Vida y sucesos de un presidente crucial, y del violento mundo que enfrentó. Bogotá. Taurus. 921.00 / D001- 2019
EL PRESIDENTE DE LOS “AÑOS DE PLOMO “
Recientemente salió al público una biografía, casi apologética,
del expresidente de Colombia que gobernó entre los tortuosos años 1986 a 1990 VIRGILIO BARCO VARGAS. Un cucuteño nacido el día 17 de septiembre de 1921 y fallecido en Bogotá el 20 de mayo de 1997, nos es plasmado de una forma muy fresca, limpia, rápida (pero con detalle) y de fácil lectura, aunque a veces un poco cansona por las largas citas; pero ¿Cómo no hacerlas?
La obra que guía por dos frases básicas – un poco de teoría
de la historia- la de DISRAELI según la cual la biografía es historia sin teoría (2019:18) y la de el gran RICARDO COBB con la exhortación a hacer cuantas citas como sean necesarias (2019:27) nos narra en cinco capítulos – el último una obra ya editada- los ancestros, la infancia y educación, los primeros pasos políticos, los primeros ministerios, la alcaldía de Bogotá, y por último la presidencia, en una narración defensiva, que muestra otra cara del que hubiera sido, sin esta biografía, un presidente fácil de olvidar. La grandeza de la obra es precisamente ver “admirable” a quien solo había pasado inadvertido. Un Barco intelectual, un Barco visionario, un Barco preciso, con una relación casi abelardiana con la que sería su esposa, CAROLINA ISAKSON DE BARCO, da paso a un Barco rígido, quen después del exilio inició una carrera política modesta pero exitosa, que inició en su Cúcuta natal, de una cuna conservadora paterna y luego con los liberales – en la cuna materna- que lo llevaría a la presidencia y posterior a ella su legado a CESAR GAVIRIA, ANTANAS MOCKUS, y ENRIQUE PEÑALOSA. Por ejemplo, ideas como “pulso firme y mano tendida”, mutatis mutandi, fueron las que usaron personajes como ÁLVARO URIBE y el mismo JUAN MANUEL SANTOS (2019:241) para su tratamiento de la guerrilla y la paz. Además, sobre todo nos enseñó a rodearse bien, ¡de los que saben!
Desde su época, sabía cuáles eran los problemas, no era la
guerrilla, ni los paramilitares, era el narcotráfico que financiaba a ambos. Sufrió una época en la que estaban en ciernes las peores fuerzas de nuestra época: el narco- terrorismo a flor de piel: “Es difícil encontrar en la historia reciente de occidente en un estado democrático confrontados con amenazas tan graves como fue el caso de Colombia a mediados de los años ochenta” (2019:192) una fecha de magnicidios (2019:219) de disputas con las extradiciones (2019:240) con los capos del narcotráfico.
Hay frases contundentes, en citas de Barco, por ejemplo nos
recuerda a REGAN: “Parece infantil – escribe muy desparpajadamente- pero a veces provoca conseguir un millón de catálogos de Sears & Roebuck y desde un avión regarlos por todas las breñas de Colombia sembrando a si la semilla del deseo de adquirir confort, útiles para mejor vivir y herramientas para mejorar trabajar” (2019: 90) o “en los campos sufren de avitaminosis mientras los cítricos y las legumbres se pierden en los potreros por que no conocen su verdadero valor nutritivo” (2019: 90). O del mismo autor; por ejemplo, para referirse a que se debe terciar al ser alcalde de Bogotá:” Un concejo manejable, el apoyo del presidente de la republica y prestigio personal” (2019: 123); o de comparar lo que sucedía en la Italia de la cosa nostra con la Colombia del fin de los ochenta y a Barco con ANDREOTTI (2019:192); es claro el ver claramente la némesis de los políticos en Colombia “la seguridad ciudadana” citando a CEPEDA (2019:196) o al final la lapidaria frase “habiendo días en los cuales no podía gobernarse por que no había con quien gobernar.. mantuvo el estado colombiano” (2019-:241) No es por demás, observar las críticas del autor a las políticas y los políticos colombianos como de “visión estrecha” (2019:194) que se reflejan en la institución del ejército (2019:186) o la residencia; y la crítica al periodismo “Colombia no tiene un diario nacional” (2019:209) y la incapacidad de ver la oposición al mismo nivel del gobierno.
El presidente Barco fue el presidente del archivo, creó el
archivo nacional, pero más que nadie, por los años que gobernó decimos que fue el “presidente de los años de plomo” (2019:220) nunca hemos recibido más “plomo” que en su época. “Barco dejó el ejemplo de no ceder, un claro ejemplo moral” (2019:240). Ejemplo que, quizá hoy, debemos atender.
MITOS DE LA VIDA DE BARCO
1. Mito de la riqueza por la especulación del abuelo barco:
falso se arriesgó en tiempos en que el petróleo no era la mayor cosa. 2. El mito de la oligarquía: ni si quera era de Bogotá 3. El mito del no gobierno: es falso desmoto el club de presidentes y nombro gabinete propio 4. El mito que no hizo nada: Barco, por el contrario, logró mucho. Como he dicho, preparó el camino para la Constituyente, puso orden y obtuvo logros en la paz como con el M-19; empezó a mejorar las Fuerzas Armadas, hizo Ciudad Salitre, creó el Archivo General (un logro muy importante así no lo crean), mejoró la situación de los indígenas, en las escenas internacionales planteó con lucidez la corresponsabilidad en el narcotráfico… eso fue todo un récord, además de enfrentar la amenaza enorme del Cartel de Medellín, la peor, la más peligrosa que le tocó enfrentar a una democracia occidental. Lo que pasa es que él no tuvo vanidades. 5. El mito de la causa de los males: Cuando él llegó a la presidencia no contaba con un buen aparato estatal, la Justica pasaba por su peor momento, no había las herramientas para investigar ni la tecnología, que aún hoy no son adecuadas. Le pongo un ejemplo, algunos creen que él fue el culpable del extermino de la UP, o por lo menos que no hizo suficiente para pararlo. Los archivos de su presidencia muestran que él empezó las primeras investigaciones sistemáticas sobre ese fenómeno y trató de darle una explicación y buscar a los responsables. 6. El mito que no lego nada: fue un reformista con un alto nivel ético, sin dejar a un lado su heroísmo. En un momento donde la corrupción y la amenaza eran la regla, él no pactó y no cedió frente al narcotráfico, con un coraje increíble. A finales de los ochenta Colombia pasaba por una situación difícil: las guerrillas, los paramilitares, el exterminio de la UP, el Cartel de Medellín... él enfrentó todo eso con mucha valentía: un hito moral en la historia del país