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EN MATERIA MATRIMONIAL.
Universidad de Antofagasta.
El 29 de octubre del año 2010, Zunilda del Carmen Pinto Carmona presentó una demanda
en Procedimiento Ordinario de Indemnización de Perjuicios de Responsabilidad Civil
Extracontractual contra Víctor Hugo de Jesús Rojas Nunez, ante el Tercer Juzgado de
Letras en lo Civil de la Serena. La actora perseguía el pago de una indemnización de
perjuicios ascendente a $200.000.000, por daño emergente, lucro cesante y daño moral, en
contra del demandado.
El demandado válidamente emplazado, contestó la demanda con fecha 12 de enero del año
2011, solicitando el rechazo de la demanda en todas sus partes, con expresa condenación en
costas. Su defensa se sustentaba en las características especiales que contempla el derecho
de familia, las cuales, de acuerdo a su criterio, dichas características privan a los cónyuges,
y a todo familiar, a demandar indemnización de perjuicios por daños ocasionados al interior
del matrimonio, en razón de algún cónyuge o pariente agresor, en consideración a que
fundamentar una demanda en una Sentencia de Divorcio que emana del Derecho de
Familia, y cuyas normas tienen un contenido ético moral, no resultan admisibles en materia
de responsabilidad extracontractual, dado que aquellas no tienen un carácter coercitivo y
por consiguiente, los principios que integran a cada una de estas ramas son contrarias entre
sí, principalmente en cuanto al elemento subjetivo de la responsabilidad civil
extracontractual, el dolo, elemento que no tiene aplicación en Derecho de familia.
Adicionalmente aquellos niegan que durante los 35 años de convivencia se haya producido
daños psicológicos a la víctima al no existir ningún antecedente que lo compruebe, siendo
su declaración de carácter inverosímil.
Con fecha 25 de enero del año 2011, el demandado evacúa el traslado de la dúplica. En
aquella menciona que la relación familiar impide calificar a sus miembros como entes
generadores de daño, y adicionalmente señala que los tratadistas civiles, establecen que las
relaciones de familia generan vínculos de solidaridad, que son contrarias a reclamaciones
jurídicas entre los cónyuges, impidiendo aplicar normas de responsabilidad extracontractual
en cuanto a las indemnizaciones de perjuicio por causa de un divorcio. Concordante con su
relato procede a analizar cada uno de los elementos de la responsabilidad extracontractual,
hecho ilícito, cometido con dolo o culpa, antijurídico y el nexo causal, negando su
procedencia.
El 14 de diciembre del año 2012, el Tercer Juzgado de Letras en lo Civil de la Serena, dicta
Sentencia de Primer Grado, en la cual condena al demandado al pago de una indemnización
de perjuicios, sólo en lo que respecta al daño moral en contra de don Víctor Hugo de Jesús
Rojas Nunez, por la suma de $8.000.000 a favor de doña Zunilda del Carmen Pinto
Carmona. Que el fundamento esgrimido en dicha Sentencia Definitiva, logra dar por
acreditado el daño moral o psicológico a la cual la actora fue expuesta, los cuales a criterio
del sentenciador fueron causa y efecto de años de maltrato y vejaciones psicológicas que
generaron en la demandante un trastorno depresivo ansioso, configurando lo anterior, todos
los elementos de la responsabilidad civil extracontractual, los que se dieron por acreditados
durante la etapa probatoria pertinente.
Con fecha 23 de abril del año 2014, el demandado deduce Recurso de Casación en el
Fondo, en contra de la Sentencia Confirmatoria de Segunda Instancia de fecha 03 de abril
del mismo año, solicitando que la Excelentísima Corte Suprema, dicte sentencia de
reemplazo, en razón a que a juicio del recurrente existe una infracción de leyes dispositivas
que le irrogan perjuicio los cuales serían subsanable, sólo con la declaración de nulidad del
mismo.
Con fecha 30 de diciembre del año 2014, en causa ROL 10.622-2014, la Excelentísima
Corte Suprema, rechaza el Recurso de Casación en el Fondo, en contra de la Sentencia
Confirmatoria de Segunda Instancia, declarando que no existe yerro jurídico alguno, en la
aplicación de las normas de la Responsabilidad Civil Extracontractual aplicable a este caso.
II. COMENTARIO.
Para comenzar éste análisis, tenemos que definir que, se entiende por responsabilidad civil
extracontractual, la cual se define como “La obligación que tiene una persona de
indemnizar los perjuicios ocasionados a otro ya sea que proviene de la comisión de un
hecho ilícito cometido con dolo o culpa que ha generado un daño a otra persona o a sus
bienes.”1
La sentencia analizada en causa Rol 3294-2011 del Tercer Juzgado de Letras en lo Civil de
Serena, que culmina con el fallo de la Corte Suprema, el cual rechaza el Recurso de
Casación en el Fondo, interpuesto en contra de la Sentencia Confirmatoria de Segunda
Instancia pronunciada por la Corte de Apelaciones de dicha ciudad, constituye el reflejo del
régimen común y supletorio de la responsabilidad en nuestro ordenamiento jurídico,
aplicable en todos aquellos casos que no estén regidas por una norma especial diversa, en
donde esta responsabilidad, exige que el daño sea el resultado de una acción dolosa o con
infracción a un deber de cuidado.
1
MEZA BARROS, RAMON, FUENTES DE LAS OBLIGACIONES TOMO I, EDITORIAL JURIDICA DE
CHILE, PAG 102
2
BARROS BAURIE, ENRIQUE, TRATADO DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL, AÑO
2006, PAG 75.-
Sin embargo, la interrogante y circunstancia de análisis, es determinar si los daños o
perjuicios ocasionados al interior de un matrimonio que se dan por acreditados mediante
una sentencia firme y ejecutoriada de divorcio sanción, institución reguladas por un
derecho de carácter especial, Derecho de Familia, pueden utilizarse como fundamento para
exigir la indemnización de perjuicios en sede civil, bajo las normas de la responsabilidad
extracontractual.
Mientras un Matrimonio se encuentre vigente, aquel puede generar distintos efectos, tanto
entre cónyuges, en el ámbito patrimonial relativo al régimen matrimonial de bienes, de
carácter filiativos, como también sucesorios. Sin embargo, en lo que respecta al caso
anteriormente reproducido, debemos de abocarnos principalmente a los efectos personales
del matrimonio, que constituyen un conjunto de derechos y obligaciones recíprocos entre
los cónyuges, de contenido ético moral, los cuales se encuentran regulados en los artículos
131 al 136 del Código Civil.
3
RAMOS PAZOS, RENE, DERECHO DE FAMILIA, TOMO I, EDITORIAL JURIDICA DE CHILE, PAG
122.
alguno de los cónyuges, éste puede traer aparejado las siguientes consecuencias jurídicas:
1) Separación judicial de conformidad al artículo 26 de la ley 19.947, que va a traer como
consecuencia la separación legal de bienes, 2) La mujer casada bajo el régimen de Sociedad
Conyugal, podrá solicitar la Separación Judicial de Bienes en sede judicial, de conformidad
al artículo 155 del Código Civil, o bien para ambos cónyuges en el caso que se haya
pactado el régimen de la Participación en los Gananciales de acuerdo al artículo 158 del
Código Civil, que implica necesariamente que los cónyuges van a administrar con total
libertad su patrimonio, sin que los actos realizados en sus bienes genere consecuencias en
los bienes del otro, 3) También se puede solicitar alimentos a favor de uno de los cónyuges
o para los descendientes comunes, para el caso que se haya vulnerado el deber de socorro,
de conformidad al artículo 321 del Código Civil, 4)Puede también constituir una causal de
Divorcio Sanción, para el caso que dicha violación grave a los derechos y deberes del
matrimonio hayan tornado intolerable la vida en común entre los cónyuges o para con los
hijos, todo de conformidad a lo dispuesto en el artículo 54 de la ley 19.947, lo anterior es
sin perjuicio , de que se haya producido un cese de la convivencia matrimonial, el cual haga
admisible el divorcio remedio, ya sea de carácter unilateral o de común acuerdo de
conformidad al artículo 55 de la Ley de Matrimonio Civil, ambos tienen por objetivo poner
término al matrimonio.
Hasta éste punto, ninguna de estas consecuencias jurídicas que genera la vulneración a los
derechos y deberes del matrimonio, tienen el carácter de indemnización de perjuicios, sino
que todos aquellos instrumentos y cuyo ejercicio se materializan a través de los
procedimientos ordinarios contemplados en el artículo 8° de la ley 19.968, generan
diferentes consecuencias jurídicas, que no tienen como objetivo el resarcimiento del daño
ocasionado por el incumplimiento a dichos deberes jurídicos, tomando en cuenta que el
concepto resarcir, en su interpretación gramatical, de conformidad al artículo 19 del Código
Civil, implica “Indemnizar, reparar, compensar un daño, perjuicio o agravio”.
Si bien pareciera señalar en su letra a) del artículo 96 de la ley 19.968, que busca la
reparación a la víctima, lo que podría estimarse como una puerta a la indemnización de
perjuicios en materia de familia, aun así no posee este carácter, por dos principales razones,
ya que por una parte, para que el Juzgado de Familia arribe a una suspensión condicional
del procedimiento dentro del procedimiento especial que implica la Violencia Intrafamiliar,
es necesario que en la Audiencia Preparatoria que se lleve a cabo, el Tribunal, no haya
estimado los hechos denunciados de conformidad al artículo 90 de la ley 19.968, como
constitutivos de delito, ya que de tener dicha calificación jurídica, necesariamente
implicaría remitir los antecedentes al Ministerio Público, para su conocimiento, en un
procedimiento simplificado, que no necesariamente culminará con una sentencia
condenatoria, por consiguiente el término reparatorio, es sólo eventual, de manera que lo
señalado anteriormente nos lleva a considerar que de ser eventual no cumpliría con la
premisa contemplado en el artículo 2314 y siguientes del Código Civil, el cual consagra
que todo daño es indemnizable.
En cuanto a la figura de la Compensación Económica, la cual se encuentra regulada en los
artículos 61 y siguientes de la ley 19.947 y que procede cada vez que el matrimonio termina
ya sea mediante una sentencia firme de divorcio o una sentencia firme de nulidad. Sin
embargo, aquella tampoco tiene la naturaleza jurídica de una indemnización de perjuicios,
sino que más bien, reparar el daño económico que sufrirá tras la ruptura aquel cónyuge que
durante el matrimonio no desarrolló actividad económica alguna o lo hizo en menor medida
de lo que quería o podía por haberse dedicado al cuidado de los hijos y del hogar común.
De hecho, al momento de discutir su procedencia en el Senado, se estableció que aquella no
constituye una forma de responsabilidad civil, ya que esta es una obligación impuesta por
ley.
Por consiguiente, ante la carencia de instrumentos jurídicos que permitan la reparación del
daño moral ocasionado durante el vínculo matrimonial, es admisible la acción de perjuicio
en materia civil, en la cual el fallo de la Corte Suprema, se sustenta al dar por acreditado el
nexo causal existente entre el síndrome ansioso depresivo y los actos de violencia
intrafamiliar a la cual la actora fue expuesta.
El fallo de la Corte Suprema, desvirtuó los fundamentos del demandado quien en forma
recurrente sustentaba la improcedencia de la acción civil de perjuicios, fundamentándose en
el carácter especial del Derecho de Familia, principalmente en que las normas del Derecho
de Familia son de contenido ético moral que no generan un cumplimiento coercible, en que
el Derecho de Familia, contiene sanciones de carácter pecuniario, las cuales serían
suficientes para reparar las consecuencias del vínculo matrimonial, es decir el fallo de la
Corte Suprema, desvirtuó totalmente la teoría de que respecto de ex cónyuges, serían
inmunes a la indemnización de perjuicios en el marco de la responsabilidad civil
extracontractual.
El principio intrínseco en nuestro ordenamiento jurídico es no causar daño a otro, dado que
de conformidad a lo dispuesto en el artículo 2314, “El que ha cometido un delito o un
cuasidelito que ha inferido daño a otro, es obligado a la indemnización, sin perjuicio
de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito civil. Es evidente que si
el matrimonio, cuya naturaleza jurídica es la de un contrato, termina en razón de un
divorcio sanción de conformidad al artículo 54 n° 2 de la ley 19.947 “Transgresión grave
y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y fidelidad propios del
matrimonio”, es perfectamente admisible demandar los perjuicios ocasionados a la
víctima, más sobre todo si la sentencia dictada ante el Juzgado de Familia de aquella ciudad
corrobora la existencia del daño moral o psicológicos, en razón de los hechos de violencia
reiterativos que aquella sufrió en el seno matrimonial. Es de esta forma que la Corte
Suprema, establece “Más allá de las disquisiciones doctrinarias sobre la procedencia de
la reparación por el incumplimiento de los deberes matrimoniales, en la especie se ha
determinado la responsabilidad civil del demandado como consecuencia de acreditarse el
deterioro emocional o psicológico que le ha causado a la actora fruto de sus conductas
antijurídicas que han motivado el divorcio por culpa decretado respecto de las partes.”
Recordemos que para que nos encontremos frente a un caso de Responsabilidad Civil
Extracontractual, se debe de cumplir con ciertos requisitos o presupuestos tales como, una
acción u omisión del agente, que para el caso en comento serían los hechos de violencia
intrafamiliar a la cual la actora fue expuesta, la culpa o dolo de su parte, se determinó que el
demandado había actuado con culpa, ya que sobre aquel recaía un deber de cuidado, propio
de estado civil de casado que sobre aquel recaía, la capacidad del autor del hecho ilícito, el
demandado era una persona capaz, sin que adicionalmente respecto de los hechos ilícitos
concurra alguna causal eximente de responsabilidad, el daño a la víctima, se logró acreditar
en primera instancia, que la demandante hasta el momento de la presentación de la
demanda, sufría de un trastorno ansioso depresivo, y por último el nexo causal, entre el
daño y la acción u omisión culpable, todos los cuales han generado la procedencia de la
acción civil de perjuicios intentada por la demandante.4
III. CONCLUSIONES
4
ABELIUK MANASEVICH, RENE, DISLEXIA VIRTUAL, AÑO 2013, PAGINA 212.
BIBLIOGRAFIA.