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Facultad: Ciencias jurídicas y políticas.

Sede: Formosa.
Catedra: Derecho Penal I parte 2.
Tipo de examen: Trabajo Práctico 2°
Profesor: Ramón Alberto Sala.
Alumnas: Noelia Duarte, Dzysiuk Tatiana, López Julieta, Flavia Gonzales.
DNI: 40.839.224.
40.212.070.
40.820.165.
Fecha: 30/09/19.
Introducción:

En el presente trabajo nos abocaremos al análisis del fallo ‘’ZAMBRANA DAZA NORMA BEATRIZ
s/ INFRACCION DE LA LEY 23.737’’ a la luz de la teoría del delito propio del derecho penal y la
interferencia de otras ramas del derecho y la ética con la cuestión seleccionada, como las
interpretaciones de instituciones vinculadas al debido proceso, el entuerto de normas de
distintos rangos.
Hecho delictivo juzgado:

Norma Beatriz Zambrana Daza debido a la situación económica que transitaba en su país
Bolivia se conectó con una persona (Mario Blanco) que le propuso ingerir capsulas que según
este contenían oro en polvo, debiendo transladarlas desde Pocitos ciudad de Bolivia hasta la
Capital Federal de Argentina. Al arribar en la ciudad Argentina, Zambrana Daza sintió fuertes
dolores estomacales, ocasión en la cual Mario Blanco le manifestó que lo que había ingerido
era cocaína por lo que esta se dirigió a un hospital para ser auxiliada.

Este hecho fue juzgado con base en el régimen de la ley 23.737 de tenencia y tráfico de
estupefacientes más precisamente el artículo 5° inciso C de dicha ley ‘’Será reprimido con
reclusión o prisión de cuatro a quince años y multa de dos millones doscientos cincuenta mil a
ciento ochenta y siete millones quinientos mil australes el que sin autorización o con destino
ilegítimo: Comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o
los tenga con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, o almacene o
transporte.’’ Se aplicó la legislación argentina en virtud del principio de territorialidad ya que el
delito comenzó su ejecución en el país de Bolivia, 1’’Por delitos cometidos o cuyos efectos
deban producirse en el territorio de la Nación Argentina, o en los lugares sometidos a su
jurisdicción’’.

Análisis según la teoría del delito:

Conducta: la acción de la imputada fue ingerir estupefacientes ilegales para su tráfico.

Resultado: trasladar de un país a otro estupefaciente ilegales.

Nexo causal: suprimiendo la acción de trasportar los estupefacientes, se elimina el resultado


de traficarlo los mismos.

Tipicidad; tipo objetivo, teoría de la imputación objetiva: Creación del riesgo prohibido:
trasladar estupefacientes. Materialización en el resultado: tráfico de estupefacientes de un
país a otro.

Tipo subjetivo: Dolo: intención de realizar la conducta ilícita. Los aspectos cognoscitivo y
conativo que son elementos del dolo se encuentran viciados ya que la imputada tenía la
intención de trasladar un objeto de forma ilícita pero no tenía conocimiento de que era
realmente lo que trasportaba. Lo que se traduce en un error en la causalidad, encuadrándose
en la aberratio ictus con objetos equivalentes para el tipo, ‘’es un error en la motivación lo que

1
Código penal de la nación Argentina, ley 11.179. Artículo 1°.
resulta irrelevante para la tipicidad ya que los motivos no alteran a esta’’ 2, que si bien tenía un
falso conocimiento de lo que trasportaba, la imputada comprendía que lo hacía de forma
ilegal. Dicho error, a criterio del grupo apreciamos que tomando las diligencias necesarias
conocía o pudo conocer el contenido de las capsulas que ingirió lo que elimina el error de tipo.
Cabe agregar que en virtud de las garantías debido proceso la imputada tiene la facultad de
alterar o falsificar la verdad de los hechos para su defensa ya que esta será inocente hasta que
se demuestre lo contrario.

Antijuricidad: La conducta de la imputada es típica ya que se encuentra descripta como


prohibida en el artículo 5 inciso C de la ley 23.737, y no se encuentra justificada en el
ordenamiento jurídico.

Culpabilidad: la conducta es reprochable a su autor ya que es imputable, a causa de que tiene


la capacidad de comprender la criminalidad de la antijuricidad y la capacidad para adecuar su
conducta a la comprensión de la misma.

La imputada es autora directa del hecho ya que tiene el dominio funcional del hecho.

Hechos controversiales del caso:

El 4 de abril de 1992 la señora NORMA BEATRIZ ZAMBRANA DAZA, concurre al hospital Piñero
en busca de asistencia médica urgente debido a un fuerte dolor abdominal para luego expulsar
por vía bucal 4 capsulas vacías, manifestando que las misma tenia cocaína y que se había
tragado 44 de ellas donde es atendida por la doctora ROSARIO PACHECO para luego esta
proceder al tratamiento desintoxicación para que pueda expulsar la totalidad de las bombitas
de látex y dar aviso a las autoridades pertinentes lo cual motivo a la instrucción del sumario
que da origen a un largo debate en el marco de un proceso judicial. Al prestar declaración
indagatoria ZAMBRANA DAZA.

En primera instancia la procesada fue condenada a la pena de 4 años de prisión (pena máxima
del delito) por el delito de transporte de estupefacientes artículo 5 inciso C de la ley 23.737.

La sala I de la cámara nacional de apelación en lo criminal y correccional federal, por mayoría,


declaro la nulidad de todo lo actuado del auto que disponía la instrucción del sumario debido a
que se consideró ilegitima la investigación llevada a cabo a partir de los dichos de un médico
en contra de la paciente que le había sido comunicado dentro de la relación terapéutica y, en
consecuencia absolvió procesada del delito de transporte de estupefacientes por el que fuere
acusada. Contra dicho pronunciamiento el señor fiscal de la cámara interpuso el recurso

2
Manual de derecho penal. Eugenio Zaffaroni. Sexta edición. Editorial Ediar. Buenos aires, 2014.
extraordinario alegando la arbitrariedad de la decisión cuya denegación origino la presente
queja, mantenida en la instancia por el señor procurador general.

En dicho fallo lo que se discute es la interpretación y aplicación de normas de diferentes


jerarquías al caso como también la infracción de la garantía a la no autoincriminación del
debido proceso.

La cámara de apelaciones considero: que se encuentra vulnerada la garantía de ‘’nadie puede


ser obligado a declarar contra sí mismo’’ una de las tantas consagradas en el artículo 18° de la
constitución nacional ya que la investigación criminal tiene su base en la violación de secreto
profesional médico contemplado en el artículo 156° del código penal de la nación ‘’ Será
reprimido con multa de pesos mil quinientos a pesos noventa mil e inhabilitación especial, en
su caso, por seis meses a tres años, el que teniendo noticia, por razón de su estado, oficio,
empleo, profesión o arte, de un secreto cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare sin
justa causa’’ ya que le fue revelado en un estado de necesidad de la imputada, no habría
actuado libremente sino por el miedo a la muerte.

Se discutió también la prevalencia o aplicación al caso el deber de denunciar el delito o


guardar el secreto que recae sobre la médica interviniente en la cuestión. Se aplicó el adagio
‘’lex specialis derogat generalis’’, ya que los artículos controvertidos eran 166° y 167° del
código de procedimiento en materia penal y el artículo 156° del código penal nacional.

Existieron disidencias en el juzgamiento del caso por los jueces; clasificados en tres posiciones;

1. Posición de Julio Nazareno, Eduardo Moliné OConnor, Adolfo Vázquez y Guillermo


López. Hacen lugar a la queja, declaran procedente el recurso extraordinario y revocan
la sentencia apelada, basando su fundamento en que la interpretación de la garantía
constitucional a modo que conduzca a calificar de ilegitimas las pruebas
incriminatorias obtenidas en los casos en que el individuo que delinque requiera
asistencia médica en un hospital público. No siendo procedente en tal caso ya que la
no existió engaño ni coacción que viciara la voluntad de la procesada. Lo contrario
conduciría a sostener que los funcionarios públicos se hallarían impedidos de
investigar las pruebas obtenidas a raíz de la concurrencia a un hospital por parte del
imputado.
Con respecto a la interpretación de la legislación aplicable es improcedente sostener
que la función pública de la médica de un hospital público no la releva de la obligación
de conservar el secreto profesional sino que debido a la excepción de denunciar que
recae sobre el mismo sujeto consagrada en el código procesal en materia penal no
resulta aplicable el deber de guardar el secreto profesional ya que se trata de delitos
de acción pública que deben instruirse sumario en todos los casos.
2. Posición de Antonio Boggiano, se adhiere a la primera posición es decir declaran
procedente el recurso extraordinario y revocan la sentencia apelada y agrega que la
conducta de la imputada al ingerir el estupefaciente y decidir entregarse a las
autoridades importó una renuncia voluntaria a la garantía constitucional que el fallo
estima vulnerada. De igual forma mencionada garantía no abarca los supuestos en que
la evidencia es de índole material y producto de la libre voluntad del procesado. La
expulsión de las cápsulas con sustancias estupefacientes del organismo de la acusada
se produjo como consecuencia de un tratamiento médico con el propósito de conjurar
el peligro que se cernía sobre su salud, no siendo un estado de necesidad ya que el mal
que se quiere evitar no ha sido ajeno al sujeto sino que, por el contrario, es el
resultado de su propia conducta intencional.
Que vedar automáticamente la investigación de las pistas que pudieran surgir del
secuestro de efectos obtenidos a raíz de la concurrencia de quien delinque a un
nosocomio público significaría erigir un obstáculo legal a la persecución del delito y
alentar la difusión del medio de comisión empleado en la especie.
3. Posición de Gustavo Bossert, Carlos Fayt, Augusto Belluscio y Enrique Petracchi
desestiman la queja sosteniendo que la doctrina aplicada coincide con lo decidido en
el fallo plenario dictado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional, in re "Natividad Frías" de modo análogo a lo ya resuelto.
El carácter de funcionario del médico no lo releva de la obligación de conservar el
secreto profesional. Admitir lo contrario conduciría a la consagración de un privilegio
injusto, pues sólo contarían con el secreto de sus médicos aquellos que pudieran pagar
sus servicios privados. La doctrina de la arbitrariedad de la sentencia para hacer uso
del recurso extraordinario federal no tiene por objeto corregir en tercera instancia
sentencias equivocadas o que se estimen tales, sino que sólo encuadra en aquellos
casos excepcionales en que media absoluta carencia de fundamentación o un
apartamiento inequívoco de la solución normativa prevista para el caso, ya que lo
contrario importaría extender la jurisdicción de la Corte habilitándola a revisar todos
los pronunciamientos. Resulta también menester no sólo el planteo de una cuestión
federal, sino que ésta guarde una relación directa e inmediata con el contenido de la
relación impugnada, y que ello no se cumple si, pese a hallarse en juego una cuestión
que se reputa de orden federal, el pronunciamiento se apoya en preceptos de derecho
común y en cuestiones de hecho.
El art. 3°, inc. 11°, de la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de
estupefacientes, aprobada por ley 24.072, establece ‘’ninguna de las disposiciones del
presente artículo afectará al principio de que la tipificación de los delitos a que se
refiere o de las excepciones alegables en relación con éstos queda reservada al
derecho interno de las Partes y de que esos delitos han de ser enjuiciados y
sancionados con arreglo a lo previsto en ese derecho" la interpretación y aplicación
leyes procesales y sus consecuencias no afecta los compromisos asumidos por la
nación al suscribir el convenio del que se trata.

Análisis dogmático:

La llamada “dogmática jurídica o método dogmático” es una forma de analizar, interpretar y


comprender los textos legales descomponiendo los mismos en elementos simples llamados
“dogmas” con los cuales luego se procede a construir una teoría interpretativa. Esta teoría
debe responder a 3 reglas básicas:

La primera regla es la “completividad lógica” según la cual el sistema no debe contener


contradicciones internas. No cumple esta regla, por ejemplo, una teoría que considera una
misma circunstancia eximente y atenuante porque equivale a decir que algo es y no es al
mismo tiempo. Con respecto a esta regla, en el caso Zambrana Daza existe una contradicción
interior del sistema penal puesto que chocan el deber de denunciar y el deber de guardar
secreto profesional. Se ha dicho que un médico de hospital público por ser considerado
funcionario público tiene la obligación de denunciar un delito como el de tráfico de
estupefacientes. La crítica que se hace a este planteo es que de ser así se estaría violando la
igualdad ante la ley ya que si un sujeto puede pagar un médico privado le puede dar a conocer
lo que hizo sin peligro de que se le juzgue penalmente, mientras que otro de pocos recursos
que se ve obligado a ir a un hospital público por no contar con dinero no se encontraría
resguardado por el secreto profesional.

La segunda regla básica es la “compatibilidad legal”, esto quiere decir que no puede decidirse
ninguna controversia interna o externa respecto al sistema en contra de la ley. Por ley debe
entenderse la Constitución y los Tratados de Derechos Humanos; si hay contradicción entre
leyes se debe privilegiar la CN. Respecto a esta segunda regla sostenemos que no puede
resolverse, como se planteó en el análisis de la primera regla, argumentando que ciertos
médicos deben guardar secreto y otros no, que no es otra cosa más que privilegiar una ley por
sobre otra, el CPP o el CP. Para nuestra forma de ver, la cuestión debía resolverse conforme la
CN. La CN dice que nadie puede ser juzgado cuando fue obligado a denunciarse o aportar
pruebas en su contra. Más allá de la cuestión de la igualdad que creemos les asiste la razón a
los críticos de esa solución.

La tercera regla es la “armonía jurídica o también llamada estética jurídica”. Si, por ejemplo,
suponemos que el sistema penal es un edificio deberíamos preocuparnos por que sea un
edificio sólido y firma, estéticamente precioso. Por el contrario, resultaría inaceptable que le
sistema se pareciera a un casa por la que se ingresa por el sótano y se camina por escaleras
cortadas y se mira por ventanas que no dan a ningún lugar, en otras palabras, cuando el
sistema realiza una jerarquización de los bienes jurídicos tutelados determina que el valor vida
es el bien jurídico más importante que protege el derecho penal ya que todos los demás
derechos de una persona dependen de que ésta viva, en ese sentido, minimizar el hecho de
que una persona que ve en peligro su vida y se encuentra obliga por esa circunstancia a dar a
conocer su responsabilidad sobre un delito, representa una asimetría axiológica del sistema.
En el caso se valora más la seguridad pública que el derecho a la vida.

Con relación al concepto constitucional en juego que manda “nadie puede ser obligado a
declarar en contra de sí mismo” antes que una regla jurídica, es una regla de convivencia
sustentada en el orden natural de las coas y de la dignidad de la persona. El derecho se nutre
de contenidos axiológicos que orientan su misión, el orden y el bien común, esta es la prueba
acabada de como la ética exterioriza su influencia en materia tan vital donde se arriesgan la
intimidad, la regularidad, el orden y la justicia.

Esta prohibición es de carácter absoluto ya que no se admiten interdicción de excepción


alguna.

Siguiendo lo expuesto en el fallo, la temática que se pone en énfasis se desprende de la teoría


que plantea la situación del imputado como objeto de prueba, donde este, demandado pasivo,
brinda su autoría o parte de ella para que sirva como prueba, en relieve con la opinión de
Bidart Campos, se muestra contraría a ella puesto que asegura que lo que entra en juego es la
intimidad personal para descubrir delitos que la acusada no está obligada a declarar.

No obstante, requiere una solución que se compatibilice tanto con el derecho de defensa del
imputado y su intimidad, considerando que es sujeto y objeto de pruebas en nada tiene que
ver con los tormentos y azotes que la Constitución Nacional prohíbe, en cuanto no degrada la
intimidad del hombre y a su vez, consideramos la importancia de que, un evento criminoso, la
sociedad y el poder del estado deben contar con los medios indispensables para poder
investigar el entuerto, ya que de lo contrario nos encontraríamos en el absurdo de que muchos
ilícitos cuyo esclarecimiento caen en la credibilidad de la justicia queden frustrados por la mera
imposibilidad del imputado y, si en lograrlo el derecho en defensa en juicio, no es profano
conferir a la jurisdicción los medios suficientes para realizar el valor “justicia” que el preámbulo
declara en la Constitución.

Opiniones acerca de la interpretación del fallo analizado;

1. Luego del exhaustivo análisis del fallo advierto que si bien la aplicación de los fallos
plenarios no se encuentran vigentes, resulta un deber moral que pesa sobre los jueces
de los tribunales inferiores a la corte suprema de justicia realizar la misma
interpretación de las normas cuando llegaren a su conocimientos asuntos análogos a
los ya resueltos por los miembros de la corte suprema, para así lograr una
interpretación homogénea de los casos. Debido a esto creo que la aplicación de la
doctrina del fallo ‘’Natividad Frías’’ es procedente ya que se encontraban en colisión
las mismas normas. Resulta improcedente afirmar que la garantía de ‘’nadie puede ser
obligado a declarar contra sí mismo’’ no se encontraba vulnerada en razón de que no
se usó engaños ni coerción para que aquella confesara y que en su misma voluntad lo
hizo, ya que la acusada se encontraba en un estado de necesidad en el cual si esta no
confesaba el delito los médicos del hospital difícilmente hubieran encontrado la cura
para su salud, es decir se encontraba entre la vida o la muerte. Es por eso que todas las
pruebas obtenidas de forma ilegítima son inconstitucionales, como también las que
deriven de la principal declarada como nula.
Con respecto a la colisión del deber de conservar el secreto profesional o denunciar los
delitos que lleguen al conocimiento de funcionarios públicos la norma es clara ya que
el art.156° del código penal establece que el secreto que se haya tenido noticia en
razón de su ‘’estado, oficio, profesión o arte’’, requiriéndose que esa divulgación
pueda causar un daño físico, patrimonial, moral aun en el caso en que pueda ser
sometido a proceso, es así que el medico interviniente tenía el deber de guardar el
secreto en primacía al deber de denunciar.
2. Mi perspectiva se va a inclinar desde el punto en el cual voy a analizar la conducta de
la médica arriesgando su profesión, denunciando a Norma Beatriz Zambrana Daza por
el delito que había cometido, sin consentimiento.
Una parte de la doctrina, se ha ocupado primeramente de tratar de resolver ese
problema. En el caso de la médica, aun siendo funcionaria pública, como lo expresa
Núñez: “el acto no deja de ser acto que sustancialmente corresponde al arte de curar.
Es esto y nada más. Para satisfacer la necesidad del secreto de ese acto, concurre la
misma razón que aconseja su reserva por el profesional en el caso en que actúa
ejerciendo libremente su arte; en ambos casos, la reserva encuentra su razón en la
prevalencia que la ley le atribuye al interés de la salud del paciente, incluso si este
puede ser un delincuente o si es un delincuente convicto, sobre el interés social en la
prosecución y castigo de los delincuentes”. Teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo
anterior el actuar de la médica fue excediendo sus límites profesionales, ya que sólo se
tiene que circunscribir en la salud de su paciente primeramente por sobre su deber de
denunciar.
3. En cuanto a mi opinión personal en la realización de este trabajo práctico me resulto
por demás interesante como en un caso como estese debate cuestiones tan sensibles
como son los preceptos constitucionales de defensa en juicio que, a mi parecer son de
carácter innegociable, pero, toda discusión a su respecto es realmente fructífero,
puesto que se sienta bases para posibles conflictos que puedan suscitarse en el futuro.
La relación entre diversas materias de derecho, como en este caso penal y
constitucional, no evidencian otra cosa que la amplitud y complejidad de la sociedad y
la gran importancia que nos llega como alumnos de abogacía de intentar siempre,
todo lo posible, de estar instruidos para crecer frente a conflictos que subyacen en la
sociedad.
Conclusión:

Para dar fin al análisis del caso teniendo en cuenta lo expresado con anterioridad en la
producción del trabajo parafraseo a Soler ‘’la ley, frente a un grave conflicto entre dos bienes
jurídicos, se pronuncia a favor de la tutela de la persona, aun a costa de sacrificar bienes de
altísimo valor; negar el derecho de necesidad importa declarar al hombre en general carente
de derecho, pues se le niega la vida’’.
Bibliografía:

Código penal nacional, ley 11.179.

Libro ‘’Derecho penal – parte especial. Tomo II – A’’, Edgardo Alberto Donna.

Libro ‘’Manual de derecho constitucional, Mario Midon’’

Libro ‘’Manual de derecho penal, Eugenio Zaffaroni’’.

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