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BACHILLERATO EN TEOLOGÍA
Contenido
Introducción............................................................................................................................3
1. Contexto histórico...............................................................................................................4
1.1. San Pablo: su vida........................................................................................................4
1.2 Pablo: Sus viajes............................................................................................................5
1.1.2 Pablo: Arresto y muerte..............................................................................................6
1.2 Tesalónica: Antes de Pablo............................................................................................7
1.3 Fecha y composición de la carta....................................................................................8
1.4 Comunidad a la que se dirige. Características de la comunidad...................................9
2. Estudio preliminar de texto...............................................................................................11
2.1 Contexto literario.........................................................................................................11
2.1.1 Estructura de la carta.............................................................................................11
2.1.2 Ubicación del texto...............................................................................................12
2.2 Texto en griego............................................................................................................12
2.3 Traducción propia y otras traducciones.......................................................................13
2.3.1 Traducción propia.................................................................................................13
2.4 Análisis del texto.........................................................................................................14
3. Estudio exegético del texto...............................................................................................15
3.1 Composición del texto.................................................................................................15
3.2 Estudio del texto por versículos..................................................................................22
4. Teología del Texto.............................................................................................................24
4.1 Interpretación teológica...............................................................................................24
4.1 Aplicación pastoral......................................................................................................26
Conclusión............................................................................................................................27
Bibliografía………………………………………………………………………………...26
2
Introducción
En sus cartas, San Pablo comunicaba a las comunidades que él había evangelizado,
las normas para continuar por el camino del cristianismo, a su vez también daba palabras de
apoyo, consejos y ciertas veces, les dirigía alguna que otra catequesis para exhortarlos y
mantenerlos en la senda del bien. De este gran evangelizador, se debe tener en cuenta su
conversión, como punto de arranque para toda la misión, por lo tanto, en diversos pasajes
de sus escritos se pueden encontrar una serie diversa de casos donde él, se presenta como
un gran pecador y poco grato, ya que su pasado lo delata.
Este pasaje de la primera carta a los Tesalonicenses que he decidido tomar para
analizar en este trabajo, a pesar de ser breve, tiene mucha profundidad para sacar un
mensaje claro, el mensaje claro que San Pablo le quiso transmitir a esta comunidad y que
en estos tiempos actuales también se hace presente en medio de nosotros y más
exactamente en el rezo de las completas del día jueves. Somos conscientes de que la vida
en esta tierra se acaba pero en muchas ocasiones nunca nos ponemos a pensar en el fin de
nuestras vidas, quizá por miedo o porque ni siquiera nos interesa. Pero San Pablo nos regala
otra perspectiva y nos hace ver, como más adelante se detallará en los cuatro capítulos del
trabajo, que el Dios de la paz nos da el regalo de santificarnos completamente, es decir no
nos abandona.
Me llama la atención siempre, que Pablo utilice esta terna (espíritu, cuerpo, alma)
para referirse al hombre íntegramente. No deja por fuera nada, al utilizar estos elementos.
Hace presente que en nuestras oraciones siempre debemos pedir al Señor que nos santifique
para que día a día podamos siempre entrar en su voluntad y al final de la jornada pedir
también por una santa muerte, porque la realidad de la segunda venida de Jesucristo es
cercana y por lo tanto Pablo nos exhorta a no sentir miedo y aferrarnos cada vez más a las
plegarias elevadas al Dios del cielo.
3
1. Contexto histórico.
Pablo inició su ministerio en Damasco, ahí fue perseguido por Aretas IV2, por lo
cual se trasladó a Jerusalén, donde se encontró con Pedro y Santiago el menor. Su estancia
ahí fue corta. Bernabé acudió a Tarso y fue con Pablo a Antioquía, donde surgió por
primera vez la denominación de «cristianos» para los discípulos de Jesús. Pablo habría
pasado un año evangelizando allí, antes de ser enviado a Jerusalén con ayuda para aquellos
que sufrían hambruna (Hechos 11,25-30). Antioquía se convertiría en el centro de los
cristianos convertidos desde el paganismo.
1
AA.VV. Biblia de Jerusalén comentada.
2
Cfr. SÁNCHEZ BOSCH, J (1998), Escritos paulinos. 19
4
1.2 Pablo: Sus viajes
Primer viaje: De Antioquía a Chipre y después y después al sur de Asia Menor.
Regreso a Antioquía.3
3
P. DEBERGÉ. Pablo, el pastor. 12
4
FITZMYER, J. Vida de San Pablo. 562
5
P. DEBERGÉ. Op.cit. 12
5
medio, acogido por Aquila y Priscila, un matrimonio judeocristiano que había sido
expulsado de Roma debido al edicto y que se convertirían en amigos entrañables de Pablo.
En el año 51, Pablo redactó la Primera epístola a los tesalonicenses, el documento más
antiguo del Nuevo Testamento. Al año siguiente volvió a Antioquía.6
Tercer viaje: de Antioquía, por Galacia, a Éfeso, donde Pablo permanece 3 años es
encarcelado (Gál, Flp, Am, 1-2 Cor).7
El tercer viaje de Pablo fue sin dudas complejo, y enmarcó su misión más sufrida,
por varias razones. Esta etapa incluyó la experiencia de una muy fuerte oposición y de
tribulaciones (con probable prisión) que llegaron a «abrumar» al Apóstol, además de verse
jalonada por las crisis que sacudieron las comunidades de Galacia y de Corinto y que
motivaron la intervención de Pablo y de su equipo, por medio de sendas epístolas suyas y
de visitas personales. Desde Antioquía, Pablo pasó por el norte de Galacia y Frigia «para
confirmar a todos los discípulos» que había allí, y siguió hasta Éfeso, capital de Asia
Menor, donde fijó su nueva sede de misión, y desde donde evangelizó toda el área de
influencia acompañado por el equipo que dirigía.8
El libro de los Hechos de los Apóstoles otorgó a la llegada de Pablo a Roma una
importancia adicional al mero carácter histórico: para él significaba el cumplimiento de lo
que consideraba ya previsto por Jesús en el comienzo del mismo libro respecto de que el
Evangelio sería llevado a todas las naciones. Algunos estudiosos señalan además cierta
ironía apologética en la forma en que el libro de los Hechos de los Apóstoles describe la
llegada de Pablo a Roma: no por libre voluntad, como se lo había propuesto una década
antes sin lograrlo, sino como prisionero sujeto al César, con lo que los romanos se
convirtieron en agentes indirectos del afianzamiento del evangelio en el centro mismo de su
6
BORNKAMM, G. Pablo de Tarso. 89-90
7
P. DEBERGÉ. Pablo, el pastor. 12
8
GARCÍA, V. Pablo. De Tarso a Roma. 121
9
Cf. P. DEBERGÉ. Pablo, el pastor. 48
6
Imperio. La cautividad de Pablo en Roma, considerada un hecho fidedigno, habría tenido
una duración de dos años, tiempo en que el Apóstol no vivió encarcelado sino en custodia
lo que, sin embargo, acotó sus libertades. Ya Ignacio de Antioquía señaló el martirio de
Respecto de la fecha, existe una tradición de su muerte en la misma época que Pedro (año
64) o un poco más tarde (67).Con todo, el mandato de Nerón se extendió entre los años 54
y 68, y la mayoría de los autores modernos tienden a señalar que la muerte del Apóstol se
produjo antes de lo apuntado por Eusebio de Cesarea, más precisamente en el año 58, o a lo
sumo a principios de la década de 60.
Para el segundo viaje, Pablo partió con Silas (Silvano) rumbo a las comunidades
que había visitado en el primer viaje. Cuando llegaron a Derbe encontraron a Timoteo, el
cual se les unió. Después de un largo recorrido por diferentes lugares, estos llegan a
Tesalónica hechos polvo, heridos físicamente y adoloridos espiritualmente.12
10
TRIMAILLE, M. La primera carta a los Tesalonicenses. 3
11
Cf. Ibid. 3
12
Cf. BORTOLINI, J. Cómo leer la primera carta a los Tesalonicenses. 9-11
7
1.3 Fecha y composición de la carta.13
De Berea, Pablo ha emprendido viaje hasta Atenas; de Atenas a Corinto. En medio
de sus continuas labores tanto materiales como apostólicas, piensa en sus queridos
cristianos de Filipos, de Tesalónica, de Berea. Sobre todo en los de Tesalónica donde las
dificultades podían ser mayores y a donde ha enviado a Timoteo en la imposibilidad de
regresar él personalmente (1 Tes 2, 17-18; 3, 1-2). Cuando a finales del 51 o comienzos del
52, Timoteo y Silas llegan a Corinto procedentes de Macedonia, a Pablo se le ensancha el
corazón. Timoteo es portador de buenas noticias con respecto a la Iglesia de Tesalónica en
particular. Pero hay algunas nubes en el horizonte. Los judíos continúan, por supuesto, su
campaña de descrédito contra el Apóstol; ¿es posible incluso sospechar la presencia de
algún francotirador ambicioso y aprovechado dentro de las filas cristianas?; aquí y allá se
vislumbran restos de costumbres paganas; pero sobre todo la muerte ha comenzado a hacer
su cosecha entre los nuevos cristianos. Y una pregunta angustiosa ha comenzado a tomar
cuerpo en el seno de la comunidad: ¿qué va a ser de nuestros difuntos sorprendidos por la
muerte antes de la Venida gloriosa del Señor? ¿Y cuándo tendrá lugar esta Venida? Y Pablo
escribe, mejor dicho dicta, su primera carta conocida. El emanuense sería Silas; tal vez le
ayudó en algún momento Timoteo porque era trabajoso escribir con los materiales de que se
disponía en aquel tiempo.
13
SALVADOR, M. San Pablo: Tesalonicenses y grandes cartas. 55-56
14
Ibíd. 53-55
8
En la batalla de Filipos (42 a. C.) Tesalónica se puso de parte de Octavio y el
vencedor la concedió estatuto de "ciudad libre". Gozaba, pues, de un gobierno autónomo
con su asamblea y consejo de "politarcas" (gobernadores de la ciudad cuyo número
oscilaba entre dos y seis miembros). A pesar de esta autonomía el gobernador romano de la
provincia residía también allí.
Populosa y abigarrada, Tesalónica era en los tiempos de Pablo una de esas ciudades
de paso en que se ve y se oye de todo, donde pululan toda clase de gentes, de razas y de
religiones. Viajeros con ideas y noticias de todos los países llegaban y partían a diario para
el ancho mundo. Buen lugar para que los siempre hábiles negociantes judíos instalasen una
colonia floreciente. Y, en efecto, la comunidad judía de Tesalónica debía ser numerosa
como lo prueba el hecho de poseer Sinagoga propia. Posiblemente en la actualidad lo sea
todavía más, debido en buena parte a la inmigración de judíos españoles en los siglos XV y
XVI; muchos siguen hablando el célebre dialecto sefardita, una especie de castellano
fosilizado tal como le hablaban cuando salieron de España.
Fue en su segundo viaje apostólico cuando Pablo, después de tocar por primera vez
tierra europea en Neápolis y crear la comunidad cristiana de Filipos, llegó por vía terrestre a
Tesalónica. Le acompañaba, ciertamente, Si-las y probablemente Timoteo aunque la
narración del libro de los Hechos resulta un poco oscura al respecto (cfr. Hech 16, 1-3 y 17,
14-15).
9
entre ellos y los lazos de cariño surgidos entre evangelizador y evangelizados también
requieren su tiempo correspondiente (cfr. 1 Tes 2, 1-12; 3, 6; 4, 1. 9; 5, 1; 2 Tes 2, 5-6. 15;
3,7-10).
Pero una vez más los judíos amotinaron al pueblo, les acusaron de revolucionarios
ante los magistrados de la ciudad, y para evitar mayores males Pablo y sus colaboradores
abandonaron Tesalónica de noche, encaminando sus pasos a Berea, más al sur. Estaría
comenzando la primavera del año 51.
1, 1 Saludo.
2, 13-16 Su fidelidad.
2, 17 – 3, 13 Misión de Timoteo.
15
VAWTER B. Conoce la Biblia: Nuevo Testamento. Introducción a las cartas paulinas, primera y segunda de
Tesalonicenses. 59
10
4, 9-12 Caridad fraterna.
5, 23-28 Conclusión
Biblia Didajé
Que el mismo Dios de la paz os santifique totalmente, y que todo vuestro espíritu,
alma y cuerpo, se mantenga sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Biblia de Jerusalén
Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el
espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor
Jesucristo.
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser: espíritu,
alma y cuerpo, sea guardado sin culpa para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
12
Adverbio Preposición Artículo Sustantivo Artículo
inocentemente en la parusía de
κυρίου ἡμῶν Ἰησοῦ Χριστοῦ τηρηθείη
Sustantivo Pronombre Sustantivo Sustantivo
A´. Hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo: Finaliza dejando claro que todo
lo anterior es necesario para estar en vela, es decir, esperando la segunda venida.
Después de esto ya no es necesario porque estaremos junto a él.
Algunos significados:
15
El desarrollo concreto de todo esto lleva consigo lo siguiente: Dios (Hech 17,31) y
Cristo (1 Cor 1, 8; Flp 1, 6.10; 2 Cor 5,10) juzgarán (-» juicio) al mundo, y cada uno será
remunerado según sus obras (Rom 2, 5); la separación entre aquéllos que entrarán en el
reino de Dios y los que serán rechazados tendrá lugar —según Mateo— en este día, pues,
en el momento actual, la iglesia es aún un corpus mixtum (Mt 25,34.41) que reúne a ambos
indiscriminadamente. La resurrección de los muertos está en conexión con el juicio final (1
Cor 15, 52; Jn 11,24). Así pues, el último día reúne en sí las características de un día
terrible (Mt 10,15) y de un día de alegría (Le 6,23; 21,28; 2 Tim 4,8).
Pero la predicación sobre el último día no se refiere únicamente al futuro, sino que
se dirige al mismo tiempo al presente: para Pablo, la iglesia actual será motivo de gloria en
el último día (Flp 2,16; 2 Cor 1,14), en este día hay que comportarse «como en pleno día»
(Rom 13, 13); en este día cada uno ha de aceptar su responsabilidad (Mt 25, 31 ss). Hay
que permanecer vigilante, pues no se sabe cuándo vendrá el último día (Mt 24, 42) o porque
el último día viene de un modo inesperado (1 Tes 5, 6). La celebración de la eucaristía tiene
un aspecto escatológico.20
Cuerpo: En Pablo, el concepto soma cobra un vigor muy especial para designar la
persona El ser humano existe solamente —también en la esfera del [pneüma]— como
somático La concepción de soma como figura o forma no es paulina De los pasajes como
Rom 6,12 y 12,1 resulta claro que soma no significa solamente una forma exterior del
cuerpo, sino la persona entera (Bultmann, Theol, 189) Existen en Pablo una serie de textos
en los que soma, en sentido general biológico, hay que entenderlo como cuerpo (1 Cor 5, 3,
7, 34) Soma se encuentra junto con alma y espíritu solamente en un pasaje (1 Tes 5, 23), en
el cual Pablo utiliza un estilo usual en la liturgia En Rom 12, 4 s y 1 Cor 12,12-26 la
relación del cuerpo y de sus miembros se toma metafóricamente para ilustrar la esencia de
la comunidad (iglesia) (cf. infra 2d) Las cicatrices que Pablo lleva en su cuerpo (Gal 6,17)
hay que entenderlas como cicatrices visibles Pablo maltrata su cuerpo y lo reduce a
esclavitud (1 Cor 9, 27), algunos lo entregan a las llamas (1 Cor 13, 3) Soma como sede de
la vida sexual se encuentra en Rom 4,19 (Abrahan) lo mismo que en 1 Cor 7, 4 Pero
precisamente en la advertencia de no cometer impureza con el cuerpo (Rom 1, 24,1 Cor
6,13-20), resulta claro que al cuerpo le corresponde un significado propio más amplio las
20
COENEN, L. Diccionario teológico del Nuevo Testamento III. 297
16
relaciones con el cuerpo, soma, conciernen no solamente a cada acto singular como pecado,
sino también a todo el hombre incluso en su ser interior Esto lo confirman sentencias como
«¿Se os ha olvidado que sois miembros de Cristo, y ¿voy a quitarle un miembro a Cristo
para hacerlo miembro de una prostituta» (1 Cor 6, 15), «sabéis muy bien que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu santo, glorificad a Dios con vuestro cuerpo» (1 Cor 6, 19 20)
22
COENEN, L. Diccionario teológico del Nuevo Testamento I.99
18
Espíritu: Pablo utiliza el término pneüma en un cuádruple sentido; pero hay mutuas
interferencias, de forma que los niveles significativos están con frecuencia imbricados:
a) espíritu del hombre. No como componente de una estructura psicológica, sino, más bien,
como el yo con sus intenciones (p. ej. Rom 1,9), sentimientos (1 Cor 16,18 y passim),
conocimiento (como autoconciencia: 1 Cor 2,11). Así, puede contraponerse al cuerpo (1
Cor 7, 34; cf. 2 Cor 7, 1 y passim; cf. una clasificación tricotómica, aunque sólo formal, de
espíritu, alma y cuerpo: 1 Tes 5, 23), puede concebirse separadamente de él (1 Cor 5, 3.5;
Col 2, 5). A este yo da testimonio el espíritu de Dios (Rom 8,15 s; 1 Cor 2, 11; cf. Gal 6, 18
y passim) y aparece entonces como un espíritu de mansedumbre, de amor, etc., justamente
bajo la influencia del espíritu de Dios (1 Cor 4, 21 y passim), como se manifiesta en el
servicio de Pablo (Rom 1,9) y en su autoridad apostólica (1 Cor 5, 5; Col 2, 5). En 1 Cor 5,
5, este espíritu se contrapone a la carne. Cuando en 1 Cor 14, 14 opone Pablo el espíritu a la
mente, se expresa del mismo modo que Filón, el cual, por encima de la razón, pone al
«espíritu» como poder que, durante el tiempo de la inspiración o trance, desposee a la razón
de su primacía (Rer. Div. Her. 265; Spec. Leg. IV, 49). Pablo adopta claramente aquí el
modo de hablar de los extáticos de Corinto, así como el valor que ellos dan a los espíritus
que inspiran (14,12, el plural sólo se emplea aquí y en 14, 32, en este último lugar
aludiendo a la inspiración de los profetas, cf. Ap 22, 6), pero subordina el éxtasis al amor
(14, 15 s; cf. 12, 31-13, 1);
e) De estos tres sentidos citados últimamente se trata en la teología paulina del espíritu.
Esta profunda y clarificadora teología parte de los siguientes presupuestos, propios
de las comunidades misioneras helenísticas: la doctrina esenia de los dos ángeles (Gal 5,16-
26; 1 Cor 2,12; cf. 2,2; 6,12; 1 Tim 4,1; 2 Tim 1, 7; 1 Jn 4, 6); el espíritu como fuerza
inspiradora (1 Cor 2, 10 y passim; cf. 1 Pe 1, 11 s; 2 Pe 1, 21; Heb 9, 8 y passim; también
como éxtasis: 1 Tes 5, 19; cf. asimismo la lista de los dones del espíritu en 1 Cor 12, 10; 1
19
Cor 12, 3 cita un criterio que sirve para el discernimiento de espíritus; cf. también 1 Jn 4, 1
ss; Jds 19 s); la concepción helenística del espíritu como una esfera celeste de poder,
opuesta a la terrestre, que la mayoría de las veces se designa con el término «carne» (p. ej.:
Rom 1, 3 s, mediante una fórmula tomada de la tradición, contrapone una doble condición
de Jesús o una doble esfera en la que él existe: en la esfera de la «carne» Jesús es hijo de
David, pero en la esfera celeste, por la resurrección, Jesús es constituido Hijo de Dios. Para
corregir la idea de una sucesión temporal, empieza Pablo hablando del «Hijo» de Dios, cf.
ESchweizer, ThWb VI, 414 s; esta misma distinción hacen también 1 Pe 3,18b; 4, 6; 1 Tim
3, 16).
23 Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu,
el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo.
Como conclusión de estos dos capítulos, que lo han resumido todo en la llamada a
la «santificación-santidad», la oración del apóstol es una llamada a Dios para que santifique
él mismo a los que ha convocado a la reunión cristiana. Solo él puede santificar,
transformar al hombre en la fe, el amor y la esperanza y la acción santificadora de Dios será
la mejor garantía el día de la parusía del Señor. Los cristianos esperan presentarse a ella con
la integridad de su ser a fin de vivir con el Señor y para ello es preciso que Dios los guarde
como bien suyo propio.
La integridad del ser humano se expresa por una nueva tríada «espíritu-alma-
cuerpo», que ha suscitado comentarios tan numerosos como variados en efecto, esta
20
enumeración de tres elementos constitutivos del hombre es única en las cartas paulinas,
habitualmente encontramos formulas binarias en oposición, como alma-cuerpo, carne-
espíritu, carne-soplo de vida, etc.
23
Cf. VAWTER B. Conoce la Biblia: Nuevo Testamento. Introducción a las cartas paulinas, primera y segunda
de Tesalonicenses. 83
21
4. Teología del Texto.
c) dos problemas singularmente delicados o espinosos: sobre la carencia que pudo tener
San Pablo respecto del tiempo de la parusía y sobre la cabida que dentro del sistema
escatológico paulino puede hallar el milenarismo.24
La declaración de San Pablo sobre la aparición del anticristo es para nosotros poco
menos que enigmática, por la sencilla razón de que se remite a una previa declaración oral,
que desconocemos en absoluto. Conviene distinguir en esta de San Pablo lo que es
suficientemente claro y lo que es más o menos problemático o enigmático.
24
BOVER, J. Teología de San Pablo. 883
25
Ibid, 884
22
El hecho mismo de la parusía, sus caracteres y circunstancias.26
Esta expresión, venida del Señor, San Pablo la designa con cuatro expresiones
características, que son como otros tantos términos técnicos: la parusía o presentación,
epifanía o manifestación, apocalipsis o revelación y día del Señor.
26
BOVER, J. Teología de San Pablo. 885
23
Para resolver con garantía de acierto este problema delicado, el único camino es la
aplicación de los principios y normas generales de la hermenéutica. Por una parte, hay que
atender al conjunto de sus declaraciones sobre esta materia. Sería un procedimiento
equivocado atenerse a algunas declaraciones solamente, haciendo caso omiso de los demás.
Por otra parte, las declaraciones claras y precisas son las que han de servir de punto de
partida para la acertada interpretación de las oscuras o ambiguas, y no al contrario.
En las cartas a los Tesalonicenses, afirma positivamente que el día del Señor no era
inminente. Nunca afirma la proximidad de la parusía. Lo único que afirma es su ignorancia
sobre este punto.
Los Tesalonicenses, por creer inminente la parusía, se lamentaban de la triste suerte
de los fieles ya difuntos, privados de ver por sus ojos la gloriosa manifestación del Señor.
Tenían, por tanto, una falsa imaginación y una pena infundada. San Pablo en razón de esto
les advierte que la suerte de los fieles ya difuntos, lejos de ser desventajosa, será más
aventajada, por cuanto, aun antes que los supervivientes sean glorificados, ellos resucitarán
primero gloriosamente. Si en vez de esto les hubiera dicho no ser inminente la parusía, más
bien hubiera acrecentado su pena, como que también a ellos les tocaría la triste suerte de los
ya difuntos.
Este texto se utiliza como lectura breve los jueves en el rezo de las completas. Hace
referencia, como las demás lecturas de la semana, a la espera inminente de la segunda
venida de Cristo. El sentido de las completas como es sabido es la oración para entrar en la
noche pidiendo también una santa muerte.
Conclusión
27
BOVER, J. Teología de San Pablo. 885
24
La invitación de Pablo es a no temer al futuro, sino centrar nuestra mirada ahora en
el presente en el Dios de la paz, que es el único capaz de santificarnos y conservarnos
íntegramente para la Parusía de nuestro Señor Jesucristo. No nos aparta de la realidad
futura sino que nos advierte en pocas palabras cómo ha de ser a partir de ahora nuestro
comportamiento y cual la petición incansable que debemos siempre elevarle a Dios.
En las plegarias siempre pedimos por lo que tenemos más cercano, situaciones
difíciles o damos gracias por aquellas bendiciones que nos ha concedido y nos han llenado
de alegría pero poco elevamos a Dios peticiones para la salvación de nuestras almas. Quizá
sea por temor, pero Pablo nos exhorta a perder cualquier tipo de miedo y aferrarnos a la
esperanza inagotable que sólo procede del Padre y el cuál nos santifica para no perecer.
25
Bibliografía
26