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Trabajos Prohibidos

Todo trabajo infantil realizado por personas cuya edad es inferior a los 14 años, o que
no garantiza a los menores entre 14 y 18 años los derechos consagrados en la ley
(Código del Menor, decreto 2737 de 1989, Articulo 230), y se considera explotación
económica o laboral, especialmente:

1. Que exige capacidades superiores a las que posee el niño, de acuerdo al


momento particular de su desarrollo o que afecten o coloquen en riesgo el
natural proceso de desarrollo físico, mental, psicológico, emocional o afectivo.
2. Que impida o dificulte su ingreso, permanencia, desempeño y logros en el
sistema educativo.
3. Que nos ofrezca tiempo suficiente y espacios adecuados para la recreación, la
práctica del deporte, el aprovechamiento del tiempo libre y el descanso.
4. Que no ofrezca al niño las garantías laborales, especialmente el acceso a la
seguridad social integral, la remuneración mínima legal, una jornada de trabajo
de acuerdo con lo establecido por la ley y la vinculación con programas de
formación para el trabajo.
5. Que conduzca a que la familia del niño o terceros se apropien del ingreso de su
actividad productiva.
6. Que constituya actividad nociva o de alto riesgo para su salud e independencia
física o psicosocial.
7. Que no responda a sus capacidades particulares de persona en desarrollo.

En la conversación sobre los Derechos del Niño se considera el trabajo infanto-juvenil


como toda ocupación laboral que afecte sustantivamente la asistencia y rendimiento
escolar.

L a Realidad del Trabajo Infantil en Colombia

En Colombia, un análisis de prensa en las dos primeras décadas del siglo XX señala que
eran muchos los trabajos realizados por niños en la capital: como voceadores de
prensa, lustradores de zapatos, aguateros, recogedores de lavaza, limosneros,
pordioseros, vendedores de café, ayudantes de albañilería y deshollinadores3.

El trabajo infantil es una realidad social en Colombia, a pesar de la legislación vigente


que lo prohíbe para menores de 12 años y que exige condiciones excepcionales y
autorización expresa del instituto del trabajo para los niños(as) entre 12 y 18 años
(Código del Menor, decreto 2737 de 1989) 9.

El trabajo infantil es una realidad cotidiana, generalizada y aceptada, propiciada por la


pobreza y la marginalidad que vive el 47% de la población Colombiana y que obliga a la
participación en el ingreso familiar de los diferentes miembros del hogar. Explotación
de la pobreza porque los empleadores hacen la oferta de trabajo a los hijos(as) de
padres pobres y/o desempleados ya que los menores de edad constituyen “mano de
obra barata”. Cuando más riesgoso es el trabajo, es mayor la probabilidad de que lo
ejerzan los más pobres, las minorías étnicas y quienes carecen de educación.

A pesar del subregistro sobre datos de menores de edad trabajadores, la problemática


en Colombia es alarmante y se refleja en la encuesta nacional de hogares realizada por
el DANE en Septiembre de 1962.

En 1996 uno de cada cuatro jóvenes de 14 y 17 años eran económicamente activo, con
relaciones al estudio realizado en 1992 por el DANE en el cual se observa una tendencia
hacia una disminución en este grupo de edad de 31.2% a 25.9%.

Las tasas de participación en 1996 son mucho mayores en el contexto rural que urbano:
en la zona rural uno de cada tres jóvenes participa, y en la zona urbana uno de cada
cinco.

La participación laboral tradicional en género indica mayor participación laboral en los


hombres (el doble) que en las mujeres. En 1996 de cada 100 adolescentes urbanos: 23.7
hombres y 13.8% se encontraban laborando.

La tasa de participación laboral de los jóvenes de 12-13 años hombres era: 17% en zona
rural y 3.9% en zona urbana.

En una encuesta sobre niñez y adolescencia que realizó el DANE en 1996 en ocho
ciudades de Colombia encontró que la tasa de ocupación de los niños de 7 y 11 años era
de 1.8%, es decir 1 de cada 55 niños de esta edad estaban trabajando.

En 1996, los hombres de 12 a 13 años laboran en promedio 32 horas semanales y las


mujeres 36 horas. La intensidad de horas aumenta con la edad: Hombres de 14 y 15 años
40.5 y mujeres 39.8 horas semanales, hombres de 16 y 17 años 43.9 y mujeres 44.5
horas semanales.

En 1996, los niños de 12 y 13 años en la zona rural trabajan 33.8 horas semanales y en la
zona urbana 26 horas semanales. Las mujeres de 12 y 13 años de zona urbana, trabajan
42 horas semanales y en zona rural, 34 horas semanales.

Solamente el 4.3 de los niños trabajadores de 14 y 17 años hombre y 7% de las mujeres


tenían seguridad social.

En el análisis elaborado por la defensoría del Pueblo a partir del estudio sobre el tema
realizado por el Ministerio de Trabajo y el Centro de Estudios para el Desarrollo
Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes, del total de la población colombiana
entre 12 y 17 años (6.261.300), el 28.1% trabaja (1.759.425). De esta cifra el 52.31% realiza
trabajos reales únicamente, el 26.33% se dedica a oficios del hogar y el 21.36% combina
el trabajo con los oficios del hogar y el estudio9.

Además el estudio encuentra que en la zona urbana, el 15% de la población entre 12 y 17


años trabaja. De ella el 46.8% realiza trabajos reales únicamente, el 24.4% realiza oficios
del hogar, y el 28.8% combina las actividades escolares con el trabajo y los oficios del
hogar9.

También describe que en la zona rural, la proporción de menores trabajadores entre 12


y 17 años es mayor (33.3%), de los cuales 51.9% realiza trabajos reales únicamente, el
26.8% solo realiza oficios del hogar, y el 21.3% combina la escuela con el trabajo y los
oficios del hogar9.

Cabe observar aquí que más del 50% de los menores trabajadores colombianos
solamente están dedicados a ejercer la actividad laboral. Esta situación hace que a los
pequeños se les prive de sus derechos fundamentales a la educación, al afecto, al juego
y demás aspectos básicos para su desarrollo integral.

De acuerdo con los resultados del estudio, la proporción de niños trabajadores es


mayor (22.2%), que la de niñas trabajadoras (7.2%). En cuanto a las condiciones
salariales, el panorama tampoco es positivo. En la zona rural, el 75% de los niños y niñas
trabajadores reciben una cuarta parte del salario mínimo legal por hora, mientras que el
25% restante no recibe remuneración alguna.

En la zona urbana, las mujeres menores de edad que se emplean en el servicio


doméstico reciben menos de una tercera parte del salario mínimo legal establecido
para el sector urbano9.

Únicamente el 10% de los menores trabajadores está cubierto por la afiliación al sistema
de seguridad social en salud. Esto obedece a que la mayoría de ellos labora en la
economía informal y lo que es más grave, realizan tareas muy por encima de sus
posibilidades físicas y las cuales además representan un alto riesgo para su salud9.

Menores Trabajadores Recicladores

La defensoría del pueblo realizó durante 1996 un estudio sobre niñas, niños y jóvenes
recicladores, trabajadores o habitantes de rellenos sanitarios y basureros en las
ciudades de Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Medellín, Bogotá y en el Municipio de la
Mesa (cundinamarca); en este estudio se encontró: de 4.432 personas dedicadas al
reciclaje, 553(14%) era menores de edad entre 8 y 18 años, el 69% de los menores de
edad lleva más de un año trabajando en dichos lugares, el 22% es analfabeta, el 65%
abandono el estudio y el 13% estudia actualmente. Estos menores reciben en promedio
entre $33.000 y $90.000 mensuales y el 58% entregan dicho dinero a su familia. La
mayoría de los menores de edad no está cubierto por el sistema de seguridad social.
Menores Trabajadores en el Raspado de Coca

Este estudio lo realizó la defensoría del Pueblo sobre menores de edad vinculados al
respaldo de coca en 13 municipios del Putumayo: Mocoa, Villa Garzón, Valle de Guamés,
Santiago, La dorada, Colon. Orito, Puerto Guzmán , Puerto Asís, La Hormiga, Puerto
Caicedo, Puerto Leguízamo y San Francisco; en este estudio se encontró: se encontró:
69.362(45%) de los habitantes son menores de 18 años, de ellos 10.984(22.6%) están
entre los 5 y 18 y se dedican exclusivamente al raspado de la coca. Diariamente
recolectan en promedio entre 8 y 10 arrobas de hoja de coca y reciben $3.000 por
arroba (1.5 dólares). El municipio con más porcentaje de niños recolectores de coca es
Orito, con una cifra cercana al 70%. Es posible que durante las épocas de vacaciones
escolares y de cosecha se acentúe la participación del trabajo infantil9.

Niños Trabajadores del Carbón de Topaga

En un estudio realizado por Sierra P, Galeano M, Alvarez A y Sánchez F. (Universidad


Nacional de Colombia) en las minas de carbón de Boyacá (principalmente en el
municipio de Tópaga), se encontró: bajo nivel de escolaridad de los menores, dificultad
para relacionarse o entrar en contacto con personas ajenas a su medio (introversión,
timidez y apatía), sus aspiraciones son crecer y repetir la historia de sus padres (trabajar
en las minas, tener hijos y tratar de sobrevivir).

El trabajo es las minas empieza a corta edad, por lo que solo aspiran a 3 o 4 años de
escolaridad para aprender a leer o escribir y desarrollar operaciones básicas de
matemáticas.

En estas zonas carboníferas vimos como la extracción del carbón se realiza por medio
artesanales, dependiendo únicamente del trabajo físico y el esfuerzo del minero, quien
en interminables jornadas de agotador trabajo extrae la riqueza a la entraña de la
tierra.

Se calcula que solo en Tópaga hay más de 100 minas, de las cuales 3 son grandes y
relativamente tecnificadas y 97 son rudimentarias y en estas trabajan alrededor de 200
menores en edades entre 10 y 18 años.

En el peor de los casos no existe la vagoneta y deben halar los niños la pesada carretilla
ayudando a un adulto, en una labor que exige un esfuerzo físico inmenso. No es fácil
entender la magnitud del trabajo de estos niños al cargar las 5 toneladas, que con más
de mil paladas pueden cargar en un día. Estos niños, algunos de solo 10 años, realizan
sin que signifique para ellos un trabajo excesivo.

El trabajo del niño dentro de una sociedad de tradición labora, donde todos han
aprendido a trabajar haciéndolo desde niños, no es un conflicto, es una suma de
realidades que incluye el proceso formativo, el ingreso familiar, la fuerza laboral, la
vivencia familiar y la vida del niño.

En Bogotá cada día más niños y niñas tienen que trabajar, ya sea porque sus padres
carecen de recursos para cubrir sus necesidades básicas o porque los niños viven
situaciones de maltrato y violencia que los llevan a salir de sus hogares a la calle, a
conseguir el sustento diario en el rebusque. Esto se refleja en el siguiente grupo de
trabajadores:

Menores que Venden Dulces, Comestibles o Rosas

Son menores que se ubican en los semáforos o deben abordar los diferentes buses
para vender sus mercancías en las grandes ciudades. Este trabajo lo realizan a diario,
muchas veces niñas que visten ligeramente provocativas, lo cual se presta para que
fácilmente entren al mundo de la prostitución, ya que son asediadas por toda clase de
hombres, que la agreden verbalmente. Estas niñas manifiestan que este trabajo lo
realizan porque quieren solidarizarse y aliviar la carga económica de la familia, ya que
muy pocas veces aparece la responsabilidad del padre10.

Los Niños de las Flores

Es muy difícil con precisión cual es el número de jóvenes menores de 18 años que
trabajan en la floricultura en la sabana de Bogotá, principalmente en los municipios de
Madrid y Funza, sobre todo durante las vacaciones escolares; es probable que haya
cerca de 5.000 en las distintas empresas. Entre los temas preocupantes dentro de las
empresas de flores, se presenta la exigencia de rendimiento cada vez mayor para los
trabajadores: si antes un trabajador tenia que preparar 23 ramos por hora, ahora tiene
que hacer 35. En 1985 había que cortar 150 flores por hora, pero esta cifra se ha elevado
a 1.050 (un trabajador puede esta haciendo ahora el trabajo que antes realizaban 3
personas). Las jornadas de trabajo son excesivamente largas, sobre todo en épocas de
gran demanda de flores24.

Menores y Jóvenes Dedicados a la Prostitución

En los últimos estudios se ha considerado que trabajan en la prostitución 40.000


adultos y 7.000 menores en Santafé de Bogotá.

En la investigación, adelantada por la cámara de comercio de Bogotá en 1993, se


demostró la existencia de casi 3.000 niños prostitutas, en ejercicio en el centro de la
capital de Colombia (únicamente en dos localidades de Bogotá), cifra que casi triplica,
el número hallado dos años atrás. Así mismo, el estudio “pirobos trabajadores sexuales
en el centro del Santafé de Bogotá” realizado a fines de 1994, permitió detectar la
presencia de por lo menos 200 jóvenes en un centro comercial de la capital.
En este estudio se encontró:

Niñas solo menores de 18 años, en tanto que el trabajo con muchachos no limito la
edad; y unos y otros inician el trabajo sexual a edades muy tempranas; antes de cumplir
los 10 años. (el 5% de niñas y el 17.5% de niños).

Niveles de escolaridad: ambas poblaciones presentaban bajo niveles educativos


ninguno ha cursado en el nivel de secundaria completo, levemente superior la
educación masculina ya que el 25.7% tiene secundaria completa.

Ingresos: unas y otros reciben al mes sumas levemente superiores al salario mínimo
legal vigente, que hoy equivale a $213.000 (142 dólares).

Documentos de identificación: la población prostituta es no identificada (NN). El 60.5%


de las niñas y el 46% de los niños carece de documentos de identificación.

Estabilidad en el sitio de trabajo: En ambos grupos hay marcada tendencia en


permanecer en un determinado sitio, lo cual se explica por la vinculación al :”parche”
(Forma organizada de convivir en ciertas circunstancias, particularmente para la
defensa), Conocimiento del terreno y relaciones ya establecidas (mercado) 14.

Aspectos relacionados con la salud: La problemática que acompaña a la prostitución


infantil hace que esta se torne aun más preocupante cuando se aborda en detalle el
tema de la salud, no solo porque si se quiere pensar en otra alternativa de vida es
primordial que la persona este sana, sino porque existe el peligro inminente de
propagación y contagio de enfermedades de transmisión sexual, VIH-SIDA los niños
conocen la existencia del preservativo, pero el simple conocimiento no conduce a la
practica. Presentándose, además, un hecho de extrema gravedad y es que los clientes,
dueños del poder y el dinero, pagan una suma adicional por omitir su uso.

Hay que aclarar que no es exactamente cierto el afirmar la existencia de la prostitución


infantil, por que no obedece a voluntad libre y espontanea. Sería más real definirla
como “explotación sexual de menores”, porque no hay la libre determinación y menos
la espontaneidad para su ejercicio, sino que el mismo esta originado en factores
totalmente e ajeno al consentimiento de sus víctimas, producto del entorno familiar,
social y económico, no pueden fácilmente librarse de las secuelas contraídas para optar
por mejores condiciones de vida, sin la colaboración y el apoyo de todos los
estamentos de la sociedad14.

Además, vender el cuerpo a cambio de una retribución económica no puede asimilarse


a la venta normal de fuerza laboral, aunque en ambos casos se busque garantiza la
subsistencia, es evidente que la desigualdad entre vendedor y comprador hace
referencia a condiciones de vida muy diferentes.
Riesgos del Trabajo Infantil

No es únicamente el número de menores trabajadores lo que preocupa, sino el hecho


de que en la mayoría de los casos se realiza en condiciones de riesgo, abuso y
explotación. Lo anterior tiene consecuencias funestas para la sociedad, puesto que
puede conducir a mutilaciones intelectuales, emocionales y sociopolíticas de un grupo
importante de niños y jóvenes.

Se entiende como riesgo la probabilidad de que ocurra un hecho inesperado en el


trabajo. Esto debido a falta de condiciones técnicas y la poca experiencia de los niños,
niñas y jóvenes en el manejo de situaciones peligrosas.

Entre los riesgos a que esta expuestos los niños y los jóvenes que trabajan se
encuentran: derrumbes, explosiones, exposición al polvo del carbón, exposición a
gases tóxicos (metano, CO2, amoniaco, hidrogeno), bajos niveles de oxigeno y altas
temperaturas en las minas, incendios, deformidades de su estructura ósea (escoliosis),
sobrecarga física, riesgos mecánicos, abandono del estudio, esfuerzo físico extremo,
delincuencial juvenil, accidentes de transito , drogadicción, polución, riesgo de maltrato
físico, violencia psicológica y sexual.

Se ha creado la cultura de subvaloración del menor, sus padres y quienes lo emplean,


no reconocen en los niños potencialidades diferentes a la de su fuerza de trabajo, les
niegan el estímulo y apoyo para que participen en actividades educativas, culturales y
recreativas que posibilitan su desarrollo integral.

Naturalmente, los trabajos de riesgo y de mayor explotación ignoran los derechos de


los niños y van contra las posibilidades de su derecho personal y social y, sin duda,
afectan sus salud3.

Pero el trabajo puede proporcionar al niño una mayor valoración de sí mismo,


acrecentando su independencia3. Pero es evidente también que la mayor parte de los
trabajos que ejecutan los niños, en especial los de mayor invisibilidad y riesgo, mas bien
conlleva aspectos de empeoramiento de su situación, sobre todo en su parte educativa
y progreso personal.

Como Influye el Trabajo Infantil en la Educación Escolar

Esta expresado en la constitución Nacional, articulo 67: “La educación es un derecho de


la persona y un servicio publico, que tiene una función social: con ella se busca el
acceso al conocimiento, a la ciencia. El estado, la sociedad y la familia son responsables
de la educación que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad”.
También el Código del Menor (Art. 311) estipula la educación como un derecho y una
obligatoriedad. “Todo menor tiene derecho a recibir la educación necesaria para su
formación integral”6.

Los padres o quienes tengan al menor bajo su cuidado, tienen la obligación de


vincularlo a los establecimientos educativos (Código del Menor, Art.312)6.

Los directores de los centros educativos velarán por la permanente asistencia del
menor a su establecimiento, procurarán evitar que se presente la deserción escolar e
investigarán las causas de las mismas, si esta se presenta (Código del Menor, Art. 313).

Es un estudio realizado en Colombia en el área rural (Vereda el Hato, Municipio de


Choachí), se encontró:

 La mitad de los padres de la familia (55%) consideran el trabajo como un


importante factor de aprendizaje de sus hijos5.
 La tercera parte de los padres (35%) consideran que sus hijos son importantes
para la economía familiar.
 Para la mayoría de los padres (70%) el trabajo es una forma de inculcar a los hijos
buenas costumbres.
 La tercera parte de los padres (30%) reconoce que el trabajo quita tiempo a los
estudios.
 La quinta parte de los padres (20%) manifiesta interés en que sus hijos superen
un alto nivel cultural, estudiando en el pueblo o en la ciudad.
 El total de los maestros opinan que el excesivo trabajo del niño en el campo
disminuye su rendimiento académico, por cansancio, ausentismo, no
concentración, falta de iniciativa y preferencia de actividades laborales sobre el
estudio.
 La totalidad de los maestros manifiestan la necesidad del trabajo del niño dadas
las condiciones económicas de la familia.
 Un alto porcentaje del ausentismo escolar (901%) es por causa del trabajo y un
pequeño porcentaje (10%) por enfermedad.
 Los alumnos que trabajan demasiado presentan bajo rendimiento en las clases.

Se Concluye que el Trabajo Compite Injustamente con el Aprendizaje.

Es un estudio investigativo en proceso, que estamos realizando para la erradicación del


trabajo infantil y establecimiento de veedurías ciudadanas para la defensa del menor
trabajador, en la localidad 19 de Ciudad Bolívar de Santafé de Bogotá, en cuatro
colegios de educación secundaria, entre ellos: LEÓN DE GREIFF, RODRIGO LARA, SAN
FRANCISCO Y GUILLERMO CANO (jornada mañana y tarde), los cuales cuentan con una
población estudiantil de 4.000 estudiantes, encontramos que de ellos 1.050 (26.25%)
son trabajadores.

La mayor cantidad de trabajadores se encuentra concentrada en el rango de 14 a17


años, 566 (53.9%).

Conclusiones

No se trata de proteger los niños de los riesgos sino de erradicar el trabajo infantil en
menores de 12 años en el más corto tiempo posible. Además brindar las condiciones
para que los mayores de 12 años reciban un salario siempre justo, tengan los mismos o
mejores derechos que el adulto y no realicen jornadas de trabajo mayores que las
establecidas por el régimen laboral para el menor, y que cuente con un sistema de
seguridadsocial.
Hay consenso general en señalar que el trabajo infantil existe debido a contextos de
pobreza y desigualdad que caracterizan a los países de América Latina, por lo tanto
mientras no se logre mayor igualdad en la distribución del ingreso y mientras no existan
las mismas oportunidades para todos los niños y niñas de nuestras sociedades, el
trabajo infantil no dejara de existir. Por lo tanto las políticas mundiales y particulares de
los estados deben contemplar la problemática del menor trabajador mediante la unión
de las instituciones que trabajan para este fin. La iniciativa del 20/20 que invita a todos
los países por término medio un 20% de la ayuda oficial y el presupuesto nacional,
respectivamente a programas sociales fundamentales que incluyan enseñanza primaria
y asistencia sanitaria básica, puede contribuir eficazmente a la lucha contra el trabajo
infantil.

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