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Historia de la Edad Media

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Trabajo Práctico Nº 4
Jean Flori

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES

ESCUELA DE HISTORIA La Guerra Santa

CÁTEDRA
La formación de la idea de cruzada en el Occidente cristiano
HISTORIA DE LA EDAD MEDIA

Traducción: Gustavo Giordano y Gustavo Santillán


Título original: La Guerre Sainte. La formation de l`idée de croisade
dans l`Occident chrétien, París, Aubier, 2001.
La Guerra Santa Jean Flori La Guerra Santa Jean Flori

armada; es también, y quizás, ante todo, una “guerra santa”, mejor


dicho una guerra sacralizada, ya que el concepto mismo de guerra
santa parece inadmisible para nuestra época. Esta noción que
Introducción nuestras sociedades occidentales laicizadas rechazan hoy con horror
impregnó profundamente, con modalidades diversa, las mentalidades
La llamada del papa Urbano II en Clermont (1095) abre una nueva de los hombres de la Edad Media, tanto cristianos como
era, la de las Cruzadas. De esta manera, a lo largo de la Edad Media, musulmanes.
la idea de cruzada va a permanecer presente en los espíritus y Por otra parte, subsisten todavía, en nuestros días, trazos
enmarcar las mentalidades de los cristianos de Occidente, profundos, indelebles, y sus residuos, brazas aún ardientes,
introduciendo la vital cuestión de los “lugares santos” de Jerusalén, insufladas por políticos oportunistas y fanáticos integristas.
todavía hoy de actualidad, con su carga de odio y sangre. La Cruzada no nace, pues, ex nihilo. Tiene una prehistoria que
En Clermont, a diferencia de hoy, Urbano II innova. Por primera este libro busca esclarecer, explorando principalmente esos siglos
vez un papa se dirige directamente a los cristianos de occidente para que se dicen, a menudo, oscuros, los siglos X y XI. Es en este
incitarlos, en nombre de su fe y por el perdón de sus pecados, a período, en efecto, que se efectúa en Occidente, por vías diversas
liberar, a riesgo de perder su vida, el Santo Sepulcro, tumba de que intentaremos dilucidar, la progresiva sacralización de la
Cristo, en manos musulmanas durante tres siglos. El soberano violencia guerrera.
pontífice asegura su llamada con promesas de recompensas La vía doctrinal, se ha dicho, parecía bloqueada. Contrariamente,
espirituales que, en términos generales, configuran remuneraciones el Islam, que desde su origen, a imitación de su fundador, admite el
ligadas al peregrinaje mismo. Asimismo, el papa sienta las bases de uso de la guerra y le otorga un lugar no desdeñable de su propia
una verdadera institución, las Cruzadas, de la cual los ulteriores doctrina, la Iglesia cristiana se encontraba, en este punto, en una
papas van, poco a poco, a precisar y fijar los ritos, las modalidades y situación difícil, en vilo. El cristianismo, tal como era expresado en
los privilegios. Considerada de este modo, la Cruzada nace en los primeros tiempos, es una religión de salvación pacifista que
Clermont y sus historiadores acceden a señalar, con justa razón, los preconiza la no violencia. Imitando a Jesús, que jamás se defendía,
rasgos novedosos de esta iniciativa. los antiguos mártires de la fe ganaban el cielo pereciendo por la
Por más justa que esta interpretación sea, no es la única. Podemos espada de los paganos, sin ofrecer resistencia ni combatiéndolos
considerar también a la Cruzada como un final, la conclusión lógica, espada en mano. Es una actitud y una ideología diametralmente
casi inevitable, de un lento proceso de una verdadera revolución opuesta a aquella de las primeras cruzadas. Esta sola evocación,
doctrinal que, extendida durante varios siglos, condujo a la Iglesia, también simplista, permite mesurar el camino recorrido, la amplitud
de la no violencia inicial al uso meritorio y sacralizado de las armas. de la revolución doctrinal lleva da a cabo luego de un milenio.
La Cruzada, desde el origen, no es solamente una justa intervención
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De este modo, la doctrina, en este punto, evolucionó defensores de iglesias. Su investidura da lugar a ceremonias
considerablemente al hilo de los tiempos. El pragmatismo, la litúrgicas, que a su turno, contribuyen a sacralizar los combates
adaptación a la realidad prevaleció aquí sobre la teoría, modificando guiados por la iglesia.
la antigua doctrina y preparando la nueva. Bajo la presión de las La iglesia de Roma no escapa a la regla. Más que otras, ella estaba
circunstancias, por ajustes sucesivos, el rechazo a la guerra se amenazada tanto por sus vecinos laicos de Italia como por los
atenuó. Se la admitió como una mal menor, un mal necesario. Esta invasores extranjeros, aventureros normandos o piratas sarracenos;
primera mutación tuvo lugar antes de la Edad Media, en el siglo IV, más que otras, su respuesta es ejemplar, generadora de evolución
en la época en que los emperadores se convertían y donde el imperio doctrinal, ya que el obispo de Roma devino en papa, lugarteniente de
romano muta en imperio cristiano. Pero como esta mutación no san Pedro y vicario de Cristo. La protección de la iglesia de Roma –
concierne a nuestro período será solamente evocada aquí o allá, a patrimonio de san Pedro– da lugar así a una nueva sacralización de
propósito de la época carolingia, cuando Carlomagno y sus sucesores la guerra conducida por el papado y a una valorización de los
intentan revivir la antigua ficción de un imperio romano confundido guerreros que se consagran. Para remunerarlos el papa no vacila en
con la cristiandad, cristiandad teocrática concebida de acuerdo a la usar promesas de recompensas espirituales que anuncian la de las
imagen bíblica del Reino de Israel. Pero este sueño unitario se disipa Cruzadas.
rápido y la sacralización de la guerra se efectúa aún más por otras Esta sacralización se acrecienta cuando el enemigo es musulmán.
vías, menos políticas que esta. Toma los caminos desviados de la En una sociedad medieval, con fuerte predominio religioso y
protección de las iglesias, en tanto establecimientos, más bien que de mentalidad dualista, todo lo que no es cristiano es “pagano”. En la
la Iglesia, en tanto asamblea de fieles. En los siglos X y XI estos España de la Reconquista como en las Islas del Mediterráneo la
establecimientos, principalmente los monasterios, constituyeron lucha contra el antiguo invasor musulmán toma rápido acentos de
señoríos eclesiásticos que, por su riqueza, en una sociedad donde revancha, reconquista y de “guerra santa”. La Cruzada lo hará aún
reina la violencia de los milites (palabra que se traducirá más tarde más. ¿Cómo una expedición guerrera guiada contra los “paganos”
por caballero), son el blanco de la lujuria de sus vecinos laicos. Para para reconquistar la tumba de Cristo en Jerusalén, había sido menos
defenderse, para defender sus bienes, monjes y curas invocan a los sacralizada que los combates librados contra estos mismos
santos patrones que vienen, a veces, a protegerlos, manejando el adversarios o contra enemigos cristianos por la tumba de san Pedro?
bastón y castigando a los culpables, sacralizando de un mismo golpe Es así que al término de un lento camino ideológico nació la idea
la acción violenta guiada por una “buena causa”. Esto no es siempre de cruzada. La presente obra intenta describir la formación y
suficiente y es necesario desarrollar una defensa más “terrenal”, florecimiento en los siglos X y XI. El resultado es una nueva lectura
cuando las prescripciones de las instituciones de paz (Paz de Dios y de la cruzada que, sin rechazar los aportes recientes de la
Tregua de Dios) revelan su límite. Las iglesias reclutan profesionales historiografía, como lo hacía el gran historiador alemán Carl
de la guerra, “encomendados” (avoués) o Milites ecclesiae,
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Erdmann, pero con orientaciones y perspectivas nuevas, sobre una


dimensión fundamental hoy casi descuidada: la guerra santa.
Tal reexámen debía apoyarse, naturalmente, sobre una enorme
documentación, tanto a nivel de las fuentes como de los trabajos
históricos. A menos que se quiera obtener un libro muy voluminoso Capítulo I
no se podría dar cuenta de esta documentación en notas escuetas que
el autor y el editor, en pleno acuerdo en este punto, desearon ver CRUZADA, PEREGRINAJE Y GUERRA SANTA
figurar a pie de página, a fin de facilitar la lectura. Tomé, de este
modo, el partido de hacer esencialmente referencia a esta fuente.
Estas, como contrapartida, no aparecen en la bibliografía. A la La Primera Cruzada y su problemática
inversa, las referencias a las obras y artículos de historiadores fueron
limitadas al extremo; ellas conciernen casi a los autores de los cuales Cuando el papa Urbano II, al final de un concilio de paz
las tesis son retomadas, discutidas, contestadas, o enmendadas. Se desarrollado en Clermont en noviembre de 1095, lanza su llamada a
encontrará, por otro lado, en la bibliografía el conjunto de los la cruzada, la multitud unánime –según los cronistas– le respondió
trabajos que fueron utilizados para la redacción de esta obra y que con este grito: Dios lo quiere. Se lo puede considerar como la
han contribuido, poco o mucho, a su elaboración. expresión espontánea de una concepción admitida, al menos, por
aquellos que la impulsaban, la noción de una guerra santa que
encuentra, cinco siglos después de la misma, la doctrina musulmana
de la jihad: una empresa guerrera querida por Dios no puede estar
sino santificada en el espíritu de quienes la reciben como tal.
Conocemos lo siguiente: numerosos predicadores difundieron esta
llamada en toda la cristiandad occidental, particularmente en
Francia. El papa mismo, orador de talento, suscita numerosas
promesas de partida, jugando hábilmente sobre la sensibilidad
religiosa de los hombres de ese tiempo. Para conmoverlos les
relataba que Jerusalén, punto final de la expedición, representaba el
sacrificio que Jesús había realizado sobre la cruz para obtener la vida
eterna. Hoy, sin embargo, había dicho el papa, el Santo Sepulcro está
en manos de paganos que lo han usurpado. La tierra donde vivió
Cristo, su herencia, es así expoliada por las “naciones”. Los Turcos,
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enemigos de la fe cristiana, violan las iglesias y profanan los lugares Estos dos aspectos hasta ahora distantes uno de otro, a veces
santos, cazan a los cristianos en sus hogares, se hacen de sus tierras, incluso tenidos por incompatibles, son aquí unidos por primera vez
destrozan, molestan, y, a veces, matan a los peregrinos. Los en una sola y misma acción “piadosa”. Sus motivos se mezclan y se
cristianos de oriente llaman a sus hermanos al socorro. Una afrenta interpenetran profundamente a la vez en la llamada lanzada en
tal no puede permanecer impune, un escándalo tal, tolerado. Clermont, en las motivaciones de partida de los participantes y en las
Tal formulación del discurso era extremadamente hábil, ya que recompensas que les fueron ofrecidas o que esperaban, complicando
ella hacía énfasis en dos grandes fundamentos de la moral medieval, así la tarea de los historiadores acostumbrados a estudiar estos
expresada por una sola y misma palabra latina: fides, la fe en el elementos como de índole distinta, quizás opuestos. En cambio
sentido actual del término –con un acento, de todos modos más tienen ante los ojos, como objeto de estudio, un momento particular,
marcado que hoy, sobre la creencia que une a una misma comunidad privilegiado, único: un fenómeno de fusión, que preludia un cambio
a todos aquellos que la comparten, distinguiéndola de otros pueblos– de estado.
pero también la fidelidad, la obediencia vasallática, reguladora de las Un momento fugitivo. Ya que, de este modo, la cruzada existe en
relaciones entre los hombres, particularmente en el mundo de los sí misma. Comienza a vivir su propia existencia, a estructurarse, a
guerreros, la asistencia militar en caso de necesidad, la solidaridad institucionalizarse, a crear su propio vocabulario, muy significativo
del príncipe y de sus gentes. La Cruzada así presentada, era de este desde entonces: la palabra croisé o “marca del signo de la cruz”
modo, una operación militar eminentemente sacralizada, una “guerra (crucesignatus) existe desde la época de la primera expedición, pero
santa” conducida por los cristianos para su Señor Jesucristo, capaz la palabra cruzada, por otro lado es muy posterior, prueba de hecho,
de recompensar a sus caballeros fieles mejor aún que los señores y de la novedad del fenómeno como tal. De este modo, el riesgo es
príncipes de este mundo. grande si estudiamos a la cruzada desde su origen como un
Al mencionar el Santo Sepulcro, el papa evocaba también otro fenómeno en sí, si la captamos mentalmente como un todo acabado,
aspecto de la expedición: el peregrinaje en pleno desarrollo en el caracterizado desde su aparición por los rasgos que tomará luego; si
siglo XI. Los peregrinos que se encontraban en Jerusalén sobre la describimos su nacimiento y desarrollo como lo haríamos con un
tumba del Salvador, recibían el seguro de la indulgencia (hoy niño, como un ser viviente, o por lo menos como una entidad que ya
diríamos el perdón o la desaparición) de sus pecados confesados. El posee en germen todos los rasgos que se desarrollarán luego y
peregrinaje tomaba el lugar de la penitencia, de la cual constituía la devendrán en la edad adulta; en fin, si tenemos una aproximación
forma suprema. Sería lo mismo, decía Urbano II, en relación a la “naturalista”, a la vez descriptiva y retrospectiva, tomando como
expedición armada para la liberación de la Iglesia de Oriente. La hecho de observación el fenómeno de la cruzada del cual se
expedición, empresa sobre el signo de la cruz, era de este modo postularía la existencia y el desarrollo de la predicación de Clermont.
también un peregrinaje y, como tal, aseguraba los privilegios Dicho de otro modo, si describimos esta expedición en términos de
espirituales que la Iglesia le imputaba. “primera cruzada” como si el concepto ulterior de cruzada estuviera
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ya elaborado al momento de la llamada de Clermont. Y de olvidar, Pero el papa no estaba solo en la activación de la expedición.
por otro lado, o de minimizar aquello que lo hizo nacer, de descuidar Urbano II, lo sabemos, predica con gran éxito en una vasta gira de
el estudio de aquello que, para retomar la comparación esbozada propaganda. Durante varios meses él la transmite por numerosos
precedentemente, podríamos llamar el “patrimonio genético” del lugares de Francia, al sur del Loira, antes de hacerla ganar la Italia
niño por venir. Sin embargo, es este patrimonio el que, desde el del norte por los Alpes 2 (2). De todos modos, a pesar de su energía y
nacimiento provee al niño de sus rasgos fundamentales, de su formidable arranque, el papa no podía alcanzar a todo el
desarrollados ulteriormente en función de su voluntad y de sus mundo. Así, el no podía o no quería predicar en los dominios del rey
circunstancias. de Francia Felipe I, que había sido excomulgado por él en Clermont,
La finalidad de este libro, es así, la de escrutar la prehistoria de la a causa de su unión adultera con Bertrade de Montfort, la esposa de
cruzada, el período que precede a su nacimiento, describir sus rasgos su vasallo Foulques IV de Anjou, que el rey había desposado,
sin omitir, bien entendido, a aquellos que tendemos, a veces, a repudiando a su mujer Berta de Holanda. Tampoco podía predicar en
descartar o disimular porque no son del todo honorables, los el Imperio Germánico a causa del conflicto que, bajo el nombre hoy
caracteres recesivos extintos o reemplazados; o a poner, quizás, el tradicional de “Querellas de las Investiduras” o “Papado e Imperio”,
acento sobre los genes dominantes que dan a la expedición sus oponía después de un cuarto de siglo al papado con los príncipes
caracteres básicos. laicos, de los cuales el rey de Alemania, Enrique IV era el
Los rasgos fundamentales de aquello que va a nacer en 1096 representante más intransigente 3. Pocos obispos alemanes asistieron,
vienen de sus dos padres inmediatos, la guerra santa, por un lado, y por otra parte, al Concilio de Clermont, y la predicación de la
el peregrinaje, por el otro. Sin embargo, es necesario, para cruzada en estas regiones tuvo por principales actores a predicadores
completar, agregar otros caracteres descendientes de padres más más o menos “inspirados”, con lazos con la jerarquía eclesiástica
lejanos, que salen a la luz, inclusive si las conocidas palabras de la difíciles de establecer.
llamada del papa los mencionan poco o los ocultan: esperanza Hoy, con certeza, conocemos solo uno de ellos: Pedro el
escatológica, promesas de recompensas espirituales y materiales, Ermitaño. Ignoramos el tenor de su mensaje y los recursos
noción de venganza o revancha, rasgos de xenofobia o de fundamentales para emocionar a la población. Una cosa es cierta: era
antijudaísmo, intención de conversión, etc. Después de todo, no un personaje fascinante y carismático, cuya influencia sobre la masa
conocemos con certeza todos los temas de los discursos del papa que
suscitaron, en gran escala, la cruzada y los cronistas que nos lo
2
relatan pueden tener sus buenas razones ideológicas para callarlas 1. Sobre este gira, ver el texto reciente de A. Becker, “Le voyage d´Urbain II en
France”, en Le Concilie de Clermont de 1095 et la Croisade (Actes du colloque
universitaire international de Clermont-Ferrand, 23-25 juin 1995), rome, 1997,
1
Ver sobre esta cuestión, J. Flori, Pierre l´Ermite et la première criosade, París, pp. 127-140.
3
1999. A. Becker, Papst Urban II (1088-1099), Stuttgart, 1988, t. II, p. 435 en adelante.
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era considerable, propiamente increíble. El monje cronista Guibert orden escatológico: uno de ellos, Emich de Flonheim, se decía o se
de Nogent, que lo encontró antes de la Cruzada, se manifiesta con un creía investido de una misión divina: conducir hacia Jerusalén “todo
dejo de desprecio cuando describe el fervor excesivo de la población Israel” para librar allí, bajo las ordenes del Mesías, venido de los
hacia este pobre ermitaño. La masa lo veneraba, decía él, por sobre cielos, el último combate del que habla la Biblia: el combate de
sus obispos y abates, ya que emanaba de él, de lo que hiciera o Cristo y sus fieles contra el Anticristo y sus secuaces, iniciando los
dijera, algo divino. Este fervor religioso era tal que lo llevaba hasta “Tiempos Finales”. Entonces sería librada la última batalla. La
arrancar los clavos de sus muletas para hacer reliquias! 4. victoria de Cristo y sus fieles abriría un milenio de paz 6.
Tenemos, por otro lado, pruebas tangibles de la amplitud de su Como hemos visto, los motivos que llevaban a los cruzados a
éxito. Los cronistas alemanes y los anales de las ciudades tomar el camino de Jerusalén pueden haber sido múltiples y
atravesadas por el Ermitaño y por sus émulos directos o indirectos variados, separándose en ocasiones notablemente de los grandes
subrayan todos el número considerable de estas croises y las temas de la predicación pontificia. Estos motivos son, hoy sin duda,
masacres a las cuales se entregaban algunos de ellos sobre las esencialmente de orden religioso, pero este dominio es vasto y
numerosas comunidades judías, particularmente en el valle del Rhin. abarca en su seno numerosos componentes y número aún mayor de
El Ermitaño sabía explotar el gusto innato de las masas por lo variantes. Podemos suponer, a pesar de las resistencias de numerosos
maravilloso, utilizando muy hábilmente en su beneficio los signos y historiadores, que las motivaciones materiales pudieron jugar un rol
los prodigios que, se dicen, acompañaron su predicación. Según ciertamente secundario, en la decisión de ciertos guerreros.
ciertos relatos, no dudaba en producir “cartas caídas del cielo” para Las razones que llevaron al papa Urbano II a lanzar su llamado a
probar el origen divino de su misión, que pretendía haber recibido cruzadas pudieron ser múltiples. Sabemos que, poco tiempo antes de
directamente de Dios desde una visión en la cual había sido Clermont, el papa reunió en Plaisance un concilio donde, si creemos
gratificado por Cristo en virtud de un anterior peregrinaje a a algunos testimonios, los enviados del emperador Alejo I,
Jerusalén. El Salvador, aparecido en el Santo Sepulcro, le había acompañado quizás de algunos cristianos orientales refugiados en
demandado marchar a Occidente para reunir su pueblo y llamar a sus Constantinopla ante el avance de los turcos, evocaron frente a los
fieles a la liberación de su tierra y sus iglesias oprimidas 5. participantes los sufrimientos de los cristianos de Oriente y los
Algunos predicadores, estimulados quizás por sus discursos peligros que el avance musulmán hacia correr al imperio 7. Habían
inflamados, agregaban a estas motivaciones otros elementos, de
6
Ver en particular los textos editados por D. Verhelst, Adso Dervensis, De ortu et
tempore Antichristi, Turnhout, 1976, p. 107 y 139. Sobre este aspecto, ver C.
4
Guibert de Nogent, Dei Gesta per Francos, II, 8, ed. R. B. C. Huygens, Carozzi, Apocalypse et salud dans le christiansime ancien et medieval, París,
Turnhout, CCCM, 127ª, 1996, p. 121. 1999.
5 7
Sobre el personaje de Pedro el Ermitaño y su papel en la cruzada, ver el texto Bernold de Saint-Blaise, Chronicon, MGH SS, 5, pp. 461-465; Romoald de
reciente de J. Flori, Pierre l´Ermite et la première criosade, op. cit. Salerne, Annales, MGH SS, 19, p. 412 en adelante.
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pedido al papa lanzar un llamado para obtener del Occidente ayuda de Constantinopla), prohibía toda unión que no sea reunificación,
armada, probablemente bajo la forma limitada de contingentes de reintegración de la Iglesia de Oriente en el seno del Iglesia universal
mercenarios. No es menos cierto que la llamada del papa en dirigida por la Santa Sede. Los patriarcas orientales, comenzando
Clermont debe ser situada en el contexto de las relaciones de la con el de Constantinopla, no estaban listos, entonces, a aceptarlo, y
Iglesia romana y las Iglesias de Oriente, en particular con la Iglesia no es difícil pensar que el papa era consciente de esto. Se puede, de
griega, que llamamos ortodoxa. Más tensas después de 1054, y bajo este modo, divisar claramente desde el origen múltiples soluciones
el papa Gregorio VII a causa de su rigidez de carácter y de su posibles a la empresa armada que predicaba, antes como después del
intransigencia doctrinal por todos conocida, estas relaciones éxito de su llamada, mismo si este éxito, como se afirma
tuvieron, sin embargo, tendencia a mejorar, sobre todo bajo Urbano generalmente, había largamente superado sus previsiones, lo que
II, del cual su habilidad diplomática no hacía, sin embargo, queda aún por demostrar. En todo caso, aún en ausencia de un relato
desaparecer las exigencias doctrinales a la hora de realizar “oficial” del discurso de Clermont, disponemos, quizás, de un gran
concesiones, particularmente en lo que concierne al primado número de documentos auténticos para afirmar que el papa hacía allí
pontifical, como demostramos recientemente 8. mención a numerosos puntos que resultaban movilizadotes.
Es a pesar de todo un clima de “concordia” el que domina a la Los móviles de las croises son, de este modo, múltiples, como las
época de la predicación de la cruzada 9. De este modo, el papa podía finalidades de la Cruzada. Son sin duda alguna, más diversos que lo
esperar, por esta respuesta y por esta ayuda, favorecer la unión de las que dejan entrever los documentos oficiales de la Iglesia en lo
Iglesias de Oriente y de Occidente que, entonces, no estaban tan concerniente al proyecto pontifical.
separadas la una de la otra sobre el plan doctrinal; el cisma estaba
lejos de ser consumado y se continuaba, de una parte y de otra, a
pensar la cristiandad en términos de unidad, y no de pluralidad. A ¿Cómo interpretar la cruzada? Un recorrido al horizonte
pesar de todo, la afirmación del primado pontifical y de la autoridad historiográfico
absoluta de la Santa Sede, que los obispos de Roma pretenden
detentar directamente de San Pedro, príncipe de los Apóstoles (y no Todas las consideraciones procedentes conducen a no aceptar tan
de los apóstoles Pedro y Pablo, como decía, por ejemplo, el patriarca rápido una interpretación unívoca o exclusiva de la cruzada. Ahora
bien, la historiografía estuvo y continúa estando dominada por estas
concepciones unívocas y por la misma reducción: un “sistema” de
8
A. Becker, “Urbain II et l´Orient”, Il Concilio di Bari del 1098, ed. S. Palese y G. interpretación sustituye, generalmente, al precedente, del cual critica,
Locatelli, 1999, pp. 123-144.
9
H. E. J. Cowdrey, “The Gregorian Papacy, Byzantium and the first Crusade”, en
sin embargo, el carácter abusivo, deviniendo a su turno la norma, por
J. D. Howard-Johnston, Byzantium and the West, c. 850-1200, Ámsterdam, 1988, no decir el “paradigma”, según la terminología de moda. Algunos
pp. 146-169; A. Becker, op. cit., t. II, pp. 332-376.
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ejemplos lo demuestran, explicando en un mismo movimiento la por ser muy antiguas, los historiadores pusieron el acento, en lo
razón de ser del presente libro. sucesivo, sobre el rol del papa Urbano II y, antes que él, sobre el
En el siglo pasado (siglo XIX), se ponía explícitamente el énfasis papel de los papas reformadores de la segunda mitad del siglo XI, y
sobre el carácter “providencial” de la cruzada, y muchos sobre la influencia de Cluny, considerada como la promotora de la
historiadores que veían aquí el punto de partida de una colonización guerra santa. El descubrimiento y estudio intensivo de la Chanson de
del mundo por la Europa cristiana –colonización de la cual eran los Roland y de muchos otros cantares de gesta, de los cuales se
beneficiarios– subrayaban que un movimiento de masas tal, procedía a remarcar el “espíritu de cruzada” de sus héroes, llamaron
suscitado por la fe del Occidente cristiano, había sido iniciado por la la atención, en esta época, de los eruditos hacia el sur de Francia y
simple predicación de un hombre del pueblo, el pobre ermitaño España, lugar predilecto de las hazañas caballerescas de Roland,
Pedro 10. Entonces, la cruzada era percibida como un movimiento Olivier, Guillaume o Girard de Roussillon. De un mismo golpe, la
“progresista” de liberación dirigida por el Occidente cristiano, y en “cruzada a Oriente” fue puesta en paralelo con una “cruzada en
particular por Francia, con la finalidad principal de la reconquista, Occidente”, comenzada antes que la primera por un esfuerzo de
sobre un Islam reputado bárbaro e intolerante, de los Santos Lugares liberación del suelo francés, antes ocupado por los musulmanes en
de lo que se relataba habían sido previamente un “protectorado” de los primeros tiempos de su conquista, avance detenido en Piotiers en
Carlomagno. De todos modos, el rol preponderante de Pedro el 732. La Reconquista española parecía aquí su equivalenmte y su
ermitaño fue rápidamente puesto en duda por von Sybel (que daba prolongación, y se la calificaba, por otro lado, de “precruzada” o
poco crédito al relato de Albert d`Aix, fuente principal que relata las “protocruzada” 12.
acciones de Pedro el ermitaño), antes de ser radicalmente replicado, Es en este contexto en el que apareció la obra fundamental de C.
antes de fin de siglo, por los trabajos muy eruditos de otro Erdmann, que iba a tener larga influencia sobre la producción
historiador alemán H. Hagenmeyer 11. A partir de ese momento, historiográfica, gracias a su gran erudición y al rigor de su
relegado a la sombra de Pedro el ermitaño, del cual hablaban poco demostración 13. A pesar de algunos excesos y lagunas aparecidos en
las fuentes “francesas” de la cruzada, juzgadas entonces poco fiables su obra, el libro de Erdmann permanece todavía como obra
fundamental sobre este tema, un instrumento irreemplazable de
10
Ver por ejemplo J.-B. Mailly, L´Espirit des croisades, ou histoire politique et trabajo y una mina casi exhaustiva de fuentes. Los historiadores que
militare des guerres entreprises par les chrétiens contre les mahométans, pour le
recouvrement de la Terre sainte, pendant les XIe, XIIe et XIIIe siècles, París- 12
Cfr. P. Poissonnade, du nouveau sur la chanson de Roland, París, 1923; del
Amsterdam, 1780, 4 vol., o J.-F. Michaud, Histoire des croisades, París, 1825- mismo autor: “Cluny, la papauté et la première grande croisade internationale
1829, 6 vol. contre les Sarrasins d´Espagne: Barbastro (1064-1065)”, Revue des questions
11
H. von Seybel, Geschichte des Resten Kreuzzugs, Dusseldorf, 1841 (2a edición historiques, nº 117, 1932, pp. 257-301.
13
Leipzig, 1881); H. Hagenmeyer, Peter der Eremite, Leipzig, 1879 (trad. Francesa C. Erdmann, Die Entstehung des Kreuzzgsgedankens, Stuttgart, 1835 (2a edición
de F. Raynaud, Le Vrai et le Faux sur Pierre l´Ermite, 1883). 1955).
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lo criticaron posteriormente han podido agregar poco en este La primera se debe al canónigo Delarruelle, en una serie de
dominio. Él veía en la Reconquista y en la expedición convocada por artículos aparecidos antes y después de la Segunda Guerra
Urbano II el final de un vasto movimiento, que se nombraba Mundial 16. Contrariamente a Erdmann (que sostenía una suerte de
indistintamente (y este es probablemente uno de sus errores) guerra mutación doctrinal de la Iglesia, concerniente a la guerra y los
santa o cruzada. El atribuía la noción al papado reformador de la guerreros, en la segunda mitad del siglo XI), Delarruelle subrayaba,
segunda mitad del siglo XI que, rompiendo una actitud hasta aquí por el contralor, una fuerte continuidad. Los papas de los siglos VIII
hostil de la Iglesia hacia los guerreros, había sacralizado la guerra y IX, sostenía éste, no dudaron en recurrir a las armas y ya habían
conducida por la fe, no solamente en España, sino también en Italia, sacralizado fuertemente a los guerreros combatientes por la Iglesia.
Sicilia y otros lugares. Por otra parte, ocultando un poco (pero sin De este modo, la noción de guerra santa era, a sus ojos, bien anterior
embargo menos de lo que se ha dicho) el rol de Jerusalén en las a la reforma gregoriana. La innovación no estaría situada a este
motivaciones de la cruzada, Erdmann consideraba, ante todo, a esta nivel, sino al de Urbano II. Delarruelle ponías así el acento sobre lo
como una expedición de socorro y ayuda al imperio y las iglesias de que, a sus ojos, diferenciaba la cruzada de la guerra santa y constituía
Oriente. Jerusalén era sus ojos, el término de la marcha, más que su la verdadera novedad: el tema de la cruz, creador de una verdadera
finalidad. Aquí dudamos que Urbano II haya hecho mención a esto “espiritualidad” de la cruzada, del que hacía, no sin exceso, una
en su discurso, apoyándose para esto sobre el relato de Foucher de nueva forma de mística.
Chartres, quien efectivamente no menciona Jerusalén por razones Los estudios de derecho canónico aportan algunos nuevos
personales, sobre las cuales llamaré la atención oportunamente 14. elementos de crítica sobre la tesis de Erdmann. Éste afirmaba un
La tesis de Erdmann gozó de autoridad durante largo tiempo. Sin neto contraste entre los penitenciales anteriores, que prescribían
embargo, esta tesis sufrió algunas críticas, a veces justificadas, penitencias muy severas para los homicidios cometidos tanto en
quizás excesivas, que, poco a poco, condujeron a los historiadores de tiempos de paz o de guerra, y los canonistas de finales de siglo XI
la cruzada a desviarse de ella 15. Es necesario mencionar aquí algunas que, por el contrario, habían atenuado considerablemente estas
de estas críticas. condenas, traduciendo así el progreso decisivo de la idea de guerra
santa. Muchos historiadores, hasta una fecha reciente, hicieron notar
que Erdmann había, por error, amplificado demasiado este
14
Ver al respecto J. Flori, La Première Croisade: l´Occident chrétien contre
l´islam, Bruxelles, 1992, p. 31 y siguientes y J. Flori, Pierre l´Ermite et la
16
première croisade, op. cit., p. 163 y siguientes. É. Delaruelle, Essai sur la formation de l´dée de croisade”, en Bulletin de
15
La mayoría de estas críticas son señaladas y generalmente bien analizadas por Lettérature Ecclésiatique, t. 42, 1941, pp, 25-45 y 86-103; t. 45, 1944, pp. 13-46 y
los editores de la traducción inglesa de su libro, C. Erdmann, The origin of the 73-90; t. 54, 1953, pp. 226-239; t. 55, 1954, pp. 50-63. El conjunto ampliado,
Idea of Crusade, Oxford, 1977 (traducción inglesa de M. W. Baldwin y W. ampliación de otros dos artículos posteriores, fue recientemente reeditado: E.
Goffart). Delaruelle, L´Idée de croisade au Moyen Âge, turín, 1980..
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contraste 17. La tesis de Erdmann parecería necesitar enmiendas sobre primordial de Jerusalén en el origen de la cruzada no impide a
este punto. Cowdrey subrayar, por otra parte, siguiendo a Erdmann, el rol
Otra forma de crítica, sólida y equilibrada, surge, en particular, de importante y precursor de la sacralización de la guerra por
los trabajos de H. E. J. Cowdrey18. En varios artículos publicados numerosas operaciones militares conducidas por los papas
entre 1966 y 1970, él subrayaba, como Erdmann y P Rousset, el gregorianos, preparando así el clima de guerra santa que favorece la
importante rol jugado por los papas “gregorianos” en la sacralización predicación de cruzada, ya divisada, en cierta medida, por Gregorio
de la guerra conducida por la Iglesia y la influencia preparatoria de la VII20.
paz de Dios, pero afirmaba también con fuerza, con Rousset pero La preponderancia admitida del tema de Jerusalén condujo a
contra H. E. Mayer 19, la omnipresencia del tema de Jerusalén, numerosos otros historiadores a desviarse más decididamente de la
fundamental a sus ojos, tanto en el pensamiento del papa como en el tesis de Erdmann, del cual se acaba de publicar una crítica radical y
de los cruzados. Sin embargo, esta demostración de la importancia excesiva 21. Adoptando la contraparte casi absoluta del historiador
alemán, esta tendencia historiográfica, ilustrada particularmente por
17 J. Riley-Smith, atenúa y enmascara la dimensión de guerra santa de
R. Sprandel, Ivo von Chartres und seine Stellung in der Kirchengeschichte,
Stuttgart, 1962: J. A. Brundage, Medieval Canon Law and the Crusaders, la Primera Cruzada, descarta sus motivaciones materiales y niega o
Londres, 1969; J. A. Brundage, “Holy War and the Medieval Lawyers”, en P. minimiza una parte de los motivos espirituales de los cruzados, en
Murphy, the Holy War, Columbia, 1976, pp. 99-140, retomado en J. A. Brundage, particular las recompensas ligadas a la guerra sacralizada y a la idea
The Crusades, Holy War and Canon Law, Londres, 1991 (Collected Studies
Series), X; J. A. Brundage, “St. Anselm, Ivo of Chartres and the Ideology of the
20
First Crusade”, en R. Foreville, Les Mutations socio-culturalles au tournant des H. E. J. Cowdrey, “The Mahdia Campaign de 1087”, The English Historical
XIe-XIIe (colloque du CNRS, Le Bec-Hellouin, 11-16 juillet 1982), 1982, pp. 157- Review, 92, 1977, pp. 1-29 (retomado en Popes…, XII); H. E. J. Cowdrey, “Pope
187; J. Gilchrist, “The Erdmann thesis and the canon law”, en P. W. Edbury, Gregory VII´s ‘crusading plan’ of 1074”, en outremer, Studies… presented to J.
Crusade and Settlement, Cardiff, 1985, pp. 37-45; H. E. Cowdrey, “Canon law and Prawer, Jerusalén, 1982, pp. 21-40 (retomado en Popes, Monks and Crusaders,
the first crusade”, en B. Z. Kedar, the Horns of Hattin, Jerusalén, 1992, pp. 41-48. Londres, 1984, X); H. E: J. Cowdrey, the Age of Abbot Desiderius: Montecassino,
18
Ver en particular, en este estado de la historiografía, H. E. J. Cowdrey, “The the Papacy, and the Normans in the Eleventh and Early Twelfth Centurias,
Papacy, the Patarenes and the Church of Milan”, History, 51, 1966, pp. 25-48; H. Oxford, 1983; H. E: J. Cowdrey “Pope Urban II and the Idea of Crusade”, Studi
E. J. Cowdrey, “The Peace and the Truce of God in the Eleventh Century”, Past Medievali, 36, 1955, 2, pp. 721-742; H. E: J. Cowdrey, “The reform papacy and
and Present, 46, 1970, pp. 42-67; H. E. J. Cowdrey, “Pope Urban II´s Preaching the origin of the crusades”, en Le Concilie de Clermont de 1095 et la Croisade…,
of the First Crusade”, Historiy, 55, 1970, pp. 177-188; H. E .J. Cowdrey, “The op. cit., pp. 65-83; H. E. J. Cowdrey, “From the Peace of God tothe First
Genesis of the Crusades: the Springs of teh Holy War”, en P. Murphy, The Holy Crusade”, en L. García-Guijarro Ramos, La primera cruzada novecientos años
War, op. cit., pp. 9-32. Ver aquí sobre estos puntos, P. Rousset, Les Origines et les después: el concilio de Clermont y los orígenes del movimiento cruzado, Castello
caractèrs de la première croisade, Neuchâtel, 1945. d´Impressio, 1997, pp. 51-61.
19 21
H. E. Mayer, Geschichte der Kreuzzüge, Stuttgart, 1965; traducción inglesa: The J. Riley-Smith, “Erdmann and the Historiography or the Crusades, 1935-1995”,
Crusades, Oxford, 1988 (2ª edición). en L. García-Guijarro Ramos, op. cit., pp. 17-29.
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de martirio de los guerreros muertos por la causa de Dios, para Sin embargo, muchos historiadores reaccionaron contra los
privilegiar, por el contrario, las motivaciones puramente excesos posibles de esta tendencia que, al separar el llamado de
penitenciales, haciendo de la cruzada un peregrinaje armado 22. Al Clermont de sus antecedentes, corría el riesgo de privilegiar los
mismo tiempo, la noción de remisión de los pecados y de aspectos innovadores y de separarlo del reforzamiento real de la
indulgencia devendría central, y numerosos trabajos están abocados noción de guerra santa. A. Becker, por ejemplo, muestra en
a demostrar el origen, generalmente ligado al peregrinaje, aislando numerosos trabajos, ejemplos de hasta qué punto la cruzada se
así cada vez más, con una intensidad diversa según los autores, la insertaba profundamente en la concepción general de Urbano II.
cruzada de la reconquista y de otras operaciones guerreras guiadas Según éste (después de un largo período de castigo debido a los
por la iniciativa de la Iglesia, o al menos por su interés tanto en pecados de los cristianos y manifestados entre otros por la opresión
España como en Italia 23. de la Iglesia por los musulmanes y otros “enemigos” de Dios),
vendría el tiempo del reestablecimiento, de la liberación de la Iglesia
y de la reconquista 24. Yo no he dejado, igualmente por mi parte,
22 después de una década, de subrayar en numerosos trabajos los lazos
J. Riley-Smith, “An Approach to Crusading Ethics”, Reading Medieval Studies,
6, 1980, pp. 3-19; J. Riley-Smith: “Death on the First Crusade”, en D. Loades, The estrechos que unen la cruzada a la guerra santa, uniendo sobre
First Crusade and the Idea of Crusading, londres, 1986; “Early Crusaders to the numerosos puntos las conclusiones de Becker y Cowdrey25. He
East and the Costs of Crusading, 1095-1130”, en M. Goodich, S. Menache y S.
Schein, en Cross Cultural Convergentes in the Crusader Period (Essays Presented
24
to Aryeh Graboïs on his Sixto-fifth Birthday), New Cork, 1995, pp. 237-257; “The A. Becker, Papst Urban II, 1088-1099, Stuttgart, t. II, 1988, p. 322-376 y 398-
Idea of Crusading in the Chartres of Early Crusaders, 1095-1102”, en Le Concilie 506; de lmismo autor: “Urbain II, pape de la croisade”, en Y. Bellanger y D.
de Clermont de 1095 et la Croisade…, op. cit., pp. 155-166; se nota un cierto Quéruel, Les Champenois et la Croisade (Actes des 4es journées rémoises, 27-28
retorno a la idea de guerra santa en The First Crusaders, 1095-1131, Cambridge, novembre 1987), Paris, 1989, pp. 9-17; “Politique féodale de la papauté à l´égard
1997. des rois et des princes (XIe-XIIe siècle)”, en chiesa e mondo feudale nei secoli X-
23
M. Bull, “The Roots of Lay Enthousiasm for the First Crusade”, History, 78, XII (Tai della dodicesima Settimana internazionale di studio, Mendola, 24-28
1993, pp. 353-372; M. Bull, Knightly Piety and Lay Response to the First Crusade agosto 1992), Milán, 1995, pp. 411-445.
25
(The Limousin and Gasconcy, c. 970-c. 1130), Oxford, 1993; una tendencia menos Ver por ejemplo J. Flori, “Guerre sainte et rétributions spirituelles dans la
radical J. Richard, “Urbain II, la prédication de la croisade et la définition de secondemoitié du XIe siècle: lutte contre l´islam ou pour la papauté?”, Revue
l´indulgence”, en “Deus qui mutat tempora”, Festschrift fü A. Becker, d´Histoire Ecclésiastique, 85, 1990, 3/4, pp. 617-649; J. Flori: “Mort et martyre
Sigmaringen, 1987, pp. 129-135; J. Richard, “L´indulgence de croisade et le des guerreriers vers 1100; l´example de la première croisade” Cahiers de
pèlegrinage en Terre sainte”, en Il Concilio di Piacenza e le crúciate, piacenza, Civilisation Médiévale, 34, 1991, 2, pp. 121-139; “L´Église et la guerre sainte, de
1996, pp. 213-223; J. Richard, “La croisade; l´évolution des conceptions et des la paix de Dieu à la croisade: l´arrière-plan éthique de la notion de miles Christi”,
stratégies”, en A. V. Murray, From Clermont to Jerusalem; The Crusades and en IL Concilio di Piacenza e le crúciate, Piacenza, 1996, pp. 179-192; “Réforme-
Crusaders Societies 1095-1500, Internacional Medieval Research, 3, Turnhout, reconquista-croisade. L´idée de reconquête dans la correspondance pontificale
1998, pp. 3-25. d´Alexandre II à Urbain II”, Cahiers de Civilisation Médievale, 40, 1997, pp. 317-
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insistido también sobre el sentido fundamental, pero limitado, que es Es tiempo, creo, de hacer la síntesis de estos numerosos trabajos y
necesario dar a la sacralización de la caballería conducida por la de reexaminar el conjunto sobre una problemática nueva,
Iglesia, a lo largo de los siglos XI y XII; sobre la formación de una independiente de toda “escuela” y desprendida de toda polémica.
“mentalidad caballeresca” incluyente de dimensiones diversas y Este es el objeto de este libro. La tesis de Erdamnn, en su
quizás contradictorias, sobre todo en estas fechas 26; sobre las razones formulación inicial, ya no puede ser sostenida. En algunos puntos lo
que condujeron a la formación de una imagen popular deformada del hemos dicho, ella debe ser directamente abandonada. Hoy, todos los
Islam en esta mentalidad caballeresca y sobre su influencia sobre la historiadores están de acuerdo en pensar que la Iglesia, antes de la
idea de guerra santa y cruzada 27. Reforma Gregoriana, no era ni pacifista ni indiferente a la
sacralización de la guerra. Erdmann mismo no lo decía, por otra
335; “Le vocabulaire de la reconquête chrétienne dans les lettres de Grégorie VII”, parte, de manera tan radical, y proveía de ejemplos, idénticos, a
en C. Laliena Corbera y J. F. Utrilla, De Toledo a Huesca. Sociedades medievales veces, a aquellos que invoca contra él Delarruelle. Sin duda, él había
en transición a finales del silo XI (1080-1100), Zaragoza, 1998, pp. 247-267. errado al intentar una ruptura introducida por la reforma pontifical en
26
J. Flori, “chevalerie et liturgia; remise des armes et vocabulaire chevalersque
el pensamiento eclesiástico relativo a la guerra, y de percibirla ante
dans les sources liturgiques du IXe au XIVe siècle”, Le Moeyen Âge, 84, 1978, pp.
247-278 y 3/4, pp. 409-422; J. Flori, “Pur eshalcier sainte crestïenté; croisade, todo en la legislación canónica. Ya que esta legislación, sabemos, es
guerre sainte et guerre juste dans les anciennes chansons de geste françaises”, Le por naturaleza conservadora, y no reacciona más que con atraso a los
Moyen Âge, 97, 1991, 2, pp. 171-187; “De la chevalerie féodale à la chevalerie hechos de la sociedad. Esta es una de las razones por las cuales los
chétienne?”, en Militia Christi et cruciata nei secoli XI-XII (Tai della settimana canonistas de finales de siglo XI y del comienzo del XII, no se
internazionale di studio, Mendola, 28 agosto-1 setiembre 1989), Milán, 1992, pp.
interesan todavía por la cruzada ni por la guerra contra los infieles;
97-101; “Croisade et Chevalerie; convergente idéologique ou ruptura?”, en
Femmes, Mariages, Lignages (XIIe-XIIIe siècle), Mélanges offerts à Georges concentraron su atención sobre los conflictos interiores de la Iglesia,
Duby, Bruselas, 1992, pp. 157-176; Croisade et Chevalerie, XIe-XIIe siècle, París- entendidos en el sentido actual de cristiandad o de mundo cristiano.
Bruselas, 1998. Pero a falta de ruptura, ¿no había por lo menos aceleración,
27
J. Flori, “La caricature de l´islam dans l´occident medieval: origine et intensificación y, quizás, cambio de naturaleza de cierta actitud de la
signification de quelques stéréotypes concernant l´islam”, Aevum, 2, 1992, pp.
Iglesia hacia la guerra? Esto es lo que intentaremos mostrar en las
245-256; J. flori, “En marge de l´idée de guerre sainte: l´image des musulmans
dans la mentalité populaire en occident (XIe-XIIe siècles)”, en L´Occident páginas siguientes, consagradas al estudio de los orígenes y de los
musulman et l´Occident chrétien au Moyen Âge (Actes du colloque internacional componentes de la idea de cruzada. ¿Qué lugar es necesario acordar,
sur la Méditerranée occidentale, Rabat, 2-4 novembre 1994), Rabat, 1995, pp.
209-221; J. Flori, “Orines Horribilis: tares et défauts de l´Orient dans les sources
relatives à la première croisade”, en Monde oriental et monde occidental dans la Langue et de Littérature Medievales offerts à François Suard, Lille, 1999, t. I, pp.
cultura médiévale (Podan, nº 68), Greifswald, 1997, pp. 45-56; “La croix, la 261-272; “Croisade et djihâd…”, le problème de la guerre dans le christianisme et
crosse et l´épée. La conversion des infidèles dans La Chanson de Roland et les l´islam”, en M. Rey-Delqué, Les Croisades. L´Orient et l´Occident, 1096-1270,
chroniques de croisade”, en “Plaist vos oïr bone cançon vallant?”, Mélanges de Milán, 1997, pp. 49-62.
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por ejemplo, en la formación del “espíritu de cruzada”, a la paz de


Dios, sobre la cual se ha insistido tanto y tenemos tendencia hoy a Conclusión
olvidar? ¿Cuál es el rol jugado en esta sacralización por las iglesias
locales, por lo abogados y los defensores de iglesias, por la liturgia GUERRA SANTA, JIHAD Y CRUZADA
que se le destinó, por los santos protectores y sus símbolos, por sus
intervenciones a veces violentas y vengativas, de los cuales los
historiadores parecen hasta aquí haber soslayado su estudio? ¿Cuál Al término de una larga marcha, los “soldados de Cristo” llegan a
es la importancia, en esta sacralización, del centralismo pontificio y Antioquía, donde en vano hacen base durante siete meses.
de su tendencia al monarquismo teocrático? ¿Qué rol jugó aquí la Finalmente, ingresan en la ciudad gracias a la habilidad diplomática
idea de “patronato de san Pedro” en la formación de la idea de guerra de Bohemundo de Tarento. Con la complicidad de un habitante, el
santa? ¿Hay un lazo directo entre las nociones de guerra santa y de Normando toma posición allí. Antes que él, Balduino ha vuelto ya
cruzada? Si este es el caso ¿Cuáles son las relaciones entre guerra como señor de Edesa y de su región, de la cual se hace nombrar rey,
santa, cruzada y jihad, y las influencias respectivas de estos luego de la masacre de Thoros, que lo había “adoptado” para hacerlo
conceptos? ¿No es necesario reestablecer un cierto equilibrio, en la su sucesor; Tancredo lo tentó también para constituir un principado
predicación de Urbano II, entre las nociones de guerra santa y de en Sicilia; Raymond de Saint-Gilles intriga a su vez, en este sentido,
peregrinaje, que une en el fenómeno nuevo de la cruzada? ¿Cuál es, como numerosos príncipes, comenzando por Bohemundo. La
en su llamado, la proporción exacta de la novedad y de las ideas o milagrosa victoria obtenida sobre los ejércitos de Karbuqa en junio
mentalidades ya admitidas? ¿No es necesario, en fin, dar de la de 1098, gracias a la Santa Lanza y al apoyo de las milicias –gracias
cruzada y de la guerra santa una definición que rinda mejor cuenta de también a la probable defección de los príncipes musulmanes,
sus especificidades respectivas, y que no esté, por otro lado, fundada aliados de Karbuqa– permite a los cruzados instalarse
sobre rasgos institucionales posteriores que ignoren a Urbano II, y temporariamente y consolidar sus conquistas. Raymond Pilet, entre
más todavía a los primeros participantes que respondieron a su otros se destaca en estas mini campañas, y se hace de numerosas
llamado? ciudades.
Tales son algunas de las cuestiones a las que este libro intenta dar La posesión de Antioquía es objeto de conflictos posteriores entre
cuenta. Sin tener la pretensión de conseguirlo plenamente, al menos Bohemundo, que la quiere conservar, y Raymond de Saint-Gilles,
las ha planteado y examinado seriamente, sin motivos ulteriores ni que la codicia para sí. Para Raymond, el juramento de fidelidad que
exclusivos, a partir de un vasto corpus de fuentes, y a la luz de todos (salvo él y Tancredo) prestaron a Alejo I los constriñe a
trabajos recientes y enriquecedores. devolverles la ciudad. Pero el emperador tardó bastante en socorrer a
los cruzados cuando estuvieron sitiados en Antioquia. Bajo los
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consejos de Etienne de Blois, que renuncia y regresa a su hogar, Señor y haz que el nombre de los
Alejo I da un medio giro. Después de la victoria, los cruzados ven cristianos sea exaltado sobre tu
aquí la ocasión de denunciar los acuerdos entre Alejo I y sus jefes, ya nombre. Si vienes a nosotros y si
que el emperador no los sostuvo durante la reconquista, ellos concluyes con nosotros esta ruta que
estiman, por su lado, no sentirse obligados a devolver sus territorios, tú haz iniciado, el mundo entero te
indudablemente bizantinos. La situación es mucho más cómoda para obedecerá…” 28
las regiones ubicadas más allá de Antioquía, en manos de los
musulmanes después de muchos siglos; la codicia de los ¿No habría, en esta urgente demanda, la expresión de una
conquistadores parece dañar menos directamente al emperador. necesidad, aquélla de la fuerza unificante, tanto en el plano religioso
En este momento los jefes cruzados escriben una carta al papa como el político? La voluntad clara es, en todo caso, la de someter a
para pedirle que venga en persona a concluir “su guerra”: todos estos territorios a la autoridad del papa. En esta fecha, la
Bohemundo les cuenta las victorias de los cristianos: ellos ruptura entre los cruzados y el emperador parece definitiva. La
reconquistaron y pacificaron toda la Romania, tomaron Antioquia reconquista de tierras no se hará más en nombre del emperador, sino
con la ayuda de Dios; los milites Chirsti, vencieron, dijo él, a los en nombre de Cristo. La presencia del papa será aquí bienvenida. La
Turcos y los paganos; pero el resto, en estas tierras, ¡tantos herejes! mayor parte de los jefes dejan así desarrollar, y amplificar en caso de
De este modo, es necesario que el papa venga en persona a necesidad, el resentimiento vivo de la mayor parte de los cruzados
Antioquía para tomar posesión del trono de san Pedro, concluir su “de base”, descontentos ya, después de Niza, de haber sido privados
guerra, llegar hasta el Sepulcro, y recibir la obediencia de todos. del pillaje de la ciudad, rendido a Alejo I, y viendo cada vez más en
él a un traidor. Para la consecución de su empresa hasta Jerusalén
“…Desde entonces, ¿qué sería más ellos no contaban más que con sus fuerzas y la ayuda de Dios.
justo para el mundo que verte, padre ¡Todavía era necesario proseguir la marcha hasta allá! Ahora bien,
y jefe de la religión cristiana, venir a los jefes, muy ocupados en intentar expandir y “pacificar” los
la primera ciudad y capital de dominios adquiridos, rehúsan reemprender la marcha, ¿estos
nombre cristiano y tomar parte, tú “penitentes” habían olvidado así los móviles que los llevaron a partir
también en esta guerra que se está en “peregrinaje”? ¿O bien era necesario, más bien, ver en la cruzada,
librando? […] Así, concluye con ante todo, una guerra santa de reconquista de los territorios antes
nosotros la ruta de Jesucristo, que cristianos, empresa primero en espíritu de concordia con el
comenzamos y que tú predicaste;
abre para nosotros las puertas de las 28
Citado en H. Hagenmayer, Die Kreuzzugsbriefe…, op. cit., nº XVI, p. 161 y
dos Jerusalén, libera el Sepulcro del siguientes.
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emperador griego, y luego, cada vez más, en discordia con él, visitar los distintos lugares santos, a rezar allí, a adquirir las palmas y
inclusive contra él? las reliquias, y luego retornar a casa, no dejando más que un
El hecho es que para los “penitentes”, los jefes cruzados se contingente de guerreros demasiado insuficiente para asegurar la
comportan de manera bien rara: hacen todo por diferir, o retardar su defensa de los principados latinos que habían creado. Ellos contaban,
marcha hacia Jerusalén, sin embargo tan cercana. Balduino no toma sin duda alguna, a su partida, con un apoyo constante de Bizancio,
parte aquí, ni Bohemundo y los suyos, demasiado ocupados con sus una reconquista ininterrumpida de las riberas del Bósforo en
nuevos “estados”. Para convencer a los otros de partir, y de Jerusalén, y quizás más allá. Los malentendidos entre Griegos y
interrumpir, a partir de ahora, a los que retoman la ruta, en toda Latinos, las maniobras de Bohemundo y de algunos otros jefes
nueva veleidad de inmovilismo, es necesario que “el pueblo” se cruzados, el interés de Alejo I de pacificar primero la “Romania”
ponga a demoler las murallas de las fortalezas conquistadas, que antes de lanzarse tan lejos de sus bases condujeron a una ruptura que,
desde numerosas visiones vienen a vencer las resistencias de la amplificándose, va a ser más difícil todavía la defensa de las tierras a
mayor parte de los jefes y los constriñen a ir, en fin, hasta el final, partir de ahora latinas de ultramar. La reconquista cristiana, que
Jerusalén. había sido, si duda, admitida como tal por el adversario musulmán,
Después de otras visiones, procesiones, encantamientos diversos, deviene, desde entonces, en una empresa colonial, y el Oriente
llevados a cabo en una atmósfera bíblica de “guerras de lo eterno”, la Latino muta, a su turno, en ciudad asediada, necesitando múltiples
ciudad es finalmente tomada por asalto el 15 de Julio de 1099. pedidos de socorro a Occidente, el envío constante de contingentes,
Después de haber masacrado a una buena parte de sus habitantes, los la creación de ordenes religiosas militares, la organización de
cruzados se encuentran finalmente con el sepulcro, se encuentra allí “pasajes generales” que llamamos “cruzadas”, y de otras múltilples
gracias a Dios y se preparan a afrontar al inmenso ejército egipcio, al modificaciones que no habían sido previstas en su origen, y que van
cual vencen también “milagrosamente” en Ascalón. Mientras los a transformar a la cruzada en institución.
guerreros combaten a estos “paganos” bajo la dirección de Una doble pregunta se nos plantea al final de este estudio: ¿en qué
Godofredo de Bouillon, Pedro el ermitaño, en Jerusalén, organiza la la cruzada (la Primera, la madre de todas las otras) difiere de la
cabeza del clero griego y latino, las ceremonias propiciatorias, tal guerra santa? ¿En qué difiere de la jihad de los musulmanes?
como Moisés en su tiempo rezaba a Dios, mientras Josué combatía a
los Amalesitas 29.
La victoria total responde a sus plegarias. La ciudad santa es Cruzada y guerra santa
liberada, la Tumba de Cristo “purificada”, los enemigos vencidos. El
objetivo está alcanzado. La mayor parte de los cruzados van ahora a La cruzada presenta indiscutidamente todos los rasgos de una
guerra santa. Es como tal, predicada por Urbano II y sus émulos,
29
Sobre esta cuestión ver J. Flori, Pierre l´Ermite…, op. cit., p. 467 y siguientes. empresa para los cruzados, acometida por los guerreros y loada por
La Guerra Santa Jean Flori La Guerra Santa Jean Flori

todos los cronistas. Ningún hecho en la Edad Media dio nacimiento a Daniel y del Apocalipsis no indicaban que el fin del último imperio
tantos relatos completos, ninguno fue, además, tan unánimemente universal sería el preludio a la aparición del Anticristo que debía ser
mencionado. vencido, él y sus sicarios, cerca de Jerusalén, por el Cristo resucitado
Ella es inclusive, podemos decir, la guerra santa por excelencia. sobre la tierra, para combatir a la cabeza de sus fieles?
Por primera vez, una operación militar sacralizada, predicada por un Todo parece mostrar que una esperanza escatológica estaba
pontífice romano, conducía, no solamente a proteger o expandir el presente, al menos, en los muy numerosos cruzados que
patrimonio de san Pedro, a retomar de los “paganos” algunos respondieron a los llamados de Pedro el Ermitaño. Ekkehard, Albert
territorios, a liberar en España o en alguna otra parte algunas iglesias, d`Aix y todos los documentos surgidos del área germánica,
sino a reconquistar la Ciudad santa, la Tumba de Cristo. comprendidos aquí los anales de las ciudades alemanas y las fuentes
Ella presenta, además, algunos rasgos débiles o inexistentes en la hebreas, subrayan el clima de efervescencia apocalíptica y los
guerra santa conducida antes o después de ella contra los enemigos, fenómenos “milagrosos” (o a nuestros ojos paranormales) que
sin embargo considerados también como “paganos”, y que, acompañaron la predicación de la cruzada: visones, signos celestes y
precisamente, la diferencian. terrestres, desarreglos naturales, nacimientos monstruosos,
El componente escatológico aquí es uno. Ciertamente, lo hemos manifestaciones del Espíritu Santo, estigmas, etc. 30 Pedro el
visto, aquí o allá, en Oriente como en Occidente, la esperanza de Ermitaño se decía portador de una carta venida del cielo, pidiendo a
reconquista y victoria sobre los musulmanes pone fin a una los cristianos ir a la caza de los paganos de Jerusalén 31. Emich de
ocupación considerara como un castigo de Dios sobre su pueblo, Flonheimm, al que las fuentes hebreas llaman “el perseguidor de
había ya sido alimentada por la interpretación de profecías más o judíos”, probablemente quiso presentarse como el emperador de los
menos bíblicas que predicaban el fin de la dominación, a veces últimos días, el “rey de griegos y latinos”, según las profecías
vagamente ligadas a la llegada del Fin de los Tiempos, pero acá, a tomadas del Pseudo Metodio y de Adso de Montier-en-Der. El
propósito de la reconquista de Jerusalén, la puerta se abría cronista judío Bar Simson afirma:
ampliamente a las interpretaciones proféticas más convincentes, más
movilizadoras, y a veces a las más delirantes. ¿El Evangelio no “…El se hizo jefe de la horda y
predicaba que el Templo sería mancillado hasta el fin del “Tiempo fraguó una historia según la cual un
de las naciones”, a decir de los paganos, a los cuales, los apóstol del crucificado vino a él y le
musulmanes eran constantemente asimilados? ¿El apóstol Pablo no
anunciaba que el Anticristo aparecería en el fin de los tiempos 30
Ver en particular Ekkehard d´Aura, Hierosolymitana, RHC, Hist. Occ., V, pp.
cuando el imperio romano, que lo contenía, hubiese desaparecido? 10-40; para un estudio de este clima y de su significación, remito una vez más a J.
¿La invasión de los turcos hasta las puertas de Constantinopla no Flori, Pierre l´Ermite…, op. cit., p. 227 y siguientes.
presagiaba la inminencia de estos tiempos ya? ¿Las profecías de 31
Analista Saxo, a. 1092-196, MGH SS, 6, pp. 728-731.
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hizo un estigma para indicarle que, Pedro y luego a los ejércitos de Godofredo Bouillon. Probablemente
cuando arribe a la parte griega de conservaron esta concepción que asimila a judíos y musulmanes
Italia aparecerá Él mismo y colocará como “enemigos” de Cristo a combatir en Jerusalén, en una
la corona sobre su cabeza, y que perspectiva escatológica; demostrándola todavía los discursos y
Emich triunfará sobre todos sus liturgias precedentes al asalto de las murallas de Jerusalén, a pesar
enemigos…” 32 del proceso de ocultación del que hicieron prueba, respecto a cierta
esperanza evidentemente frustrada, los cronistas de las cruzadas.
Estas perspectivas escatológicas, manifestadas por Emich, No es imposible que Urbano II haya hecho alusión, en su discurso
demuestran también (sin embargo, sin excusarlo) el empeño de estos de Clermont, a un argumento de orden profético y escatológico.
primeros cruzados en convertir a los judíos, más bien que Guibert de Nogent, se hizo eco de esto. Urbano II había establecido
exterminarlos. Según las profecías, en efecto, el emperador de los un lazo entre la expedición de los cruzados y el último combate de
últimos días debía convertir a los judíos antes de ir a Jerusalén a Cristo y de los suyos contra el Anticristo y sus sicarios. Lazo lógico a
restituir su corona al Cristo resucitado sobre el monte de los olivos. sus ojos, desde el instante en que predicaba una guerra destinada a
La masacre de los judíos resulta aquí de su negativa a convertirse, lo restaurar el cristianismo en Palestina. El papa lo había desarrollado
que no quita el horror de las masacres perpetradas por estos primeros en estos términos:
cruzados, ni lo justifica; no obstante los sitúa en un contexto de
fanatismo religioso, más que de genocidio de caracteres racistas 33. “…Ya que es evidente que no es
Los sobrevivientes de las tropas de Emich y de otros iluminados, a contra los judíos y ni contra los
menudo exaltados por la predicación de Pedro el Ermitaño, se unen a paganos que el Anticristo hará la
guerra, sino contra los cristianos,
según la etimología misma de su
32
Chronique de Solomon bar Simson, Chroniques hébraïques, edición y nombre […]. Es de este modo
traducción S. Eidelberg, The Jews and the Crusaders; the Hebrew Chronicles of
necesario, antes de la venida del
the First and Second Crusades, Wisconsin U. P., 1977, p. 195. Sobre el desarrollo
del mito del emperador de los últimos días, ver P. J. Alexander, “Byzantium and Anticristo que el imperio del
the Migration of Literary Works and Motifs: the Legend of the Last Roman cristianismo sea por vosotros o por
Emperor”, Mediaevalia et humanistica, 2, 1973, pp. 47-82.
33
aquellos que Dios haya elegido,
Sobres estas masacres y su significación, interpretada de manera diversa, ver J. reestablecido en estas regiones, a los
Riley-Smith, “The First Crusade and the Persecution of the Jews”, op. cit.; R.
Chazan, european Jewry and the First Crusade, londres, 1987; J. Flori, “Une ou
fines de que el jefe de todos los males
plusiers ‘première croisade’?…”,op. cit., pp. 3-27; B. Z. Kedar, “Crusade que establecerá aquí el trono de su
Historians and the Massacres of 1096”, Jewish History, 12,2, 1998, pp. 11-31. reino, encuentre aquí alguna fe contra
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la cual puede librar combate. La dimensión apocalíptica era, evidentemente, bien menor en las
Reflexionad sobre esto: el guerras santas anteriores. He aquí uno de los rasgos, ligados a
Todopoderoso quizás os haya Jerusalén que diferencian la cruzada de la guerra santa “ordinaria”.
predestinado a fin de que por vosotros, Hay otros rasgos, inherentes a la naturaleza del mensaje y a la
Jerusalén deje de estar aplastada bajo persona que lo formula. En la cruzada, el papa se dirige a toda la
sus pies…” 34 cristiandad, por encima aún de reyes y príncipes; habla en tanto que
jefe de todos los cristianos, en nombre de Cristo, y no solamente en
¿Realmente el papa hizo esta alusión? ¿Es un agregado de tanto que vicario de san Pedro, como en las precedentes guerras
Guibert? Cuando los cronistas mismos redactan, saben que los santificadas en Occidente. Se trata de la herencia de Cristo,
cruzados tomaron Jerusalén, liberaron el Santo Sepulcro, purificaron expoliada por los paganos, que es necesario liberar para retornarla
los santuarios, vencieron a los “paganos” con la fuerte ayuda de con los cristianos, sus hijos, y no de tierras del patrimonio de san
Cristo y de las legiones celestes; pero ellos saben también que Cristo Pedro, o de intereses políticos del papa. Hay aquí un salto cualitativo
no resucitó en la tierra: el Anticristo está todavía al nacer, y el considerable, subrayado ya precedentemente.
combate de Ascalón no era así el Armagedón, la última batalla de la Está, sobretodo, la Ciudad santa y la Tumba de Cristo, corazón de
Historia. El curso de la historia terrenal continúa, rechazando hacia su herencia y cuna del cristianismo, lugar santo por excelencia,
el futuro la realización apocalíptica. Entonces, la cruzada deviene fuente de gracia y de salud, verdadero centro místico de la
ella misma, aquí, a ojos de los cronistas, como la culminación cristiandad. Ninguna empresa de reconquista, ni en España ni en otra
histórica de las profecías que la anunciaban, tal y como dichos parte, podía gozar de una tal dimensión de sacralizad, ligada al Santo
cronistas lo demostraban. La cruzada deja de ser un medio de Sepulcro y al peregrinaje a Jerusalén. Esta dimensión no hacía de la
realización del fin de los tiempos, de retorno glorioso del Mesías, cruzada un peregrinaje armado y meritorio, sino una guerra santísima
rechazados hacia el porvenir. Esta disociación de la toma de de liberación de Palestina, que restituye a los cristianos los territorios
Jerusalén y del fin de los tiempos (idéntica a la que debieron y rutas que conducen a Jerusalén, abriendo así nuevamente esta vía
acometer previamente los primeros cristianos a propósito de la de gracia que, certera o erróneamente, aparecía amenazada.
destrucción del Templo de Jerusalén) bien pudo incitar a los No es sorprendente, en estas condiciones, que la cruzada tuviera
cronistas a ocultar, a borrar, en el discurso pontifical, toda alusión a en las masas un éxito incomparable, bien superior a todas las
una esperanza profética frustrada. Mal se ve, a la inversa, lo que, en incitaciones a la guerra santa ya mencionadas, comprendida la
estas condiciones, pudo conducir a Guibert a agregarla. reconquista. Los papas reclamaron la igualdad de méritos y
privilegios de las dos guerras santas (lo que no hubieran podido
hacer evidentemente si la cruzada hubiera sido un peregrinaje), pero
34
Guibert de Nogent, I, 1, op. cit., p. 115. no pudieron hacer nada, ni de nada sirvió la prohibición realizada a
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los españoles de partir a Jerusalén en vez de combatir a los hasta entonces politeístas o animistas, fueron unidas en torno a la
musulmanes en la Península 35. Ellos continuaron prefiriendo el nueva religión y comenzaron la conquista, sobre los estandartes del
combate contra los Turcos a la reconquista contra los Moros, tan profeta, animados por el espíritu de jihad 37. Mahoma, sin ser un gran
banal, quizás, a sus ojos, y sobre todo, probablemente, tan ligada a guerrero, participa en persona en numerosos combates y pregona
sus propios intereses o a aquellas iglesias de los alrededores. En numerosos otros en nombre de Alá, transformando así en guerra
Occidente, ellos combatían por ellos, por su iglesia, por san Pedro; y santa las operaciones punitivas contra otras tribus árabes o judías, los
allá, ninguna reconquista de un lugar santo mayor no viene a agregar raids o razzias o las conquistas territoriales.
su propia sacralidad a la de la guerra santa ordinaria. En Oriente, Sus sucesores continuaron esta vía o la expandieron. Aún, si el
luchas por Cristo, por la liberación de su Tumba, primer lugar santo Profeta no necesariamente divisó una conquista más allá de Arabia,
de la cristiandad, bien antes que Roma y Santiago de Compostela, no es menos cierto que había sentado las bases de la doctrina de la
quizás amenazados, pero jamás durablemente conquistados. jihad, no dudando en prometer el paraíso a los combatientes de Alá
que fueran muertos a manos de infieles en estos combates 38. La
jihad, que podemos grosso modo traducir como “guerra santa”, tiene
Jihad y cruzada por finalidad la conquista de los territorios no sometidos al Islam. En
estos “territorios de la guerra”, es lícito atacar, pillar, matar si es
¿Hay que asimilar, por tanto, la guerra santa a la jihad musulmana, necesario a las poblaciones consideradas como enemigas desde el
bien establecida y admitida sin dificultad desde el origen como una instante que resisten y no se someten a la ley del Islam. En las tierras
de las dimensiones del Profeta? Aquí todavía, a pesar de algunos conquistadas, pacificadas, sometidas a esta ley, la tolerancia
rasgos comunes podemos destacar notables diferencias. prescripta por Mahoma se ejerce, por otro lado, hacia los adeptos de
Los rasgos comunes son evidentes. A pesar de la tendencia actual religiones consideradas monoteístas. El Islam reserva todo sus
de numerosos intelectuales musulmanes deseosos de atenuar el
carácter guerrero y conquistador del Islam, no podemos negar que las
guerrero que puede revestir el término jihad. El sentido guerrero no es aquí menos
primeras conquistas musulmanas fueron llevadas a cabo en nombre indiscutible, particularmente en los primeros tiempos del Islam y desde la época
de la nueva fe 36. Convertidos al Islam por Mahoma, las tribus árabes, del Profeta. Ver sobre este punto el artículo de E. Tyan, “Djihad”, en Encyclopédie
de l´islam, t. II, 1965, pp. 551-553; A. Noth, Heiliger Krieg und heiliger Kampf…,
35
Cfr. supra p. 284 y siguientes; ver también Pascual II, Carta a todos los cruzados op. cit.; R. Arnaldez, “Les théories classiques de la guerre sainte (jihâd)”, en P.
triunfantes en Asia (28 de abril de 1100), citado en H. Hagenmeyer, op. cit., nº Viaud, Les Religions et la Guerre, París, 1991; A. Morabia, Le Gihad dans l´islam
XXII, pp. 178-179; Carta a los prelados de la Galia, ibídem, XIX, p. 174 y medieval, París, 1993.
37
siguientes; Carta nº 26 (14 de octubre de 1100), PL, 163, col. 45. Ver J. Flori, “Croisade et ddjihâd…”, op. cit.
36 38
Muchos pensadores musulmanes actuales, para disociarse de las tendencias Ver sobre este punto J.-P. Charnay, L´islam et la guerre, de la guerre juste à la
extremistas de los movimientos islamistas ponen énfasis sobre el sentido no révolution sainte, parís, 1986; J. flori, “Croisade et djihâd”, op. cit. pp. 267-285.
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rigores a los politeístas: tiene la opción de convertirse o morir. soldados este discurso, comparable a aquellos que hemos encontrado
Judíos y cristianos pueden, por otro lado, continuar practicando su en las páginas precedentes, del lado cristiano:
religión en tierras del Islam a condición de hacerlo en total humildad,
sin proselitismo y en el respeto a la ley y autoridad musulmana. A “…Oh, Musulmanes, sed fuertes y
este precio son “protegidos” (dhimmis), y relativamente poco pacientes en esta guerra santa contra
molestados, a pesar de algunas medidas a veces humillantes que sería los infieles, enemigos de Dios; el que de
en vano negar 39: estas medidas discriminatorias ante el fisco y la vosotros muera, ira al paraíso como un
justicia, seguidas en ocasiones de distinciones de indumentaria y de mártir, y el que no muera ganará
un cierto desprecio de parte de los musulmanes no conducen, sin grandes recompensas y un rico
embargo, a la emigración a las poblaciones cristianas y judías de las botín…” 43
regiones fronterizas que hubieran podido perfectamente realizar si su
suerte hubiera sido realmente intolerable 40. Conviene subrayar, a la El rey Abd`allah de Granada no dice otra cosa cuando describe la
vez, estos dos aspectos, juzgados muchas veces como adhesión de la población de España a los almorávides de Youssef:
contradictorios.
En la época de la Primera Cruzada el espíritu de jihad esta sin “…La noticia se había expandido en
duda un poco adormecido en los califas fatimíes de Egipto, pero el país que los almorávides eran gente
renace en los Turcos seléucidas y en la España almorávide 41; será virtuosa, que venían con el fin de
pronto relanzado por la cruzada como expresa un tratado asegurar el Paraíso en la vida futura y
damasquino 42. Si el término puede designar un combate espiritual, que practicaban la justicia. Nosotros
interior, contra el mal, no hay ninguna duda que comprendía, en la nos proponemos contribuir cada año,
época que nos interesa aquí, un sentido guerrero. Según Ibn Abi Zar, de nuestras personas y de nuestros
antes de la batalla de Zallaqa, Youssef ben Tachfin dirigió a sus bienes a la guerra santa con el Emir.
Aquellos de entre nosotros que
sobrevivamos nos cubriríamos de
39
Cfr. Bat Ye´or, Les Chrétientés d´Orient entre jihâd et dhimmitude, VIIe-XXe gloria, a la sombra de su protección;
siècle, parís, 1991.
40
Cfr. C. Cahen, Orient et Occident au temps des croisades, op. cit., p. 18 y
siguientes.
41 43
V. Lagardère, “Évolution de la notion de Djihad…”, op. cit. Abi Zar´Ibn, Histoire des souverains du Maghreb, traducción de A. Beaumier,
42
Cfr. E. Sivan, “La genèse de la cintre-croisade: un traité damasquin du début du París, 1860, p. 210. Ver sobre este punto R. Dozy, Histoire des musulmans
XIIe siècle”, Journal Asiatique, 1966, pp. 197-224. d´Espagne, 711-110, op. cit., t. III, p. 128.
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aquellos que sucumbiéramos caeríamos comportamiento más intolerante de los cristianos en las tierras
como mártires de la fe…” 44 conquistadas.
Otra diferencia: la jihad predica la conquista, la guerra santa la
Se trata pues, en la jihad como en la guerra santa como en la reconquista. Esta diferencia tiene de su lado a la cronología de los
cruzada, de una guerra sacralizada destinada a asegurar a su Dios la hechos: los territorios de Oriente Próximo, del África, de España y
soberanía, y a los creyentes la dominación sobre los territorios así de otras regiones conquistadas por las armas de los guerreros de Alá
conquistados. En los dos casos, el cumplimiento de esta acción estaban después de largo tiempo profunda y masivamente
armada es loable, procura lícitamente bienes materiales tomados del cristianizadas. Esta es la razón por la cual, hemos visto, las
enemigo; ella procura también recompensas espirituales y la corona invasiones musulmanas fueron tenidas, en Oriente como en
del mártir a aquellos que mueran en combate a manos de los infieles. Occidente, por un castigo de Dios. La Teología de la Historia
Existe de todos modos, diferencias notables. A pesar de algunas inspirada en la Biblia conducía naturalmente a interpretar a este
infracciones del príncipe, el Islam, se muestra en esta época más castigo como temporario. Si los cristianos se arrepentían de sus
tolerante (la palabra es impropia pero no tenemos otra) hacia los faltas, Dios se “arrepentiría” también de haberlos castigado y vendría
judíos y los cristianos, en los territorios conquistados, que los a liberar a su pueblo, sea para reestablecer el status quo ante, lo que
cristianos hacia los judíos y los musulmanes. La razón es aquí implicaba una reconquista, sea para establecer su reino, en el fin de
simple: en época de Mahoma, el Judaísmo y el Cristianismo estaban los tiempos, lo que implicaba un combate final de dimensiones
ya presentes, bien establecidos. El Profeta se refiere a una revelación apocalípticas. La reconquista española, y más todavía la guerra santa
común, que viene a completar y a rectificar por el Corán, último en Oriente, tenían la una o la otra de estas dimensiones, quizás las
mensaje de Dios. dos.
Los judíos y los cristianos, a ojos de los musulmanes, creyentes La cruzada, sobre todo, difiere de la jihad de la cual ella es casi su
parciales, incompletos, inacabados, que recibieron una parte de la anverso. La jihad es conducida por los creyentes para extender el
revelación. Para los cristianos, los judíos juegan un rol similar, y son “territorio de la fe” a partir de los santuarios que forman su núcleo:
por así decir “protegidos” por las mismas razones, bien que de La Meca, Medina, Jerusalén. Por otro lado, los tres lugares de la
manera generalmente menos tolerante. Por otra parte, el Islam, lo cristiandad, Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela están todos
hemos visto, les aparece como una desviación, una herejía, una situados en zonas vulnerables; los tres son, o fueron, codiciados por
perversión de la religión revelada, como un paganismo. Es los musulmanes; la iglesia de san Pedro fue saqueada, Santiago
probablemente en esta percepción en le que es necesario encontrar la conquistada, los caminos de Santiago puestos en peligro por los
explicación (pero en ningún caso la justificación) del piratas, y estos hechos pudieron quizás contribuir a sacralizar los
combates llevado a cabo en España para preservarlos de los ataques
44
Abd´allah, op. cit., IV, p. 71 y siguientes (158-159 de la paginación continua).
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de los “paganos”, en una guerra santa. La cosa es posible; pero no es Pero la cruzada es más que una guerra santa de la que comparte,
cercana. sin embargo, todos los caracteres. Difiere de ella esencialmente por
Esto vale, por contrapartida, para Jerusalén, cuya sacralizad es el hecho de que su finalidad es la liberación del Sepulcro de Cristo
infinitamente más grande. La cruzada no es pues, si osamos decirlo, en Jerusalén, lugar santo por excelencia.
una jihad ordinaria: equivale, para los cristianos de este tiempo, a lo Yo propongo, por ende, en conclusión, un reexamen de la
que sería para los musulmanes una guerra santa destinada a definición misma de cruzada. Más bien que sobre el voto, el signo de
reconquistar La Meca, si cayera en manos de los “increyentes”, de la cruz, la corona del mártir, la remisión de los pecados, o la
los no-musulmánes. indulgencia, elementos todos que se encuentran ya o se
Contrariamente a lo que creemos, esta sacralización reencontraron en las guerras santificadas contra los paganos, herejes
supereminente no es de ningún modo debilitada por el hecho de que o presumidos como tales, es mejor su finalidad como elemento para
Jerusalén –tercer lugar santo del Islam, pero primero de los lugares apoyarse a la hora de definirla.
santos del Cristianismo y del Judaísmo, como La Meca es el primero Propongo, entonces, esta definición, simple y me parece,
de los lugares santos del Islam– estaba después de tres siglos a suficiente 45:
manos de los musulmanes. La antigüedad y la duración de esta
ocupación no juegan, para los cristianos de la Edad Media, ningún “La cruzada es una guerra santa que
rol de atenuación desde que Dios mismo decidió poner fin a este tiene por objeto la liberación de
escándalo y pidió a sus fieles, por boca del soberano pontífice, Jerusalén”
participar en esta reconquista, bajo su conducción, como antes los
Hebreos tomaron posesión de la Tierra santa, ocupada por los
Cananeos.
Último rasgo: la jihad es original en la religión musulmana; la
guerra santa no lo es en el cristianismo. Resulta de una evolución de
cerca de mil años, de la cual nosotros relatamos las fases principales
y los factores esenciales. La cruzada es una guerra santa que,
respondiendo a la jihad que reencuentra al término de esta 45
Esta definición permanece valiosa inclusive si el camino tomado por los
revolución doctrinal de mil años, da la espalda a la doctrina del cruzados parece a nuestros ojos alejarlos de este objetivo, como es el caso de los
Evangelio y de la Iglesia primitiva para sacar en las “Guerras de lo cruzados de san Luis. Por el contrario, combinaciones de todos los signos,
ingredientes y privilegios de cruzada, las operaciones guerreras predicadas por el
eterno” relatadas en el Antiguo Testamento argumentos destinados a Papa contra los musulmanes en España, los paganos en Europa Oriental, y más
alimentar su nueva actitud. Hemos, en las páginas precedentes, todavía los “herejes” de Albi, o los emperadores rebeldes al papado no son todas
intentado seguir esta elaboración. más (ni menos) que guerras sacralizadas.

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