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El placer no puede identificarse con el bien porque hay fines q perseguirlos por
más que carezcan de ser buenos, y también hay placeres vinculados con
conductas que merecen ser reprobadas, pero el placer no se opone
absolutamente al bien.
El bien es exacto y el placer es indeterminado en tanto que hay placeres
violentos confusos pero no sucede así con todos los placeres como por
ejemplo con los del estudio de la sabiduría como verdad teorética, como
comprensión de la ignorancia, la esperanza, los sentidos (vista, oído, olfato).
“Cuando se ha llegado a ver o a comprender, se continúa viendo y
comprendiendo”
¿Por qué no podemos conocer los sentimientos en el ser humano? porque no
todos lo buscan de la misma manera, lo dice Aristóteles en la ética no hay una
única felicidad a la que todos aspiramos, el ser humanos nos hace propios
cada por diversos mismos, lo que ami me hace feliz y me llega al alma al otro
no le mueve ni la punta de un mísero pelo, no se trata de caer en un relativismo
absoluto sino de entender que ya Aristóteles estaba dando cuenta
indirectamente aunque no lo dice así, de que cada uno crea el concepto de
felicidad y lo conoce a posteriori, porque todos sentimos de distintas maneras.
de ahí que el autor dice que el hombre feliz será el hombre virtuoso.
En el Platonismo el eros como erótica ascendente hacia la verdad da cuenta de
que el ser humano no puede conocer el amor la idea en sí, sino que puede
conocer las copias imperfectas lo mismo con la felicidad, con la virtud, con la
libertad, etc.
He aquí que como conoce las copias imperfectas en carácter de pluralidad
conoce un determinado concepto de amor que lo concibió en base a sus
esquemas de pensamientos, y su experiencia. El que nunca llegó a concebir un
amor que le haga bien, nunca llegó a conocer el amor del bueno. El que nunca
tocó fondo con la tristeza puede tener la idea de lo que es sentirse muy mal
hasta tal punto de estar al límite de la vida y la muerte pero no llego a saber lo
que se siente realmente. Ahora bien, aunque muchas personas hayan
adquirido las mismas experiencias o incluso vivido las mismas situaciones
ninguna las puedo haber proyectado, interiorizado, relacionado de la misma
manera porque cada uno siente de manera distinta.
No se trata de caer en un relativismo absoluto sino de entender que el
problema que se le presentaban a los filósofos de la antigüedad era que no
lograban concebir este concepto.
Estamos condenados a conocer una idea genérica de los sentimientos pero no
universal si particular y propia de cada uno porque cada persona es un mundo.