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Origen de las plantas

La aparición de las plantas sobre la Tierra ocurrió por un proceso de simbiogénesis entre


un protista y una bacteria. Las bacterias son en líneas generales organismos procariotas,
con ADN pequeño y circular, sin núcleo celular, ni organelas, donde su única membrana es
la membrana celular y se reproducen por fisión binaria (la célula crece y se divide en dos); son
microscópicos sin movilidad o con poca movilidad que se reproducen muy rápidamente. De las
bacterias, nos interesa el grupo de las cianobacterias (también llamadas "algas verdeazules"), que
son uno de los grupos bacterianos en los que ocurre la fotosíntesis. Los protistas
son eucariontes mayormente unicelulares microscópicos, poseen células más grandes y complejas:
con múltiples cromosomas de ADN lineal recluidos en el núcleo, con organelas membranosas con
especialización del trabajo, una estructura rígida interna llamada citoesqueleto y reproducción
por mitosis o meiosis. Todos los eucariotas provienen de un ancestro que poseía mitocondrias,
pues ancestralmente fue incorporada por endosimbiosis con una bacteria y es la encargada de
la respiración celular. Además, todos los eucariotas capaces de realizar fotosíntesis lo hacen
gracias a otra organela particular llamada cloroplasto, que ancestralmente fue una
antigua cianobacteria que, igualmente, fue incorporada por endosimbiosis. Que hayan sido
incorporados por endosimbiosis significa que el organismo originalmente ingirió a la bacteria
(probablemente con el fin primario de alimentarse de ella o como parásito), pero en lugar de
degradarla pasó a convivir con ella, iniciando una relación simbiótica, donde la bacteria sigue
reproduciéndose por su propia cuenta pero integrándose a la célula huésped, perdiendo su
capacidad de vida libre. Hoy en día, si bien en algunos linajes puede haberse perdido alguna de
estas organelas, en general son imprescindibles para la planta. Las mitocondrias y los cloroplastos,
al igual que las bacterias de las que se originaron, poseen ADN tipo procariota (pequeño y
circular), reproducción similar (fisión binaria) y sus propios ribosomas son de tamaño procariota
(70S). La vez que un protista engulló una cianobacteria y la convirtió en un cloroplasto se formó un
nuevo linaje, junto con todos sus descendientes formaría el clado Primoplantae o  Archaeplastida,
que contiene a todas las plantas terrestres y a las algas relacionadas con ellas.

Detalle de la ultraestructura de una cianobacteria como la que se convirtió en el primer


cloroplasto.
Evolución de la ultraestructura del cloroplasto que derivó en los cloroplastos de glaucofitas, de
algas rojas y de plantas verdes (algas verdes y plantas terrestres).

Los demás eucariotas que poseen cloroplastos los adquirieron por engullir a su vez no a una
cianobacteria sino a un "alga verde" o alga roja que ya tenían cloroplastos (los adquirieron "por
endosimbiosis secundaria"). Por lo tanto, los cloroplastos son todos derivados de una única
cianobacteria que fue la primera en ser incorporada como cloroplasto, pero los eucariotas que los
poseen, al haber realizado la endosimbiosis varias veces independientemente, no están
relacionados filogenéticamente.

Tener en cuenta que la adquisición de las mitocondrias y los cloroplastos no fueron los únicos
eventos de endosimbiosis, muchos organismos modernos tienen bacterias intracelulares
simbióticas, lo que indica que estas relaciones no son difíciles de establecer y mantener.

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