Está en la página 1de 1

Analiza: ¿cuántas veces no has escuchado a la gente decir “¡cómo no se me

ocurrió a mí!”? En general, esto se debe a que se cree que pensar un


negocio es cosa fácil; que sólo basta el ingenio, un planteamiento atractivo
y vistoso con sex appeal único cuando se platica. Sí, eso ayuda. Sin
embargo, las ideas de negocio son como el vino: requieren de una
cuidadosa maduración para lograr la aceptación de los comensales y, por
supuesto, un conocimiento de cómo se moldea el gusto del comensal.

Según los expertos consultados para esta nota, una idea de negocio se
distingue porque aparece planteada como hipó-tesis (“qué tal si…” es la
frase más socorrida en estos casos). Y ésta esboza una posible solución que
impactará la vida de las personas y, a largo plazo, la economía de un sector,
región o país. Pero fundamentalmente, significa que alguien (gobiernos,
empresas, consumidores) estará dispuesto a pagar por ella de modo
consistente y constante. El resto de las ideas pueden tener igualmente un
impacto, aunque no necesariamente lo traducen en dinero para crear más
valor, empleos y mercado de forma recurrente.

En suma, una solución que sí es de negocio consiste en conocer una


situación donde: a) se proyectan ciertas problemá-ticas; b) se reconocen
ciertos elementos, agentes, recursos y soluciones vigentes –así como sus
respectivos impactos– involucrados en una dinámica económica; c) se
diseña un nuevo modo de superar las áreas de oportunidad no cubiertas aún
–por medio de know-how, nuevos canales de distribución o venta, ciencias
aplicadas, innovación en productos o servicios, optimización de procesos o
incluso, dándole la vuelta a toda una industria desde su planteamiento
tradicional–; y d) se monetizan dichas soluciones a favor de sus creadores e
implementadores.

La eficacia de la idea, entendida como producto o servicio que el


emprendedor desea ofrecer al mercado, se caracteriza por tomar en cuenta
tendencias y tecnologías existentes para introducirse en un sector. Como
señala Gabriel Charles, director de Wayra México –aceleradora de negocios
pertenenciente al corporativo Telefónica–, “debemos partir de nosotros
mismos. La solución que pretendemos ofrecer, debe ser congruente con
nuestro estilo de vida y con la manera en la que éste va a incidir en un
mercado concreto”.

También podría gustarte