Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
II JORNADA
INTERNACIONAL DE
DERECHO PENAL
“Lo permanente y lo transitorio del pensamiento de
Hans Welzel en la política criminal y la dogmática
penal del S. XXI”
Homenaje al Profesor de Bonn:
HANS WELZEL
ROSTROS Y PERSONAJES DE LAS CIENCIAS PENALES
HANS WELZEL
Dada la naturaleza de esta participación, sólo haré referencia, en primer lugar, de sus
datos biográficos; después, de su obra escrita y de su pensamiento filosófico y,
finalmente, de su aportación en el campo de la dogmática penal, en el que desarrolla la
conocida teoría de la acción finalista; todo de manera muy breve.
I.- Datos Biográficos: Quién es Hans Welzel?
De los anteriores datos biográficos, puede constatarse tanto la época en que WELZEL
empezó a desarrollar su pensamiento como la formación filosófico-jurídica que adquirió.
II.- La obra de Welzel:
1. Además de los trabajos anteriormente mencionados, dentro de la importante obra escrita
de HANS WELZEL destacan las siguientes, que comprtenden escritos relacionados tanto
con la filosofía del derecho como con la dogmática penal:
a) “Strafrecht und Philosophie”, 1930;
b) “Kausalität und Handlung” (ZStW, 51, 1930);
c) “Studien zum System des Strafrechts” (ZStW 58, 1938);
d) “Der Allgemeine Teil des Deutschen Strafrechts”, Berlin, 1940;
e) “Persönlichkeit und Schuld” (ZStW, 60, 1941);
f) “Das Deutsche Strafrecht”, 1a. ed., Berlin 1947; 11a. ed., 1969 (trad. al español, 1956 y
1971);
g) “Vom irrenden Gewissen”, Tübingen, 1949;
h) “Um die finale Handlungslehre”, Tübingen, 1949;
i) “Das neue Bild des Strafrechtssystems”, 1a. ed., Götingen, 1951; 3a. ed., 1957 (trad.
italiana, 1952; trad. coreana, 1957; trad. española, 1962);
j) “Naturrecht und Rechtspositivismus”, Götingen, 1953 (trad. española, 1961);
k) “Naturrecht und materiale Gerechtigkeit”, 2a. ed., Götingen 1955 (trad. española, 1957);
l) “Die Naturrechtslehre Samuel Pufendorfs”, Berlin, 1958;
m) “Macht und Recht”, Aalen, 1959 (trad. española, 1961);
n) “Gesetz und Gewissen”, Karlsruhe, 1960 (trad. española, 1961);
o) “Vom Bleibenden und vom Vergänglichen in der Strafrechtswissenschaft”, 1964 (trad.
española, 1978, publicada en Revista Mexicana de Ciencias Penales del INACIPE); entre
otros.
Sin duda, la obra de WELZEL tiene importancia tanto en el campo de la filosofía del
derecho como en el de la dogmática penal, siendo bastante conocida no sólo en
Alemania y en muchos otros países europeos, sino en los países de habla española. Su
pensamiento filosófico se refleja en sus construcciones jurídico-penales.
Para quienes se ocupan de la filosofía del derecho, la obra es bien conocida sobre todo
después de la traducción que realizara FELIPE GONZÁLEZ VICEN en 1957 del libro
“Derecho natural y justicia material”, publicado por editorial Aguilar, Madrid, 1957,
ya que en dicha obra se encuentra contenido gran parte de su pensamiento jurídico-
filosófico.
Para los penalistas, sobre todo del ámbito latinoamericano, en cambio, no resulta muy
conocida la obra jusfilosófica de WELZEL, sino mas bien la obra que se relaciona
directamente con la materia penal, la que empieza a ser conocida a partir de la
traducción que realizara FONTÁN BALESTRA en Argentina, en el año de 1956, de su
Derecho Penal Alemán.
2. Por lo que hace a su pensamiento filosófico, WELZEL recoge influencias
de TOMAS HOBBES, DUNS SCOTO, KANT y, en cierta medida, de lo ns
neokantianos de la escuela sudoccidental alemana (filosofía de los valores), como
WINDELBAND, RICKERT, LASK. También influyeron o constituyeron estímulos en
sus construcciones sistemáticas en el campo del Derecho penal, el pensamiento del
filósofo R. HÖNIGSWALD, el de los psicólogos S. BÜHLER, T. ERISMANN, E.
JAENSCH y W. PETERS, así como el de los fenomenólogos P.F. LINKE, A.
PFANDER, HUSSERL y N. HARTMANN, entre otros.
En virtud de ello, WELZEL reconoce una nueva estructura del concepto de acción, que
comprende tanto un aspecto interno como uno externo, siendo los dos componentes
estructurales esenciales la causalidad y la finalidad. Con esa estructura WELZEL intenta
contrarrestar las consecuencias dañinas que resultan de separar entre manifestación de
voluntad y contenido de la voluntad; y con ello, también, le asigna a los elementos
subjetivos (dolo y culpa) su correspondiente ubicación óntica en el ámbito del tipo penal;
surgiendo de ello una diferente estructura para la culpabilidad
c) De las consideraciones de la estructura ontológica de la acción, la teoría finalista
de WELZEL ha extraido importantes consecuencias que se han reflejado en la total
sistemática del delito y que la diferencian de la teoría causalista de la acción. Entre
dichas consecuencias destacan las siguientes: 1) Dolo y culpa son extraidos del
ámbito de la culpabilidad y ubicados en el tipo penal; por lo que, la distinción entre
un delito doloso y uno culposo puede hacerse ya en el ámbito del tipo y no esperar,
como lo hace el sistema causalista, hasta llegar al nivel de la culpabilidad; 2) en el
ámbito del delito doloso, a su vez, se establece la separación de dolo y conciencia de
la antijuridicidad, es decir, el dolo solamente comprende el conocimiento de los
elementos objetivos del tipo mas no a la conciencia de la antijuridicidad; 3) el injusto
es ahora un injusto personal; 4) la culpabilidad, por su lado, como concepto
eminentemente normativo, adquiere una distinta estructura, en la cual el dolo y la
culpa ya no forman parte; 5) también en la esfera del delito culposo pueden
reconocerse consecuencias decisivas; 6) igualmente, con relación a ciertos problemas
como el error, autoría y participación, tentativa, etc., se plantea un tratamiento
distinto al que tradicionalmente se ha dado.
III.- La ideología de la teoría de la acción finalista.
No cabe duda, entonces, que la construcción teórica que parte del punto de vista
ontologicista tiene sus rendimientos para los efectos político-criminales, pues en ella
destaca la consideración de la misión del Derecho penal y de los fines de la pena. En otras
palabras, la consideración ontológica no desvincula al Derecho penal de sus objetivos
político-criminales, sino simplemente le señala sus marcos de referencia reales.
3. De ahí que, según se observa, quienes han rechazado el ontologismo como una
de las bases de la construcción dogmática, empiecen a reconciliarse con él, como sucede
con ROXIN y SCHÜNEMANN, pues las construcciones sistemáticas no pueden limitarse
al puro derecho positivo sin consideración de su base real. Además, ante una actitud de
rechazo de las consideraciones ontológicas, aparece inmediatamente la advertencia de
WELZEL, de que no debemos olvidar que formados en las teorías puramente positivistas se
encontraron los juristas alemanes con el Tercer Reich, que tomó el positivismo jurídico al
pie de la letra y lo llevó hasta sus últimas consecuencias, de que el Estado “puede ordenar
cualquier contenido jurídico, aún aquél que carezca absolutamente de ética” (cfr. “Más
allá del Derecho Natural y del Positivismo Jurídico”, 1962, pp. 11 y ss. Recordemos sólo
que esta actitud se observó en uno de los grandes pensadores de la época nacionalsocialista,
G. RADBRUCH, quien consagró en su obra el positivismo de ese momento, escribiendo
que: “Quien puede imponer el derecho, demuestra de esta manera que es quien está
llamado a dictar el derecho”. “El juez tiene la obligación profesional de hacer valer la
voluntad de validez de la ley, sacrificar el propio sentimiento jurídico ante la orden
autoritaria, preguntar únicamente qué es lo que es derecho y nunca si también es justo”
(Filosofía del Derecho, 3ª. Ed., 1932). Sin embargo, después de la enorme experiencia que
implicó el sistema nacionalsocialista, el propio RADBRUCH escribió que “la ciencia del
derecho debe reflexionar nuevamente sobre la milenaria sabiduría que afirma que existe un
derecho superior a la ley, un derecho natural, un derecho divino, un derecho racional,
según el cual la injusticia es siempre injusticia aún cuando se la vacíe en las formas de una
ley” (Die Erneuerung des Rechts, en “Die Wandlung”, II, Jg., 1947; y WELZEL,
Naturrecht und materiale Gerechtigkeit, 1962, p. 219 y s.).
De esa reflexión debe llegarse a la afirmación de que, si bien WELZEL reconoce que todo
derecho tiene que ser un orden real, positivo, ello de ninguna manera significa que ese
orden real pueda tener “cualquier contenido”; consecuentemente, rechaza la teoría de la
omnipotencia jurídica del legislador y, por tanto, rechaza que éste “pueda establecer
cualquier contenido jurídico”. Por ello, puede igualmente afirmarse que, de la misma
manera que el positivismo jurídico del siglo 19 y 20 en realidad no podía desembarazarse
de fundamentos jusnaturalistas o de sustancias éticas, detrás del actual normativismo
también se encuentra una base ontológica, de la que algunos quieren súbitamente
desembarazarse.
Ceremonia de Inauguración
Palabras del Dr. Moisés Moreno Hernández
Presidente del Centro de Estudios de Política Criminal y
Ciencias Penales, A.C.
Palabras del Mtro. Gerardo Laveaga Rendón
Director del Instituto Nacional de Ciencias Penales
Declaración inaugural a cargo del Mtro. Raúl Valadés García
Rector de la Universidad La Salle
PRIMERA SESIÓN
“Aspectos Filosófico-políticos del Pensamiento de Welzel”
CEPOLCRIM
Rio San Ángel No. 81, Col. Guadalupe Inn
Deleg. Álvaro Obregón, C.P. 01020
México, Distrito Federal
Tel/faxes: 5661-6437, 5661-7163 y 5661-7419
http://www.cepolcrim.org.mx
e-mail: contacto@cepolcrim.org.mx