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Acogiendo esta inquietud, el Sr. Obispo, Mons. Roque Adames, mediante decreto del día
8 de diciembre de 1984, dejó erigida como Parroquia personal, bajo el nombre de “La
Anunciación, la comunidad de la U.C.M.M.
(Sotto il Monte, 1881 - Roma, 1963) Pontífice romano, de nombre Angelo Giuseppe
Roncalli (1958-1963). Era el tercer hijo de los once que tuvieron Giambattista Roncalli y
Mariana Mazzola, campesinos de antiguas raíces católicas, y su infancia transcurrió en una
austera y honorable pobreza. Parece que fue un niño a la vez taciturno y alegre, dado a la soledad
y a la lectura. Cuando reveló sus deseos de convertirse en sacerdote, su padre pensó muy
atinadamente que primero debía estudiar latín con el viejo cura del vecino pueblo de Cervico, y
allí lo envió.
A los once años ingresaba en el seminario de Bérgamo, famoso entonces por la piedad de
los sacerdotes que formaba más que por su brillantez. En esa época comenzaría a escribir su
Diario del alma, que continuó prácticamente sin interrupciones durante toda su vida y que hoy es
un testimonio insustituible y fiel de sus desvelos, sus reflexiones y sus sentimientos.
Fue nombrado nuncio en París por el papa Pío XII, su labor era afrontar problemas tan
espinosos como el derivado del colaboracionismo entre la jerarquía católica francesa y los
regímenes pronazis durante la guerra. Logró superar las dificultades y consolidar firmes lazos de
amistad con una clase política recelosa y esquiva. En 1952, Pío XII le nombró patriarca de
Venecia. Al año siguiente, el presidente de la República Francesa, Vincent Auriol, hizo un
homenaje por su labor. Roncalli era muy reconocido entre los grandes mandatarios de la Iglesia.
Tras la muerte de Pío XII, fue elegido papa en 1958 y adoptó el nombre de Juan XXIII, lo
anterior sorprendió a propios y extraños. Los primeros días de su pontificado, comenzó a
comportarse de una manera poco inusual. Fue un hombre que gozó de la vida, amante de la
buena mesa, de las charlas interminables, de la amistad y de las gentes del pueblo. En su labor
papal, generó un nuevo planteamiento al ecumenismo católico con el Secretariado para la Unidad
de los Cristianos y el acogimiento en Roma de los supremos jerarcas de cuatro Iglesias
protestantes.
Poco antes de su muerte, el 3 de junio de 1963, Juan XXIII convocó un nuevo concilio: el
Concilio Vaticano II. El objetivo era elaborar una nueva Teología de los misterios de Cristo. Del
mundo físico. Del tiempo y las relaciones temporales. De la historia. Del pecado. Del hombre.
Del nacimiento. De los alimentos y la bebida. Del trabajo. De la vista, del oído, del lenguaje, de
las lágrimas y de la risa. De la música y de la danza. De la cultura. De la televisión. Del
matrimonio y de la familia. De los grupos étnicos y del Estado. De la humanidad toda. Fue una
gran labor que logró ser cumplida. Fue legada por sus sucesores. Pablo VI, su sucesor y amigo,
declaró que su labor trascendería. Casi cuatro décadas después, en el año 2000, Juan XXIII fue
beatificado por otro papa carismático, Juan Pablo II; y, el 27 de abril de 2014, ambos fueron
canonizados por el papa Francisco, fue el primer pontífice hispanoamericano de la historia de la
Iglesia.
Encíclica Mater et magistra
Síntesis
Mater et magistra (latín: 'Madre y Maestra') es una carta encíclica del papa Juan XXIII
que fue promulgada el 15 de mayo de 1961. Fue anunciada el día anterior ante miles de personas
en un discurso dirigido "a todos los trabajadores del mundo".
Juan XXIII advierte que la cuestión social tiene una dimensión mundial y que así como
se puede hablar de personas pobres, también se ha de hablar de sectores pobres y naciones
pobres. El desarrollo de la historia muestra cómo las exigencias de la justicia y la equidad atañen
tanto a las relaciones entre trabajadores dependientes y empresarios o dirigentes, como a las
relaciones entre los diferentes sectores económicos, y entre las zonas económicamente más
desarrolladas y las zonas económicamente menos desarrolladas dentro de una misma nación; y,
en el plano mundial, a las relaciones entre países en diverso grado de desarrollo económico-
social. Un problema de fondo es cómo proceder para reducir el desequilibrio entre el sector
agrícola, y el sector de la industria y los servicios; y para que mejore la calidad de vida de la
población agrícola-rural.
Sostiene que la justicia y la equidad exigen que los poderes públicos actúen para que las
desigualdades entre zonas económicamente más desarrolladas y menos desarrolladas sean
eliminadas o disminuidas y en las zonas menos desarrolladas se aseguren los servicios públicos
esenciales.
Juan XXIII sostiene que una economía justa no sólo depende de la abundancia y
distribución de bienes y servicios sino que incluye el papel de la persona humana como sujeto y
objeto del bienestar. Propone la cristianización de la familia, la empresa y la sociedad; la
vocación de la Iglesia y de cada cristiano es superar la excesiva desigualdad entre los distintos
sectores de la sociedad y resistir los procesos económicos y políticos que ponen en peligro la
dignidad humana y la libertad.
La encíclica tuvo una gran aceptación y fue reconocida mundialmente por sus
fundamentos éticos, sociales y cristianos a tal magnitud que el 9 de septiembre de 1962 en la
ciudad de Santiago de los Caballeros, en la Nación caribeña de República Dominicana fue
fundada la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra; primera universidad de carácter
privado del país y cuyos principios fundamentales se inspiran en la encíclica Mater et magistra.