Está en la página 1de 2

Aprendizajes Ancentrales

El buen vivir fomenta el rescate de los conocimientos antiguos

Históricamente los saberes y conocimientos ancestrales no han formado

parte de los currículums de la educación reglada; por el contrario, desde la

academia se los ha considerado como superstición o, en el mejor de los

casos, como mero folklore, reduciéndolos así a una caricatura, una imagen

superflua, una cáscara de lo que constituye en realidad un cúmulo de

conocimientos, prácticas y tradiciones que son expresión y vida de una

profunda cosmovisión. De este modo, los saberes ancestrales han sido

víctimas del menoscabo cultural que se ha dado como parte de las

estrategias hegemónicas de las sociedades imperialistas, que desde la época

de la conquista han procurado apropiarse del territorio, tanto físico como

simbólico. En la Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad

Cultural de 2001 se establece que los saberes tradicionales y ancestrales

son un patrimonio cuyo valor no se circunscribe únicamente a las

comunidades originarias, sino que dichos saberes constituyen un

importante recurso para toda la humanidad, en tanto enriquecen el

conocimiento mutuo por medio del diálogo, y permiten conservar el amplio

espectro de la diversidad cultural existente en un territorio dado. Según se

afirma en la declaración, la diversidad cultural es una fuente de creatividad

y de innovación y su reconocimiento fomenta la inclusión social y la

participación.

También podría gustarte