positivos, se encontró que esta magnitud dependía
del gas contenido en el tubo y que su valor crecía al disminuir el peso atómico del gas.
El valor para el hidrógeno resultó ser de 9,58x10 4 C/g. Al comparar este valor con el
obtenido para el electrón, encontramos que es 2000 veces más grande que para el
electrón. De lo anterior se concluye que la masa de una partícula positiva (protón) es
2000 veces mayor que la masa de un electrón.
Tanto los rayos catódicos como los rayos canales confirmaron la existencia de dos tipos
de partículas constituyentes del átomo: el electrón y el protón.

Los rayos X.

En el año 1895, W. Röentgen trabajando con un tubo de rayos catódicos, descubrió una
clase de rayos a los que llamó rayos X. Observó que éstos podían atravesar la materia,
producían fluorescencia en algunas sustancias, y ennegrecían la placas fotográficas.

Experimentalmente se observó que provenían de la región del tubo en donde incidían


los rayos catódicos. Años después se llegó a la conclusión que estos rayos X no son
desviados por campos eléctricos o magnéticos, y que son similares a los rayos de la luz
ordinaria, pero mucho más energético. Estos rayos son ondas electromagnéticas, noción
introducida en 1864 por el físico escocés J. Maxwell.

Radioactividad.

Radioactividad es la propiedad que presentan los núcleos atómicos de ciertos isótopos


de modificar espontáneamente su constitución, emitiendo simultáneamente una
radiación característica.

La radioactividad puede ser:


 Radioactividad natural: Es la que manifiestan los isótopos que se encuentran en la
naturaleza.

 Radiactividad artificial o inducida: Es la que ha sido provocada por transformaciones


nucleares artificiales.

Radiactividad natural.
En 1896 Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emitían radiaciones
espontáneamente, al observar que velaban las placas fotográficas envueltas en papel
negro.
Hizo ensayos con el mineral en caliente, en frío, pulverizado, disuelto en ácidos y la
intensidad de la misteriosa radiación era siempre la misma. Por tanto, esta nueva
propiedad de la materia, que recibió el nombre de radiactividad, no dependía de la forma
física o química en la que se encontraban los átomos del cuerpo radiactivo, sino que era
una propiedad que radicaba en el interior mismo del átomo.

El estudio del nuevo fenómeno y su desarrollo posterior se debe casi exclusivamente a


los esposos Curie, quienes encontraron otras sustancias radiactivas como el torio,
polonio y radio. La intensidad de la radiación emitida era proporcional a la cantidad de
uranio presente, por lo que dedujo Marie Curie que la radiactividad era una propiedad
atómica.
El fenómeno de la radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo de los átomos
radiactivos. Y la causa que lo origina se cree que es debida a la interacción neutrón-
protón del mismo.

Posteriormente, E. Rutherford demostró la naturaleza de estas partículas. Experimentó


con el radio, el que como el polonio, ambos descubiertos por los esposos Curie, poseen
las mismas propiedades del uranio. Sometió la emisión originada por el radio a la acción
de un campo electromagnético y observó los resultados en placas fotográficas.
Al estudiar la radiación emitida por el radio se comprobó que era compleja, pues al
aplicarle un campo magnético parte de ella se desviaba de su trayectoria y otra parte
no.
Se comprobó que dicha radiación consta de 3 partes:

 Radiación : Identificada con núcleos de helio, constituidos por dos protones y dos
neutrones. Por tanto, poseen dos cargas positivas y son desviadas por campos
eléctricos y magnéticos. Es poco penetrante aunque muy ionizante.
 Radiación  : Son electrones resultantes de la desintegración de los neutrones del
núcleo

neutrón → protón + electrón + neutrino


Debido a su carga es desviada por campos eléctricos y magnéticos. Es más
penetrante, aunque su poder de ionización no es tan elevado como el de la radiación
.
 Radiación : No es corpuscular como las 2 anteriores, sino de naturaleza
electromagnética. Al no tener carga, los campos eléctricos y magnéticos no la
afectan. Es la más penetrante, y muy peligrosa.

Las leyes de desintegración radiactiva, descritas por Soddy y Fajans, son:


 Cuando un átomo radiactivo emite una partícula , la masa del átomo resultante
disminuye en 4 unidades y el número atómico en 2.
 Cuando un átomo radiactivo emite una partícula , la masa del átomo resultante no
varía y su número atómico aumenta en una unidad.

 Cuando un núcleo excitado emite una radiación  no varía ni su masa ni su número


atómico, solo pierde una cantidad de energía h.
Las dos primeras leyes nos indican que cuando un átomo emite una radiación  o  se
transforma en otro átomo de un elemento diferente. Este nuevo elemento puede ser
radiactivo, transformándose en otro, y así sucesivamente, dando lugar a las llamadas
series radiactivas.

Radiactividad artificial.

Se produce la radiactividad inducida cuando se bombardean ciertos núcleos estables con


partículas apropiadas.

Si la energía de estas partículas tiene un valor adecuado penetran dentro del núcleo
bombardeado y forman un nuevo núcleo que, en caso de ser inestable, se desintegra
después radiactivamente.

Fue descubierta por los esposos Curie, bombardeando núcleos de boro y aluminio con
partículas . Observaron que las sustancias bombardeadas emitían radiaciones después
de retirar el cuerpo radiactivo emisor de las partículas  de bombardeo.

El estudio de la radiactividad permitió un mayor conocimiento de la estructura del núcleo


atómico y de las partículas subatómicas. Se abre la posibilidad de convertir unos
elementos en otros. Incluso el sueño de los alquimistas de transformar otros elementos
en oro se hace realidad, aunque no resulte rentable.

Experimento de Rutherford.
En 1911, Rutherford llevó a la
práctica un experimento que daría a
los físico-químicos algunas ideas
sobre la estructura del átomo. Su
experimento fue el siguiente:
cuando una partícula alfa choca con
una superficie metálica recubierta
con sulfuro de cinc, se produce un
destello muy vivo. Luego, si se
apunta una muestra de radio
encerrada en un bloque de plomo
hacia un trozo de metal revestido de
sulfuro de cinc, se ve en el centro
un punto que brilla
fuertemente.Ahora, el experimento
consistió en intercalar una
delgadísima lámina de oro entre la
fuente emisora de partículas alfa y
la “pantalla de ZnS”, esto era para estudiar las direcciones en que aquéllas eran
reflejadas por los átomos de oro. Si los átomos bombardeados con partículas alfa fueran
“macizos” en todo su volumen, es obvio que cada partícula alfa que incidiera sobre un
área de la sección transversal de varios Aº cuadrados, rebotaría y cambiaría de dirección
ligeramente; ninguna atravesaría sin sufrir desviación, ni aunque se tratara de una
película del espesor de un átomo. Sin embargo, la inmensa mayoría de las partículas
alfa atravesaban la lámina sin sufrir desviación.

Los resultados obtenidos por Rutherford se interpretan de la siguiente manera: en el


átomo habría una zona central que concentra la masa y la carga positiva. Como la razón
entre los diámetros del núcleo y del átomo es alrededor de 0,0001, es lógico pensar que
la mayor parte del átomo es “espacio vacío”.

Número atómico y número másico.

Los diferentes elementos, de acuerdo a las experiencias anteriores, constan de las


mismas clases de partículas y están distribuidas en la misma forma: los protones en el
núcleo y los electrones alrededor de él. Lo que permite diferenciar los átomos de un
elemento de los átomos de otros elementos es el número atómico.
Número atómico (“Z”) de un elemento es el número total de protones contenidos en
el núcleo de un átomo de ese elemento. Según el modelo de Rutherford la masa del
átomo está concentrada en el núcleo, por lo tanto, el número de protones debería dar la
masa del átomo, sin embargo esto no es así. El número atómico siempre es menor a la
masa atómica, por lo tanto deberían existir otras partículas en el núcleo, esto lo
comprobó Chadwick al hacer incidir rayos alfa sobre ciertos elementos livianos, tales
como berilio y boro. A estas partículas se les llamó “neutrones” (N).

Número másico (“A”): es la suma de protones y neutrones contenidos en el núcleo de


un átomo.
A=Z + N

Para un elemento, la representación de A y Z es la siguiente:


A
ZX

Isótopos.

Todos los elementos pueden tener átomos de diferentes masas atómicas, pero de igual
número atómico. Cada uno de estos átomos se denomina “isótopo”.
Se observó que algunos, o mejor, la mayoría de los elementos conocidos tenían un peso
atómico expresado en números fraccionarios. ¿Por qué si las relaciones matemáticas
siempre venían determinadas por números enteros y sencillos, se daba el caso de que
el hidrógeno, cuyo peso atómico debería ser 1, era, en realidad, 1,008?

Los isótopos se representan mediante el símbolo químico del elemento correspondiente


con un subíndice que es el número atómico y con el número másico como superíndice.
207
Así, 82 Pb indica el isótopo del plomo, número atómico 82, cuya masa es de 207
unidades.

El peso atómico de un elemento determinado experimentalmente es el que resulta de la


“media” de las masas atómicas de los isótopos naturales de la mezcla y su abundancia
relativa.

Por ejemplo, el cloro es una mezcla de 75% de cloro con A = 35 y de 25% de cloro con
A = 37.
35x75%  37x 25%
PA   35,5
100%

Dos átomos con el mismo número másico, pero que pertenezcan a elementos distintos,
se llaman “isóbaros”.

Espectros.
Cuando se hace pasar la radiación emitida por un cuerpo caliente a través de un prisma
óptico, se descompone en distintas radiaciones electromagnéticas dependiendo de su
distinta longitud de onda (los distintos colores de la luz visible, radiaciones infrarrojas y
ultravioleta) dando lugar a un espectro óptico. Todas las radiaciones obtenidas
impresionan las películas fotográficas y así pueden ser registradas.

Cada cuerpo caliente da origen a un espectro


diferente ya que esta depende de la propia
naturaleza del foco.

Los espectros pueden ser de emisión y


absorción. A su vez ambos se clasifican en
continuos y discontinuos:

 ESPECTROS DE EMISIÓN: Son aquellos que se obtienen al descomponer las


radiaciones emitidas por un cuerpo previamente excitado.
- Los espectros de emisión continuos se obtienen al pasar las radiaciones de
cualquier sólido incandescente por un prisma. Todos los sólidos a la misma
temperatura producen espectros de emisión iguales.

Espectro continuo de la luz blanca

- Los espectros de emisión discontinuos se obtienen al pasar la luz de vapor o


gas excitado. Las radiaciones emitidas son características de los átomos excitados.

Espectro de emisión de vapores de Li


 ESPECTROS DE ABSORCIÓN: Son los espectros resultantes de intercalar una
determinada sustancia entre una fuente de luz y un prisma.
- Los espectros de absorción continuos se obtienen al intercalar el sólido entre
el foco de radiación y el prisma. Así, por ejemplo, si intercalamos un vidrio de color
azul quedan absorbidas todas las radiaciones menos el azul.
- Los espectros de absorción discontinuos se producen al intercalar vapor o gas
entre la fuente de radiación y el prisma. Se observan bandas o rayas situadas a la
misma longitud de onda que los espectros de emisión de esos vapores o gases.

Espectro de absorción de vapores de Li

Se cumple así la llamada ley de Kirchhoff, que dice:

Todo cuerpo absorbe las mismas radiaciones que es capaz de emitir.

Podemos analizar la radiación que absorbe un elemento (espectro de absorción) o la


radiación que emite (espectro de emisión). Cada elemento tiene un espectro
característico; por tanto, un modelo atómico debería ser capaz de justificar el espectro
de cada elemento.

Fórmula de Rydberg.

Permite calcular la longitud de onda de cualquiera de las líneas que forman el espectro
del hidrógeno:

1/ = R (1/n12 - 1/n22)

: longitud de onda de cada línea del espectro (1/: número de ondas)


n1, n2: números enteros positivos (n1< n2)

R: constante de Rydberg = 109677, 7 cm-1


Esta misma fórmula puede utilizarse para calcular la frecuencia de cada línea espectral;
en ese caso, 1/ se reemplaza por la frecuencia , y la constante R vale 3,29 · 10 15 s-1
(s:segundos).
En función del valor de n 1, podemos distinguir diferentes series en el espectro del
hidrógeno:

n1 = 1: serie de Lyman

n1 = 2: serie de Balmer
n1 = 3: serie de Parchen

n1 = 4: serie de Brackett

n1 = 5: serie de Pfund
n1 = 6: serie de Humphreys
La serie de Lyman corresponde a radiación ultravioleta; la serie de Balmer, a radiación
visible; y el resto, a radiación infrarroja.

TEORÍA DE PLANCK
En 1900 emitió una hipótesis que interpretaba los resultados experimentales
satisfactoriamente como los cuerpos captaban o emitían energía.
Según Planck, la energía emitida o captada por un cuerpo en forma de radiación
electromagnética es siempre un múltiplo de la constante ħ, llamada posteriormente
constante de Planck por la frecuencia de la radiación.

ε =n ħ 
ħ = 6,62 10-34 J·s, constante de Planck

 = frecuencia de la radiación
A ħ le llamó cuanto de energía. Que un cuanto sea más energético que otro dependerá
de su frecuencia.

Modelo atómico de Bohr

En el año 1913, Niels Bohr propuso un modelo atómico basado en la teoría cuántica de
Planck, que explicó la discontinuidad del espectro de emisión del hidrógeno atómico. El
modelo propuesto para el átomo de hidrógeno consistió en un núcleo de carga positiva
y un electrón girando alrededor de él en una órbita circular.
El modelo atómico de Bohr se fundamenta en cuatro postulados
básicos:

1. Los electrones en los átomos están localizados en órbitas o niveles


de energía, alrededor del núcleo.

2. Los electrones en las órbitas más cercanas al núcleo tienen menor


energía que los ubicados más lejos del núcleo.
3. Cualquier electrón en un átomo puede tener sólo ciertos valores de
energía permitidos. Esta energía determina qué órbita ocupa el electrón.

4. Los electrones pueden moverse de una órbita a otra. Para esto un electrón debe ganar
o perder una cantidad de energía (un cuanto de energía), cuyo valor está relacionado
con la frecuencia absorbida o emitida, según:

E = ħ  

donde E es la diferencia de energía entre los niveles considerados.

Para explicar su teoría, Bohr trabajó con el espectro del hidrógeno. El solitario electrón
del átomo de hidrógeno puede ocupar cualquiera de las órbitas o niveles de energía,
partiendo del nivel más bajo, llamado estado fundamental, que es el más cercano al
núcleo. Los números o letras asignados a los distintos niveles se llaman “números
cuánticos principales”. Para que un electrón se mueva de un nivel de menor energía a
un nivel de mayor energía, debe absorber cantidades exactas de energía.
Principios de la mecánica cuántica
Los conceptos básicos de la teoría atómica moderna se originaron en los trabajos de
Rutherford, Planck, Einstein y Bohr. Sus investigaciones sobre la materia y la energía
han suministrado los materiales de construcción para nuevos conceptos.

Un concepto fundamental de la mecánica cuántica es que la materia tiene propiedades


ondulatorias. Este carácter de la materia significa que una partícula como el electrón de
un átomo se puede describir mediante una función de onda, ψ, que es una función
matemática de las coordenadas de posición x, y, z, y del tiempo t. La función de onda
describe la distribución de los electrones en los átomos, y por ello ocupa un lugar central
en cualquier interpretación de las propiedades de los átomos y de los compuestos que
forman.

Para ello se utilizó la sugerencia introducida por el físico francés Louis de Broglie (1924),
quién expresó que una partícula lleva asociada una onda, lo cual dio origen a la función
de onda. Una consecuencia del carácter ondulatorio de la materia resulta ser "la
imposibilidad de especificar, simultáneamente y con exactitud, la posición y el momento
lineal de una partícula". Esta conclusión fue propuesta por Werner Heisenberg y se
conoce como principio de incertidumbre.

Ecuación de onda de Schrödinger.


En 1926, el físico austríaco Erwin Schrödinger comenzó un importante capítulo en la
física llamada Mecánica Cuántica. Schrödinger propuso una ecuación matemática
llamada “ecuación de onda”, referida al sistema formado por un núcleo y un electrón en
movimiento. Al resolverla obtuvo un conjunto de funciones matemáticas llamadas
“funciones de onda orbital”,  , que describen el movimiento y el estado energético del
electrón.

La función de onda   (x, y, z) toma un único valor para cada punto del espacio,
caracterizado por el valor de las coordenadas x,y,z, tomando como origen de
coordenadas el núcleo.

El valor de  tiene un sentido determinado: caracteriza la


2

probabilidad de encontrar un electrón en una cierta región


del espacio. Esta probabilidad es alta cerca del núcleo y
disminuye al aumentar la distancia al núcleo. Para tener una
imagen física del movimiento electrónico suele
representarse una región del espacio cuya superficie externa
presenta un valor de probabilidad constante. En el volumen
determinado por esta superficie, la probabilidad de
encontrar al electrón en movimiento es del 90 al 99%.
La región ocupada por la “nube de carga” que rodea al núcleo
se denomina orbital, denominación que asociaremos a esta imagen física.

Tenemos entonces una imagen distinta del electrón, en vez de pensar en una pequeña
partícula en movimiento claramente delimitado (átomo de Bohr) podemos pensar en una
pequeña partícula de la cual sólo conocemos la probabilidad de encontrarla en cada
región del espacio, o bien en una nube de carga negativa.
La mecánica ondulatoria dice que ni la imagen de partícula ni el concepto de onda
representan exactamente al electrón; se trata sólo de simplificaciones para poder llegar
a una imagen que podamos comprender.
Números cuánticos:

Al resolver la ecuación de Shrödinger surgen valores numéricos conocidos como números


cuánticos, a los cuales puede atribuírseles un determinado significado físico. Estos se
detallan a continuación.

a. Número cuántico principal: n. Está relacionado con la distancia radial media entre
el electrón y el núcleo. Como la distancia y la energía están vinculada, el valor de
éste número cuántico está relacionado con la energía asociada al electrón y con el
volumen o tamaño del orbital.

Puede tomar valores enteros positivos 1, 2, 3,..., que representan el primer,


segundo, tercer, ..., niveles de energía de los electrones en un átomo. Para el átomo
de hidrógeno, según el modelo de Bohr, estos niveles de energía correspondían a las
capas K, L, M, N, O, etc.

b. Número cuántico azimutal o secundario: ℓ. Está relacionado con la forma del


orbital. Cada nivel 1, 2, 3, etc., está formado por uno o más subniveles y cada uno
de estos subniveles está caracterizado por un valor del número cuántico azimutal.

Este número cuántico, que indica el subnivel donde se mueve el electrón, toma
valores que dependen del número cuántico principal, desde 0 a (n-1).

Ejemplos:

el primer nivel n tiene un sólo subnivel : 0;

el segundo nivel n tiene dos subniveles : 0 y 1;


el tercer nivel n tiene tres subniveles : 0, 1 y 2;

el cuarto nivel n tiene cuatro subniveles : 0, 1, 2 y 3

Es común representar los subniveles por letras en lugar de números:

Número cuántico azimutal 0 1 2 3


Letra que designa el subnivel s p d f
Orbital s
Orbitales p Orbitales d

Las letras que designan los subniveles de energía provienen de las palabras utilizadas
originalmente en idioma inglés para escribir líneas y series en los espectros: s = sharp,
p = principal, d = diffuse, f = fundamental.

denominación
Nivel valores de ℓ
del subnivel

n=1 0 s
0 s
n=2
1 p
0 s

n=3 1 p
2 d

0 s

n=4 1 p

2 d

3 f

Como puede verse, cada nivel tiene un subnivel s. Para diferenciarlos entre sí, se los
designa anteponiendo el número de nivel a que pertenece: 1s, 2s, 3s, etc.
c. Número cuántico magnético: ml. Está relacionado con la orientación espacial del
orbital. Puede tomar los siguientes valores:

- ℓ, 0, + ℓ
Para ℓ= 0, mℓ sólo puede tomar el valor cero, es decir que existe una sola forma en que
el orbital s puede orientarse en el espacio (simetría esférica). Por lo tanto, para ℓ=0, mℓ
= 0.
Para ℓ = 1, ml toma los siguientes valores: -1, 0 y +1. El orbital p puede orientarse
de tres formas distintas en el espacio, según los ejes cartesianos: p x, py, pz formando
ángulos de 90º entre sí. Estas diferentes orientaciones espaciales de los orbitales están
asociadas a un mismo valor de energía. Se los denomina orbitales degenerados.
Para ℓ = 2, el número cuántico magnético puede tomar cinco valores (mℓ = -2, -1, 0,
+1, +2), por lo tanto habrá cinco orientaciones espaciales diferentes para los orbitales
d.

Además de los tres números cuánticos que provienen de la solución de la ecuación


de onda, para explicar completamente las características de los espectros de las líneas
fue necesario incorporar otro número cuántico, llamado espín, que proviene del hecho
de que el electrón se comporta como si estuviese girando sobre si mismo.

d. Número cuántico de espín: ms. Está relacionado con el sentido de giro del electrón
sobre sí mismo. Puede tomar solamente dos valores: +½ y -
½ , que indican un sentido de giro igual o contrario al de las
agujas de un reloj.

Se admite que cada orbital puede contener a lo sumo dos


electrones con espín opuesto. Si representamos al orbital por
medio de una pequeña casilla, ésta podrá estar ocupada por un
único electrón, o bien por dos de ellos, a condición de que su
espín sea opuesto.

Resumiendo:

El nivel está caracterizado por n.


El subnivel está caracterizado por n, ℓ.

El orbital está caracterizado por n, ℓ, mℓ.

El electrón está caracterizado por n, ℓ, mℓ , ms.


Configuración electrónica de los átomos

Es la descripción de la ubicación de los electrones en los distintos orbitales de un átomo


dado. Existen principios que determinan el orden de llenado de los distintos orbitales.
Principio de Aufbau, la energía para cada orbital está dada por la expresión: E = n +

Ejemplo: 1s 2s 2p 3s 3p 3d 4s 4p 4d

1+0 2+0 2+1 3+0 3+1 3+2 4+0 4+1 4+2

Cuando la suma de n + ℓ sea igual, los electrones se ubicarán en aquel orbital con menor
energía o cuyo valor de n sea menor.

Para saber el orden de energía de los orbitales se usa el diagrama de Mouller.

El orden de energía creciente para los diferentes orbitales es:

1s 2s 2p 3s 3p 4s 3d 4p 5s 4d 5p 6s 4f 5d 6p 7s 5f 6d ...
Principio de Exclusión de Pauli, postula que: “En ningún átomo
pueden existir dos electrones con el mismo conjunto de los cuatro
números cuánticos”.
Según este principio, si dos electrones han de ocupar el nivel n =
1, pueden hacerlo si sus espines son opuestos, es decir, para el
electrón uno el número cuántico de espín es +½ y para el electrón
dos debe ser -½. Luego, el electrón uno tiene los siguientes
números cuánticos: n = 1, ℓ = 0, mℓ = 0 y ms = +½, y el electrón
dos tiene: n = 1, ℓ = 0, mℓ= 0 y ms = -½.

Principio de máxima multiplicidad de Hund, que postula: “En el estado fundamental,


los electrones ocuparán los orbitales de un determinado valor de ℓ, de forma que exista
el mayor número de electrones desapareados”.

Ejemplos:

1H = 1s1 El único electrón ocupa el orbital 1s.

2He = 1s2 El segundo electrón ocupa el mismo orbital, con espín opuesto.

3Li = 1s22s1 Como el primer orbital está completo, el tercer electrón se instala
en el orbital 2s.

4Be = 1s22s2 El cuarto electrón completa el orbital 2s, con espín opuesto.

5B = 1s22s22p1 El quinto electrón se instala en un orbital 2p.

6C = 1s22s22p12p1

7N = 1s22s22p12p12p1

8O = 1s22s22p22p12p1

9F = 1s22s22p22p22p1

10Ne = 1s22s22p22p22p2 = 1s22s22p6

22Ti = 1s22s22p63s23p64s23d13d1
Para algunos átomos su configuración electrónica no concuerda con la que se obtiene al
hacer uso de las reglas anteriores. Por ejemplo, si analizamos el cobre y el cromo,
tenemos:

Conf. electrónica teórica Conf. electrónica real

24Cr = 1s22s22p63s23p64s23d13d13d13d13d0 1s22s22p63s23p64s13d13d13d13d13d1

29Cu = 1s22s22p63s23p64s23d23d23d23d23d1 1s22s22p63s23p64s13d23d23d23d23d2


La razón de esta desviación es la tendencia que presentan los átomos o los iones a tener
orbitales p, d o f completos o semicompletos. Estos subniveles completos o
semicompletos le confieren estabilidad especial al átomo.
De forma similar se pueden justificar las configuraciones electrónicas de la plata y del
oro.

Sistema Periódico.
De acuerdo a lo anterior, según la configuración electrónica, la disposición de los
elementos guarda entre sí un orden determinado en el sistema periódico.
La tabla periódica actual no es la primera que se construyó. Se habían intentado ordenar
los distintos elementos siguiendo diferentes criterios, pero hasta Mendeleev no se
consiguió una disposición coherente (1869). Él agrupó los elementos conocidos
siguiendo un orden creciente de sus pesos atómicos, de forma que los elementos con
propiedades similares quedasen en la misma columna. Así, obtuvo una tabla periódica
con siete columnas; colocó, además, los elementos de transición en subgrupos dentro
de los anteriores y en un grupo aparte.
En este sentido hay que reconocer que, con los datos que se tenían entonces sobre los
elementos, la elaboración de esta tabla periódica fue una absoluta genialidad; se la
conoce como sistema periódico corto. Mendeleev fue capaz de predecir la existencia de
los elementos que aún no se conocían y sus propiedades, con una gran aproximación,
dejando en su sistema periódico los espacios correspondientes.

El sistema periódico actual, sistema periódico largo, es un esquema de todos los


elementos químicos dispuestos por orden de número atómico creciente y en una forma
que refleja la estructura de los elementos. Los elementos están ordenados en siete
hileras horizontales, llamadas períodos, y en 18 columnas verticales, llamadas grupos.
El primer período, que contiene dos elementos, el hidrógeno y el helio, y los dos períodos
siguientes, cada uno con ocho elementos, se llaman períodos cortos. Los períodos
restantes, llamados períodos largos, contienen 18 elementos en el caso de los períodos
4 y 5, o 32 elementos en el del período 6. El período largo 7 incluye el grupo de los
actínidos, que ha sido completado sintetizando núcleos radiactivos más allá del elemento
92, el uranio.
Los grupos o columnas verticales de la tabla periódica fueron clasificados
tradicionalmente de izquierda a derecha utilizando números romanos seguidos de las
letras "A" o "B", en donde la “A” se refiere a los elementos representativos y la "B"
elementos de transición. En la actualidad hay otro sistema de clasificación, que ha sido
adoptado por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada. Este nuevo sistema
enumera los grupos consecutivamente del 1 al 18 a través de la tabla periódica.

 Los elementos del grupo I A pertenecen a la familia de los metales alcalinos, debido
a sus propiedades básicas.

 Los elementos del grupo II A pertenecen a la familia de los metales alcalinos-térreos.


 Los del grupo III A pertenecen a la familia del boro.

 Los del grupo IV A pertenecen a la familia del carbono.


 Los del grupo V A pertenecen a la familia del nitrógeno.

 Los del grupo VI A pertenecen a la familia del oxígeno.

 Los del grupo VII A son los halógenos (formadores de sales).


 Los del grupo VIII A o 0 son los gases nobles o inertes.

Según hemos visto al realizar las configuraciones electrónica, todos los grupos guardan
entre sí una relación:
 Los gases nobles (grupo 0) tienen una configuración del tipo ns 2np6, menos el helio,
que tiene solo dos electrones, y en todos los niveles energéticos correspondientes están
completos en cuanto a número de electrones, lo que les confiere una gran estabilidad.
 Todos los elementos del grupo I A, II A, III A, IV A, V A, VI A y VII A se caracterizan
por no tener completos sus niveles energéticos superiores y en todos ellos el electrón
del último nivel ocupa un orbital s o p. En estos elementos, las propiedades que se
presentan varían de una forma muy regular con su número atómico.

 Los elementos de los grupos I B, II B, III B, IV B, V B, VI B, VII B, VIII B se denominan


elementos de transición; todos ellos son metales y, como su propio nombre indica, son
los elementos de transición entre los alcalinos de la izquierda y los formadores de ácidos
de la derecha. En cuanto a su configuración electrónica, son los elementos en los que se
van completando los orbitales d.
 Por último, existen otros grupos de elementos, los de transición interna, en los que
se van llenando los orbitales f y se les conoce como elementos lantánidos o actínidos.

A partir del número atómico 92 (uranio) los elementos se obtienen únicamente en el


laboratorio a través de reacciones nucleares, y todos ellos son radiactivos. Además su
vida media es corta.
Propiedades Periódicas:

Como hemos visto, los elementos del sistema periódico están ordenados según su
configuración electrónica; esto confiere a los elementos dentro de cada grupo y a lo
largo de los periodos el que sus propiedades varíen también en forma periódica. Estas
propiedades se dividen según tamaño o energía. Son propiedades periódicas de tamaño
el radio atómico, volumen atómico molar y de energía el potencial de ionización, la
electroafinidad y la electronegatividad.

Radio atómico.
Corresponde a la distancia entre el núcleo y el electrón más externo. Se pueden obtener
a partir de datos experimentales de las distancias interatómicas de sustancias homo y
heteronucleares (moléculas osimples y moléculas compuestas). Por ejemplo, el radio
atómico para
o el Br es 1,15 A , porque la distancia internuclear en la molécula de Br2 es
de 2,30 A .

En la tabla periódica, al aumentar el número atómico dentro de un grupo se produce un


aumento del radio atómico, debido a que aumenta el número cuántico principal “n”; en
los períodos disminuye hasta llegar a los halógenos, esto se debe a que el número
cuántico principal permanece constante y el número de electrones aumenta.

Volumen atómico molar.

Es el espacio que ocupa un mol de átomos, es decir, el volumen (cm 3) que ocupan 6,02
x 1023 átomos. El volumen atómico (de un átomo) depende del valor del número
cuántico principal del electrón más externo. En un grupo aumenta hacia abajo y en un
período disminuye hacia la derecha.
Potencial de ionización.

Es la energía mínima que hay que suministrar a un átomo neutro, en su estado gaseoso
y fundamental, para arrancarle un electrón. Podemos expresarlo así:

X(g) + Energía(PI )  X(g)


+
+ e-
El potencial de ionización (PI) más elevado corresponde a los gases nobles, ya que su
configuración electrónica es la más estable y, por tanto, habrá que proporcionar más
energía para arrancarle un electrón.

Los elementos del grupo VII A tienen una energía de ionización muy elevada aunque
inferior a los del grupo anterior, tendiendo a ganar un electrón para dar iones negativos
o aniones.

La energía de ionización más pequeña corresponde a los elementos del grupo I, por lo
que tenderán a perder con facilidad los electrones, dando iones positivos o cationes.

La energía de ionización, en un grupo, disminuye de arriba hacia abajo, y en un período


aumenta de izquierda a derecha

Electroafinidad.

Podemos definirla como la energía que desprende un átomo neutro, en su estado


gaseoso y fundamental, al captar un electrón, formándose un ion gaseoso con carga
negativa:

X(g) + e -  X(g)
-
+ Energía (EA)
Esta propiedad es contraria a la energía de ionización.

Los átomos de los elementos que tienen una energía de ionización baja tienen tendencia
a ceder electrones y no a captarlos, por lo que presentan una afinidad electrónica baja.

Los átomos de los elementos que tienen un potencial de ionización elevado tienen
tendencia a captar electrones y no a cederlos, por lo que su afinidad electrónica es
también elevada.

Por lo tanto, la afinidad electrónica (EA) varía igual que el potencial de ionización a lo
largo del sistema periódico.
Electronegatividad.

Es una medida de la capacidad de un átomo para atraer hacía sí los electrones


compartidos de un enlace covalente.
La mayor electronegatividad (EN) la posee el flúor, lo que quiere decir que cuando está
unido a otro elemento tiene una gran tendencia a atraer hacia si la densidad
electrónica. El oxígeno es el segundo elemento más electronegativo.

La electronegatividad aumenta a lo largo de un periodo de izquierda a derecha y dentro


de cada grupo de abajo hacia arriba.

La electronegatividad es una propiedad periódica estrechamente ligada a los dos


anteriores. De hecho, se suele medir como la media aritmética de ambas:

PI  EA
EN 
2
ESTRUCTURA MOLECULAR

El enlace químico.
A la fuerza, no importando su naturaleza, que mantiene unidos a los átomos en una
molécula o cristal iónico, se le denomina enlace químico.
En los enlaces químicos participan los electrones más externos de los átomos, llamados
por esta razón electrones de valencia. Así, los enlaces se forman por transferencia total
o parcial de estos electrones entre los átomos.

Representaciones de Lewis
En ella los átomos se representan por su símbolo y se identifican con puntos los
electrones de valencia o electrones del Grupo al que pertenecen en el Sistema Periódico.
Por ejemplo, los elementos del Grupo IA que poseen un electrón de valencia se
representarán con un punto; los del Grupo IIA con dos puntos, porque poseen dos
electrones de valencia y así sucesivamente.

11Na = [10Ne] 3s1 Na  4Be = 1s22s2  Be 


Regla del octeto.

La regla del octeto fue enunciada por Lewis, basándose en que las estructuras más
estables son las de los gases nobles, con 8 electrones en su capa más externa, a
excepción del átomo de helio. Por lo tanto, ganando, cediendo o compartiendo electrones
los átomos tienden a lograrla. A pesar de sus muchas excepciones, esta regla nos da
una pauta para postular estructuras moleculares.
Tipos de enlace.

Los enlaces se pueden agrupar en dos grandes conjuntos:

 Enlaces entre átomos


 Enlaces o uniones intermoleculares

Enlaces entre átomos:


Son aquellos que mantienen unidos a los átomos para dar lugar a moléculas u otras
estructuras de nivel superior a los propios átomos. Estos se subdividen en:

 Enlace iónico

 Enlace covalente
 Enlace metálico

Enlaces o uniones intermoleculares:


Son uniones débiles que se producen entre moléculas para formar redes complejas. Se
subdividen en:

 Fuerza de Van der Waals

 Puentes de hidrógeno
Enlace iónico.
Este enlace es característico cuando se une un elemento metálico electropositivo con
uno no metálico, electronegativo. El metal cede uno o más electrones al otro, el primero
queda con carga eléctrica positiva (catión) y el segundo con carga eléctrica negativa
(anión), los iones así formados se atraen mutuamente y se unen debido a las fuerzas
electroestáticas.

Generalmente, un elemento alcalino o del Grupo I A (Li, Na, K, Rb, Cs, Fr) y un
elemento halógeno o del Grupo VII A (F, Cl, Br, I), formarán cristales iónicos.
Cuando la diferencia de EN es igual o superior a 1,7, el enlace es iónico.

Ejemplo: NaCl ENNa = 1,0 y ENCl = 3,0

Entonces: EN = 3,0 – 1,0 = 2,0

Enlace covalente.

La Teoría del Enlace Covalente, afirma que los electrones formadores del enlace se
comparten en parejas y es la atracción de los núcleos sobre estos pares de electrones,
lo que le da mayor estabilidad a la molécula sobre sus átomos aislados. Un ejemplo, es
la molécula de hidrógeno (H2)

H•+H• → H–H
El símbolo " – " se usa para representar un par de electrones compartidos y se denomina
enlace simple. También existen moléculas con dos pares de electrones compartidos y se
habla de enlace doble:
O=O (O2)

Y hay moléculas con tres pares de electrones compartidos y se habla de enlace triple:

NN (N2)
Si la diferencia de EN es inferior a 1,7 el enlace es covalente.

Enlace Covalente Coordinado o Dativo.

En este enlace también se combinan los orbitales de las capas de valencia de ambos
átomos para formar uno solo que contiene a los 2 electrones; la diferencia con el anterior
es que sólo uno de los átomos aporta los 2 electrones y queda con carga positiva.
El enlace covalente coordinado se representa con una flecha que sale del átomo que
cedió el par de electrones:

H
H N H
H
Polaridad del enlace covalente.

Los átomos similares que comparten electrones poseen una distribución de cargas
simétricas permitiendo definir propiedades isotrópicas en las moléculas es decir no tiene
regiones preferenciales de electronegatividad como es el caso de los compuestos de
cloro y los de hidrógeno gaseoso. H : H , este tipo de en lace se denomina no polar o
apolar en función de la diferencia de electronegatividades EN = 0.

Los enlaces donde el par de electrones no se comparten por igual dejando una región
cargada eléctricamente forman moléculas asimétricas, como es el caso del cloruro de
hidrógeno, estos modelos de densidad electrónica permiten definir la polaridad de las
moléculas y predicen la distribución de la nube de cargas electrónicas o dipolo

 
la mínima densidad esta en el hidrógeno y la máxima en el cloro y las distribuciones se
realizan resolviendo la ecuación de Schrödinger.

Si la EN es > 0 y < 1,7 el enlace es covalente polar.

Enlace metálico.
Cuando dos átomos metálicos (de baja electronegatividad) no tienen posibilidad de
chocar contra un átomo de no metal, suelen compartir sus nubes electrónicas y formar
redes cristalinas. Este enlace suele denominarse "metálico" y explica las propiedades de
los metales de conducir el calor y la electricidad, entre otras.

Fuerza de Van der Waals.


Las moléculas pueden atraerse entre sí mediante fuerzas relativamente débiles que se
conocen con el nombre genérico de fuerzas de Van der Waals. A continuación se citan
los tipos más importantes.

Fuerza dipolo – dipolo. Son atracciones entre los dipolos eléctricos de moléculas polares.
Fuerza dipolo – dipolo inducido. Se dan entre una molécula polar y otra no polar. La
molécula polar induce un dipolo en la no polar.
Fuerzas de dispersión o de London. Son atracciones que se dan entre cualquier tipo de
moléculas debido a los dipolos instantáneos que se forman producidos por las
fluctuaciones en la densidad electrónica que rodea a los átomos. Las fuerzas de London
dependen de la forma de la molécula. Para moléculas de forma semejante, crecen con
la masa molecular y con la polarizabilidad ya que estos factores facilitan la fluctuación
de los electrones.

Fuerza ion - dipolo. Un catión atrae la carga parcial negativa de un dipolo eléctrico o un
anión atrae la carga parcial positiva del dipolo. Esta fuerza es la responsable de la
hidratación de los iones en agua. La hidratación del catión persiste muchas veces en el
sólido, por ejemplo Na2CO3x10H2O. Un catión se hidrata más fuertemente cuanto menor
sea su tamaño y mayor su carga.

Puentes de hidrógeno.

Estos enlaces se forman entre átomos de hidrógeno y otros átomos más electronegativos
como oxígeno y nitrógeno. Los enlaces por puentes de hidrógeno son enlaces débiles.
Sin embargo, cuando se forman muchos enlaces de este tipo en y entre macromoléculas
la estabilidad general de la molécula aumenta notablemente.

Las moléculas de agua se unen con facilidad mediante puentes de hidrógeno. Como el
átomo de oxígeno es relativamente electronegativo respecto al átomo de hidrógeno, el
enlace covalente entre el oxígeno y el hidrógeno es tal que los electrones compartidos
en la capa externa giran más cerca del núcleo del oxígeno que del hidrógeno. Esto crea
una débil separación de carga eléctrica, quedando el oxígeno ligeramente negativo y el
hidrógeno ligeramente positivo; esto se indica por el signo δ, como δ+ y δ-, para indicar
la separación parcial de carga. El carácter δ+ del átomo de hidrógeno atrae al oxígeno
de una segunda molécula de agua creando un "puente" cargado positivamente entre los
dos átomos electronegativos de oxígeno de moléculas adyacentes de agua. Los enlaces
de hidrógeno más comunes entre macromoléculas implican interacciones O δ-...Hδ+---Oδ-
, Oδ----Hδ+ ...N , y Nδ-...Hδ+---Nδ- en proteínas y ácidos nucleicos. Veremos más adelante
que los enlaces por puentes de hidrógeno tienen un papel importante en las propiedades
biológicas de las macromoléculas, especialmente en el mantenimiento de las estructuras
terciarias y cuaternarias de proteínas y ácidos nucleicos.

Interacciones por puente de hidrógeno en las moléculas de H 2O, NH3 y HF.

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