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1 - INVISIBILIZAR
Consiste en considerar que el tema de la diversidad sexual no existe o no está
incluido dentro del ámbito de su acción (aula, centro educativo, vida de
estudiantes, personal y/o respecto a los/as compañeros/as de trabajo).
2 - NATURALIZAR
Consiste en considerar que determinadas acciones son inevitables y/o justificables
porque “siempre han sido así”Ejemplo: por ser considerada “machona” o
“afeminado” siempre lo/a van a dejar de lado, insultar o golpear. Por ser trans
terminará prostituyéndose. Por ser hombres deben jugar al fútbol y por ser
mujeres al manchado.
3 - SILENCIAR
Consiste en obturar las opiniones discrepantes con su visión personal, o
desarrollar formas de disciplinamiento que les exigen a las/os estudiantes
comportamientos o formas de ser en función de ideales regulatorios
heteronormativos.
"Estar en el armario"
Según Eiven, Villalba y Sardá (2001) “estar en el armario” significa que el individuo
oculta su orientación sexual. El ocultamiento puede ser a uno mismo (la persona
aún no se ha aceptado así misma) o puede darse entre aquellas personas que si
bien lo asumieron para sí no lo comunicaron a familiares, vecinos o a sus colegas
o pares en el trabajo y/o estudio. El motivo de este ocultamiento a terceros varía.
A veces existe un armario defensivo ante un contexto discriminatorio; en otras
ocasiones las personas tienen temor a perder afectos y relaciones o el lugar de
privilegio que concede socialmente la heterosexualidad.
Electiva Equidad de Género
Doc. Yessy Lorena Coronel Montaguth
La "salida del armario" implica que la persona comienza a hablar a otras/os sobre
su orientación sexual y/o a socializar públicamente como gay o lesbiana. La
comunicación no tiene por qué implicar todos los espacios sociales en los que la
persona está inserta: se lo puede haber dicho a sus amigos pero no a la familia,
puede haberlo compartido con un docente pero no aún a sus amigas/os, etc. Es
clave que las/os docentes registren con claridad el nivel preciso de negociación
que tiene la/el estudiante con el fin de evitar visibilizarla/o a la fuerza.
ORIGEN DE LA HOMOSEXUALIDAD
Esta teoría se ha visto reforzada con estudios recientes que muestran diferencias
neurobiológicas entre los cerebros del hombre y de la mujer y las funciones
asignadas en zonas anatómicas específicas, de una parte, y el papel de la
hormonas, notoriamente la testosterona, en la determinación del comportamiento
humano especialmente en cuanto lo relacionado con el género y la orientación
sexual. La sensibilidad del cerebro masculino a la testosterona aumenta su
actividad en tres períodos del desarrollo humano: el período prenatal comprendido
entre la octava y la vigésima cuarta semana desde el momento de la concepción,
la testosterona afecta el promedio de crecimiento cerebral en sus dos hemisferios
y crea una diferencia de habilidades entre el hombre y la mujer.
El segundo período, ocurre alrededor de los cinco meses después del nacimiento,
cuando la testosterona es liberada dentro del cuerpo en cantidades superiores a
las usuales. El tercer período y período final ocurre en la pubertad. Durante el
segundo y el tercer período la testosterona tiene efectos sobre el cerebro. En la
pubertad la persona descubre sus preferencias generales y de orientación sexual,
no las escoge. La orientación sexual parece el resultado de eventos hormonales
que ocurren durante la gestación y que afectan la organización de circuitos
neuronales. L. Tancredi, 20051.
1
Laurence Tancredi. Hardwired Behavior. What neuroscience reveals about morality. Cambridge, N.Y. 2005, p. 10. “La
orientación sexual parece ser el resultado de eventos hormonales que ocurren durante la gestación que afectan la
organización del circuito neuronal. La genética y otros factores tales como la inmunología pueden impactar sobre los efectos
de los andrógenos (testosterona en particular) sobre el feto y las consecuencias resultantes para la identificación del género
y la preferencia sexual… La homosexualidad por largo tiempo pensada como limitada al comportamiento humano, con
escogencia de estilo de vida, no como condición biológica determinada; se halla presente entre todas las especies de
animales, desde los monos hasta los pájaros”. p.110 – El desarrollo de la pedofilia como el desarrollo de la homosexualidad,
tienen más que ver con un mal funcionamiento biológico que ocurre en la fase prenatal del desarrollo de la masculinización
del cerebro. En cuanto a la moralidad del comportamiento sexual, Tancredi señala que (p.111) “Las hormonas y los
neurotransmisores tienen el papel básico en la determinación del comportamiento sexual y en el vínculo social. Durante el
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LA HOMOFOBIA
Por tanto, considera la homosexualidad como una forma de sexualidad tan legítima como
la heterosexualidad y la homofobia es otra forma de exclusión social que, como tal,
desarrollo prenatal los andrógenos, particularmente la testosterona, tienen un efecto decisivo sobre el género y la
orientación sexual”. P.112 “algunos individuos con elevados niveles de testosterona o dopamina serán incapaces de
experimentar vínculos sociales. Buscarán contacto sexual, pero nunca permitirán que ocurra una adhesión (cariño, apego).
Las hormonas y su influencia sobre el cerebro pueden hacer a un individuo incapaz de controlar sus impulsos sexuales”. p.
113 “Cada uno de nosotros soporta su propia posición en el espectro de ser influenciados por los cambios neuroquímicos y
cerebrales desde la fase prenatal de nuestro desarrollo. No podemos estar capacitados para controlar las preferencias
sexuales o de género, tal como aparecen ser conformados prenatalmente y durante los tempranos años de desarrollo, pero
la mayoría de nosotros podemos ejercer algún control sobre nuestro comportamiento. Al menos, el grado de ese control es
grandemente determinado por fuerzas biológicas”. El autor hace dos preguntas: “¿Qué puede hacerse acerca de este
comportamiento sexual, particularmente cuando afecta a otros?” y “¿Cuáles son las implicaciones morales de alterar
biológicamente el cerebro para modificar el comportamiento sexual?”
2
Michel Foucault, Histoire de la sexualité, 1976, Gallimard, Paris
3
J. N. Katz, The invention of heterosexuality,1995, Dutton, New York
4
Sin embargo, los estudios de neurobiología realizados por medio de resonancia magnética nuclear, señalan zonas
cerebrales especiales relacionadas con escenarios y desempeños sociales tales como la amistad, el flirteo o la agresividad.
Estas zonas se ubican en células del surco temporal de los lóbulos temporales y las amígdalas. Responden cuando se
intenta entender el modo de ser de otra persona, sus intenciones y su mente (Tancredi, 2005).
5
Daniel Borrillo. Homofobia, Barcelona, 2001, p.10.
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interpreta y extrae conclusiones materiales para las personas que sufren la exclusión, y
las desventajas concretas afectan negativamente sus formas de vida.
El concepto de las dos categorías de sexo muy distintas es muy reciente en la historia
humana. Para sustentarlo M. Dorais se apoya en el historiador T. Laquear (La fabrique du
sexe, 1992, Gaillimard, Paris), quien señala que antes de los finales del siglo XVIII había
consenso para afirmar que el sexo femenino era un derivado del sexo masculino y el
cuerpo femenino era percibido como una versión interior e inferior del cuerpo masculino6.
Sólo hasta finales del siglo XIX aparece la expresión heterosexualidad como sexualidad
orientada hacia el otro sexo y que tenía por demás un sentido peyorativo, como atracción
mórbida por el otro sexo. El término heterosexualidad se desarrolló en contra del concepto
de homosexualidad aparecido alrededor de 1870. A comienzos del siglo XX se consagran
las categorías de heterosexualidad y homosexualidad en el lenguaje corriente y en la
cultura (Borrillo, 1999).
La exclusión que genera la homofobia lleva a que se les prive a gays y lesbianas del
derecho al matrimonio, a la filiación, a los derechos patrimoniales de las parejas y, a las
técnicas de procreación asistidas médicamente, y a la adopción.
6
Gail Hawkes.Sex & Pleasure in Western Culture, Polity, Cambridge. p. 166, 2006, señala cómo hasta en lo jurídico se
reafirma la derivación o dependencia de lo femenino, respecto de lo masculino y en el juzgamiento moral de quienes
desean su mismo sexo. “Pero el pensamiento sexológico estimula un grado de tolerancia para la mayor parte de sus
actividades alimentadas en tal forma que la de la homosexualidad masculina pareciera una inversión de la naturaleza y la
homosexualidad femenina un poco más que una nota de pie de página. La construcción legal del deseo del mismo sexo
sigue el mismo patrón; las leyes aumentaron la criminalización y la represión policial de la homosexualidad masculina,
mientras ignora al lesbianismo. Este tratamiento diferente era una evidencia más del modelo masculino de toda sexualidad
masculina o femenina, gay o normal. La homosexualidad masculina originó interrogantes acerca de lo que constituía el
deseo natural en los hombres y desafió la construcción de una sexualidad que estaba ligada por naturaleza con una esencia
de masculinidad”.