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INTRODUCCION:

La reflexión sobre el papel que cumplen los derechos humanos en la fundamentación,


constitución y preservación de un régimen democrático ha ganado una enorme
legitimidad o interés tanto en las agencias de gobierno y organismos no
gubernamentales como en las comunidades intelectuales y circuitos académicos. En
efecto, las clases políticas de América Latina y del mundo entero se han percatado de
que el desempeño aprobatorio o desaprobatorio de los gobiernos de izquierda o
derecha está cada vez más asociado a la promulgación, extensión, protección y
garantía que éstos ofrezcan al conjunto de derechos civiles, políticos, económicos,
sociales, culturales y ambientales de sus ciudadanos y/o comunidades. Las
instituciones culturales y académicas, por su parte, se han apresurado a abrir y
financiar nuevas líneas de investigación, así como seminarios, diplomados, maestrías y
doctorados orientados a la reflexión teórica sobre ellos o a su defensa práctica. Al
mismo tiempo, no pocas asociaciones civiles y organismos no gubernamentales han
surgido y se han proyectado alrededor de la defensa, extensión, protección y garantía
de los derechos humanos en general o de determinados segmentos o núcleos de la
población en particular: mujeres, indígenas, adultos mayores, discapacitados,
homosexuales, migrantes, niños de la calle, etc. Incluso en la vida cotidiana el lenguaje
de los derechos ha ganado también carta de naturalidad: los hijos de hoy reivindican
muchos derechos frente a sus padres (por ejemplo, llegar tarde a casa), y éstos, por su
lado, invocan ciertos derechos frente a aquéllos (por ejemplo, no llegar tarde a casa).

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