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PENSAMIENTO MÁGICO- RELIGIOSO EN LAS MUJERES HECHICERAS

NOVOHISPANAS

RAQUEL PATRICIA GUERRERO GUTIÉRREZ


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Correo uharecita@yahoo.com.mx

El pensamiento mágico-religioso de las mujeres novohispanas es un tema muy


interesante y complejo, que ha sido trabajado poco, pero que a su vez es de suma
importancia para conocer el desarrollo de la cultura colonial en la Nueva España.

El objetivo de esta ponencia es presentar y analizar las practicas mágico-


religiosas de las hechiceras que vivieron en la Nueva España durante la primera mitad
del siglo XVII y examinar como su pensamiento mágico provocó reacciones dentro de
la sociedad novohispana.

Una de las fuentes de mayor riqueza histórica para comprender el valor que tuvo
la actividad femenina dentro de la sociedad novohispana son los documentos
expedidos por el Santo Oficio de la Inquisición en los procesos hechos a brujas y
hechiceras, ya que gracias a ellos se puede conocer parte de su vida diaria descrita en
las denuncias y averiguaciones a cargo de los comisarios e inquisidores.

Después de la conquista de México Tenochtitlan, muchos inmigrantes llegaron a


la Nueva España, en su mayoría hombres solos, algunos con sus familias, pero dentro
de este mundo de personas también arribaron mujeres solas que junto con su equipaje
traían sus costumbres, creencias, practicas e ideas a un lugar que les ofrecía pocas
posibilidades de sobrevivencia.

Aún así ellas buscaron la manera de sobresalir y emprender actividades que les
dieron la oportunidad de superar las limitaciones que implicaba ser una mujer sola en
una sociedad netamente patriarcal, aunque de ello dependiera su libertad, ya que sus
actividades hechiceriles las llevaron hasta las cárceles secretas de la Inquisición.

Pero, al ser mujeres solas que no contaban con la custodia de un hombre que
vigilara su comportamiento, se veían como sospechosas, ya que la sociedad las tenia
constantemente en la mira, al pendiente de todas sus actividades esperando que
cometieran un error para poder acusarlas. Por otra parte, las mujeres que contaban con
el apoyo de un hombre no siempre vivan en condiciones óptimas, pues eran sujetos de
maltratos e infidelidad por parte de sus maridos, ya fueran ricas o pobres. La mayoría
de ellas sufría la violencia familiar; así que no conformes con la vida que le daba su
cónyuge, vieron en las practicas mágicas una solución a sus problemas familiares.

La situación social de las mujeres novohispanas era de total desigualdad en


comparación con la del hombre, ya que estaba restringida en función de su sexo, es
decir, las confería a su papel de reproductoras, obligándolas a permanecer en el plano
de lo privado. Su educación estaba dirigida a especializarlas en las labores del hogar y

1
estaba fundamentada en los preceptos religiosos de la época, teniendo como
principales atributos la virginidad, la castidad, la espiritualidad y sobre todo la docilidad;
o sea estaba acorde al ideal masculino de lo que debía ser una mujer. La mayoría de
las mujeres en la Nueva España era analfabeta, pues el acceso a la educación estaba
restringido para ellas, porque se creía que el conocimiento podría desencadenar en
ellas la rebeldía y el mal, dando como resultado el desequilibrio social; así que las
pocas que tuvieron el privilegio del conocimiento eran las monjas o alguna que otra
criada que tuvo la fortuna de ser adiestrada por ellas.

Jurídicamente las mujeres estaban en total desventaja en comparación con los


hombres, pues las leyes las consideraban inferiores tanto física como mentalmente y
las dividían tajantemente en dos grupos, las "decentes y honestas" y las "mujeres
sueltas". Las argumentaciones dadas para justificar esta situación legal inferior de la
mujer consistían en su debilidad física, su función reproductora, su estatus como
propiedad del marido, así como su debilidad y dependencia económica.

Pero ninguno de estos argumentos justificaba la discriminación legal hacia ellas,


pues con su actividad ellas demostraban que ninguno de los juicios anteriormente
mencionados era cierto. Así muchas mujeres se hicieron cargo de sus negocios, con o
sin la autorización de su marido, administraron sus bienes, crearon cofradías, y qué
decir de las mujeres de los estratos sociales más bajos: ellas vendían, negociaban,
intercambiaban con los productos elaborados y cosechados por ellas mismas,
indudablemente estas actividades les conferían independencia económica. Muchas
otras al verse casadas con hombres nefastos y despilfarradotes, decidieron hacerse
cargo de los negocios familiares, incluso hubo quienes heredaron los cargos dejados
por sus maridos, padres o hermanos como cacicas y gobernadoras.

Por su parte los religiosos veían a las mujeres como el reflejo mismo de Eva,
transgresora, seductora, pecadora y causante de la caída del hombre del Paraíso, por
lo que se le debía tener vigilada y controlada.

También los médicos tenían sus propias hipótesis sobre que era el ser mujer,
pues se creía que el cuerpo del varón era perfecto y en consecuencia el de la mujer era
defectuoso e incompleto. Después se pensó que la mujer estaba dominada por sus
órganos sexuales, y que la matriz era lago así como un ser vivo que habitaba en ella, y
que era responsable de todas las enfermedades físicas y psíquicas de ellas, por lo que
la menstruación y el parto se consideraron como enfermedades femeninas.1 La mujer,
ligada a la naturaleza por las menstruaciones, la concepción, el parto, la lactancia y la
menopausia, fue causa de temor al desconocer su anatomía y su temperamento.

1
Claude Thomasset, “La naturaleza de la mujer”, en Georges Duby, Historia de las mujeres, Madrid,
Taurus, 1991, tomo 3, p. 64.
Evelyne Berriot-Salvadore, “El discurso de la medicina y de la ciencia”, en Georges Duby, Historia de las
mujeres, Madrid, Taurus, 1991, tomo 3, p 114.

2
Este contexto cultural rodeaba a las hechiceras novohispanas, con el tuvieron
que lidiar y sobrellevar, por que además de su condición de mujer, su particularidad
como hechiceras, las colocaba como transgresoras del orden social, por lo que eran
sujetas a mayor vigilancia.

Todos estos elementos relacionados con la situación social de la mujer


novohispana se reflejan en caso de doña Catalina Mendoza, era una mujer española
soltera y de amores, que vivió en el puerto de Veracruz allá por el año de 1622 y que
por mal nombre conocían como "la Pilota". Por las declaraciones de Inés de
Bustamante, María de Dueñas y de Theodora María, se puede ver que la Pilota era una
mujer muy poderosa, que sabia de hechizos y conjuros, pero a la vez muy envidiada
por sus mismas detractoras.

Doña Catalina era muy devota del Ánima Sola y había aprendido de una mujer
en España una oración para conjurarla. Esta oración la rezaba en un balcón de su casa
que daba al mar y utilizaba para tal fin un rosario especial, pequeño y de “cuentas
gordas”. La oración consistía en las siguientes palabras:

...Anima sola la mas triste y desdichada que en penas de purgatorio hay


aquella que en los mayores golfos del mar y ansia se vido...

...Anima sola dame y darte e por aquella ansia y agonías que paso en olas y
golfos de la mar (que le otorgara lo que le pide)...la que de mujer e
hijos se quiso apartar y no pudo y la que confesión pedía y
demandaba y no pudo alcanzar...2

La Pilota presumía sus conocimientos con Inés de Bustamante, y se jactaba que


con la dicha oración obtenía todo lo que quería de los hombres y en especial de un
general llamado Fernando de Sosa, con el cual tenia “torpe amistad”, al que conjuraba
todas sus acciones con la oración. En cierta ocasión le pidió un negrillo al general y
este le dijo que se lo buscaría, entonces doña Catalina hizo la oración del Ánima sola y
después de algunos días el general le entregó el negro en presencia de Inés. Otro
ejemplo de la eficacia de esta oración se ve en el caso de Francisco del Castillo,
encomendero, con quien la Pilota también trataba de amores, además éste tenía las
escrituras de la casa donde vivía la mujer, y como se negaba a dárselas, mediante la
oración del Ánima sola, la Pilota consiguió que el encomendero le regresara los
papeles de su vivienda.

Doña Catalina creía que mediante esta oración establecía un lazo de reciprocidad con
el Ánima Sola; ella se imaginaba que esta ánima era una mujer “cierta y buena”, que le
concedía cuanto quería. Para coaccionar al Ánima Sola, la Pilota la forzaba trayédola
en pena, al no ponerle lo que le había prometido en las faldas de la Virgen, hasta que
no se cumplía lo que le pedía. A través de sus creencias se puede ver la fuerza y el
poder que le profería a la palabra, es decir, la exteriorización de un deseo, manifestado

2
AGN, Inquisición, vol. 343, exp. 28, 300-306v.
3
en un conjuro u oración, es capaz de producir un efecto, esto es, su realización. El
conjuro, la maldición y la oración, son palabras dotas de una fuerza mágica que las
convierte en realidades objetivas.3

Además de conocer la oración del Ánima sola, también utilizaba la oración de


San Juan Bautista para ver los navíos o a su hombre ausente, o para saber si se había
de casar. Esta oración la hacia en la noche de San Juan (24 de junio) rompiendo un
huevo en un vaso con agua, y lo dejaba así toda la noche. A la mañana siguiente
interpretaba el mensaje: dependiendo si el huevo amanecía turbio lo tomaba como
mala señal, y si era claro era entendido por ella como buen presagio.

La creencia en San Juan Bautista, estaba muy arraigada dentro de la tradición


española. Esta fiesta está relacionada con una serie de prácticas, ritos y costumbres
precristianas durante el solsticio de verano, la cual se caracterizaba por ser una fiesta
solar, en la que se hacen sobre todo muchos encantamientos de protección contra las
enfermedades. Particularmente el 24 de junio el culto a las aguas tiene su más grande
manifestación, por que por un lado Juan el Bautista esta relacionado con el bautismo
por inmersión, y por otro se creía que en esta fecha las aguas poseen virtudes
especiales, que no tienen el resto del año.4

No podían faltar dentro de los conocimientos misteriosos de la Pilota las


famosas yerbas mágicas que recogía los días viernes en la laguna. Estas yerbas
debían ser arrancadas por la persona que iba a hacer el hechizo, por que en caso
contrario, no tendrían virtud ni efecto. Se creía que quien había de arrancarlas debía de
llevar una cáscara de huevo, y poner dentro tres gotas de zumo de la planta en nombre
del hechizado, y enterrarlo en su puerta. Con este hechizo la Pilota mantenía a raya al
general Fernando Sosa cuando estaba celoso y cuando quería atraerlo de nuevo sólo
iba por la yerba que tenía cualidades contrarias, la cual crecía junto a la otra. De este
modo la presunta hechicera creía manipular los sentimientos y acciones del general
Sosa.

Desafortunadamente en la documentación consultada no se menciona el


nombre de la yerba utilizada para este hechizo, pero se puede deducir que bien podían
ser las famosas yerbas de San Juan, que son la verbena, el helecho, la albahaca, la
valeriana y la ruda, todas ellas relacionas con la magia amorosa, a excepción de la
ruda que se utilizaba como repelente en contra de las brujas, pero todas con la
particularidad de tener un olor penetrante. Estas yerbas de San Juan tienen dos clases
de propiedades mágicas, una para elaborar hechizos y otra contra ellos. Tal es el caso
de la valeriana que es utilizada como planta mágica amorosa empleada para conciliar
voluntades y para estrechar las relaciones entre los amantes.5

3
Gonzalo Aguirre Beltrán, Medicina y magia, México, INI, 1963, (Colección de antropología social) p. 284
4
Julio Caro Baroja, La estación del amor: fiestas populares de mayo a San Juan, España, Taurus, 1979,
(Colección Historia de España), p.156.
5
Ibidem, p 158.
4
Doña Catalina rivalizaba con otra mujer hechicera que se llamaba Juliana de
Morga, la cual competía con ella por la amistad del encomendero Francisco del
Castillo. Inés de Bustamante sabía que Francisco del Castillo había dejado a doña
Catalina por doña Juliana, entonces desafiando los poderes de la Pilota le preguntó por
que no lo atraía de nuevo a su amistad con las yerbas que le había mencionado.
Catalina le respondió que aunque sí estaba en su mano traerlo de nuevo a su amistad,
no planeaba hacerlo por que estaba conciente de los poderes de doña Juliana, ya que
ésta sabia donde crecía la yerba con cualidades contrarias y por consiguiente el
hechizo que ella le hiciera al encomendero no tendría efecto.

Doña Catalina poseía además varios amuletos para atraer a los hombres, como
un hueso engastado en plata, el cual solía traer debajo de la punta de su jubón o del
corpiño, para que ningún hechizo ni bocado de doña Juliana le hiciera daño. También
tenía en la caja de su costura un ''palo de color" que le servia para atraer a los hombres
para lo cual debía pronunciar ciertas palabras.

La Pilota también tenía cierto poder con los perros, pues aún el más bravo se
volvía manso como un cordero en su presencia. Esto se ejemplifica cuando en una
ocasión fue a visitar a Inés de Bustamante para demostrarle como los perros no le
hacían nada, ya que Inés tenía una perra brava recién parida. Catalina entró por los
trascorrales de la casa, entonces al darse cuenta Inés le dijo que esperara a que
agarraran a la perra para que no la mordiese, sin embargo doña Catalina le respondió
que se quitara de su camino y que ella vería que era cierto lo que le decía. Y en efecto
la perra no le ladró, ni la mordió como se esperaba, sino que se echó junto a ella
mansamente.

La Pilota le hizo otra demostración a Inés de su poder con los animales. En


cierta ocasión le pidió que la acompañara a la casa del general Sosa por la noche; Inés
se espantó pues habían de pasar por la casa de Francisco López que tenía unos
perros grandes muy bravos. La Pilota sin embargo le respondió que no se preocupara,
pues ella ya sabía que los perros no le hacían nada. Cuando llegaron a la calle en
donde estaban los perros, los encontraron peleándose, entonces al ver a doña Catalina
inmediatamente callaron y pasaron enfrente de ellos sin que les hicieran nada, y lo
mismo volvió a repetirse en el camino de regreso.

Inés sabia de los amoríos que doña Catalina sostenía con diversos hombres y le
preocupaba que el general la fuera a matar por celos, pero a la Pilota eso le tenía sin
cuidado pues acostumbraba a decir que en cuanto veía aun hombre dispuesto a darle
de puñaladas lo cogía del rostro y con cuatro palabras lo amansaba. Y sucedió que un
día el dichoso general hizo un gran alboroto pelándose en la calle por sospechas que
tenía contra ella, llamó a su casa para reclamarle los amoríos que tenía con otros
hombres, entonces doña Catalina abrió la puerta y en cuanto el hombre celoso la vio se
amansó y sosegó, convirtiéndose en otro hombre.

Con estas demostraciones de poder, todo Veracruz tenía a doña Catalina


Mendoza por hechicera y morisca, pero, a pesar de esa mala fama que tenía, el

5
proceso que se seguía contra ella no pudo llevarse a cabo por falta de pruebas. Por
estas razones no se tienen las declaraciones de ella y no se sabe más de su vida,
solamente nos enteramos de ella a través de las testificaciones de las tres personas
que depusieron contra ella.

La posición social de la Pilota, no era mala, pues gozaba del honorífico de


doña y tenía amoríos con un general y con un encomendero, lo que demuestra que no
sólo las mujeres pobres hacían uso de la hechicería amorosa, sino que también las
más encumbradas la aprovechaban para obtener más poder, no sólo económico, sino
poder y dominio en el plano de lo sobrenatural, lo que les confería cierto estatus sobre
las demás mujeres. Esto probablemente pudo ser la causa por la que el Santo Oficio no
pudo sustentar el proceso contra ella, pues al ser una mujer poderosa que se
relacionaba con generales y encomenderos, supo mover sus influencias para no ser
investigada por la Inquisición, ya que hubo muchos casos de otras mujeres que con
menos evidencia fueron procesadas por hechiceras.

Finalmente se puede afirmar que las practicas mágicas tuvieron un papel


importante dentro de las costumbres y creencias de las mujeres novohispanas, ya que
sirvieron como válvula de escape a las situaciones que a las hechiceras novohispanas
no les gustaban y así por medio de ellas materializaron sus deseos amorosos,
económicos y sociales.

BIBLIOGRAFÍA

AGN, Inquisición, vol. 343, exp. 28.

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antropología social).
ALBERRO, Solange, “Templando destemplanzas: hechiceras veracruzanas ante el
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Mentalidades, Del dicho al hecho… Transgresiones y pautas culturales en la
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ARROM, Silvia Marina, Las mujeres de la ciudad de México 1790-1857, México, Siglo
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