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 En su artículo Poesía y poéticas de la “Generación sin nombre”, afirma que la ausencia de

nombre o manifiesto se debe a que los principios unificadores de la Generación eran: (1) la
exploración de lo individual, lo personal, de la voz íntima; y (2) la experimentación para
renovar la poesía colombiana al mismo tiempo que se recuperaba su lirismo (pp. 57-58). Así,
las temáticas y las maneras expresivas fueron tan diversas que cualquier intento de
unificación hubiera sido infértil.

Ellos tenían unos principios sobre los cuales basan su nombre y dan la razón de no tener
un manifiesto
 El nombre fue otorgado por la crítica porque los escritores de este grupo no se unificaron
autónomamente, no definieron principio estilístico comunes ni tampoco crearon
manifiesto alguno.

los miembros de la Generación sin nombre confrontaron la mentalidad conservadora y la


violencia que consumían al país. Característica inevitable si se considera que este grupo de
intelectuales vivían bajo el dominio del Frente Nacional mientras en el mundo se
presenciaban revoluciones como la de Mayo del 68. Todo esto no solo amplió las
posibilidades literarias del país; sino que, a su vez, profundizó su impacto social: ya fuera
como investigadores, gestores culturales, editores o activistas, los integrantes del grupo
han jugado y siguen jugando un papel esencial en el desarrollo cultural de Colombia.

Quessep
el paisaje no aparece ni como fundamento ni como decorado. Hombre y mujer en su poesía
están encantados: «ya sin nombre de no ser la transparencia»; y la visión de su universo poético
provoca en el lector la sensación de que ha llegado tarde, de que incluso, como Alicia, está
«siempre apunto de desaparecer»

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