Está en la página 1de 18

A.

5
I oRYG (A/ 4 L 7 Pa' P-43 rta-1.<,
1-12P-49
1

4 L. Castro, C. López-Fanjul y M. A. Toro 1. EL DARWINSMO Y SUS OBJETORES

En el ca ' ula 5 se arfalizanrlós fenórnénos culturales desde una


\ perspectiya'neodarván/Ista . /En/-primegr ar se disputé la evolución del
r apren 'Íaje s.ocial la veryaja adapt 'va de la ciiitUra; a estó sigue una
1t ex sición d7 las caraotérísticas e la transmisión cultiíral entendida
i como un sistema de erencia ue muestraanaloglas,. Y diferencias con
.1' el genéticé; y, porAl timo, se escriben-las distintas tendencias que han
.,,-. .-
lido surgiendo-en la aproximación: . ../ evolucionista al estudio de la-cul-
., tura, que .sdlifererynián en la importancia <lúe cada una de ellas/otorga
a las preilisposici6nes biojólicas en la..el"rolución cultural./ LOS INGREDIENTES DEL DARWINISMO
`.' Finalmenté, el capítulo 6. se refiere a la evolución de'cuatro
rásIos.
clavédela!:n. ente hydlia:_..1a..inteilggnpils1 jet:Igual, el sentido ético El estudio de los seres vivos precisa de una ordenación previa que per-
y la auréconciencá. Se coment`an las. principales /teorías sobréáu ori-
..5...,,..-• ,
mita encasillarlos de acuerdo con sus semejanzas y diferencias es-
gen y se proporfe una evolucíón .darwinista paía todos ellas, .basadaen tructurales. La clasificación en uso agrupa a los individuos en especies,
el supuestdde que nuestros antepasados'homínicloá adquirieron la las especies en_géneros, los_ géneros en familias, las familias en órAe-
,-
capacidad de modular la transmisión'a sus hijos' de la información nes, los órdenes en clases, etc., siguiera).- en líneas generales la no-
adquirida mediante ja aprobación..oreprobagió.íí„de_su conducta. menclatura jerárquica propuesta por Linneo a mediados del siglo XVIII.
Este libro estfá basado en-bueria parte edlas'reserias qué venimos Efilterri - nean-dtiene Un evidente seráino—i-)ráctiCO,--al itiaifir fas
- á lin
publicando.periódicamente pri la Kevist4e EibrOs desde/su aparicióri especies Felis catus (gato común) y E silvestris (gato montés) en el gé-
en 1996, y tiene un antecedente inmediltden otro texto, Polémicas del nero Felis, y a éste junto con el Lynx, que engloba a los linces ibérico
evolució nismo (Eudema, 1987), querguardaba esariásma relaCIón con (L. pardina) y boreal (L. lynx), en la familia Felinos, orden Carnívoros
la revista antecesora Libros, también 'dirigida por/Álvaro Délgado7Gal. y clase Mamíferos; pero debe su vigencia a que puede interpretarse
Los 16 arios transcurridos son'más que suficientes par(justificar esta en términos del principio evolutivo que asigna un parecido más es-
nueva disección de una oferta evoluCioni'S/ta expodencialrnerite cre- trecho a aquellos grupos filogenéticamente más próximos. Desde la
ciente. Las ideas expuestas aquí se harrenriqueado ./ con di'mentariés, décima edición de Sistema Naturae (1758) hasta hoy, el número de
aclaraciones y correcciones por parte de muchos / /y amigos,
colegas / cu- especies vegetales y animales descritas ha pasado de nueve mil a alre-
yos nombres preferimos no enumerar para no caer/en olvylOs invo- dedor de un millón y medio, pero esta última cifra corresponde úni-
luntarios pero no por ello menos injustosftstamodeguroOe que todos camente a lo conocido y su extrapolación a la totalidad, sobre todo si
ellos perdonarán esta omisióny aceptarán nu9s-/t/rasdise4as.N¿ obs- ,/ tenemos en cuenta a los organismos cuya dimensión máxima es infe-
tante, deseamos manifestar exp4citamentéllestrda/ .
gradecyntento l rior a un centímetro, conduce a estimas que oscilan entre tres y cua-
cariñoso/ prólogo conque nos. ha obsequia do elp/r'ofesor/Francispd J. renta millones de especies dependiendo del procedimiento - de valoración
Ayala, de la Universidad de CalifomiaiarvineY .., seguido.
• La unidad clasificatoria básica es la especie,
_ definida como un con-
Laureano Castro s6ro---emreproducen apareándose entre sí y
-junti5-délridi-Vld-u-o-.s"- que-
Carlos López-Fanjul que son incapaces de procrear cuando copulan con miembros de otras
Miguel Ángel Toro Lespecies próximas. Todos los individuos de una misma especie com-
parten varios rasgos diagnóstico invariables que son útiles porque
permiten su identificación como tales; sin embargo los atributos de-
6 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 7

finitorios de la especie son los que determinan su aislamiento repro- otras. Medio siglo más tarde Darwin identificó dicha actividad con la
ductivo con respecto a otras y, por tanto, su integridad genética. Esta acción de la selección_natura,Lapellidada precisamente así para_distin-
última noción que es también de origen dieciochesco-pued-Jíiribuirse _guida de opl•ndidos agentes más o menos -s-o-brenaturales. A pe-
a Buffon y, otra vez, ha perdurado porque encaja en el actual razo- sar de la.enorme conmociel---4-ü-é1i-5iiblicación de El origen de las
namiento evolutivo. Las categorías taxonómicas de rango superior al especies supuso para la mentalidad decimonónica, el darwinismo no al-
de especie son en cierta medida artificiales, por definirse en térmi- canzó la plena consagración científica hasta los años cuarenta del siglo
nos de un grado de parecido que se ha fijado de un modo relativa- xx, al integrase los distintos conocimientos biológicos, especialmente
mente arbitrario. Por otra parte, las especies están compuestas por la teoría mendeliana de la herencia, en la llamada síntesis moderna o,
poblaciones más o menos endógamas que ocupan distintas zonas de más comúnmente, neodarwinismo.
, sn-..clistrib-
. _ ució-
._. n-g-e-b-gr-
_á-f---
iCa.-
- y qii¿iii-tiéstran adaptaciones al medio lo-
_. Los tres procesos mencionados. fa diferenciación temporal de las
, cal, quo de los concepios introducidos por-Büff-on. No obstárit -, los especies, su diversificación espacial y la adaptación de éstas al medio
miembros de diferentes poblaciones de una—m-Ts---m--a- especie pueden en que habitan, están exhaustivamente documentados. Otra cosa muy
aparearse entre sí sin problemas, aunque en algunos casos se obser- distinta es la interpretación que se les quiera dar, y en ello difieren
ven impedimentos a la reproducción de mayor o menor cuantía que unas teorías evolucionistas de otras. La neodarwinista propone un me-
marcan el4picio de un propesp de e_speciación que puede llegar a tér- canismo único -selección natural- que actúa predominantemente so-
mino o desvaifécerse con el paso del:fie-m -p-o-7La clasificación de las bre individuos y al que se atribuye la adaptación en su práctica totalidad
poblaciones en subespecies, semiespecies, variedades, etc., según su así como los cambios espacio-temporales que son consecuencia de
.1
.ra.clo de aislamientoreprodwivo incipiente vuelve a ser discrecio-
ella, a los que se añaden los cansados por el azar o deriva genética.
nal-,-pne-IIVO -e' se basa edun cr'fféle de matiz cuya manifestación es Esto equivale a decir que la hipótesis neodarwinista se asienta sobre
, -kdemás reversible, En términos evolutivps lo esencial es si un grupo
tres conceptos fundamentales: variación genética, adaptación y selec-
( puede recibir información genética de otro, mediante la correspon- ción. Para que una población pueda evolucionar por selección natu-
diente integración reproductiva de inmigrantes como ocurre entre ral es indispensable, en primer lugar, que existan diferencias entre los
1 poblaciones de una misma especie, o si esa transferencia es imposi-
individuos que la componen, bien en los rasgos morfológicos, los fi-
ble, condición que está determinada por la adquisición del rango de siológicos o los de comportamiento. Además, los genes deben ser, al
especie. _...,•
Ç menos en parte, responsables de esas diferencias, con objeto de ga-
A la dimensión espacial o poblacional de la especie se añade una rantizar su transmisión de una generación a la siguiente. En segundo
cierta continuidad temporal siempre precaria. De ahí el concepto de lugar, algunas de esas variantes deben estar mejor adaptadas al medio
especie fósil, producto de la aplicación de las técnicas taxonómicas uti- . _
que otras, en el sentido de resolver más eficientemente el7proVema
lizadas en la catalogación de los actuales seres vivos a los restos de or- plantea& Ii5rtiffá-áituálóráiiIiéritre"oricreiál'Is&
, 'último, debe ocu
ganismos extintos, que fue utilizado por primera vez por0. 21_,ie
_ky que ---rrir-que los in-dividí-los que muestren una mejor adaptación sean los
representa la inclusión de la dimensión temporal o histórica en el que contribuyan con más descendientes a las futuras generaciones. A
razonamiento biológico. A principios del siglo xix, los discípulos de' pesar de la sencillez de esta argumentación existe una considerable
r Buffon ya estaban, pues, en disposición de abordar el descifre de la in-
formación contenida en el registro fósil, bien «a la Cuvier» como pro-
confusión en torno a los tres conceptos referidos, a la que hemos con-
tribuido no poco los especialistas por haberlos usado con excesiva
ducto de sucesivas catástrofes que aniquilarían todo resto de vida ligereza en contextos muy distintos. Por ello trataremos a continua-
I anterior seguidas de nuevas creaciones, o «a la Lamarck» como resul- ción de aclarar algunas confusionel habituales en la medida en que
tado de una actividad transformista que transmutaría unas especies en nos sea posible.
-15et7 C1 c'1,
(r(1, ce,
1}Vb-(71/!2
8 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro
El darwinismo y sus objetores

La comparación de especies es otro de los procedimientos segui-


ADAPTACIÓN dos en el análisis de las adaptaciones. Se ha dicho en numerosas oca-
siones quéro-que -los-m
an-féPa-sados del hombre y los actuales
Si se acepta que la evolución adaptadora ha ocurrido por acción de la •iA
primates fue la postura erecta y la mayor capacidad craneal de los pri-
selección natural, de ello se siguelógicamente que tanto las estructuras
meros. El bi edalismo facilita la observación y deja libres las extremi-
morfológicas como las pautas decomportabilento pueden interpre-
dades superiores, que pueden entonces ser utilizadas con propósitos
tarse en función de su contribución a la,g_ipervivencla y la reproduy-
muy distintos de la pura actividad locomotora,. por ejemplo el manejo
ción. El estudio empírico de la adaptación puede hacerse atendiendo de herramientas; de hecho se ha calificado la evolución humana de evo-
a criterios de optimización y, para ello, se considera aisladamente una
~r prótesis. Por otra parte, el volumen cerebral del-S:Shit:1re .
determinada faceta organismo como un problema del que se pre- actual triplica al-délos australopitecos y este aumento ha afectado fun-
tende que tenga una soluqi~Ésta se trata de encontrar, tal
damentalmente al neocórtex, que es donde radican los centros de aso-
como se procede en ingeniería o en economía, mediante la utilización
ciación compleja. Se ha discutido mucho cuál de estas adquisiciones ,
de métodos analíticos, como la teoría de control, el análisis de costes
precedió a la otra, pero E J. Gould ha sugerido que ambas pueden con-
y beneficios, la teoría de juegos, la programación dinámica, etc. Una siderarse co-n---
séaiencias de un fenómeno primario que es la neotenia o
vez obtenida dicha solución se investiga si es la adoptada por la espe-
retención de la fase juvenil durante un periodo más largo de lo que nos
cie objeto de estudio y, en caso afirmativo, se acepta su naturaleza adap- correspondería por nuestra situación filogenética.
tadora. Este an 'álisis, sin embargo, no está exento de_elailros porque
En apoyo de esta argutnéntaci&Lpueden aducirse las siguientes ra-j -
ca-cía rasgo tiene múltiples funciones y no cabe esperar que sé produz- zones. En primer lugar,1-i-Ja—de crecimiento fetal es la más rápida de
can resultados óptimos para cada una de ellas. todo el ciclo vital y, si se mantiene más allá del parto, permite que el
A título de ejemplo consideremos el comportamiento seguido para
cerebro pueda seguir desarrollándose. Comparándonos con nuestros ,
obtener alimento por una especie de cuervos que vive en la costa oc-
parientes más próximos, el tamaño de nuestro cerebro en el momento
cidental canadiense. Por observación directa se había establecido que
del nacimiento es sólo un 25 % del definitivo, mientras que en chim-
estas aves capturaban caracoles marinos durante la bajamar, alzaban pancés es del orden del 40 % y en Rhesus del 65 %. El crecimiento ce-
el vuelo y los dejaban caer varias veces hasta que la cáscara se partía,
rebral prolongado sólo es posible si se retrasa la calcificación del cráneo
•ingiriendo el cuerpo a continuación. La presa se limitaba a los cara- y aunque la mayor parte de los mamíferos nace con un cráneo total-
coles de mayor tamaño y la altura de caída era de aproximadamente
mente osificado y un cerebro que ha alcanzado ya su tamaño máximo,
cinco metros. Teniendo en cuenta la energía consumida en el vuelo
en los simios no ocurre_así. Por otra parte, nuestro rostro, comparado
así como la obtenida a partir del alimento, se llegó a la conclusión de
con el de los monos antropoides, muestra facciones juveniles, esto es,
que sólo la ingestión de caracoles grandes llevaba consigo un balance
los rasgos que lo caracterizan como el perfil recto, una mandíbula y
energético satisfactorio. Por otra parte se calculó la altura óptima de
dientes pequeños, etc., son propios de los simios jóvenes pero no de ,.
vuelo en relación con la energía consumida, resultando ser ésta lige- los adultos. En tercer lugar, el foramenniákñüm - u- orificicrdércfárié-o -
ramente inferior a cinco metros. De hecho se llevaron a cabo experi-
que da salida a la médula espinal, ocupa una posición basal en los
mentos que indicaban que, si los caracoles se dejaban caer desde alturas
embriones de mamíferos pasando luego a orientarse hacia la parte tra-
.inferiores, el número de veces que habría que hacerlo para lograr la
sera como conviene a un cuadrúpedo. Nuestra especie es la única en
rotura de su cáscara sería mayor. En resumidas cuentas, el comporta-
la que la posición basal inicial se retiene, permitiendo así la adquisi-
miento analizado cumple las condiciones precisas para ser conside-
-- ción de la postura bípeda como subproducto del retraso neoténIco de 1
rado adaptativo. nuestro desarrollo.
10 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 11 "

27? Es importante destacar que en la descripción del medio en que una fisiológicas, ecológicas y de comportamiento sexual. Los rasgos pro-
especie vive intervienen variables físicas y biológicas, incluyendo estas pios del C. molestus deben atribuirse a su adaptación al nuevo medio
últimas las modificaciones de las primeras debidas a la actividad del definido por las siguientes características: (1) una temperatura más
propio individuo y la de sus competidores. Por esta razón, la.noción elevada que ha permitido la desaparición de la diapausa o periodo de
de evolución como respuesta del organismo al cambio del medio ex- inactividad invernal; (2) una modificación de la dieta que ha pasado
terno debe substituirse por la de coevolución de organismos y am- de ser la sangre de aves a la de mamíferos, incluyendo entre éstos a los
biente. En este orden de cosas, buena parte de la evolución humana usuarios y trabajadores del ferrocarril suburbano; y (3) un alto grado
más reciente no ha dependido tanto de la adaptación a un medio cuya de enclaustramiento que ha provocado alteraciones importantes del
variación espacio-temporal es independiente del individuo, como de comportamiento sexual original en campo abierto. La última novedad
la modificación de ese medio dirigida a satisfacer los intereses del pro- ha determinado que los apareamientos entre C. pipiens y C. molestus
pio individuo. En otras palabras, dicha evolución está determinada por sean raros, tanto cuando coinciden en condiciones naturales como en
un creciente aumento de la importancia relativa de los factores cultu- las experimentales. Este aislamiento reproductivo está reforzado por
rales frente a los biológicos, aunque tanto unos como otros contribu- las dos primeras adquisiciones, que confieren una mejor adaptación al
yan al resultado final. Esencialmente nos caracterizamos por ser un hábitat subterráneo a costa de una mayor inadiaóriilliédib-eitteE.
animal que aprende. No somos fuertes, ni rápidos, ni nos reproduci- rior. A estos cambios genéticos proiii6a-Clo-s-P6ria-a- -¿Eón- de li:selec-
mos con fac-fliaddre-ii cambio gozamos tanto de un voluminoso cere- cion natural se han añadido otros que son producto del mero azar. Por
i bro, el mayor de todos los mamíferos si se expresa en relación al tamaño una parte, la variabilidad genética del C. molestus es muy inferior a la
I corporal, como de una prolongada infancia, que alarga desmesurada- del C. pipiens, reflejo del escaso número de los primeros invasores de
• -
? mente el peño& de aprendizaje. Como séllala Gould, la neoTénii hace las galerías. Por otra, se aprecia cierta diversificación genética entre los
humana, comparadas con las de los ocupantes de las distintas líneas del Metro, debida a que la circulación
restantes mamíferos, ocurran demasiado tarde. Nacemos siendo aún de los trenes facilita la dispersión a lo largo de una misma línea pero
fetos indefensos tras una larga gestación, maduramos tardíamente des- dificulta la migración entre ellas, favoreciendo así la endogamia.
pués de una prolongada infancia, y morimos mucho más tarde de los
que nos correspondería, puesto que triplicamos los doscientos millo-
nes de veces que, de promedio, respira un mamífero a lo largo de su SELECCIÓN NATURAL
existencia. En cierta manera y en términos evolutivos hemos logrado,
aunque sólo sea parcialmente, la consecución del sueño de Fausto. En lenguaje simbólico la selección podría concebirse como la supervi-
Examinemos por último el resultado final de un proceso de espe- vencia y/o reproducción diferenciales de unidades capaces de repli-
,' ciación cuya duración ha sido muy corta, el de ros mosquito delMe- carse, lo cual equivale a decir que esas unidades difieren en su eficacia
-:-.11761-51-dinense tan apropiadamente denominados Culex molestus. Los biológica. Esta noción de eficacia -la fitness de Darwin- suele aplicarse
datos moleculares sugieren que esos C. molestus descienden de una a individuos y, en palabras laxas, se define como la contribución de
sola invasión de mosquitos comunes o C. pipiens que colonizaron los descendencia a la generación siguiente. Para que la selección de los pa-
1 túneles de la red subterránea hace aproximadamente un siglo. Durante dres produzca una respuesta en los hijos es preciso que las diferencias
este periodo no se ha producido una distinción morfológica entre las en capacidad replicadora muestren un cierto componente hereditario,
I muestras de C. molestus recogidas en las estaciones del Metro y las de es decir, la semejanza entre las eficacias biológicas de padres e hijos
C. pipiens tomadas en las zonas al aire libre próximas a sus correspon- debe ser mayor que la existente entre individuos pertenecientes a dos
dientes bocas, aunque se han detectado entre ambas claras diferencias generaciones sucesivas muestreados al azar de la población.
12 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 13

El principio darwinista de selección natural ha sido calificado de reemplazando el tipo A por el B, pero esta respuesta directa-a la selec-
tautológico en numerosas ocasiones, habiéndose rechazado ese sam- ción natural vendrá ahora acompañada de otra indirecta que lleva con-
benito otras tantas. Si la selección ocurre como consecuencia de la ma- sigo un aumento del grado de adaptación de la población al medio,
yor aportación sucesoria de los más eficaces y éstos a su vez se definen porque los individuos B utilizan los recursos alimenticios más eficien-
como los más ,prolíficos,_ la circiilaridade la proposición es patente. temente que los A y la desaparición de éstos últimos llevará consigo la
La noción neodarwinista, más abstracta, atribuye distintas eficacias a duplicación del censo.
diferentes genotipos y, por reducción, a los genes que los componen, Nuestro ejemplo no hace otra cosa que reproducir el razonamiento
redefiniendo la selección natural como la reproducción diferencial de del propio Darwin, que analizaba cuál de las distintas variantes de una •
unos u otros. Si la eficacia asociada a un determinado genotipo se es- misma disposición confería mayor adaptación a sus portadores, infi-
pecifica en términos probabilisticos, de manera que se refiera a• una riendo de ello su mayor eficacia en térrninos de prolificidad. De ahí el
población concreta y a unas condiciones ambientales específicas, la término inglés fitness, que se refiere al grado de ájuste (fit) entre un in-
acusación de tautología se desvanece por completo. dividlEy su hábitat. Esta idea nos lleva a postular una asociación es-1
Para que la selección natural actúe basta con que existan diferen- taaltica positiva, pero no una correspondencia perfecta, entre la
cias hereditarias en eficacia entre los distintos individuos, pero este variación genética de la eficacia yla de las distintas facetas de la adap-
proceso no tendrá otra consecuencia que la de incrementar la eficacia tación, de manera que la acción directa de la selección natural condu-
promedio de la población de que se trate y esto, por sí sólo, no tiene cente a una mayor eficacia ravnrecería-g-énéraline-n-te el T.ri-citiííeniéi-da''
por qué conducir a una mayor adaptación de los organismos a su en- gradb
- adap_ - tación. .Este subprOduCtó 'Obtiéttien0a indirecta de
torno. Supongamos una población genéticamente uniforme de tipo A seleCción no tiene por qué ocurrir siempre puesto que la correspon-
cuyo censo está limitado a cien individuos por la cuantía de los recur- dencia entre eficacia y adaptación no es perfecta, pudiendo darse el
sos disponibles, de manera que cada uno de ellos ingiere la misma can- caso de qu-elre-édari~dqffe-Efi-d-éteim -i-
rmd—
-- as ocasiones un cierto
tidad de alimento. Si surgiera un tipo mutante B cuya fecundidad doblara grado de inadaptación, corno ocurre con los caracteres sometidos a
la del A sin modificar sus necesidades alimenticias, en pocas genera- lección sexual (véase el capítulo 3). Al definir eficacia y adaptación por\
ciones la selección substituiría la variante A por la B, que es la más efi- separado, el principio de selección natural queda otra vez liberado de
caz, sin que el censo de la población aumentara por ello, ya que aunque un posible cariz tautológico.
la tasa de natalidad se habría duplicado también lo haría la de morta- La unidad de selección puede ser cualquiera: genes, individuos o
lidad previa a la edad reproductora debido a la limitación del sustento. grupos de individuos. El gen lo es en aquellos casos en que se expresa
En otras palabras, la eficacia promedio de la po acron, efiruda •• en en los gametos. Por ejemplo, los alelos t en ratones conllevan la es-
función del número de descendientes por individuo y generación, au- terilidad de sus portadores en dosis doble, sin embargo los machos
mentará a lo largo del período en que la variante original es substituida heterocigóticos para estos alelos (+t) no producen ambos tipos de ga-
por la mutante pero ello no producirá una mayor adaptación, puesto metos (+ y t) en la proporción que sería común, sino que alrededor de
que los individuos de tipo B no son capaces de dar una mejor respuesta un 90 % de los espermatozoides son portadores del alelo t. Este me-
al desafío ambiental planteado por la escasez de alimento. Para enten- canismo, llamado impulso meiótico, otorga una ventaja selectiva al alelo
der lo que significa selección natural adaptadora podemos modificar t qué se compensa por la esterilidad del homocigoto (tt), de manera
el ejemplo anterior, suponiendo ahora que la variante B no sólo es más que ninguna de las dos variantes alélicas se impone en la población_
fecunda que la A sino que además se las compone con la mitad de ali- Este caso puede Servir para ilustrar una vez más cómo la selección na-
mento. Las diferencias en eficacia biológica son iguales en ambos ca- tural no tiene necesariamente que favorecer la adaptación ni la super-
sos y, por tanto, el mecanismo selectivo funcionará de la misma manera vivencia de la especie.
14 L. Castro, C. López-Fanjul y M. A. Toro El darwinismo y sus objetores 15

La consideración del gen como principal unidad de selección ha dades de selección son ahora dos (individuo y grupo) y las presiones
alcanzado su máxima popularidad a través del modelo denominado selectivas a que están sometidas cada una de ellas actúan en sentidos
del «gen egoísta» propuesto por R. Dawkins, en el que el individuo opuestos, de manera que su acción conjunta puede conducir a un equi-
queda relegado al papel de vehículo temporal utilizado por los genes librio que garantice la permanencia de una cierta fracción de altruis-
para hacer máxima su propia eficacia biológica, esto es," su capacidad tas cuya cuantía depende de la importancia relativa de las dos fuerzas
diferencial de replicación. Por atractiva que pudiera parecer a primera concurrentes. Aunque la componente hereditaria del comportamiento
vista, la hipótesis de Dawkins parte de supuestos excesivamente sim- altruista no ha sido establecida empíricamente, otros sistemas regidos
plistas, que ignoran la flexibilidad intrínseca de la herencia biológica por agentes semejantes han podido ser investigados experimentalmente,
para caer en un determinismo a ultranza cuya validez está limitada a como ocurre con la evolución de la resistencia al virus Myxoma en los
un reducido grupo de genes con propiedades muy especiales, (véase el conejos de campo. En este caso cada grupo está compuesto por el con-
capítulo 2). junto de virus que infectan a un mismo conejo, cuya virulencia o efi-
El darwinismo clásico mantenía que la selección natural actuaba so- cacia biológica es genéticamente variable. La selección individual actuará
bre las diferencias heredables en eficacia biológica existentes entre los dentro de cada grupo favoreciendo el aumento de la virulencia, incre-
individuos de una misma población. Este mecanismo es el general- mentando así la probabilidad de muerte de los conejos infectados y
mente propuesto por los neodarwinistas, no ya porque lo consideren aminorando con ello la eficacia promedio del grupo. Por su parte, la
único sino porque la inmensa mayoría de los datos disponibles co- selección de grupos tenderá a disminuir la virulencia, oponiéndose a
rresponden a esa situación. No obstante jnidad de selección.puede la acción de la selección individual hasta que se alcance un equilibrio
ser también el grupo, siempre y cuando las eficacias biológicas de los entre ambas fuerzas. Estas predicciones se corresponden con resulta-
distintos grupos que componen una población varíen hereditariamente dos experimentales que indican que los conejos de campo son más re-
de unos a otros.-Para aquello también es preciso que los grupos mani- sistentes a las cepas de Myxoma de laboratorio que a las extraídas de
fiesten cierta permanencia espacio-temporal y que se formen y se di- sus congéneres infectados, mientras que la virulencia de estas últimas
suelvan con la periodicidad precisa para garantizar que la selección de es menor cuando se inoculan a conejos de laboratorio, que no han pa-
grupos sea suficientemente intensa. Evidentemente, si también existen decido infecciones previas de Myxoma.
diferencias entre las eficacias de los individuos de un mismo grupo la
selección actuará simultáneamente entre individuos y entre grupos.
Este modelo de selección de grupos permite dar una explicación 1:-.7 VARIACIÓN GENÉTICA
evolutiva a la persistencia de los comportamientos que genéricamente
calificamos de altruistas, es decir, aquéllos que aumentan la eficacia En puro neodarwinismo distintas variantes de una misma disposición
biológica del prójimo a costa de reducir la propia y, por ello, no pue- confieren diferentes grados de adaptación a sus portadores, lo cual
den ser producto de un proceso evolutivo cuya unidad de selección sea puede traducirse en diferencias de eficacia. Esto equivale a postular la
únicamente el individuo. Por definición cualquier variante genética existencia de una asociación positiva entre eficacia y adaptación, de
que confiera tendencias altruistas rebajará la eficacia de sus portado- manera que una variante que lleve consigo una mayor adaptacion im-
res y, por tanto, su frecuencia disminuirá en cada grupo. Esto no se plicará, globalmente, una mayor eficacia y, en consecuencia, será fa-
opone a que la frecuencia global de esa variante pueda aumentar en el vorecida por la selección natural. Para ello es imprescindible que la
conjunto de la población, dado que la importancia numérica de aque- variación poblacional de la eficacia y la adaptación presenten un cierto
llos grupos con una proporción más elevada de individuos altruistas componente hereditario, para que la selección adaptadora produzca
será, también por definición, mayor. Precisando un poco más, las uni- una respuesta que se transmita a las generaciones futuras.
+I)

16 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 17

Por consiguiente, la condición necesaria y suficiente para que la se- el ejercicio de la imaginación. Es más, si eficacia y adaptación fueran
lección natural actúe de forma continuada se reduce a la existencia de sinónimos la imputación de tautología al razonamiento darwinista
variación genética de la eficacia, y para que esta acción tenga conse- seguiría en pie.
cuencias adaptadoras es preciso que exista una correlación genética A falta de estimas directas de la correlación puede salvarse el expe-
positiva entre eficacia y adaptación. Ello implica, desde luego, el que diente demostrando, por una parte, que la variación fenotípica pobla-
ambos caracteres manifiesten una cierta variación fenotípica pobla- cional del carácter adaptador está relacionada positivamente con la
cional y, al mismo tiempo, el que una fracción de ésta puede atribuirse capacidad de sobrevivir y reproducirse y, por otra, que esa variación es
a causas genéticas que varíen conjuntamente. Aunque en el razona- en cierta medida hereditaria. Dando por establecido lo primero, el pro-
miento darwinista la relación causal va de la adaptación ala eficacia, blema se reduce a demostrar la influencia genética en la determinación
la genética de poblaciones opera en sentido inverso por motivos prác- del carácter adaptador. Es cierto que la práctica totalidad de los carac-
ticos, considerando que la selección actúa directamente sobre un solo teres variables que han sido estudiados en organismos de laboratorio o
carácter —eficacia— e indirectamente• sobre cualquier otro rasgo gené- especies domésticas presentan un cierto componente hereditario, es de-
ticamente correlacionado con ella. La razón de este proceder estriba cir, una cierta heredabilidad. Esta observación abarca caracteres de todo
en que las adaptaciones son de muy variados tipos y obedecen a me- tipo, desde los morfológicos a los de comportamiento, y su generalidad
canismos muy distintos, mientras que la eficacia es un atributo común llega a extremos verdaderamente notables. No obstante, esto en ningún
a todos los organismos que se define de la misma manera en cualquiera momento garantiza que la variación de cualquier carácter obedezca:1
de ellos. aunque sólo sea en parte, a influjos genéticos. En general, con respecto
Aunque la variación genética conjunta de eficacia y adaptación es a distintas facetas del comportamiento humano, puede afirmarse que
consecuencia de una propiedad general del material hereditario, la ple- carecemos de pruebas que demuestren la existencia de variabilidad
yotropía o efecto de unos mismos genes sobre distintos atributos, e-a-á— genética lo cual, dicho sea de paso, no la niega en manera alguna. Sin
con-di—cafi debe ser demostrada en cada caso particular, porque no sólo embargo, la influencia hereditaria sobre todo tipo de atributos suele'
es preciso que determinada característica sea adaptadora sino que, ade- aceptarse sin mayores recelos. Para no caer en sensacionalismos dare-
más, la selección natural debe actuar sobre ella para que tenga tras- mos como ilustración la explicación evolucionista propuesta por cier-
L cendencia evolutiva. tos sociobiólogos de por qué a los niños no suelen gustarles las espinacas
17 Por lo dicho anteriormente, para poner de manifiesto la acción de y a los adultos sí. Parece ser que la espinaca contiene una sustancia que
la selección natural sobre un determinado atributo bastaría demos- disminuye la tasa de incorporación de calcio a los huesos y, por consi-
trar su naturaleza adaptadora y la existencia de una correlación ge- guiente, tan adaptador es rechazarlas durante el periodo de crecimiento
nética, en el sentido estadístico de este término, entre dicho atributo infantil como que, una vez transcurrido éste, los adultos se beneficien
y eficacia. Sin embargo, la ejecución de este procedimiento está pla- de su alto valor nutritivo. De ello se deduciría, concluyen los autores de
gada de dificultades y, en general, la relación entre carácter y eficacia la argumentación, que aquellos genes que confieran a sus portadores
sólo ha podido establecerse con claridad en aquellas situaciones con- una aversión por las espinacas en la infancia y una cierta inclinación por
cretas en las que sólo una adaptación cuenta a efectos prácticos y la este alimento una vez superada 'aquélla, se verían favorecidos por la ac-
correlación genética entre ésta y eficacia es casi perfecta, como ocurre ción de la selección natural. Si ello fuera cierto, opinamos nosotros, de-
con los tan manoseados ejemplos del rnelanismo industrial o la resis- bería considerarse la posibilidad de declarar las películas de Popeye no
tencia a insecticidas. En muchos otros casos la existencia de correlación aptas para menores. En definitiva, el ejemplo expone con suficiente cla-
genética se ha dado por buena sin entrar en su valoración estadística, ridad la ligereza con que bastantes veces se engarzan una serie de con-
actitud que se aproxima a reemplazar el procedimiento científico por dicionales a la hora de formular un argumento evolutivo adaptador.
18 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 19,»

Como veremos en el capítulo 2, las dificultades con que se tropieza máry, la incorporación de simbiontes celulares sólo pudo tener lugar
a la hora de demostrar un cierto influjo hereditario en la variación de mediante un proceso selectivo.
un carácter, ya sea en poblaciones humanas o en' cualquier otra consi-
derada en su hábitat natural, son a menudo insuperables. Por esta ra-
zón se ha tratado a veces de dar una solución al problema á través de LA OPOSICIÓN AL DARWINISMO
consideraciones evolutivas, recurriendo a comparaciones entre espe-
cies próximas o entre poblaciones de una misma especie. En principio El darwinismo fue objeto en su época de polémicas muy intensas y, a
parece que cuando un rasgo se presenta uniformemente en todas las finales del siglo XIX, había llegado al límite de su capacidad explica-
poblaciones consideradas, su naturaleza genética es la mejor explica- . pasando a continuación por un periodo de eclipse. Por extraño
tiva
ción posible del hecho, puesto que cada una de ellas suele ocupar un 'Tquiiéda parecer hoy, el concepto de selección natural sólo alcanzó
medio distinto; sin embargo esta hipótesis no es susceptible de verifi- el beneplácito de la comunidad científica pasado el primer tercio del
cación empírica. Si esa homogeneidad no se da, el procedimiento pierde siglo XX, cuando los conocimientos hasta entonces dispersos de las dis-
su utilidad, puesto que las diferencias entre poblaciones o especies pue- tintas disciplinas biológicas se integraron en el marco teórico propor-
den obedecer tanto a causas hereditarias como ambientales. Estos ar- cionado por la genética de poblaciones para dar lugar al neodarwinismo.
gumentos son mucho menos potentes que el directo y raramente llevan Éste es el modelo aceptado actualmente por la gran mayoría de los cien-
más allá de la adquisición de pruebas circunstanciales. En este sentido tíficos aunque, dentro de la ortodoxia, existen distintas escuelas que
se han confundido muchas veces modelos con metáforas, cuyo alcance otorgan mayor o menor importancia a una u otra de las fuerzas que de-
no suele exceder al de las fábulas tradicionales. terminan el cambio evolutivo. Por ejemplo, lo que a finales de los arios
La genética ha considerado tradicionalmente que la única fuente sesenta se presentó bajo el título sensacionalista de evolución no dar-
de innovación evolutiva era la aparición de mutaciones más eficaces y winista y que más tarde se llamó neutralismo, no fue más que una
adaptadoras, cuya frecuencia aumentaría temporalmente en las pobla- reacción frente a los que consideraban que la selección natural era el
ciones por acción de la selección natural. En otras palabras, el sino de único agente importante de cambio, relegando a las fluctuaciones
una especie estaba inexorablemente ligado a la contingencia de muta- aleatorias ocasionadas por la deriva genética a la categoría de mero es-
ciones favorables en su acervo genético. Más recientemente, sin em- torbo incapaz de modificar el resultado final del proceso selectivo. El
bargo, se ha reconocido la trascendencia de la incorporación a dicho neutralismo mantiene que gran parte de la variación genética que se
acervo de material originalmente ajeno a él. Por ejemplo, hoy se acepta observa a nivel molecular está fundamentalmente sujeta a la acción de
•sin reparos que los orgánulos celulares (mitocondrias y plastos) cuyo la deriva y muy poco o nada a la selección, sin negar por ello la im-
papel en el metabolismo energético es importantísimo, se integraron portancia de este último mecanismo como causante de la adaptación.
inicialmente en la célula como simbiontes y que tras esta asociación se Hoy, el neutralismo ha sido incorporado plenamente al pensamiento
produjo la transferencia de la mayor parte de sus genes al genoma del evolutivo, al que ha aportado unos métodos de análisis críticos y rigu-
hospedador. Aunque la agregación de simbiontes celulares constituyó rosos, depurándolo de un arrogante seleccionismo a ultranza.
una novedad evolutiva substancial ello no implica, como pretende Es curioso comprobar que así como en el desarrollo general de la
L. Margulis, que la acción de la selección natural sobre las mutaciones ciencia unás teorías reemplazan a otras aLdescubrirse nuevos hechos
que ocurren en el propio genorna tenga un significado evolutivo me- _o_al-surgitnuevas,ideas, co—n el darwinismo no ha sucedido lo mismo y
nor, puesto que este mecanismo operará automáticamente siempre que las reacciones en s—u—cOntra proceden siempre de los mismos círculos,
exista variación hereditaria con respecto a eficacia biológica, cualquiera aunque éstos hayan evolucionado en apariencia. Nos referimos a tres
que sea su origen. Es más, como señalan J. Maynard Smith y E. Szath- objeciones de categoría muy distinta. Una de ellas es la representada
20 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 21
por los movimientos acientíficos que rechazan el evolucionisrho en ge- . Para Darwin el hombre es producto de la evolución, opinión que
neral. Las otras dos son hipótesis perfectamente científicas que se opo- ya aparece claramente reflejada en sus notas redactadas a finales del
nen, bien a la teoría mendeliana de la herencia como ocurre con los decenio 1830-1840. Sin embargo, era totalmente consciente de las di-
neolamardsismos, o bien a la de evolución por selección «gradual» ficultades que ello podría ocasionar a su hipótesis y en El origen evitó
b -es -el cáso'¿g interrupci9pism9. En lo que sigue analizaremos intencionadamente toda referencia al asunto hasta llegar a las últimas
cada una de estas posturáI,--aúnque puede adelantarse que ninguna de páginas, donde introduce una frase ambigua: «Preveo que la investi-
ellas presenta problemas serios a la interpretación neodarwinista de los gación futura abordará temas mucho más trascendentes [...] esclare-
fenómenos evolutivos. ciendo el origen del hombre y su historia». Un década después publicará
La ascendencia del hombre (1871) y La expresión de las emociones en el
hombre y los animales (1872), obras en las que manifiesta sin reparos
CREACIONISMO
su creencia en la generalidad sin excepciones de su teoría. Poco más
tarde Freud proclamaría con frase altisonante que al igual que Copér-
La idea evolutiva que supone que la naturaleza de un sistema es intrín- nico había desplazado a la Tierra del centro del universo, Darwin ha-
secamente inestable y está sometida a perpetua alteración, penetra en bía despojado al hombre de su supremacía reduciéndolo a la condición
la ciencia a lo largo de la primera mitad del siglo xa. Esta noción debe de ser un animal más.
entenderse en el contexto de la Europa del momento, marcado por dos Para muchos el evolucionismo, más que una teoría científica, ha
revoluciones de signo muy diferente pero que contribuyeron ambas a sido y es una «religión materialista» que considera a las creencias tra-
quebrantar el fijismo tradicional: la económica, fruto de la industriali- dicionales como actitudes pertenecientes a una etapa histórica ya su-
zación incipiente, y la social, consecuencia de las bases sentadas por la perada. Limitándonos al caso español, la polémica correspondiente a
Revolución frahcesa. La biología fue la última de las ciencias positivas la introducción del darwinismo estuvo caracterizada tanto por la tri-
en aceptar plenamente un transfprrnisrno que, desde mediados del si- vialidad, en lo que respecta a la comprensión de los aspectos científi-
glo XVIII, formaba ya parte de su pensamiento de una forma más o me- cos de la nueva teoría por ambos bandos, como por la rapidez con que
nos explicita, y lo hizo como consecuencia de la conmoción provocada sus lugares comunes se infiltraron en todos los estratos de la sociedad.
por la publicación de El origen de las especies en 1859. En Darwin se Las posturas de una y otra parte estuvieron fundamentalmente deter-
dio la curiosa circunstancia de haber convencido al mundo científico minadas por preferencias ideológicas y el debate se convirtió en una
de la realidad de la evolución biológica, idea que no era suya en manera batalla entre la derecha tradicional y la izquierda progresista. Es ilus-
alguna, sin haber podido lograr los mismos resultados con respecto a trativo que el «hombre del siglo», tal y como lo caracteriza nuestra lite-
••-• lo que constituye su contribución original al tema: el mecanismo de se- ratura decimonónica, incluyera entre sus cualidades la de ser darwinista,
lección natural mediante el cual propone que tiene lugar la evolución por lo que tal actitud pudiera tener de liberadora. El signo cambió
adaptadora. El postulado darwinista choca frontalmente con el con- pronto, cuando la lucha de clases cuestionó la legitimidad del libera-
cepto tradicional de designio, que no podía admitir la atribución de la lismo y la continuidad del poder establecido. Fue entonces la derecha
armonía y belleza de los seres vivientes al crudo azar, representado por la que recurrió al darwinismo para justificar la permanencia del orden
la producción ciega de variabilidad genética, seguida de la eliminación social vigente, alcanzándose así una contradictoria situación en la que
implacable de aquellas variantes menos favorecidas por la selección na- Darwin era canonizado por ambas facciones. Pudiera pensarse que la
tural. Así transcurrió casi un siglo hasta la incorporación plena del prin- asociación del darwinismo con ideologías políticas izquierdistas no se-
cipio selectivo al pensamiento biológico, que ocurrió entre los años 1930 ría hoy más que un anacronismo y, sin embargo, la realidad es que esa
y 1940 con la llamada síntesis moderna o neodarwinismo. relación atávica aún perdura en algunos países europeos. Si tornamos
_
22 L. Castro, C. López-Fanjul y M. A. Toro El darwinismo y sus objetores 23'
por referencia el censo de los actos conmemorativos del centenario de El creacionismo tiene una ya larga historia, iniciada en 1925 con la
la muerte de Darwin (1982) y consideramos especialmente los ciclos aprobación de una disposición legal que prohibía enseñar en Tenne-
de conferencias y las publicaciones de ensayos, encabezan la lista na- ssee «que el hombre desciende de un orden de animales inferiores».
ciones como Italia y España que no se han distinguido especialmente Fue entonces cuando un profesor de bachillerato, John Scopes, de
por su contribución al evolucionismo, y ocupa el cuarto lugar Francia, acuerdo con la American Civil Liberti es Union, se prestó a ser juzgado
cuya biología ha estado aferrada hasta muy recientemente a un anti- por transgredir esa ley. El objeto de esta maniobra era conseguir una
darwinismo contumaz. Es de notar que en estos países los actos cele- condena que pudiera ser recurrida ante un tribunal federal, con miras
brados en to—r-n-o- al darwinismo han sido en muchos casos sufragados a obtener su poSterior impugnación por anticonstitucional. El juicio
con cargo a fondos más o menos públicos, lo cual pudiera indicar la de Scopes se convirtió en un extraordinario acontecimiento, hasta el
permanencia trasnochada del mito de Darwin en el pensamiento de la punto de ser el primer proceso transmitido directamente por radio,
izquierda, mientras que en los países situados más al norte el aniver- siendo posteriormente llevado al teatro.y al cine (Inherit the Wind). Sin
sario estuvo limitado al ámbito puramente académico. embargo, no consiguió su propósito porque la sentencia fue sobreseída
En la actualidad, el antievolucionismo militante está representado por defecto de forma y el caso fue, por tanto, declarado inapelable. Por
por el movimiento norteamericano que se ha dado en llamar «crea- el contrario, el revuelo provocado dio pie a que se debatieran proyec-
cionismo». En líneas generales su postura se reduce a una interpreta- tos de ley semejantes al de Tennessee en otros veinte estados, aunque
ción literal de la Biblia que mantiene que las especies fueron creadas sólo llegaron a entrar en vigor los de Arkansas y Mississippi. Estas reso-
hace unos pocos miles de años, en número y aspecto prácticamente luciones permanecieron vigentes hasta 1968, año en el que el Tribunal
idénticos a los actuales, adjudicando al hombre una posición única en Supremo de los Estados Unidos las declaró inconstitucionales por vio-
el centro de la Creación. Esta concepción de un universo invariable se lar el principio de separación de la iglesia y el estado.
opone a la idea evolutivaque sostiene que la vida no se ha manifestado Tras este revolcón, la estrategia seguida por los antievolucionistas •
siempre bajo las mismas formas, que las especies actuales descienden en los arios setenta fue la de disfrazar la opinión religiosa de científica,
de otras preexistentes, y que todas ellas tienen un origen común lejano proponiendo la llamada <eicia de la éreádati>>-,---alágireb-iira-
que es, en último término, inorgánico. Pero el evolucionismo no sólo la condición de confirmadora técnica de la literalidad del Génesis. Esta
reemplaza un concepto estático del universo por otro dinámico, sino argucia permitió que los estados de Arkansas y Louisiana promulga-
que pretende explicárnoslo invocando exclusivamente causas natura- ran leyes que exigían la igualdad del tiempo didáctico dedicado a las
les y, por extensión, tiende a socavar la confianza en la noción de que exposiciones del creacionismo y el evolucionismo. Otra vez, en 1987,
el hombre ha sido especialmét n e—c—
reia-o-P-Iiárawéfémidad. Por esta ra- el Tribunal Supremo decretó la anticonstitucionalidad de estas dispo-
zón, los creacionistas no perciben al darwinismo como una hipótesis siciones, por estimar que la pretendida ciencia de la creación no era
científica sino como un ataque a las creencias religiosas. En su opinión, otra cosa que una opinión religiosa convenientemente aderezada.
predicar que el hombre es un producto más de la evolución conduce Los tropezones sufridos aconsejaron el abandono del procedimiento
a negar el libre albedrío, a desvirtuar los principios éticos, a abando- judicial, sustituyéndolo por el ejercicio del poder conferido a los Con-
nar el significado trascendente de la vida y a renunciar al consuelo que sejos de Educación, que son los organismos que fijan los criterios a se-
el creyente encuentra en la religión. Tom Willis, director de la Creation guir en la enseñanza pública. La nueva estratagema consistió en presentar
Science Association for Mid-America, no se recat<1 en decir que «el na- la evolución como una teoría más que como un hecho comprobado,
zismo y el comunismo son fácilmente déférialEre's a la luz de la teoría rebajando el concepto de teoría desde la categoría de hipótesis repeti-
evolutiva», a la que considera como «uno de los sistemas apologéticos damente verificada a la calidad de mera conjetura basada en indicios
de la perversión mejor elaborados». circunstanciales. Este ardid ha permitido la exclusión del evolucio-

L.
, 24 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 25

nismo de los programas didácticos de los estados de Alabama, Kansas, ha permitido poner a prueba con éxito un gran número de predicciones
Louisiana, Nebraska y Nuevo México. de la teoría evolutiva como, por ejemplo, el origen común de los seres
La última y más astuta estrategia utilizada por el creacionismo es la vivos y sus relaciones de parentesco filogenético, el carácter preadap-
de apelar al diseño inteligente. Su figura más representativa, el bio- tativo de la mutación olas complejas relaciones entre genotipo y fenoti-
químico M. J. Behe, acepta que la teoría darwinista puede explicar la po. En resumen, da la impresión de que la prónta rendición de Behe
microevolución, es decir, la transformación de una especie en otra, e ante las dificultades encontradas obedece a causas extracientíficas.
incluso la morfogénesis de órganos complejos como el ojo de los vertebra- „..- El creacionismo sólo puede prosperar en una sociedad como la nor-
dos, pero sostiene que es totalmente incapaz de dilucidar la compleji- teamericana, cuya gran mayoría profesa alguna de las múltiples ver-
dad bioquímica, esto es, la existencia de maquinarias multienzimáticas siones del protestantismo atadas a la letra de la Biblia. De hecho, recientes
que funcionan coordinadamente y que dependen de todos sus com- encuestas indican que el 44 % de los estadounidenses creen a pies jun-
ponentes para operar, de manera que la inactivación de tan sólo uno tillas en el relato literal del Génesis y aunque un 40 % adicional ad-
de ellos bloquea el sistema. Entre aquéllas se encuentran, por ejemplo, mite una cierta evolución, la considera guiada por la intervención divina.
el funcionamiento de los cilios y flagelos celulares, la coagulación de la En estas circunstancias no es sorprendente que facciones políticas ex-
sangre, el transporte de sustancias en el interior de las células, y el sis- tremistas traten de manipular a la opinión pública sirviéndose de aso-
tema inmunológico de defensa. A la hora de explicar el origen de estos ciaciones creacionistas convenientemente subvencionadas. La operación
mecanismos el problema reside en la dificultad —la imposibilidad diría recoge sus frutos en los núcleos rurales de bajo nivel económico y ctil-
Behe— de imaginar estados funcionales de complejidad intermedia que tural, característicos de lo que se ha dado en llamar America's Bible
permitan la acción gradual de un proceso selectivo. Belt. Para dar una idea de la importancia de estos grupos nos limita-
Para Behe la bioquímica ha asestado un golpe mortal al darwinismo, remos a citar un par de frases pronunciadas en la campaña electoral de
al menos en lo referente al origen de la vida y la evolución molecular. 1999 por los entonces candidatos a la presidencia de los Estados Uni-
La alternativa que ofrece es aceptar sin reparos que la complejidad mo- dos. George W Bush jugaba a una engañosa imparcialidad cuando afir-
lecular responde a un diseño inteligente y que su existencia es prueba maba que «las distintas teorías acerca del origen del Planeta [creacionisá
irrefutable de la intervención de una inteligencia superior, esto es, una y evolucionista] deben explicarse en la escuela»; mientras que Al Gore
versión molecular del argumento teológico que consideraba la perfec- daba una de cal y otra de arena cuando apoyaba la enseñanza de la evo-
ción del diseño de los seres vivos como demostración incontrovertible lución en la escuela pública pero se inclinaba por que «la enseñanza
de la existencia de Dios. Aunque es cierto que los conocimientos ac- del creacionismo debe ser potestativa de cada localidad». El discurso
tuales no ofrecen una explicación con base empírica de los problemas electoralista estaba en perfecta sintonía con el resultado de las encuestas
mencionados, debido principalmente a la imposibilidad de encontrar del momento: sólo un 37 % era partidario de que se expusiera única-
fósiles moleculares que reflejen estados intermedios, _la conclusión de mente el evolucionismo, mientras que el 46 % consideraba que tam-
Behe parece motivada más por_ sus convicciones_ gye_por lin—ajecesi- bién debiera exponerse el creacionismo y un 16 % pretendía que los
da-315:14.'n- go . 'una disciplina que ha progresado programas se limitaran exclusivamente a esta última opción.
--riiu—clo desde el descubrimiento de la doble hélice del ADN en 1953 y, Aunque el creacionismo es un fenómeno típicamente nortea-
aunque no se pueda pronosticar si los resultados futuros serán o no fa- mericano, se advierte una cierta penetración de sus ideas en Australia,
vorables al darwinismo, hasta ahora las cosas no han ido tan mal. La Canadá, Holanda y Nueva Zelanda, y no deben perderse de vista mo-
síntesis neodarwinista se construyó integrando un amplio conjunto de vimientos semejantes que están produciéndose en los países islámicos.
datos procedentes de varias disciplinas y ello le proporcionaba un mar- La intransigencia religiosa y la demagogia politica fueron los ingre-
cado carácter ad hoc. El posterior desarrollo de la genética molecular dientes principales del debate evolucionista decimonónico y continúan

El darwinismo y sus objetores 27
26 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro

siéndolo en la actualidad. En el primer caso, sin embargo, la defensa cuentran transformados, por fin, en una especie nueva distinta de la
de la condición excepcional del ser humano se desligó rápidamente del otra». Resumiendo, para Lamarck sólo tienen sentido biológico pleno
ataque a nociones científicas suficl,entepente probadas, tales como la los grupos taxonómicos de orden superior, claramente distinguibles
por sus grandes diferencias estructurales, mientras que las entidades
edad de 1'11e—tia- óra—s-u—ees'ión temporal de'll especies. Lo verdade-
ramente sorprendente es que en la primera potencia mundial, casi si- clasificatorias menores serían poco más que un subproducto de la mi-
glo y medio después de la publicación de El origen de las especies, siga nuciosidad de la catalogación naturalista.
ignorándose lo que ya en 1884 parecía evidente al cardenal arzobispo • Toda hipótesis evolutiva debe ir necesariamente acompañada de
de Sevilla: «Si del darwinismo se excluye su aplicación al hombre, apli- otra hereditaria que permita explicar cómo se transmiten de una ge-
cación que la ciencia no justifica en manera alguna, y si se hacen algu- neración a otra las modificaciones que van apareciendo. En el caso con-
nas reservas acerca de la creación del mundo y del alma racional, puede creto de la teoría lamarckista tal hipótesis es la herencia de los caracteres
caber y cabe dentro de los dogmas católicos». adquiridos, noción cuya paternidad ha venido atribuyéndose equivo-
cadamente a Lamarck, ignorando que fue aceptada por la generalidad
de los científicos de su tiempo y de los inmediatamente posteriores.
Tanto es así quéDarwin incorporó ese concepto a su teoría en la sexta
NEOLAMARCKISMO
edición de El origen de las especies (1882). Debe quedar claro que la
La primera teoría evolutiva propiamente científica se debe a.kw.,13ap- transmisión hereditaria de los caracteres adquiridos invocada por La-
marck sólo se refería a aquellas modificaciones estructurales de matiz
tiste dé-Lárii:arék'y está contenida en. su Filosofi'a zoológica (1809), obra
que son consecuencia de la respuesta dada por el «impulso interno»
Tedkrádá-ál estilo dieciochesco sinfdentrusjroposicionesen
hechos comprobables y donde proponen mecanismos de cambio individual a la presión de las circunstancias externas, y no a las gran-
des diferencias estructurales entre los grupos taxonómicos mayores
qué sdir-iliii-Caiiie-fitéltuto de la especulación. La hipótesis lamarckista
concibe la transformación espació-temporal de los seres vivos por la atribuidas a la tendencia innata a la perfección originada por la «ener-
acción de dos fuerzas de muy distinta naturaleza y consecuencia, siendo gía vital». Hoy, un siglo después del redescubrimiento de las leyes de
ambas vagamente atribuidas a la circulación de ciertos fluidos entre los Mendel, la herencia de los caracteres adquiridos es insostenible. Esto
que pudieran contarse el calórico y el elé,ctrico. La primera y más esen- no quita para que muy de vez en cuando aparezcan comunicaciones
cial de ellas es la,«energía vital» o tendencia natural intrínseca de la científicas sobre el asunto, presentadas generalmente con cierto sen-
vida, que conduciría al aumento progresivo de la complejidad estruc- sacionalismo, que son más tarde descartadas por no haberse podido
tural de los organismos de acuerdo con un plan natural que sigue una reproducir los resultados primitivos. Sin embargo, aunque los caracteres
secuencia lineal desde las formas más simples, cuyo origen se atribuía adquiridos no se heredan, puede existir variación genética con respecto
a la generación espontánea, a la más compleja representada por el hom- ala capacidad de adquirirlos y ésta ha podido detectarse experimen-
bre que constituiría la culminación de la evolución. La segunda fuerza, talmente en algunas ocasiones. De ahí el proceso denominado «asimi-
más accesoria, estaría determinada por la solución proporcionada por lación genética», que conduce al mismo resultado final que la adquisición
el «impulso interno» del individuo al desafio representado por las va- de caracteres pero a través de mecanismos mendelianos.
riables circunstancias externas a que están sometidos los seres vivos, y Lo que se ha dado en llamar neolamarckismo es un conjunto de
resultaría en modificaciones locales menores del plan estructural ge- teorías diversas cuyos nexos de uffión son elTóricepto de herencia de
neral. En palabras del propio autor,. laconsecuencia de la acción con- los caracteres adquiridos y un cierto cariz vitalista, elementos que no
junta de estas dos fuerzas sería que «tras muchas generaciones sucesivas, son propios de Lamarck sino compartidos con otros planteamientos
estos individuos que pertenecían originariamente a otra especie, se en- evolutivos. No ha existido, por otra parte, una escuela de pensamiento
; 28 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro
El darwinismo y sus objetores 29
que parta de Lamarck y llegue a los neolamarckistas. A pesar de la canismo adaptador más eficiente, en cuanto no participa de ese retraso
oposición de los primeros genéticos, el darwinismo y los neolamarckis- generacional ni necesita de la mutación. Por atractiva que pueda pa-
mos convivieron con facilidad casi hasta la cristalización de la síntesis recer esta hipótesis, por cuanto confunde el mundo como es con el
neodarwinista, utilizándose con frecuencia explicaciones darwinistas mundo como debiera ser, ha acabado desmoronándose por no contar
para los procesos microevolutivos y neolamarckistas para los macro-
con el apoyo de pruebas experimentales. Otra cosa muy distinta es que
evolutivos. determinados aspectos de la cultura se transmitan siguiendo, en cierta
La confusión reinante durante el primer tercio del siglo xX permi- medida, pautas lamarckistas, como veremos en el capítulo 5.
tió la reaparición de varias de las nociones evolutivas tradicionales, aun-
que ataviadas de nuevos ropajes, en un intento de combatir en el campo
científico lo que socialmente pudiera representar el mecanícismo dar- 17INTERRUPCIONISMO
winista. Parecía entonces que negando importancia a la selección na-
tural como proceso biológico se impugnaba igualmente la analogía El contraste entre el cambio gradual y el discontinuo, en otras palabras,
social de esta idea y se rechazaba el materialismo. Así resurgió el ele- entre evolución y revolución, fue uno de los temas candentes del pen-
mento más original de la teoría de Lamarck, esto es, la consideración samiento social y político decimonónico que acabó introduciéndose en
de que la adaptación es un proceso en el cual puede participar activa- las ideas biológicas. Darwin vinculó su teoría a la noción de un cambio
mente el individuo a través de actos de conciencia y voluntad, atribu- evolutivo que transcurre por lo general lentamente, porque opinaba que
yendo por tanto al organismo la capacidad de ser su propio adaptador. el proceso de adaptación de los organismos a su entorno, como conse-
El correlato no científico más difundido de estas ideas fue el concepto cuencia de la acción de la selección sobre variantes que en su origen no
de «evolución creadora» de H. Bergson, en el que las fuerzas invoca- eran adaptativas, ocurría con mayor facilidad a través de cambio de
das adquieren una naturaleza vitalista y conducen a estados progresi- pequeña magnitud. Sin embargo, la idea de que la evolución ocurre paso
vamente más armónicos. Estas concepciones optimistas se oponen a paso ya encontró una franca oposición por parte incluso de los pri7
frontalmente al postulado darwinista de que los seres vivos son esen- meros darwinistas, como E Galton o T. H. Huxley que se autodefinía
cialmente sujetos pasivos en su adaptación, que ocurre a través de un como el «bulldog de Darwin». Éstos mostraron preferencias por dis-
proceso en que el medio externo selecciona a aquellos individuos bio- tintas versiones de lo que se ha llamado «saltacionismo», en alusión al
lógicamente más eficaces, lo cual no se opone en absoluto a que el com- principio tradicional de Natura non facit saltum que, en nuestro con-
portamiento de un individuo sea capaz de modificar en cierta medida texto, propone que la evolución puede transcurrir con rapidez y con
el medio que ocupa, idea que es perfectamente compatible con el neo- discontinuidades, sin que se produzcan formas intermedias o eslabones
darwinismo. Puesto que la adaptación a un medio sujeto a continua entre las distintas especies. Esta hipótesis fue también adoptada por la
'variación no puede ser perfecta, el sino de las especies es a la larga la mayoría de los genéticos del primer tercio del siglo XX, al inclinarse por
extinción, resultado final que Lamarck no concebía que pudiera pro- la macromutación como mecanismo generador de nuevas especies.
ducirse a no ser como consecuencia de la intervención humana. En Los historiadores de la ciencia coinciden en señalar que el neodar-
otras palabras, el mecanismo selectivo darwinista depende de la apari- winismo se tejió sobre el entramado teórico proporcionado por los mo-
ción de mutaciones aleatorias para poder operar, y plantea la consti- delos matemáticos de la genética de poblaciones desarrollados en la
tución genética de la población de «mañana» de acuerdo con la década de los veinte. Éstos suministraron la base necesaria que, en los
; información que posee sobre el medio de «hoy»; por esta razón su éxito arios cuarenta, hizo posible la integración de los conocimientos parti-
o fracaso dependerá del grado de semejanza existente entre el medio culares de la citología, genética, paleontología y sistemática en torno a
; actual y el futuro. Por el contrario, el lamarckismo proporciona un me- una teoría general común. De acuerdo con la pauta general seguida
30 L. Castro, C. López-Fanjul y M. A. Toro El darwinismo y sus objetores 31 '
por la mayoría de los biólogos, ningún paleontólogo de prestigio,mos- genéticas que ocurren en poblaciones de censo reducido, y las ten-
tró inclinaciones darwinistas durante el primer tercio del siglo xx, limi- dencias filogenéticas direccionales observadas en el registro fósil se atri-
tando en gran parte su quehacer a la descripción del registro fósil en buirían a procesos de selección entre especies.
el más puro escepticismo sobre las causas del cambio evolutivo. El en- El que la huella típica de la evolución tal y como queda plasmada
samblaje de la paleontología en la teoría sintética de la- evolución fue en el registro fósil sea o no la postulada por los interrupcionistas, es
labor personal de G. G. Simpson y quedó plasmada en su obra Tempo una cuestión de tipo empírico que debe resolverse mediante el análi-
and mode in evolution (1944), donde argumenta que las tendencias ge- sis de los datos pertinentes. Cabe dudar, no obstante, de si el estatismo
nerales observadas en el registro fósil son explicables mediante la acción y la interrupción caracterizan la evolución pasada o si, por el contra-
de los mecanismos neodarwinistas que rigen el cambio microevolutivo, rio, se reducen a meros subproductos de las técnicas paleontológicas,
esto es, admitiendo que la especiación, tal y como se manifiesta en el puesto que los especialistas no utilizan para diferenciar unas especies
registro fósil, es consecuencia de la acción de los mismos factores que de otras los mistnos criterios que los biólogos emplean con respecto a
actúan en las poblaciones vivas. los seres vivos. Para los últimos, los individuos de dos especies dife-
En 1972 los paleontólogos N. Eldredge y S. J. Gould pusieron en rentes no intercambian genes, de manera que los híbridos interespecí-
tela de juicio la validez general del neodarwinismo con respecto a la ficos o no existen o son inviables o estériles. Para los primeros las
macroevolución o cambio evolutivo correspondiente a las categorías especies fósiles son segmentos de linajes evolutivos que se definen ba-
taxonómicas de rango superior al de especie, proponiendo una teoría sándose en reglas puramente morfológicas, por lo que el procedimiento
alternativa denominada de los equilibrios interrumpidos que, en aras seguido implica automáticamente estatismos e interrupciones. Esto es
de la concisión, abreviaremos como interrupcionismo. Sus partidarios así porque la especiación que no va unida a cambios de forma (espe-
se apoyan en dos regularidades que, en su opinión, caracterizan al re- cies gemelas) es indetectable en los fósiles, donde sólo pueden dife-
gistro fósil. Por una parte se afirma que la morfología de los linajes fó- renciarse unos grupos de otros cuando la divergencia entre ellos es
siles suele mantenerse con escasas alteraciones durante largos periodos considerable. Por otra parte, las poblaciones de una misma especie sue-
de tiempo, del orden de varios millones de arios (estatismo). Por otra len ocupar hábitats distintos y, en consecuencia, difieren genéticamente
se sostiene que los cambios morfológicos experimentados por un de- unas de otras para muchas características, de manera que esta diver-
terminado grupo (discontinuidades o interrupciones) ocurren durante gencia geográfica suele ser el paso previo a la especiación. Sin embargo,
lapsos relativamente cortos, del orden de cincuenta mil a cien mil arios, la variación geográfica no ha sido generalmente estudiada en el regis-
y se asegura que dichois, cambios están comúnmente asociados a fenó- tro fósil porque este material no se presta a ello. De lo dicho se sigue
menos de especiaciórt»ara los interrupcionistas esta imagen del re que no cabe construir una teoría evolutiva basada exclusivamente en
gistrof6sil no.es -c-o-n-sTsiente con los postulados del neodarwinismo, al datos fósiles ignorando lo que sabemos de las especies hoy vivas.
que atribuyen la pretensión de que las tasas evolutivas son, al mismo Aunque es de justicia reconocer que la visión típica del neodarwi-
tiempo, uniformes, graduales y lentas. Al contrario, sostienen que los nismo es gradualista, ello no ha ido aparejado en ningún momento a
cambios macroevolutivos tienen lugar a través de procesos distintos de la pretensión de que la velocidad de cambio evolutivo sea uniforme.
los que ocurren a nivel microevolutivo, esto es, que la evolución a gran Es más, uno de los fundadores de la síntesis moderna, el paleontólogo
escala no puede explicarse por la acción de la selección natural sobre Simpson, insistió especialmente en la variabilidad temporal de las ta-
las diferencias genéticas entre individuos sino por algún otro proceso. sas evolutivas. Paralelamente el neodarwinismo dispone de múltiples
Así, los periodos de estatismo se deberían a los condicionantes inter- mecanismos cuya acción puede llevar consigo cambios rápidos. Entre
nos a que está sometido el desarrollo embrionario, mientras que la aso- estos se cuentan las adaptaciones que son producto de la colonización
ciación entre especiación y cambio morfológico obedecería a revoluciones de nuevos hábitats, la selección sexual y la transición de-155Eláciones
32 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro El darwinismo y sus objetores 33
de censo pequeño de unas cimas adaptativas a otras. Una dificultad desarrollo impuestos por mecanismos homeostáticos. En su versión más
más a la hora de enfrentarse con este problema reside en el bajo poder extrema se ha llegado a proponer la existencia de «leyes de la forma» aún
resolutivo del registro fósil comparado con el de los estudios realiza- por descubrir, que restringirían el número de configuraciones que pue-
dos a escala microevolutiva, lo cual implica matices semánticos: un pro- den presentar los seres vivos y que determinarían en última instancia la
ceso de especiación que durara cincuenta mil arios sería calificado de diversidad morfológica, relegando a segundo término la adaptación por
instantáneo por un paleontólogo, pero de gradual por un genético de selección natural como agente causante de dicha diversidad. Para los neo-
poblacionepor ejemplo, la capacidad craneal es el carácter que se darwinistas no es fácil aceptar esa justificación del estatismo por dos ra-
considera qtre ha experimentado un mayor cambio, expresado en tér- zones. En primer lugar, la selección puede producir cambios morfológicos
minos relativos, en la filogenia humana, pasando de 920 cc en Horno enormes, como ponen de manifiesto por ejemplo las diferencias entre ra-
erectus a 1.400 cc en Horno sapiens. Suponiendo que esta transición zas caninas. En segundo lugar, las poblaciones de aquellas especies cuya
hubiera ocurrido a lo largo de veinte mil arios (unas mil generaciones), distribución cubre amplias zonas geográficas suelen mostrar una gran di-
tal lapso sería un mero instante en la escala del tiempo geológico, aun- versificación morfológica, que es fácil explicar por la acción conjunta de
que el cambio antedicho es perfectamente explicable por acumulación la deriva genética y la adaptación a condiciones locales pero difícil de jus-
gradual de mutaciones de efecto pequeño a través de un proceso se- tificar si se aceptan unas restricciones del desarrollo medianamente rígi-
lectivo tan débil que se reduciría a que uno de cada quinientos indivi- das. Esto no se opone a que una parte importante de la evolución pueda:
duos por generación no dejara descendencia. En otro orden de cosas, concebirse como un conjunto de variaciones en tomo a un tema central
el deterioro del medio natural debido a la intervención fi-t-imana
. e-sTdrr. invariante: la conservación del sistema genético de control del desarro-
la causa más importante de cambio ambiental y está provocando cam- llo cuyo cambio sólo sería posible a un coste muy alto.
bios evolutivos considerables en plazos muy cortos. En un buen núme- El análisis de los mecanismos evolutivos que pudieran aducirse en
ro de especies se ha estimado que la tasa promedio de cambio evolutivo apoyo de los procesos de especiación instantánea descubre otro de los
por generación es del orden del logaritmo de la desviación típica de los flancos débiles de la argumentación interrupcionista. Una de las hipó-'
caracteres estudiados, lo cual ha conducido a respuestas claramente tesis propuestas es la denominada de las «revoluciones genéticas» en -
apreciables a lo largo de unas pocas décadas, o bien a la extinción poblaciones que ocupan zonas periféricas del area de distribución de
cuando la selección no ha sido capaz de afrontar el desafio que supone la especie, inducidas por disminuciones repentinas de su censo y res-
la manipulación continuada del medio. ponsables de la aparición de un• cierto aislamiento sexual incipiente
La explicación más plausible de la existencia de largos periodos de entre esas poblaciones y el resto de las de su especie. Tal suposición es
estatismo, si este fuera el caso, sería la acción de la selección de tipo gratuita puesto que no se basa en pruebas experimentales directas y
estabilizador en la que los individuos cuyos valores genotípicos se acer- hasta las indirectas están en su contra, ya que los datos suelen indicar
caran más al promedio poblacional del atributo en cuestión estarían la naturaleza poligénica de las diferencias morfológicas entre especies
Mejor adaptados que aquellos otros con valores más extremos a un am- próximas, lo cual sugiere que se han originado gradualmente. Por otra
biente cuya heterogeneidad temporal variara poco en relación con la parte, muchas poblaciones domésticas y experimentales han sido so-
espacial. Este tipo de selección está bien documentado y, por ejemplo, metidas a selección artificial y endogamia intensas sin que por ello ha-
en nuestra propia especie los recién nacidos con exceso o defecto de yan sufrido revolución genética alguna.
peso con respecto al promedio sobreviven peor que los que presentan Otra posibilidad, descartada repetidas veces en la historia de la ge-
un valor intermedio. nética, reside en suponer la existencia de mutaciones de efecto grande
Los críticos del neodarwinismo de corte interrupcionista suelen ex- _ , _
(macromutaciones) que pudieran ser causantes déla aparición repen-
plicar el estatismo invocando la existencia de condicionantes internos del tin—a—de nuevas especies. Las mutaciones de este tipo que se han estu-

35
El darwinismo y sus objetores
34 L. Castro, C. López-Fanjul y M. Á. Toro

diado a lo largo de un siglo no pasan de ser formas aberrantes que no


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
cabe confundir con novedades evolutivas, por ejemplo, aquéllas que
resultan en la substitución de una antena por una pata en la mosca Dro-
sophila. Incluso cambios morfológicos considerables, como la-desapa- Burkhardt, R. W. (1977), The spirit of system. Lamarck and evolutio-
rición de las patas en la evolución de los ofidios, son explicables por nary biology, Cambridge (Mass.), Harvard University Press.
acumulación de mutaciones de efecto pequeña_ Eldredge, N. (2000), The triumph of evolution and the failure of crea-
La mayoría-délós Intettupeitiiiistas'eon'sidera que las tendencias tionism, San Francisco (Cal.), Freeman.
evolutivas a largo plazo son consecuencia de un proceso de selección Gould, S. J. (2002), The structure of evolutionary theory, Cambridge
(Mass.), Harvard University Press.
entre especies. En el esquema neodarwinista clásico se postula que la
selección natural actúa fundamentalmente sobre las diferencias en efi- Soler, M. (ed.) (2002), Evolución. La base de la Biología, Granada, Pro-
cacia entre los individuos pertenecientes a una misma población, re- yecto Sur.
duciéndose la evolución a la conversión incesante de la variación génética
intrapoblacional en variación entre las distintas poblaciones de una
especie y, por extensión, entre especies y entidades taxonómicas supe-
riores. En el modelo de selección de especies, éstas substituyen al indi-
viduo como unidad de selección, las tasas de especiación y extinción
de especies reemplazan a las de natalidad y mortalidad individuales, y
la mutación como fuente de variabilidad queda subrogada a los cam-
bios ocurridos durante la especiación. Hemos dicho anteriormente que
la unidad de selección puede ser cualquiera, pero la eficiencia del pro-
ceso selectivo no es independiente del tipo de unidad sobre el que la
selección actúa. Existen razones para pensar que la selección entre es-
pecies es una fuerza relativamente débil, puesto que la magnitud del
cambio que induce está limitado por el número de sucesos de espe-
ciación y extinción, mucho menor que el de los fenómenos equivalen-
tes -nacimientos y muertes- que son el motor de la selección individual.
Rechazar la selección entre especies como el mecanismo general cau-
sante de las tendencias macroevolutilvas no implica que este factor no
haya podido ser importante en ciertas situaciones excepcionales, algu-
nas de gran trascendencia. Por ello el neodarwinismo ha recurrido a
este mecanismo para explicar fenómenos como la evolución del sexo,
como veremos en el capítulo 3. .
En definitiva no contamos por el momento con razones de peso
para abandonar la idea de que los agentes micro y macroeVolutivos
sean esencialmente los mismos y, puesto que la síntesis neodarwinista
es perfectamente compatible con el registro fósil, un nuevo paradigma
evolutivo basado en explicaciones parciales parece innecesario.
'41

lento antropológico del lo que estu- PI-- i9340


scH E TT 1
•influyeron deunaner recta en el p
diamos.
El esfue o e Spencer po roba que la natura za hunia , como
todo lo dem en el uiverso, er un produc de la evo clon, abrió el o é ino,
más o os directam te, determinismo ia como-,ke verá en e ros
g
capít s.
Según M. Harris ue encer y no Darw q n popularizó el término
expresi superviv ia del más I to. La idlb„c,le que exi,átí na ley
universal de'de,sar o, lo llevó a so ner • e "la civilización,en lug de ser un
artefacto, es pa' de la naturaleza". LA ANTROPOLOGÍA EVOLUCIONISTA: MORGAN Y TYLOR
La div lidad•;„de la conducta y cultura humanas s luyen, por lo
t,alto,en ta leY\universal. La co ecuenci más radical este p samieu,to, El pensamiento antropológico de la segunda mitad del siglo XIX, como se
con t en la sobreastiMación • los factores ereditari , siguiendo Harris, viene remarcando, no es ajeno a la producción científica de la época. Comparte las
COM mentos caúsales desi onducta humana. es sentido, el siglo XIX els ideas directrices del progreso, de la evolución, pretende construir una ciencia, a la
e utor 1 responsable, d a`discriminación racial sada en supuestas y poco \ manera positivista, objetiva y universal.
robadas ca as científi s; No liays, que olvidar e conte o de producción de las La continuidad entre él evolucionismo biológico y cultural de la década de
teorías, ya que 1 col ialishio aproechó los t •ricos del c italismo indust 1, 1860, y la creencia de 1760 en el progreso y en la perfectibilidad, como señala
como advierte Ha s. Harris, no tiene fisura. La idea básica del XVIII, que define al salvajismo como el
La extra ac que hizó.,Spencer las leyes biológicas n 'endo mbién primer estadio evolutivo de la humanidad, pasando por la barbarie, .hasta llegar
la ida soci umana ostó mucho as 'encias del hombre. hoy las
a la civilización Cómo la cumbre del proceso, también refleja la continuidad de un
vulgar' ac. es de este pe miento rovocan co ictos que carece • b: se cien:- siglo a otro.
tífica. Sin embargo, en la medida en que las ciencias sociales van desarrollándose
• 1 ot e gran exponente, o se' elijo, fue Darwi Su o a El origen de • 5 de un modo que las aproxima 'al ideal positivista, se asimilan a las ciencias de la
es. • zes, reafir .aba la exis ncia leyes de la natura la inevitabilidad de naturaleza, como lo advierte A. Hans. En este sentido, domina un ietérés
ogreso y la just 'a del istema de la ucha, sin la cu no e puede alcanzar el cognoscitivo de cuño puramente técnico, y en consecuencia; como observa dicho
pro.. eso, como resu Harris. Aunque 'esta ob no se ce mención a\ la autor, la teoría elaborada viene a serlo desde la actitud y posición del técnico.
evoluc .n humana, uce que ella obedec la ismas reglasNque la evolu n En este punto puede se`ñalarse, si no una niptura, al menos un cambio de
animal. én
falis. El racionalismo de la centuria anterior suponía avances en'la razón, como
El a e fundamerli de esta obra o re :en las ciencias nal ales al el indicador más claro del progreso humano. A partir del pensamiento evolucionista;
debilitar p a 'empre el argu nto teol co sobre, creación del ' u nao y por será el progreso técnico el que determinara el evolutivo_en_eLque se halla
tanto mbié a imagen del ho br como criatura p 'vilegiada Dios. Somos uno so:die-dad. Es así como el paso del salvajilinb *.
species que pueblan 1 pl eta. Tan sujetos \ -dores-recolectores, hacia la bárbe:rip,. aila- clefinido como estadio de caza-
un especie más de tre las miles Mores incipientes, etapa protoestátal,
a las yes naturales mo los mal y las plantas. El a de cientificidad, hasta llegar a la civilización—, cuyos atributos representan la Cúspide de la evolii.
típico, este siglo, dese boc' en la estre ez del pensanf nto volucionista res- ción, sobre todo—sTria-iiir de la Revolución Industrial, indican la importancia dada
pecto del a acto sociocult 1.
espeéíficamen.•, (como se-
a lo técnico como resultado del proceso de complejización de la humanidad. Esta
Eri'La ,scendenc• del mbre, Darwin an noción, sumamente difundida hasta hoy, será cuestionada por las escuelas antro-
la Harris) la est' de la re ción entre la acción natural y la 'evolución pológicas del siglo XX. En este sentido, las sociedades primitivas serán vistas como
hu ana. Pero, par esta época, dice 1 mismo tor, influenCia de Spenetr con etapas anteriores; por las cuales también atravesó Europa. El agregado racista le
su ap ación d a te ela biológica a ev ución soci ulturahresumida en la otorgó a esta secuencia, el sello clásico del evolucionismo, al sostener que lós
superviv C1• I más a 4,1 ya era mone . corriente. grupos humanos transmiten por herencia biológica, aptitudes culturales:
El p ema de Darw semej e al e: Spencer, consis en no separar los 'Los grandes sistematizadores, en la antropología de esta época, fueron- H.
cambios pro • idos y détermi d por la he cia biológica, de ras conductas Morgán y E. Tylor.
'
aprendidas y:o lo tanto extra áticas Morgan concebía la historia humana dividida en los tres estadios inencioná
• La mirada a mbrada e dit;igió el siglo )CV a los salvajes y\el se había dos, de los cuales los dos iiiieroi se dividían en subperí6-dbá. Reconocía también,
per ido. La idea e-vol ioni a de serél,inferiores bio16 : • • y cultiiralmente legiti- como señala Harris," uña tv.olución respecto !cle. la T ii1iiiyo primer estadio lo
marícel avance indust 1 y la prolétán ción de estos p los. En este 'sentido, constituía la promiscuidad, luego surgía la filiación mát-rilinealr le seguía la filia-
puede &irse que la idea uffoniana del s vaje como homb a medias e llevó ción patrilineal, hasta llegar a la monogamia como su máxima expresión.
hasta las al 'mas -consecuen N -Uno de loé 'aportes fundamentales de esta corriente a la antropología moder-
na reside (en la suposición básica y original de Morgan) en que las terminologías,

102 103
son un producto de las diferentes formas de la familia y de la organización del
grupo. Se le debe también (como advierte Harris) la idea del parentesco Chino
regulador •de la vida social entre los primitivos y su debilitamiento en sociedades
,estamentadas o de clases, a medida que evolucionan.
Las razones por las cuales Morgan no abordó el estudio de lo mágico-religio-
so, hay que encontrarlas en la concepción que tenía sobre la irracionalidad de
dichos fenómenos lo que impedía su estudio científico. •
'A diferencia de Morgan, el tema central de la obra de Tylor, La cultura
que es la definición
Primitiva, lo constituye la evolución del concepto de animismo,
mínima que este autor da de la religión. Bibliografía •
El animismo existe donde quiera se de una creencia en almas., espíritus,
demonios, dioses. Esta teoría, señala Harris, parte de la creencia en el atiiia BURY, J., La idea del Progreso, Madrid, Alianza.
humanaiAa limitación del análisis, que señala Harris, consiste en que-bása• 117 DUBY, G., y Mandrou, R., Historia de la Civilización Francesa,
evolución de la religión solo en la capacidad de la mente humaná. de HANS, A., El mito de la razón total. En: La disputa. del positivismoMéxico, F.C.E., 1966.
en la sociología alema-
autoperfeccionarse, mencionando apenas los aspectos institucionales. Al no, rela- na, Barcelona,. Grijalbo, 1969.
cionar la secuencia de la religión con la organización social correspondiente, el HARRIS, M., El desarrollo de la teoría antropológica, Madrid,
HEISENBERG, W., La imagen de la naturaleza en la física actual. S. XXI, 1983.
análisis del fenómeno derivó según Harris, en lo que luego se denominó explica- SMELSER Y WARNER, Teoría Sociológica, Madrid, Espasa-Calpe, 1982.
ción mentalista. ZEITLIN, 1., Ideología y teoría sociológica, '
Ei aíro cpntento importante empleado poILUI_ei). es el de survivals Buenos Aires, Amorrortu, 1982.
VICENS VIVES, J., Historia General Moderna, Barcelona, Montaner y
vivencias del „pasado) lie se refiere a los fenómenos que tuvie-fóri origen en uná . Simon, 1979.
bada anti-or y se perpetúan en un período en el que perdieron las condiciones
que le otorgaban significado. Existen ciertas costumbres que se siguen sin recono-
cer su utilidad inmediata, reforzadas por el hábito, como los botones en la Manga
de los sacos, aunque los survivals socioculturales pueden adquirir un sentido re-
novado a la luz de nuevos discursos revalorativos de la vida tradicional, por ejem-
plo.
No puede dejar de mencionarse, aunque más no sea, que los estudiosos de
la segunda mitad del siglo XIX recurrieron a un procedimiento ,especial llamado
método comporplipp, La base de este método', t'unid "lo advierte Harris, era la
creencia de que íos diferentes sistenins.culturalps que_podípo observerse,.en„,eL
presente, tenían un cierto grado semejanza con las_diversas,.c-tilturas-deSaparez_
iZeidáS7,:ia conclusión lógica a la que arribaron fue que las formas más ,simples son
1:1-',-------
las más antiguas. El origen de este método se remonta al'sigio -PTI-
' 7-12.-ifñpb- itancia de los datos diacrónicos tiene estrecha relación coniá bAls-
sLiedald..e7 los„,orjgpues a partir de los cuales se establecen las secuencias evolutivas.
En este lairtidq, los rasgos más interesantes de la humanidad eran las semejanzas
porque de ellas dependía la ciencia de la Historia Universal.
Esta corriente sería criticada en el siglo XX por el Funcionalismo, que los
• Í acusará de antropólogos de salón, debido al gran uso de fuentes indirectas que les
/ permitía sostener el método comParátivo. Más allá de'lás-litideátilir61-37 de las
críticas, es importante destacar que a partir de allí, la Antropología se aprdpió de
un objeto de estudio, la sociedad primitiva, constituyéndose de esta manera en una
disciplina científica.

r • (7'1)

c.

104 105

También podría gustarte