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El ser humano en tanto ser racional tiene una vida finita y es consciente de ello

aunque atrapado por la rutina y la cultura de la sociedad en la que está incierto,


está limitado por su forma habituada de concebir el mundo, todas las
proyecciones simbólicas del hombre son culturales, aquí está el carácter
humano totalmente restringida hasta el punto de que no es libre, aunque cree
serlo, está condenado a la muerte el problema más grande de toda la historia la
pregunta filosófica que no nos podemos contestar sino es edificando a partir del
dogma, problema resuelto o formulando hipótesis a priori, a posteriori, a prueba
o error pero siempre suponiendo  y cuando se parte de una premisa que es
verdad para uno, la certeza no es absoluta sino relativa.
¿Qué es la libertad? la capacidad de elección. Uno puede tener mucha hambre
pero puede elegir si comer o no en base a que puede razonar claro está. Ahora
bien ¿Hasta qué punto tiene la libertad de elegir? no puede elegir cuando tener
hambre y cuando no, cuando estar triste y cuando no estarlo, no puede siquiera
elegir cuando una acción externa le va afectar o no, mucho menos hasta que
punto le va a afectar. Puede reflexionar para entender por qué hay hechos,
momentos, relaciones,  que no merecen la pena ser sufridas, que nos lleguen
hasta el punto que nos afectan para bien o para mal. Pero es indistinto todo lo
que el cuerpo como goce inmediato te reclama. No podes elegir que el
estómago te haga ruido porque es propiamente humano tener que alimentarse,
relacionarse, comunicarse, y de este último ejemplo me detengo un momento,
es cultural la forma que una persona tenga de comunicarse, los códigos,
incluso el idioma, pero ¿Qué pasa si al nacer un bebé se lo deja crecer sin
hablarle en ningún momento para comprobar que idioma adquiere? Se muere y
esto está comprobado. Ahí lo que es propiamente natural en cuanto ser un
humano, y no un animal, ni ninguna otra cosa.
He aquí la razón, la que viene a ordenar al hombre, a permitirle seleccionar
bien, pero ¿quien va a venir a decir lo que está bien?, o mejor dicho ¿Qué es el
bien?.
Incógnitas más que certezas, dudas que nos abren puertas que nunca se
cierran y los sentimientos que siempre nos atormentar hasta tal punto de
hundirnos.
Desde que en la antigüedad las preguntas de los filósofos por comprender la
naturaleza en la que el ser humano esta incierta fueron propiamente marcadas
por estudiar la realidad exterior como si ella estuviera ahí y uno pudiera
comprenderla desde una lectura moderna como si pudiera entender, su
creación, el destino del hombre en la humanidad, y su relación con ella.
Para Aristóteles en la ética,  el bien supremo es la felicidad pero cada cual lo
concibe a su manera por lo que se siente inducido a esto o aquello.He ahí la
libertad restringida del hombre.  Para no perderse en esta subjetividad, reside
que la virtud es competente para comportarse razonablemente.
La felicidad no consiste en la virtud sino en el ejercicio de ella, en la actitud más
razonable allí donde el alma encuentra su satisfacción más elevada.

El placer no puede identificarse con el bien porque hay fines q perseguirlos por
más que carezcan de ser buenos, y también hay placeres vinculados con
conductas que merecen ser reprobadas, pero el placer no se opone
absolutamente al bien.
El bien es exacto y el placer es indeterminado en tanto que hay placeres
violentos confusos pero no sucede así con todos los placeres como por
ejemplo con los del estudio de la sabiduría como verdad teorética, como
comprensión de la ignorancia, la esperanza, los sentidos (vista, oído, olfato).
“Cuando se ha llegado a ver o a comprender, se continúa viendo y
comprendiendo”
¿Por qué no podemos conocer los sentimientos en el ser humano? porque no
todos lo buscan de la misma manera, lo dice Aristóteles en la ética no hay una
única felicidad a la que todos aspiramos, el ser humanos nos hace propios
cada por diversos mismos, lo que ami me hace feliz y me llega al alma al otro
no le mueve ni la punta de un mísero pelo, no se trata de caer en un relativismo
absoluto sino de entender que ya Aristóteles estaba dando cuenta
indirectamente aunque no lo dice así, de que cada uno crea el concepto de
felicidad y lo conoce a posteriori, porque todos sentimos de distintas maneras.
de ahí que el autor dice que el hombre feliz será el hombre virtuoso.
En el Platonismo el eros como erótica ascendente hacia la verdad da cuenta de
que el ser humano no puede conocer el amor la idea en sí, sino que puede
conocer las copias imperfectas lo mismo con la felicidad, con la virtud, con la
libertad, etc.
He aquí que como conoce las copias imperfectas en carácter de pluralidad
conoce un determinado concepto de amor que lo concibió en base a sus
esquemas de pensamientos, y su experiencia. El que nunca llegó a concebir un
amor que le haga bien, nunca llegó a conocer el amor del bueno. El que nunca
tocó fondo con la tristeza puede tener la idea de lo que es sentirse muy mal
hasta tal punto de estar al límite de la vida y la muerte pero no llego a saber lo
que se siente realmente. Ahora bien, aunque muchas personas hayan
adquirido las mismas experiencias o incluso vivido las mismas situaciones
ninguna las puedo haber proyectado, interiorizado, relacionado de la misma
manera porque cada uno siente de manera distinta.
No se trata de caer en un relativismo absoluto sino de entender que el
problema que se le presentaban a los filósofos de la antigüedad era que no
lograban concebir este concepto.
Estamos condenados a conocer una idea genérica de los sentimientos pero no
universal si particular y propia de cada uno porque cada persona es un mundo.

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