Está en la página 1de 7

Eclipse solar

Ir a la navegación
Ir a la búsqueda
Commons-emblem-question book yellow.svg
Este artículo o sección tiene referencias, pero necesita más para complementar su
verificabilidad.
Puedes colaborar agregando referencias a fuentes fiables como se indica aquí. El
material sin fuentes fiables podría ser cuestionado y eliminado.
Este aviso fue puesto el 12 de abril de 2012.

Este artículo o sección necesita ser wikificado, por favor, edítalo para que cumpla
con las convenciones de estilo.
Este aviso fue puesto el 26 de febrero de 2017.
«Eclipse de sol» redirige aquí. Para la película argentina de 1943, véase Eclipse
de sol (película).
Un eclipse solar total ocurre cuando la Luna cubre completamente el disco solar.
Las protuberancias solares pueden verse a lo largo del limbo, así como los
filamentos de la corona. En la imagen, fotografía del eclipse solar del 11 de
agosto de 1999.
Cuando la Luna nueva se encuentra más próxima a la Tierra (perigeo, izquierda), la
umbra alcanza la superficie de esta y un observador en A verá un eclipse total. Si
la Luna nueva está más lejos (apogeo, derecha) la umbra no llega a la Tierra, y un
observador en B, en la anteumbra, verá un eclipse anular. Los observadores en C, en
la penumbra, apreciarán eclipses parciales.

Un eclipse solar es el fenómeno astronómico que se produce cuando la Luna oculta al


Sol visto desde la Tierra. Esto ocurre cuando el Sol, la Luna y la Tierra están
alineados. Dicha alineación coincide con la luna nueva e indica que la Luna está
muy cerca del plano de la eclíptica. Los eclipses pueden ser totales, si la luz
solar es totalmente ocultada por la Luna, anulares y parciales, si solo una parte
del Sol es tapado.

Si la Luna tuviese una órbita perfectamente circular, estuviese más cerca de la


Tierra y en el mismo plano orbital, habría eclipses totales cada luna nueva. Sin
embargo, puesto que la órbita lunar tiene algo más de cinco grados de inclinación
respecto de la terrestre, su sombra no cubre generalmente la Tierra. Solo si la
Luna está cerca del plano de la eclíptica durante una luna nueva, puede ocurrir un
eclipse solar. Deben darse condiciones especiales para que los dos hechos coincidan
porque la Luna cruza la eclíptica en sus nodos dos veces cada mes dracónico,
mientras que las lunas nuevas suceden cada mes sinódico. Por lo tanto, los eclipses
solares ocurren solo durante periodos limitados en los que se producen de dos a
cinco, habiendo un máximo de dos eclipses totales.

Los eclipses totales son poco frecuentes porque la sincronización de la luna nueva
con la alineación de la Luna, el Sol y un observador en la Tierra tiene que ser
exacta. Además la excentricidad de la órbita de la Luna a menudo lleva a esta lo
bastante lejos de la Tierra como para que su tamaño aparente no sea lo
suficientemente grande como para bloquear al Sol por completo. La totalidad solo se
da a lo largo de un estrecho camino sobre la superficie de la Tierra trazado por la
sombra lunar.

A pesar de que los eclipses son fenómenos naturales, en algunas culturas antiguas y
modernas se explican por causas sobrenaturales o se consideran malos augurios. Un
eclipse total puede ser aterrador para personas que no son conscientes de su
explicación astronómica, ya que el Sol parece desaparecer durante el día y el cielo
se oscurece en cuestión de minutos.

Dado que mirar directamente al Sol puede provocar daños permanentes en los ojos o
ceguera, para observar un eclipse solar se utilizan protecciones oculares
especiales o técnicas de visión indirecta. Es, en teoría, seguro ver la fase total
de un eclipse a simple vista, sin protección. Sin embargo, es una práctica
peligrosa, ya que la mayoría de las personas no está entrenada para reconocer las
fases de un eclipse, que pueden durar más de dos horas mientras que la fase total
solo llega como máximo a los siete minutos y medio y es con frecuencia más corta.
Índice

1 Tipos de eclipses
2 Magnitud y oscurecimiento
3 Inclinación de la órbita
4 Período Saros
5 Importancia histórica de los eclipses
6 Recomendaciones para ver un eclipse
7 Fotografía de eclipses solares
8 Galería de imágenes
9 Véase también
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos

Tipos de eclipses
Ilustración de una eclipse solar desde De Magna eclipsi solari, quae continget anno
1764 (Acta eruditorum, 1762)

Existen tres tipos de eclipse solar:

Parcial: La Luna no cubre por completo el disco solar, apareciendo una media
luna brillante.
Total: Desde una franja (banda de totalidad) en la superficie de la Tierra, la
Luna cubre totalmente el Sol.1 Fuera de la banda de totalidad el eclipse es
parcial. Se verá un eclipse total para los observadores situados en la Tierra que
se encuentren dentro del cono de sombra lunar, cuyo diámetro máximo sobre la
superficie de nuestro planeta no superará los 270 km, y que se desplaza en
dirección este a unos 3200 km/h. La duración de la fase de totalidad puede ser de
varios minutos —entre 2 y 7,5—, alcanzando algo más de las dos horas todo el
fenómeno, si bien en los eclipses anulares la máxima duración alcanza los 13
minutos y llega a más de cuatro horas en los parciales, teniendo esta zona de
totalidad una anchura máxima de 272 km y una longitud máxima de 15 000 km.
Anular: Ocurre cuando la Luna se encuentra cerca del apogeo y su diámetro
angular es menor que el solar, de manera que en la fase máxima permanece visible un
anillo del disco del Sol. Esto ocurre en la banda de anularidad; fuera de ella el
eclipse es parcial.

Para que se produzca un eclipse solar, la Luna ha de estar en o próxima a uno de


sus nodos, y tener la misma longitud celeste que el Sol.

Cada año suceden sin falta dos eclipses de Sol, cerca de los nodos de la órbita
lunar, si bien pueden suceder cuatro e incluso cinco eclipses. Suceden cinco
eclipses solares en un año cuando el primero de ellos tiene lugar poco tiempo
después del primero de enero. Entonces el segundo tendrá lugar en el novilunio
siguiente, el tercero y el cuarto sucederán antes de que transcurra medio año, y el
quinto tendrá lugar pasados 345 días después del primero, puesto que ese es el
número de días que contienen doce meses sinódicos.

Por término medio sucede un eclipse total de Sol en el mismo punto terrestre una
vez cada 200-300 años. Para que suceda un eclipse de Sol, es preciso que la Luna
esté en conjunción inferior (luna nueva) y además que el Sol se encuentre entre los
18° 31' y 15° 21' de uno de los nodos de la órbita lunar.
Geometría de un eclipse total de Sol.
La mayor o menor distancia de la Luna a su perigeo va a determinar que el eclipse
sea total o anular. Los valores extremos para el perigeo y apogeo lunares en el
siglo XXI son los siguientes:2

Perigeo lunar: entre 356 375 km y 370 350 km


Apogeo lunar: entre 404 050 km y 406 712 km

Considerando los valores extremos de los anteriores resulta que la distancia de la


Luna a la Tierra variará en nuestro siglo en 50 337 km como máximo, cantidad
importante que supone unos cuatro minutos de arco para el diámetro angular lunar,
en más o en menos, un 8 % del diámetro angular medio de nuestro satélite.
Magnitud y oscurecimiento
A una misma magnitud no le corresponde necesariamente un igual oscurecimiento (ver
texto).

La magnitud de un eclipse solar es la fracción del diámetro solar ocultado por la


Luna, mientras que el oscurecimiento se refiere a la fracción de la superficie
solar que queda oculta. Son cantidades completamente distintas. La magnitud puede
darse en forma decimal o como un porcentaje: hablaremos indistintamente de una
magnitud 0,2 o del 20 %, por ejemplo.

Si el eclipse es total se considera el cociente entre los diámetros angulares lunar


y solar. En el momento de la totalidad este cociente valdrá uno o más, en el caso
de una Luna nueva muy próxima al perigeo.

Por otra parte, no puede darse una correspondencia única entre magnitud y
oscurecimiento porque debido a la variable distancia Tierra-Luna varía asimismo el
diámetro angular de esta y a eclipses de igual magnitud no les corresponde siempre
un mismo oscurecimiento. Esto se representa –de forma muy exagerada– en la figura
de arriba: tanto en A como en B la magnitud es de 0,5 –oculta la mitad del diámetro
solar–, pero el oscurecimiento –fracción de superficie solar tras la Luna– es mayor
en A que en B.
Inclinación de la órbita

En un eclipse los centros del Sol, la Tierra y la Luna están totalmente alineados,
estando la Luna siempre cerca de la línea que une la Tierra y el Sol. Si la órbita
de la Luna estuviese sobre la eclíptica (plano de la órbita de la Tierra), en cada
revolución lunar daría lugar a un eclipse de sol durante el novilunio y a un
eclipse de luna durante el plenilunio, al cabo de unos quince días. En realidad el
plano de la órbita lunar está inclinado respecto a la eclíptica un ángulo de
5°08'13", lo que motiva, las más de las veces, que la Luna pase por encima o por
debajo del Sol o por arriba o debajo del cono de sombra de la Tierra sin que tenga
lugar el eclipse. Solo habrá eclipses en las sizigias (palabra que engloba las
conjunciones y oposiciones del Sol y la Luna) cuando el Sol esté cerca de los nodos
de la Luna o puntos en que la órbita lunar corta a la eclíptica. Este nombre
proviene de que los eclipses siempre ocurren en la proximidad a dicho plano.

Si la alineación es bastante perfecta, la Luna está muy cerca del nodo durante la
sizigia, o su latitud no excede de un determinado valor, ocurre un eclipse total.
Si la coincidencia no es completa por no estar la Luna sobre la eclíptica, aunque
sí cerca de ella, se produce un eclipse parcial, quedando el Sol parcialmente
oculto por la Luna (eclipse parcial de Sol) o está parcialmente inmersa en el cono
de sombra de la Tierra (eclipse parcial de luna).
Período Saros

Esta serie de condiciones son motivo de que los eclipses sean fenómenos raros que
se reproducen al cabo de 223 lunaciones, o sea 18 años 11 días, y que se llama
período Saros y que es múltiplo común de dos de las distintas revoluciones lunares.
En un año hay dos estaciones de eclipses cuando el Sol pasa cerca de los nodos. A
lo largo de un año no pueden ocurrir menos de dos eclipses, que serán
obligatoriamente de Sol, ni más de 7: 5 de Sol y 2 de Luna, 4 de Sol y 3 de Luna, 2
de Sol y 5 de Luna. Hay ocho eclipses cada seis lunaciones que se denominan series
cortas. Tras un período Saros hay un eclipse homólogo muy similar, pero que va
evolucionando a lo largo de los distintos Saros, formando una serie larga que puede
durar unos 1280 años.
Importancia histórica de los eclipses

Existen numerosas referencias históricas de este tipo de fenómenos en distintas


épocas y culturas; así constan documentados eclipses en el año 709 a. C. en China o
en el 332 a. C. en Babilonia. El eclipse solar más antiguo del que existe
constancia sucedió en China el 24 de octubre de 2137 a. C., y al parecer costó la
vida a los astrónomos reales Hsi y Ho, los cuales no supieron predecirlo a tiempo.
[cita requerida]

Heródoto contó en su obra Historia que, en el sexto año de enfrentamientos entre


lidios y medos, el día se convirtió en noche durante el transcurso de una batalla.
En consecuencia y asombrados por el acontecimiento, ambos bandos dejaron de pelear
y concluyeron la paz.3 Los astrónomos han determinado que, si tal fenómeno fue un
eclipse, este tuvo lugar el 28 de mayo del año 585 a. C.,4 significando el día
exacto más antiguo con que puede fecharse con absoluta certeza un hecho histórico.5
El mismo Heródoto mencionó que Tales de Mileto había predicho el eclipse,3 por lo
que se le suele llamar eclipse de Tales.4

Los eclipses de Sol y Luna han representado mucho para el desarrollo científico.
Fueron los griegos los que descubrieron el período Saros que les permitió predecir
eclipses. Por otra parte, Aristarco de Samos (310 a. C.-230 a. C.) determinó por
primera vez la distancia de la Tierra a la Luna mediante un eclipse total de Luna.
Hiparco (194 a. C.-120 a. C.) descubrió la precesión de los equinoccios basándose
en eclipses lunares totales cerca de los equinoccios y en unas tablas para el Sol,
y mejoró la determinación de la distancia de la Tierra a la Luna realizada por
Aristarco. Kepler propuso usar los eclipses de Luna como una señal absoluta para
medir la longitud geográfica de un lugar sobre la Tierra.

Hacia 1695 Edmond Halley, comparando observaciones contemporáneas con registros


históricos de antiguos eclipses, sugirió que la Luna se ha estado acelerando
gradualmente en su órbita. Unos años más tarde Richard Dunthorne cuantificó el
efecto en diez segundos de arco/siglo^2 en términos de la diferencia de longitud
lunar. Hoy es sabido que lo que realmente está sucediendo es una ligerísima
disminución en la velocidad de rotación de la Tierra. Durante siglos, el fenómeno
de fricción de marea ha ido ralentizando la velocidad de rotación de la Tierra tal
que la duración del día ha ido aumentando a un ritmo de 2,3 milisegundos cada
siglo.

Durante el siglo XIX se produce un gran avance en espectroscopia que permite


descubrir el helio en el Sol y Einstein resuelve el enigma del excesivo avance del
perihelio de Mercurio y la curvatura de la luz cerca del Sol. Los eclipses del Sol
son una brillante confirmación de la teoría de la relatividad.[cita requerida]
Recomendaciones para ver un eclipse
Sucesión de imágenes del eclipse solar del 11 de agosto de 1999

Un eclipse es un fenómeno natural interesante; sin embargo puede poner en riesgo la


vista del observador, si no toma los cuidados necesarios para apreciar el fenómeno,
ver por tiempo prolongado directamente el Sol puede provocar quemaduras en la
retina y ceguera permanente. Hay formas de apreciarlo sin comprometer la vista del
observador:
Filtro solar o gafas especiales, garantizados por el fabricante. De acuerdo con
el Instituto de Astrofísica de Canarias, el cristal oscuro de soldador número 14,
que puede adquirirse en ferreterías, puede proteger adecuadamente la vista durante
unos segundos.6 Los filtros caseros o gafas comunes no deben utilizarse nunca por
el peligro que conllevan para los ojos humanos.
Observación indirecta:
Proyección a través de un agujero pequeño: se perfora un agujero diminuto,
con la ayuda de un alfiler, en una hoja de cartón. Se hace pasar la luz solar a
través del agujero y se proyecta sobre una hoja de papel o una superficie lisa.7
A través de la luz solar que se filtra a través de los árboles: las hojas
superpuestas hacen las veces de agujeros de alfiler, lo que causa que se proyecten
en el suelo o una pared varias imágenes en miniatura del eclipse.
Proyección con binoculares: se tapa uno de los lentes de los binoculares y
se hace pasar la luz a través del lente abierto. Nunca ver el sol directamente a
través de binoculares, ya que puede producir quemaduras graves e instantáneas en la
retina.6
Proyección con telescopio: es una de las mejores técnicas para observar un
eclipse. Se hace pasar la luz del Sol a través del telescopio y se proyecta sobre
una superficie lisa. Se pueden observar algunos detalles de la superficie solar. Es
recomendable utilizar los lentes de menor aumento, ya que producen imágenes más
grandes y generan menos calor, protegiendo así el instrumento.
El horizonte: durante el punto máximo de un eclipse total de sol puede
apreciarse cómo todo el horizonte se ve iluminado alrededor del observador.[cita
requerida]
Las reacciones de los animales: los animales son muy sensibles a este
fenómeno.8 En la etapa de oscurecimiento los animales de hábitos diurnos se
preparan para dormir, mientras que otros reaccionan con nerviosismo. Durante el
punto máximo la mayor parte de los animales hace silencio.
Sombras: durante el punto de máxima ocultación se alteran las sombras de
forma perceptible.

Fotografía de eclipses solares


Fotografía con protección de filtro y de las nubes de la fase parcial antes del
eclipse total del 11 de julio de 1991, Guanacaste, Costa Rica.
Fase de totalidad del eclipse total del 11 de julio de 1991, vista desde
Guanacaste, Costa Rica. Esta es la única fase en que se puede observar y
fotografiar el sol directamente.

La fotografía de un eclipse solar es una de las actividades astronómicas más


agradecidas y a la vez de las más peligrosas. Se dice que es agradecida porque, si
se ha tenido cuidado a la hora de apretar el disparador, el resultado será óptimo.

Pero a la vez es una actividad muy peligrosa, pues si no seguimos al pie de la


letra los consejos de seguridad, podemos sufrir lesiones muy graves y permanentes
que pueden variar desde un enrojecimiento de los ojos hasta una ceguera total. Las
medidas de obligado cumplimiento en toda observación solar son:

No mirar jamás directamente al Sol.


No mirar jamás directamente al Sol a través de gafas oscuras, películas
veladas, radiografías o cristales ahumados con una vela.
No mirar jamás directamente al Sol a través de lentes, lupas, oculares,
gemelos, prismáticos, telescopios ni demás aparatos de ampliación de imágenes.
No mirar jamás directamente al Sol a través del visor de las cámaras
fotográficas, aun cuando esta sea del tipo réflex, salvo que se disponga de un
filtro adecuado, y nunca más de un minuto seguido.

Una vez conocidas estas medidas de seguridad básica, se debe saber que para
fotografiar el Sol sirve cualquier cámara de control manual, especialmente las del
tipo SLR, siendo preferibles los objetivos de distancia focal larga, de manera que
se pueda impresionar el Sol al mayor tamaño posible. Debemos saber que el diámetro
lunar en film es el mismo que el solar, pudiendo emplear dicha tabla para calcular
cuál será su tamaño final en el negativo ya impreso.

El objetivo ideal es un 500 mm, pues nos permite una imagen de casi 5 milímetros,
con buenas posibilidades de ampliar la misma si deseamos crear un póster de nuestro
trabajo.

Para realizar un reportaje sobre el Sol, ya sea de un eclipse o de las manchas


solares, debemos contar con buenos filtros solares que nos protejan de la radiación
infrarroja.

Mucho se ha hablado acerca de los filtros caseros, si bien es muy importante decir
que solo son seguros aquellos filtros destinados únicamente a la función de filtrar
la luz, dejando las radiografías, los cristales ahumados, los negativos velados y
otros similares para otras funciones que no sean la de asegurar nuestra vista.

Lo ideal es emplear unas gafas de eclipse, fabricadas expresamente para visionar


este tipo de eventos y de venta en ópticas a un precio muy asequible, o un filtro
del tipo mylar, ideado para la observación y fotografía solar, si bien podemos
disponer como sustituto de un cristal inactínico de soldadura eléctrica de tono
superior a doce, pues los inferiores no protegen de las fatales radiaciones.

Conviene recordar que jamás debemos observar a través de estos filtros más de un
minuto seguido. Los filtros deben necesariamente ser instalados delante del
objetivo del telescopio, y nunca detrás del ocular, pues corremos el riesgo de que
el calor concentrado por las lentes haga estallar el cristal del filtro con el
consiguiente peligro de lesiones en los ojos.

Si utilizamos una cámara con teleobjetivo, el filtro deberá ir instalado de forma


estable delante de la óptica; por ello es necesario disponer de una máquina del
tipo réflex o SLR que nos permita observar justo lo que vamos a fotografiar.

Es recomendable emplear un filme de baja sensibilidad, entre 50 y 100 ASA, o menos


si es posible.

Debido a que el brillo de la superficie solar no sufre variaciones a lo largo del


eclipse, no es necesario compensar la exposición excepto durante las breves fases
de totalidad, en que habrá que abrir en un par de puntos el diafragma.

Siempre es recomendable emplear un rollo de película antes del eclipse, para así
calcular los tiempos de exposición y diafragmas necesarios para una buena toma.

Lo que sigue es una tabla para la fotografía de un eclipse solar con film de 100
ASA (21 DIN) a f11.

corona externa: 2 segundos


corona interna: 1/4 segundo
protuberancias: 1/60 segundo
anillo de diamantes: 1/25 segundo
cromosfera: 1/500 segundo
perlas de Baily: 1/1000 segundo

Una buena opción para documentar un eclipse es realizar todas las tomas en un único
negativo, siendo necesario disponer entonces de una cámara capaz de hacer
exposiciones múltiples.

Dado que el Sol se mueve en el cielo a una velocidad de 15 grados por hora, con un
objetivo de 35-50 mm el astro irá pasando por el campo de visión. Si orientamos la
cámara en dirección sur, de manera que el Sol recorra en diagonal el fotograma,
emplearemos algo más de tres horas para llenar el negativo con distintas imágenes
solares y con distintas fases igualmente.

Para obtener imágenes claras, será necesario disparar el obturador cada 5 minutos,
siendo imprescindible que la cámara se encuentre dispuesta en un trípode estable, y
que las tomas se realicen con la ayuda de un disparador de cable para evitar
vibraciones. Una vez que el Sol se encuentra en la franja de totalidad, se quitará
el filtro, haciendo una imagen de un segundo de exposición para resaltar la corona
en su máximo esplendor.

Si no disponemos de una cámara de exposiciones múltiples, se puede seguir el Sol


manualmente, y realizar imágenes cada 10 minutos, obteniendo así una gama completa
de imágenes solares en sus distintas fases.

También podría gustarte