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EL CONTRATO DE FIANZA

Según el artículo 1868, se entiende por fianza, al fiador que se obliga frente al acreedor a
cumplir una determinada prestación, en garantía de una obligación ajena, si esta no es
cumplida por el deudor.

La fianza puede constituirse no solo en favor del deudor sino de otro fiador.

Cuando como consecuencia de la celebración de un contrato, una de las partes resulta


acreedora de la otra, el cumplimiento de las obligaciones de esta dependerá en última
instancia de su solvencia. Ni siquiera es suficiente garantía la solvencia actual, porque muy
bien puede ocurrir que un deudor originariamente solvente deje de serlo más tarde –
precisamente cuando tiene que cumplir sus obligaciones- como consecuencia de negocios
desafortunados.
El acreedor puede precaverse contra esta eventualidad, mediante las siguientes garantías

reales: que consisten en gravar un bien del deudor con un derecho real de hipoteca, prenda,
anticresis, warrants, etc.

personales: consisten en extender la responsabilidad derivada del contrato a otras personas,


de tal manera que para que el acreedor quede en la imposibilidad de cobrar su  crédito, será
menester que tanto el deudor originario, como el garante, caigan en insolvencia. Esto aumenta
notoriamente las probabilidades de que el crédito será satisfecho, sobre todo porque el
acreedor se encargará de exigir un garante de conocida fortuna. La forma típica de
garantía personal es la fianza.

ORIGEN DE LA FIANZA:

La típica figura de la fianza ha ido evolucionando, y de su carácter subsidiario se ha ido


pasando a otras formas derivativas en que la obligación del garante es conjunta con la del
deudor principal. Esto es importante, pues evita el paso de la excusión previa, que es
inseparable del concepto de la fianza pura. Así la fianza simple ha sucedido la solidaria y a esta
la garantía del principal pagador que es la más buscada.

Para el Derecho Romano la fianza era u contrato formal mediante el cual una persona (fiador)
se obligaba a pagar la deuda de otro (fiado), en caso de que este último no cumpla con su
deber. Este contrato era de carácter accesorio y requería una obligación valida que la
sustentara; mediante la fianza se podía garantizar cualquier obligación valida que la
sustentara; mediante la fianza se podía garantizar cualquier obligación, incluso natural o
futura. Normalmente, el fiador se obligaba a la misma prestación que su fiado. La fianza se
podía establecer por menos del valor de la prestación principal pero nunca por más.

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