ESTRUCTURA DE LA MATERIA
Existen distintos tipos de materiales que forman los cuerpos. Un anillo de plata y una
pulsera de plata son cuerpos diferentes formados por el mismo material. Un anillo de
oro y un anillo de plata son cuerpos iguales formados por distintos materiales. La
Química se ocupa principalmente de la composición, propiedades y transformaciones de
los materiales.
El químico no se preocupa por la forma de los cuerpos sino por su composición; le
interesa por ejemplo el metal que forma un cuchillo, independientemente de la forma o
el tamaño de éste. Las propiedades características del metal seguirán siendo las mismas
aunque el cuchillo se rompa en varios fragmentos o aunque con dicho metal se fabrique
un tenedor.
En el universo no sólo encontramos materia sino también energía. Esta última adopta
diferentes formas y sufre continuos cambios (por ejemplo, la energía cinética de un
cuerpo arrojado verticalmente hacia arriba se transforma gradualmente en energía
potencial y en energía calórica debido al rozamiento con el aire). La Química también se
ocupa de los cambios energéticos que se verifican cuando se producen transformaciones
en los materiales.
Los tres estados se diferencian por propiedades físicas muy concretas. Los gases llenan
completamente cualquier espacio en que se encuentren y son fácilmente compresibles
(disminuyen o aumentan su volumen fácilmente, frente a una compresión o una
descompresión). Los líquidos, a semejanza de los gases, adoptan la forma del recipiente
que los contiene.
Sin embargo, mientras que un gas no tiene superficie limite, un líquido tiene una
superficie que limita la extensión del espacio (volumen) que puede ocupar. Además, los
líquidos son prácticamente incompresibles. Los sólidos son incompresibles y poseen
volumen y forma definidos. Los sólidos son rígidos, los líquidos y los gases pueden fluir.
Los materiales pueden pasar de un estado a otro (cambios de estado) mediante procesos
físicos, es decir, transformaciones que no modifican su identidad. Estos cambios de
estado reciben diferentes nombres. Un esquema nos permitirá recordarlos con mayor
facilidad.
1
Los físicos han encontrado últimamente un cuarto estado, el plasma, pero la
discusión de este punto excede los límites del presente texto.
Sublimación progresiva
Fusión Vaporización
sólido líquido gaseoso
Solidificación Condensación
Sublimación regresiva
No existe un criterio único respecto de los nombres asignados a los diferentes cambios
de estado. Debido a ello, encontraremos que algunos autores denominan condensación
a los procesos por los cuales un material en estado gaseoso puede pasar a un estado
condensado (sólido o líquido).
Un material en estado gaseoso que puede estar en contacto con uno de sus estados
condensados recibe el nombre de vapor. Por ejemplo, a temperatura ambiente y presión
normal pueden coexistir agua en estado líquido y en estado gaseoso, por eso decimos
que en el aire hay vapor de agua. A temperatura ambiente y presión normal no pueden
el oxígeno líquido y gaseoso, por eso decimos que el aire contiene gas oxígeno.
Algunos autores utilizan el término vaporización para referirse a los procesos por los
cuales un material en estado condensado (líquido o sólido) pasa al estado gaseoso.
Respecto del termino sublimación, algunos autores lo utilizan tanto para el pasaje del
estado sólido al gaseoso como para el pasaje del estado gaseoso al sólido. Nosotros
adoptaremos los vocablos indicados en el esquema.
Respecto del cambio del estado gaseoso al estado líquido, denominamos licuación al
proceso por el cual un material en estado gaseoso pasa al estado líquido debido a un
aumento de la presión (generalmente acompañado por una disminución de la
temperatura). Denominamos condensación al proceso por el cual una sustancia en
estado gaseoso pasa al estado líquido debido exclusivamente a una disminución de la
temperatura.
Cabe aclarar también que el proceso de vaporización de un líquido puede verificarse a
través de la superficie libre (evaporación) o puede tener lugar en toda la masa del liquido
(ebullición).
Un sistema puede contener uno o más tipos de materia. Además, un sistema puede
estar formado por uno o varios componentes (o sustancias). Si en un sistema existe más
de un componente, decimos que dicho sistema es una mezcla.
Son ejemplos de sistemas formados por un componente: agua, trozos de cobre. Son
mezclas, por ejemplo: agua salada, suspensión de talco en agua.
La materia posee propiedades, entendiéndose como tales las cualidades que impresionan
nuestros sentidos (sabor, olor) o instrumentos de medición (masa, dureza), así como
también la forma en que reaccionan (combustibilidad, por ejemplo).
A las propiedades que no dependen de la cantidad sino del tipo de materia, las
denominamos propiedades intensivas. Ejemplo: dureza.
Si tenemos un sistema formado por agua a 4ºC y extraemos del sistema dos muestras,
una de 2 g y otra de 8 g. ¿Tendrán ambas muestras el mismo volumen? ¿Por qué?.
No, porque el volumen es directamente proporcional a la masa. El volumen es una
propiedad de la cantidad de materia considerada. ¿Tendrán ambas muestras la misma
densidad? ¿Por qué? Si, porque la densidad a una determinada temperatura es la
constante de proporcionalidad entre la masa y el volumen.
m = d x V o, lo que es lo mismo: d = m/V
En este último tipo de sistema encontramos distintas porciones en las cuales los valores
de las propiedades intensivas son constantes; se trata de las distintas fases del sistema
heterogéneo. Por ejemplo, un sistema formado por agua y hierro en polvo está formado
por 2 fases; en una botella con soda (abierta, sin tapa, y llena hasta el tope), se
diferencian 3 fases: la sólida del vidrio de la botella, la líquida de la soda y la gaseosa
de las burbujas del dióxido de carbono. Las fases tienen límites claros, que pueden
distinguirse a simple vista o mediante instrumentos ópticos adecuados (lupa,
microscopio). A estos limites o superficies de discontinuidad los llamamos interfases.
Esto parece restar precisión a la noción de homogeneidad; para evitarlo se fijó un criterio
general para decidir si un sistema es homogéneo o no.
Se definen como sistemas homogéneos a aquellos que aparecen como
tales aun observados con el ultramicroscopio (microscopio en el cual la luz
incide en forma lateral, es decir, perpendicular a la dirección en que se observa).
Sistemas como la leche, la sangre, son heterogéneos aunque a simple vista nos parezcan
homogéneos. Al observar leche con el microscopio se aprecian pequeñas partículas de
grasa dispersas en el medio acuoso.
En una mezcla homogénea, tal como el caso del agua azucarada, las
partículas de azúcar disueltas en el agua no son visibles ni aun con el ultramicroscopio.
En una mezcla heterogénea, tal como la suspensión de polvo de carbón en agua, las
partículas de carbón son visibles a simple vista o por medio del microscopio.
Entre estos dos casos tenemos por ejemplo, el de la mezcla de almidón
y agua. En ésta, las partículas de almidón no son visibles con el microscopio común
pero sí con el microscopio electrónico. Se trata de una dispersión coloidal. Los sistemas
coloidales tienen algunas propiedades semejantes a las de los sistemas heterogéneos y
otras a las de los sistemas homogéneos. Las propiedades especiales de las dispersiones
coloidales pueden ser atribuidas a la gran relación entre la superficie y el volumen de
las partículas dispersas cuyos diámetros oscilan, aproximadamente, entre 10-4 cm y 10-
7
cm.
Un sistema coloidal es un sistema heterogéneo cuya fase dispersa posee un alto grado
de subdivisión, por lo cual no puede ser observada en el microscopio común, pero si es
visible utilizando el microscopio electrónico. Las partículas dispersas se aprecian como
puntos luminosos debido a la luz que dispersan, dando origen al llamado "efecto
Tyndall".
Las partículas dispersas de un sistema coloidal atraviesan los filtros comunes pero no
dializan, es decir, no atraviesan membranas como el pergamino, celofán, etc. Tienen
gran poder adsorbente debido a su gran relación superficie/volumen. Son ejemplos de
sistemas coloidales la gelatina, las nubes, el protoplasma celular.
Un conocimiento amplio de la química de los sistemas coloidales permite enfrentar
muchos problemas en diferentes campos, como por ejemplo en el teñido de tejidos, en
la fabricación de jaleas comestibles, en el curtido de pieles, en la fabricación de
materiales plásticos.
SISTEMA HOMOGÉNEO SISTEMA HETEROGÉNEO
SUSTANCIA MEZCLA
Además, podemos mencionar algunas diferencias entre las propiedades de las mezclas
heterogéneas y las mezclas homogéneas.
En una mezcla heterogénea cada componente conserva su identidad y manifiesta sus
propiedades características. En una mezcla homogénea (solución química), las
propiedades de ésta pueden ser muy diferentes a las de sus componentes; por ejemplo,
ni el agua ni la sal común (en estado sólido) son conductores de la corriente eléctrica,
mientras que el agua salada sí lo es.
Podemos utilizar las diferencias en las propiedades de los sistemas materiales para lograr
la separación de sus componentes.
Así, las distintas fases que forman un sistema heterogéneo pueden separarse,
aprovechando sus diferentes propiedades, por métodos mecánicos (decantación,
filtración, tamización, etcétera).
Cada una de las fases separadas puede estar formada por uno o varios
componentes. En este segundo caso, la aplicación de métodos de fraccionamiento
(destilación, cristalización) permitirá separar cada uno de ellos.
Además, podemos decir que un compuesto es una sustancia que puede sintetizarse a
partir de otras; las sustancias simples, en cambio, no pueden sintetizarse a partir de
otras sustancias.
Son ejemplos de compuestos sustancias tales como el óxido de calcio (cal), el agua, el
propano, etc. Por su parte, el oro, el azufre, el calcio, el nitrógeno, el hierro son
sustancias simples.
Esta clasificación operacional de sustancias, basada en la posibilidad o no de
descomponerlas, será transformada en una definición conceptual al tratar el tema Teoría
atómico-molecular.
Algunas sustancias simples pueden originar otras sustancias simples, diferentes de ellas.
Decimos que son variedades alotrópicas o sustancias alótropas entre sí. Por ejemplo, el
oxigeno y el ozono.
Elementos
Decimos que las sustancias simples oxigeno y ozono están formadas por el elemento
oxígeno. El dióxido de silicio está formado por los elementos silicio y oxigeno. Por
descomposición total del dióxido de silicio se obtienen las sustancias simples
constituyentes, oxígeno y silicio. El agua está formada por los elementos hidrógeno y
oxígeno, su descomposición produce dichos elementos y, a partir de sus elementos
puede sintetizarse
El elemento carbono está presente en dos sustancias simples, el grafito y el diamante,
y en una enorme cantidad de compuestos, muchos de ellos biológicamente importantes,
como los glúcidos, las proteínas, etcétera.
Existen 109 elementos conocidos que se agrupan en la denominada Tabla Periódica. No
todos los elementos forman sustancias simples estables, algunos de ellos tienen
existencia muy corta, constituyendo los llamados elementos radiactivos.
La mayoría de los elementos son metales como el sodio, oro, mercurio, etc. Solamente
22 elementos son no metálicos, como por ejemplo, el nitrógeno, bromo, azufre, oxígeno,
carbono.
Símbolos
Empédocles, otro filósofo griego, no creía en tal teoría y postulaba la idea de que la
materia estaba constituida por 4 elementos que se combinaban entre sí. Según él, la
vida sólo era posible donde había humedad: una flor sin agua se muere; luego el primer
elemento era el agua. Pero el agua no es sólida, se escapa de las manos. Una montaña
no puede estar formada de agua y necesita, por tanto, otro elemento que le dé
consistencia, solidez. La tierra fue el segundo elemento de que habló Empédocles, pues,
a su juicio, daba consistencia al agua. Sin embargo, el barro que resultaba de esta
mezcla era muy blando. Creyó entonces que quien le daba dureza era un tercer
elemento, el aire, pues seca o evapora el agua que contienen las cosas. Por último,
Empédocles consideró el fuego como cuarto elemento.
Posteriormente transcurre un largo período en la historia de la Química, la Alquimia,
donde la preocupación primordial es tratar de convertir los metales conocidos en oro.
Los rayos catódicos son un haz de electrones que se propagan desde el cátodo al ánodo
en un tubo de descarga.
Los rayos X.
En el año 1895, W. Röentgen trabajando con un tubo de rayos catódicos, descubrió una
clase de rayos a los que llamó rayos X. Observó que éstos podían atravesar la materia,
producían fluorescencia en algunas sustancias, y ennegrecían la placas fotográficas.
Radioactividad.
Radiactividad natural.
En 1896 Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emitían radiaciones
espontáneamente, al observar que velaban las placas fotográficas envueltas en papel
negro.
Hizo ensayos con el mineral en caliente, en frío, pulverizado, disuelto en ácidos y la
intensidad de la misteriosa radiación era siempre la misma. Por tanto, esta nueva
propiedad de la materia, que recibió el nombre de radiactividad, no dependía de la forma
física o química en la que se encontraban los átomos del cuerpo radiactivo, sino que era
una propiedad que radicaba en el interior mismo del átomo.
Radiación : Identificada con núcleos de helio, constituidos por dos protones y dos
neutrones. Por tanto, poseen dos cargas positivas y son desviadas por campos
eléctricos y magnéticos. Es poco penetrante aunque muy ionizante.
Radiación : Son electrones resultantes de la desintegración de los neutrones del
núcleo
Radiactividad artificial.
Si la energía de estas partículas tiene un valor adecuado penetran dentro del núcleo
bombardeado y forman un nuevo núcleo que, en caso de ser inestable, se desintegra
después radiactivamente.
Fue descubierta por los esposos Curie, bombardeando núcleos de boro y aluminio con
partículas . Observaron que las sustancias bombardeadas emitían radiaciones después
de retirar el cuerpo radiactivo emisor de las partículas de bombardeo.
Experimento de Rutherford.
En 1911, Rutherford llevó a la
práctica un experimento que daría a
los físico-químicos algunas ideas
sobre la estructura del átomo. Su
experimento fue el siguiente:
cuando una partícula alfa choca con
una superficie metálica recubierta
con sulfuro de cinc, se produce un
destello muy vivo. Luego, si se
apunta una muestra de radio
encerrada en un bloque de plomo
hacia un trozo de metal revestido de
sulfuro de cinc, se ve en el centro
un punto que brilla
fuertemente.Ahora, el experimento
consistió en intercalar una
delgadísima lámina de oro entre la
fuente emisora de partículas alfa y
la “pantalla de ZnS”, esto era para estudiar las direcciones en que aquéllas eran
reflejadas por los átomos de oro. Si los átomos bombardeados con partículas alfa fueran
“macizos” en todo su volumen, es obvio que cada partícula alfa que incidiera sobre un
área de la sección transversal de varios Aº cuadrados, rebotaría y cambiaría de dirección
ligeramente; ninguna atravesaría sin sufrir desviación, ni aunque se tratara de una
película del espesor de un átomo. Sin embargo, la inmensa mayoría de las partículas
alfa atravesaban la lámina sin sufrir desviación.
Isótopos.
Todos los elementos pueden tener átomos de diferentes masas atómicas, pero de igual
número atómico. Cada uno de estos átomos se denomina “isótopo”.
Se observó que algunos, o mejor, la mayoría de los elementos conocidos tenían un peso
atómico expresado en números fraccionarios. ¿Por qué si las relaciones matemáticas
siempre venían determinadas por números enteros y sencillos, se daba el caso de que
el hidrógeno, cuyo peso atómico debería ser 1, era, en realidad, 1,008?
Por ejemplo, el cloro es una mezcla de 75% de cloro con A = 35 y de 25% de cloro con
A = 37.
35x75% 37x 25%
PA 35,5
100%
Dos átomos con el mismo número másico, pero que pertenezcan a elementos distintos,
se llaman “isóbaros”.
Espectros.
Cuando se hace pasar la radiación emitida por un cuerpo caliente a través de un prisma
óptico, se descompone en distintas radiaciones electromagnéticas dependiendo de su
distinta longitud de onda (los distintos colores de la luz visible, radiaciones infrarrojas y
ultravioleta) dando lugar a un espectro óptico. Todas las radiaciones obtenidas
impresionan las películas fotográficas y así pueden ser registradas.
Fórmula de Rydberg.
Permite calcular la longitud de onda de cualquiera de las líneas que forman el espectro
del hidrógeno:
n1 = 1: serie de Lyman
n1 = 2: serie de Balmer
n1 = 3: serie de Parchen
n1 = 4: serie de Brackett
n1 = 5: serie de Pfund
n1 = 6: serie de Humphreys
La serie de Lyman corresponde a radiación ultravioleta; la serie de Balmer, a radiación
visible; y el resto, a radiación infrarroja.
TEORÍA DE PLANCK
En 1900 emitió una hipótesis que interpretaba los resultados experimentales
satisfactoriamente como los cuerpos captaban o emitían energía.
Según Planck, la energía emitida o captada por un cuerpo en forma de radiación
electromagnética es siempre un múltiplo de la constante ħ, llamada posteriormente
constante de Planck por la frecuencia de la radiación.
ε =n ħ
ħ = 6,62 10-34 J·s, constante de Planck
= frecuencia de la radiación
A ħ le llamó cuanto de energía. Que un cuanto sea más energético que otro dependerá
de su frecuencia.
En el año 1913, Niels Bohr propuso un modelo atómico basado en la teoría cuántica de
Planck, que explicó la discontinuidad del espectro de emisión del hidrógeno atómico. El
modelo propuesto para el átomo de hidrógeno consistió en un núcleo de carga positiva
y un electrón girando alrededor de él en una órbita circular.
El modelo atómico de Bohr se fundamenta en cuatro postulados
básicos:
4. Los electrones pueden moverse de una órbita a otra. Para esto un electrón debe ganar
o perder una cantidad de energía (un cuanto de energía), cuyo valor está relacionado
con la frecuencia absorbida o emitida, según:
E = ħ
Para explicar su teoría, Bohr trabajó con el espectro del hidrógeno. El solitario electrón
del átomo de hidrógeno puede ocupar cualquiera de las órbitas o niveles de energía,
partiendo del nivel más bajo, llamado estado fundamental, que es el más cercano al
núcleo. Los números o letras asignados a los distintos niveles se llaman “números
cuánticos principales”. Para que un electrón se mueva de un nivel de menor energía a
un nivel de mayor energía, debe absorber cantidades exactas de energía.
Principios de la mecánica cuántica
Los conceptos básicos de la teoría atómica moderna se originaron en los trabajos de
Rutherford, Planck, Einstein y Bohr. Sus investigaciones sobre la materia y la energía
han suministrado los materiales de construcción para nuevos conceptos.
Para ello se utilizó la sugerencia introducida por el físico francés Louis de Broglie (1924),
quién expresó que una partícula lleva asociada una onda, lo cual dio origen a la función
de onda. Una consecuencia del carácter ondulatorio de la materia resulta ser "la
imposibilidad de especificar, simultáneamente y con exactitud, la posición y el momento
lineal de una partícula". Esta conclusión fue propuesta por Werner Heisenberg y se
conoce como principio de incertidumbre.
La función de onda (x, y, z) toma un único valor para cada punto del espacio,
caracterizado por el valor de las coordenadas x,y,z, tomando como origen de
coordenadas el núcleo.
Tenemos entonces una imagen distinta del electrón, en vez de pensar en una pequeña
partícula en movimiento claramente delimitado (átomo de Bohr) podemos pensar en una
pequeña partícula de la cual sólo conocemos la probabilidad de encontrarla en cada
región del espacio, o bien en una nube de carga negativa.
La mecánica ondulatoria dice que ni la imagen de partícula ni el concepto de onda
representan exactamente al electrón; se trata sólo de simplificaciones para poder llegar
a una imagen que podamos comprender.
Números cuánticos:
a. Número cuántico principal: n. Está relacionado con la distancia radial media entre
el electrón y el núcleo. Como la distancia y la energía están vinculada, el valor de
éste número cuántico está relacionado con la energía asociada al electrón y con el
volumen o tamaño del orbital.
Este número cuántico, que indica el subnivel donde se mueve el electrón, toma
valores que dependen del número cuántico principal, desde 0 a (n-1).
Ejemplos:
Las letras que designan los subniveles de energía provienen de las palabras utilizadas
originalmente en idioma inglés para escribir líneas y series en los espectros: s = sharp,
p = principal, d = diffuse, f = fundamental.
denominación
Nivel valores de ℓ
del subnivel
n=1 0 s
0 s
n=2
1 p
0 s
n=3 1 p
2 d
0 s
n=4 1 p
2 d
3 f
Como puede verse, cada nivel tiene un subnivel s. Para diferenciarlos entre sí, se los
designa anteponiendo el número de nivel a que pertenece: 1s, 2s, 3s, etc.
c. Número cuántico magnético: ml. Está relacionado con la orientación espacial del
orbital. Puede tomar los siguientes valores:
- ℓ, 0, + ℓ
Para ℓ= 0, mℓ sólo puede tomar el valor cero, es decir que existe una sola forma en que
el orbital s puede orientarse en el espacio (simetría esférica). Por lo tanto, para ℓ=0, mℓ
= 0.
Para ℓ = 1, ml toma los siguientes valores: -1, 0 y +1. El orbital p puede orientarse
de tres formas distintas en el espacio, según los ejes cartesianos: p x, py, pz formando
ángulos de 90º entre sí. Estas diferentes orientaciones espaciales de los orbitales están
asociadas a un mismo valor de energía. Se los denomina orbitales degenerados.
Para ℓ = 2, el número cuántico magnético puede tomar cinco valores (mℓ = -2, -1, 0,
+1, +2), por lo tanto habrá cinco orientaciones espaciales diferentes para los orbitales
d.
d. Número cuántico de espín: ms. Está relacionado con el sentido de giro del electrón
sobre sí mismo. Puede tomar solamente dos valores: +½ y -
½ , que indican un sentido de giro igual o contrario al de las
agujas de un reloj.
Resumiendo:
Ejemplo: 1s 2s 2p 3s 3p 3d 4s 4p 4d
Cuando la suma de n + ℓ sea igual, los electrones se ubicarán en aquel orbital con menor
energía o cuyo valor de n sea menor.
1s 2s 2p 3s 3p 4s 3d 4p 5s 4d 5p 6s 4f 5d 6p 7s 5f 6d ...
Principio de Exclusión de Pauli, postula que: “En ningún átomo
pueden existir dos electrones con el mismo conjunto de los cuatro
números cuánticos”.
Según este principio, si dos electrones han de ocupar el nivel n =
1, pueden hacerlo si sus espines son opuestos, es decir, para el
electrón uno el número cuántico de espín es +½ y para el electrón
dos debe ser -½. Luego, el electrón uno tiene los siguientes
números cuánticos: n = 1, ℓ = 0, mℓ = 0 y ms = +½, y el electrón
dos tiene: n = 1, ℓ = 0, mℓ= 0 y ms = -½.
Ejemplos:
2He = 1s2 El segundo electrón ocupa el mismo orbital, con espín opuesto.
3Li = 1s22s1 Como el primer orbital está completo, el tercer electrón se instala
en el orbital 2s.
4Be = 1s22s2 El cuarto electrón completa el orbital 2s, con espín opuesto.
6C = 1s22s22p12p1
7N = 1s22s22p12p12p1
8O = 1s22s22p22p12p1
9F = 1s22s22p22p22p1
22Ti = 1s22s22p63s23p64s23d13d1
Para algunos átomos su configuración electrónica no concuerda con la que se obtiene al
hacer uso de las reglas anteriores. Por ejemplo, si analizamos el cobre y el cromo,
tenemos:
Sistema Periódico.
De acuerdo a lo anterior, según la configuración electrónica, la disposición de los
elementos guarda entre sí un orden determinado en el sistema periódico.
La tabla periódica actual no es la primera que se construyó. Se habían intentado ordenar
los distintos elementos siguiendo diferentes criterios, pero hasta Mendeleev no se
consiguió una disposición coherente (1869). Él agrupó los elementos conocidos
siguiendo un orden creciente de sus pesos atómicos, de forma que los elementos con
propiedades similares quedasen en la misma columna. Así, obtuvo una tabla periódica
con siete columnas; colocó, además, los elementos de transición en subgrupos dentro
de los anteriores y en un grupo aparte.
En este sentido hay que reconocer que, con los datos que se tenían entonces sobre los
elementos, la elaboración de esta tabla periódica fue una absoluta genialidad; se la
conoce como sistema periódico corto. Mendeleev fue capaz de predecir la existencia de
los elementos que aún no se conocían y sus propiedades, con una gran aproximación,
dejando en su sistema periódico los espacios correspondientes.
Los elementos del grupo I A pertenecen a la familia de los metales alcalinos, debido
a sus propiedades básicas.
Según hemos visto al realizar las configuraciones electrónica, todos los grupos guardan
entre sí una relación:
Los gases nobles (grupo 0) tienen una configuración del tipo ns 2np6, menos el helio,
que tiene solo dos electrones, y en todos los niveles energéticos correspondientes están
completos en cuanto a número de electrones, lo que les confiere una gran estabilidad.
Todos los elementos del grupo I A, II A, III A, IV A, V A, VI A y VII A se caracterizan
por no tener completos sus niveles energéticos superiores y en todos ellos el electrón
del último nivel ocupa un orbital s o p. En estos elementos, las propiedades que se
presentan varían de una forma muy regular con su número atómico.
Como hemos visto, los elementos del sistema periódico están ordenados según su
configuración electrónica; esto confiere a los elementos dentro de cada grupo y a lo
largo de los periodos el que sus propiedades varíen también en forma periódica. Estas
propiedades se dividen según tamaño o energía. Son propiedades periódicas de tamaño
el radio atómico, volumen atómico molar y de energía el potencial de ionización, la
electroafinidad y la electronegatividad.
Radio atómico.
Corresponde a la distancia entre el núcleo y el electrón más externo. Se pueden obtener
a partir de datos experimentales de las distancias interatómicas de sustancias homo y
heteronucleares (moléculas osimples y moléculas compuestas). Por ejemplo, el radio
atómico para
o el Br es 1,15 A , porque la distancia internuclear en la molécula de Br2 es
de 2,30 A .
Es el espacio que ocupa un mol de átomos, es decir, el volumen (cm 3) que ocupan 6,02
x 1023 átomos. El volumen atómico (de un átomo) depende del valor del número
cuántico principal del electrón más externo. En un grupo aumenta hacia abajo y en un
período disminuye hacia la derecha.
Potencial de ionización.
Es la energía mínima que hay que suministrar a un átomo neutro, en su estado gaseoso
y fundamental, para arrancarle un electrón. Podemos expresarlo así:
Los elementos del grupo VII A tienen una energía de ionización muy elevada aunque
inferior a los del grupo anterior, tendiendo a ganar un electrón para dar iones negativos
o aniones.
La energía de ionización más pequeña corresponde a los elementos del grupo I, por lo
que tenderán a perder con facilidad los electrones, dando iones positivos o cationes.
Electroafinidad.
X(g) + e - X(g)
-
+ Energía (EA)
Esta propiedad es contraria a la energía de ionización.
Los átomos de los elementos que tienen una energía de ionización baja tienen tendencia
a ceder electrones y no a captarlos, por lo que presentan una afinidad electrónica baja.
Los átomos de los elementos que tienen un potencial de ionización elevado tienen
tendencia a captar electrones y no a cederlos, por lo que su afinidad electrónica es
también elevada.
Por lo tanto, la afinidad electrónica (EA) varía igual que el potencial de ionización a lo
largo del sistema periódico.
Electronegatividad.
PI EA
EN
2
ESTRUCTURA MOLECULAR
El enlace químico.
A la fuerza, no importando su naturaleza, que mantiene unidos a los átomos en una
molécula o cristal iónico, se le denomina enlace químico.
En los enlaces químicos participan los electrones más externos de los átomos, llamados
por esta razón electrones de valencia. Así, los enlaces se forman por transferencia total
o parcial de estos electrones entre los átomos.
Representaciones de Lewis
En ella los átomos se representan por su símbolo y se identifican con puntos los
electrones de valencia o electrones del Grupo al que pertenecen en el Sistema Periódico.
Por ejemplo, los elementos del Grupo IA que poseen un electrón de valencia se
representarán con un punto; los del Grupo IIA con dos puntos, porque poseen dos
electrones de valencia y así sucesivamente.
La regla del octeto fue enunciada por Lewis, basándose en que las estructuras más
estables son las de los gases nobles, con 8 electrones en su capa más externa, a
excepción del átomo de helio. Por lo tanto, ganando, cediendo o compartiendo electrones
los átomos tienden a lograrla. A pesar de sus muchas excepciones, esta regla nos da
una pauta para postular estructuras moleculares.
Tipos de enlace.
Enlace iónico
Enlace covalente
Enlace metálico
Puentes de hidrógeno
Enlace iónico.
Este enlace es característico cuando se une un elemento metálico electropositivo con
uno no metálico, electronegativo. El metal cede uno o más electrones al otro, el primero
queda con carga eléctrica positiva (catión) y el segundo con carga eléctrica negativa
(anión), los iones así formados se atraen mutuamente y se unen debido a las fuerzas
electroestáticas.
Generalmente, un elemento alcalino o del Grupo I A (Li, Na, K, Rb, Cs, Fr) y un
elemento halógeno o del Grupo VII A (F, Cl, Br, I), formarán cristales iónicos.
Cuando la diferencia de EN es igual o superior a 1,7, el enlace es iónico.
Enlace covalente.
La Teoría del Enlace Covalente, afirma que los electrones formadores del enlace se
comparten en parejas y es la atracción de los núcleos sobre estos pares de electrones,
lo que le da mayor estabilidad a la molécula sobre sus átomos aislados. Un ejemplo, es
la molécula de hidrógeno (H2)
H•+H• → H–H
El símbolo " – " se usa para representar un par de electrones compartidos y se denomina
enlace simple. También existen moléculas con dos pares de electrones compartidos y se
habla de enlace doble:
O=O (O2)
Y hay moléculas con tres pares de electrones compartidos y se habla de enlace triple:
NN (N2)
Si la diferencia de EN es inferior a 1,7 el enlace es covalente.
En este enlace también se combinan los orbitales de las capas de valencia de ambos
átomos para formar uno solo que contiene a los 2 electrones; la diferencia con el anterior
es que sólo uno de los átomos aporta los 2 electrones y queda con carga positiva.
El enlace covalente coordinado se representa con una flecha que sale del átomo que
cedió el par de electrones:
H
H N H
H
Polaridad del enlace covalente.
Los átomos similares que comparten electrones poseen una distribución de cargas
simétricas permitiendo definir propiedades isotrópicas en las moléculas es decir no tiene
regiones preferenciales de electronegatividad como es el caso de los compuestos de
cloro y los de hidrógeno gaseoso. H : H , este tipo de en lace se denomina no polar o
apolar en función de la diferencia de electronegatividades EN = 0.
Los enlaces donde el par de electrones no se comparten por igual dejando una región
cargada eléctricamente forman moléculas asimétricas, como es el caso del cloruro de
hidrógeno, estos modelos de densidad electrónica permiten definir la polaridad de las
moléculas y predicen la distribución de la nube de cargas electrónicas o dipolo
la mínima densidad esta en el hidrógeno y la máxima en el cloro y las distribuciones se
realizan resolviendo la ecuación de Schrödinger.
Enlace metálico.
Cuando dos átomos metálicos (de baja electronegatividad) no tienen posibilidad de
chocar contra un átomo de no metal, suelen compartir sus nubes electrónicas y formar
redes cristalinas. Este enlace suele denominarse "metálico" y explica las propiedades de
los metales de conducir el calor y la electricidad, entre otras.
Fuerza dipolo – dipolo. Son atracciones entre los dipolos eléctricos de moléculas polares.
Fuerza dipolo – dipolo inducido. Se dan entre una molécula polar y otra no polar. La
molécula polar induce un dipolo en la no polar.
Fuerzas de dispersión o de London. Son atracciones que se dan entre cualquier tipo de
moléculas debido a los dipolos instantáneos que se forman producidos por las
fluctuaciones en la densidad electrónica que rodea a los átomos. Las fuerzas de London
dependen de la forma de la molécula. Para moléculas de forma semejante, crecen con
la masa molecular y con la polarizabilidad ya que estos factores facilitan la fluctuación
de los electrones.
Fuerza ion - dipolo. Un catión atrae la carga parcial negativa de un dipolo eléctrico o un
anión atrae la carga parcial positiva del dipolo. Esta fuerza es la responsable de la
hidratación de los iones en agua. La hidratación del catión persiste muchas veces en el
sólido, por ejemplo Na2CO3x10H2O. Un catión se hidrata más fuertemente cuanto menor
sea su tamaño y mayor su carga.
Puentes de hidrógeno.
Estos enlaces se forman entre átomos de hidrógeno y otros átomos más electronegativos
como oxígeno y nitrógeno. Los enlaces por puentes de hidrógeno son enlaces débiles.
Sin embargo, cuando se forman muchos enlaces de este tipo en y entre macromoléculas
la estabilidad general de la molécula aumenta notablemente.
Las moléculas de agua se unen con facilidad mediante puentes de hidrógeno. Como el
átomo de oxígeno es relativamente electronegativo respecto al átomo de hidrógeno, el
enlace covalente entre el oxígeno y el hidrógeno es tal que los electrones compartidos
en la capa externa giran más cerca del núcleo del oxígeno que del hidrógeno. Esto crea
una débil separación de carga eléctrica, quedando el oxígeno ligeramente negativo y el
hidrógeno ligeramente positivo; esto se indica por el signo δ, como δ+ y δ-, para indicar
la separación parcial de carga. El carácter δ+ del átomo de hidrógeno atrae al oxígeno
de una segunda molécula de agua creando un "puente" cargado positivamente entre los
dos átomos electronegativos de oxígeno de moléculas adyacentes de agua. Los enlaces
de hidrógeno más comunes entre macromoléculas implican interacciones O δ-...Hδ+---Oδ-
, Oδ----Hδ+ ...N , y Nδ-...Hδ+---Nδ- en proteínas y ácidos nucleicos. Veremos más adelante
que los enlaces por puentes de hidrógeno tienen un papel importante en las propiedades
biológicas de las macromoléculas, especialmente en el mantenimiento de las estructuras
terciarias y cuaternarias de proteínas y ácidos nucleicos.