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Síndrome de West
Síndrome de West
Síndrome de West
Clasificación y recursos externos
Aviso médico
CIE-10 G.40X
CIE-9 345.6
DiseasesDB 6788
eMedicine neuro/171
MeSH D013036
Los niños con SW suelen manifestar la enfermedad entre los 3 y 6 meses de edad,
aunque en ocasiones esto ocurre hasta los dos años. El SW siempre genera algún grado
de retraso global en el desarrollo infantil y, a pesar de que el conocimiento sobre él ha
mejorado considerablemente, todavía hay casos en los que no se diagnostica a tiempo,
ante todo cuando los síntomas son leves (las convulsiones se pueden confundir con
cólicos o dolor abdominal) o debido a la falta de experiencia por parte del pediatra.
Contenido
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1 Etiología y clasificación
o 1.1 Causas prenatales
o 1.2 Causas perinatales
o 1.3 Causas postnatales
2 Fisiopatología
3 Epidemiología
4 Cuadro clínico
o 4.1 Espasmos epilépticos
o 4.2 Retraso psicomotor
o 4.3 Alteraciones del EEG
5 Diagnóstico y diagnóstico diferencial
6 Pronóstico
7 Tratamiento
o 7.1 Fármacos
o 7.2 Cirugía
8 Referencias
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Se definen como causas perinatales aquellas que tienen lugar entre la semana 28
del embarazo y la primera semana de vida tras el nacimiento. Se incluyen aquí la
necrosis neural, el status marmoratus, la leucomalacia periventricular, la
poroencefalia, o la encefalomalacia multiquística.
Fisiopatología [editar]
TEP. Las áreas en rojo indican alta actividad cerebral.
Existen varias teorías que tratan de explicar el mecanismo de aparición del síndrome. La
edad de aparición sugiere la implicación de fenómenos de inmadurez cerebral en la base
del fenómeno. La edad típica de aparición coincide con la época de formación de
dendritas y de mielinización de los axones neuronales, lo que parece avalar esa teoría.
Diversos autores postulan que un desequilibrio en la producción de neurotransmisores
del tallo cerebral podría originar la hipsarritmia y los espasmos epilépticos (por aumento
de los sistemas serotoninérgico o adrenérgico, o por inhibición del sistema colinérgico).
Esta teoría se sustenta en la disminución de la duración de la fase REM del sueño en
estos pacientes, que coincide con fases de disminución del patrón de hipsarritmias y con
una menor frecuencia de aparición de espasmos. Varios estudios con tomografía por
emisión de positrones y de flujo sanguíneo cerebral apoyan la influencia de estructuras
o señales anómalas corticales en el desarrollo del cuadro. Por último algunos estudios
apuntan a una relación entre el SW y alteraciones del sistema inmunitario: los pacientes
presentan con mayor frecuencia que la población general el subgrupo de proteínas de
antígeno HLA DRW52, y parece existir alguna alteración en las citocinas (niveles
séricos elevados de la interleucina–2, factor de necrosis tumoral alfa e interferón alfa).
Epidemiología [editar]
La incidencia (frecuencia de aparición) de este síndrome es de 1/4000 a 6000 nacidos
vivos, con predomino en varones (3:2). No existe una clara asociación familiar (excepto
en la variedad relacionada con la esclerosis tuberosa), ni siquiera con otros cuadros
epilépticos. En la mayoría de los casos (45 de 50) las crisis se inician entre el tercero y
el duodécimo mes de vida. Con menos frecuencia aparecen en los primeros dos meses
de vida, o entre los dos y los cuatro años. Este síndrome aparece en un 1-5% de los
niños con síndrome de Down, siendo este un grupo de buena respuesta al tratamiento
antiepiléptico. En estos niños los hallazgos del EEG son más simétricos y con menos
anomalías que los que padecen el síndrome de West sin la trisomía del par 21. Se
aducen razones genéticas para estas diferencias pero no se conocen los mecanismos
exactos que las determinan.
Pronóstico [editar]
Este síndrome tiene, en general, mal pronóstico. El 90% de los casos presentan un
retraso psicomotor importante, con limitaciones motoras y rasgos de personalidad
autista. Tiene una mortalidad del 5%, y casi la mitad de los casos pueden desarrollar
otros síndromes epileptiformes, como el síndrome de Lennox-Gastaut. Son de mejor
pronóstico las variedades idiopáticas o criptogenéticas, y peor en los casos más
sintomáticos. El grupo de niños con West y Down es de mejor pronóstico, como se
comentó más arriba.
Tratamiento [editar]
Fármacos [editar]
Prednisona
Cirugía [editar]
En los casos en los que no existe respuesta al tratamiento o este resulta contraindicado
de manera absoluta se plantea la posibilidad de un abordaje quirúrgico para extirpar la
zona de lesión cerebral. Suele ser una técnica eficaz en la resolución de las crisis,
aunque su eficacia en el desarrollo psicomotor es más controvertida.