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"Pidamos a Dios por el pueblo libio y por los pueblos del mundo, y paz para el
mundo", agregó Chávez, quien calificó la situación de "masacre". El presidente no
mencionó a los rebeldes –a quienes en el pasado calificó de "terroristas"– ni a su
amigo y aliado Muamar al Gadafi.
Amigos y aliados
Para ese entonces, y en una peculiar señal, de que las cosas en Libia no iban muy
bien para Gadafi, hasta Chávez se quedó sin estadio.
Que un estadio en Libia llevara el nombre del presidente venezolano no tenía otra
explicación que la amistad –y los negocios– que a fuerza de petróleo, ambos
líderes –también unidos por la retórica antiestadounidense y antiimperialista–
empezaron a cimentar.
Ante la posible salida de Gadafi del poder, "la imagen de Chávez queda muy mal.
Chávez se aísla más en el contexto internacional", le dice a BBC Mundo Julio
César Pineda, embajador de Venezuela en Libia entre 1996 y 2000.
"Esto no es algo del 'imperio', acá se llegó a través de una resolución del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas, que votaron 'aliados' de Venezuela, como
Brasil, Rusia o China", recuerda Pineda. Para él, Chávez no sólo pierde un aliado
político, sino también hay repercusiones desde el punto de vista económico.
"Consecuente"
Tras su llegada al poder en 1999, Chávez visitó seis veces Libia. Y del estrecho
vínculo emergió la lealtad del presidente. En momentos en que el gobierno libio se
tambalea, la figura del mandatario venezolano no se vería afectada, sostiene, en
cambio, el analista internacional Raimundo Kabchi.
"Es una posición consecuente con los mejores intereses de Venezuela toda vez
que Libia, a lo largo de los años, asume posiciones identificadas con los
postulados de Venezuela (...) Su posición, acorde con principios antiimperialistas,
no queda desdibujada, sino todo lo contrario porque es un hombre de principios: lo
dice y lo lleva a la práctica", le dice a BBC Mundo.
Kabchi recuerda que Chávez "ha tenido con Gadafi una relación de amistad en la
misma oportunidad que Obama, Sarkozy, Cameron, Berlusconi y Blair estaban
ávidos de recibir al líder libio y congraciarse con él".
Eran épocas en que países europeos y Estados Unidos aprovecharon una mejora
en las relaciones con Libia, considerado un Estado paria hasta hace unos años,
para buscar acuerdos petroleros.
El analista desestima que la eventual caída de Gadafi pueda tener implicancias del
punto de vista de la economía venezolana aunque reconoce que habrá que ver
cuál es la posición futura de Libia en la OPEP, algo que puede afectar a Venezuela
y al bloque como organización.
La defensa
Una vez que estalló la crisis libia y ante rumores de una posible partida de Gadafi –
quien en más de una oportunidad dialogó por teléfono con Chávez–, corrieron los
rumores de que podría exiliarse en Venezuela, extremo desmentido por las
autoridades en Caracas.
La semana pasada revivieron los comentarios, que esta vez no trascendieron más
allá de las redes sociales. Tras la entrada de los rebeldes a Trípoli, la capital libia
es escenario de fuertes enfrentamientos.
Chávez aseguró tiempo atrás que no tiene pensado ofrecerle asilo a Gadafi, a
quien considera su "amigo", pero con quien "no está de acuerdo en todo". Aunque
Gadafi apenas pisó Venezuela en una oportunidad su presencia no pasó
desapercibida. Chávez le entregó una réplica de la espada de Simón Bolívar, y
comparó al líder libio con el libertador venezolano: "Lo que es Bolívar para
nosotros, esMuamar Gadafi para el pueblo libio".
Quizá era una retribución por el Premio Internacional Gadafi de los Derechos
Humanos que cinco años atrás había recibido el presidente de Venezuela. Y
durante el conflicto libio Chávez no ha estado solo en la defensa del régimen
dentro de Venezuela.
La conexión local
En sus declaraciones del domingo Chávez vinculó lo que ocurre en países como
Libia y Siria con Venezuela. Según el presidente, los opositores a su gobierno,
dirigidos por "imperialistas", pretenden desencadenar en el país una violencia
similar a la de Libia y Siria, ya que en Venezuela se encuentra "la primera riqueza
petrolera del mundo". "Pongámonos en manos de Dios para que impida la
violencia en Venezuela (...); tenemos que neutralizar los planes de violencia que
están cocinando, planes que vienen del imperio yanqui que quiere desestabilizar al
país para intervenirlo", señaló. Críticos descalifican los comentarios de Chávez y
aseguran que busca agitar fantasmas y alimentar un discurso de creación de un
enemigo externo y de confrontación al imperio que ha utilizado desde que alcanzó
la Presidencia.