Está en la página 1de 16

Apuntes del curso de

Mecánica de Suelos

SAMUEL LAURA HUANCA, I.C., M.I.C.

Puno – Perú
2020
Capítulo 1.
Origen y formación de los suelos

Este capítulo incluye tópicos de revisión del origen y formación de los suelos, así como la
clasificación de suelos según su origen y la forma, textura y estructura de los suelos.

Este capítulo constituye la base para la compresión de las características de los distintos
tipos de suelos y su relación con su probable comportamiento frente a las solicitaciones de
las obras de ingeniería.

4
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

1.1. INTRODUCCIÓN

Vivimos en la superficie de la Tierra y, para vivir, dependemos de los materiales


disponibles. Éstos materiales, en la mayor parte, son producto de las transformaciones
que la corteza terrestre sufre en la interacción con la atmósfera, la hidrósfera y la
biósfera, es decir, son productos del intemperismo.

El intemperismo, también conocido como meteorización, es el conjunto de


modificaciones de orden físico (desintegración) y químico (descomposición) que sufren
las rocas al aflorar en la superficie de la Tierra. Los productos del intemperismo, roca
alterada y suelo, están sujetos a los otros procesos del ciclo geológico: erosión,
transporte y sedimentación; que acaban en la modificación del relieve natural de la
superficie de la corteza terrestre.

Los factores que controlan la acción del intemperismo son el clima, que se expresa en
la variación estacional de la temperatura y en la distribución de las lluvias, la topografia,
que influye en el régimen de infiltración y drenaje de las aguas pluviales, la fauna y
flora, que proporcionan la materia orgánica para reacciones químicas y remueven
materiales, la roca madre, que, según su naturaleza, presenta resistencia diferenciada a
los procesos de alteración intempérica y, finalmente, el tiempo de exposición de la roca
a los factores de intemperización.

El proceso de intemperismo o meteorización se lleva a cabo en dos fases:

¨ Intemperismo o meteorización física – que es la desintegración de la roca;

¨ Intemperismo o meteorización química – que es la descomposición de la roca.

La desintegración (intemperismo o meteorización física) es la rotura de rocas


inicialmente en grietas, que avanza hacia la formación de partículas de tamaños más
pequeños, sin embargo, sin cambiar su composición. En esta desintegración, a través de
agentes como el agua, la temperatura, la presión, la vegetación y el viento, se forman
rocas y arenas (suelos de partículas gruesas) e incluso limos (partículas intermedias
entre arena y arcilla). Solo en condiciones especiales se forman arcillas (partículas
finas), que resultan de la descomposición del feldespato de las rocas ígneas.

La descomposición (intemperismo o meteorización química) es el proceso donde existe


una modificación mineralógica de las rocas de origen (rocas madre). El principal agente
es el agua, y los mecanismos modificadores más importantes son la oxidación, la

5
hidratación, la carbonatación y los efectos químicos resultantes de la podredumbre de
plantas y animales.

Por lo general, la desintegración y la descomposición funcionan juntas, ya que la rotura


física de la roca permite la circulación de agua y de agentes químicos y biológicos.
Cuando la acción (física o bioquímica) de organismos vivos o de la materia orgánica
proveniente de su descomposición participa en el proceso de intemperismo éste es
denominado físico-biológico o químico-biológico.

La meteorización química tiene un poder de desintegración mucho mayor en la roca que


la meteorización física. Por lo tanto, los suelos generados en regiones donde hay un
predominio de la meteorización química tienden a ser más profundos y más finos que
los formados en lugares donde hay un predominio de la meteorización física. Además,
obviamente, los suelos que se originan a partir del predominio de la meteorización física
presentarán una composición química similar a la de la roca madre, a diferencia de
aquellos suelos formados en lugares donde hay un predominio de la meteorización
química.

1.2. FORMACIÓN DE LOS SUELOS

Cada roca y cada macizo rocoso se descomponen a su manera. Las porciones más
fracturadas se descomponen con mayor intensamente que las partes masivas, y ciertos
componentes de las rocas son más solubles que otros.

En las rocas que están dispuestas en capas, cada capa responde de manera diferente al
proceso de meteorización, lo que resulta en una alteración diferencial. El material
descompuesto puede ser transportado por agua, viento, etc.

Los suelos son mezclas complejas de materiales inorgánicos y residuos orgánicos


parcialmente descompuestos. Para el hombre en general, la formación del suelo es uno
de los productos más importantes de la meteorización. Los suelos difieren mucho de un
área a otra, no solo en cantidad (espesor de capa), sino también cualitativamente.

Los agentes de meteorización están continuamente activos, cambiando los suelos y


transformando las partículas en otras cada vez más pequeñas. El suelo en sí es la parte
superior del manto del intemperismo, por lo que las partículas disminuyen de tamaño a
medida que se acercan a la superficie.

Los factores más importantes en la formación del suelo son:


6
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

¨ Acción de los organismos vivos;

¨ Roca madre;

¨ Tiempo (etapa de desintegración/descomposición);

¨ Clima adecuado;

¨ Pendiente del terreno o condiciones topográficas.

1.3. CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS SEGÚN SU ORIGEN

Según su formación, podemos clasificar a los suelos en tres grupos principales: suelos
residuales, suelos sedimentarios y suelos orgánicos.

1.3.1. Suelos residuales

Son aquellos que permanecen en el lugar de la roca de origen (roca madre),


observándose una transición gradual de la superficie a la roca. Para que se produzcan
los suelos residuales, es necesario que la velocidad de descomposición de la roca sea
mayor que la velocidad de remoción por los agentes externos. Como los suelos
residuales se presentan en horizontes (capas) con grados decrecientes de
meteorización, se pueden identificar las siguientes capas: suelo residual maduro
(lateritas), suelo residual joven (saprolitos) y roca alterada. Estos suelos se presentan
típicamente en la selva amazónica, entre Perú y Brasil, y zonas tropicales del planeta.

1.3.2. Suelos sedimentarios o transportados

Son aquellos que sufren la acción de los agentes de transporte, que pueden ser
aluviales (cuando se transportan por agua), eólicos (viento), coluviales (gravedad) y
glaciales (glaciares). La capacidad de transporte de los agentes determina el tamaño
de las partículas y la homogeneidad de los suelos transportados. Un ejemplo es
cuando en un curso de agua (p. ej. Río) se tenderá a seleccionar el tamaño de las
partículas depositadas, siendo gruesas cerca de la cabecera, donde la velocidad de
escurrimiento es grande, y partículas más finas transportadas por largas distancias a
los tramos finales del curso, donde la velocidad de arrastre disminuye permitiendo
la deposición o sedimentación. De esa manera, los depósitos de suelos transportados
generalmente presentan mayor homogeneidad en el tamaño de las partículas
constituyentes, lo que no ocurre en los suelos residuales, en los cuales se presenta
gran variedad de tamaño de las partículas.

7
1.3.3. Suelos orgánicos

Son originados por la mezcla de restos descompuestos de la materia orgánica, ya sea


de naturaleza vegetal (plantas, raíces) o animales, con sedimentos preexistentes. Los
suelos orgánicos son problemáticos para la construcción porque son muy
compresibles. En algunas formaciones de suelos orgánicos hay una concentración
importante de hojas y tallos en el proceso de descomposición, formando turba
(materia orgánica combustible). La presencia de los suelos orgánicos ocurre en
lugares muy característicos, tales como las áreas adyacentes a los ríos, tierras bajas
costeras y depresiones continentales.

1.4. FORMA, TEXTURA Y ESTRUCTURA DE LOS SUELOS

En función de los agentes de intemperismo y de transporte, los depósitos de suelos


pueden estar constituidos por partículas de los más diversos tamaños. En términos
cuantitativos, debe enfatizarse que la meteorización física (desintegración) es capaz de
originar partículas de tamaños de hasta aproximadamente 0.001 mm y solo la
meteorización química (descomposición) es capaz de originar partículas con un
diámetro inferior a 0.001 mm.

Los suelos cuyo porcentaje más alto está formado por partículas visibles a simple vista
(D > 0.074 mm) se denominan suelos de grano grueso, granulares, o simplemente
gruesos. Las características y el comportamiento de estos suelos están determinados
en última instancia por el tamaño de las partículas, ya que las fuerzas gravitacionales
prevalecen sobre otras.

La forma característica de los suelos de grano fino o simplemente suelos finos (D <
0.074 mm) es laminar, en la cual dos dimensiones son incomparablemente más grandes
que la tercera. A veces, aparece la forma acicular, en la que una dimensión prevalece
sobre las otras dos. El comportamiento de estos suelos queda controlado por sus
características químicas, ya que las fuerzas electromagnéticas prevalecen sobre otras.

1.4.1. Forma de las partículas

En suelos gruesos (granulares), la forma característica es “equidimensional”, y las


tres dimensiones de la partícula son de magnitud similar. Se origina en la acción de
agentes mecánicos y químicos. Dependiendo de la intensidad y el tiempo en que
estos agentes mecánicos hayan actuado, las variedades se producen en forma

8
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

“equidimensional”, de las cuales pueden ser muy redondeadas, redondeadas, sub-


redondeadas, sub-angulares o angulares (ver Figura 1), en escala decreciente de los
efectos del ataque de los agentes mecánicos.

Figura 1. Formas de las partículas granulares.


La forma muy redondeada es prácticamente esférica, mientras que angular es la que
tiene bordes afilados y vértices (por ejemplo, piedra triturada). Cuando estos bordes
y aristas se redondean por el efecto de rodadura y abrasión mecánica, tiene una forma
sub-angular, que mediante un proceso de erosión más intenso puede obtener la forma
sub-redondeada.

Las formas angulares son típicas de las arenas residuales, y las arenas volcánicas
presentan esta forma en partículas cristalizadas. Las arenas marinas son
generalmente angulares.

La forma redondeada es frecuente en arenas fluviales y en algunas formaciones de


playa, aunque en el primer caso, predominan las formas sub-redondeadas y sub-
angulares, porque las partículas que no se arrastran, no sufren el efecto de la abrasión
o rodadura; naturalmente, lo primero es más seguro en partículas pequeñas, debido
a su mayor facilidad para permanecer en suspensión. Las arenas eólicas son de
granos finos y redondeados.

En suelos finos, la forma de las partículas tiende a aplanarse, porque los minerales
arcillosos, en su mayor parte, adoptan la forma laminar; con la excepción de algunos
minerales que tienen una forma fibrosa. En estos materiales, la influencia de la forma
es muy importante, ya que cada uno de los dos mencionados corresponde a una

9
relación diferente entre el área y el volumen de la partícula y, por lo tanto, a una
actividad superficial muy distinta con respecto a la absorción (Figura 2).

Figura 2. Superficie específica de partículas de diferentes tamaños.


La partícula en forma laminar tiene dos dimensiones mucho más grandes que la
tercera; en la forma fibrosa, una dimensión de partícula es mucho más grande que
los otros dos. La forma laminar es la más frecuente en minerales arcillosos. La forma
fibrosa es mucho más rara (haloisita, y algunas otras formas mineralógicas no muy
comunes).

Durante muchos años, se creía que el tamaño de partícula era el factor dominante en
algunas propiedades mecánicas importantes, específicamente la compresibilidad.
Hoy se estima que la forma de las partículas juega un papel mucho más importante
en esta propiedad.

Un experimento clásico que prueba esta afirmación consiste en llenar vasos de


precipitados de 1000 cm³, uno con arena y el otro con plaquetas de mica, de tamaño
similar; Al aplicar, mediante un pistón, muy poca presión sobre la arena, esta
compresión es muy pequeña, que apenas se siente; y si se aplicaran las mismas
presiones a la mica, pueden producir reducciones volumétricas de hasta el 80%.

La reducción de los volúmenes de suelo se puede lograr aplicando presión mediante


carga estática, de vibración o una combinación de ambos métodos. Incluso si la
muestra de arena no se ve afectada de manera apreciable por la presión estática, si se
aplica una vibración, se observa una reducción volumétrica de alrededor del 10%.
La vibración también afecta las plaquetas de mica, pero menos que la presión
estática.

Una pequeña cantidad de plaquetas de mica mezcladas en la arena le da una


característica de compresibilidad, debajo hay cargas estáticas notablemente
aumentadas. Terzaghi fue el primero en expresar una opinión de que la proporción
de partículas laminares contenidas en el suelo es la causa fundamental de la variación
tan marcada observada en su comportamiento, en relación con la compresibilidad.

10
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

Las partículas más grandes, llamadas rocas, arena y limo, pueden tener formas
redondeadas o angulares. Las formas de las partículas reflejan el origen geológico y
la historia del material. Muchas de las partículas del suelo provienen de los procesos
de alteración de rocas e inicialmente tienen formas angulares. La abrasión posterior
durante el transporte (debido a la acción del agua, el viento o el hielo) reduce las
irregularidades.

La forma de las partículas en la mezcla con dimensiones de "arcilla" (< 2 m)


depende de su composición química y estructura cristalina. Cuando las partículas de
arcilla, dada su estructura cristalina, consisten en una sucesión de láminas que
contienen sílice, alúmina, oxígeno e hidrógeno, su forma actual es la de las placas.
Es el caso de las arcillas pertenecientes a los grupos kaolinita, illita y
montmorillonita. La haloisita es una excepción, ya que sus partículas tienen una
forma alargada.

El espesor de las partículas de arcilla es del orden de 10–6 mm, pero su ancho es
muchas veces mayor. Las siguientes figuras muestran aproximadamente las formas
de partículas de kaolinita e illita.

(a) (b) (c)


Figura 3. Imágenes SEM de arcillas: (a) kaolinita; (b) illita; y (c) bentonita.

1.4.2. Estructura de los suelos

Ahora, las disposiciones adoptadas por las partículas minerales serán estudiadas para
dar lugar al conjunto llamado suelo. En primer lugar, es necesario insistir en la
afirmación de que el suelo nunca es un mero agregado sin organización; por el
contrario, sus partículas siempre están dispuestas de manera organizada, siguiendo
algunas leyes fijas y de acuerdo con la acción de fuerzas naturales susceptibles de
análisis.

11
En suelos formados por partículas relativamente grandes (rocas y arenas), las fuerzas
involucradas en la formación de estructuras son bien conocidas y sus efectos son
relativamente simples de calificar; por lo tanto, prácticamente no hay discusión sobre
el mecanismo de estructuración, que, a su vez, puede verificarse visualmente.

Por otro lado, en suelos formados por partículas muy pequeñas (limos y arcillas), las
fuerzas involucradas en los procesos de estructuración son de un carácter mucho más
complejo y las estructuras resultantes solo pueden ser verificadas parcialmente por
métodos indirectos, relativamente complejas y aún en pleno desarrollo. Todo esto
significa que los mecanismos de estructuración y las mismas estructuras resultantes
están en relación a los suelos.

Tradicionalmente, las estructuras simples, en forma de panal y floculantes se han


considerado básicas para suelos reales. Hoy en día, se han hecho intentos para
superar esa situación tradicional mediante la introducción de cambios, a la luz de
algunos resultados obtenidos en experimentos realizados con técnicas más modernas.
Por lo tanto, en el terreno, muchas investigaciones sobre los mecanismos de la
estructura del suelo varían, sin que aparezcan estructuras que, como los dispersos,
no se incluyeron en el marco tradicional.

A. Estructura simple

Es aquella producida cuando las fuerzas debidas al campo gravitacional


terrestre son claramente predominantes en la disposición de las partículas;
por lo tanto, son suelos típicos de granos gruesos (bolones y arenas) de masas
relativamente importantes. Las partículas están dispuestas apoyadas
directamente entre sí y cada partícula tiene varios puntos de apoyo.

Como punto de vista ingenieril, el comportamiento mecánico e hidráulico de


un suelo de estructura simple se define principalmente por sus características;
de compacidad del depósito y la orientación de las partículas.

El término compacidad se refiere al grado de acomodo alcanzado por las


partículas del suelo, dejando más o menos vacíos entre ellas. En un suelo muy
compacto, las partículas sólidas que lo componen tienen un alto grado de
acomodo y la capacidad de deformación bajo carga del conjunto será
pequeña. En suelos menos compactos, el grado de acomodo es menor; en

12
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

suelos con volúmenes vacíos y, como consecuencia, la capacidad de


deformación será mayor. Posteriormente se realizará un análisis de la
compacidad que se puede lograr con una estructura simple.

B. Estructura alveolar

Esta estructura se considera típica de suelos de granos pequeños (0.02 mm de


diámetro o algo más pequeños), que se depositan en un medio continuo,
generalmente agua y, a veces, aire.

En estas partículas, la gravedad tiene un efecto que las hace tender a


sedimentarse, pero dada su pequeña masa, otras fuerzas naturales pueden
tener una magnitud significativa. La partícula, antes de llegar al fondo del
depósito, toca otra partícula ya depositada, la fuerza de adhesión desarrollada
entre ellas, puede neutralizar el peso, haciendo que la partícula se detenga
antes de completar su camino: otra partícula ahora puede tener el mismo
comportamiento y así pueden formar una pantalla, con una cantidad
significativa de vacíos, como un panal.

Las fuerzas de adhesión que causan estas estructuras son fuerzas de


superficie.

C. Estructura floculada

En el proceso de sedimentación, dos partículas con diámetros inferiores a


0.02 mm se alcanzan, se adhieren fuertemente y se depositan juntas; así, otras
partículas pueden unirse al grupo, formando un grumo, con una estructura
similar a un panal.

Este mecanismo produce una estructura muy frágil y suelta, con un gran
volumen de vacíos, llamada floculada, o algunas veces, alveolares de orden
superior.

Las partículas menores a 0.0002 mm (0.2 micras) ya son consideradas


coloides; estas partículas pueden permanecer en suspensión indefinidamente,
porque en ellas el peso ejerce poca influencia en comparación con las fuerzas
eléctricas desarrolladas entre las partículas cargadas negativamente, de
acuerdo con lo que ya se ha dicho y con las fuerzas moleculares ejercidas por
el agua; cuando dos de estas partículas tienden a acercarse, sus cargas ejercen

13
una repulsión que las aleja de nuevo; las vibraciones moleculares del agua
evitan que las partículas precipiten; el resultado es un movimiento
característico en zigzag rápido, conocido como movimiento browniano
(observado por primera vez por el botánico inglés Brown cuando estudiaba
suspensiones de clorofila bajo el microscopio). Por este mecanismo, las
partículas coloidales del suelo suspendido nunca se depositan. Las cargas
eléctricas de las partículas coloidales pueden neutralizarse indudablemente
bajo la influencia de la adición de iones de carga positiva opuesta: un
electrolito, por ejemplo, ácidos clorhídricos, cuando se disocia en el agua da
lugar a iones positivos y negativos (Cl- y H+). Debido al efecto de los iones
H en solución, los coloides neutralizan sus cargas y chocan entre sí,
manteniéndolos unidos por las fuerzas de adhesión que se desarrollan. De
esta manera, pueden comenzar a formar flóculos (copos) de mayor masa, que
tienden a asentarse.

En el agua de mar, las sales contenidas actúan como electrolitos, lo que hace
posible generar el mecanismo descrito anteriormente: en aguas naturales, la
disociación normal de algunas moléculas (H+, OH-) que siempre se generan,
la presencia de sales, etc., conduce a la mismo efecto

Los flóculos se unen para formar panales, que se depositan juntos, formando
nuevos paneles al tocar el fondo y dando lugar a una forma
extraordinariamente difusa de estructura floculada, en la que el volumen
sólido no puede representar más del 5 al 10%.

A medida que aumenta el peso debido a la sedimentación continua, las capas


inferiores expulsan el agua, lo que aumenta la consolidación. Durante este
proceso, las partículas y los grumos se acercan entre sí y es posible que esta
estructura, que al principio no sea tan firme, alcance resistencias importantes.

D. Estructuras compuestas

Rara vez las estructuras anteriores son "pura" en la naturaleza, ya que la


sedimentación comprende partículas de todos los tamaños y tipos, para las
que rigen de manera diferente las leyes de la naturaleza. Según las ideas
expuestas hasta ahora sobre la estructuración, sería común encontrar en
suelos reales estructuras en las que se define un esqueleto, constituido por

14
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

granos gruesos y masas de flóculos coloidales que proporcionan la unión


entre ellos.

La estructura se forma en condiciones que permiten la sedimentación de


partículas gruesas y finas simultáneamente; esto ocurre frecuentemente en el
agua de mar o de lagos, con un contenido de sal apreciable, donde el efecto
floculante de las sales coexiste con vientos, corrientes de agua, etc.

El proceso de acumulación de sedimentos por encima de cierto nivel hace


que las capas inferiores se consoliden bajo el peso de las capas suprayacentes;
las partículas gruesas se acercan, haciendo que la arcilla floculada toque el
fondo para disminuir de volumen; la compresión resultante de la arcilla es
mayor en las áreas donde está más confinada, es decir, en las regiones de
aproximación entre los granos más gruesos, siempre que no haya flujo lateral
de la masa en estas regiones. Si el aumento de la carga es rápido, habrá un
flujo lateral y, en consecuencia, la masa coloidal sufrirá una disminución más
uniforme del volumen; pero en la naturaleza la carga crece muy lentamente,
por lo que el flujo lateral tiende a ocurrir en una escala mucho menor y las
propiedades tixotrópicas de la materia coloidal pueden ayudar de manera
efectiva a prevenirla casi por completo.

De esta manera, en las regiones de aproximación entre los granos gruesos con
una ligazón arcillosa coloidal altamente consolidada, lo que define
fundamentalmente la capacidad del esqueleto para soportar cargas. Estas
ligas arcillosas están sujetas a presiones mucho mayores que el medio de la
masa del suelo, incluso si la arcilla llenara los huecos en el esqueleto
permanece blando y suelto, sujeto a presiones comparativamente mucho más
bajas.

Con las ideas anteriores, es fácil entender la diferencia que las arcillas
presentan, en las propiedades mecánicas, cuando están en estados
deformados y no deformados. La deformación destruye la aleación de arcilla
altamente consolidada entre las partículas gruesas y permite que la arcilla la
envuelva, actuando como un lubricante entre ellas; Como resultado, la
consistencia en el estado deformado será muy débil. Aunque las conexiones
consolidadas no se destruyen, la arcilla se comporta de manera elástica y tiene

15
resistencia frente a la acción de cargas, lo que depende principalmente de la
presión a la que se consolidó en la naturaleza; la deformación de la masa
disminuye a una mayor consolidación previa y a una mayor diferencia entre
la presión en las áreas arcillosas de envoltura y la presión promedio en toda
la masa: esta diferencia es tanto mayor cuanto más compleja es la estructura
(por ejemplo, arcilla marina) .

Algunos autores han atribuido exclusivamente la diferencia en el


comportamiento mecánico de las arcillas, entre el estado sin cambios y
deformado, a las propiedades tixotrópicas de estos materiales.

En efecto, la tixotropía produce una cierta rigidez reversible en la masa


plástica, aumentando la adhesión en los puntos de contacto: como este
aumento depende de la posición relativa de las partículas, existe una
deformación crítica que rompe la adhesión y devuelve la debilidad al
material.

E. Estructura en castillo de naipes

Algunos investigadores como Goldschmidt y Lambe han sugerido una


interpretación diferente de la génesis de una estructura floculemta y la
estructura resultante entre ellos. Según estas ideas, la forma laminar típica de
los minerales arcillosos es fundamental en el resultado de la estructuración
de suelos finos.

Las investigaciones realizadas sobre partículas de kaolinita, illita y


montmorillonita muestran que sus longitudes son del mismo orden que sus
anchos y que el grosor varía de 1/100 de estas dimensiones, en
montmorillonitas, a 1/10 en kaolinitas, con las illitas ocupando una posición
intermedia. Con estos datos es posible estimar que la superficie específica de
estas partículas (metro cuadrado de superficie por gramo de peso) es del
orden de 10 en kaolinitas, 80 en illlitas y 800 en montmorillonitas; estos
valores cubren toda su importancia cuando se considera la acción de las
fuerzas superficiales como un factor que interviene en la estructuración, no
es difícil concebir que dicho factor llegue a ser determinante.

16
Apuntes del curso de
Mecánica de Suelos

Además, en las investigaciones de referencia se observó que, aunque la


partícula del suelo tiene una carga negativa, parece seguro que en sus bordes
hay una concentración de carga positiva que hace que esta área localizada sea
atraída por cualquier otra superficie de una partícula vecina. Teniendo esto
en cuenta, los investigadores antes mencionados propusieron para las arcillas
una estructura que se denomina castillo de naipes .

Cabe señalar que, de acuerdo con esta hipótesis de estructuración, un


volumen importante de huecos también corresponde al suelo y que las
reflexiones anteriores sobre la consolidación de las áreas bajas bajo el peso
de las áreas suprayacentes conservan su validez.

F. Estructura dispersa

Algunas investigaciones posteriores han indicado que una hipótesis


estructural del tipo de castillo de naipes , en el que las partículas tienen
contactos mutuos, aunque puede aceptarse como real en muchos casos,
quizás no sea la más estable en lo que podría pensarse. Cualquier
perturbación que pueda existir, como la deformación por esfuerzo cortante,
generalmente tiende a disminuir los ángulos entre las diferentes láminas del
material.

Mientras esto sucede, las presiones osmóticas actúan de manera inversamente


proporcional al espacio entre ellas. Las presiones osmóticas tienden a hacer
que las partículas se separen y asuman una posición casi paralela entre sí.

Muchos investigadores, que aceptan algunas de las explicaciones anteriores,


rechazan otras y no hay un acuerdo total al respecto.

También se debe tener en cuenta que con estructuras en una castillo de


naipes o estructuras dispersas, pueden generar estructuras compuestas
análogas a las que ya se tratan con las formas estructurales más clásicas.

G. Composición de las partículas

A primera vista, puede parecer que la composición de las partículas del suelo
es una característica muy importante. Sin embargo, no hay correlaciones
prácticas entre la composición de las partículas del suelo y su

17
comportamiento. Lo importante es que ayuda en la interpretación y
comprensión de este comportamiento de los suelos.

La naturaleza y la disposición de los átomos en una partícula del suelo, es


decir, su composición química, influye significativamente en la
permeabilidad, la compresibilidad, la resistencia al cizallamiento y la
propagación de esfuerzos en los suelos, especialmente los de naturaleza más
fina.

De hecho, hay ciertos minerales que confieren propiedades especiales. Se ha


mencionado anteriormente que la montmorillonita da una gran capacidad de
expansión al suelo. La haloisita, también, con sus formas alargadas, da lugar
a suelos con pesos específicos muy bajos. Estas y muchas otras razones que
se mencionarán más adelante justifican que la base indispensable en la
comprensión de los fundamentos del comportamiento de las arcillas y, en
particular, a medida que evoluciona en el tiempo, se ve afectada por la presión
y el entorno .

Las partículas del suelo pueden ser orgánicas o inorgánicas. Las partículas
inorgánicas son minerales. Un mineral es un elemento o un compuesto
químico natural (tiene una composición química que puede expresarse
mediante una fórmula) formado por procesos naturales.

Los minerales se clasifican según la naturaleza y disposición de sus átomos.


Los más importantes son los silicatos, ya que más del 90% del peso de los
suelos en la tierra son minerales de silicato.

18

También podría gustarte