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Estrategia de desarrollo dominicana: de la sustitución de importaciones

a las políticas de mercado y apertura económica.

Modelo, Sistema y Estrategia Económica

Según la teoría económica moderna, el término “modelo” se refiere a una descripción simplificada
de la realidad, generalmente basada en expresiones matemáticas que suelen ser comprobables
empíricamente. No obstante, en línea con la economía política tradicional, el término “modelo”
describe la forma como se organiza el sistema económico según el grado de participación del
Estado. En ese sentido, el “modelo” podría ser socialista o centralmente planificado, en cuyo caso
el proceso productivo en todas sus etapas estaría a cargo del Estado, o capitalista (economía de
mercado), donde la actividad productiva dependería en su mayor parte de la iniciativa privada.
Cabe destacar que en la discusión pública frecuentemente se le llama neoliberalismo al
capitalismo clásico donde la participación del Estado en la economía es mínima. Desde un punto
de vista más teórico, el capitalismo extremo donde el rol del Estado se limita a prevenir cualquier
intento de coartar el mercado se asocia a la Escuela Austríaca, mientras el socialismo o la
economía centralmente planificada se vincula al pensamiento marxista.

Existe una tercera acepción del concepto “modelo” de uso cotidiano y es aquella que identifica el
término con el conjunto de políticas económicas que implementa un país en el contexto de un
sistema económico dado, es decir, con su estrategia de desarrollo. De la discusión que se ha dado
recientemente en los medios de comunicación se infiere que el “modelo” que se propone cambiar
es precisamente este conjunto de políticas que conforman la estrategia económica.

En el caso de República Dominicana (RD) se puede afirmar que la economía opera dentro de un
sistema económico mixto, es decir, un esquema con algún grado de participación privada y
pública. En la práctica, el sistema económico dominicano favorece los mecanismos de mercado,
con el rol del Estado limitado a temas regulatorios y a la gerencia de empresas en sectores
estratégicos en alianza con el sector privado. Dado que casi todas las economías del mundo
operan bajo un sistema mixto, reiteramos que lo que se quiere cambiar es el conjunto de políticas
que conforman la estrategia de desarrollo y no el sistema económico.

Estrategia de Desarrollo Dominicana: De la sustitución de importaciones a las políticas de mercado


y apertura económica

A través de su historia económica, RD ha implementado distintas estrategias de desarrollo. Desde


la década del cincuenta, el conjunto de políticas públicas tenía por objetivo fomentar la
industrialización y alcanzar el desarrollo. Esta estrategia, aplicada en casi todos los países de
América Latina durante esos años, fue conocida como la Industrialización por Sustitución de
Importaciones. La idea de que la industrialización debería ser el principal motor del crecimiento
económico fue promovida por Kaldor (1961). En América Latina, el principal soporte teórico para
la Industrialización por Sustitución de Importaciones provino de los planteamientos
estructuralistas de Raúl Prebisch y los economistas de la CEPAL.
Como resultado de la aplicación de este conjunto de políticas, particularmente a partir de la
aprobación de la Ley 299 de Protección Industrial en el año 1968, el sector industrial pasó a formar
una cuarta parte de la economía dominicana, mientras que las exportaciones se concentraron en
cuatro grandes rubros: azúcar, café, cacao y tabaco. La Estrategia de Sustitución de Importaciones
comenzó a mostrar señales de agotamiento a finales de la década de los ochenta, lo que da cabida
a una discusión sobre un cambio de rumbo.

Posteriormente, una combinación de choques interno y externo que no pudieron ser acomodados
bajo el esquema de sustitución de importaciones llevó a la economía dominicana a una recesión
en 1990, a la vez que la inflación alcanzó niveles históricos. El choque doméstico provino de una
política fiscal altamente deficitaria financiada con emisión monetaria lo que provocó una espiral
inflacionaria. A nivel externo, la economía fue afectada por el impacto que tuvo el conflicto bélico
en el Golfo Pérsico sobre los precios del petróleo.

En medio de esta situación económica difícil, RD decidió adoptar una estrategia de desarrollo que
prioriza el mercado y la apertura comercial. Esta estrategia incluyó la liberalización de varios
mercados cuyos precios estaban regulados, como el mercado cambiario y el mercado financiero.
Es precisamente este conjunto de políticas que, en el uso cotidiano se le conoce por “modelo
económico dominicano”, el que algunos sectores económicos y políticos han pretendido cambiar
sin ofrecer una sustentación que justifique esta modificación y sin proponer alternativas viables.

El conjunto de políticas implementadas a partir de la década del noventa se fundamentó en tres


pilares (Pozo et al, 2010). Primero, se logró una diversificación económica particularmente en el
sector servicios que creó las condiciones para que RD pudiera adaptarse rápidamente a los
choques internacionales. El turismo se convirtió en el principal generador de divisas del país y se
posicionó entre los primeros cuatro países de América Latina con mayores ingresos en el sector.
En segundo lugar, la nueva estrategia promovió el desarrollo de las zonas francas, impulsando las
exportaciones y alcanzando importantes ganancias de productividad. El tercer pilar, la apertura
económica, estimuló la inversión extranjera, incrementó la inversión en capital humano y
estableció vínculos importantes con los migrantes a través de las remesas, recursos que
permitieron a sectores de bajos ingresos financiar sus actividades de consumo e inversión.

La estrategia implementada transformó la economía dominicana logrando ganancias importantes


en crecimiento y generación de empleo, a la vez que se mantuvo la inflación dentro de límites
razonables. En resumen, la estrategia pro-mercado con apertura comercial permitió alcanzar y
mantener la estabilidad macroeconómica, la cual desde la implementación de las nuevas políticas
solo estuvo en juego durante la crisis financiera de 2003-2004. Veamos a continuación con mayor
detalle cuales han sido los principales resultados de la implementación de la actual estrategia.

Políticas de mercado y liberalización comercial: Principales resultados.

En el sector real, la tasa de crecimiento promedio anual del Producto Interno Bruto (PIB) durante
los últimos veinticinco años ha sido de 5.5%. Recientemente, en el periodo 2014-2018 el
crecimiento del PIB real se ha situado en promedio en 6.5%. En cuanto al tamaño de la economía,
medido por el valor del PIB nominal en dólares, se ha multiplicado por ocho pasando de
US$9,680.1 MM en 1991 a US$76,038 MM en 2017. En 2018, cifras preliminares muestran que el
tamaño de la economía dominicana habría superado los US$80,000 millones.
En relación al PIB per cápita, este indicador se multiplicó casi seis veces, aumentando US$1,336.7
en 1991 a US$7,477 en 2017. Si se mide este indicador en términos de la Paridad de Poder
Adquisitivo (PPA), es decir, tomando en cuenta la capacidad de compra de los dominicanos, RD se
situaría en el sexto lugar entre las economías de América Latina con un PIB per Cápita de
US$16,997 al cierre de 2017.

La expansión de la economía ha generado empleos. En la actualidad, la tasa de desempleo abierta


según la Encuesta Continua de Fuerza de Trabajo del Banco Central, se sitúa en torno a 5.6%, por
debajo del promedio de América Latina. Esta tasa de desempleo excluye a los trabajadores
desalentados, es decir, a aquellos que a pesar de tener la edad para emplearse legalmente no
están buscando trabajo de forma activa.

Por el lado de la inflación, el crecimiento promedio anual del Índice de Precios al Consumidor en el
periodo 1992-2017, excluyendo los años de la crisis financiera, ha sido de 6.0%. Sin embargo,
desde la implementación de la estrategia de metas de inflación por parte del Banco Central a
partir del año 2012, la tasa de inflación promedio se ha situado en 2.7% en torno al límite inferior
de la meta del Programa Monetario. Cabe destacar que la inflación al cierre de 2018 se estimó en
1.3%, una de las más bajas de América Latina.

Como es natural, en una estrategia de desarrollo pro-mercado y con apertura comercial, el sector
externo debería jugar un rol importante. En el caso dominicano, las exportaciones totales, según la
quinta versión del Manual de Balanza de Pagos (MBP5) del Fondo Monetario Internacional se
multiplicaron por más del doble, pasando de US$4,613.7 millones en 1997 a US$9,651.2 millones
en 2013. Esta expansión fue el resultado del comportamiento de actividades dinámicas como el
turismo y las zonas francas, aprovechando convenios internacionales como la Iniciativa para la
Cuenca del Caribe (ICC) y la firma de varios acuerdos comerciales (OMC, CAFTA-RD, EPA) .

No obstante, estos avances, las exportaciones de bienes han estado afectadas a través de los años
por un sesgo anti-exportador que ha limitado su dinamismo. En ese sentido, las políticas para
promover la competitividad y la diversificación de las exportaciones de bienes han sido
insuficientes, por lo que el sector ha mantenido una alta dependencia de rubros agrícolas
tradicionales y más modernamente, de las ventas de oro, ferroníquel y otros metales en el
exterior.

En cuanto a la inversión extranjera directa (IED) recibida por el país, su total anual pasó de
US$189.3 millones en 1993 a US$1,990.5 millones en 2013 según compilación hecha en base al
quinto Manual de Balanza de Pagos del FMI. Cabe destacar que, de acuerdo a la sexta versión de
este manual, la IED ha promediado cercad de US$2,500.0 millones anuales desde 2010, el nivel
más alto de Centroamérica y el Caribe. Aprovechando esta entrada de recursos a la economía, las
Reservas Internacionales Brutas se ubicaron por encima de US$7,600 millones al cierre de 2018,
cifra equivalente a unos 4.4 meses de cobertura de importaciones.

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