El sistema penal juvenil que evoluciona hacia la justicia restaurativa es invocado por la CIDN

cuando señala que los Estados deben fomentar la transición de un modelo tutelar hacia un modelo
de protección integral y lo define así “ respuesta evolucionada al crimen, que respeta la dignidad y
equidad de cada persona, construye comprensión y promueve armonía social a través de la sanación
de víctimas, infractores y comunidad”. Tales ideales requieren transformaciones a todo el sistema
judicial, social y político, ya que la justicia restaurativa no se enfoca en probar los hechos, sino que
fomenta un mecanismo de resolución de conflictos orientado a restaurar el daño, por parte del
ofensor, sin restarle responsabilidad.

En el caso de la semana, se podría abordar a través de los círculos restaurativos: que implican que
un mediador altamente especializado dirija el proceso, donde Lucas, el dueño del supermercado,
también las víctimas indirectas y los miembros de la comunidad; todos juntos planteen la forma de
reparar el daño, restaurar la dignidad y seguridad. La colaboración y participación de todos estos
actores harán que se restaure la dignidad de la víctima, pero también la reinserción del
adolescente infractor.

Pienso que este enfoque de justicia requiere una clara regulación y un marco judicial.