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UNIVERSIDAD PARA LA

PROFESIONALIZACIÓN ESTRATÉGICA

MAESTRÍA EN PSICOTERAPIA GESTALT

MÓDULO VI: MECANISMOS DE


INTERRUPCIÓN Y MANEJO DE CONFLICTOS

“MANEJO DE CONFLICTOS EN
PSICOTERAPIA GESTALT”

CLAUDIA ALEJANDRA MEDINA ORIHUELA

ZINACANTEPEC, MÉXICO; AGOSTO DE 2019


MANEJO DE CONFLICTOS EN TERAPIA GESTALT.

Es usual que los pacientes lleguen a consulta demandando ayuda para resolver una
situación para la que muy probablemente ya intentaron otras alternativas provenientes de
sus herramientas personales. Eso, en muchas ocasiones, implica acudir a consulta es porque
buscan que el terapeuta les ayude a solucionar su conflicto. Pero para iniciar, ¿qué es un
conflicto?.

De acuerdo a Ibarra (2005), “designa al conjunto de dos o más hipotéticas situaciones


excluyentes, es decir, que no pueden darse simultáneamente”. El conflicto ocurre cuando
individuos o grupos no obtienen lo que necesitan o quieren, buscando su interés propio.

Es así que, el conflicto surge de la diferencia de intereses u opiniones entre una o más
partes sobre determinada situación o tema, e involucra pensamiento y acción de los
implicados.

Normalmente, la persona cuya conducta está bloqueada, debido a un conflicto, se siente


tensa e intranquila (ansiedad), tiende a modificar su mecanismo de defensa, el cual
representa cualquier método habitual a salvar bloqueos, alcanzar metas, satisfacer
necesidades o aliviar frustraciones. La elección de cuál mecanismo de ajuste o de defensa
se use dependerá principalmente del carácter de la personalidad del individuo y de sus
modos peculiares de respuesta.

Las reacciones de evasión o de escape incluyen entregarse a ensueños (fantasías)


excesivas, utilizar conducta infantil (regresión), darse por vencido (resignación) y tener una
fuerte e irracional resistencia a aceptar las sugestiones de otros (negativismo). Las
reacciones sustitutas, comunes son compensación, racionalización y proyección.

Muchos de los conflictos que un individuo experimenta se pueden solucionar con


facilidad. Otros conflictos, sin embargo, involucran la médula de la personalidad de un
individuo y tienen resultados devastadores si no se resuelven con propiedad. Es ese
momento en que el paciente toca a la puerta.

Sin embargo, el origen del término “conflicto” viene desde la postura psicoanalítica de S.
Freud, quien propone cuatro categorías etiológicas de neurosis: degeneración, senilidad,
conflagración y conflicto.
Aunque no utilizaba la palabra conflicto, Freud menciona varios aspectos del mismo entre
las fuerzas represoras y el contenido reprimido. Este proceso lo explica con el
funcionamiento de la hipótesis estructural y la hipótesis topográfica.

Posteriomente, Charles Brenner indica que el afecto displacentero en forma de ansiedad o


afecto depresivo desencadena el conflicto; no es el conflicto el que causa el afecto
displacentero

Normalmente, en el uso cotidiano, en lugar de la ansiedad como causa del conflicto,


pensamos en la ansiedad como resultado del conflicto, resultado tanto del conflicto
consciente como del fracaso de una defensa contra el conflicto inconsciente. Esta es la
posición intuitiva que Freud elaboró en primer lugar cuando pensaba que la ansiedad se
debía al fracaso de la represión. Nótese que la ansiedad en este caso es ansiedad consciente,
mientras que en la conceptualización posterior de Freud la angustia señal que desencadena
el conflicto inconsciente es a su vez inconsciente.

Más tarde, Dale Boesky afirma que los deseos se transforman a conflictos. En sus palabras,
lo que “encontramos clínicamente son conflictos entre deseos… por ejemplo el deseo
de ser asertivo y el deseo de ser modesto”.

Los Modelos Humanistas-Experienciales, tienen su referencia más clásica en los trabajos de


Rogers de la «psicoterapia centrada en el cliente» y Perls en su «terapia gestalt».

El modelo de psicoterapia desarrollado por C.Rogers parte de la idea de que la persona


posee una tendencia actualizante, una especie de impulso hacia el crecimiento, la salud y el
ajuste. La terapia más que hacer algo al individuo, tratará de crear las condiciones para
liberarlo para un crecimiento y desarrollo adecuado.

Hay una serie de condiciones que impiden y bloquean la tendencia actualizante. El


aprendizaje de un concepto negativo de sí mismo que deriva de experiencias de
desaprobación o ambivalencia hacia el sujeto en etapas tempranas de su vida.

La terapia intenta corregir las condiciones de valoración externa y proporcionar la


oportunidad de vivenciar las experiencias y sentimientos internos negados y reprimidos, de
modo que aumente la congruencia del sujeto, entre su autoconcepto, que cambiará y su
experiencia que se hará más consciente. El enfoque Roge Riaño propone tres estrategias
básicas para lograr las anteriores metas: La resonancia empática del terapeuta hacia la
experiencia del cliente; La consideración positiva incondicional del terapeuta hacia la
persona del cliente; y La congruencia interna del terapeuta con sus sentimientos vividos en
la relación de terapia.

En la terapia Gestalt de Perls, el enfoque gestáltico parte de la noción del sujeto como
tendente a completar su existencia, de manera similar al enfoque de la autorrealización-
experiencing de Rogers. También esta tendencia puede verse impedida por criterios de
valoración psicosocial externos, produciendo una negación de necesidades y deseos
personales, impidiendo que la gestalt de totalidad no se complete. Estos deseos y
necesidades no reconocidas continúan actuando de fondo, produciendo síntomas y malestar.
La terapia gestalt propone tareas específicas para lograr que ocurran tres procesos que
faciliten la integración de esos deseos y necesidades: 1) La valoración de actualidad: en el
aquí y ahora del presente se trabaja con el material apartado o escindido, no en el refugio
del pasado o en la ilusión del futuro, 2) La valoración de la conciencia y la aceptación de la
experiencia: trabajando con la experiencia sensorial y emocional y evitando el discurso
intelectual o las interpretaciones, 3) La valoración de la responsabilidad e integridad:
cada uno es responsable de su conducta por ilógica o extrema que parezca.

Ante un conflicto, es posible decir que el terapeuta cumple un rol de mediador. Tomando
en cuenta que la mediación es la “resolución de un conflicto entre dos o más partes asistidas
por un tercero, quien cumple el rol de facilitar la fluidez y simetría del proceso, en donde se
busca alcanzar soluciones efectivas y duraderas que emanen de la libre voluntad de todas
las partes y al mismo hacerse responsable de lo que derive de dicha decisión” (Cuillen,
2002).

De igual manera que sucede con el terapeuta Gestáltico, el terapeuta no pretende tomar
decisiones por sus clientes, sino que busca facilitar un espacio para la comunicación y
negociación constructiva.

Su función consiste en ayudar al paciente a “darse cuenta” de cuáles son sus verdaderas
necesidades e intereses (la verdadera figura), los cuales generalmente se encuentran ocultos
debajo de las posiciones formales (parte del fondo) con las que cada una de las partes llega
al proceso de mediación. La toma de conciencia en el aquí y ahora es esencial para la
terapia Gestalt. Ésta trabaja con tareas que intentan que el sujeto integre el material, se
exprese y se abra a la conciencia.

Otra función vital del terapeuta es ayudar al paciente a contactar con sus sentimientos, y a
tomar responsabilidad de los mismos, expresándolos en primera persona.

Esto es similar al proceso que facilita el terapeuta al ayudar al paciente a encontrar nuevas
salidas del atolladero.

Es así que, la Terapia Gestalt es un modelo de psicoterapia que percibe los conflictos y la
conducta social inadecuadas, como señales dolorosas creadas por polaridades o por dos
elementos del proceso psicológico.

El método supone que el conflicto puede ser de naturaleza interna en el individuo


(intrasíquico) o manifestarse en la relación interpersonal entre dos personas (intersíquico),
mismo que implica una situación de elección o de decisión en la cual las necesidades,
objetivos o métodos para lograr éstos, son incompatibles.

Desde esa perspectiva, la labor del terapeuta está orientada al esclarecimiento de la


situación del paciente que le permita tomar una decisión asumiendo su responsabilidad
como actor del conflicto.

REFERENCIAS

Guillen, S. (2002). Mediación de conflictos y terapia Gestalt: Punto de coincidencia.


Recuperado de: https://es.scribd.com/document/378477921/Mediacion-de-
Conflictos-y-Terapia-Gestalt

Ibarra, M. (2005).Manejo de conflictos. Perspectiva teórica y caso práctico. Recuperado de:


https://www.gestiopolis.com/manejo-de-conflictos-perspectiva-teorica-y-caso-
practico/

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