que a su deidad consagra Dinamarca tiene por centro un cristalino lago que de un ameno isleo 5 que visten flores y coronan plantas en frangante y lúcida competencia es undosa también circunferencia, y él a las bellas ninfas ⸺de la deidad al culto dedicadas⸺ 10 apacible teatro donde lazos y redes suelen tender en las estivas calmas a los peces, las fieras y las almas. Aquí yo fatigado 15 de un infinito número de penas, de procelosas iras agitado, del destino arrastrando las cadenas, cierto de sus injurias, y del progreso de mi vida incierto, 20 no esperado tomé tra[n]quilo puerto, y entre sus verdes y floridas greñas de la deidad reverencié las señas. Pasos daba dudosos por el no conocido laberinto, 25 de hermoso sí, mas tan estraño enredo que admiración causara, si no miedo, al que venció del otro los errores pisando confusiones entre flores llegué con la más clara luz del día 30 a donde corregía de una vid los errores con tarda sí, pero maestra mano, un venerable anciano que de verme admirado 35 con paso apresurado me salió a recibir afectuoso y me llevó al frondoso dosel, que entre los árboles tejía la vid, que de cortina les servía; 40 y en el sital de rico no brocado, de rizo sí, de flores variado, estrado que de céspedes formaba, a gradas reducidos, de los rayos del sol tan defendidos, 45 que puesto que el león los encendía, y el can los irritaba aún el más perspicaz no penetraba curioso la nudosa celosía. Me redujo a sentar, y con semblante 50 apacible y sereno, de gravedad y de modestia lleno, la causa preguntó de mi venida a isla de tan pocos inquirida, de menos habitada, 55 supuesto que de todos venerada por respecto del dueñom con señales de obsequio no pequeño. s ddd solo 60 ss