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Hay eficacia en la oración Del Justo, Sant. 5:16.

          A. Mat. 6:9-13; 7:7-11. Hay muchos textos que nos enseñan la
importancia de orar sin cesar. En este estudio ya se ha dado mucha atención al
tema.

          B. Todas las religiones dan mucha importancia a la oración: los judíos
tenían sus horas de oración (los mahometanos siguen la práctica); los católicos
rezan (el "Padrenuestro", la "Ave María"), contando las repeticiones; también
los evangélicos rezan el "Padrenuestro" y otras oraciones.

          C. Solamente orar en casa. Muchísimas personas dicen que son


creyentes, que pueden orar en casa, y que por eso no tienen que asistir a
ninguna iglesia. El orar es su único acto de culto. (El asistir para cantar, para
tomar la cena del Señor, para ofrendar, para estudiar la Biblia y para orar con
otros no cuenta para ellos, no tiene importancia). El orar es su religión. Su
creencia es semejante a la creencia de los que enseñan la salvación por "la fe
sola"; escogen una sola cosa y le dan toda la importancia. Sin embargo, la
obediencia no puede ser sustituida por el orar.

          D. El problema con esta actitud es que solamente ellos hablan (en


oración), pero no dejan que Dios les hable a través de su palabra. Hablan
pero no escuchan. Pero los que no escuchan a Dios no serán escuchados por
Dios.

III. Pero muchos no dan a la obediencia el mismo énfasis que dan a la


oración.

          A. Jesús da suma importancia a la obediencia. Estúdiense con cuidado


los siguientes textos: Mat. 6:10, "hágase tu voluntad"; 7:21, "sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos"; 7:24, "Cualquiera, pues, que
me oye estas palabras, y las hace"; 12:50, "Porque todo aquel que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y
madre"; 21:31, "¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?"; Luc. 6:46,
"¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" Véanse
también Jn. 7:17; Rom. 2:12, 13; Heb. 5:8, 9.

          B. Pero tantos hombres no le dan la misma importancia que Jesús le da.
Más bien buscan el camino ancho en la religión, doctrinas que agradan a los
hombres. Buscan su propia conveniencia.
          C. ¿Obedecer qué? Para comenzar, este mismo sermón tiene que ser
obedecido y, por supuesto, toda la enseñanza del Nuevo Testamento. Jesús y
Juan predicaron el arrepentimiento (es decir, el cambio de corazón y vida) y el
bautismo para remisión de pecados, y en este sermón Jesús nos dice cómo
cambiar. Nos dice los cambios necesarios. Todos hemos pecado y hemos
vivido en el pecado. Estando en el mundo, no habíamos practicado estas
enseñanzas.

          D. La prueba principal del amor es la obediencia. Jn. 14:21-24, "El que
tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama".

 PALABRAS TIENEN PODER


MÁS SOBRE
ESTE MENSAJE:

Leemos en Santiago 3:3-8: “He aquí nosotros ponemos freno en al boca de los


caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad
también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos,
son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna
quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de
grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y
la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre
nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la
creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de
bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido
domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la
lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.”

Leamos también en Génesis 1:3: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”; versículo
6: “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas”; versículo 9: “Dijo
también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos”; versículo
11: “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde”. Cada vez que Dios dijo,
se hizo. ¡Dios también tiene lengua!

1ª Tesalonicenses 2:13 dice: “Por lo cual también nosotros sin cesar damos


gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de
nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad,
la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.”

¡No solamente Dios habló en el Génesis, cuando creóel mundo,sino también habla
ahora, a través de hombres!
HAY ESPÍRITU DETRÁS DE TODA PALABRA

Enla Bibliaqueda claro que todo el poder de Dios y toda su obra se realiza a través de
la palabra. Cuando Él dice, se desata poder, de tal manera que sucede lo que Él dice.

Nosotros funcionamos de una manera parecida; cuando queremos amargar a alguien


le decimos cosas y no nos detenemos hasta lograr amargar a esa persona. ¡Así que
también el hombre abre la boca y algo sucede! Si dentro de ti hay ira, venganza,
amargura o angustia, el que manda el barco, por ejemplo el espíritu de angustia,
mueve el timón, y ese timón es la lengua. La lengua habla, y dicela Bibliaque ella es
unmundo de maldadque contamina nuestro cuerpo e inflama la rueda de la creación.
Parece ser que cuando hablamos desatamos poderes espirituales de maldad. Por
ejemplo si le dices a alguien: “No voy a parar hasta que te vea muerto”, ahí empiezan
a operar demonios. Pero cuando invocamos el nombre del Señor sobre algún tema, el
Señor Jesús actúa.

La lengua es inflamada por el infierno y contaminael mundo entero.Una frase medio


desubicada que diga elpresidente de EstadosUnidos, Barack Obama hace queel mundo
enterose estremezca. ¡Las palabras son poderosas!

Recuerdo una historia, acercade un pastorque le daba consejos a las esposas para
matar al marido. Les decía: “Mire, si usted quiere matar a su marido, déle de comer y
en ese momento empiece a contarle de todos los problemas del día, lo malo que
hicieron los nenes, lo amargada que está, cuéntelede la falta de dinero, critíquelo.
Hágalo todos los días; déle de comer y amárguelo con comentarios y verá que al poco
tiempo se le muere”. ¡Las palabras tienen poder!

Una palabra produce heridas más grandes en el alma, que las que pueda hacer un
cuchillo en el cuerpo. Las puñaladas se sanan en semanas o meses, pero las palabras
que hemos dicho, a veces no sanan ni en 40 años. Por lo tanto no podemos obviar
como hijos de Dios, como gente de fe, las palabras que decimos.

Con las palabras de rechazo, les robamos la autoestima a las personas; cuando le
decimos “idiota”, “inservible”, “eres igual a tu padre”, “nunca vas a llegar a nada”, le
arruinamos las ganas de estudiar a nuestros hijos. He tenido que tratar con un hijo al
que su padre le decía “maricón”: El chico a los 12 años ya era homosexual. Este
muchacho me decía: “Yo no quería ser como mi papá, yo rechazaba la figura paterna y
masculina”. Una persona abusó sexualmente de él, y empezó a sentir que no era
hombre sino mujer. ¿Crees que Dios te dio la boca para hablar descuidadamente o
para herir? ¡¡El poder dela vida yel poder de la muerte están en la lengua!!

Nosotros hablamos de lo que tenemos adentro. Así que no solamente tenemos que
cuidar las palabras que decimos, sino también las que oímos. No podemos oír
descuidadamente sin discernir, y sin entender qué espíritu hay en aquello que nos
dicen. Junto con la palabra que te han dicho, entra el espíritu de lo que te han dicho.
Las palabras tienen espíritu; y como tienen espíritu, tienen intensión, o propósito. Tal
vez no te das cuenta, cuando hablas, porque estás distraído, pero el que te manda a
hablar, puede que sea un espíritu de odio. Entonces sueltas la lengua y la intención de
la palabra que sale es la del espíritu que te gobierna. ¡Toda palabra tiene intención!
¡Toda palabra tiene espíritu!
La palabra es como un cable que lleva energía. Elapóstol Pabloles dice a los
tesalonicenses que estaba contento porque cuando recibieronla palabra deDios, que
habían escuchado por medio de él, no la recibieron como palabra de hombre, sino
como es en verdad: Palabra de Dios, la cual actúa en el creyente. El verbo actuar que
se usa en el texto bíblico viene del griego “energeo” que quiere decir energía. O sea,la
palabra deDios, produce energía, trabajo, dentro de nosotros, lo mismo que la palabra
del hombre. Esa boca que tienes, Dios te la dio, no para que hables lo que te da la
gana, sino para que hables conforme a su palabra, a sus planes y propósitos. ¡Y si tú
hablasla palabra deDios estás haciendo su obra!

Dijo Jesús que si nosotros creemos en nuestro corazón y no dudamos (está hablando
de la fe que viene de Dios), si creemos firmemente que lo que decimos será hecho,
entonces lo que digamos será hecho. ¡Así que el creyente, cuando emite palabra de
Dios, produce la obra de Dios! Así como Dios dijo: “seala luz”, el creyente, en el
nombre de Jesús, puede también decretar: “seala luz”.¡Las palabras tienen poder, y
trabajan de acuerdo al espíritu que las motiva! Si estás lleno del Espíritu de Dios,
entonces las palabras que salen de tu boca, tienen el poder del Espíritu Santo y
producen las obras de Dios.

En cuanto a las palabras del hombre, debemos entender, que todo lo que es nacido de
la carne, carne es. Y en cuanto ala palabra deDios, todo lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es. El resultado es totalmente distinto. ¡Más importante que las palabras, es el
espíritu de las palabras!

Un hombre que ama a una mujer le dice: “Te amo”. Si es verdadero amor, y si es de
Dios, esa palabra produce el efecto de Dios enla vida deesa mujer. Pero si se trata de
un lascivo que sólo quiere aprovecharse de la mujer y tener un momento de placer,
también le dice: “Te amo”. La diferencia está en el espíritu de la palabra, en este
último caso, la palabra va con un espíritu lascivo. ¡El resultado es diferente!

            “SI ENTRESACARES LO PRECIOSO DE LO VIL, SERÁS COMO MI BOCA”

Ahora, si el creyente no tiene discernimiento, entonces no entiende qué espíritu se


mueve cuando recibe una palabra. Hay gente que tiene un mal espíritu, por lo tanto
tiene malas intenciones. Tu preocupación debiera ser: ¿Qué piensa Dios de mí? ¿Qué
quiere Dios de mí? ¿Quién soy yo? ¡Lo quiero escucharde la boca de Dios, no de mi
suegra que me tiene bronca! ¡No lo quiero oír de mi esposo que me rechaza! ¡No lo
quiero oír de mi hijo que se alcoholiza, se droga y me insulta! Tengo que saber poner
un escudo de defensa a las palabras que me dicen, y saber elegir lo que me entra y lo
que no me entra. Dios te da el poder o la autoridad de recibir o no. Por eso dicela
Bibliaque Dios nos ha dado espíritu de amor, de poder y de dominio propio.

A Jesús no le afectaba que dijeran de Él, que era un endemoniado, porque Él sabía que
era el Hijo de Dios. ¡No debemos confundir las palabras de un hombre conla palabra
deDios!

Los tesalonicenses habían recibidola palabra deDios como lo que era, a pesar de que la
habían escuchadode la boca de unhombre. Si tú piensas que recibes palabra de
hombre, siendo palabra de Dios, la bajas de categoría. Escuchas predicar a un pastor y
compartes algunas cosas que él dice, pero otras no. Catalogas la palabra y le das el
crédito que tu corazón decide. Entonces parte de la palabra entra y parte de ella te
resbala. Yo tengo que tener sumo cuidado y mucha fe de no hablar palabra de hombre.
Se que voy a ser juzgado por Dios, por cada palabra que dé. Si te doy palabra de Dios
entonces esa palabra producirá la obra, actuará poderosamente dentro de ti, pero sólo
hará su obra, si tú la recibes tal como es, como palabra de Dios. Yo tengo la gran
responsabilidadde hablarte de parte deDios, y tú tienes la gran responsabilidad de
creer que te hablode parte de Dios, que es Él mismo quien te habla.

La carne solamente produce obrasde la carne. De lacarne recibirás muerte y


corrupción, por lo tanto tienes que saber desechar toda palabra que tú entiendes o
disciernes que no viene de Dios. Y para que sepas cuando una palabra viene de Dios o
no, tienes que conocerla Biblia.¡Allí está la voluntad de Dios!

Recuerdo una mujer que me dijo: “Pastor, yo ya no lo quiero más a mi marido, se me


fue el amor. No siento lo mismo que antes, le tengo asco. ¿Me puedo divorciar?” ¡Esta
mujer no conocela palabra deDios!La Bibliadice que Dios abomina el repudio. No
obstante, la mujer me decía: “¿Dios me va a obligar a vivir con él?” Si no conocesla
palabra deDios, tu opinión y tu sentir van a ser contra la voluntad de Dios.
¡Bienaventurados los que asisten ala casa deDios para escuchar su palabra! Porque
para escuchar pavadas tenemos todos los días la radio, la televisión, y tus vecinos.

La palabra deDios dice: “10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la


nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir,
y da semilla al que siembra, y pan al que come,  11así será mi palabra que sale
de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié”. (Isaías 55:10-11)

Cuando un creyente está lleno del Espíritu Santo y habla palabra de Dios, puede
reprender un cáncer y este desaparece. ¡Porque la boca del creyente es como la boca
de Dios! Jeremías 15:19 afirma “…si entresacares lo precioso de lo vil, serás
como mi boca”. Los grandes hombres de Dios, hablaronde parte de Dios e hicieron
señales portentosas. Así es que Elías hizo decender fuego del cielo, Moisés abrió el mar
Rojo, así fue como los discípulos de Jesús sanaron enfermos y resucitaron muertos.
¡Hacían prodigios y milagros porque hablabande parte de Dios!

El Señor dijo que nosotros podríamos hablarle a una montaña que se desarraigue de
un lugar y se plante en otro. Esto no es alegórico. Lo que Dios ha previsto es
equiparnos con una llenura del Espíritu tal, que cuando abramos la boca en el nombre
de Jesús, las obras de Dios sean producidas. ¿Cómo se sienten las personas que están
alrededor tuyo? ¿Le dan gracias a Dios por tu vida o te huyen?

Hay algunos que usanla palabra deDios, pero no el Espíritu de Dios. ¡Se vuelven
legalistas! Una vez fuimos a pescar con unos pastores amigos y le dijimos al que
manejaba la lancha que éramos todos pastores y que si tenía alguna necesidad
podíamos orar por él porque queríamos bendecirlo. El nos dijo que la señora era una
de nosotros, que desde que se metió con nosotros se cree que es santa y ni relaciones
podía tener con ella. “¡Me la cambiaron para peor!”, nos dijo. Así es que algunos
usanla palabra deDios pero no el Espíritu de Dios.

El diablo también usóla palabra deDios cuando quería tentar a Jesús. O sea que usarla
palabra deDios no es garantía de que esa palabra va con el Espíritu de Dios. ¡No es
cuestión de manipularla palabra deDios para pegarle un garrotazo a alguien! He
conocido predicadores que usanla palabra deDios para hachar a todas las iglesias y
predicadores, ¡la usan para contiendas! Así que lo importante es conocerla palabra
deDios, y conocerlo a Él. Dios te dio la boca para hacer su obra, para darle palabra de
aliento al cansado, para darle esperanza a la gente. ¡¡Cuandola palabra deDios viene,
la opresión, la angustia se va, la tristeza  y la amargura huyen!! Cuando tú hablas y es
el Espíritu Santo el que te guía, Él libera, sana y bendice a las personas, porque Cristo
vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

En las palabras del hombre hay poder, pero el poder que se mueve es de muerte. No
obstante, cuando las palabras son de Dios, se producen las obras sobrenaturales.

Hoy es día de pedirle perdón a Dios por tantas palabras negativas que hemos hablado,
por tanta queja que hemos escupido, por tanta amargura que hemos destilado, por
tantos chismes que hemos proferido. ¡Dios no hizo la boca para los chismes! El
chismoso dice: “Yo sólo dije”; y el otro dice: “Yo solamente escuché”.

Hoy tienes que hacer un pacto serio con el Señor y pedirle que limpie tu lengua.
Dile: “Señor, quiero consagrar mi boca. Quiero tener una relación contigo, tal, que
pueda discernir las palabras que vienen a mí, y las que emito; que no hable
apresuradamente, sino que hable cuando tenga la seguridad de que es tu Espíritu
Santo quien está guiando lo que digo. Señor, que yo pueda rechazar a tiempo las
palabras negativas que vienen a contaminar mi vida. Quiero usar el escudo de la fe
para apagar esos dardos envenenados del maligno que vienen a mí y quieren
contaminar mi estado de ánimo. Señor, quiero que me toques. ¡¡He entendido, Señor,
la importancia de las palabras!! Hay palabras que producen cosas; tú, Señor, llamas
las cosas que no son como si fuesen, las haces realidad por el solo hecho de hablarlas.
Yo quiero Señor, que mi boca sea tu boca. ¡¡Enséñame a entresacar lo precioso de lo
vil!! Quiero al abrir mi boca bendecir, liberar, sanar. Que la obra de Dios se realice.
Quiero ser como Jesús, que nunca habló nada por su cuenta, sino que siempre habló
todo lo que el Padre le dijo que hablara, e hizo toda la obra que el Padre le había dado.
Toca Señor, rompe las cadenas, las ataduras. Sólo tu puedes domar la lengua Señor,
con tu Espíritu de amor, de poder y dominio propio. Tú lo puedes hacer, ¡hazlo Señor!
Que no hable por revanchismo, por bronca o por odio. Que no hable por rencor, por
amargura o por frustración, que no hable cuando dudo. ¡Venga la fe de Dios sobre mí!
¡Sopla sobre mí, Jesús! Señor, perdóname por las veces que he herido a las personas.
Límpiame, cúbreme con tu sangre preciosa. Limpia mi lengua, lávala, te lo pido en el
nombre de Jesús. Pon temor de Dios en mí  cada vez que oigo o que hablo. Líbrame
de las sutilezas del infierno que envía contra mí, palabra de espíritus inmundos, que
quieren entrar en mí ser para destruirme. Renueva Señor el espíritu de mi mente para
que yo pueda filtrar entre lo bueno, lo amable, lo que es de bendición y lo que no es.
¡Envía tu gracia, Señor! Que cuando yo hable, entre el Espíritu Santo en las personas.
¡Dame tus palabras, Señor! En el nombre de Jesús hago esta oración. ¡Te doy gracias,
Señor! ¡Amén!

El PODER de Tus Palabras


11 mayo, 2017

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El PODER de Tus Palabras
La verdad, es increíble como algo tan pequeño y aparentemente insignificante puede tener
tanto poder y control sobre nuestras vidas y la de los demás. Estoy hablando, por supuesto,
de la lengua (el hablar).   El poder hablar y comunicar es un regalo de Dios y es algo muy
importante en nuestras vidas. Imagínese el no poder hablar por un día (24 horas), estoy
convencido que seria el día mas frustrante de tu vida. Las palabras tienen el potencial de ser
muy buenos y constructivos pero a la misma vez pueden destruir y herir.

La mayoría de nosotros no pensamos mucho en la palabras que decimos y al decirlos


puede ser que nos sintamos mal por un momento pero con el tiempo se nos pasa y no
pensamos mas en ello. La Biblia nos revela una verdad acerca de esto y es: “El
PODER de Tus Palabras”. Quiero hablar acerca de la importancia y el poder que
tienen nuestras palabras y porque deberíamos pensar mucho mas antes de hablar.
Versículo Clave: Santiago 3:10-12
”  10  De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser
así.   11  ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
12 
Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así
también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.”
1. El poder de tus palabras. Tus palabras te afectan y los que están
en tu alrededor.
1. Tus palabras tiene el poder de vida o muerte.
Proverbios 18:20-21
 “20 Con el fruto de su boca el hombre sacia su vientre, con el producto de sus labios
se saciará. 21 Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán
su fruto.”
Aquí, cuando el autor se refiere a la boca del hombre, se da a entender que es la
palabra hablada del hombre y no solamente la carne y los huesos que conforman su
boca. Esta verdad que nos revela la palabra del poder que tienen nuestras palabras en
cuanto a la vida y a la muerte se puede ver de tres maneras:

1. Vida/Muerte Espiritual: Cada palabra que sale de nuestra boca tiene


implicaciones eternas. Vemos esta verdad reflejada en:Mateo 15:16-20 “16 
Lo que sale de nuestras bocas revela lo que hay en nuestro corazón. Do esta tu
tesoro ahi esta tu corazón. Del corazón mana la vida. Jesus lo resume con esto:

Mateo 12:35-37 
Debemos de tener mucho cuidado con las palabras que decimos porque puede ser
que nos lleven por el mal camino y al final en el juicio nos tocara pagar por todo,
pero también son nuestras palabras que nos justificaran en el día del juicio.
2. Vida/Muerte Emocional: Ademas del poder de una vida o muerte
espiritual, nuestras palabras también tienen un poder sobre la vida o muerte emocional.
Nuestras emociones son muy poderosas y a la vez muy vulnerables y fácilmente lastimadas
y heridas.Proverbios 15:1-4,  Proverbios 12:18,  Proverbios 17:9
Dios nos hizo criaturas expresivas y una gran parte de eso es lo que decimos y las
palabras que comunicamos. Con unas palabras expresamos amor y romance,
animamos y fortalecemos a otros; pero, en un instante podemos ofender y herir a
alguien con nuestras palabras y llegan a ser una herida muy profunda difícil de
sanar. Debemos de tener mucho cuidado al hablar, más aun cuando estamos bajo
emociones fuertes.

3. Vida/Muerte Físico: Ésta verdad es muy fácil de ver y es muy evidente.


Podemos observar como un juez, jurado o una persona de autoridad puede afectar la vida
de una persona de una manera muy drástica y puede terminar acabando su vida pero
también la puede salvar.Mateo 14:1-12 nos da un buen ejemplo de esto.
Nuestras palabras son muy poderosas y debemos de tener much cuidado con lo que
decimos y como lo decimos. El poder de nuestras palabras pueden acabar con
alguien de una manera emocional pero también puedo causar la muerte y peor aun
muerte espiritual.

1 Pedro 3:10
“10 El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus
labios no hablen engaño.”
Colosenses 4: 2-6
“2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; 3 orando al mismo
tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de
dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado, 4 para
manifestarlo como debo hacerlo. 5 Andad sabiamente para con los de afuera,
aprovechando bien el tiempo. 6 Que vuestra conversación sea siempre con gracia,
sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.”
Como Cristianos tenemos un llamado y una misión aquí en la tierra y eso es la
salvación de las almas. En cuanto a esto es sumamente importante tener control sobre
todo lo que decimos porque nuestras palabras pueden ser la diferencia entre la
salvación de tu familia o no.
1. Las consecuencias de tus palabras: Nuestras palabras producen una de
dos cosas. 
Santiago 1:19-27
“19  Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo
para hablar, tardo para la ira; 20 pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con
humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas. 22 Sed
hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. 23 Porque
si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su
rostro natural en un espejo; 24 pues después de mirarse a sí mismo e irse,
inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. 25 Pero el que mira atentamente a
la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor
olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace. 26 Si alguno
se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la
religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y
Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin
mancha del mundo.”
No importa en cuantos ministerios sirves, cuanto ayunas ni cuanto oras y lees tu
Biblia. Al que no sabe refrenar su lengua, su religion es todo en vano. Esto es
porque nos llaman Hipócritas. Alguna vez ha escuchado el refrán “Los Cristianos
no mienten, solo cantan mentiras”? Como Cristianos debemos refrenar nuestra
lengua.
2. Los beneficios. Nuestras palabras también producen buenas
cosas.
Efesios 4:29
“29  No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para
edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que
escuchan.”
Exodo 14:14
“14  El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados.”
Nuestras palabras puede ayudar a otros y a nosotros mismos pero más importante
aun, si sometemos nuestras palabras a Dios y dejemos a El hable, entonces El será
quien nos defiende y ayude. 
CONCLUSION:
Mateo 12:33-37 
“33 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto;
porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar
cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35  El
hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro
saca cosas malas. 36  Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres,
darán cuenta de ella en el día del juicio.  37 Porque por tus palabras serás justificado, y
por tus palabras serás condenado.”
1 Pedro 2:1-25
Hebreos 4:12
“12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de
dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos,
y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Son TUS palabras las que definen quien eres y que atesoras. Lo que
hay en nuestro corazón saldrá de nuestra boca y esto puede ayudarte y
a tu prójimo pero también los puede destruir, a pesar de esto, sabemos
que la palabra de Dios es aun más poderosa y podemos entregarlo todo
a El y dejar que El se encargue.
 

[“El Poder de Tus Palabras” es una predica elaborada y editada para


www.predicasparajovenes.com  por James Morgan”]
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