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Segundo ensayo, Schopenhauer. Historia de la filosofía VII.

Nicolas Varela Aguilera

En este ensayo hare una breve explicación de la obra de Schopenhauer ​el mundo
como voluntad y representación​, tratando de exponer lo más claro posible sus
ideas sobre la representación y la voluntad, así como la relación que tienen las
ideas del filósofo con sus antecesores: Kant y Platón a los cuales les guardaba
mucho respeto. Para concluir expondré como se relación estos dos conceptos
para con el sujeto.

El libro primero Schopenhauer lo dedica al mundo como representación, este


capítulo está dedicado a su teoría del conocimiento, se hace evidente la influencia
que tiene Kant con su giro copernicano, su conocimiento a partir del fenómeno.
Schopenhauer empieza este capítulo con una reinterpretación de este saber
fenoménico:

“El mundo es mi representación: esta es la verdad que vale para todo ser viviente
y cognoscente, aunque solo el hombre puede llevarla a la conciencia reflexiva
abstracta: y cuando lo hace realmente, surge en él la reflexión filosófica.”
(Schopenhauer, 1991, p. 23)

El mundo que nos rodea solo puede ser concebido como representación, como
relación con los demás seres. La división de sujeto y objeto es un ejemplo de este
argumento, ya que cualquier conocimiento e incluso nuestro mundo en general se
basan en la alusión que hace el objeto al sujeto. Esto nos hace notar una verdad
ineludible: el mundo está limitado por el sujeto, solo puede conocer al mundo por
sus propios medios, ya sean sentidos, ya sean razonamientos, etc. pero siempre
se mostrara condicionado por ellos. Así el sujeto queda como el protagonista del
mundo, sin él no habría mundo. El cuerpo es representación porque es objeto y se
rige bajo las mismas leyes de los demás objetos. Y así como los objetos, el cuerpo
está inmerso en las formas de conocimiento, es a partir de estas maneras de
conocer (tiempo y espacio) que el sujeto es capaz de conocer todo lo cognoscible.

Ahora empezare por explicar lo mejor posible. Schopenhauer nos hace notar que
entre los sueños y el mundo como representación no habría diferencia, así es
Segundo ensayo, Schopenhauer. Historia de la filosofía VII. Nicolas Varela Aguilera

como utiliza el velo de maya para explicar esto. Entonces, ¿cómo sale
Schopenhauer de este problema que aquejo a los filósofos anteriores a él? Lo
hace de una manera innovadora, la voluntad.

La voluntad le proporciona al sujeto los misterios de su ser, le muestra el camino


de su obrar, los significados de su movimiento, cada movimiento que la voluntad
hace, también lo hace el cuerpo. La voluntad no hace una acción sin que el cuerpo
la siga. El sujeto del conocimiento se vuelve individuo por su afinidad con el
cuerpo y la estructura de cada individuo se divide en:

Cuerpo exterior: esto es la representación y esta mediado por el entendimiento.

Cuerpo interior: está presente la voluntad y es un inmediato conocimiento de sí


con la certeza de sí.

Entre ambos no hay una relación de causa y efecto, ambos cuerpos se unen en
uno solo. Cuando el cuerpo realiza alguna acción es producto de la voluntad que
se objetiva en un acto que se introduce en la intuición como una representación,
dicho de otra manera, la voluntad se vuelve un conocimiento ​a priori ​del cuerpo.
Dicho conocimiento no podría ser posible fuera de la representación y de la
voluntad. Schopenhauer entiende que cualquier tipo de movimiento que realice el
cuerpo ya sea voluntario o involuntario lo considera siempre como objetivación de
la voluntad. El cuerpo se convertirá en lo que nosotros decidamos, ser libres
implica siempre un movimiento constante, cuando ejecutamos una acción esta se
entiende como tomar una decisión. Cuando no decides sobre ti mismo, esto es
también una decisión, solo que te pierdes a ti mismo. El dolor y el placer afectan a
la voluntad de la misma forma.

BIBLIOGRAFIA:

Arthur Schopenhauer, el mundo como voluntad y representación, 1991, Madrid,


Catedra.
Segundo ensayo, Schopenhauer. Historia de la filosofía VII. Nicolas Varela Aguilera

Pedro Stepanenko, Schopenhauer en sus páginas, 1991, México, D.F. fondo de


cultura económica.

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