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Cuestionario 2

Considero que ninguna de las concepciones políticas estudiadas en clase es completamente


afín con mis creencias, o convicciones, sin embargo, se me pide que presente la que sea
más afín con aquello en lo cual yo creo. Primero, haré una aproximación a lo que es la teoría
política de Aristóteles y Platón, y posteriormente iré fijando mi postura.

Uno de los postulados de Aristóteles es que el hombre es un animal político y que éste
necesita vivir en sociedad. Aristóteles expresa que la naturaleza humana es esencialmente
social y racional, afirmando a su vez que la sociabilidad es un rasgo inherente a la naturaleza
humana, al igual que la racionalidad, de la misma forma nos presenta a un hombre que se
caracteriza por su virtud, a la cual llega a través del hábito y siempre necesitando de la
sociedad para lograrlo. Frente a la opinión de Platón, que tendía a admitir una única forma de
gobierno correcto, el gobierno de los sabios o de los filósofos, Aristóteles señala que pueden
existir distintas formas justas y rectas de gobierno. Todo régimen político consiste en la
organización de las diversas entidades e instituciones sociales para conseguir el bien común.
Ahora bien, existen diferentes modos de conseguir dicho bien, luego podrá haber diversos
regímenes políticos justos. A este propósito, Aristóteles distinguió entre regímenes justos o
correctos y regímenes injustos o desviados. En Política, Aristóteles nos presenta una
clasificación de los distintos regímenes rectos y desviados, así como el resultado de sus
desviaciones, de los cuales resalta a la monarquía, la aristocracia, y la politeia o república
como los correctos y la tiranía, la oligarquía y la democracia como sus respectivas
desviaciones.

A diferencia de la política de Platón, la de Aristóteles no se basa en el cumplimiento de las


leyes (la justicia) como la base de un estado, en cambio Aristóteles refleja que lo primordial
es el bienestar común, propone las mejores formas de estado, aquellos que persiguen el bien
común, mientras que las formas de estado desviadas son las que buscan el interés
individual, esto es interesante porque entonces algunos podrían considerar que Aristóteles
apunta a que la razón de que los ciudadanos se agrupen en una Polis es para perseguir
todos juntos el bien común, que además es el buen vivir. Podemos evidenciar esto en la
siguiente cita “Es evidente que todas las constituciones que contemplan el interés común son
constituciones rectas en cuanto se apegan a la justicia absoluta, mientras que las que
contemplan el interés de los gobernantes están erradas y son degeneraciones con respecto
a las constituciones rectas” (1279 a). Sin embargo, más allá de todo ésto habría que analizar
si se debe considerar que ambos plantean como base primordial de un Estado postulados
distintos, ya que en teoría el uno no puede existir sin el otro, es decir, una sociedad en la
cual el estado busque el bien común debería ser una sociedad justa por defecto y viceversa.

En cuanto a la degeneración de las formas de gobierno, podemos observar que hace una
importante reflexión sobre lo que es el vicio del estado, cuando indica que los intereses de
los gobernantes, están muy por debajo del de los ciudadanos de la Polis. Luego, podríamos
pensar que Aristóteles es un defensor del pensamiento democrático, pero al igual que Platón
sitúa a la democracia como la peor de las mejores y la mejor de las peores formas de
gobierno, sería entonces oportuno detenernos en la definición que da Aristóteles a la
Democracia pues es diferente a la que conocíamos de Platón, Aristóteles dice que la
democracia es el gobierno de los pobres, y que la oligarquía el de los ricos.
Por lo tanto propone la Politeia, una teoría llena de completo sentido, ya que si la democracia
es el gobierno de los pobres y la oligarquía el de los ricos y, lo que desestabiliza a un estado
es la lucha social, pues una unión de los dos daría poder y representación a todos, se podría
inferir entonces que la solución para tal disyuntiva sería una clase media, o un punto medio
entre las clases de la Polis, esto por consiguiente debería asegurar la paz dentro de la Polis.

Por su parte, en la República, Platón nos exponee una sociedad ideal basada en la total
identificación del hombre con la sociedad. La idea fundamental es que los distintos sectores
que conforman la sociedad sean el producto de desarrollo de las inclinaciones naturales de
los componentes de la comunidad. Platón plantea que todas las personas tienen tendencia
natural a su inclinación del alma, también que no es posible un Estado perfecto si no
gobierna el filosofo, así como tampoco se puede llegar a un estado ideal si cada una de las
funciones básicas no las realizan los que estando naturalmente capacitados han sido
educados para ello, guardianes y gobernantes especialmente, así mismo que no es posible
lo anterior si el Estado no legisla ante todo para la educación. Platón plantea un Estado justo,
uno en el que es imperativo la supremacía de la ley para lograr ser perfecto, siendo
necesario que cada uno de los actores de determinada sociedad cumpla con las funciones
para las cuales está destinado, manteniendo un equilibrio entre las tres clases sociales.

Platón observa como en considerables ocasiones, podemos subyugar nuestros deseos


filosóficos; también como nos indignamos con nosotros mismos cuando nos dejamos
arrastrar por impulsos irracionales. De ahí que considerara que el alma humana realiza tres
funciones distintas, correspondientes a otras tantas partes. La parte racional tiene la función
de conocer. La parte irascible, que comprende tanto los sentimientos de ira o indignación,
como la fuerza de animo o ímpetu necesario para realizar una acción, la de querer, y la parte
concupiscible o apetitiva, que abarca todos los impulsos biológicos, la de desear. De las tres
partes, la parte valiosa, exclusiva del hombre es la racional. Cada parte del alma tiene su
virtud propia. La prudencia es la virtud de la parte racional; la valentía o fortaleza, de la
irascible; y la moderación o templanza , de la concupiscible.

Hay una cuarta virtud, la justicia, que consiste en una armonía entre las distintas partes del
alma, en que cada una cumpla su función; la de la racional, dirigir las acciones del hombre; la
de la irascible, auxiliar a la razón; y la de la concupiscible, someterse y dejarse dominar por
las otras dos. Un hombre justo es por lo tanto, prudente, valiente y moderado. Un hombre tal
solo puede serlo un filósofo, pues es el único que conoce el bien.

En concordancia con la división del alma en tres partes, se nos presenta también la división
de la sociedad en tres clases. La clase de los productores (artesanos, comerciantes,
agricultores, ganaderos) es la clase inferior y tiene como función producir los bienes
necesarios para que todo el cuerpo social viva agradablemente. Por su parte los guardianes
es la encargada de vigilar el orden social y defender a la sociedad de peligros externos. Sus
miembros son rigurosamente escogidos entre los mejores y sometidos a una estricta
educación gimnastica y musical. Para evitar la corrupción en esta clase, los guardianes
tendrán que llevar una vida austera y en común, no podrán tener propiedades ni formar
parejas estables, y los hijos nacidos de las relaciones esporádicas entre ellos serán
educados por el Estado. Y la clase de los gobernantes es la mas importante, pues a ellos se
le compite dirigir a las otras dos, y procurar el bienestar general. Provienen de una rigurosa
selección entre los mejores guardianes y los mas honestos. Los gobernantes tienen que ser
ancianos y filósofos. Su educación se completa con el estudio de la aritmética, la geometría,
la astronomía y la dialéctica. Solo ellos pueden ser buenos por si mismos, pues solo ellos
conocen el bien, mientras que los demás tienen que ser dirigidos al bien. En una sociedad
justa cada clase debe realizar su función propia, y por lo tanto debe tener la virtud
característica; los gobernantes son prudentes, y tienen el poder político; los guardianes son
valientes, y acatan ciegamente las ordenes de los gobernantes; y la clase productora es
moderada, y se somete a las otras dos.

Según la clase social que en determinada sociedad ejerza el poder, Platón distingue cinco
tipos de regímenes políticos; cada uno de los cuales se forma por degeneración del anterior.
En la aristocracia, la mejor forma de gobierno, gobiernan los filósofos; en la timocracia o
timarquia gobierna el ejercito; en la plutocracia u oligarquia gobiernan los ricos; en la
democracia gobierna el ejercito; y en la tirania, la peor forma de gobierno, manda el tirano, un
alma totalmente envilecida.

Platón señala 4 principios explicativos del universo: las ideas eternas, o demiurgo o divino
artesano, la materia eterna y caótica, y el espacio o lugar q ocupan las cosas. El trabajo del
demiurgo consiste en ordenar la materia caótica tomando como modelo el mundo de las
ideas. Platón nos presenta al demiurgo como un arquitecto que introduce una orden
matemática en el universo. también introduce un plan o finalidad, en cuanto que todo está
ordenado al bien.el demiurgo puede interpretarse, en sentido literal, como una divinidad o
también como el símbolo del origen y la fuente de vida, como la personificación del principio
activo del movimiento, de la primera causa de la existencia, de la tendencia de las cosas al
bien.

Si bien considero como una característica muy importante en la concepción política de Platón
el lugar que se le da a la formación que debe tener el gobernante (el sabio o rey filósofo)
para poder liderar un estado, ya que un político debe ser una persona preparada
integralmente para gobernar idóneamente -me atrevo a decir que un político debería de tener
formación en más de un área de las ciencias sociales-, considero como justo que cada sector
de la sociedad cumpla con lo que debe para el adecuado funcionamiento del Estado. No
concuerdo con la concepción totalitaria que nos presenta Platón de lo que deben ser las
funciones predestinadas de los ciudadanos para llegar a un Estado perfecto, mas si con la
concepción aristotélica de la política que le brinda libertad a los ciudadanos. No le veo
ninguna generación de beneficios a la lucha entre clases sociales, ya que una sociedad
necesita de todas ellas, y entre ellas mismas ponen en funcionamiento la macro-estructura
social de un Estado, por otra parte, debería haber una política de masificación de la clase
media a través de políticas públicas que lo permitan, para que de esa forma aplacar la lucha
entre clases por liderar el poder.

Habría que considerar la clasificación de las distintas formas de gobierno plateadas por
ambos autores, no identificandome a mi mismo con la democracia, más si con la idea de lo
que representa una república, y comparto con Aristóteles la visión de que tanto la monarquía,
como la la aristocracia y la república pueden llegar a ser muy buenas formas de estado, ya
que no es la estructura del Estado per se sino la búsqueda del bien común lo que debe
considerarse como un factor de evaluación a la hora de decidir si una forma de estado, es o
no buena en determinada sociedad. Si bien defiendo la democracia no logro identificarme
con ella, por una simple razón, y es que hay una diferencia esencial entre Democracia y
República. En la primera, por defecto lo que prevalece es la voluntad de la mayoría. En la
segunda, es el imperio de la ley, aún por sobre la voluntad de la mayoría.
Sintéticamente, la democracia sería un procedimiento para tomar decisiones políticas. Pero
la verdadera pregunta es: ¿la mayoría de los ciudadanos pueden decidir hacer cualquier
cosa?. Ahí surge la idea de "República". En ésta las personas tienen derechos que son
inherentes a su condición humana: los derechos "a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la
felicidad", respecto de los cuales ni siquiera el 99% de los ciudadanos pueden votar una ley
que implique la privación arbitraria de esos derechos al 0,0001% de la población restante. La
República es la forma de estado que asegura la vigencia de la libertad.

Por otra parte, Aristóteles defendía que el fin último de una persona es lograr la eudemonía y
que ella se lograba a través del buen vivir, no una vida llena de placeres sino con
moderación. Un líder tiene que ser una persona capaz liderar a aquellos que le rodean o
siguen hacia la felicidad (bienestar o bien común) y a través de la areté (excelencia). Un
buen líder deber ser honesto, ya que en sus acciones serán replicadas, y además, como
político es mejor ser honesto, con uno mismo y con los demás. Debe de proveer con las
herramientas necesarias para que el día de mañana, aquellos a quienes lidere puedan liderar
a otros.

En Ética a Nicómaco, Aristoteles expresa que “Enojarse es fácil, pero enojarse en la


magnitud adecuada, con la persona adecuada, en el momento adecuado eso es cosa de
sabios”, por lo tanto un lider debe ser una persona de acción moderada, con la habilidad
necesaria para saber cómo, con quién y cuándo actuar.

De la misma forma, considero que un líder político no debe regir su acción política por un
conjunto de reglas establecidas, sino por un conjunto de principios y valores, sin embargo, si
bien considero que éste debe regirse de tal forma, quizás la principal y mayor regla que
debería conducir la acción política es “liderar por medio de principios y valores propios, mas
no imponerlos en aquellos a quienes se lidera”, si hubiera que regular la acción política ésta
debería ser la primera y mayor regla.

Como no quiero pecar, he de establecer una serie de reglas que considero que podrían serlo,
de ser imperativamente necesarias en la acción política, y que se desprenden de la anterior
mencionada, ya que, intentar imponer en una sociedad algo para lo que no está preparada y
rechaza por su naturaleza es un gran error, ésto habría de socavar el liderazgo de un
político; como segunda regla, cuarto, “si hay un problema que exceda en fuerza y naturaleza
de lo común, han de emplearse medidas extraordinarias para solventarlo, inclusive por sobre
la voluntad del pueblo pero en pro de su bienestar”, muchos políticos cometen el error de
creer que fueron electos para ejercer la voluntad del pueblo, pero no es así, un político es
electo por voluntad popular para representar y solventar las verdaderas necesidades de sus
ciudadanos, no para hacer lo que los ciudadanos creen conveniente, es decir, su acción
debe estar orientada a generar el bienestar de sus ciudadanos inclusive si éstas son
rechazadas en principio por aquellos a quienes se lidera, si un gobernante toma medidas que
a la larga no generan bienestar a la sociedad si no todo lo contrario, éste será culpado por
ello, pues los ciudadanos no se culparán a si mismos de haber tenido una voluntad equivoca.
Mas sin embargo, es trabajo del político asegurarse de que dichas decisiones generen un
beneficio prontamente, de manera que pueda diluirse el rechazo generado. Tercero, abría
que “evitar una lucha innecesaria y que pueda ocasionarnos más perdidas que beneficios”, si
no es necesario, es mejor no hacerlo, ya que ello sólo nos genera un desgaste político, en
cuarto lugar, “si se comete un error, es necesario ser honesto y corregirlo a tiempo”, intentar
ocultar un error que es públicamente conocido, y no enmendar a tiempo, sólo generará un
mayor costo político que haber asumido que se cometió un error,

Finalmente, “ninguna decisión tomada por su naturaleza popular debe degenerar en un mal
mayor al beneficio producido per se”, es decir, si dadas las circunstancias extraordinarias se
ha de tomar alguna medida de corte popular, ésta jamás puede traer como consecuencia un
mal que supere en lo más mínimo al beneficio obtenido. Nuevamente hago referencia a que
todas éstas se desprenden de aquella mencionada como la primera y mayor regla, a partir de
la cual todas tienen el mismo nivel de importancia y a su vez una no puede existir sin la otra.

Deison Araujo

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