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Aristóteles nació en el 384 a.C.

en Estagira actual Stavros), una pequeña localidad macedonia


situada cerca del monte Athos. Desde muy pequeño, fue instruido por su padre en los secretos de
la medicina, avivando años después su pasión por la investigación experimental. Una disciplina en
la que Aristóteles se mantiene a la cabeza, pues es considerado por muchos como el primer
investigador científico de la historia.

 Escuela: Escuela peripatética, Aristotelismo


 Aportaciones: Silogismo, Teoría del alma, Etica de la Virtud, Filosofía aristotélica...
 Alumno de: Platón
 Alma máter: Academia de Atenas

Con apenas 17 años, el ahora célebre polímata se trasladó hasta Atenas para ingresar en la
Academia de Platón, cuyo pensamiento rechazó por completo. Aristóteles se vio obligado a perfilar
términos de gran significado en su filosofía como “sustancia”, “forma” o “materia”. En
contraposición al mundo de las Ideas impuesto por su maestro. Décadas después, tras el
fallecimiento de Platón y la adquisición de experiencia en ámbitos como la escritura o la enseñanza,
diversas leyendas sitúan a Aristóteles como tutor de un jovencísimo Alejandro Magno. Una relación
que no ha podido ser corroborada todavía a día de hoy.
A partir de ese momento, el fundador del famoso Liceo de Atenas comenzó a desarrollar su propio
pensamiento filosófico, a través de la revisión de obras ya publicadas. Dando como resultado el
fundamento de todas las ciencias. Entre ellas, la física, las matemáticas o la teología. Una doctrina
de gran profundidad que requirió miles de años para su completa interpretación. Tras una prolífica
carrera, Aristóteles falleció en el exilio en la isla de Chalcis, en el año 322 a.C. a la edad de 62 años.
Frente al idealismo de su maestro, la filosofía de Aristóteles destaca por el realismo y un mundo
compuesto por objetos indivisibles de forma (alma) y materia (cuerpo). La realidad de este
compuesto se estudia a través de la metafísica, que determina, según el autor, las diez categorías
que conforman el ser: la sustancia, la cantidad, la relación, el tiempo, el lugar, la cantidad, la
situación, la posesión, la acción y la pasión. Aristóteles cree que estas criaturas incluyen en su
naturaleza el principio del reposo y el movimiento, siendo este último su principal motor de cambio.
Por otro lado, la ética aristotélica se basa en el eudemonismo, un concepto que representa la
justificación de todo aquello que sirve para alcanzar la felicidad. Términos como el hedonismo, el
estoicismo o el utilitarismo podrían pertenecer a este pensamiento. El objetivo del ser humano es
ser plenamente feliz, un destino que solo podemos lograr a través de la búsqueda del
conocimiento y la razón. Mientras que la política es para Aristóteles la ciencia práctica más
importante de todas. Pues no busca una dicha individual, sino colectiva.
Escribió más de 200 tratados de diferentes temas, que comprendía, además de la filosofía, las
matemáticas, la política, la retórica o incluso la biología.
Entre sus teorías se encuentra la generación espontánea, el principio de no contradicción, las
nociones de categoría, sustancia, acto o el primer motor móvil. Aunque su pensamiento fue
revolucionario para su época, hoy en día son conocimientos inherentes a las personas.  Fue
discípulo de Platón y de otros pensadores durante los más de 20 años que pasó en la Academia de
Atenas. Además, fue el maestro de Alejandro Magno.

Frases célebres de Aristóteles

 La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
 El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
 El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
 Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya
que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
 Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona
adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo
correcto. Eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
 La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los
conocimientos en la práctica.
 Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con
desear la salud.
 No basta decir solamente la verdad, más conviene mostrar la causa de la falsedad.
 La esperanza es el sueño del hombre despierto.
 Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego.

Nunca fue Director de la Academia


Platón no eligió a su discípulo más destacado, Aristóteles, para dirigir la Academia, sino a su
sobrino Speusipo.
Lo que no comparte con Platón es la supuesta necesidad de establecer dos mundos separados:
segregar las ideas o esencias (“formas” las va a llamar Aristóteles) de las cosas sensibles, convertirlas
en realidades independientes, es lo que no admite del platonismo.
Sus críticas que interesan pueden resumirse en cuatro puntos:

a) La filosofía platónica representa una innecesaria duplicación de las cosas. Platón afirma que hay
dos mundos (el sensible y el inteligible), de esta manera complica la resolución del problema
metafísico, es decir, determinar el fundamento de los entes: puesto que, en vez de explicar un
mundo, habrá que explicar dos.
Hay un principio de “economía” del pensamiento, que Aristóteles no formulo explícitamente, pero
que expresa muy bien su punto de vista respecto de este problema; el principio dice que “el número
de los entes no ha de multiplicarse sin necesidad” (entia non sunt multiplicando praeter
necessitatem). Esto significa que si se puede resolver un problema o explicar un fenómeno con
ayuda de un solo principio, no hay porque hacerlo con dos o tres; la explicación más sencilla es
preferible a la más complicada (siempre que esta sea una explicación suficiente, claro está). Y en la
medida en que Platón postula dos mundo no hace más que complicar el problema.
b) La segunda crítica se refiere a como Platón intenta explicar la relación entre los dos mundos.
Platón dice que las cosas sensibles participan o son copias de una idea, que es como su modelo.
Pero según Aristóteles, expresiones como “participación”, “copia”, “modelo”, etc., no son en
realidad verdaderas explicaciones; Platón no hace sino valerse de metáforas, y en lugar de aclarar
conceptualmente la cuestión, como debiera hacer la filosofía, se refugia en imágenes literarias; en
este sentido habría quedado atado al mundo de los mitos, es decir, a un mundo anterior a la
aparición del pensamiento racional y científico.
c) En tercer lugar, Aristóteles afirma que no se ve cómo ni por qué, dada las ideas -que son estéticas,
inmutables-, tenga que haber cosas sensibles -que son esencialmente cambiantes-. Supuesta la
naturaleza inmutable, autosuficiente, de las ideas, no se comprende de manera ninguna como
puede haber “causa” (tal como tiene que serlo, según Platón) de las cosas sensibles, de su
generación y corrupción, de su transformación constante:; lo permanentemente estático y siempre
idéntico a sí mismo no puede ser causa del devenir. La idea de casa, por sí sola, nunca hará surgir la
casa real (hará falta, además el arquitecto o el albañil, según Aristóteles).

d) Una cuarta crítica se conoce con el nombre de “ARGUMENTO DEL TERCER HOMBRE“. De
acuerdo con Platón, la semejanza entre dos cosas se explica porque ambas participan de la misma
idea. Por ejemplo: Juan y Pedro son semejantes porque ambos participan de la idea de “hombre”.
Pero como también hay semejanza entre Juan y la idea de hombre, será preciso suponer una nueva
ideas – el “tercer hombre”- de la cual Juan y la idea de hombre participen y que explique su
semejanza; y entre esta nueva idea, la anterior y Juan, habrá también semejanza…Lo cual
claramente nos embarca en una serie infinita (regressus in infinitum) con la que nada se explica,
puesto que con tal procedimiento no se hace más que postergar la explicación, de tal modo que el
problema que da siempre abierto.

Conviene hacer dos observaciones con respecto a estas críticas, y en general respecto a las
relaciones entre Aristóteles y su maestro. La primera es que estos reparos, en substancia, aparecen
ya en el propio Platón -en el Parménides-; son, pues, dificultades que el propio Platón encontró en
su doctrina, y que lo llevaron a una profundización y revisión de la teoría de las ideas, especialmente
a partir del Sofista. En segundo lugar, después de lo antes dicho conviene atenuar la contraposición
de los dos filósofos, que quizás es más notable en las palabras que en las cosas mismas; las
coincidencias, como por ejemplo, en la concepción ideológica de la realidad, o en la valoración de
concepto frente a lo sensible, entre otras -señalan profundas afinidades de fondo. Es probable, por
último, que las críticas de Aristóteles se refieran, más que a Platón mismo, a algunos de sus
discípulos.

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