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En su forma más sencilla, una herramienta sónica consiste de un trasmisor que emite impulsos
sónicos y un receptor que capta y registra los impulsos. El registro sónico es simplemente un
registro en función del tiempo, t, que requiere una onda sonora para atravesar un pie de
formación. Esto es conocido como tiempo de tránsito, delta t, t es el inverso de la velocidad de
la onda sonora. El tiempo de tránsito para una formación determinada depende de su litología,
esta dependencia de la porosidad hace que el registro sónico sea muy útil como registro de
porosidad. Los tiempos de transito sónicos integrados también son útiles al interpretar
registros sísmicos. El registro sónico puede correrse simultáneamente con otros servicios.
En el caso de los registros de pozos, la pared y la rugosidad del agujero, las capas de la
formación y las fracturas pueden representar discontinuidades acústicas significativas.
Principio de medición
La sonda del perfil sónico consiste en general, de uno o dos transmisores y varios receptores
colocados a distancia variables, según el tipo de herramienta usada. El transmisor emite pulsos
sonoros a razón de 10 pulsos por segundo hacia la formación, los cuales generan ondas que se
desplazan en la formación y en el lodo. Como el sonido viaja más rápidamente en los sólidos
de la formación que en el lodo, las ondas que viajan a través de ellas llegaran a los receptores
antes que los que viajan por el lodo. La llegada de la primera onda acústica a cada receptor
pone en funcionamiento un sistema de respuesta que registra el tiempo que tarda la onda en
llegar de uno a otro receptor. El primer tipo de herramienta usada constaba de un transmisor y
tres receptores colocados a 3, 4 y 6’ del transmisor. En la actualidad, se utiliza un sistema
integrado por dos transmisores y cuatro receptores colocados entre sí, lo que permite
compensar las lecturas por el efecto de las irregularidades en las medidas del hoy
Para disminuir la ambigüedad en la relación tiempo – profundidad se debe obtener una ley de
velocidad única.
Esto se logra calibrando o ajustando el perfil sónico con el registro del tiempo de arribo de la
onda "D" directa a distintas profundidades, elegidas de forma tal que permitan dividir al sónico
en zonas donde el carácter del perfil es más o menos constante.
Calibrar el perfil sónico, puede definirse como un proceso capaz de conferirle un carácter
"sísmico", es decir el de un registro en zona virgen de una señal sísmica cuyo contenido de
frecuencias está habitualmente en la banda de 10 a 100 Hz, sin quitarle las ventajas de su alta
resolución.
Esto permite, en definitiva, contar con una ley de velocidad prácticamente continua, una
muestra cada dos milisegundos de tiempo doble, y por ende con una transformación tiempo –
profundidad de alta resolución.
El método clásico de calibración pasa por aplicar al perfil sónico las correcciones indicadas por
una curva de "drift" obtenida a partir del análisis de las diferencias entre los tiempos
registrados mediante la prueba de velocidad y los correspondientes obtenidos del tiempo de
tránsito integrado (TTI) del perfil sónico.