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UNIVERSIDAD EMPRESARIAL SIGLO 21

TRABAJO FINAL DE GRADO

Las Medidas Cautelares en los casos de violencia contra la mujer en el marco


familiar: Análisis jurídico legal de su empleo.

VALOR CAMILA JANET

ABOGADA

2018
Agradecimientos:
Resumen

La familia es el núcleo principal, donde se desarrolla una persona, ejerce sus


afectos, constituye en fin el grupo social más íntimo al que pertenece un ser. Sin embargo,
en muchas ocasiones se suscitan diversos hechos y sucesos que vulneran los derechos de
sus integrantes. Gran parte de estos casos conflictivos se los conoce como situaciones de
violencia familiar, en donde se percibe que en muchas circunstancias la principal víctima es
la mujer.

Asimismo, la legislación atiende estos hechos brindando una serie de medidas


cautelares en calidad de protección a las personas que sufren estos hechos violentos. La
finalidad de la misma es reducir dichas situaciones de violencia y resguardar a la víctima
expeditamente, con el fin de reducir el riesgo de daño que la misma pueda resistir,
garantizando de este modo el cuidado de sus derechos e integridad personal.

En efecto, el Trabajo Final de Grado plantea como problema de investigación y


objetivo general, determinar si las medidas cautelares en los casos de violencia contra la
mujer en el ámbito familiar, cumplen o no con la finalidad para la cual fueron creadas por
la legislación, y al mismo tiempo establecer si dicha finalidad se corresponde con la
aplicación de la medida respecto la doctrina y la jurisprudencia o si por el contrario, al
momento de emplearse la misma se encuentra alguna discrepancia.

De tal modo se llevará a cabo un análisis de la legislación vigente en materia de este


tipo de medidas para dichas situaciones, un estudio de la doctrina con aportes de los juristas
especializados en la temática, además de un análisis jurisprudencial con las resoluciones
destacadas en estas situaciones y con referencias de la aplicación de estas medidas, para
finalmente arribar a una conclusión verídica y acertada.

Palabras Claves: Medidas Cautelares, Violencia de Genero, Procesos Urgentes, Violencia


familiar.
Abstract

The family is the main nucleus, where a person develops, exercises his affections,
constitutes, in short, the most intimate social group to which a being belongs. However, in
many cases there are various incidents and events that violate the rights of its members.
Many of these conflicting cases are known as situations of family violence, where it is
perceived that in many circumstances the main victim is women.

Likewise, the legislation addresses these facts by providing a series of precautionary


measures as a protection to the people who suffer these violent acts. The purpose of the
same is to reduce such situations of violence and protect the victim expeditiously, in order
to reduce the risk of damage that it can resist, thus ensuring the care of their rights and
personal integrity.

In effect, the Final Degree Project poses as a research problem and a general
objective, to determine whether the precautionary measures in cases of violence against
women in the family, comply or not with the purpose for which they were created by
legislation, and at the same time to establish whether said purpose corresponds to the
application of the measure with respect to doctrine and jurisprudence or if, on the contrary,
at the time of its use, some discrepancy is found.

In this way, an analysis of the current legislation on this type of measures for these
situations will be carried out, a study of the doctrine with contributions from jurists
specialized in the subject, as well as a jurisprudential analysis with the resolutions
highlighted in these situations and with references of the application of these measures, to
finally arrive at a true and accurate conclusion.

Keywords: Precautionary Measures, Gender Violence, Urgent Processes, Family Violence.


Índice
Introducción………………………………………………………………………..6
Capítulo 1: Origen de las Medidas Cautelares
1.1. Introducción…………………………………………………………………..9
1.2. Procesos urgentes………………………………………………………...........9
1.2.1. Elementos………………………………………………………….............12
1.2.2. Clasificación………………………………………………………………13
1.3. Medidas Cautelares……………………………………………………..........14
1.3.1. Requisitos……………………………………………………………..........15
1.4. Violencia familiar.……………………………………………………………18
1.4.1 Violencia contra la mujer en el contexto familiar………………………….20
1.5. Conclusión……………………………………………………………………22
Capítulo 2: Las Medidas Cautelares aprobadas para casos de violencia contra la
mujer y su finalidad.
2.1. Introducción………………………………………………………………...23
2.2. Medidas Cautelares ratificadas por el Legislador provincial.………………23
2.3. Finalidad de las medidas cautelares en los casos de violencia………………27
2.4. Caracteres de las medidas cautelares en violencia…………………………..28.
2.5. Presupuestos de procedencia…………………………………………………29
2.6. Duración de las medidas cautelares en violencia……………………………..30
2.7. Supuestos de incumplimiento de las medidas cautelares…………………….31
2.8. Conclusión…………………………………………………………………….32
Capítulo 3: Normativa vigente en torno a las Medidas Cautelares empleadas para
casos de violencia contra la mujer en el ámbito familiar.
3.1. Introducción…………………………………………………………………..34
3.2. Normativa vigente en la esfera internacional…………………………………34
3.2.1. Convención Belén Do Pará…………………………………………………36
3.2.2. Convención CEDAW………………………………………………………..37
3.2.3 Protocolo Facultativo CEDAW………………………………………………39
3.3. La legislación nacional y su aplicación en los casos de violencia contra la mujer..39
3.3.1. Ley N° 24.417…………………………………………………………………40
3.3.3.3. Ley N° 26.485…………………………………………………………………42
3.4. Legislación de la Provincia de Córdoba en Violencia contra la mujer……………45
3.4.1. Ley N° 9.283……………………………………………………………………..46
3.4.2. Decreto reglamentario 308/07……………………………………………………47
3.5. Conclusión………………………………………………………………………….49
Capítulo 4: Análisis doctrinario y jurisprudencial de las Medidas Cautelares en los
casos de Violencia contra la mujer en su círculo familiar.

4.1. Introducción………………………………………………………………………50

4.2. Fundamentos doctrinarios de las Medidas Cautelares……………………………50

4.2.1. Naturaleza jurídica de las medidas de protección a la víctima………………….50.

4.2.2. Exclusión para el victimario del hogar en común……………………………….52

4.2.3. Prohibición de acercamiento……………………………………………………54

4.2.4. Reintegro al domicilio……………………………………………………………55

4.2.5. Secuestro prohibición de compra y tenencia de armas…………………………55

4.2.6. Culminación de la Media cautelar en los casos de violencia contra la mujer…56

4.3. Análisis de casos jurisprudenciales de las Medidas Cautelares en la Provincia de


Córdoba…………………………….............................................................................58

4.4. Conclusión………………………………………………………………………..61

Conclusión final……………………………………………………………………….63

Bibliografía…………………………………………………………………………….65
Introducción

En el contexto de la familia suelen acaecer actos que perturban y dañan los derechos
de las personas que integran ese grupo social, esto es conocido como violencia. Esta
violación a los derechos estuvo presente a lo largo de la historia, indistintamente de la clase
social a la que perteneciesen. Aun así, se puede observar que mayoritariamente son las
mujeres quienes toleran estas conductas.

Para amparar este flagelo, la legislación en materia de violencia familiar aporta una
serie de medidas cautelares de protección para las víctimas, cuya finalidad es el resguardo a
la integridad de éstas, la culminación de las situaciones de violencia y brindar protección en
dichas circunstancias.

No obstante, la sociedad sigue tomando conocimiento de casos de violencia contra


la mujer y también de los femicidios, pese a la existencia de estas medidas de protección.
Es atrayente que se pueda observar cierta cantidad de víctimas, aunque se hallen reguladas
diversas medidas en la legislación tanto nacional como provincial entorno a dicha materia.
Esta situación es alarmante y como trabajadores de justicia y defensores del derecho se
considera una responsabilidad de los abogados conocer y abordar responsablemente este
conflicto actual, y es a partir de este trabajo de investigación que se profundizará sobre la
temática en cuestión.

En este contexto, surge como problema de investigación y objetivo general del


Trabajo Final de Grado, determinar si las medidas cautelares en los casos de violencia
contra la mujer en el ámbito familiar, cumplen o no con la finalidad para la cual fueron
creadas por la legislación, y al mismo tiempo establecer si dicha finalidad se corresponde
con la aplicación de la medida respecto la doctrina y la jurisprudencia o si por el contrario,
al momento de emplearse la misma se encuentra alguna discrepancia.

De tal modo como objetivos específicos se plantearon un abordaje de los tipos de


procesos que engloban las medidas cautelares, un análisis de la legislación vigente
internacional, nacional y provincial. Al mismo tiempo, se propone analizar dichas
regulaciones para conocer cuáles son las medidas cautelares que se consideran permitidas,
en qué casos deben aplicarse, mediante qué procedimiento y con qué celeridad se dictan,
como también su avance en el transcurso del tiempo. Igualmente se examina en caso de
incumplimiento, qué sanción obtiene el victimario o víctima que desobedezca estas
medidas cautelares de acuerdo a lo estipulado por la normativa vigente.

Además resulta trascendental un análisis de la doctrina con sus referentes


destacados y abocados a la temática con un estudio de cada medida en particular, como
también examinar casos jurisprudenciales a los efectos de observar las características de
dichas resoluciones y las medidas que se fueron aplicando conforme al paso del tiempo.

La hipótesis de este trabajo de investigación consagró que las medidas cautelares en


los casos de violencia contra la mujer dentro del círculo familiar en la Provincia de
Córdoba cumplen con la finalidad por la que fueron creadas de acuerdo a la legislación.
Asimismo, se puede observar en la aplicación de estas medidas, de acuerdo a la doctrina y
jurisprudencia la misma finalidad inserta en la legislación.

La presente investigación es de tipo cualitativa ya que intenta indagar sobre la figura


jurídica de las medidas cautelares en los casos de violencia contra la mujer en el marco de
la familia. Asimismo se puede afirmar que su carácter es descriptivo, ya que analiza y
pretende profundizar sobre esta figura a los fines de arribar en torno a su aplicación y poder
comprobar si encuentra correspondencia en la doctrina y la jurisprudencia con la finalidad
inserta en la legislación. Esta investigación se llevará a cabo a partir de la recolección de
datos, es decir a través de distintos documentos dentro de los cuales se hallan fuentes
primarias, secundarias y terciarias en donde se indaga legislación, doctrina y jurisprudencia
a cerca de esta figura y problemática en cuestión, a los fines de responder al interrogante
objeto del presente trabajo de investigación.

En este marco, la investigación encuentra su límite geográfico en la provincia de


Córdoba. Se puede considerar de relevancia elevada por ser esta problemática de la
violencia contra la mujer en el marco familiar una cuestión cotidiana, actual y trascendental
ya que se vulneran derechos personalísimos. Por tal motivo resulta pertinente abordar si las
medidas cautelares como solución jurídica frente a estas situaciones, se encuentran
aplicándose o no con la finalidad por la que fueron creadas de acuerdo al plexo normativo
que las regula.

Este trabajo se compone en su totalidad por cuatro capítulos. En el primero, a modo


de introducción, se expone el derecho de acceder a la justicia a través de los procesos
judiciales, a los fines de describir a los procesos urgentes con su respectiva clasificación y
elementos, además se profundiza sobre las medidas cautelares en general, sus requisitos de
procedencia y elementos.

El segundo capítulo, se destina a las medidas cautelares aprobadas para los casos de
violencia contra la mujer en el marco de la familia y su finalidad. En el mismo, se detallan
las medidas aprobadas en la legislación provincial para tales casos, con una descripción de
cada una. De igual manera, se realiza un abordaje sobre su finalidad, caracteres, requisitos
de procedencia y duración de las mismas una vez dictadas, como así también un análisis de
las consecuencias jurídicas de su incumplimiento de acuerdo a dicho plexo normativo.

Por su parte, en el tercer capítulo se realiza un análisis de la legislación vigente en


torno a estas medidas cautelares empleadas en casos de violencia contra la mujer en el
marco de la familia. De la misma forma, se aborda la normativa desde la esfera
internacional, nacional y provincial con una descripción de cada medida en particular y la
finalidad insertas en la aplicación de éstas; como así también el cambio del plexo legal
conforme al paso del tiempo, el modo en que se fueron ampliando situaciones no previstas
por la legislación y la forma en que se cubrieron vacíos legales con sus respectivos años
hasta llegar a la normativa actual.

Finalmente, en el cuarto capítulo se efectúa un análisis doctrinario y jurisprudencial


de las medidas cautelares en los casos de violencia contra la mujer en el contexto familiar.
En el mismo, se encuentran fundamentos doctrinarios de los juristas abocados a la temática,
abordando la naturaleza jurídica de estas, y una reflexión de cada medida en particular, con
el objeto de explicar y detallar cómo es la aplicación de las mismas, en qué casos suelen
utilizarse y los requisitos de procedencia de las mismas. Así también, en este apartado se
realiza un análisis jurisprudencial con los fallos destacados en torno a cada medida en
particular para abordar desde una perspectiva de aplicación de las mismas. Por último, se
brinda una conclusión a los fines de responder a la pregunta de investigación propuesta al
comenzar el trabajo.
Capítulo 1: Origen de las medidas cautelares

1.1. Introducción

En el presente capítulo, el primero de esta investigación destinada corroborar si las


medidas cautelares en los casos de violencia contra la mujer en el contexto familiar
cumplen con la finalidad para la cual fueron creadas. Para ello, en primer lugar, será
necesario abordar sobre el origen de las medidas cautelares, partiendo del análisis sobre el
acceso a la justicia a través de procesos judiciales como medio para satisfacer las
necesidades y establecer el orden social cuando éste se encuentra quebrantado. Asimismo,
se indagará la categoría de procesos en los que se hallan insertas estas últimas.

Complementariamente, se expondrán los elementos que constituyen los procesos


urgentes y su clasificación, resaltando las notas tipificantes de cada una. Luego se abordará
las medidas cautelares en general, considerándolas un tipo dentro de dichos procesos. Por
consiguiente, se analizará la finalidad con la que fueron creadas, su naturaleza jurídica,
además de los requisitos de procedencia para sus efectos.

De esta manera se examinarán las situaciones familiares en las que son necesarias el
requerimiento de tales medidas. Comprendiendo el significado de familia y de violencia
que son el asiento de esta investigación.

1.2. Procesos Urgentes

El acceso a la justicia puede considerarse una diligencia sencilla y un derecho para


todas las personas de existencia física y jurídica mediante sus respectivos representantes.
En este marco, pueden y deben ejercerlo quienes se encuentren en situaciones donde sus
derechos han sido quebrantados o vulnerados por otras personas, por el mismo Estado o la
Administración Pública.

Al respecto, la garantía de acceso a la justicia se encuentra concebida tanto en los


Tratados Internacionales como en el artículo 81 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, el cual prescribe que “toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
1
Artículo 8, Convención Americana de Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada
contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter”.
garantías y dentro de un plazo razonable (…)”, mientras que el artículo 252 de la misma,
avala el “(…) derecho a un recurso sencillo y rápido (…)”; además de hallarse en la
Constitución Nacional Argentina, norma máxima que dispone los derechos y garantías de
todos los habitantes de la Nación.

Este acceso a la justicia presenta sin embargo algunas dificultades, entre las que se
puede observar cierta demora y lentitud en la tramitación y transcurso de los procesos. A
tales efectos, en las últimas tres décadas la administración de justicia buscó reorganizarse
con el objetivo de adaptarse a las demandas sociales contemporáneas. De ahí que se
modifica la institución judicial y se crean nuevos fueros, reformando profundamente los
procedimientos aplicados o introduciendo instancias prejudiciales como ocurrió
recientemente con la mediación en el fuero civil. Dentro de este proceso de innovación se
hallan tanto la instauración del fuero de familia con tribunales colegiados (Ciochini, 2013).

Sin embargo, la tutela judicial para ser efectiva requiere que la intervención judicial
sea oportuna, ya que de lo contrario, las consecuencias no pueden ser revertidas. Por esta
razón, en los programas de reforma se dispuso como prioridad erradicar la demora judicial
y lograr una administración de justicia que responda prontamente a los requerimientos de
los justiciables (Ciochini, 2013).

En resumidas palabras, es posible afirmar que el acceso a la justicia es un derecho


reconocido en la Carta Magna, invariablemente que una persona encuentre alguno de sus
derechos afectados o quebrantados podrá concurrir a los juzgados y recibir una respuesta
pronta por parte de la justicia. De igual modo, se puede concretar que existen fueros
especializados para desconcentrar la tarea de la justicia y de forma complementaria agilizar
en tiempo la duración de los procesos. No obstante, en la cotidianeidad se observa que
existen ciertas dilaciones y plazos en estos últimos, que generan un transcurso considerable
de tiempo desde la iniciación del proceso hasta la obtención de una respuesta. En efecto, se
produce una desprotección sobre quien acude a la justicia, sobre todo en aquellos casos en

2
Artículo 25, inciso 2, Convención Americana de Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales”.
los que se han vulnerado derechos personalísimos, donde los tiempos del juzgado y del
proceso generan perjuicios irreparables a la persona que solicita esa protección inmediata.

Por consiguiente, existe una serie de medidas que socorren y permiten que la
sentencia no se torne algo ilusorio, protegiendo derechos y situaciones donde premia la
efectiva atención urgente de quien ha requerido a la justicia, con la finalidad de aminorar
las consecuencias gravosas o culminar con las situaciones que afectaron los derechos o
intereses que motivaron la acción.

Es importante resaltar que siempre que habitó el hombre existieron situaciones de


trances, discordancias, conflictos de intereses, es decir confluencia de intereses
contrapuestos entre las personas, etc. Estos pueden ser violaciones a los derechos o
interrupciones de ejecución de los mismos; no obstante, es significativo adicionar que estas
circunstancias vividas por el hombre no pueden ser resueltas directamente por sus
afectados, ya que esto implicaría un descontrol social importante.

Asimismo, estas situaciones tienen relevancia jurídica, esto es, que la cuestión de
fondo debatida como causal del problema ya se encuentra prevista en la legislación,
dirigiendo de alguna manera la forma de solucionarla. De tal modo, de no ser probable la
resolución propia por parte de los afectados, de las controversias previstas en la legislación,
estos conflictos deben hallar la solución mediante la función jurisdiccional, es decir, a
través de la función pública de administrar justicia emanada de la soberanía del Estado.

De esta manera se puede afirmar que dicha resolución se llevará a cabo mediante
procesos judiciales, que son reconocidos como una serie de actos jurídicos procesales
progresivos, y concatenados cumplidos por órganos predispuestos por el Estado y por los
particulares que intervienen en dicho proceso. Además, cabe resaltar que esta actuación
puede manifestarse en forma voluntaria o coactiva, en ejercicio de las facultades y en
cumplimiento de las cargas dispuestas por la ley para la actuación del derecho sustantivo, el
restablecimiento del orden jurídico alterado y la realización del valor justicia (Ferreyra de
de La Rúa y Gonzalez de la Vega, 2005). No obstante, de acuerdo a su significado se puede
arribar a una definición brindada por Ossorio (1999), quien considera al proceso como el
equivalente a juicio, causa o pleito. Se afirma entonces que el proceso es la secuencia,
desenvolvimiento y sucesión de momentos en que se realiza un acto jurídico. Asimismo, la
palabra urgente dentro de los conceptos jurídicos y sociales es definida como una
apremiante necesidad impostergable de tramitación inmediata y abreviada.

Entonces, se puede percibir que existen procesos en los cuales la tutela debe ser
inmediata, y a estos se los clasifica como urgentes. Según Peyrano (1998), la categoría de
estos engloba una multiplicidad de procedimientos en los que el factor tiempo posee una
relevancia superlativa. Es decir, son aquellos cuya falta de tutela expedita producen un
perjuicio irreparable para el accionante. Estos poseen la característica que existe una cuasi
certeza de que son atendibles sus pretensiones.

Por otra parte, es importante resaltar que el proceso urgente es autónomo, esto
refiere a que no es accesorio ni tributario respecto de otro, agotándose en sí mismo,
tratándose, además, de un instituto de alguna manera presidido por la idea del numerus
clausus. Con esto último se intenta resaltar que, como regla, y aunque el legislador no lo
haya dicho expresamente, el proceso urgente sólo podrá promoverse partiendo de alguna
consagración legal que regule una situación en particular (Peyrano, s.f).

En suma, se conceptualiza el proceso como aquella secuencia de actos o momentos


progresivos preestablecidos por una legislación frente un órgano jurisdiccional, encargado
de administrar justicia. Estos además, podrán ser llevados a cabo por los particulares
intervinientes ejerciendo sus facultades, mediante sus representantes o por el Estado a
través del Ministerio Público Fiscal. Complementariamente se destaca que este proceso
tiene como finalidad el restablecimiento del orden jurídico alterado, la restitución de un
derecho quebrantado solicitado por el mismo afectado, o por un conflicto de intereses entre
sus respectivas partes.

Además, de acuerdo a lo expuesto con anterioridad, dentro de estos procesos se


encuentran, una serie de los mismos que atienden a situaciones que requieren que sean
satisfechas a la brevedad, debido a que en caso de no obtener una pronta respuesta sus
derechos se verán afectados y quebrantados. A los mismos se los denomina como procesos
urgentes.

1.2.1. Elementos

Como elementos del proceso, se puede afirmar, que es público, autónomo, complejo
y teleológico. Público, ya que sus fines responden a un interés que excede del privado y su
trámite debe llevarse a cabo conforme a los mandatos de la ley adjetiva de naturaleza
pública y ante órganos jurisdiccionales del Estado. Asimismo, es complejo, porque en su
desarrollo actúan diferentes sujetos procesales con diversas atribuciones y por ello,
susceptibles de generar múltiples relaciones jurídico-procesales. Autónomo, en relación con
el derecho sustantivo. Teleológico, por cuanto se dirige al cumplimiento de fines
individuales o sociales (Ferreyra de de La Rúa y González de la Vega, 2005).

En este marco, deben diferenciarse los elementos del proceso en general con los de
los procesos urgentes, debido a su nota distintiva que es la pronta atención del mismo. En
efecto, los procesos urgentes poseen existencia de un peligro en la demora, una fuerte
probabilidad de que sean atendibles las pretensiones del peticionante, y el no requerimiento
de la contracautela (Peyrano, s.f).

Conforme lo expuesto anteriormente, se percibe que los elementos del proceso en


general, estos son, el carácter público, autónomo, complejo y teleológico se distinguen de
los urgentes, ya que en este último premia la pronta atención del mismo. Tal es así, que se
consideran elementos del mismo, la existencia de un peligro en la demora y la probabilidad
de que sean atendibles las pretensiones del peticionante, como así también el no
requerimiento de una contracautela.

1.2.2 Clasificación

Cabe señalar que el proceso urgente, reconoce en la actualidad tres tipos principales
de mecanismos perfectamente diferenciados. Al respecto, las Dras. Papo y González
(2006), lo clasifican en medidas cautelares, medida autosatisfactiva y tutela anticipatoria.

En efecto, subrayando de este modo, que las medidas cautelares, no constituyen un


fin por sí mismas, sino que están ineludiblemente preordenadas al dictado de una
providencia definitiva y al resultado práctico que aseguran preventivamente. No obstante,
en las resoluciones cautelares se encuentra una instrumentalidad cualificada, o sea elevada,
al cuadrado: son de hecho, indefectiblemente, un medio predispuesto para el mayor éxito de
la resolución definitiva (Ortells, 2000).

Por su parte, la medida autosatisfactiva es un requerimiento urgente que se formula


al órgano jurisdiccional por los justiciables, agotándose, con su despacho favorable. En este
tipo de procesos, no resulta necesaria la iniciación de una ulterior acción principal para
evitar su caducidad o decaimiento. Esta nota característica la diferencia principalmente de
las medidas cautelares por cuanto éstas son esencialmente instrumentales y producen
interinamente los efectos decisorios o ejecutorios de la sentencia principal en espera del
dictado de la misma.

Asimismo, de acuerdo a la postura de Peyrano (1996), se la puede definir como un


requerimiento urgente formulado al órgano jurisdiccional por quienes acuden a la justicia,
que se agota con su despacho favorable, por ello su determinación de Autosatisfactiva. No
siendo, entonces, necesaria la iniciación de una ulterior acción principal para evitar su
caducidad o decaimiento.

Igualmente, se puede observar, que las medidas autosatisfactivas resuelven el fondo


de la cuestión presentada por el actor y obligan al demandado al cumplimiento de la
sentencia ahora, es decir, son un fin en sí mismas, ya que no dependen de un proceso
anterior (Acerbo, 2012).

En cuanto a la tutela anticipatoria es aquella que apunta a la satisfacción inmediata


total o parcial de la pretensión contenida en la demanda, cuando de la insatisfacción pueda
derivar un perjuicio irreparable.

De esta manera de acuerdo a lo analizado previamente, se observa que existe una


notoria distinción dentro de estos procesos denominados urgentes, clasificándolos en tres
tipos. Además se resalta como nota tipificante de cada una de ellas que, las medidas
autosatisfactivas, son un fin en sí mismas, y resuelven el fondo de la cuestión presentada
por el actor. Este último, al solicitarlas, lo hará para cubrir su derecho quebrantado o la
situación jurídica requirente de tutela urgente y con la obtención de la misma, su derecho o
petición se encontrará satisfecha.

No siendo el caso de las medidas cautelares, que también son solicitadas por el
actor o demandante, su dictado responde a la necesidad de evitar conductas por parte del
demandado que puedan hacer de imposible ejecución la sentencia definitiva. Es decir, estas
dependen de un proceso principal. Distinguiéndose notoriamente de la tutela anticipatoria,
que concede anticipadamente todo o parte de lo solicitado en la demanda, cuando de la
insatisfacción pueda derivar un perjuicio irreparable.

1.3 Medidas Cautelares


Dado que la satisfacción instantánea de cualquier pretensión resulta materialmente
irrealizable, el legislador ha debido contemplar la posibilidad de que, durante el lapso que
inevitablemente transcurre entre la iniciación de un proceso y el pronunciamiento de la
decisión final, sobrevenga cualquier circunstancia que imposibilite o dificulte la ejecución
forzada o torne inoperantes los efectos de la resolución definitiva, lo que ocurriría, entre
otros casos, si desapareciesen los bienes o disminuyese la responsabilidad patrimonial del
presunto deudor, se operase una alteración del estado de hecho existente al tiempo de
interponerse la demanda, o se produjese un daño irreparable a la integridad física o moral
de las personas. Para proteger ese derecho existe en el ordenamiento jurídico, el proceso
cautelar, cuya finalidad consiste en asegurar el resultado práctico de la sentencia que debe
recaer en el proceso al que accede. En tal sentido, el proceso cautelar es accesorio a otro
proceso (Palacio, 2003).

De acuerdo a lo expuesto, se puede afirmar que es por medio de una resolución


temprana en el mismo proceso, que asegura en forma provisoria que el transcurso de
tiempo que demanda la labor jurisdiccional no perjudique o agrave el menoscabo sufrido al
derecho que le asiste a la parte, situación que de no resguardarse podría provocar que la
sentencia que luego se dicte resulte ineficaz (Cassagne, s.f).

Por consiguiente se puede definir a las medidas cautelares como aquellas


disposiciones judiciales que se dictan para garantizar el resultado de un proceso y asegurar
el cumplimiento de la sentencia, evitando de este modo, la frustración del derecho del
peticionante derivada de la duración del mismo (Martinez Botos, 1990).

El proceso cautelar exhibe, una peculiar estructura que la distingue de los otros tipos
de procesos, sin que sea óbice a ello la circunstancia de que ciertas medidas, de índole
cautelar puedan disponerse, incluso de oficio, sin mayores recaudos previos y en forma
semejante a la que se adopta para dictar cualquier resolución (Palacio, 2003).

De acuerdo a lo analizado precedentemente, se puede afirmar que el proceso


cautelar es utilizado como accesorio a otro proceso, que, con el transcurso del tiempo se
verá afectado algún derecho y cuya sentencia se torne ilusoria o ineficaz si no se encuentra
una protección jurídica urgente. Es decir en el caso de no protegerse jurídicamente la
situación, bienes u alteración del hecho jurídico se producirá un daño y afectará a la
sentencia definitiva del fondo de la cuestión. Entonces es aceptable referirse a las medidas
cautelares como estas disposiciones judiciales que van a proteger las situaciones que de
algún modo afecten u alteren la sentencia definitiva de un proceso principal.

Se puede concluir que actúan como preservadoras de situaciones que puedan afectar
al cumplimiento de la sentencia, así como también permiten asegurar bienes, pruebas,
mantener situaciones de hecho, para ayudar a proveer la seguridad de personas, o de sus
necesidades urgentes.

1.3.1- Requisitos.

La pretensión cautelar se halla básicamente sujeta a los mismos requisitos exigibles


a toda pretensión procesal. Tales requisitos, pueden ser de admisibilidad (extrínsecos e
intrínsecos) y de la fundabilidad, aunque con la particularidad de que estos últimos deben
ser materia, en este tipo de procesos, de prueba, de manera que el órgano judicial se
encuentre en condiciones de decretar de inmediato, sobre la base de esa prueba, la medida
de que se trate.

Los requisitos extrínsecos de admisibilidad de la pretensión cautelar, la competencia


del Órgano Judicial, como requisitos de fundabilidad serán luego examinados, la prueba de
la verosimilitud del derecho y del peligro en la demora, para concluir con otro requisito
extrínseco de admisibilidad como es el referente a la contracautela que, como principio,
debe prestar el sujeto activo de la pretensión (o petición) cautelar.

La verosimilitud en el derecho, dado que la finalidad del proceso cautelar consiste


en asegurar la eficacia práctica de la sentencia o resolución definitiva que debe recaer en
otro proceso, la cual se halla necesariamente ligado por un nexo de instrumentalidad, la
fundabilidad de la pretensión que constituye objeto de aquél no puede depender de un
conocimiento exhaustivo y profundo de la materia controvertida en el proceso principal,
sino de un conocimiento periférico o superficial encaminado a obtener un pronunciamiento
de mera probabilidad acerca de la existencia del derecho discutido en dicho proceso. De allí
que, para obtener el dictado de una resolución que actúe favorablemente una pretensión
cautelar, resulta suficiente la comprobación de la apariencia o verosimilitud del derecho
invocado por el actor (Palacio, 2003).
Cuadra señalar, por último, que el acreditamiento del requisito analizado sólo es
exigible, con las salvedades precedentemente enunciadas, cuando se hallan en tela de juicio
derechos de índole patrimonial. Si se trata, en cambio, de procesos o de simples medidas
cautelares tendientes a la guarda o a la internación de personas, generalmente basta la
concurrencia de ciertas circunstancias demostrativas, por sí mismas, de la situación de
peligro o de daño inminente a que aquellas se encuentran expuestas (Palacio, 2003).
Otro requisito, es el peligro en la demora, junto con la verosimilitud del derecho,
constituye requisito específico de fundabilidad de la pretensión cautelar es el peligro
probable de que la tutela jurídica definitiva que el actor aguarda de la sentencia a
pronunciarse en el proceso principal no pueda, en los hechos, realizar (periculum in mora),
es decir que, a raíz del transcurso del tiempo, los efectos del fallo final resulten
prácticamente inoperantes (Palacio, 2003).

De este modo, sintetizando de acuerdo a lo analizado, se puede arribar a que resulta


suficiente la verosimilitud en el derecho invocado y el peligro en la demora para que sean
atendibles los requerimientos cautelares. En cuanto a la verosimilitud en el derecho
invocado se refiere a un conocimiento superficial de que sean verificables las situaciones
demostradas por la parte actora. Igualmente, otro requisito de fundabilidad es el peligro en
la demora, es el riesgo que a medida del transcurso del tiempo, ocurran situaciones, hechos,
actos o solo el paso mismo del tiempo afecten de algún modo las condiciones para la tutela
efectiva, alejándose así la posibilidad de dictar una sentencia justa.

Así mismo, se puede afirmar, que de acuerdo al Código Procesal Civil de la Nación,
el momento procesal oportuno en que las medidas cautelares podrán ser solicitadas por la
parte actora, este establece al mismo indistintamente antes o después de inducida la
demanda, siempre que la ley específica para el caso, no establezca que deban solicitarse
previamente.

Además instituye que en el escrito principal, quien la solicita, deberá expresar el


derecho que se pretende asegurar y la medida que se solicita conjuntamente instituye que
los jueces deberán abstenerse de decretar medidas precautorias cuando el conocimiento de
la causa no fuese de su competencia. Sin embargo, la medida será válida, siempre que haya
sido dispuesta de conformidad con el Código. Igualmente establece que se decretaran sin
audiencia de la contraparte y que ningún incidente planteado por la contraparte podrá
detener su cumplimiento.

Se puede observar, que las medidas cautelares se utilizan para el resguardo de


ciertos derechos, situaciones en las que existe un verdadero riesgo para quien las solicita,
donde el transcurso del tiempo mientras se realiza la labor jurídica puede perjudicar
gravemente el derecho de las personas actuantes. Esta tutela jurídica podrá en cierta forma
efectivizarse a través de estas medidas cautelares, cuya justificación encuentra su base en la
protección de derechos, situaciones ya sean de índole patrimonial o extra patrimonial de las
personas.

Esta protección puede ser solicitada siempre que se vulneren derechos o los mismos
se encuentren en riesgo. Así mismo, es posible afirmar, que estos derechos, pueden
encontrarse afectados dentro del mismo grupo familiar de una persona. No obstante se
puede aseverar, que la familia es el primer estamento mediante el cual se puede relacionar
un ser humano, es el principal grupo donde este ejerce sus afectos, convive y planifica su
vida. En importante agregar que en Argentina se pueden encontrar diferentes tipos de
familia con la promulgación de la Ley de matrimonio igualitario también es posible
encontrar familias con integrantes del mismo sexo unidos en Matrimonio. Así mismo, es
posible afirmar que los lazos por los que se encuentra unida pueden ser legales, de
consanguinidad o simplemente afectivos.

La Dra. Guahnon (2016), sostiene que la familia, es la institución madre de una


sociedad, mediante la cual suele desarrollarse la vida de las personas en general. Motivo
suficiente para obtener especial protección Jurídica.

Sin embargo se pueden observar hechos dentro de este grupo social donde se
vulneran derechos personalismos de sus integrantes, estos hechos requieren tutela y
atención de los órganos Jurisdiccionales. Comúnmente es posible afirmarse a los mismos
como situaciones de violencia familiar.

1.4 Violencia Familiar.

Para emprender el estudio de las medidas cautelares en los casos de violencia


contra la mujer en el grupo familiar, se debe denominar, que se entiende por grupo
familiar. Luego se entenderá acerca de la violencia sufrida dentro de este contexto social.
Desde un aspecto objetivo La REAL ACADEMIA ESPAÑOLA ha definido a la familia
como:

1. f. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas.

2. f. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.

3. f. Hijos o descendencia. Está casado, pero no tiene familia.

La raíz etimológica del término violencia remite al concepto de fuerza. El sustantivo


de violencia se corresponde con verbos tales como violentar, violar, fuerza. En sus
múltiples manifestaciones, la violencia es una forma de ejercicio de poder mediante el
empleo de fuerza manifestándose esta de manera física, psicológica, política o económica
(Corsi, 1994).

Según la Rae:

La Real Academia Española aporta una definición de violencia. El latín violentia


proviene del Vis que significa Fuerza y Olentus que significa abundancia. La misma
proviene del latín Violentia. Nos aporta cuatro acepciones de la palabra, siendo los mismos:

1. f. Cualidad de violento.

2. F .Acción y efecto de violentar o violentarse.

3. 3. f. Acción violenta o contra el natural modo de proceder.

4. 4. f. Acción de violar a una persona.

Siguiendo a Manuel Ossorio (1999) en Diccionario de Cs. Políticas y Sociales se


puede definir a la violencia como la acción y efecto de violentar, de aplicar medios
violentos a cosas o personas para vencer resistencia. La violencia puede ser ejercida por
una persona sobre otras de modo material o moral; en el primer caso, la expresión equivale
a fuerza y en el segundo a intimidación.

No resulta novedoso aportar que la violencia dentro del grupo familiar fue un tema
presente a lo largo de la historia y hasta la actualidad. Además de encontrarse en todos los
grupos sociales, desde familias económicamente estables hacia las que no tenían recursos
suficientes para solventar su vida. Lo significativo es que históricamente este problema, no
era considerado como tal, por el contrario, esto significaba algo cotidiano y soportable por
sus integrantes, llevando a la naturalización de estas conductas actualmente reprochables.

No obstante, la violencia familiar comenzó a tematizarse como problema social


grave a comienzo de 1960. Este fenómeno no es un problema reciente. Ha sido una
característica de la vida familiar antigua, tolerada y aceptada desde tiempos remotos. La
utilización de las distintas formas de violencia, supone el empleo de la fuerza para controlar
la relación y habitualmente se ejerce desde las personas más fuertes hacia los más débiles.
Por tal motivo la violencia es entendida como un emergente de las relaciones de poder
dentro de una familia (Corsi, 1994).

1.4.1 Violencia contra la Mujer en el contexto familiar.

Conforme a lo analizado en los párrafos anteriores se considera violencia familiar a


situaciones mediante las cuales se afectan derechos personalísimos dentro de una familia.
Sin embargo el presente trabajo se enfatiza en la violencia contra la mujer dentro del
círculo familiar. Se puede afirmar que la misma, se encuentra asociada al abuso de poder,
utilizando a este, como herramienta, para cohesionar, causando desequilibrios de poder.
Esta desigualdad conlleva a un abuso de poder entre sus miembros, implicando la
existencia de jerarquías simbólicas entre ellos, donde el principal objetivo es la dominación
o sometimiento. Esta desigualdad genera en las victimas sufrimiento, indefensión, temor,
sometimiento, daño emocional. De tal modo, estas conductas van a poner en riesgo la
integridad física o psicológica e incluso la vida de quien es víctima de estos hechos.

La base de esta violencia se debe generalmente a la tradición que va de generación


en generación de desigualdad jerárquica injustificada entre los miembros del grupo
familiar. Esta desigualdad obedece quizás a la falta de educación de los miembros del
grupo familiar. Considerando a la mujer inferior que su marido y a sus hijos propiedad de
ambos. Desconociendo los derechos de los mismos de igualdad.

No obstante, se puede considerar a la violencia doméstica como un desequilibrio de


poder inmerso en el interior de la familia, que puede desencadenar en un método de
corrección o disciplinamiento a la obediencia, este maltrato implica que la víctima no
consiga un pleno normal desarrollo personal (Bentivegna, 2015).
De lo expuesto anteriormente, se puede afirmar, que por violencia contra la mujer se
entiende a todo acto de violencia o coerción basado en la pertenencia al sexo femenino que
tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para
la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la
libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.

Todo acto de violencia que admita discriminación, amenazas, coerción, privación de


la libertad o que suponga daño o padecimiento sexual, físico o psicológico basado en la
pertenencia al sexo, es considerado violencia de género. La violencia contra las mujeres es
un fenómeno universal y se manifiesta de múltiples formas. Así mismo, este flagelo se
encuentra tan frecuente que paso a formar parte de la cotidianidad. No obstante a esto,
tomar una actitud indiferente o admitir la naturalización de estas conductas implica
complicidad e incluso una actitud conspirativa (Chiale-Husman, 2014).

Se puede establecer que, la violencia contra la mujer pasó del plano privado al
dominio público y al ámbito de responsabilidad de los Estados, en gran medida, debido a la
labor de base de las organizaciones y movimientos de mujeres en todo el mundo, así como
la participación de este en Tratados Internacionales y Convenciones que tutelan estos
derechos.

Como se puede observar este problema se encuentra inserto en la sociedad desde


numerosos años atrás, tanto, que ha generado una costumbre, una invisibilidad a estas
situaciones, atreviendo a mencionar desde que existe el ser humano se puede arribar a la
violencia como una cotidianeidad. Aunque bien, este flagelo se encuentra previsto por la
legislación en Argentina en la Ley 26.4853, ley pionera contra la violencia hacia la mujer,
aportando, un definición contundente entendiendo por violencia contra las mujeres toda
conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público
como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también

3
Ley 26.485 Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. Sancionada:
Marzo 11 de 2009.Promulgada de Hecho: Abril 1 de 2009.
su seguridad considera también a las relaciones ya finalizadas este aspecto no se observaba
en la legislación anterior.

Así mismo se puede afirmar, que estas situaciones de violencia se puede manifestar
de diferentes tipos, que ya se encuentran establecidas en la legislación, ésta última distingue
a la violencia física, que se encuentra configurada por todo acto de agresión en el que se
utiliza cualquier parte del cuerpo, objeto, arma sustancia o elemento para causar daño a la
integridad a la física de otra persona. Así mismo se puede diferenciar de la violencia
psicológica que es la que causa un daño en el autoestima, perturba el pleno desarrollo
emocional, personal, degrada, humilla, deshonra, además de esto, controla acciones y
decisiones. Este tipo de violencia es el más común en las parejas, en esta investigación se
pudo observar que se encuentra de manera recíproca en las parejas y de tiempo anterior a
la violencia física.

No obstante, la legislación, define a la violencia sexual como aquella que se lleva a


cabo mediante actos u omisiones que infrinjan burla y humillación de la sexualidad,
inducción a la realización de prácticas sexuales no deseadas, actitudes dirigidas a ejercer
control manipulación o dominio sobre la sexualidad de otra persona a no decidir libremente
de la planificación familiar. Otro tipo de manifestación de la relación de desigualdad de
poder en una familia es la violencia económica considerándola como aquella que se dirige
a ocasionar un menoscabo en los recursos patrimoniales través de la perturbación de la
posesión, tenencia o propiedad de los bienes. La pérdida, sustracción destrucción, retención
indebida de instrumentos de trabajo, de documentos personales, bienes valores y derechos
patrimoniales, así también la limitación de recursos económicos destinados a satisfacer
necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida digna.

1.5 Conclusión.

Como conclusiones del presente capitulo se puede afirmar, que el derecho de acceso
a la justicia es una garantía establecida en la Constitución Nacional y en las convenciones
internacionales, así mismo se estableció que pueden y deben ejercerlo aquellas personas
que encuentren algunos de sus derechos quebrantados y vulnerados. Así mismo se observa,
que existen situaciones donde estos derechos requieren de atención y respuesta inmediata
por quien se encuentra acudiendo a la justicia.
Este tipo de procesos que requieren una tutela inmediata se los denomina procesos
urgentes, estos a su vez se encuentran clasificados en tres tipos, las medidas
autosatisfactivas, la tutela anticipatoria y las medidas cautelares. Estas últimas son aquellas
disposiciones que se dictan para garantizar el resultado de un proceso, evitando la
frustración del derecho del peticionante.

Así mismo, conforme a lo analizado en el presente capítulo se pudo observar que


dentro de la familia se pueden encontrar situaciones donde se vulneran derechos
personalísimos de las víctimas que afectan a su integridad física, psicológica sexual y
patrimonial, es comúnmente denominado violencia familiar.

Se puede concluir que este tipo de situaciones engloban a los denominados procesos
urgentes, donde las víctimas de estas violaciones a sus derechos requieren que la tutela y
atención sus pretensiones sea de un manera expedita por encontrarse en riesgo su vida.

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