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Universidad del Rosario

Nombre: Abumaled Zamir Gallo

Las distintas caras de la responsabilidad

En la batalla entre el Determinismo y el Libre Albedrío nos enmarca en una


problema en el que no sabemos si estamos somos determinados por nuestras
acciones o somos libres de actuar en las circunstancias. Esto atrae otros
problemas como por ejemplo en el momento en el que estamos determinados a
realizar las acciones no somos agentes morales o por el contrario estamos en
una libertad que nos permite apropiarnos de las acciones y por tanto ser
autónomos en las acciones. En el texto de las dos caras de la responsabilidad de
Gary Watson la respuesta a esto es muy sencilla: Somos personas autónomas,
que en tanto libres, nuestras acciones también lo son. Por lo que aquello que
buscará a través del texto es entender cómo somos responsables por las acciones
que realizamos, qué es la responsabilidad y dónde la podemos encontrar.
La responsabilidad nace como un concepto obscuro en el momento que
aceptamos que somos libres en nuestras acciones, tenemos a cargo las
consecuencias que conlleva esos actos, tenemos una responsabilidad Aretáica
que incluye cosas como la moral o la voluntad. Pero entonces pueden suceder
casos que van más allá de nuestro control o, puesta de una mejor manera,
¿cómo hacemos para juzgar que alguien es culpable o no de las acciones que
realiza? ¿Qué lo hace responsable de esas acciones?1
Watson puede identificar que hay al menos dos maneras de responder a esas
preguntas: la posición que encuentra en el libro de Susan Wolf Freedon within
Reason de las visiones reales (real self view) y la visión aretáica. Por lo que para
poder ver las diferencias entre estas teorías, el autor intenta abordar distintos
aspectos de lo que tiene una responsabilidad y en qué momento se puede
comprometer con cada uno de esos. La primera de ellas se asemeja a lo que es la
visión auto-evidente, ya que es una responsabilidad que nace como el reflejo de
nuestras acciones y se refiera a la idea que la responsabilidad es dada por la
relación entre una conducta y sus valuaciones, sin tener en cuenta una
competencia normativa. (Watson, 2004, pág. 261). Mientras que la idea de
Aretáica lo hace un poco más complejo al definirlo durante todo el texto, entre
las diferencias y fallas que encuentra en la otra teoría, pero como una definición
un poco abstracta dice que es la responsabilidad que ocurre en la vida
cotidiana, en el sentido de una calidad y carácter de esa vida. Una
responsabilidad reflejada en el otro. (2004, 264)

1
Watson deja de lado, desde el principio, responder a preguntas ontológicas que pueden llegar a
aparecer, y dice concentrarse en hablar de cómo se responsabiliza en un ámbito más superficial.
En la Responsabilidad Aretáica, Watson la toma en dos aspectos: en cuanto a la
perspectiva y la evaluación, lo que permite que haya una respuesta por parte
de la responsabilidad Aretáica a los problemas en los que se genera un debate
sobre el tipo de responsabilidad que propone Wolf. Una perspectiva Aretáica
busca juzgar las acciones que son objeto de culpar o elogiar de un sujeto en sus
prácticas morales. Mientras que una evaluación Aretáica refiere a las
descripciones de las calidad de las cosas previo a otorgar algún tipo de culpa.
Más adelante desarrollaré claramente estás ideas.
La posición a la cual se refiere a Wolf es, como ya lo había explicado, la visión
real por sí misma, poniendo una perspectiva en la que una persona es
moralmente responsable de una manera que se capture una profundidad de la
responsabilidad, es decir cuando alguien tiene la habilidad de formar, acceder y
revisar las valuaciones que reconocen y aprecian la verdad y lo bueno (2011:
262) a lo anterior lo llamará una visión razonable. Esto con la necesidad de
poner una competencia normativa en la que no solo concentremos en un mismo
sujeto la responsabilidad de su comportamiento, sino también el
comportamiento que encontramos en los otros sujetos.
Al definir las posiciones en las que se encuentran las teorías, el autor plantea el
caso de van Inwagen. Un colega escribe un texto en el que niega que haya
responsabilidad moral; luego algunos de sus libros no fueron hechos por el sino
robados, pero dice no tener responsabilidad porque fue algo que hizo de
malagana.
Teniendo en cuenta que es una posición en la que el colega es básicamente un
negligente de los asuntos del ser humano y por lo tanto creer que merece una
actitud de reserva en cuanto a juzgar su comportamiento -porque él no
considera que haya responsabilidad moral- cae él mismo en un engaño. El
colega debe poner esto en términos que a alguien se le puede atribuir una falla,
en tanto agente, así se genera una culpa. Hasta acá se puede evaluar desde un
punto de vista auto evidente, ya que esta vista no habla más allá de cómo
imputarle de una manera más detallada el cargo de una responsabilidad moral
–el pensamiento como la acción- Por lo que en una primera medida la
perspectiva Aretáica permite tratar estos temas relacionados con una
responsabilidad. En cuanto que una persona es responsable moralmente
cuando hace algo que daña a otros o viola a otros. Pero si ese sujeto tiene actos
en los que se pone fines más banales sobre otros que tienen una mayor
importancia para su vida o no afectan a alguien más que a él, se pueden lanzar
juicios en los que actuó de forma cobarde, auto-indulgente o imprudente pero
aun así, en esa evaluación, no participamos sobre su responsabilidad.
La visión real por sí misma sugiere una posición superficial de la
responsabilidad y de la evaluación del sujeto, esto permite que haya lecturas en
las que la palabra superficial sea equivalente a decir que es una acción simple.
Un ejemplo de ello sería decir que se culpa a alguien solo por realizar un acto
malo (2004, 267). Pero el sentido de superficial es que el individuo tenga un
papel protagónico en la acción, de manera que en la explicación del acto, el
individuo varié la acción. El Individuo, en este sentido, se puede evaluar de
responsabilidad en dos sentidos: de una manera inmoral, en la que se juzga de
una forma causal la perfección o imperfección de eso, en otras palabras, el actor
puede ser castigado o recompensado por esa actividad; el otro es en el sentido
Aretáico o de forma moral, a lo que se le atribuyen evaluaciones que son
descriptivas de ese evento –si es culpable o loable.
Esto ayudaría a pensar que esa forma superficial de responsabilidad, el evento
del agente se asimila a una visualización del sujeto Hobbesiano, en otras
palabras, el evento es causado por los deseos del agente. Para resolver este
asunto, es necesario tener un control principal sobre nuestras acciones. Este es un
control que si bien, permite salir del problema del evento de un agente causado
por sus deseos y por lo tanto no imputable de responsabilidad, no evita las
preguntas por las limitaciones de lo que es el control de las acciones y cuál es el
lazo entre el agente y su control sobre el evento. Una evaluación aretáica no
tendría dicho problema, dice Watson, ya que lo que hace es evaluar la situación
en medida del compromiso que tengo con este, produciendo una identidad
como agente, atribuyendo responsabilidad sobre ella.
Ahora bien, la identificación de un agente en la acción atribuye una
responsabilidad, por lo que lo siguiente a contestar sería ¿cómo se evalúa la
participación responsable de un sujeto? Watson primero responde a la
atribución de responsabilidad causal con la visión real por sí misma, ya que,
basándose en las observaciones hechas por Aristóteles, las causas de las
acciones son evaluadas en términos de honor o castigo. Esto no deja de lado
acciones involuntarias que tiene un agente, por el contrario es una causa de
culpa por el agente ya tener una elección por omisión o por participación.
Ahora bien la participación responsable nos lleva en las implicaciones a otros.
Como bien dice el autor, se pueden encontrar variados casos de participación
responsable por lo que describe de forma general esta participación. En tanto
eso, delimita la participación en la que las evaluaciones tienen que tener un
control -que es entendido como la capacidad de evitar- de la responsabilidad
moral (2004, 274). Esto lo podemos entender en dos sentidos: en el contexto en
el que nos referimos a la responsabilidad de alguien y en el contexto que existe
una falla en el evento pero que no es causado por el agente. Me refiero, en un
evento en el que un agente se hace a cargo de un bien, digamos un computador,
él debe hacer un participante responsable por lo que le ocurre a este objeto así él
no sea el que lo dañe; se da una relación entre una tarea asignada y dos
personas (él como responsable y la persona que lo daña). Mientras que en la
otra pueden ocurrir acciones que ocurren en el evento, pero que no incurren en
la acción principal y por tanto ese fallo no se le puede atribuir al agente) como
por ejemplo que yo estoy en una oficina de trabajo, soy responsable de si estoy
haciendo el trabajo o no, pero eso no me hace responsable de si se daña algún
computador (sin razón alguna), que yo no he manipulado, de la oficina 2. Eso no
es necesariamente una falla que yo pude evitar y no lo hace una falla moral.
Ahora bien, suceden casos en los que la responsabilidad no se da por voluntad
propia, es el caso de una responsabilidad como obligación que es sancionada y
obligada a realizar por otra persona. Es el caso en el que una persona, diferente
mío, me responsabiliza de las acciones que realizan otras personas, por lo que
me declara un participante responsable sin yo tener ningún control de esas
otras personas. Así, si hay una falla en esas personas sería injusto recibir un
castigo. Eso me atribuye responsabilidades ilegitimas, que además, y esto me
parece confuso3, de la autoridad de la que venga esta obligación.
Por otro lado encontramos que puede llegar a existir una participación
responsable en el sentido que una persona me contrata para hacer un trabajo,
por lo tanto yo estoy tomando un compromiso con lo que me ponga a cargo, y
el resultado es que el trabajo no se cumplió, sería justo un castigo ya que no
estoy siguiendo con el compromiso que sellé con anterioridad, sea por
incapacidad física o cualquier otro tipo de impedimento que se pueda llegar a
presentar “eso es injusto imponer sanciones sobre las personas a menos que
ellos tengan una oportunidad razonable para evitar incurrir en eso”(2004, 276).
Al imponer juicios morales que, por lo visto anteriormente, nos hace ser
culpables así que esto no puede recaer únicamente en la aretáica. La
culpabilidad, nos dice Watson, va dirigido a quien es digno en medida que se le
atribuya a un agente que incurre en una falta que es posible justificarla. La
culpa se les atribuye a personas que adquieren un compromiso o, también, a
personas que si realizan una acción X, esa acción puede verse como hecho por
una actitud no favorable, lo que haría que esa persona sea virtualmente culposa,
pero no necesariamente lo hace culpable. Es por lo que la evitabilidad es aquello
que tiene un agente para no caer en una responsabilidad moral, somos
excusables en ciertos casos. Esto tiene sentido en el momento que un agente
tiene la posibilidad de sufrir castigos o culpa de aquello que tuvo que hacer. Por
eso “nosotros no merecemos sufrir lo que nosotros no podemos evitar” (2004,
280). Pero esto llevaría a que haya una institución que juzgue particularmente
cada caso, de manera que halle una razón para cada caso. Pero esto es algo muy
difícil de juzgar por lo que ofrecería una visión distorsionada de la acción.
Considero que esta propuesta es muy interesante pero que finalmente termina
siendo una tesis que no cubre respuestas a preguntas que más profundas que
2
Puede haber debate frente a este problema y que pueden llegar a existir otros factores como si, por
ejemplo, yo estoy solo en la oficina y eso me hace ser responsable por lo que llegue a ocurrir en la
oficina.
3
Mi confusión radica en que Watson en su texto no pone un límite claro entre cual sería una autoridad
legítima para hacerle caso y cual no, además de que sea confusa la situación en la cual me obliga
hacerlo. Un ejemplo de mi confusión es en el caso que yo considere a una persona como autoridad, yo
adquiero un compromiso con él, pero esa persona me obliga a realizar algo que sé me va a atribuir una
consecuencia negativa ¿la falta en la responsabilidad radicaría en no realizar esa acción o realizarla?
¿Habría grados en la responsabilidad moral?
necesariamente remite a preguntarse por lo ontológico. En su pelea con los
escépticos sobre la necesidad de aceptar responsabilidad en los sujetos, explora
de manera somera todo lo que le atañe la responsabilidad. Pero una propuesta
aretáica de la responsabilidad termina algunas zonas desconocidas como lo es
qué ocurre en la responsabilidad cuándo hay problemas tanto internos como
externos a una persona, además de poner en un sitio el reconocimiento de la
culpa sobre acciones morales. Ahora bien, considero necesario revisar en cuanto
al caso en el que se le atribuye (o no) culpa a una víctima y la asimetría que
encuentra luego de la ambivalencia de si hay culpa en victimas por lo que les
sucede, no entiendo el por qué incluye razones relevantes en una relación de
evitabilidad en cuanto a la culpa o lo loable, discusión que toma con Wolf. Por
ello considero necesario revisarlo en clase.

Bibliografía
Watson, G. “Two Faces of responsibility”. En: Agency and Answerability. New
York: Oxford university Press. (2004).

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