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‘co después de cumplir los veinte afios GEORGE BERKELEY (1685-1753), recién licenciado en et Trinity College de Dublin, aleanzé una conclusion Mloséfiea que le parecié deslumbrantemente obvia y que a responder a 1a mayoria de los problemas de a, La tesis central, desarrollada en un sistema elegante, caro y simple, era la inexistencia de la materia, cuyo concepto mismo resultaba superfluo 0 ininteligible y abria ademas el camino al esecpticismo y 1 ateismo, J. 0, URSOM se propone, con esta monografia, no silo reconstruir los principales pasos de la yida y de la obra de Berkeley, sino también situarlos en el contexto de su tiempo, nica manera de que sus ideas recuperen el significado critico y polémico que les da sentido en Ia historia del pensamiento. EI siglo xvit hhabia presenciado el experimental y de una nueva filosofia orientada a cexplicar la realidad desde el supuesto meeanicista de aque € ido por ftomos e cn un vacio infiito, El sistema de Berkeley, que afiema al tempo que las ideas som el dinico objeto de la mente ¥¥ que el conocimiento depende de los sentidos, ‘consttuye la primera critica global de esa filosofia ‘corpuscular hegeménica en su época. imiento de Ia moderna ciencia indo est fr mo pie suaign © Aapaysoq WOSIA) 4 zsol ‘Til fin: ery - La gon xg ba do esd en ings por Oxford University Pres. “Teaducw: Joss Martin Conder . ©}.0. Ursom 1982 @ Ed, cast: Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1984 Nota sobre las abreviaturas Las referencias a las obras de Berkeley se han realizado segiin las siguientes abreviaturas: Ali sophical Commentaries (Comentarios filos6fi- £08) The Works of George Berkeley, (Obras de George Berkeley), ed. Luce y Jessup, (véase p. 100). ~ De motu (Sobre el movimiento) Passive Obedience (La obediencia pasiva) Principles of Human Knowledge (Principios del co- rnocimiento humano). Sirs ‘A New Theory of Vision (Una teoria nueva de la vi- sién) OE r o> <0 Las referencias a L se hacen por medio del volumen y la pigina, las referencias a A, M, O, P, Sy V por medio de los parrafos. Las referencias aC siguen la numeracién (no cestablecida por Berkeley) adoptada en L i. 1. La filosofia corpuscular ‘momento que no conacemos con certeza, pe- ro sin lugar a dudas poco después de cumplir los veinte atios, George Berkeley recién licenciado del Trinity Col- lege en Dublin, tuvo una inspiracion metafisica. Al refle- xxionar sobre ella, le parecié deslumbrantemente obvia; servia como base para responder, como minimo, 2°la mayoria de los problemas principales dela metafsica; ‘minaba la tentacién del escepticismo y el ateismo presen- tes en la ortodoxia filosdfica de la época y conservaba, aunque quizés de manera mas refinada, todo lo que soste- nian el sentido comin y la religidn cristiana. Esta inspira- ci6n afirmaba que no existia algo como la materia, que el czoncepto mismo de materia era completamente superfluo € incluso ininceligible. Puesta en estos términos escuetos, fuera de contexto y sin explicacion, esta presunta inspiracién seguramente parecer‘ ridicula al lector no habituado al pensamiento de Setlisley., Parecis 'conaplessmence silicide pick aia 2 Berkeley tration of the Now famous Atomical Hypothesis (Filosofia ‘experimental en tres libros, conteniendo nuevos expe- rimentos microscépicos, meretricos y magnéticos con algunas deducciones e hipétesis probables obtenidas a partir de ellos en favor e ilustracion de la ahora famosa tesisat6mica),ilustra perfectamente el espritu de la epoca {Qué era, pues, esta ilosofia moderna, la filosofia cor- puscular, que el Dr. Power llamé la hipotesis atémica? Dado que muchos ignorantes repiten hasta la saciedad que los antiguos griegos se habian limitado a formular una fantasia atémica especulativa, en tanto que la teoria atGmica moderna se basaba en una sdlida observacidn ex- perimental, siendo cualquier parecido mera coincidencia, no esti de més repetir que la flosofia corpuscular es sim= plemente la recuperacion de la antigua teoria griega, y asi lo afirmaron muchos de sus defensores. Dado que fue el principal blanco de las criticas de Berkeley, una teoria que considers la fuente de todos los errores, seri mejor que nos familiaricemos bien con ella; el propio Berkeley la cestudi6 cuidadosamente, La filosofia corpuscular sostenia que el mundo estaba formado por étomos en movimiento en un vacio infnitos cn la versidn antigua los étomos también se movian en un tiempo infinito, pero los fildsofos eristianos del sigh die cisiete aceptaron por la autoridad de la Biblia que habian sido creados y puestos en movimiento por Dios. En la cuestién 31 de su Optics (Optica), Newton deci parece probable que Dios haya creado desde el comienzo Ja materia en forma de particulass6lidas, masivas, duras, impenetrables y movies, con tales tamatios y figuras y con tales otras propiedades y en una proporcién tal al espacio que resulten lo més apropiadas al fin para el que fueron creadas’. Se consideraba que los stomos eran de muchas formas y tamaios diferentes, sélidos, indestructi- bles y en movimiento. Elk sh eiteah neiase dd cnt enbbldactad tite Lafilosoia conpuscalar B dicado Dios a los stomos, la respuesta sera: ‘Ninguna’. “El alor y el frio son apariencia, lo dulce y lo amargo son apariencia, el color es apariencia; en la realidad estin los itomos y el vacio’, dijo Demécrito en uno de los escasos fragments de sus escr icos que se conservan, ¥ con este punto los cientiicos del siglo diecisiete estaban completamente de acuerdo. La filosolia corpuscular es una teoria puramente mecanicista. “Todo ha de explicarse en términos de la forma, el tama- fio, la masa y el movimiento de las particulas y su impacto entre si; en otras palabras, la explicacin mecénica es la &inica forma aceptable de explicacin eientfiea. Fl impac- to era la tnica manera en que podia concebirse que algo actuara sobre alguna otra cosa. En esto todos estaban de acuerdo; de modo que Locke en el libro II de su An Essay ‘concerning Human Understanding (Ensayo sobre el en- tendimiento humano) hablo de ‘impulso, la nica manera ‘en que podemos concebir que los cuerpos operen’,¢ in- dda que posea ests euaidades puede dejar de tenerla, se le hnaga lo que se le haga, mientras que podemos desproveer ‘1.un cuerpo de su olor, su gusto 0 su color. Por lo tanto, las cualidades primarias son inseparables de los euerpos y las secundarias no, puede haber cuerpos con apasidad a causarnos sensaciones de color, olor, gusto, et: Pavocke al igual que otros defensores de a filosofia coms vascular, sostiene que todas nuestras sensaciones, sean Pralidades primaras o secundaras, son causadas por el impacto de étomos insensibles en nuestros érganos de los sentidos, los movimientos generados de este modo son. ‘ransmitidos al cerebro por los nerviossy a estas sensacio- nes las llama ideas. Haciendo uso de esta terminologia firma que las ideas de las cualidades primarias (forma, %olumes, movimiento, et.) se asa as propias cs idades, en tanto que las ideas de las cualidades secunda~ fare pec eal ao baer ue les dieron origen. Ya que, segiin creo, Berkeley no ‘Mendis ena alrmacion, Is expondeé con palabras del propio Locke: ‘Las ideas de las cualidades primarias de Tos euerpos son semejanzas de ellos y sus patrones existen realmente en los propios cuerpos; pero las ideas que nos producen esas cualidades secundarias no guardan pareci- Go alguno con ellas. Nada hay en los cuerpos mismos que ras ideas’ sea como nuest i Pues bien, cuando Locke afirma que las ideas d yes cade soups no 2 ea 2 ae fos cuerpos, no quiere decir que los cuerpos sean siempre de un color diferente del dela ideas que nos producen, {ya que los cuerpos no tienen color en absoluto segiin la fosota corpuscular. Quiere deci que los cuerpo extin de cuicteincadies Gi ak cnnekia de ane dinnbn cope 2» Berkley producir ideas de color. La coherencia requiere que cuan- do afirma que las ideas de forma y de otras cualidades| Primarias son semejanzas de esas cualidades de los cuet- os no se puede querer decir que los cuerpos sean siem- Pre exactamente de la misma forma que las ideas que nos producen, o sea, que son de la forma que parecen ser, lo ue, en cualquier caso, es evidentemente also. Debe que- rer decir que cuando adscribimos formas a los euerpos lo hacemos con el mismo sentido de ‘forma’ que cuando la adscribimos a las ideas; de este modo ‘cuadrado’ tendri el ‘mismo significado geométricamente definible lo aplique= mos a'un cuerpo o a una idea. Por expresarlo en fa je ‘técnica as ideas de las cualdades primarias y los cuerpor cjemplifcan las mismas propiedades determinables ~tor- ma, tamaiio, movimiento, etc.~ pero no necesariamente los mismos determinados entre los determinables en cada ‘ocasién. Mas adelante veremos cémo Berkeley atribuye a Locke la versin de la doctrina que he rechazado; de he- cho Locke da pie en una 0 dos ocasiones para hacerlo as, pero interpretada de esta manera la doctrina carece de sentido y no forma parte de la filosofia corpuscular. Hemos comenzado utilizando la terminologia de las ideas al uso en los sighs diecisiete y dieciocho y afiadire- ‘mos algo al respecto para conclu este capitulo introdue- torio. Descartes fue el primer filésofo importante que la temples, Locke lo siguié y Berkeley siguié a Locke. Por lo tanto debemos intentar entenderla ahora de manera preli ‘minar, aunque constantemente nos enfrentaremos con problemas al respecto, En cl inglés coloquial del siglo diecisiete la palabra ‘idea’ era sinénimo de ‘imagen’, igual que la palabra ‘idée’ en francés, Por es0 Shakespeare, en Richard I] escribe que Buckingham le dice a Gloucester que éste es la “idea correcta’ o sea, la viva imagen, de su padre. El mismo Descartes decia que hablando con propiedad las ideas son como imagenes de las cosas, Al parecer la palabra comen- 26 a.utilizarse filos6ficamente en conexia con una teoria La filosfia compuseaar 21 de la percepcin visual segin la cual el alma ve imagenes del mundo exterior proyectadasen la superficie del cere~ bro, una versin def doetina de a percep represen: tativa, El término fue retenido pese a que la teoria fue tmdfcaso abandonaday su campo ampli hast ir rir todos los objetos de la conciencia, todas las sensacio~ miedo le sents, fx ebto de memories objeto de a imaginacin, los objets del pensamicnto {Com frecuenci se pnsab que era una onganiacin de imgenes mentale) todas las emaciones, Ese us0 tk txtento por Locke el urmino ‘ide! fue comsiderado ex tao einlasoindefendbleen agua octal ital ‘illingflet, entonces obispo de Worcester, icaba istiaismo; Henry Lee en su Anti- peligeosa para el cristianis ns Aa Scepticism, declara que ‘lo nico que podemos llama Idea see Representacion vable 0 Seaeanca del Objet; inclaso bien enrado eso dcciocho Bowell oe relate 1ue Johnson deploraba el uso que se hacia de ella y afir~ Segue en aro que idee flo puede signifier alg de logue puede formar ana imagen en amet, Nocben dudas de que el uso liberal del término ‘idea’ sumergié 2 Ios flésofos que lo emplearon en la ambigiedad y la 0s- curidad, como veremos en nuestro anilisis de la filosofia de Berkeley, : Los fildsofos de ese periodo, igual que muchos otros d cualquier época, estaban bastante convencidos de que en Ia percepcidn se es consciente de una idea, una imagen, tuna sensacidn provocada por la materia intinseeamente impercepible Elector bien podria pregutare qu por au evaban an seguros de qu leriacausal era rea de que la concepeiéa ‘vulgar’ segin la cual somos inme {iStamente consents de los objetos fisics no merci la pena discutirs filos6ficamente con seriedad. Se apoy3- Ban en do consderacones biscas a primera queue ‘exposicin rigurosa de lo que percibimos, o ea, de cémo eee eee eee eee cibreme desma aca 2 Berkeley cin rigurosa de cémo ese! mundo, incluso tal ; incluso tal como se copie en emis vues As ps brand ida enelaguaes recta, pero la‘barra’ que peribimos et doblada yo ene esded fia; lorater del os coe paralelos, pero vemos dos lineas que convergen en la dis- tania vino de mesa nonmal no be due desputs de um jeez sco non abe seco x hemos bebido un ivr des. Sas dsipcons del mundo y delo gue Retibmos son tan diferentes, lo que persbinos no pur La segunda consideraci tenia tant L le 0 peso como la an- ter Sila deseripeién cients de a eliad fia y de los complejo poctos fics yfsolgiosimplados én Ia pereepcin es siquieraaproximadamente verdadera resulta imposible afimar que peribimos el mundo de manera directa inmedata i po ejemplo, el vonido es vibraciones fsicas en la atmésfera y se transmite hasta nosotros por medio de movimientos en el oido, nevion y cerebro, entonces lo que ofmos no ser el sonido fisico, 42 que lo qu oes no un movinienton ningun ote lemento menconado cna descripin sade sonido, iormente veremos si estat tcoras son satisfacto- fas. Peo desde lego x que coneeciron os flsolos quienes hemos estado hablando, y, aunque Berkeley no pudo tlizar el segundo de os argumento presenta Jos, sin duda aceptaba sin serios reparos la conclusion de que aquello de lo que somos conscientes son ls ideas 2. Elataque a la materia George Berkeley nacié el 12 de Marzo de 1685, cerea de Kilkenny, en Irlanda. Sus antepasados eran ingleses, pero su abuelo, un realista, se traslad6 a Irlanda en la épo- Ei de la restauraciGn. El propio Berkeley se consideraba ielandés; se refirid a Newton como ‘un fildsofo de una rracién vecina’ (P 110) y al comentar sarcésticamente en su cuaderno privado lo que consideraba un absurdo filo- Sélico, escrbio: "Nosotros los irlandeses no podemos discernir estas verdades’ (C 392), Fue enviado al Kilken~ nny College, donde habian acudido Congreve y Swift po- 0 tiempo antes, y posteriormente en 1700, cuando s6lo tenia quince anos, al Trinity College de Dublin, All estu- rganos de los sentidos y el sistema nervioso sobre los azul y dulce aroma que tal flor provoca en nuestras men- ‘que actia la otra materia; pero no existe ninguna dife tes; Seanad coasibie im ‘Dios haya adjudicado cia fundamental. tales ideas a tales movimientos con los que no tienen pa- 3 Las ideas, que son mentales pero provocadas por lal recido alguno que pensar que haya asociado la idea de secién de la materia que opera sobre el sistema nervioso. dolor al movimiento de un pedazo de acero que separa 4 Lamente, que es consciente de estas ideas y que ope-fJ_nuestea carne’, De modo que Locke ha de acudir a la ac- a sobre ellas y con elas al pensar. cin directa de Dios, sin explicacion cientifica alguna de como se vineulan los Le la cade cam > Si buscamos las razones que podia esgrimi Locke para fender su creencia en la materia quedaremos defrauds- dos. En el capinulo titulado ‘Nuestro conocimiento de ‘existencia de otras cosas’ del libro TV de su Essay nos dice que éste solo puede lograrse por medio de la sensacién; pero no esti nada claro cmo puede obtenerse de este modo el conocimiento de la materia imperceptible. Nos Particulas emitidas por tal asociacién, Otra cuestion a dice que nuestra certidumbre es tan grande como lo re~ Aalar es que los vinculos causales entre los elementos de laf quiere nuestra condicién y ~suponiendo que a menos que ‘ontologia de Locke son inexplicables. Podemos dar por postulemos la materia, hemos de considerar que la vigilia sentado que las acciones y propésitos de it es indiferenciable del suefio— le dice al inerédulo que ‘no: ‘crurables; pero también la manera en que la materia inci- J hace sino sofar al plantearse la cuesti6n; por lo tanto no tidos para causar las ideas y aquélla que constituye lo Esta ontologia era esencialmente compartida por New: tom y carece visiblemente del objeto fisico del discurso y| el pensamiento cotidianos, comunes, Desde luego, atin] podemos hablar sobre las mesas y las sillas; pero en el aspecto fsico no som sino densas asociaciones de corpis- ‘culos elementales,y el que ls veamos como sillas 0 mesas es la mera ocurrencia de ciertas ideas provocadas por tiene mucho sentido que un hombre despierto deba ‘estarle'. Mas, en temas como este, la chanza facil dificil ‘mente sustituirs adecuadamence a la argumentacién, Pero Locke también dice que ‘es evidente que las per cepciones son producidas en nosotros por eausas exterio-| ‘es que afectan nuestros sentidos’, y para Berkeley es ‘re6 la materia para que fuera e as ions forman ls ides criaturas sentientes. Asi en los didlogos entre Hylss Philonous, cuando Hylas se ve obligado a oes = puede sostener la concepcion de la materia de Lo y Newton, se aferra al argumento de que la materia ‘es tun instrumento al servicio del Agente supremo en la pro divest de mucrasidea’, yaa que ne algae tendimiento de la materia ya que ‘tengo agin concepto de instramento en general, el cual le aplico" Berkeley guarda una respuesta devastadora contra est jugada, la esencia de la eual se encuentra en las palabr due Berkeley pone en boca de Philonous: «_No ex comin todos los insrumentos el que sen apicado solamente ala realzacin de aque cosas Que no po logearcon elmer acto de nese olutad.. Como ences odes suponer que un Epi abuotamente pera decay Toluntad depnden completa einmediatamete oda as Conn Taba de necesita un insrumeato ens labor nonce dol, hacer uo de 2. Yel uso de wn insamento sblig agente a sometere aa vel de oto, no puede lograr sin ‘ha cl modo on conic Por oto, puree tna contecenca cara que el Agente spitnoy in ines no {0 heramieta i insert slgune (ct 218-19) 1a Este argument supon a existencia de un Dios que es la primera y omnipotente causa; pero, ya que aquellos) ‘con quienes debatia aceptaban este punto, Berkeley te derecho 2 utiizarlo contra ellos, en particular por ‘mantenia en reserva argumentos favorables a la existencia de Dios. Dado este supuesto basico, el argumento parece bucno. Postular tanto a Dios como ata materia como ex- licaciGn de nuestra experiencia sensorial parece super- iu, especies coando ec ext de acuerdo en que r= sulta totalmente oscuro por qué la materia habria de pro- ‘vocar sensaciones con el caricter que de hecho tienen. A ¢stas alturas parece que Berkeley tiene motivos para afir- ‘mar que la ontologia de Locke es redundante y la materia ‘uperflua. En los préximos dos capitulos examinaremos las explicaciones positivas de Berkeley sobre la ciencia y cl sentido comin sin la ayuda del concepto de materia ro antes hemos de considerar otro ataque a los materi Fists al que Berkeley daba una gran imporeanci, Las ideas abstractas Hemos examinado previamente cémo era esencial para Ia polémica de Berkeley contra la materia sostener que pensar en algo, en siltima instancia, imaginarlo, La ma- teria 3 ininteligible precisamente porque uno no puede ver o imaginar nada parecido a lo que se supone que la materia es, algo que posee cualidades primarias pero care~ ce de color, olor, sabor 0 sonido. Berkeley era conscience de que a esas alturas, algunos de sus oponentes, igual qué en nuestros dias, afirmarian que su erterio de intligibili- dad era muy restrctivo. En la jergafilosofiea de la época de Berkeley, la objecién tomé la forma de que, en tanto, que la materia no era imaginable, sin embargo si puede tenerse una idea abstracta de lla. Berkeley niega exte punto, Mas, antes de que entremos a considerar la con- toversia, convendra que comprendamos la teoria de las ideas abstractas,y ése sed el objetivo de las préximas pi- sinas. ‘Que pensar es, fundamentalmente, tener ideas en la mente, era un tépico raramente cuestionado por los prin- cipalesildsofos de los sighosdiecsiete y dieciocho. Desde luego se reconocia que puede pensarse con palabras, pera el lenguaje era considerado como algo que, de hecho, sla ‘es necesario para comunicarse con los demas. En palabi clisicas de Locke: ‘Las comodidades y las ventajas de sociedad no existitian si no pudiéramos comunicar lo ‘pensamientos; fue necesario que el hombre hallara alg ‘igno externo perceptible a través del cual las invisible ‘ideas que conforman nuestro pensamiento pudieran d «conocer a los demas’. Para si mismo uno podia pen ‘con palabras; mas las palabras representan alas ideas del ‘mismo modo que los cheques al dinero, pueden no tener fondos. Todos estaban de acuerdo ‘que pensar con palabras podia ser peligroso ~‘Palab carentes de significado que se igi cl titulo de wna seccién de Locke. de que la mayor parte de la ininceligible metafisica a ‘que atacaba tenia su origen en el pensamiento artificioso sobre palabras carentes de significado, y os slimos ocho pitrafos de su introduccién a los Principles estan dedi dos a explicar esta cuestién. En el parralo 21 de su intro- duccién escribe: La mayora dels reas del conocimiento han sido tan absur- dlamente misfcadasy oscureidat por el abuso dels palabras Y por la terminologia con que suslen expresatse, que cas es ust de preguntas si el lenguaj ha contribuido mis lr teas oal desarllo dea iencias. Dado que ls palabras ues tan tal eapacidad para mponere sabre el entendimiento, estoy ‘decidido a hacer tan poco uso de ellas en mis investigaciones ‘como me sex posible: ualesguera eae quecomidere me efor 2até por apliarlas mi enfogue pussy sin ropajes, mantenin. de alma dempsey en eta ce sepa ie, aquellos nombres cuyo lo'y constant vs les ha Sets esse aro iit Plagues lemaeria ” Mas, gen qué consiste eso de pensar con ideas puras y sin ropajes? Est claro que las ideas se consideraban fun- damentalmente como imégenes mentales, ¢ ‘imagen’ 0 ‘visin’ era el significado normal de ‘dea’ también en los textos no filosoficos del siglo diecisiete. Incluso el racio- nalista Descartes, quien fue el responsable principal del ampli uso del plara ‘de’ en I flosoin, dia que “algunos de nuestros pensamientos son como imagenes de las cosas, para ellos slo la palabra idea es adecuada’. Tan- to Berkeley como Hume consideran que pensar con ideas ‘consiste en tener imagenes mentales, y también parece ‘que para Locke, al menos cuando no estin implicadas las ya supuestas ideas abstractas, las ideas son normalmente imagenes mentales; Locke se refiere a las ‘ideas o image- nes" como si los términos fueran intercambiables.. ‘No esta muy claro lo que se supone que es pensar con imagenes mentales, Limitarse a tener uma imagen mental no parece suficiente; uno puede, por ejemplo, tener una imagen mental que ¢s aproximadamente redonda y roja, pero esto por si mismo dificilmente seria un pensamiento sobre algo. Supongamos que esta imagen redonda y roja {quarda un estrecho parecido con un tomate, ya que a.n0 ludar, los filésofos a quienes nos referimos creian que el parecido hacia que la idea fuera una manera adecuada de pensar sobre algin objeto. Pero, aunque la presencia de la imagen sca un pensamiento y, sin duda se trata de un pen samiento que se refiere de alin modo a los tomates, si~ jue sin estar claro qué es pensar sobre los tomates. Hlaga- ‘mos una lista de las posibilidades, expresada en forma verbal: nn smi ts in rn mi rojo y redondo; algunos tomates son rojos; el tomate es uns ‘alice eto tomate; algunos objetosredondos son ojos Cuil, entre éstas, 0 las demas incontables posibilida- des, ela verbalizacién adecuada del pensamiento que ‘uno piensa cuando tiene en mente una imagen roja y donda que recuerda a un tomate? El problema puede abordarse desde la direccién opues: {, Supongamos que tenemos el pensamiento ‘esto blanco” nla forma de idea o imagen mental. Pues bien, evocamos una imagen mental blanca, no puede ser sélo blanca y carecer de otras caracteristicas; seguro que ha di ser brillante o mate, redonda o de alguna otra forma, este 0 aque! trasfondo. Supongamos que es blanca, bri Iante y redonda, ahora el problema es qué hace que el determinante de Ia idea sea el pensamiento ‘esto es blan entonces que el euboy la e estén situados encima de una mest, y quel ceyo es capaz, ver; ésta¢s mi pregunta, antes de tocatlos zpodria d ¥y decienos cules ia esfera y cual er el eubo? Berkeley, al igual que Locke y el propio Molyne respondiainequivocamiente que ‘No’. Pues bien, ‘hemos que, en condiciones similares, costaré mas adic a ide ctl de algo redondo quel ides tet algo rectangular, entonces habra que considerar que idea visual de lo rectangular es mis distante que Is visual de lo redondo, Esta correlacin entre vista y ¢s fundamental en el enfoque de Berkeley. Sobre esta aprendemos a determinar la distancias en fungion de apariencia visual de los objetos, de modo que si une co ue tiene la apariencia general de una pelota de ping-po Es sla spares de distancia relia de nos ruede mostrarse tanto por los objetos de Ia imnaginac ee ipa aca por los objetos de los sentidos. La cuarta dificultad que mencionaba Berkeley hacia ferencia a la existencia constante de los cuerpos fisica ‘rdinarios como las silla, las mesas, las montafas y lo ros, Esta difcultad se ha expresado en unas rims b Habla un hombre joven que dij: ‘Dios tebe vorprendane mucho ‘Fence ue et bol tools rene cuando no hay nadie ene patio’ teriaismoy semi comin Fl autor de estas rimas, Monsefor Roland Knox, eseri- i también otras con las que pretendia ofrecer a Berke- y la soluci6n al problema: May Se ni Sw sorpresa es extrafias yo siempre estoy en el patio. YY por eso el drbol siempre estar presente, tal como he observado. Le saluda atentamente Dios Este enfoque, que hace que Berkeley establezca la exis- ‘tencia constante de los euerpos a ser percibidos por Dios fterna y constantemente, es, supongo, la interpretacién brtodoxa de Berkeley sobre este tema, Pero, en el mejor de los casos, es una exposicién confusa ¢ inadecuada del panto de vista de Berkeley. Cierto es que Berkeley soste- hia que en un sentido metafisico la existencia de los irbo- les que no son observados depende de Ia actividad de ios; pero ademis afirmaba que en el sentido metafisco fn existencia de los arboles que son observados y los ob- servadores finitos dependia de la actividad de Dios. Co- ‘mo ya dijimos, es necesario distinguir entre el punto de ~ vista metafisico de Berkeley, que cifraba toda la existencia de la actividad divina, y su enfoque analitico sobre el sig nificado de las afirmaciones. Pocas pruebas hay, si ¢s que hay alguna, de que Berkeley creyera que cuando afirma- ‘mos la existencia de algiin objeto mo observado estemos ‘quetiendo decir algo sobre las observaciones de Dios: por el contrario, hay muchos indicios de que no opinaba asi Por Io tanto, el resto del capitulo se dedicaré ala explora- cidn de su punto de vista sobre este tema. ¢Cémo podia Berkeley, elinmaterialist, aceptar el supuesto del sentido, ‘comin gin el cual los cuerpos existen constantemente, sean percibidos 0 no?

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