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La educación: Un derecho que da acceso a otros derechos

La educación es sin lugar a dudas una herramienta clave para el desarrollo de una sociedad,
y en la medida en que sea universal, tendrá un impacto positivo en la equidad y en la
calidad de vida de los habitantes de un territorio, ya que por medio de la educación se
alcanzan otras capacidades, que ayudan en el proceso de desarrollo de las personas y los
territorios.

Sin embargo a pesar de que en muchos países la educación es concebida como un derecho,
en todos sus niveles, básica, secundaria y superior, en países como Colombia la educación
se concibe como un servicio, y solo el Estado garantiza la educación primaria y secundaria.
La educación superior queda para quienes tengan como acceder a esta y esto genera
exclusión, ya que no todos tienen este privilegio que aún lo sigue siendo. Siendo así la
educación un derecho humano universal pero a su vez, la garantía de este derecho se ha
convertido en una problemática global, pues a pesar de que estuvo presente en las metas del
milenio, y lo sigue aún en las metas del desarrollo sostenible, el problema radica en la
financiación, quién debe financiarla, de donde deben salir los recursos para su financiación,
y hasta que nivel debe garantizarse.

La educación permite a las personas, incrementar su capital social, establecer redes, pero
también permite acceder a puestos de trabajo mejor remunerados y a través de esto
aumentar sus ingresos y satisfacer necesidades, es allí en el factor ingreso donde la
educación juega un rol fundamental parta la superación de la pobreza, la reducción de la
desigualdad, y la preservación de una paz sostenible a nivel mundial.

Según OXFAM (2017) ocho millonarios tienen la misma cantidad de riqueza que los 3600
millones de personas más pobres de la humanidad, este informe señala que la desigualdad
siguió en aumento en 2016 y que la disparidad es enorme y más si se tiene en cuenta que 1
de cada die personas vive con menos de dos dólares al día. Eta cifra es importante para
recordar la desigualdad que es un problema a nivel global y es uno de los retos del
desarrollo, disminuir las brechas y que la gente tenga una vida que valga la pena vivir. El
problema de la cifra no radica en que unos pocos tengan tantos, sino en la forma como se
distribuye la riqueza y qué medidas tomar para que estas personas más pobres accedan a
mejores oportunidades, mejoren sus ingresos y vivan la vida que ellos valoran y tienen
razones para valorar como lo señala Sen (2000).

Según Smith (2009), la clave de la educación radica, en la importancia de esta para el


desarrollo humano, y para el alcance de los objetivos del Milenio que ahora se convierten
en Objetivos del desarrollo sostenible, sin embargo los primeros no se alcanzaron por la
falta de financiamiento sobre todo en materia educativa, aunque hubo una mejoría y cientos
de millones de niños ingresaron educación primaria la meta no se logró que era la cobertura
universal, sin embargo en los países que mantienen conflictos esta cifra no tuvo un avance
significativo, por lo tanto el conflicto afecta directamente en la educación de los niños y en
los procesos de desarrollo de las personas y de los territorios.

También la educación como una capacidad se convierte en un factor clave para


construcción de paz, y consolidación de la misma en el postconflicto, pues no solo desde la
práctica pedagógica los maestros ayudan en su construcción, también los administradores
educativos, secretarios de educación entre otros pueden aportar a la paz, ampliando la
cobertura escolar, la oferta educativa en los sectores tanto urbanos, como rurales, llegar a la
periferia es clave para construir equidad y justicia social.

Ya que la desigualdad así como la pobreza son sin duda problemas que afectan a la
población mundial, especialmente en los países subdesarrollados como Colombia, donde
las políticas públicas apenas en esta época están siendo un poco efectivas para la reducción
de la pobreza extrema y eso gracias compromisos que adquirió el Estado como las metas
del milenio que buscaban reducir la brecha de la pobreza pero que sin embargo no se
alcanzaron totalmente, pero al menos logró mejorar en algo la calidad de vida de la
población menos favorecida, así desigualdad y pobreza se convierten en dos de los
principales retos para construir la paz, y para su preservación en el postconflicto.

La población Colombia que posee menos recursos y menos oportunidades por así decirlo
se encuentra en la mayor proporción en periferias así como en el sector rural, donde la
acción del Estado no llega con la eficiencia y la eficacia que se necesita y donde gran parte
de la población algunas veces sostiene que sienten un abandono del Estado y por esto se
ven obligados a vincularse a actividades ilegales como cultivos ilícitos para subsistir, y es
allí donde se nota que a estos grupos de personas no se les brindan las oportunidades de
llevar una vida que valoren y que valga la pena vivirla, ya que carecen de capacidades, u
oportunidades, esto a su vez hace que ellos estén privados de funcionamientos como lo es
por ejemplo estar bien nutrido, esto se puede ver en la actualidad con la muerte de niños por
desnutrición en resguardos indígenas, o llevar una vida sana y saludable ya que hay pocos
centros de salud y poca atención especializada o la misma escogencia del trabajo a realizar
ya que es muy poca la oferta de formación técnica o profesional.

Por lo tanto si se hace a las personas participes de escoger su desarrollo, es decir que ellos
tengan la capacidad de agenciar, solo desde allí nos podemos dar cuenta de que es lo que
realmente ellos valoran, de cuáles son sus necesidades y de las soluciones que ellos
mismos creen que van a resolver esas necesidades, y de igual forma ser respetuoso de esas
decisiones colectivas y colaborar para que lleguen a feliz término, sólo en ese momento se
estará creando el camino para construir una paz estable y duradera con equidad y justicia
social.

Por lo anterior es un fundamental la participación de la sociedad como agentes, ya que la


agencia es una capacidad muy importante para el enfoque del desarrollo humano, y recobra
un valor muy positivo en el nivel territorial, ya que a través de ella se logran empoderar a
los ciudadanos para que puedan transformar no solo sus territorios sino sus propias vidas. Y
es precisamente esa capacidad de agenciar mezclada con la nuevas formas de participación
política que tiene la sociedad civil, mediada por las TIC, las que hacen posible que se sienta
y se lleve a su máxima expresión la capacidad de agencia a través de la organización de los
ciudadanos, ya que como señaló Jackson (2013) cuando la gente se organiza y genera
debate se empieza a generar conciencia y empoderamiento que son muy importantes para
la toma de decisiones y así la sociedad civil limita un poco el poder del Estado.

Townsend (2009), cita Hero (2007) quien señala que la actividad cultural, así como la
educación de los adultos no se han tenido muy en cuenta como indicadores que influyen en
el capital social, a pesar de que como señala Townsend (2009), existe evidencia de que el
desarrollo de capital social a través de la inversión en educación de adultos, puede ser una
forma de control y reproducción social en muchas sociedades mono éticas. Es decir invertir
en educación de adultos ayuda a la creación de redes que a través de su organización
pueden ser protagonistas en el cambio de paradigmas y esquemas sociales, que permiten el
acceso a oportunidades para toda sociedad y esto facilita la cohesión social en muchos
contextos diferentes.

El mismo Townsend (2009), cita a Coleman (1994), quien afirma que el capital social
puede definirse como un conjunto de recursos, que son inherentes a las relaciones en grupo
y a las organizaciones sociales de la comunidad, los cuales son útiles para el desarrollo
cognitivo y social de los individuos.

Por otra parte, Goldin, Rogers, y Stern (2002) sostienen que los países que han crecido más
rápido también han alcanzado altos niveles de reducción de la pobreza, mientras que los
que se estancaron económicamente experimentaron el mayor crecimiento en la pobreza. Sin
embargo, el crecimiento económico es más significativo en pro de la reducción de la
pobreza, cuando se combina con buenas políticas para el desarrollo del capital humano que
promuevan una distribución más equitativa del ingreso y el acceso a oportunidades dignas.
Desde una perspectiva política, esto significa poner más énfasis en la inversión en las
personas a través de proporcionar acceso a la educación, la salud, la protección social, y un
empoderamiento más directo que le permita una participación directa en las decisiones que
les afecten.

Así, debido a su escasa participación y empoderamiento son excluidos, y no son tenidos en


cuenta, y se presenta el fenómeno de la exclusión social. Azuero (2009) hace énfasis en
que la exclusión social es un concepto multidimensional, dinámico, que afecta
negativamente a los diferentes aspectos del desarrollo humano, no sólo a los materiales.

Por su parte, Boughey (2012), refiriéndose a Sudáfrica, muestra la importancia de la


educación superior para las personas de raza negra, ya que una educación superior de
calidad significa la oportunidad de salir de la cruel pobreza, la cual ha sido devastadora
para sus familias y sus comunidades por generaciones. Por lo tanto la educación superior se
convierte en una excelente vía de escape de la marginalidad en la que se encuentran, no
sólo de la gente de determinada raza, sino de aquellos que tienen menos oportunidades y
que las políticas sociales no alcanzan a incluir. También se convierte en una oportunidad de
romper esa herencia cultural dañina del ciclo de transmisión de pobreza de generación en
generación.

De igual forma, Azuero (2009) manifiesta que, así como se habla de exclusión, debe
hablarse de inclusión y que ambos conceptos son una relación. Citando a Roca (2008),
Azuero indica que esta relación es de estratificación, y dice que la inclusión en las
sociedades segmentarias es producto de la agregación a determinados segmentos de la
sociedad. Esto quiere decir que si se reflexiona sobre las políticas y la forma como estas
pueden intervenir en la sociedad, si estas están bien orientadas hacia grupos focalizados
pueden generar inclusión, por ejemplo, una política pública orientada al acceso a la
educación superior de los estudiantes de escasos recursos: pero si al contrario una política
está mal direccionada, puede causar exclusión e impactar negativamente en la población
excluida, ya que en vez de disminuir las brechas de desigualdad las seguirá aumentando.

Por lo tanto, Colombia debe aprovechar esta fase de transición para crear políticas públicas
orientadas a superar la exclusión y marginalidad que hay en el país, sobre todo en la
dimensión social, ya que la exclusión social es el reflejo de la ruptura de la relación entre
las políticas públicas y los individuos, y no se puede negar el papel determinante que
juegan las políticas públicas en la configuración de una sociedad más incluyente y
equitativa. Así en este escenario es pertinente articular las políticas sociales con el capital
social, ya que la combinación de ambos factores permite generar acciones para la
intervención de procesos sociales.
Referencias Bibliográficas

Azuero Rodriguez, A. (2009). Capital social e inclusión social: Algunos elementos para la política
social en Colombia. Cuadernos de administración, 151-168.

Boughey, C. (2012). Social inclusion and exclusion in a changing higher education environment.
Multidisciplinary Journal of Educational Research, 133-151.

Goldin, I., Rogers, H. y Stern, N. (2002). The Role and Effectiveness of Development
Assistance: Lessons from World Bank Experience. A Research Paper from the
Development Economics Vice-Presidency of the World Bank.

Jackson, G. (2013). El país que soñamos. Santiago: Ramdom House Mondadori.

Gómez Campo, V., & Celis Giraldo, J. (2009). Crédito educativo, acciones afirmativas y equidad
social en la educación superior en Colombia. Revista de Estudios sociales, 106-117.

Townsend , R. (2009). La educación de adultos en Australia y su impacto en la diversidad, la


inclusión social y el capital social. Magis Revista Internacional de Investigación en
Educación, 303-315.

Sen, A. (2000). Desarrollo y libertad. Planeta, Buenos Aires.

OXFAM. (2017) Una Economía para el 99 %.

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