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LA IMAGEN EN EL RITUAL POSTUMO _ FOTOGRAFIAR _LAMUERTE por ANDREA L. CUARTEROLO Nifia mueria. Daguerrotipe de 1859, Argentina. Autor no identiicade, (Co- fecoién MBM Cuarteroio) “El entierro debia efectuarse esa misma tarde al caer ef sol Poco antes vino a casa la chica mayor de Elena a rogarme de parte de su madre que fuera a sacar un retralo al juez. Yo no Pag, 24 * Topo es Historia N° 424 door pp aN -3y napTac ie a aparicion ediados do.nuestio sigto. Li dela época no sent tetipo colgaba en sus he mandaba copiasa farnil 0S y las usaba en rel 0s a prendedores. 1.08 for grafos promotional tratos de difuntos como a ‘ofecian “maquinas Ir tables para retrata muertos en su prop 8 especialidades y ns} enter lograba ‘apartar de mis ojos al individuo dejando caer la mandi bula ¥y filando a perpetuidad la mirada en un costado del techo, para que yo no tuviera dudas de que no podia moverse mas por- que estaba muerto, ¥ he aqui que debia verlo de nuevo, teconside- rarlo, enfocario y revelario en mi camara oscura: solian destacar que los precios por el trasiado a domiciio eran | pintura post mortem muy popular *acomodados" en el siglo XIX, en la que ol difunto - Los fot6grafos prometian a los deudos que sus seres queridos | era representado aun con vida. aaparecerian en la imagen “con la semblanza de vida’, promesaqueen | org contrariamente a lo que | |e mayoria de los casos no podia cumplitse. Helsby ofrecia, ademés, *copiar a la convenioncia det pincel guardando asf perfectamente tas facciones de la vida" Contalllegada de la forogratia en pape}, el negocio de los fotogratos sucedia en estas pinturas, en la fotogratia se translucen los sig- nos de la muerte: la rigidez y {| T° se amolia con ta venta de miitiples copias. E! fotdgrafo argentino | palidez de los rostros, que, porio | ‘Aquilino Fernandez, por ejempio, oftece en 1877 "retratar personas ya general, no pueden ser aculta- ti finadas cobréndose $500 desde 1 a 12 tarjetas". El estudio de Meeks das. En este tipo de fotografias y_ Kelsey, por su parte, publica en 1860 en el diarlo La Tribuna, el los sujetos aparecen generaimen- iquionte avo: "alos que tengan retratos en miniatura de sus amigas | te sentados y con los ojos abier- finados, los pueden hacer copiar, de tamano natural (con of] nuevo | 19s, Los mejores retratos de este sistema". También ofrecen realizar copias de “rettaos viepsaldague- | ting, iagraban preservar a ilusion rrolipo de personas fallecida: A principlos del siglo XX la fotografia de difuntos comienza a ser desplazada por la “fotogratia de cortejo”. Este ultimo tipo de imagenes evitaba el registro del féretro descubierto y se centraba, sobre todo, en de vida otros, on cambio, falla- ban patéticamente. En algunos casos se trataba de realzar la | tas aspectos sociales de la ceremonia. Con la diusién de las casas | ilusién maquillando al difunto, 0 | |) funerarias, que reemplazan al hogar como sede del vetatorio, estos | coloreando luego la copia a servicios empiezan a inclutse como acicionales en el precio del | mano. sepelio, Sin embargo, los fotdgratos continuan trabajando en forma En et segundo caso, los suje- independiente sin que exista ningun tino de contrato con as unerarias. | tos parecon estar dormidos. Es- ||) Este tipo de fotografias tuvo mucha demanda, scbre todo. entve las | jas fotogratias tenlan en el siglo 1) | amilias de inmigrantes, que solian mandarlas como recordatorioa sus | Ix ‘un atractivo sentimental, quo parientes en Europa, 7 # | respondia a la necesidad de mantener, al merios en forma sim- ba precios exorbitantes por un Asi, Ja folo mortuoria fusincor- _bélica, la. presencia del difunto producto deseado con fervor por _porada, primera (en la etapa del en él circule familiar, Alguien que | los familiares del fallecido, Sea daquerrotipo) por las clases al- _duerme, puede despertarse, aun- cual fuere la: razon de su alto tas y medio alas -que ademas, que mas no sea on los suefios y costo, las fotogratias post mor- antes de la aparicién de esta téc- _ fantasias de los que lo sobrevi- fem frecuentemente implicaban nica ya solian encargar pinturas ven. Esta negacién de la muerte un sacrificia econémico, de sus muerios- y luego, con la era producto del gran dolor que: Pag. 26 + Tovo es Historia N° 424 causaba la pérdida de un sor querido. Sentimiento que puede explicarso por el hecho de que la sociedad del siglo XIX transitaba por un periodo confuso, en el que se estaba pasando de un siste- ma familiar numieroso a un sisto- ma familiar reducido. El nuevo sistema constituia una forma de socializacién que creaba depen- dencia: cada miembro resultaba itremplazable a 10s ojos do los demas. En este tipo de grupo social fa negacién do la muerte era un hecho ci Pero las forogratias que retra- tan al difunto como vivo, o como dormido, no representan a ia mayor parte de la preduccién fo- togratica de la época. Por lo ge neral se evilaba la metafora y simplemente se reflejaban fas cir- mprensible. cunstancias seales. En la prime- ra mitad del siglo: XIX, la familia era la que se encargaba de todos los preparatives y los arregios, siendo el cajon y la exhibicion dei muerto de una extrema sencillez Hacia finales de siglo, aste rol habia side asumido por empre- sas funerarias, y por lo tanto, tos arreglos, el cajén (ahora conver- tdo en atadd) y la presentacion wEBDa. EL ULTIMO RETRATO DE SARMIENTO | La prdctica de fa fotografia mortuoria no Tue ajana | ales personajes publicos, Personalidades de la talla de Abraham Lincoln, Marcel Proust, Victor Hugo 0 Auguste Rodin fueron fotogratiadas después del vl mo suspiro. En nuestfo pais, el ejemplo mas signifi | tivo es quizas el de ta céiebre fotografia de Dorningo F. | Sarmiento, tomada por Manuel San Marlin en Aguncié del Paraguay, el 11 de setiemaro de 1888. Sogtin o | diario La Nacion del 16 de septiembre de ese afo, el précer murié en su cama hacia les 2 de la madrugada, Sus familiares resolvieron entonees realizar un retralc péslumo. Sin embargo, las condiciones insuficiantes de luz hacian imposible que la foto fuera tomada a esa hora, por lo que tue indispensable esperar hasia la mafiana siguiente, La tarea le fue confiada al espafiol Manuel San Martin, que. dirigia, por enionces, el mejor estudio fotogratico de Asuncién. No se sabe con certeza de ‘quién Tuc fa idea de trasiadar el cuerpo de Sarmiento a su sill6n de lectura, pero ésta fue, sin éuda, una decision conciente y premeditada que pretendia cons- truir para la posteridad la imagen de un hombre dedi- ccado hasta ol ilimo minuto de su vida @ trabajar por su patria, Algunos hisioriadores afirman que San Martin tomé pprimero una foto del procer en su cama, pero Io clerto es que esta imagen nunca se ha encontrado, Siempre se orey6 en fa existencia do esta fotogratia | porque algunos relatos sobre los climos dias de Sar- micnto dicen que Martin Garcia Merou -ministro Pleni- | potenciario en el Paraguay que habla. asistide a Sar- iento en sus horas finales", trajo a Buenos Aires dos imagones mortugrias del précer, Se llegé a pensar entances que una de las imagenes era ls de! sanjuanino enelsillon y ld otra en su lecho, Pero lo cierto e8 que no existe una sino das fotogratias del senjuanino foma- das en su sillade lectura y es posible que éstas sean las | | dos fotos a las que s@ refleren las crdnicas. Ambas imagones son bastante parecidas, pero oxisten algu- nas diferencias. La orimera fue tomada a las. diez | menos cuanto de le mafiana, seguin marca el reio}sobre la mesa de trabajo, mientras que ia segunda parece haber sido sacada unos cinca minutos después. El Angulo de camara es igual en ambas fotogralias, pero algunos muebles han sido corridos de lugar. Quizas ia diferencia mas curiosa es que rientias en.una de la imagenes Sarmiento aparece con una panialla en su mano derecha, en la otra, la misma ha sido totalmente escondida bajo la manta que cubre sus piernas. Sor- prende en ambas fotogratias ol absoluto desinterés por disimular la crucieza de la. escena. Por ejemplo, la escupidera, un objeto de uso intime, poco apropiado para una imagen tan solemne, no ha sido ocultada sino Ubicada casi en primer plano. {ES 2casc la imagen de Sarmiento muertoen susila, de trabajo la primera fotogralle post-mortem que la prensa argentina se atrevid a publicar? E! retrato péstu: ‘mo tomado por San Martin fue trasiadado al grabado y ‘aparecid en la tapa del perisdico quincenal £7 Sudame. ricanoel § de octubre de 1888, catorce dias después de celebradas ias exequias. Atlas después, en septiembre: de 1899, la revista Caras y Cayetas\oivié a publicar esa imagen con motive de conmemorarse ol undécimo aniversario de su faliocimionta y en homenaje 4 su memoria, Para ese entonces la leyenda que sostiene que Sarmiento murié trabajando por su pais ya habia sido legitimada por la historia, * Ver en Todo es Historia N° 403 “EI wltino solar det estadista sanjuanino’, por Liana M. Brezzo. el cuerpo se volvieron conside- rablemente més elaboracos, Variadas que las mas tardias, Por lo. general, el fotégrafo llegaba lue- go de que el cifunto habia sido vestido y preparado. E1 cuerpo, por ejemplo, podia ser fotagratia- car al difunto y elegir la pose. Con Las tempranas fotogratias mor- do fuera dol caién, cosa que des- tuorias son temdticamente mas — pués rara vez sucederia. Ademas, antes de que la funeraria dirigiera los procedimientos, el foldgrafe ese momento, las imagenes post tenia una relativa libertad piara ubi- el correr del tiempo, el fotégrafo 3616 se limitara a documentar el trabajo de la funeraria. A partir de mortem, al igual que tos preparat- : Dn. SECRETOS DEL OFICIO | Noexisten en nuestro pafs cronicas que nos permi- tan reconsiruir cémo trabajaban los fotdgrafos del siglo XIX en @sio controvertide genero. La fotografia de difuntos traia aparejados multiples inconvenientes da caracter técnica, que muchas veces los protesionales debian sortear en condiciones dificles de espacio y principalmente de luz. Sin embargo, existen tempra- ros tostimonios de arlistas estadcunidenses que dan tuna idea de céme se tomaban este tipo de retratos, sobre todo on la etapa de! daguerratipo. En marzo de 1855, ef fotégrafo neoyorquino Nathan G, Burgess, socio de Charles D. Fredricks hacia 1851, publics en The Photographic and Fine-Art Journal un artioulo lituiado “Tomar retratos después de la muerte’, en el || que relataba a sus lectores sus particulares experien- ias. Segin Burgess, el unico objeto de una imagen mortuorla era el de servir como bosqueja para asistr al aniista en la creacion de una pintura del difunto. Para ello, aconsojaba trasladar el equipo a la casa del muerto, levando por io menos 8 610 placas limpias y listas para ser emulsionadas. Recomendaba ubicar el adver cerca de una ventana, evitando la exposicién directa a los rayos solares y ullizar una frazada comin, sostenida por dos asistentes, camo tnico fondo. En caso de ser necesario sugeria usar una sabana come reflector y mover la mesa o la cama en [a que se encontraba el cuerpo, de tal manera que la cara ‘quedara iluminada, Si 6! difunio se encontraba ya en el cajén, los resullados no serian, segin Burgess, tan promatedo- res, En ese caso deberia tenerse especial cuidado on que éste no aparaciera en la foto, cubriendo sus bordes con alguna tela de coior, para evitar que se viera, En la opi ign det fotégrato, la imagen resul- tante no podria ocultar nunca la somnbra de la muerte, por lo que recomendaba folograllar a los se- eS amadis en vida. Por su parte, el gran maestro ‘bostoniano Albert Southworth, au: tor de algunos de tos mas belios daguerrotipas que se conocen, pu- biligitaba en 1848 las imagenes post mortem de su estudio con la si- Pg. 28 * Topo es Historia N° 424 uiente frase: “Nos preocupamos mucho por reslizar miniaturas de difuntos que sean salisfactorias y agra- dables y son a menudo tan naturales que incluso a los artistas Jes parece que so trata de imagenes de gente dormida’. En un panel de discusion sobre fotografia realizado en los Estados Unidos en 1873, Southworth relal6 ante sus colagas su forma de abordar el retrato past mortem. En primer lugar, recomendaba recostar al difunto en un sofa, on una posicién natural, como si durmiera, Para oste artista ora fundamental el cuidado esiético de la eacona. Ademas do oxtonderse en los més escabrosos delalles sobre cémo limpiar los cuer pos para gue lucieran lomas agradable posible, ofrecia ingeniosos trucos para mejorar calidad de los retratos, Por ejemplo, sugeria tomar at sujato desde arriba, con el auxilio de un espojo, En os testirmonios cle estos dos fotdgratos podemos: evidenciar ‘dos posturas antagonicas. Mientras Bur- gess consideraba a estas fologralias como simples regiatros quo sorvian s6lo como ayuda para que ei pintor pudiera realizar a verdadera imagen recordato- fia del difunto, Southworth daba 2 sus retratos post ‘mortem el asiatus de arte y la extraordinaria calidad de Jos daguerrotipos de su estudio son una prueba de ello, Lo més parecido a una de estas ordnicas que lenemos en nuestro pais es el cuento de Horacio Quiroga *La cémara oscura’, reproducido en parte en este articulo. Contado intagramente en primera perso- ra, describe la desagradable experiencia de un fotd- grafo do provincia cuando se ve en ol compromise de realizar una fotografia post mortermal juez de paz de su pueblo. Quiroga fue, ademas de escritor, un fotdgrato enlusiasta, Su relalo, aunque ficcional, revela un verda~ dero | conocimiento acerca de c6mo $8 lo- maban, en aquelia 6po- ca, aste tipo de setra: tos. Nina muorta, Estados Uniaos. Sotworth & Hawes. Daguerrotioo de placa completa. (George Eastman House). = ‘cuerpo, mas propia de las sacie- daces tracicionales? Esto puede deberse @ una serie de facto- S.- res, algunos propios unica , mente de este perfodo de la ge "\,_ historia, conocido come ro- manticismo. En los siglos anterio- res, la muerte, al igual que la vida. er@ un asun- | to que involucraba a | toda fa comunidad, y || los sentimientos y ef do- if lor que ella provacaba eran compartidos por todos sus miembros. En cambio, en el siglo. XIX esta siluacion, ya habla cambiado, y el. pesar que causaba la muerte de un ser querido se concentraba solamente en la, familia. Fue con la crisis iluminista cuando vos del funeral, seguirn una rutin pre-establecida, En las primeras fotogratias de ifuntos la camara se ubicaba casi siempre al mismo nivel que el sujelo y siempre se daba especial énfasis al rostro, El resultado era elf entrentamiento directo fj con el cuerpo dot difun- to.Enlas fotogratiastar- dias, en cambio, ésta confrontacién era miti- | gada por el uso de fio- | res, a veces atalexire- | mo, que se hacia dificil distinguir el cuerpo. \ Mas tarde, las fotogra- fas moruorias fueron re- emplazadas por las del se-‘Y polio: el cortejo, la sepultura y la Idpida como titimo recuer- do, Esta fue la ultima concesién que nuestra cultura otorgé al re- surgid Ia veneracién de 10s des- cordatorio do! finado, Con e' tiem- pojos y el cullo a tas sepulturas. Po, esta préctica también fue Homenaje pdstumorenaidoporfos Asi $@ impuso la-forma moderna. abandonada, porque en nuestra amigos de! teniente Fetani, muerto de la iconografia y el arte funerax sociedad resulta inconcebible ¢/30 de mayo de 1853. (Coleccion . tio, entre los cuales !a fotografia cualquier recuerdo de la muerte, Juan Isidro Quesada). dei difunto fue ef producto mas asi sea simplemente de la re- perfecto, La naturalidad con la union familiar. implica ta ruptura del sujeto con que se aceptabala fotogratia,post la comunidad, con el cosmos y mortem, se enmarca dentro de consigo mismo. “Aparecen, por esta atmésfera romantica de exal- EL CUERPO EN LA lo tanto, dos visiones del cuer- tacién de! muerto amado. FOTOGRAFIA MORTUORIA po opuestas: una lo desprecia, —_Debemos. tener. en cuenta, se distancia de ély lo caracte- también, que, aunque fa Iglesia David Le Breton* dice que _riza como algo de materia dife- habia perdido su influencia ‘so- “cada sociedad esboza, en el rente al hombre que encama; bre muchos aspecios de la so- interior de su visién del mundo, — se trata entonces de poseer un ciedad, todavia seguia teniendo tun saber sobre el cuerpo”. Asi, cuerpo; laciramantienelaiden- gran peso cuando debia entren- nos explica que en las socieda-_tidad de sustancia entre el hom- _tarse el tema de la muerte. Para la des tradicionales, en las que bre y el Cuerpo; se trata enton- iradicién biblica “el hombre es un todavia no se habia desarrolla- ces, de ser el cuerpo" cuerpo y el cuerpo no es nunca do el individualismo, el cuerpo —_Teniendo en cuenta las afir- algo diferente de I mismo" y es no se distinguia de la persona, y _maciones de Le Breton, podria- por eso que conservar la imagen el hombre se confundia con el ros docir que en la practica de de! cuerpo es, de alguna mane- ‘cosmos, la naturaleza, la comu- la fotografia mortuoria observa ra, conservar al hombre. Asi, la nidad. “Con el ascenso del indi-- mos la segunda de estas visio- fotografia moriuoria funcionaba vidualismo como estructura so- nes, ya que lo que el deudo elige como un “objeto iransicional”’, cial y la emergencia de un pen- . para conservat como recuerdo un objeto mediador que peri samiento racional positive y lai del ser querido es una imagen tener el cuerpo del otro, de! ser co sobre la naturaleza’, se dio de su cuerpo. Pero Zpor qué la amado y era el medio mas per: paso a una nueva concepeién sociedad de la época conserva-_fecio para representar ese cuer- del cuerpo. El cuerpo moderno _ba ante la muerte esta visién del po que se queria poser « Por otra parte, el romanticis- mo, perlodo durante el cual logro plene apogeo la fotografia mor- tuoria, era una corriente artistica que estaba muy infiuenciaca por la tradicién medieval y por io ian- to por fas ideas de! cristianismo, El memento mori® era una ima- gen que servia en la Edad Media como recordatorio de la muerte, El propésito de estas representa- clones era recordar al especta- dor que el fin era una parte inevi- table de la vida y algo para lo que siempre habia que estar prep fade. El memento mori es una prueba de que la muerte era un evento no solo mas frecuente, sino también mas familiar para la sociedad medieval. Los temas macabros aparecen aproximada- mente al mismo tiempo, tanto en la literatura como en la iconagra- fia, Tenionde en cuenta que el romanticismo trae una nostalgia or los temas medievales, no se- ria-extrafio que la iconogratia de la‘Edad Media haya tenido cierta influencia en el arte romantico, De hecho, la pintura mortuoria, antecedente de la fotografia past mortem, goz6 do una creciente popularidad a principios del si- glo XIX. a pesar de que tenfa una gran tyadicion histérica que se remontaba al renacimiento. Sin embargo, el hecho de que en la prdctica de la fotografia mortuoria se evidencie una vision del cuerpo mas propia de las sociedades tradicionales, no sig nifica. que para ese momento el individualismo no estuviera ple- namente desarroliado. La foto- gratia es uno de los productos mas perfectos del individualis- mo; en el que la preooupacion por el rostro se vuelve cada vez mas importante. El rostro es la parte del cuerpo mas individuali- zada y singular y un elemento ‘esencial de la fotografia mortuo- Tia, ya que era lo que daba iden- tidad a la persona. Contrariamen- Pg. 30 + Tono es Hisrorta N° 424 ANTES DEL FIN Ademas de las fotografias de difuntos existen otro tipo de imagenes dentro de la iconogratia mortuoria: las folografias de enfermos 0 pre ‘mortem. Estas imagenes son casi sietnpre estéticamente iguales: | tenfermo yace en su cama, soio 0 acompanado por uno o mas familiares ¥/Su rosiro refieja siempre resignacién por la muerte proxima, Aunque ya los primeros daguerrotipistas anunciaban entre sus servicios la fotografia a domicilio de entermos y pese a existen algunas ejemplos de daguerrotipos pre mortem, la mayoria de las imagenes de este tipo son mas bien tardias, por lo general posteriores a 1910, Esto puede explicarse por el hecho de que, despues de esa fecha, comienza a surgir lo que Philippe Aris llama “el interdicto da la muerte". Las fotagrafias mortuorias se hacen menos frecuentes, sobre todo entrs las clases cultas urbanas. Ante la necesidad de un recorda. torio éstas prefieren, por lo general, un registro del ser amado con vida, aunque més no sea tomado antes del ditimo suspiro, Quizas la imagen pre mortem mas célebte sea la que muestra, en 1908, al geneva Bartolomé Mire en agonia, Es una fotogratia bastante retocada donde 28314 solo, en su cama, poco antes de su muerle. Fue publicacia por Caras y Careiase) 27 de enero de ese afio, con crédito de La Nacién, por lo Que se supone fue tomada por un reportero de ose diario. Los jatnpios de este genero son bastante escasos, quizds porque la muorte ora imprevista y no daba al enformo tiompo de fotogratiarse, © porque se posponia el reltalo con la esperanza de una pronia reouperacién. La presencia del fotdgrafo, en estos casos, era casi como Ia del sacerdole que acudia para adminisirar los Ullimos sacra- ‘mentos. Una sefial segura de que el final estaba cerca. Una escena previa a la muerte en Gaiman, Chubut La senora Marla Jones con. valesciente, 1adeada por su espose Coyras Evans, su hermana Mary, Elena’ Jo nes y ef hijo mayor de a enierma, EF fotégrato tus Henty Edward Bowman. (De! tera Henry. Bonrnan, Fotografias, oe Sterla Maris Dodd, 1985). te a lo que ocurre en las repre- sentaciones médicas, en las que el hombre anatomizado no es considerado un hombre sino un espécimen de la raza humana, la fotogratia de difuntos servia para recordar a un individuo. La foto- gratia mortuoria intentaria, des- de un principio, diferenciarse de este tipo de imagenes. Trataria en lo posible de mostrar perso- nas y no cuerpos y I logrard, enfatizando su condicién de indi viduo con identidad propia, Para lio, al artista y los doudos toma- ban una serie de medidas facit- mente observables. en las foto- grafias de la época: en primer lugar se ponia énfasis on el ros- tro, que es la parte del cuerpo més individualizada y singular. Ei fotégrafo tomaba toda clase de far ter Ho so tos mt es jet im jug or nz cor ob) un do: est fot un. pel tog medidas para destacario y eran frecuentes, en este tipo de foto- grattas, los retratos, Se usaba, también en ocasiones, el maqui- llaje para dar a los rostros una ilusi6n de vida. Hay relatos de fotdaratos que desoriben con qué sustancias se debian pintar los labios y e6mo retratar el rostro para disimular la expresion ca- davérica, demostrando fa gran atenicién que se le prestaba a la cara de! difunto. También se in- cluian en las fotos, especialmen- te de nifios, a los progenitores. 0 parientes, como una manera de dotar al difunto de identidad. E! album de fotos daba cuenta de la historia familiar al hitvanar a ios individuos y los grupos valiéndo- se de su participacién en los gran- des acontecimientos, La edad del progenitar o hermano que acom- paflaba al “angelito” era el hito temporal que. permitia ubicarlo en esa historia. Ademés, estas fotografias tenian la funcisn de reforzar la imegracién del grupo familiar, al expresar tanto su exis tencia como.su unidad en aque- llos momentos claves de fa vida social de una familia: nacimien- tos, casamientos y muertes. Era también una practica co- main fotografiar a los difuntos, en especial a los nifios, con sus ob- jetos favoritos o en su propio ho- gar. Hay una gran cantidad de imagenes de chicos junto a sus juguetes o en su propio cuarto, En algunas ocasiones se foto- grafiaba at ifunto con la vesti- menta 0 uniforme que lo caracte- fizaba, Por ejemplo, se han en. contrado imagenes de monjas y obispos, de militares, © incluso una de un pistolero, fologratia- dos con sus atuendos tipicos. De esta manera vernos cémo en la fotografia mortuoria no habia atin una separacién del cuerpo y la persona, como sucedia en la fo- togratia médica de la época. En la muerte privada el cuerpo no era considerado un resto. Sin em- argo; el individualismo, que'es lo que lleva al dualismo contem- pordneo, estaba ya plenamente desarrollado: como: la. demues- tran las imagenes antes mencio- nadas. IMAGENES PARA PERMANE- CER CON EL CUERPO AMADO Laliconogratia montuorianno se arigind con el daguerrotipo. Y aunque la fotogratia post mortem establécié répidamente sus pro- pias convenciones, la: mejor ex- plicacién para su origen es la adopcion de una tradicién més antigua. Las pinturas mortuorias tienen una larga historia y fueron bastante populares durante la primera mitad del siglo XIX. ‘Aunque algunas pinturas eran realizadas de memoria oa partir de bosquejos previos (a veces efectuados durante los ultimos dias de vida del retratado, antici- pando la necesidad de un recor- datorio), la gran mayorla de ellas se realizaba usando como mo- delo al muerto, al igual que la foiogratta, Pero en estas pinturas 1 difunto era representado, por lo general, como si estuviera vivo, idealizéndolo al omitir cualquier sefial de la muerte que pudiera evidenciarse en su cuerpo. La Unica indicacién de que el sujeto eslaba muerte la proporcionaba la presencia de simbolos cocifi- cados, reconocibles para cual- quier espectador del sigio XIX. Una rosa sostenida hacia abajo, ©.con.un tallo muy corto indicaba una muerte joven, un barco en aguas calms, una muerte tran- quila y en aguas agitadas, una muerte tormentosa. Era también frecuente incluir un reloj seftaian- do la hora del fallecimiento. Otros simbolos més obvios eran, por ejemplo, tumbas o sauces lloro- nes Mujer difunta sostenicla por su hij. rca 1870, Argentina, (Coleccién MAM Cuarteroto) oven macke con su bebé muito, Argentina, septiembre de 1878; fote- grato Freitas y Castifo. (Coleccion Wicomb de! Archivo General de fa Nacién). “Velatorio do un ctfunto, fotogratia de Femande Pailel, 1910. (Gentileza de Luis Priamo) En|la fotogratia, en cambio, no son necesatios ninguno de estos signes. El cuetpo del difunto es tun inevitable signo de muerte, ya que {a foto captura la realidad fisica cle la muerte. Coma se men- cicnd anteriormente, la sociedad del. siglo XIX sentimentalizaba y privilegiaba el momento dé la muerte, considérado como dulce y pacifico ya que se dejaban atras las preocupaciones mundanas y las dificultades: terrenales para ingresar al Reino de Dios. Una fotografia realista, tomada inme- diatamente después del momen- to de defuncién, podia capturar esta entrada triunfal al cielo. La pintura poola retratar alegremen teal difunto con vida, pete para la sociedad decimondnica, la foto- gratia, al mostrar el momento mis- mo de la muerte, lograba repre- sentar més periectamente la esencia de esa persona, La foto gratia mortuoria se convierte ast en “la imagen viva de una cosa muerta’."® Tanto una pintura como una fotogratia mortuoria funcionaban como un objeto transicional, es decir, un objeto mediador que pemmitia tener el cuerpo del otro, del ser amado; Ese deseo de posesion corporal. se transferia | 67161 deseo posesivo de fos obje- tos" £ra la voluntad de tener al muerto.lo que promovia y vendla este tipo de imagenes. Philippe ‘Aries: dice que “la posesién sim bolica del oito tiende a canalizar Ips flujos sentimentales, valora la referencia organica, y modifica las condiciones psicolégicas de la. ausencia. La imagen de los difuntos atenda la angustia de su pérdida y contribuye a descar- gare! remordirniento causado por sul desaparicion”!2. Pero ia foto- gratia fograba algo que la pintura Pag. 32 + Topo rs Hisroria N° 424 no podla aleanzar: representar en forma idéntica al ser querido, No debemos olvidar que en aqui lla época, la fotogratia post mor- tom era trecuentemente la Unica foto que se tenia del difunto, so- bre todo si se trataba de un nifio. Lanovedad del invento hacia que la gente encontrara en las repre- sentaciones folograticas un c racter magico, ya que eran *es- ojos con memoria” y a ta vez testigos fieles @ inalterables de la imagen det ser amado. LAS RELIQUIAS Y LA FOTOGRAFIA DE ANGELITOS Las imagenes de muerte siem- pre han ganerado gran fascina- cién, como lo prueba la impor- tancia que se le ha dado, ya des- de la Edad Media, al Santo Suda- tio © velo de Verdnica, Segtn la Iglesia Catdlica, la gloria de Ia resurreccién habria generado Una luz tan intensa que dejé la impronta del cuerpo de desis en ellienzo, De esta manera, el San- to Sudario puede ser considera- do, can su "impresién en nagat- vo", con su efecto cautivante de realismma, con su valor de reliquia, ‘como una especie de prototipa de la fotografia. Es una imagen obtenida por impregnacion direc- ta del modelo sobre el soporte, sin ninguna intervencion de la mano en la aparicién de la repre- sentacién, Ast el Sudario es con- siderado por la Iglesia Catdli- ca como la mayor y més sublime reliquia de la cristiandad porque funciona como una metonimia de Jestis, y por ende de Dios. ‘Lo mismo sucede con la foto- grafia mortuoria. Este tine de ima. genes, al igual que las reliquias, nno eran adoradas por si mismas, sino porque representaban me- tonimicamente al ser amado. Po- demos decir, entonces, que es- tas imagenes tenfan para sus contemporanecs lo que Walter Benjamin denomina ‘valor cul tuai” (de cuito). EI autor afirma que en la fotogratia el valor exhi- bitivo ha despiazado al valor cul- tual, pero este no cede sin resis- tencia sino que ocupa una ultima trinchera en el rostro humano. Soguin Benjamin “ol valor cultual de la imagen tiene su titimo refu- gio en ei culto al recuerdo do los seres queridos, lejanos o desapa- recidos. En las primeras fotogra- fias vibra por vez postrera el aura en la expresién fugaz de una cara humana"®. Esta afirmacién se acentua aun mas si tenemos en cuenta quo los primeros procesos fot bra ob cas pay cof fot pin co al it te fotograficos (daguerrotipos, am- brotipos y ferrotipos) no permitian obtener mas que imégenes tin+ cas, Sélo a partir de la irupcion del papet fue posible realizar mitiples copias do una fotografia Este cardoter de reliquia de la fotografia mortuoria se acracien- ta aun mas en la fotografia de niflos 0 “angelitos". De acuerdo con el dogma catdlico, los nifios bautizados mueren sin pecado y por ello se van directamente al cielo para convertirse. en ange les, sin pasar por el Purgatorio. De ahi que la muerte de un ange- ito, a pesar del dolor personal de Jos padres, fuera una ocasion de regocijo. El ritual funerario infantil tiene sus orgenes en el catoliis mo espafiol y @8 por ello que en conlramos en la América hispana muchos elementos de este anti quo ritual, como por ejemplo vestir al nino de blanco (signo de pure- za) © colocar una palma en su atatid (denotando su virginidad). Elritual det velatorio det ange- 10, aunque con algunas varlan- tes segéin el paso la regién, tenia basicamente la misma forma en toda la América hispanica. El nifio era vestido de blanco y llevado de casa en casa. Alojario era un privilegio porque su. presencia bendecia las casas y protegia a sus habitantés. En este tipo de funerales, ia fotografia mortuoria s@ integré at ritual como uno més de sus elementos, Luego la foto era colocada en un altar domés- tica y se le hacian ofrendas, tat como si fuera una de las retiquias antes mencionadas. En estos paises, la fotogratia del angelito, ademas de ser un objeto.trans- cional que servia a los padres para acercarse al cuerpo del hijo perdido, uncionaba también ‘como un refuerzo del vinculo can Dios. Hoy, con la inclusion de estas imagenes en los museos, el valor de exhibicién ha desplazado al valor culttial. Segtin Roland Bar- thes la laicizacion de te sociedad moderna se produce. cuando 1a fotogratia comienze a captar “una muerte asimbdlica, al margen de la religion, al margen de lo ri tual’. “CONSERVAR” EL CUERPO John Berger dice que." qué sabemas 0 lo que cresmos afecta el inode en que vemos las. co- sas".!° Toniendo en cuenta ésta idea podemos concluir que el rechazo actual por la practica de lade la fotografia mortuoria po- otf deberse a que el modo de ver el cuerpo en ia actualidad es ‘opuesio al del periodo romanti- 0, ‘A pesar de que.a partir dol siglo XIX se acentua y difunde plenamente el sentimiento de ia Identidad individual, en ciertas practicas sociales, como la de: la s. LA PERDIDA DEL AURA Este ano, of prestigioso’ Museo de Oreay’ de Paris organizé una exhibicion dedicada exclusivamente a 'a lconogratia moftucria,titula- da “El titimo retrato’. Aunque en el pasado se habjan realizado muestras de esta tipo en universidades o pequefias galerias de Europa 0 Estados Unidos, esta 6s ia primera vez que se conereta una exposi cin de esta envergadura. La muestra propone un recorrido cronologi Co que incluye unas doscientas piezas entre masceras funerarias, pinturas, dibujos, grabados y fotografias. Esto da cuenta de un hecho interesante: la fotografia no fue el primero sina el citimo medio an integrarse a una iconografla mortuorla que tena ya una larga tracicién. La curadora do la muestra, Emanuelle Heron, seleccioné tanto image- nes privacas como de personajes ilustres, desde las méscaras mortuo- rias de Napoiéon, Beathaven o Goethe hasta la famosa fotografia de \Vieior Hugo en su lecho de muerte tomada por Félix Nadar o la de Marcel Proust realizada por Man Ray. La mayoria de las fotogratias tempranas de fa muestra pertenacen at coleccionista norteamericano Stanley Bums. Su acervo, de casi cuatro mil piezas, constituye sin duda la mas importante colegcién de imagenes mortuorias en el mundo. Las folografias mas impactantes de este archivo se encuentran reproducidas en ol ibro de Bumns, Sleeping Beauty, que ya eo ha convertido an un cisico det genera y par cuya primera edicién se pagan precios de hasta 450 délares. Con motivo de esta exposicién, Bums publicé un segundo valumen de su abra, que incluye ademas imagenes mortuories de olras culturas, sobre todo europeas, ‘Aunque ain hoy se siquen realizande fotogratias post mortem de personajes piblicos, la exhibicién llega Gnicamente hasta la decada | de 1950, quizas en un intento de imooner una distancia considerable y hacerla mas “potable” para el gusto contemporéneo. De hecho, la oto mortuoria mas famosa tomada recientemente en Francia esta significativamente ausente de la muestra. Se trata de la foto del ex presidente, Frangois Mitterrand, tomada en su lecha de muerte. La publicacién de esta imagen en|a revista Paris Match, en enero de 1996, fue motivo de grandes polémicas sobre el derecho a la intimidad, motive por el cual la foto finalmente desapareci6 de los medios. La practica de la fotogratia mortuoria ya no tiene cabida on nuestra | sociedad, al menos en lo que respecia a la estera privada. Hoy, estas | imagenes se han convertido en ohjetos museables y su valor cultual original ha sido itrevocablemente desplazaio por lo gue Walter Benja- min denomina valor exhibitivo. j “Uma postal de autor no identiicado re ‘rata la tumba de Angela Spanuolo de Navatta, en 1930, Argentina, (Coleccion M&M Cuarteroio). fotografia mortuo- ria, se evidencia una vision del cuer- po mas propia de lassociedades tra- dicionales. Lo que ésta practica per- mitia era la conser vacion de la imagen de un cuer- po, pero no de cuaiquier cuerpo, sino de aquél del ser querido. Funcionaba ast como un objeto transicional, que permitia posser, simbdlicamente, ese cuerpo.ama- do que habia partido, En la actualidad esta préctica ya.no tiene cabida, ya que con- Cebimos al cuerpo como separa- do dei hombre. El cuerpo del di- funto es s6lo un resto, ya no es la persona. Atesoramos las image nes en las que nuestros seres queridos aparécen vivos, pero la fotografia de un cadaver ya no sigrificaria nada para nosotros, serfa la foto de un cuerpo y no de la persona amada, Las imagenes mortuorias res- pondian a un impulso propio de su época. Este impulso puede describirse como un deseo 10 mantico y sentimental de sobre- ponerse a la separacion perma- nente de alguien amaco. En la actualidad, esto se logra tratan- do de olvidar, de seguir vivion- ‘do lo mas normaimente posible. En el siglo XIX, en cambio, la separacién sdlo podia afrontar- se a través del recuerdo, rete- hniendo ta presencia del ser que- rido por cualquier medio. La imagen, espociaimente Ja foi Pég.i34 * Topo rs Historia N° 424 gratia, fue el medio mas efecti- vo y emocionalmente satisfac- torio para lograrlo.@ NOTAS 1. Aviso publica dl otagrato ale rman dato Alexander que two su estudio enlaCalle delas Artee37, onBuenos Aires, hacia 1860. 2, Prawn us, «Sabre ls fotografia de lluniose en Fevste Fotomunce, 1960, pg. 6 2, Prise Lu, op ct, 98g. 65. 4, Ruy, Sacure the shacow. Death and Phorogrephy in America, Cambyidae, MIT Press, 1996. 5, Le Breton Davo, Antropotogla dot ouerpe y modamiaid, Buenos Aires, Edi clones Nueva Vision, 1995, 6. Le Bnevow Daw, op clk 7-LaPerne A. v8, Avcourun, Cuerpo @ inconsciente an educacién ¥ terapla, Barcelona, EditcialCientfico Medica, sd 8. Ants Pause, Evhobreantelamuer- 1, Buenes Aires, Taurus, 1999. 9 Bo.roeu Pere, Phatogranty. Alfie bon Art Cambridge, Pity ress, 1980. 10. 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