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Senos y huevos
Mieko Kawakami
“rtuecin de Feoand Condy Yoo Ogihara
SdedcionsLeettemares eo wn bolo, pro la palabra corecta
ovocito.gPor gue le aman entonces boule? Porque bace pa-
reja con el espermatoroide. Quien dice espermatozoide, dice
Goulo, Ante sola i ala biblioteca de a escuela, pero resulta
casi imposible sacar libros prestades y, ademas, no tienen gran
cose, std todo apretado, es ligubrey cuando entra alguien lo
primero que hace et mirarlo que lees Ex repugnante. Por eso
ahora, antes de voloera casa, voy aia biblioteca de verdad.
Alt al menos puedo consultar en el ordenador lo que quiero
encima estey harta de la escuela, No sirve para nada, No
dicen mds que bobadas sobre un montin de cosas. i, yalo sé,
‘seribirsemjante tonterta es ya de por sb una tonterta. Me da
‘gual porque la excuela solo es un mal trago que se pasa 74
cxtd, pero con las cosas de casa no sucedelo mismo. Seguro que
hago mal en pensar en las dos cosas al mismo tiempo, perocon
sun papel y wn bolirafe puedo eseribir lo que quieras, donde‘quiere y como quiers, No me cuesta nada, es estupendo, No
son rads que mis notas. Hay dos ideogramas en japones para
expresar la idea de desagrado, pro uno en concreto me parece
‘que la representa mejor. Voy 4 escribirlo una cuantas veces
ara practcar: Repugnante,repugnante, repugnante.
Midorike
Makiko y Midoriko vienen de Osaka. Séa qué hora le
gan, asf que no tengs
Hl tren siempre estaciona en el mismo andén, He memori
zado el horari en [a agenda del teléfono, pulso el bots y
listo. Se acabé el problema. Mientras camino, contemplo
1a inverosimil cantidad de anuncios en papel vinilo ento-
ladosalrededor de los piles de la estacién. Me pregunto:
#l estampado del quimono de esa acttz vieja delanuncio
es un kagamimochi 0 son simples conejos? No esti cla.
Confirmo el panel electrénico, subo la esalera. Me doy
cuenta de que he empezado a conta los peldafos. El ruido
insoportable del sinkanshen? parece que me empuja hasta
cl punto de hacerme tambaleat. Por fortuna las veo ense
guida. Ya desde lejos me he dado cuenta de que estaban
sentadas en un banco, como absorbidas pot la multieud de
rningéin motivo para no ira buscatlas.
pasajeros. Parecen hechas polvo, Parece que no se apoyan
rien el culo ni en las caderas, sino directamente sobre la
cspalda. Nada més verlas comprucbo que su estado de
Animo es completamente distinto a la atmésfera que des-
prende todo cuanto las rodea. Incluso en €l minimo espacio
que ocupan, el color que las envuelve es diferente, No sé
por qué, pero estan muy pélidas, derrotadas. Me acerco de-
prisa, es digo: «Hola, hola>. Sin embargo, cl aire que cit-
cua entre ellas resulta pesado, denso. Nada mis verme se
levantan y se esiran de cuerpo entero.
Enel poco tiempo que ha pasado desde que no veo a M
doriko, ha erecido mucho; todo esbeltez, con unas panto-
rrillas en las que apenas hay carne, sin sombra de redondea
por ninguna parte, Nunca en mi vida he visto un flamenco,
pero esas dos lineas ectas me recuerdan a las patas de esos
pjaros. Tiene las piernas demasiado largas en relacién al
tronco, como si le naciesen de las mismas tripas, al margen
dello que esa circunstancia pueda parecerle a su intestino.
«, algo me impide hacerlo, Tan
solo soy capaz.de decir con media sontisa mientras le arre-
bato [a bolsa de viaje de ls manos: «Deja, yo tela evo.
‘Makiko es mi hermana mayor. Midoriko suhija,por tanto,
‘mi sobrina. Yo, su ta, [a solera, Makiko estd separada del
hombre que es el padre de Midoriko’ desde hace diez aftos.
Dicho de otro modo, desde que la nifia tiene uso de raz
nunca ha vivido con su padre. Tampoco recuerdo haber ofdo
aque su madre haya hecho ningin esfuerzo por preseneirsclo,
‘No sabe nada de él, aunque en realidad eso no significa gran
«cosa. Por eso ain conser¥amos el mismo apellido. Viven en
Osaka, pero por deseo expreso de Makiko, han venidoa pasar
tres dlas de este verano a mi apartamento de Toki.
Hace un mes me Ilamé para hablarme de se intenciin
de venit. Resumo lo esencial dela conversacion: «Me gus-
tarla hacerme una operacién de aumento de pecho.» Ese
fue el motivo de que me lamara desde tan lejos después de
salir de trabajar a medianoche. Desde el primer momento12
no tuvo el valor de preguntarme mi opinién, Parecla muy
excitada por su decisién de operarse el pecho, como si ain
dudara si realmente podria hacerlo. De tanta excitacién,
me parecié que el tiempo corria 2 muy distinta velocidad
agui y all
TNO esque Makiko sea una person com un carkcter som
befo, pro nunca ha sido muy charlatanay ya desde pequetia,
se lavelatimida, le costabarelacionarse con los amigos. Re
cuerdo que mi madre tuvo que ie a vera su tutor precisa
mente por eso, No era muy sociable. Debo reconocer, sin
«embargo, que en ese aspecto nos pareciamos. Por eso ibamos
siempre juntas. Me subia al trasportin de su bieiy se ponia a
ppedalear sin limites recorriamos todos os rinéones del batio
donde vivlamos, Cuando me acuerdo de aquella época sin
ninguna raz6n especial, lo primero que me viene a la mente
dle manera casi aucomatica, esl imagen de la punta de sus
dedos. Se mordia las uias furiosamente sin pacar, incluso
cuando ya no le quedaba nada que morder, hasta el punto de
hhacerse sangre. Mientras me hablaba sobre sus tetas al otro
lado del teléfono, me preguntaba si habria dejado ya aquella,
mania, Trataba de centrar la ateneid de mis,odos y de mi
cabeza en lo que me deca, pero por mucho que me esforzara,
‘medida que pasaba el eiempo eada ver entendia menos de
3
‘quéo de quitn hablaba. Me sent inebmoda. Al final, nisi
4quiera tenfa la impresién de hablar con ella, como si el eco
de sus palabras plancara sobre mi sn llegar a tocarme.
No solo me lamé aquella noche, sino que volvié ha
cerlo las cuatro siguientes. Nunca me habla llamado tantas
veces seguidas. Cuatro noches en las qie durante més de
tana hora me hablé sin parar de mamoplastias, dc todo tipo
de técnicas para aumentar el pecho, de que ya habla to
mado la decisin... En fin, por resumir, que no pensaba en
‘nada mas que en eso, De pronto, entre una cosa y otra, dijo
como por easualidad: «..Por cierto, desde hace tiempo las
cosas no marchan bien con Midoriko
Yo ya estaba al corriente. Era un tema que me preocu-
paba lo suficiente como para saber que debia hablar con
ella, Sin embargo, no dejé de bombardearme con sas his-
torias de aumento de pecho a pesar de que no llegaba acon-
cretar nada, sin darme la més minima oportunidad de
hablarle de Midoriko, ineapaz de encontea la forma dein
‘terrumpir su chéchara interminable. Le contestaba lo pri-
‘mero que se me ocurrfa y cuando, inesperadamente, alguna
de las dos mencionaba algo relacionado con ella su tono
aanimado hasta entonces cambiabaa uno de disimtilo: «Mi-
doriko, bien, no te preocupes>. En una de eas charles, dijo
—rm
nun tono extranamente alegre: «Bueno, lo cierto es que
desde hace tiempo nos comunicamos por escrito, con un
boli, vamos.
—éQue os comuniedis con un boli? Qué significa eso?
—No, yo si que hablo, por supuesto, pero Midoriko uti-
liza el boli. No habla. Hace ya algin tiempo de eso, més 0
menos medio af.
—iScis meses! {No te parece demasiado?
—Si,es mucho, la verdad,
—Desde Inego que es mucho.
—En un principio le pregunté por qué lo hacia, pero no
sievi6 de nada, ¢Te imaginas? A lo mejor soy yo la causa de
que no me hable, no lo sé, pero por mucho que se lo pre-
‘gunte da igual, no dice nada, Estoy preocupada, aunque no
tiene sentido que me enfade. Intento pensar que solo es una
rapa, que es a edad
La mayor parte de mis compatteras de clase ya tienen sus
rimeras rglasy oy precisamente vey a escribir sobre el sen-
‘ido de las palabras. «Primeras» lo comprenda sin proble-
‘mas, pero, spor qué areglasy? He buscado & algunos libros
‘yo tnico que he encontrado es: «primeras Feglas, primeras
5
menstraaciones», Sinceramente, una tomadara de pelo. De
nuevo be buscado la palabra «regla en el diccionario 7 lo
‘que explica eso siguiente: «menstruacién dela mujer; con-
junto de preceptas fundamentales que debe observar una
arden religiosa; razén que debe servir de medida y a la que
se han de ajustar las acciones para que resultenrecias. Apa~
recen muchas otras definiciones, pero a la primera me be dado
cuenta de que «aguello que ha de cumplirse por esta ast con-
wenido por una colectividad, no tenta hingin rentido en mi
«case. La relacin que todo eso pueda tener con las primeras
reglas, con la sangre que empieza a corver entre las piernas,
algo que no logra entender en absolusoy es0 me molest.
Midoriko
Makiko tiene treintay mueveafos. A finales de afo cum
pliré cuarenta. De momento trabaja como chica de aleerne
en un bar. Aunque «chica de alterne» se entienda en un
sentido concreto,lo cierto es que existen muchos tipos. En
fancién del barrio o del bar, se puede llegar a saber el sala:
rio que reciben as chicas, el tipo de cliente que va. En Osa-
ka hay infinidad de zonas para salir a beber. Makiko, en
‘concreto,trabaja en Kyobashi,
as16
Es muy local, digamos. Nada que ver con fos sitios de
primera clase. Esté rodeado de nomiyas, esos bares en los
que se come de pie solo como excusa para acompafar ala
bebida, de varios game centers de tonos decolorados, de
tuna liberia que exté en un edificio medio toreido, al lado
den restaurante parclla estrecho y largo como un pasillo,
todo apretado, sin apenas espacio en medio. Hay un telé=
fono piiblico decorado con un gusto tan hortera que hace
dafio ala vista, un burdel exelusivo para fl
raurante de fugu’ en el que jamas han visto uno ni de lejos
yelfondo musical lo pone el ruido atronador de wn pachinkot
cibierto hasta arriba de neones parpadeantes. También hay
luna cafeteria oscura con mesus de juego incorporadas, una
tienda de sellos en la que nunca han visto nial ducio ni alos
clientes, eteétera, ctcétera. Se escuchan ruidos de peleas,
risas, hay moncones de borellas de cervezarotas en laacera,
es una leoners indescriptible, aunque también es un lugar
cenel que se respira una profunds humanidad, nada preten
cioso, donde el pequefio comercio es sobre todo es0, pe-
quefio, Bien pensado, una se da cuenta de que en lugares
como es siempre se escucha el sonido de un karaoke donde
vvala gente a cantar antes de emborracharse, siempre hay
tuna mujer bien entrada en los sesenta que fe grita alos po-
ae ce
emi dein pee
v
tenciales clientes de su bar: «;Venid, venid! Por dos mil
yenes se puede bailar y beber a voluntad»>. Hay todo tipo
de servicios, de tiendas que oftecen de todo. Sin embargo,
donde erabaja Makiko no. Bsté claramente especificado que
setrata de un tipo concreto de snack.?
Es un local con-unos cuantos taburetes ademés de un
cierto niimero de reservados con sofisa los que se refieren
como las «cabinaso, Cuando hay quince personas es, por
asi decilo, leno hasta la bandera y aunque el alcohol de
primera esté ascgurado toda la noche, parece el auténtico
fin del mundo como para ir alli a pulirse los einco mil yenes
por barba que cuesea, Para exprimir un poco més alla clien-
tela, es obligatorio invitara beber alas chicas que, ademés,
se venobligadas a comer algo para que su estomago no ruja
como las olas del mat. Ya que no pueden pasar toda la
noche bebicndo sin més, piden salchichas asadas, tortillas,
sardinas en aceite, lo que sea, cualquier cos, hasta el punto
de que en realidad nadie sabe si es para comer para picaro
para acompafar al aleohol. A pesar del eco horroroso pro-
vocado por la pésima acistica del local, tienen un karaoke
4 cien yenes lacancién. Con un poco de suerte, las mone18
das terminan por convertirse en billets, pero por mucho
que se esfuercen las chicas, los clientes sueleniese en cuanto
schan gastado los cinco mil yenes de rigor. También los hay
«que pagan una especie de bono que les da derecho a estat
alli desde que abren hasta que cierran. Es gracias a esos
clientes habituales alo que se mantiene el bar, por eso tie-
nen que hacerse cargo de ellos. La mayorla son viejos co-
nocidos, no sc les puede tratar de cualquier manera. No se
cierra, por ejemplo, hasta que se marcha el lkimo. El cien
tees rey, el duetio y sefir. Esa es la clase de lugar donde
trabaja Makiko.
Para legara fin de mes, Makiko recibe una ayuda social
para familias monoparentales que en realidad, es como una
gota de agua caida en suelo reseco, Justo después de divor-
ciarse trabajé en las oficinas de un supermercado, por horas
en una fibriea, de cajera y empaquetadora y no sé cuancas
cosas mis, No se las arreglaba con el dinero que ganaba,
por exo empez6 como chica de alterne. Paraella, con su ca:
rcter més bien timido y apagado, hablar con los clientes
no debi6 resultarle nada ficil en un principio. Después de
andar de bar en bar, hace ya tres aios que no se mucve.
parte de Makiko, esti la duefia, una clésica mama? cin
cuentona, y dos chicas de unos veinte afios, No es que sean
1
especialmente guapas, tampoco unas lumbreras: por si
fuaera poco, muchas veces no van a trabajar y ni siquiera se
oman la molestia de avisar antes. Aparte, tampoco se vuel-
can especialmente en atender alos clientes como es debido,
siempre estin preocupadas por la hora y no hacen més que
hablar de sus cosas, Sino las despiden, esporque de hacerlo
no tendslan més que problemas, Es lo que le dice la mama
1 Makiko, que aguante. Conviene aclarar que tampoco Ma-
kiko es una belleza, nin pico de oro/ Seguro que la dueiia
sabe sacar provecho de sus puntos débilesy por eso, poco a
poco, ha empezado a hacerse eargo de trabajos extra que no
cestaban asignados en su contrato. Por ejemplo, llegar un
poco antes el dia que Hlevan la cerveta, sacar el anuncio lu
iminoso a la entrada, enchufaelo, cocinar,limpiar el bafio,
fregat fos platos, sacar la basura, hacer la compra... En
sama, que hace de todo, crabaja seis dias ala semana y lo
hace por tn sueldo que parece de un erabajo por horas
‘Nunca me ha dicho cxactamente fo que gana al mes, aun-
que un simple edleulo arroja un maximo de doscientos cin-
cuenta mil yenes. Atin no tiene problemas de salud y seguro
que madre e hija se las arreglan, pero dudo de que disponga
de los ahorros suficientes como para permitirle estar tran-
quila. Por si fuera poco, este ao cumple cuarenta yno sabe
la20
qué va.a ser de ella, En cuanto al hecho de qué Midoriko
pasa la mayor parte de las noches sola, no sé.que deci.
Bueno, tampoco es algo nuevo y por ahi se escuchan histo
Flas de madres solteras mucho mas dramévicas. Al menos
Makiko vive cerca de sus amigos de toda a vida que pueden
ira echarle una mano en easo de necesided sin escatimar
esfuerzos. Fs un alivio, aunque el hecho de que Midoriko
pase sola casi todas las noches no es bueno en absoluto.
Imagino que Makiko es consciente de ell. Ademds, yo no
escoy en stuacién de inmiscuitme en sus asuntos, dirmelas
de superior y decile lo que debe hacer 0 no. Tampoco las
puedo ayudar en nada concreto, Lo tinico que puedo hacer
es mantener la boca certada. Cuando.a veces pienso cémo
van a afronear el futuro, me deprimo. Estasia mis tranquila
simi hermana tuviera un trabajo decente, seguro, pero lo
cierto es que eso tampoco puedo decfrsclo. Entiendo mu-
chas cosas. Trato de comprenderlo todo. Sin embargo,
cuanto mis lo pienso més me pesa toda esz gravedad, mis
me molesta, come sel peso que llevo encima terminata por
aplastarme, Pienso en Osaka, en madre c hija. Elsonido de
«sas palabras, el paisaje incerir que evocan, me eausan un
dolor del que no puedo librarme, una tristeza permanente
aque se me adhiere a la espalda. Son cosas famentables que
2
vyuclven una y ofa vez, como en una noche Kigubre, ‘Ter
minan por encharcarme los palmones, 10s 008.»
Kumi-chan’ sea puesto toda nerviosa cuando se ba dado
cuenta de que hasta ahora siempre ha usado las compresas del
reds Metra. No sha puesto nervosa. No sts lo he enten-
Aide bien, pero al parecer se ponia Ia parte adhesiva hacia
alla, por eso no absarblan bien y no sabt qué hacer jMe ima
gino el dato que debta sentir al despegdrselo de abit No creo
que sea una cosa tan dificil como para equivocarse la verdad.
En fin. Me dijo que iba a enseharme las compresas porque
tenta muchas'y hey por la tarde, despues del colegio, he ido a
casa. He entrada en el batt y he visto que habla una can-
tided enorme de compress del tamao de un paial. Como
cn casa no tenemos ninguna, no me ba quedado mds remedio
‘que dejar que me enseharaa ponérmelas, aunque no me ape-
tecla. Me he subido ala taza del vdter para ver mejor. En
sina estanteria habla todo tipo de paguctes de compresas con
‘pegatinas de oferta pegadas por todas partes. La regla tiene
lugar porque el douto no a sido feeundado al no haber po-
ido cumplircon el inice fin para el que se ha creado, sale
con la sangre. Esa a sido la conversacién que he mantenida
iscon Kumicchan. Me ba dicho que la iltima ves que tuvo la
regla rasgé la compresa para mirar esa especie de huevo vacto,
‘Me ha sorprendido que me lo contara y a pesar de que me
ddaba un poco de asco, le he preguntado cémo fue la cosa. No
‘me ba hecho caso. Me ba explicado que dentro de la compresa
solo seve una gelatina sanguinolenta en la que nose ditingue
nada.
Midosika
En f andén del cercanias de la linea Yamanote en direc:
ciéna Ueno, lamas de gente noes menos denss que en el de
In estacin de Tokio Largo Recorrido, La masa humana pa
rece multiplicarse por generacién espontinea, se comprime
dentro de los vagones, Desde que nos hemos encontrado, Ma~
iko no ha dejado de excitarse cada vez mAs, hasta el punto
de que no ha parado de hablar en ningdn momento,
=Y dime, dime, zdénde esta Ginza? 2¥ para ir desde
aqui hasea eu casa, cmo tengo que hacer? Tokio, emo es
lavida en Tokio, dime, dime?
Parece como si flotara, como si no tocara el suelo con
los pies. '
=A eso donde esté? i
23
TIncapaz de contestar a toda la rerahila de preguntas, me
limito a decir:
Ginza estd mis 0 menos cerca, Para ir desde casa hay
qc hacer eransbordo en Ueno, dos estaciones mis y
‘2Acaso me eseucha? Ni siquiera me ha'dado tiempo a
termina la frase yya empieza a gritar:
= Sabias que ya habia estado en Tokio? Una ve.
Una mujer sentada justo enfrente levanta la visea y ob-
scrva a Makiko, La boca de mi hermana est ligeramente
abierta. Bajo la luz despiadada de los luorescentes, se apre-
cian atin mis las ircegularidades del maquillaje en las arcu-
gas nasogenianas. No puedo evitar miras el maguillaje que
se acumula ah, el resto de arrugas que pliegan su cara.
‘Makiko esté de pie a mi izquierda, Midoriko a mi dere-
cha. Todos los asientos estin ocupados. Con cada ligero
traqueteo del ere, los vajeros, hombro con hombro, osci-
amos en un movimiento sincopado. Es un dia de pleno ve-
ano. Los edificios, los tejados, las fachadas de las casas,
todo lo que se.ve desde el tren recibe el impacto dela luz
para reflejar un destello blanco indiferenciado, un fulgor
se funde en algo tan descomunal, an fuera de toda dimen-sién, que me dala impresién de que va a empezar a mo-
verse. De hecho, ese blanco inmenso, aqut,sobte mi piel,
se mueve como si fuera un pequetio ser vivo, me provoca
tuna sensacién extrafia cercana al picor. Lo pienso, real-
mente lego a sentirlo. Me doy cuenta de que no tengo ni
una toallita, ni un triste pafiuelo con el que secarme el
sudor que se desliza por toda la superficie de mi cuerpo.
Miro a la derecha: Midoriko se esfucrza por no tocar a
nadie, se retuerce como si quisiera oculearse en el interior
de una membrana invisible
—Oye, Midoriko. Esta es la primera vex gue vienes a
Tokio, no? ;Quéte parece? En realidad no es muy distinto
dle Osaka, gno crees?
[Apesar de mis esfuerzos por entablar conversacién, se
smitaainctnar la cabeza impercepuiblemente sin decie una
sola palabr, sn la mis minima expresién ene osteo, En un
principio pestahes, después acelera cl movimiento de los pit-
pados sin dejar de apretar los abiosen ningin momento, En
la meilase le marca una tenue linea vertical que se mueve
de vez en cuando. Parece como si rechinata los dientes. De
pronto, meacuerdo de que no habla. La mio in guitatlelos
‘jas de encima, lo hago a propésito, pero ell ni siquiesa se
toma la molestia de devolverme una mieada de soslayo, Ob-
25
serva.en silencio, medio distralda, el exterior que faye tras
Ja ventana. No deja de subir y bajar los pirpados.
En silencio, las tres hacemos el camino que va de la esta-
‘in a casa, El hormigén que nos rodea ha absorbido el
calor durante todo el dia y ahora lo desprende en rebufos
sofocantes. Delante de nosotras vemos algo que se muieve,
luna especie de reverberacién, un espejismo provocado por
tas altas temperacuras. Un poco ms adelante veo un mo-
vimiento ficido que no logro identifica. Recuerdo haber
visto algo parecido hace tiempo encima de unos bidones
1Cémo puede hacer tanto calor! Midoriko leva una mo-
chila que parece a punto de reventar. Nosé para qué hacen
falta tantas cosas en un viaje de tres dias. Por si no fuera,
bastante con eso, lleva atada a la cadera una especie de ci-
fionera, Por suerte, la bolsa de Makiko no pess demasiado,
Desde que salimos de la estacign hemos pasado frente 2
tun colegio y hemos dejado atris dos seméforos. Habremos
caminado un total de diez minutos sin deci una sola pala-
bra, En cuanto llegamos una zona desde a que se distingue
claramente el viejo edificio donde esté mi apartamento, digo:
su primera regla (jereci-
bir, como si se pudiera decr algo ast en lugar de «tener»
Le primera) nun deo oe lacie te maiabe
sagnadecida: Gracias, gracias! Al fn podréconvertivme
inane agin da. Gris por datme vida mand.32
Aguello me sorprendié tanto, que tuve que leerlo barias veces
‘Bara coniprobar que era cierto lo que estaba escrito. En las no-
elas, cuando una chica tiene su primera reg, tod el mubido
4 pone ini contento, lo habla con su madre gue le explica
comprénsiva: «Ya eres una mujer, carihol» A mis amigas
les ban onganizado una ceremonia de filicitacin en la que
se comme el arrox con judias rojas tpico de las elebraciones
iCéimo si bubiera alg que fetejar! Es demasiado, Parece que
en las novelas las casas ocurren siempre por algin buen mo-
tivo, como si deera manera qusievan empujara ls lecores
4 que sintieran lo mismo, obligarles a pensar de una deter
minade forma, Elotro diaen el colegio, en uno de ls cambios
de clase, una chica dijo que ya que habla nacido mujer querla
tener bijosalgin dia. Paece ser que solo por el hecho de tan
-grar por abi wna se convierte en mujer. Luego se pusievon a
bablar de qut es una mujer de por qué somos nosotras las que
demos la vida y todo eso {Qué motivo hay para estar tan or-
gellosa? (Quit bay de buena en ello? A mi no me parece que
senga nada de maravilloso y a lo mejor por so me repugna.
Son ls libros que nos obligan a ler los que cuentan ast las
cosas. Nox hacen pensar que todo es maravilloso. Yo en cam
bio, me doy cuenta de que tengo xn cuerpo queiene hambre,
que tiene ciclos bormonales, que finciona sin preguontarme
3
nada, ajeno a mi voluntad. Es como si estuviera encerrada
en d. Por la simple razin de nacer bay gue vivir, comer, ga
Wajie Ia vida... Es una idea insoportable, Lo veo en mi
‘madre: Trabaja todos los dias sin descanso, su vide es muy
dra. sPor que tiene que ser ast? Solo eso a me parece sufi-
lente como para encima tener que sacar ofro cuerpo del mt.
No puedo ni imagindrmelo! Me gustarta preguntarle a toda
esa gente que dice que estd tan bien, que es un cosa sublime,
si deverdad lo piensan. A mi me deprime. AL mena etoy se
gure de una cosa: noes para mi. Encima, el hecho de tener a
regla significa que puedes ser fecundada, es deci, quedarte
embarazada. Cuando piense que esse traduee en aumentar
el miomero de eres humnanos que comen 9 piensan, me deses
pero. Jamds voy a tener un hijo
Midoribo
“Todos esos panfletos se parecen en tamafo y forma por
‘mucho que cambie tipo de letra, los colores o una igea di-
ferencia en los precios que publican. En total serin unos
veinte. No soy capaz de imaginar el srabsjo que le haba cos-
tado conseguir toda esa informacin & una mujer que ni si-
qiera tiene ordenador: Mejor ni se lo pregunco. Alcazo el‘que tengo mis a mano,lo abroy disimalo como slo leyera,
Makiko esté de pie. Me observa desde arriba, sonriente y ca.
lfosa, como si desde su posicién pudiera abarcarlo todo,
iA, exe no, de ninguna manera! Ahi no pienso it, —su
sutra en vor baja. De hecho, ya he tomado la decisibn
| Quiero decir, ya séa qué clinica voy ain Desde que decidi
‘operarme, he ido a muchos sitios y me han dado todo tipo
| de informacién, Es una cosa mds seria de lo que parece. Claro,
alfia yal cabo me tienen que cortar, pero la decisién est to.
‘mad, —Suspira. Continia: ~Mafiana tengo consulta, Eslo
sds importante de este verano para mi. Como te lo explica-
fas. Yaque he eunido toda esta informacion querfa enseddr
tela, aunque en casa tengo muchisima mis, Solo te he traldo
los més bonitos, No le digo nada porque no entiendo bien
qué quiere decir con «bonitos».—Donde quiero operarme,
sen estaclinica de agul, —dice sefialando el panfleto negro
y biillante que queria mostrarme en el ten.
Lacalidad de papel da una idea de la categoria del lugar,
Es completamente distinta ala de los panfletos blancis y
soxas que parecen mis densos, mis rgidos, no sé bien cémo
expticarlo,
] [Paes ae dene mis que ver con la eeu esta
3
Billa ignora por completo mi observacién,
ate he habla michas yes por tlfono dela ope
sacién y como te he explicado, hay muchas téenieas para
fumentar el pecho. Resumiendo, a eleceién esth entre tres
opciones. Te acuerdas?
Estoy a punto de decisle que no, pero al final eambio de
idea y asiento con la cabeza.
"—Puede set con protesis de slicona, con inyeeciones de
fcdohislurdnieo,o con propaga del cuerpo que te
ritan de alg sitio para ponértela ahi El método mis €o-
tence el de os implantes deailicona, aunque ambien
cl més caro, Mira, como este de aqul, —dice sin dejar de
dar golpecitos con la uf @ unas foros en las que se ven im-
plantes de slicona color piel. —Ves, también hay muchos
tipos de bolsitas de esas. Fijate qué cantidad! Eso es lo que
‘quetla ensefarte. Cada linica desatrola las suyas propias,
pero las mas comunes son las de gel de slicona, estas de
aqui. Peto cuidado! No es un gel cualquiera, noes una cosa
adhesiva que se pega. Bs gel, cierto, aunque mis espeso de
Jonormal. Asino deja escaparel liquido. Digamos que por
cso resulta mis seguro, Lo malo es que la calidad al racto
baja mucho, pero sin duda es el mAs seguro. También hay
‘otto de sucrofisioldgico... No sé, he dudado mucho, pero
——36
reo que me voy a decidir por el gel de silicona, En la elf
nica ala que quiero ir esa operacion cuesta un millén qui
riicntos mil yenes. La anestsia general va aparte, unos cien
mil yenes mi.
‘Makiko lo explica todo deprisa, muy excitada, con un.
‘ono nervioso que no deja de aumentat. Habla sin parar,
sin dejar de humedecerse el labio inferior todo el rato.
Sobre el panfletollueven pequefias gotas de saliva que des
tacan sobre el fondo negro. No parece darse cuenta.
Pot sus expresiones, por su actitud, no aprecio una gran
diferencia respecto a la que percibla por telefono,
{Un millén quinientos mil yenest No es muy caro? Me
parece una barbaridad. —Es lo tnico que soy capaz de deci,
iFijatcen este de aqut! Tienen una oferta por cuatrocientos
cincuenta mil yenes. Ademés, con el mismo ge de silicona
Se lo aleanzo para que lo vea
Ah, si Lo han puesto asi en la publicidad, pero si pre
guns on realidad no esta an Brat ay gue sumat on
montén de extras y i te decides por la ofetta, no puedes
elegir médico y no qué ms problemas, Para que una ope-
racidn de aumento de pecho tenga éxito, se tienen que dar
tuna serie de factores, —me explica al borde fel sofoco.
Hiojeo por encima I pila de panfletos sn Hecir nada. Me
”
limito a escuchar cl discurso de Makiko, Bs obvio que esti de
uy buen humor.
‘Por ms que busques y rebusques, siempre acabas por
encontrar algo importante que no entiendes y e50 cs, pre-
cisamente, lo fundamental
‘Sin.dads, un pensamienco de una considerable profun-
didad Flos6fica.
Un dia me enconeré con una mujer en una clinica de
cinugla.. Estetica? d.acirugla estética se hace en las clini
cas de ciragia estética o en las clinicas de cirugia plistica?
También hacen redueciones de pecho y operan fracturas
‘cosas asi? Bueno, da igual. En las salas de espera de las cli-
nicas donde va una a operarse el pecho ola cara, en general
no sc habla mucho y los méd
siempre muy ocupados. Sin embargo, en ésa ala gue fui se
sespiraba un ambience mis Familiar, las mujeres que habia
cen la sala de espera hablaban, compartian sus experiencia,
se contaban cosas unas a otras se escuchaban, aunque sie
‘euchas mucho, la veedad, al final siempre acabas por dar
con alguien que lo ha pasado mal y tiene que volver a ope
ratse, Te das cuenta? ; Tener que operarte de nuevo porque
la primera operacién ha salido mal! Fs terrible... Lo pri
mero de todo, es comprobar si ha tenido éxito 6 no, lo cual
os tienen pinta de andar38
no resulta tan obvio como puede parecer. Encima, no es
tan raro que te digan que no se hacen cargo del arreglo
cuando las cosas se cuercen y se limitan 4 mandarte a otro
sitio, El éxito o el fracaso es una loterta. La mujer dela que
te hablo, se habia operado los pechos y estaba muy decep-
cionada porque no se[o habfan hecho bien, «De haberlo
sabido antes..>», me dijo entre Ligrimas. De haber conocido
«sta clinica de Tokio habrla venido, Es la mejor. Lo dice
todo el mundo, Fue ella la que me dio el panfleco. Es cara,
ciesto, pero cuando se trata de una cosa asi, no me parece
aque se trate de escatimar dinero, Se trata sobre todo de la
primera impresion
Miro a Makiko que martillea epetidamente con la ca-
beza, como sas! quisiera enfatizar lo que dice, Yo también
asiento, Le pregunto:
—Pero con esa inyeccién de no se qué hialomacina, al
menos no es necesario abriry cose. Parece un método mis
sencillo, Ademés, aqui dice que es un producto natural no
perjudicial para la salud. 2No te vendsia mejor esto?
—No, no, no. Ese dcido no dura nada, no se mantiene
firme. El cuerpo lo absorbe y termina por, desaparecer.
Cada vea que te pones una inyeceién son ochocientos mil
yenes, Lo inico bueno es que no deja cicatrices, Sicl resul-
»
tado fuera definitivo seria ideal, pero en fin... Es un buen
mécodo para una modelo o una actriz cuando tienen que
rodar o hacerse fotos, para un momento especial en el que
alo mejor se estin jugando la carrera, Como solucién tem-
poral no esté mal, aunque para ser so eso es demasiado
cara, no esté al aleance de mis posibilidades.
Lo dice mientras se acerca otro panfleto a los ojos hasta,
egitselo pricticamente ala cara.
Prego eth eo, ie, al ope: «Bl aumento de
pecha con los teidos adiposos propios, no presenta efectos
secundarios». Esti bien porque no deja de ser una parte de
tu cuerpo, pero lo malo es que hay que cortar en muchos
sivios pata juntar la grasa suficiente: Es muy traumatico,en-
cima se tarda mucho y no me conviene, Te dejan como un
‘queso guyer, lena de agujeros por todas partes, como site
hhubieran picado con un martillo mechnico a, ta tae» Bue
no, en realidad depende de las elinicas. Ademés, por for-
tuna he logrado quitarme toda la grasa de encima,
Es cierto. No tenes que pel pegada os hues. Bs
sun hecho irtefutable.
‘A partir de cierto momento, no puedo evitar La sutil y
cxtrafia sensacién de que a pesar de que me habla a mi, en
realidad es como sino lo hiciese, la misma impresién queal tantear el vacfo, como un jugador de baloncesto al que
Iecobaninesperaament la pelot, Me pregunts por sod
parece tan ausente, aunque para responder a mis tibula-
ciones lo nico que hace es no dejar de hablar de lo mismo
nda! Me olvidaba deuna cosa importante. Se pueden
clei doslguesconcetor por donde ineducirln tae
‘Con un implante retro-pectoral, a incisibn sera detris dl
‘miisculo que queda justo detris de la grasa de los pechos,
donde no se nota. La otra seela por debajo del misculo, eo
decit, deers dele glindala mamaria, lo qué llaman un im.
plane rtoglandular En ee cso la operaciones menos
agresiva y dura menos tiempo, pero para las mujeres poco cor
Palen como yo, clresltdovon asta enone om
«esas ventosas que se usan para desatascar cl bao. Me imagino
que habris visto alguna foo de esas majees cas con dos
éenormes protuberancias, zno? Por si eso no bastara, encima
se quedan durss como piedres, nada naturales. Yo no quiero
«80, Creo que a mi me iia mejor la técnica reto-pectoral
Me limito a asenti con ligerasinclinaciones de eabera,
cuando de pronto se me oeurre una pregunta; ¢«Quién»
lo vaanotar? ¢«Quién> no lo va a notar?
El torrence sinfin de palabras que flayen/por boca de
a
‘Makiko, me hace recordar una ocasi6n en a que hablé con,
‘otra mujer sobre protesis mamatias
gParticipé yo o me lo ha contado alguien? Por extrafo
aque parezca, cuando se me vienen ala mente escenas inco-
nexas como esa, tengo que rastrear dentso de mi cerchro
para tatar de atrapar el recuerdo, para completa con si
contexto. Normalmente, no obtengo ms que un pequetio
cextracto en forma de sonido, de algo escrito. ;Cudndo fue?
Dende? zEn qué eireunscancias? {Gon quién? :Participé
‘como espectadora? ¢Cémo eerminé la cosa? Las etapas en
lasque deberta desarrolarse el recuerdo, su proceso, se des
vvanecen. zMe lo conté alguien? zLo he leido en un libro?
aLe he escuchado en la tele? La verdad nunca regresa al
completo,
Creo recordar, en cambio, una escena entre dos chicas
aque decian:
—Me gustaria ponerme tetas,
Su amiga replica en sentido negativo:
ZA qué viene eso? El inico beneficio es para los hom-
bres. Es como traftear con tu propio cuerpo solo por datle
placer acllos. Me parece terrible, sinceramente.
Su tono de vores fro. La otra respon.
No se trata de eso. Fl pecho es mio y no tiene nadaa
ue ver con los hombres. Esté en mi cuerpo, por tanto es
mi problema. Obviamente, no es una decisién que pueda
tomar ala ligera, no puedo olvidar que me voy a meter una
cosa extrafia dentro.
We verdad te crees eso? El deseo ingenuo de tener un
pecho grande es, en realidad, consecuencia de los valores
Impuestos por la mentalidad masculina que nos domina
El problema es que no te das euenta, Eso es todo,
La chica que quiere operarse no se da ficilmente por
vyeneida:
Por qué razén el simple desco de querer aumentar mi
ppecho, este pecho que estéaqul, tiene que estar relacionado
con no sé qué mentalidad de hombres a os que ni he visto
ni he tocado? Admitamos que existe esa mentalidad dela
que hablas... esa mentalidad faloeénttica. Suponiendo que
80 influya en mi forma de pensar, zacaso no te influye a ti
también? Enconces, cul es la diferencia entre nosotras
dos?
La mds combativa de las dos no se deja achantar
—Precisamente, La euestién fundamental es descubrie
clotigen de tus valores antes de poneite a hacer tonterlas.
Ser consciente 0 no serlo, Eso es lo que marca la diferencia.
La chica favorable alos grandes pechos responde:
4%
—Perdona, pero yo no veo la diferencia por ninguna
parte. Lo tinico que sé es que no estoy contenta con mis di-
rinutas tetas y que tengo perfecto derecho a sofar con
unas enormes, En cualquier easo, desde el principio hasta
el final es mi problema. Se aeab6! La quelo complica todo
crest con tus historias dc la psicologla de fos hombres y
no s£ qué mis. {No serds més bien vé ly que tiene una men-
talidad cien por cien masculina? Te digo que cuando me
acuesto con tin chico no me pongo a\pensar en si tengo las
tetas demasiado pequetas 6 si en el caso de tenerlas més
grandes se excitaria mds, Solo lo pienso cuando estoy sola,
Es algo para mi, Me mico en el espejo y me veo plana. No
me gusta. A mi, ami, no a otra persona.
La chica fra replica con un tono de vor tranguilo que
despide un aroma gélido:
—iJusto por eso! Tienes una percepeidn negativa de ti
sisma porque alguien te obliga a pensar de esa mane
como si estuvieras poseida. Tus emociones, rus frustracio-
nes, gacaso te erees que vienen s6lo de ti, que eres la tinica
aque las siente? «Ay, tengo ganas de arreglarme el pechot»
‘Me parece muy estipido por tu parte, me exaspera, no sé
cémo decirteo,
Laotra no da su beazo a torcer.4“
—Fatonces, exe maquillaje quell
quillaje que llevas, en qué posicién
queda en este mundo contamninado con el espiiea fico de
Toshombres? Para qué te maquillas? Por qué razdn? :Qué
debemos sospechar sobre al maguillaje?
La chica frfa no est dispuesca a dejar de levare la con-
waiaca ningin moments,
iQue por qué me maquillo? Unicamente para ml,
Pra dame on sbidén que me de odo el di .
—iPues claro! ;Lo mismo que me pasa ami No te pa-
seco Cuil la difencin” Dor qué te panes ope
‘emento en la cara? A mi me parece que eso eoneradice
teorla. Quién decide cual de las dos estd sometida a la
mentalidad masculina y cual no?
‘Movida por una impresi6n de victoria temporal, suelta
junariita nal, perola chic fa no esd dspuesea bate
—iDe gue hablas? «Que tiene que ver el maquillaje con
Poneree tetas? Fas pensado, aunque sea solo por una ver,
41 ape hisdco que an jgado i blgciones sae
«ue pesan sobre nosotas y que nos imponen tener grandes
pechos desde siempre? Lo tinico que te diga ex que si de
verdad te quieses operas lo primero que debgrias hacer es
feflexionar sobre todo lo que eso implica. El maquillae al
45
‘que haces referencia, tiene su origen en los itos de protec
«ign contra los malos espiritus, Es una especie de talisman
‘que a sabiduria humana ha desarrollade contra todo To que
produce miedo, es algo compartido por la humanided en-
tera, una ceremonia, parte de nuestra cultura. Antigua
mente, los hombres también se maquillaban, pero de que
me sirve discutir contigo si no entiendes nada de lo que te
hablo,
Su mentén que no deja de apuntérla, como si quisiera
apufalarla
—Esti bien. Ti si que estis protegida de vods influencia
de la mentalidad falocrética, Tus actos no son en realidad
mis que extensiones de pricticas rituales ancesteaes desti-
nadas «la proteccién contra los malos espirtus. De acuer-
do, Bebes de una eivilizacién humana pura en la que la
diferenciacién por sexos es desconocida...jEstupendo! Eso
si que esté bien. Pero de qué diablos hablas? «Qué son para
ti las mujeres? Una mujer no es més que una mujer ‘Te fo
digo yo que soy una de ellas. Antes de volver a casa piensa
tun poco en las cosas que me has dicho, Pignsalo y pregin-
tate por qué me agredes de sa manera. ¢Son esos tus prin
cipios? A mi no me parecen mAs que bobadas, hasta el
extremo de que vaa sonar la campana de las bobadas, va a4%
dar un eampanazo tan grande que sevaa caer encima de
Inds cabenas nee we
fancds meno sl deals a conversion en
fuerte dialeceo de Osaka, Lo cieteo es que no sé por qué
termina ah, por qué conservo ie ener. Aloooe a
siquiess ae esuchado, pues no sé dénde ocurte, quienes
son aus protagonistas. No estoy segura de que se wate de
un recuerdo verdadero aaa
Hey mand me hamandado «acer unos recadotleumiya.
He aprovechado pare pasar por la planta baa del upermercede
2me ha dado un ataque de nostalgia, porque ain estaba allt
‘ntact la maquina esa en ta que me ubla mi abuela, Bs un
Robacon, una spciede rbot come las que sla en os dibs
dela tele, aunque en mi recuerdo aparcela mucho mds grande.
Me ba sorprendido, Cuando era pequeta, hace mucho tiempo,
ame sentaba abt enna, come si condujent. Metiamnos una roo,
eda y empecaba a moverse. Vela a mii madre y a mi ubvcla g
‘aud de un pequeh parabrisas, pero ella no me ven nt
orga era opaco detde el extern Recuerdo que me producia
tina sensacién de extraeza: «Ahora solo pueden sera Robocon,
ere yo estoy agul dentrom. La extraicea me daraba tado el
dia, «Mis manos se mueven, tambien mis piernas, no sé por
‘qué pero se mueven. Estay dentro de mi euerpo que se mucve
sin que pueda hacer nada para pararlow.
Era muy rare. Despuds de algin tiempo, cast sin darme
cuenta, mi cuerpo cambid. No me gusta ser adulsa, me parece
repugnitite, me deprime.
"TS cambie Tod pac. Me nfrma. Tao esr. No
sme gusta la oscuridad, me repugna aungue es lo dnico que al-
canzo a ver. No puedo abrir los ojos, puedo mantenerlos
abiertos. Tengo miedo de abvirlas. Me duelen mucho
Cuando parece que Makiko ya no tiene nada mis que
deci probablemente eth agotads, hos han dado lt cuatro
dela tarde. Ha pasado casiuna hora y no hemos hecho nada
Ordena sus panfletos con mucho cuidado. El aie acondicio:
nado estd demasiado Fuerte. Me levanto para subir un poco
la temperatara, Echo un vistazo por la ventana, Fuera, cl
‘mundo deslumbra con su blancura inextinguible, como sie
paisa inhalaray exhalara el calor hasta el infinito,
En el aparcamiento que hay enftente de cas, hay tres co-
hes rojos aparcado unos junto a otros, cada uno con untono y una forma ligeramentedistinca, Comparo ls grada-
clones del rojo, las dimensiones de los tres vehieulos. Lo
ico que tienen en comin es estar todos perfectamente
slincados dentro de un cuadrado. ;Ah! Un reflejo en los pa
rabrisas esalla en mis ojos como si fuera cl destello de un
rayo de sol que golpea el agua de una fuente, El canto en.
sordecedor de la cigarras parece adherirse al silencio de la
tarde, darle cierto relieve sin Ilegar a eliminarlo del todo
Al inal de I alle veo la sluera menuda de Midiriko que
camina cabizbaja. Las hojas de los 4zboles del parque tiem
blan com coda su gama cromtics, aiaden cierea dulvara a
Ia escena, es como si las Hlevara pegadas a la expalda, De
pronto, me da la impresién de que mira hacia aqui, Abro
laventana y agitolamano. Ella me responde de inmdiato
con la suya. Sigue caminando sin levancar la cabeza. Al
acerearse, su figura aumenta un poco de tamafo,
El tiempo pasa despacio sin que ocuera nada expecial. A
pesar de que su estancia vaa ser muy breve, debeclan apzo-
vechar un poco para ver algo de’Tokio, Incluso en el caso
de que hubiera venido solo Makiko para su asunto con
«eto, tambien deberla hacerlo. Me gustaria dedicates un poco
deatencién, pero zqué puedo hacer yo po las? Estoy sentada
asa lado delante dea tele que impregna nuestra vista con fos
calor chloe de nod os propanas ue cabin cone
tantemente de imagenes, de una persona ot, Niuna ni otra
dicen nada, no pronuncan ua sola plabra, nose tien. Me
parece ver as partculas de rsa que salen dela pantalla para
dlesintegearse antes de aleanzarlas. Una especie de aburri-
rmignt esti. punto de insalars entre nosoras, cl sentimiento
vago de algo pesado. Pesado para mi,en todo caso, Ad noha
sanochecido, Para eambiar de atmésfera propongo:
AY si nos vamos ls tesa dar un buen bao al sent?
nos refeescamos y despues vamos a comer algo?
Midoriko euerce el gesto,saca a toda prisa su cuaderno
y sin el mis minimo titubeo escribe en grandes caracteres:
«eld sin mi», Makiko hace como sino lo hubiera vist.
—De acuerdo, vamos.
Pongo mis cosas de bafioen un pequerio balde de plistico,
coloco encims una toalla grande ylo meto todo en una bolsa
uc me cuelgo al hombro, Le pregunto a Midosiko:
—@e verdad no quietes venir? Esti segura? Me llevo
Ia lave y cierto por fuera, zde acuerdo? Volvemos mis 0
‘menos en una hora. Espera agui mirando la tele.
Camino con Makiko por la calle a una hora de la tarde0
en Ia que todo esté sofocado por el aite caliente. El sento
no estd muy lejos.
Es un establecimiento coqueto,reformado hace tan solo
tun ao. Es amplio, agradable, luminoso, Tratan el agua con,
tun método especial que han desarrollado ellos mismos. Ase-
guran que es may benefcioso para el tratamiento de distintas
enfermedades. Se puede beber, por supuest,y resulta de lo
ms conveniente para los desarteglos del cuerpo. Quizés por
es tiene tanto éxito, Me gusta venir aqui de ver en cuando
para cargar las pilas. He pensado que a esta hora, justo antes
de cenas, esata vacf, aunque son las vacaciones de verano y
‘no sé, Entramos y eomprucbo que no et leno dl todo, aun-
que hay mas gente deo normal, Escucho el Ilanco de:un bebé
«que esté tumbado encima de un eambiador, el grterlo de unas
nifias que cortetean por todas partes, el ruido dela tele que
llega desde cl vestuario, Pagamos,entramos, buscamos dost
quills libres y nos desnudamos.
No tengo ningiin interés especial en ver desnuda a Ma-
kiko, pero con todas esas historias de pechos por aqul y pe-
chos por allé, cémo evitar verficar la exigtencia —o la
inexistencia, no s¢ cbmo decielo— de sus famosas tetas?
‘Me pregunto cuando fue la dltima vez que nos vimos des-
nudes Guandovivamos a tes untas Makiko Midosko
yyosdurantele seis anos que sigucron as separais, las
enna eo pete aos
ST bane pbc ademas nests horas de abajo no
cit csr cna ign cdo
‘especial de su cuerpo. La miro discretdmente mientras se
caine gases tropa: Wc ces per oor Sal
inislos son la initad dele ide aparentan vestida, dejan
uur la zene ellos e mascan tas cos en la pi
uando se inclina... Aunque va a cumplir los cuarenta, cual-
Gem podeaecare cincuenta Est hal menos a imnpe-
sidn que me produce a mi, Alo mejor no es mis que un
efecto dptico, Sin embargo, esa nuca delgada y descarnada
Ta fac prec may peg, con a ebeuadespropor-
Gndatcn acon al esto del uerp,
‘«Entramos?», pregunta Makiko ocultando su pecho
usa ls ela Abr poten coders del ba, una boce-
nada de vapor de ag nos impregn de golpe pot com.
pleto. El basio principal estélleno. No es habitual en ‘Tokio
alata sence que pagar on exe pre al gata
or fuera poco, eambién hay bafos de leche de espuma
{ue cambia de clon un cur que den guetta la52
sgrasa del cuerpo que llega a doles, batieras metilicas de re-
Iajacién con agua gélida que te cubre hasta el cuello.. Se
nota el esfuerzo que han hecho para atraer nuevos clients.
Eno alto del techo rebota el co ligero de las voces, se te-
‘tienen las nubes de vapor unos instantes y desaparecen des-
pus, Las earas rojas de las mujeres denotan el disfrute que
representa para ella este placer cotidiano.
— Vaya, es muy nuevo! —exclama Makiko,
Si, muy nuevo, —eonfirmo yo.
Primero nos dirigimos ala zona de as duchas y colocamos
sendos taburctes de plistico para guardar los sitios.” Makiko
ppropone que vayamos primero a calentatmos un poco en laba-
fers, Me jt el plo en sina colt: me lao is ale y
pubis con agua caliente, me meto con Makiko en la bafera
ans grande donde una pantalla digital de color rojo indiea la
temperatura del agua: cuarenta y dos grads. No se-puede
‘meter a toalla cn el agua, lo advierten expresamente unos cat.
teles bien vsibles, pero a Makiko parece darle igual. Se i
‘menge en el agua sin dejar de ocular el pecho con la toala,
Tokio? ” tos ‘
—De todas maneras est muy tibia... ;Pero mira! Fijace
c6mo suda esa mujer.
—Fs verdad...
Nos sumergimos hasta el cuello. Lo cierto es que no est
nada caliente, Todo el tiempo que nos guedemos aqui no
bascard para hacemnos entrar en calor, Pfobamos suerte en
elbafo de leche, Pasamos una pierna detris de otra por en-
cima del borde de piedra de la bafiera y las hundimos en un
agua completamente blanca. Lo mismio que en la anterior.
—Tibia—se lamenta Makiko.
Decidimos probar en el bafio de espuma. Alli, al menos,
Ja temperatura se aproxima un poco mis a nuestras exp.
tativas, Nos quedamos un rato hasta calentarnos bien,
Hundida en el agua caliente, Makiko no deja de observar
de piesa cabeza los cuerpos desnudos de las mujeres que
vienen y van. Su mirada es tan descortés, resulta tan indis-
cereta, que yo, que estoy asu lado, me avergiienzo,
‘Maki-chan, no mires ast, —le egafio en voz baj.
Farfulla algo parecido a una respuesta sin dejar deescru-
tar los cuerpos que se introducen en el agua, los que salen,
los que esein cubiertos de espuma. Observa en silencio,
concentrada en la coreografla que se desarrolla entre la
bruma del vapor de agua. Ya que no puedo ponerme a hablarsola, no me queda mAs remedio que observar a mi también,
Me Bjo en las distintas formas, en la variedad de siluecas,
en los tonos de piel. En todos los casos la parte superior del
‘ax est ocupada por los pechos. La cantidad de piel ex
puesta aqui es mucho mayor de lo que estamos acostum-
bradas a ver en condiciones normales y en ese entorno de
dlesnudez completa, las eatss, que habitualmentejuegan un
papel esencial para dferenciarnos las unas de las otras, pir-
den su individualidad. Agu! son los cuerpos los que cami-
ran, los que hablan, los que expresan sus propios
pensamientos, Enel corazén mismo de cada gesto, de cada
accidn, es como si solo existera el cuerpo, nada ms. Pienso
encillo sin dejar de mirar. De repente, me inyade ese mismo
sentimiento de extrafieza que s tiene cuando escribes muy
seguido una palabra hasta que pierde por completo su si
nificado, como cuando garabateas una yotta vez, por ejem
plo, la letra im hasta que terminas por preyuncarte:
««@Pero qué diablos es est0?» La evidencia de que en ese
instante todos esos cuerpos femeninos se han convertido
«en algo ieal pare mi, me hace sentie incrédula. Por qué
se hinchan ahi? gPor qué tienen attiba del todo una cosa
negra que crece sin parar? @Por qué tantas curvas? Yano sé
nilo que veo, aunque quizés sucede lo cortratio: fo veo
codo con una mirada renovada. Quiero escapar de esa sen-
sacién que me oprime. Digo:
—Maki-chan, qué miras tanto?
—iEht Naida, nada. Los pechos, —contesta con toda na~
curalidad,
‘Atin no he podido ver el suyo, pero por la impresion ge
neral que produce, deduzco que es muy plano pues apenas se
transparentaa través del ejdo la sombéa oseura de sus pezo-
nes. Impresiones vages que me hacen;recordar una antigua,
imagen que ain conservo, Sus pezones entonces eran de un
color pido, su pecho ms bien pequefio. Aunque... 2Noseré
que la confunndo con otra persona? De pronto sc levanta sin
decie nada. «Me mareo», dice. Sale dela baferay se dirigea
Jos sitios que tenemos reservados en la zona de duchas. La
sigo, me siento as lado, me enjabono todo el cuerpo.
‘Makiko no suelta la toalla en ningiin momento. Parece
incémoda. Su pudor resulta muy forzado. No le digo nada.
‘Me lavo el pelo, me lo aclaro, lo eseurro. Makiko sc lava la
cara dindose golpecieos con la mano llena de espuma. Me
mira. Me pregunta en un tono extrafamente alegre, como
si acabara de acordarse:
—Por cierto, ggué tal va el trabajo? ¢Cunto tiempo lle-
vas en Tokio? sCinco afios? gEste es el sexto?36
El inesperado buen humor que aprecio en su pregunta,
provoca que las palabras se me atraganten.
Bueno... Mas 0 menos... Més 0 menos., —aleanzo a
repetir con una sonrisa. —Estoy bien aqui, as cosas no van
mal—le explico sin cambiar de gest.
No puedo sincerarme, confesar que no van bien en ab-
soluto, Sele puede lamar a eso un trabajo? Ilusion de era.
bajo, como mucho, Un automatismo desencadenado por
se pensamiento, me lleva a reflexionar sobre mi edad, Me
doy cuenta de hasta qué punto me pesa, tengo la sensacién,
de que todo se ha detenido a mi alrededor: Soy ineapaz de
smovetme, Estoy paraizada, no puedo hacer nada.
—En fin, ya sabes. A partir de Afio Nuevo las cosas han
empezado a ir extupendamente, —digo pare tratar de ex-
plicarme
—Mc alegro, —responde ella con calma, No entiendo
nada de tu trabajo, pero esfuérzate todo lo que puedas, —me
aconseja antes de volver aconcentrarse en la ducha
‘Teeminamos y nos metemos de nuevo en,la baferaide
leche, Es en ese momento euando comprendo que Makiko
‘no mira porque si, sin mis, sino que sus ojos siguen alos pe-
chos de una forma natural, sin intervencibn dg su volunted,
‘Me soxprendo al darme cuenta de que me pas lo mismo.
x
Sedala diseretamente una sefora mayor que entra en
cl agua despacio, como si estuviers dominada por una gra-
vedad distinta al de las demas mujeres.
‘~iPijate en sus pezones rorast —exclama en voz baja
{No te parecen demasiado rosas? :Por qué serd?
Seri la edad, la despigmentacidn de a pel, us consti-
tucién.
Mira, mira, semen tan poco color que ni siquiera se
notaellimite delas aurcolas. |
Es verdad,
Eso le ocurte también las mujeres jovenes devez en
cuando, pero cuando la decoloracién es excesiva utilizan
bidro.
{Hidro? Qub es es0?
~La hidroquinona, una especie de pigmento, Aunque
también sed la ret
El qué?
—La teetinoina. Muy eficaz para la adhesin, Las dos
combinadas asegucan un resultado éptimo, pero son muy
‘Un momento de silencio. Al eabo de un rato sefala otro
cnerpo mis bien joven, veinte afios a lo sumo,
Es oven, pero ya las tiene hechas un calceti,se
Qué?
—Las tetas grandes estin bien, pro al estar formadas por
tejido adiposo se descuelgan, como le ocurre aetla. Da igual
Ja forma particular de cada una, al final son como globoslle-
‘nos de agua. Cuando esa llenos no hay problema, pero en
Funcién de la mujer se pueden llegar a convertir en caeet-
nes, igual que ese chica. Fijate bien, Es como si llevar los
caleetines de un hombre colgando sin los pies dentro.
Su tono de vor disminuye a medida que hunde el mene
‘nen el liquide blanco.
Efectivamente, cuando la chica se inclina hacia delance,
su pecho pendula, se balancea, Tiene dimensién, pero no
consistencia, Ciertamente la comparacign le hace justicia,
Quizds no esté bien decirlo, pero me pregunto cémo hari
porla noche cuando sede la vueleaen la cama.» Peor ain,
aqué sensacién producirn euando se las deje manosear?
Mis que tocar unos pechos, debe ser como agarrar algo a
‘manos llenas. En fin, codas as imdgenes que me apareeen
resultan igual de encantadoras. Me quedo embobada mi-
rindola, Makiko me susurea las diferentes impresiones que
le producen los pechos que aparecen y desaparecen suce-
sivamente: «de cohete, de ojos de cangrejo...» De pronto,
1un cuerpo dorado con unos grandes y fabulosos pechos s¢
9
hace un hueco entre nosotras en ia bafiera de leche. Ma~
ko se empequeiece, se enfurruha, parece muy molesa
evra tr eomonais cuando Grandes Deh sale el
agua. Solo habla de ella hasta que sus palabras terminan
por fundiese en elsilencio. Me doy cuenta de que observa
las ondulaciones que produce ef agua'de la baiera, tiene
los ojos fijos en Ia superficie lechosa. «Momento de
salie», me digo. Se quita la toalla, me pone las tetas de~
lanee de las narices y, sin dejar de mirarme fijamente, me
regunea:
= Qué te parecen?
Bueno, you
—Si,el color el amaio, todo eso.
Pequefias tetas, grandes pezones, negros.. Me pasan deprisa
por lacabeza toda suere de adjetivos antes dese capazde atra-
parlos para datles forma. Me quedo ealada, sin nada gue deci.
—Si son grandes o son pequefias, dejémoslo estar.
color de los pezones, dime qué te parcce, dimelo sincers-
mente. {Son demasiado oscuros? Dime la verdad...
sla primera vez que en su tono de voz hay algo mineral,
algo vegetal en su expresin, ni un solo rastro de afectacion.
—iEh! No, no. No son demasiado oscuros, —respondo
sin pensar mucho.@
Qe dese qu estn nel lini defo normal
Bueno, es dec. Ti qué entiendes por normal?
~Dinloenfnsidn dela ides qu rnp deloque
—Es que. De entrada, determinar qué es normal y qué
solo es no rls senllo, mi bien basen dc
Todo eso me da igual, ~me corta seca
—Entonees te digo que de color rosa no son, eso seguro,
—Sé de sobra que no son de color rosa
~aDe verdad?
—Pucs claro,
La conversacién se extingue en ese punto,
‘Mi opinién es que la medida que cada uno tiene de lo
bello es distin a la de los dems. Sin embargo, las tetas
aque tengo delante de los os tienen el mismo eamatio que
la hinchazén provocada por la picadura de un mosquito y
enmitad de ellas hay unos pezones grandesen latitud y lon
gitud, que parecen las laves de control de una sala de mi
uinas. No encuentro otro modo de explicarlo. Los deja
aflorar unos instantes sobre la superficie del agua. En fin,
siacs0 se le puede llamar aflorar.
Son negtos. Negros y gigantescos. Lo séj Sé que no
fengo un pecho bonito, —dice con un suspirolagicado,
a
—Eso es algo subjetivo, —le digo yo para evitar un sic
lencio ineémode.
‘Me mira directamente alos ojos sin adie mala a mi co
—En cualquier caso, esté mejor de loge estaba, —dice
como srevlara un seeret, Antes de dara luz no abialle-
gado aesteexremo. Alo mejor te parece que no ha cambiado
mucho y ya sé que munca he tenido un pecho bonito, peco
mira esto, No puede sez Mira el tamalio, el grosor de los pe-
‘zones. Me pregunto por qué tengo dos glletss Oreo aqui en
medi. Lo cierto es quellegaron a esta teribles, Conocescxe
colorquellaman Sin embargo, no
sme salen las palabras. Tengo la impresién de que los ojos
de Midoriko son cada vez mds grandes, cada vea mis des
piadados, Al darse cuenta, Makiko tensa el gesto, baja la
‘yor y pregunta con ealma:
segs zien eso oft Qu demons me quieres
lecie?
pi
1
Midoriko desvia la mirada, Se jan la pared donde cuelgan
fos ments. Bscibe en su cuaderno: «jMe da asco!» Lo pone
encima de la mes, subraya la frase varias veces para rematearla
bien, Lo hace con eanta fuerza que raga el papel con la punta
del boigrafo, Uno tras oto, se mete en la boca los trazos de
pan completamente impregnados en salsa de soja. Makiko no
dlespega los ojos de esa ima frase de as linea que la destacan
Se queda allada, Yo también. Al cabo de un rato preguno:
—2No has puesto demasiada salsa?
Midoriko no tiene nada que escribie al respecto, Solo se
cscucha el ruido de la tele. Terminamos en silencio los res
tos dela cena.
Voy a exribir sobre los boulas. Hy me be enterado de que
se convierten en un huevo feeundado cuando permiten la en-
trada de un espermatocoide, En caso contrari, no lo estén,
‘no son masque huevos vactos. Bueno, en realidad yalo sablay
solo que hemos repasado la leecbn. La fecundaciOn no tiene
Lugar en el dtero, sino n las rompas de Falopio, Desputs, om
clcazo de que todo vaya bien, el doula desciende hasta el itero
‘para implantarse allt. Creo que ese es el proceso completo
(aunque la verdad, no entienda esta sltia parte. En todos2
Los libra que leo, en los exquemas que ponen pars explcarlo,
parece como sielbvulo saltara del ovari ala srompa que, por
‘ierta, tiene forma de mano. «Cima es posible que entre alli?
Dicen que es expuliada del ovario. De acuerdo, gpero cémo?
eEnsre el ovarioy la trompa, que hay, vacto? ¢No bay nadat
Esa mister la que hay entre todas esas aberturas), Es in-
cretble. De entrada est la fcundacibn, Supongames que des-
puts, en determinando momento, se determina el sexo.
femenine, En cl cuerpo de ese bebé que ni siquiera ha nacido
194 bay ovaries (el hecho de que los tenga tan pronto me parece
‘ervible), Denivo de las ovarios hay siete millones de pre-éou-
dos. Esa sla etapa del desarrollo en la que mids e tienen. A
partir deese momento empiecan a disminuir y ya no param,
basta el punto de que cuando el bebé nace sole le quedan un
‘mill6n y ya no genera ninguno nucvo, La cosa no acaba at
A mi edad, cuando erpiczan las reglas, quedan como mucho
sresientos mil. De ests solo un pequeno nimero llega a max
durar hasta el extremo de poder ser fecundado y convertivae
«ashen otros huevos que acabarin en embarazo para servr al
proptsito de la muliplicacién de la expece burmana. Es terr-
Die pensar que incluso antes de nacer, yo ya tenfa todo la ne-
cesario para tnacr al mundo a un bebd.;¥ no\a uno sino a
cientos! En los libros no est escrito sin embargo, lo que ocu
2
rreen este momento en mi vientre. Cuando pienso en esa cosa
rue ya estd preparada, me dan ganas de reventarla, de ha
tela ties Sncramnt, De gutta ca biota?
Midorko
De vuelea al apartamento, Makiko simula como si no
Ihubiera pasado neda, se muestra desenfadada. Yo la imito,
hablo sin paras, me rio hasta la exageraci6n:
—Por cierto, el suelo de esta habitacibn es de tatami en
realidad, pero fo mandé enmoquetar. ¢Sabéis lo primero
‘que hay que hacer cuando uno se muds & una casa con suelo
de tarami? Exterminar los 4earos, por supuesto, Hay un i-
secticida especial que viene en un bote con una agoja muy
gorda. Estén conectados con un tubo de plistico que sepa
teceal cable dean elfono Pacha lal cons gis
aprietas el bordn para que saga el producto y desaparecen
todos os bichos se dfumina por lor ntesjs del enzado
de paja, acaba con todo, no deja nada con vida. La verdad,
es que una mudanza es un caos de principio afin donde su-
ceden muchas cosas al mismo tiempo. Sobre todo en mi
caso, Como la hice yo sola, eave que abrir eodas las eajas,
‘organizat las cosas, limpiar las paredes, Con ls cajas en losbbrazos de aqui para alld, no era capaz de ver lo qu tenia
dante demi hariees, pro enun ato al no queda otra
que organizarlo todo segin aparece. Me movia sin parat,a
derecha ¢ izquierda, aprovechaba los espacios libres que
dquedaban entre las cosas amontonadas. Me habia olvidado
"soggy dello eau de ens me a cad ener
ime atravesé el puente del pi, Pensé: «Ay!» aunque la ver-
des qu no edlla Ni sil sange porque mien
‘stuviera dentro de la carne no ibaa haber hemorragia. Alre-
dedor dela aguja la carne se ponia de color blanco. Era una
sensacién muy extrafia. No es habicual ver algo conectado a
1a planta de ea pie. Dejé lo que tenia entre manos y observe
fijamente. Me preguntaba que ocurzria si pulsaba el botén.
Obviamente era muy peligroso, pero no sé por qué motivo
sme past el resto del dia acariciindolo con el dedo inl, sin
dejar de mirar mi pie cada vex mis hinchado atravesado por
una aguja."Tenfa un cable de teléfono en el pie, una especie
decordén umbilical, sunque en realidad nunca he visto nin
gguno, Esa imagen tan extrafa me impedia sacarme la aguja.
No me dolia. Me quedé dormida con esa cosa metida dentto
de mf. A la mafana siguiente me cost6 mucho quitéemela,
pero segui con lo que cenla que hacer. Execs el recuerdo que
tengo de la mudanca. /
No estoy segura de que Midoriko me haya excuchado.
Como minimo no ha hecho ningin gesto para que me
calle, Bsté abt sentada, sin decir nada, con las picrnas reco-
gidas contra cl pecho formando un triéngulo, al lado de sus
‘cosas, con tn cuadeeno mas grande del qué utiliza para co-
smunicarse apoyado sobre las rodilla. Garabatea algo.
‘Makiko, con su tono desenfadado, subraya cada detalle
demi historia conun «joh!», «iquépeligroso!», «jay!»
Ella nos cuenta que un dia no lograron poner suero en wt
gencias, Por la venas ligeramente hinchadas de sus sienes,
caen gotas de sudor, resbalan sobre las manchas de la piel
de su cara, Sus ojos lucen oeras y bolsas a un tiempo. No
s€ cudntas veces lo habré pensado hoy, pero vuelvo a darme
‘cuenta de que ha adelgezado mucho, Me pongo a buscar el
mando del are aeondicionado, No lo encuentro desde hace
dos dias. Al final no me queda més remedio que levantarme
otra ver, igual que a mediodla. Subo dos grados la tempe-
ratura en el panel de control
‘Veo mi cara reflejada en el espejo que hay encima de la
cajonera, Sin dejar de asentir con la cabeza a todo lo que
dice Makiko, me acereo para mirarme de cerca. Soy yo sta
cde aqui, ésta con las comisuras de los labios igeramente cal-
das? Me pongo las manos en las mejllas, las empujo hacia
errrantiba, quiero borrar ése gest Lat retro. Vuelvo a repetslo
varias veces, De pronto me scuerdo de la cara de mi made.
Todo el mundo se muestra orgulloso de su madre de.
lance de sus amigos. Por desgeaci, ninguna de nosocras dos
nos parecemos ala nuestra. La mujer de la tienda de golo
sinas donde soliamos ie de ninas, lo deta siempre con una
sonrisa: «Si fuersis hijas slo de vuestra madre al menos
0s parecerlais a ella pero claro, la mezcla.. Vuestra madce
s muy goapa>. jCudntas veces habré eseuchado # alguien
easiarse ante la belleza de mi madse! Dicho esto, debo ad-
mite que ys no recuerdo los detalles de su cara
Para escapar de la imagen que refleja mi rostro, me
vuelvo hacia Midoriko que sigue sentada. Tiene una piel
lisa, uniforme, sin una sola imperfeccidn. Cuando mira
‘hacia abajo, sus pestaia bien formadas dibujan una perfecta
linea recta en sus pirpados, Nada que ver con la triste farsa
que me esfucrzo en representar yo al pintirmela con un por
filador. Lleva cl pelo recogido en una coleta a la aleura de
sus otejas pequetas. Por lo visto hace tiempo que no deja
que Makiko la peine, asi que lo hace lla misma y siempre
se le escapan algunos mechones. La forma de,bu cabera, la
”
blancura de su piel en las sienes, el arqueo de su nari... Ob-
servo cada uno de los detalles de su cuerpo y todo lo que
‘veo me parece perfecto, i.o sabe ella? Es consciente de su
perfeccién actual? Yo también cuve su edad un dia, pero de
la chica que fui entonces no queda rasto por ninguna parte.
Mental contmpo le fos oot. Se forma ana
pequciia arruga entre las cejas. Apoya la frente en el cus
demo que dene encima dels rods, como 5 guisirs
hhundirse en el papel blanco. Se queda dormida a pesar de
Jo inemodo de la postura.
No hablo mucho con mi madre. Mas biew nada. De todas
ras se pasa cL dia con sus investigaciones sobre mamoplas-
“tayo dima sons sino mon nora puree
cretble que vaya a aumentarse el pecho com una cosa fase.
Para qué quiere hacer es0? Por el trabajo? No puede ni pen-
Sarla. Me da asc, meda asco, me da asco, me da asco, me da
‘sco, me da asco. La be visto en lateley en algunas foros. En
La operacidn te cortan por completo te mcten una cra a pre-
sin, «blop, blop>. Es muy doloreso. Mi madre no lo en-
tiende. Es tonta, demasiado estipida para ser tonta. Por si
fuera poco he ofdo que lo van a monitorizar todo, lo cual
naa78
‘quiere decir que van a publica las foros en revistas. As le sale
gratis, Una tonterla, Desde el martes no deja de dolerme el
‘fondo de los ojos, no pueda mantenerlos abiertos.
Midorko
‘A medianoche me despierea una sensacién himeda en el
culo, cerca dela rabadilla, Mero la mano por debajo de las bra
18 palpo con la yema de ls dedos algo vscoso. A pesar de
Ioscutidad, me doy cuenta de que me ha bajado ta regla Salto
por encima de Midoriko dormida en el futbn a mi derecha.
Voy a bafio, me pregunto qué dia es. Tengo la cabeza embo:
«ada, Diez antes de lo prevsto. El mes pasado y el anterior, lo
mismo, Desde hace un aio se me adelante. Al principio me
sorprendlé, pero al no haber una causa concretahe terminado
por acostumbrarme, Hasta hace dos afos, dtirante mis de
‘einte excepto al principio, me bajaba en cilos de veintiocho
dias,con fa exactitud de un eronémetro, No sé qué me ocurre
desde entonces
Sin darme cuenta han desaparecido el dolor de rifiones y
la pes n ve que precden oa baad de ga
ora me viene de repente, sin previo aviso. Hago pis, miro
distal mana oy nore demi oa eon ey
»
medio dormida pero me doy cuenta de que el pis no acaba
‘munca, Escucho el ruido,observo la mancha. Vaya! Se me an-
toja como el mapa de Japén. Osaka esi por ahi abajo, Aomori
por alli ariba. No he ido nunca a Aomori. En fin, ext suc,
sme da perez tengo que lavarla, Pereza. Me quito las brag.
‘Seri cierto que los antibiéticos climinan el olor dele mens-
‘ruacién? Acerco la nari para comprobarlo.La hago una bola,
Ia envuelvoen papel higiénio yla dejo a mis pies. Doblo otro
‘trozo de papel higiénico para que absorba la sangre como si
fuera una compresa. Melo pongo enté as piemas, lo empujo
«on los dedos. Cierro las piernas, me levanto, camino con eui-
dado hasta la cocina para tirar el papel al cubo de basura or
‘inica. Me acercoa la eajonera. Busco una bragacspecial para
reglas que tiene forrada la parte que queda en contaeto con la
‘vagina, Vaelvo al bafio,saco una compresa de la caja que ests
sobre [a estaneria, Tieo al inodoro los restos del papel higié-
nico, quito el plistico que envuelve la compres, la eoloco en
la braga, me la pongo. Es como si fuera el fut6a de a entre
‘pica, Mientras o pienso, mi cuerpo somnolicnto regresa a
furén extendido en el suelo, Tengo la cabeza medio vaeia por
=Si, sis De acuerdo, vale. Ten, compra con esto todos
los que quieras y site sobra ago, te compras lo que te ape-
texca ote lo guardas si quieres
‘Saco tin bllete de cinco mil yenes, se lo doy. Lo mira Bja-
sente, De manera cas instantinea esribe en su cuaderno:
«
Pues claro! Montones. Estamos en Minowa,!® qué
tehascreido?
A veces, antes de dormir, mi madre toma una medicina,
Un dia que habia salide aproveché para ver qué era, Un ja
rabe contra la t0s.La iltima vex que la tomd fue anoche. Ha
desaparecido mds dela mitad del contenido, Me pregunto porqué babrd tomado tanto sini siquiera tiene tos, gPara qué lo
toma? Uttimamente no defa de adelgasar. El otro dia me
conté que se aba caido de a bci cuando volota del trabajo,
Su letra y su cara no dejan lugar a dudas: Ia angustia se
hha apoderado de cfla por completo. Me rfo para tratar de
disipatla
Normalmente, todo lo que sete pasa por Ia cabeza en
estos casos no es cierto, No te preocupes, soy muy gafe
basta que piense algo para que no ocurta, te aseguro que
me ha pasado siempre, toda la vida. El ejemplo perfecto
son los terremotos. Por supuesto que los hashabido y los
hhabed, pero estoy segura de que en el momento en el que
‘curren, nadie en el mundo piensa en ellos, por eso se de-
sencadenan, Los terremotos se producen cuando nadie
piensa en ellos, /
2
<<, Quieres decir que en este momento no hay un terremoto
porque alguien estd pensando en ello?»
—Nosotras dos al menos lo estamos haciendo.
Después de reflexionar un poco escribe con tono de pro:
<
—Bueno, visto desde es perspectiva, —respondo elusva
«Qué gafe?
—iGafe? Pues gate
cl significado?
‘Me levanto, Midoriko se asusta, me.agarra de la cami-
seta, ¢ incorpora ligeramente del suelo. Su gesto resulta
tan brusco que también me asusts a mi
Qué va aser Quieres que busqueiQue pasa? {No voy a ninguna parte! Me has asus-
tado. baa buseareldeetonadion
Doy unos pasos hasta la cocina, abro ef cajén donde lo
tengo guardado, Es un diccionario clectrénico. Vuelvo
junto 2 ella, eecleo «gafe». En la pancalla aparece la expli-
cacién: «Persona o cosa que trac mala suerte, Original-
mente signo de malos presigios». Se lo enseio.
Mira
Midoriko se acerca, lo lee muy concentrada.
-. ;Aqut est! Sin embargo, mira
jate, también sc parece al de «odio». iQué feos son!
Horrbles,ipuaj! Por eso «odio» es igual que «detestar»
El adjeivo es «odioso», como en Ia expresign «un crimen
codiosow. A partir de ahi, vamos a buscar por ejemplo...
-. Cuando un asesino mata a alguien, el Angulo del
ccachillo en su mano indica el grado de
[El huevo se transforma en espuma en sus manos, en sa
pelo, los erozos de la cdscara se esparcen por todo la super-
ficie de ss crinco, el guido amarillo se le escurre por las
otejas, se restriega la frente con la palma de la mano, no
deja de lorat, alcanza otro huevo del paquete
—éor qué? —pregunta en un suspiro, —zPor tienes
we operarve, mama?
eo sala de mavo en caer, de fete gts a
yyema y la clara mezcladas con ls ligrimas, no hace gesto de
limpiatse, como sino le preocupars. Agarra un tercer huevo..
=e que sitve operarte del pecho? gPor qué quieres
sufric? Qué vasa ganar con eso? {Qué eso que quieres enrealidad? Puede que tm pecho hays desaparecido por mi
culpa.» 2¥ qué? Siempre pasa igual. Por qué quieres su-
fri? por.
‘Los muocos, las yemas de los huevos, el blanco de las cla-
145, las Lagrimas... Tienc la cara completamente embadur-
nada. Se parte un tercer huevo.
—Me preocupo por ti, pero no sé... No te entiendo, no
puedo decirce nada. Eres muy importante para mi, aunque
‘no quiero ser como wi. No, nose tata de eso, Quiero tener
dinero. —Se detiene un momento, sorbe, —para poder
dirtelo. Si, rengo miedo. Hay muchas cosas que no en
tiendo y me duelen los ojos, me duclen todo el rato.
iMama! ;¥ no quiero, no quiero! Me da asco execes, per
hace falta que crezca ripido.jMe duel {Me duce! Serf
mejor no haber nacido, sino hubiers nacido no hab
sado nada de esto.
Entre gritos yllantos agarra dos huevos més con sendas
‘manos se los parte encima de un golpe certero, Los trozos
de céscara satan por todas partes la clara se pega a euello
de su camiseta un hilo amarillo de la yema llega a formar
1 dibujo. Midoriko continéa en pe, llora lgra vox en
a
1s
sito, con una vox como jamas he escuchado en toda mi
vida. Makiko la observa sin moverse hasta que inesperada-
‘mente, como movida por algiin resorte, como si alguien le
hhabiese dado un fuerte golpe grita: «jMidoriko!»
Laagarra por los hombros completamente impregnados
con los restos de los huevos rotos, pero ella se zafa, logra
separarse. Con las manos suspendidas én el vacio, Makiko
observa a su hija que no deja de llorar. Coge un buevo del
paquete lo golpes con todas sus fuefzas conta su cabeza
Sin embargo, ha debido hacerlo pot la parte puntiaguda
porque no ha llegado partir, sele cael suelo, se lanza tras
41, En cuanto se detiene, se agacha, empieza a golpeat el
suelo con su frente hasta que consigue romperlo, se res-
triega, se levanta con la cara cubierta por los restos, se
acerca a Midoriko, aleanza otro, slo parte. Su contenido
sedispersaencima de ella, Midoriko a observa con los ojos
como platos, arranca a llorar ain ms fuerte si cabe, coge
tino mas lo golpes. En esta ocasin clara y yema casn di-
rectamente al suelo, Makiko se apodera de los dos dltimos
que quedan, se los estampa sucesivamente. Con la cara
completamente embadurnada me pregunta:
=ENo tienes mis?
Bueno, en fin, en la nevera, pero.Abre la nevera,saca todos los huevos que hay dentro y se
los machaca contra el erinco, uno tras ot, Ambas tienen la
cabeza completamente tefida de un blanco amatillento. Se